Revista completa - Revista Profesiones
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Almudena P. Flecha<br />
debate<br />
“Hay que reinventar<br />
el Estado del bienestar”<br />
Pensionistas o la espina del Estado del bienestar. La solución: ampliar la edad efectiva de jubilación,<br />
fomentar el ahorro privado y dotar de mayor eficiencia al gasto social, sobre todo al sanitario. No hay<br />
debate público: el Estado del bienestar es “posible” y “necesario”, pero hay que reinventarlo.<br />
El pasado mes de junio, las declaraciones<br />
del vicepresidente segundo<br />
y consejero delegado del<br />
Banco Santander Central Hispano,<br />
Alfredo Sáenz, sobre la necesidad<br />
de “desmontar el Estado de Bienestar<br />
europeo” destaparon la caja de los<br />
truenos. La virtud de los comentarios<br />
del empresario es que ha obligado a<br />
partidos, agentes sociales y al propio<br />
Gobierno a tomar postura al respecto.<br />
Todos coinciden en lo políticamente correcto:<br />
“es necesario y posible el Estado<br />
del bienestar”.<br />
Para Juan Gómez Castañeda, catedrático<br />
de Hacienda Pública de la Universidad<br />
Complutense de Madrid, “es<br />
naturalmente posible el Estado del bienestar,<br />
aunque quizá ahora sea una<br />
quimera tratar de construir en España<br />
un Estado de bienestar como el de Suecia<br />
en los años sesenta, pero sí a niveles<br />
menos ambiciosos”.<br />
En opinión del profesor José A. Herce,<br />
de la Fundación de Estudios de Economía<br />
Aplicada (FEDEA), “la protección<br />
social es posible y deseable, siempre<br />
que no imponga cargas o distorsiones<br />
insoportables ni desincentive la participación<br />
activa de los individuos. En la<br />
actualidad, tanto la generosidad incondicional<br />
del sistema como su carga económica<br />
exigen una drástica reformulación<br />
del Estado del bienestar y un<br />
mayor protagonismo de la responsabilidad<br />
individual”.<br />
Según el director general del Instituto<br />
de Estudios Económicos (IEE), Juan<br />
E. Iranzo, “es posible y deseable, en la<br />
medida en que el Estado del bienestar<br />
garantiza la estabilidad y la vertebración<br />
social e incorpora a los más desfavorecidos,<br />
pero es preciso compatibilizarlo con<br />
la prosperidad económica necesaria para<br />
financiarlo y con la generación de empleo,<br />
factores imprescindibles para fortalecer<br />
el Estado del bienestar”.<br />
“Más allá de argumentar la posibilidad<br />
o no del Estado del Bienestar, creo<br />
que por lo que hay que apostar es por<br />
hacerlo posible”, indica Ana Mª Aguilar-Majón,<br />
presidenta del Consejo General<br />
de Diplomados en Trabajo Social<br />
y Asistentes Sociales.<br />
“Debate sin complejos”<br />
El verdadero debate, por tanto, gira en<br />
torno a la necesidad de revisar la configuración<br />
actual del contrato social. “En<br />
este debate hay que despejar primero la<br />
incógnita que representan aquellos que<br />
desean un modelo económicamente ultraliberal<br />
y escasamente democrático.<br />
Este debate se centraría entonces en redimensionar<br />
el Estado del bienestar para<br />
hacer posible su supervivencia en un entorno<br />
económicamente abierto y competitivo”,<br />
indica Gómez Castañeda. Para el<br />
profesor Herce, éste debería ser un debate<br />
“sin complejos y sin prejuicios ideológicos”,<br />
aunque “no creo que ello sea posible<br />
en nuestro país, al menos por<br />
ahora”. En su opinión, debería fomentarse<br />
un debate ligado al análisis de las<br />
grandes transformaciones que ha registrado<br />
la sociedad y la economía. Al mismo<br />
tiempo, “sería bueno que se trazase<br />
con nitidez la raya de las generaciones,<br />
Julio-Agosto 2004 <strong>Profesiones</strong> |49