Bajo una luna misteriosa - Punto de Lectura
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—No <strong>de</strong>bería estar aquí.<br />
—¿En Glenister House? —Evie continuaba observando<br />
a Charles. Él tenía un brazo apoyado contra <strong>una</strong> <strong>de</strong><br />
las columnas, en <strong>una</strong> postura <strong>de</strong>spreocupada y tranquila,<br />
pero daba la sensación <strong>de</strong> que incluso allí estaba listo para<br />
girar velozmente en redondo y <strong>de</strong>sarmar a cualquier atacante—.<br />
No quisiera contra<strong>de</strong>cirte, pero yo misma revisé<br />
la lista <strong>de</strong> invitados. Y te aseguro que él figuraba en ella.<br />
—En Gran Bretaña —respondió Gisèle—. Sin duda<br />
Wellington y Castlereagh aún lo necesitan en París,<br />
para que robe documentos, <strong>de</strong>senmascare traidores, mate<br />
gente y esas cosas.<br />
—¿Eso es lo que hacen los diplomáticos? —¿Era <strong>de</strong>masiado<br />
pedir que Charles <strong>de</strong>cidiera retirarse temprano?<br />
Sí, probablemente—. ¡Y yo, tan convencida <strong>de</strong> que se pasaban<br />
el día en tareas aburridas, como firmar tratados y<br />
revolver papeles!<br />
—Charles no era un diplomático normal. Pero no<br />
quiere hablar <strong>de</strong> lo que hacía durante la guerra y se supone<br />
que yo no <strong>de</strong>bo hacer preguntas. No es que yo quiera<br />
conversar con él. Después <strong>de</strong> nueve años ya no tenemos<br />
nada que <strong>de</strong>cirnos. Por eso lamento que no se haya quedado<br />
en el Continente, en vez <strong>de</strong> volver al país <strong>de</strong>s<strong>de</strong> España<br />
con esa mujer con la que se ha casado.<br />
—Des<strong>de</strong> Portugal. —Evie se maldijo mentalmente<br />
por permitir que el diálogo tomara ese giro. Analizar el<br />
casamiento <strong>de</strong> Charles Fraser era como meterse en un<br />
pantano cada vez más peligroso—. Cuando se casó con<br />
ella estaba en la embajada <strong>de</strong> Lisboa.<br />
—Pero ella es española. Y francesa. Tiene ese aspecto<br />
exótico que los caballeros encuentran tan fastidiosa-<br />
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