Revista ADITI Nº II-17 Feb.2005 - JUAN CARLOS GARCIA

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Revista Metafísica ADITI. Año II. Nº 17 / Febrero 2005
La Disciplina
del del Estudiante Estudiante Espiritual
Espiritual
l problema del estudiante espiritual
es el olvido. Sabemos
que hemos vivido durante muchas
encarnaciones pendientes
del mundo de las apariencias. Hemos llegado
a un punto, con el desenvolvimiento
de nuestra conciencia, en el que hemos
descubierto que la realidad no es ese
mundo de maya sino que somos parte de
Dios mismo y podemos desarrollar nuestros
poderes innatos para expandir el
Reino Divino. A lo largo del día, en nuestros
quehaceres cotidianos, olvidamos la
verdadera realidad de nuestro Ser y cual
es la Meta de nuestra existencia.
Una forma de corregir y cambiar esta
aptitud es a través del conocimiento
de las Leyes Espirituales, del mundo de
los Maestros Ascendidos y sus enseñanzas,
despertando la conciencia verdadera.
Sabemos que Dios es Energía y que
esa Energía la usamos constantemente,
al respirar, pensar o sentir y es la misma
Energía que llega de Nuestra Presencia
Yo Soy. Toda Energía produce una vibración,
elevada o baja que determina
qué tipo de manifestación se realizará.
Entonces, sabiendo estas cosas, tenemos
que estar alertas, como soldados
que no debemos bajar la guardia. De eso
depende que valgamos o no como co-servidores
activos de la Gran Hermandad
Por Paqui Molina
Blanca, o quizá que formemos parte del
grupo de servidores del mundo.
Disciplina mental, sentimental e incluso
física es lo que podemos hacer para
analizarnos sin castigarnos. Debemos estar
primero en paz con nosotros mismos,
mirar hacia adentro y sentir que somos
Paz. Eso se sabe, si se consigue, cuando
más o menos tu mente piensa igual que
responde tu sentimiento y tu acción en
lo externo deriva en una consecuencia
del pensamiento y sentimiento, o sea,
cuando alineas esos tres elementos de
forma más o menos continúa. Debemos
ser consecuentes con lo que pensamos
llevándolo a la acción.
La mentalidad con la que enfocar
esta situación podría ser la de considerar
que todos los chelas formáramos un
ejército de conciencias alertas ante las
vibraciones que emitimos, vigilando nuestros
vehículos inferiores en su quehacer
diario para corregir los errores, a nivel
de pensamientos, sentimientos y acciones.
Si el sendero espiritual consiste en
expandir la Luz de Dios en este mundo
de apariencias físicas y queremos comprometernos
en esta tarea, debemos ser
muy conscientes de lo que emitimos.
Hemos perdido mucho tiempo de
forma ligera. Ahora que sabemos más
acerca de nosotros mismos, que creemos