El negocio del sexo en Castellón El negocio del ... - Radio Castellon

de Segorbe, a quien
dormitando en la Cueva se
le apareció la virgen para
pedirle que fuera a rescatar
su imagen y le rindiera culto.
Esta y otras apariciones
marianas más fueron
atrayendo hasta aquella
santa cavidad a muchísimos
devotos de la comarca.
Sin embargo, la historia más
emocionante de las que se
cuentan por la comarca es
la del matrimonio de Jérica
formado por Isabel y Juan,
que siendo desterrados del
pueblo a causa de que el
varón había contraído la
lepra, llegan a la Cueva Santa
y le piden curación. Isabel,
mujer práctica, sumaba su
devoción a la cura de las
heridas con el agua que salía
de las paredes de la gruta, y
fue así como fueron
desapareciendo todas las
llagas del cuerpo de su
marido. Completamente
sanado el matrimonio vuelve
a Jérica, pero las autoridades
confunden la sanación
mariana con brujería y
vuelven a desterrarlos. Es
entonces cuando regresan a
la cueva y en la misma
encuentran una anciana
vestida de luto y un monje
que, de puño y letra, certifica
la curación para que la
Justicia compruebe la
veracidad de los hechos.
Cual es la sorpresa del
matrimonio que cuando
entregan a los juzgados el
manuscrito se ven borrosos.
Pese a ello, el párroco de la
localidad puede al fin leerlo
y no duda en afirmar que es
una mano santa, en concreto
San Vicente Ferrer,
acompañado de la Virgen de
la Cueva Santa, el que
directamente ha certificado
el favor divino. La sorpresa
y devoción en el pueblo fue
tal que al siguiente domingo
se organizó lo que fue la
primera romería de acción
de gracias a la Cueva Santa.
Otra de las leyendas unidas
al Santuario se centra en la
que relata que, en una de
sus constantes visitas de
agradecimiento a la Virgen
de la Cueva Santa, Isabel,
junto con más gente, decidió
CURIOSIDAD
EL DATO
El Rosario a lo largo de
las estaciones del largo
Vía Crucis que cada 7
de septiembre, víspera
de la natividad de Ntra.
Sra. de la Cueva Santa,
se realiza en torno a
las 22 horas, es un
acontecimiento digno
de admiración que deja
ver el serpenteante
camino que dejan el
rastro de las velas
portadas por los
asistentes. Las
estaciones se
comenzaron a construir
en 1925 a expensas de
los devotos y la cruz
que hay al final del
recorrido, que se
levantó en 1939, viene
a indicar el lugar en el
que se escondió bajo
tierra la Imagen de la
Virgen de la Cueva
Santa durante la guerra
Civil, para evitar así su
robo o destrucción.
pasar allí la noche
atemorizada por la tormenta.
Guarecidos y tranquilos
oyeron ladrar a los perros y
al salir vieron un matrimonio
acompañado por su hija, a
quienes invitaron a entrar y
dieron de cenar, y al
preguntarles que de donde
procedían, éstos
respondieron que de Altura.
A la mañana siguiente, al
despertar, el matrimonio y la
niña ya habían partido, y tras
indagar si alguien los
conocían, se dieron cuenta
de que habían sido visitados
por San Joaquín y Santa Ana
acompañados por la Virgen
niña, que habían bajado de
Las Alturas. Las romerías y
las peregrinaciones se
sucedieron y los frailes de la
Cartuja decidieron en 1592
hacerse cargo del Santuario.
A mitad del siglo XX la Virgen de la Cueva Santa es nombrada
alcaldesa perpetua de la Villa de Altura, y una década después
el Papa Pío XII la convierte en patrona de los espeleólogos españoles,
los cuales en su honor portan una imagen de ésta que fijan en
cada una de las cuevas que exploran.
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