Un lugar donde todos conocen el nombre de Dios LA - KCM Europe

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«Ella se aferró a la Palabra de Dios, y en el 2007 recibió su sanidad de todos esos síntomas; sin embargo, no era sencillo dejar de ingerir ese tipo de medicamento sin sufrir efectos secundarios —nos explica Shannon—. Pero el 2008, ya no los ingirió, y no hubo complicaciones. Durante mucho tiempo, condujo 128 kilómetros para llegar a The Filling Station, pero ahora está casada y vive en Edinburg». Shannon también nos compartió que el poder de Dios se desata de una manera poderosa en The Filling Station. A un hombre que visitó la cafetería le diagnosticaron una hepatitis incurable. Todos oramos por él, y fue sano —nos más hepatitis, tampoco más problemas—. «Dios tiene un plan para este lugar —nos declara Debbie—. Pues cada vez trae más y más personas que necesitan un toque de Él. Hemos escuchado muchos testimonios de quienes creen que Dios les indicó que vendieran todo para mudarse al Valle Shenandoah. Cualquiera que sea el motivo por el que vienen aquí, Dios está listo para llenarlos con todas Sus bendiciones y nos sentimos honrados por formar parte de esto. Éste es un lugar donde queda claro que todos —en especial Dios— saben su nombre». Lo que quizá inició con cierta incertidumbre para estos cuatro amigos, ahora se ha convertido en una gran historia de éxito. Mucho de esto se debe a su confianza en Dios, y a su voluntad de permanecer firmes en lo que estaban convencidos que el Señor deseaba que realizaran. «Una de las claves de nuestro éxito se debe a nuestra asociación con los Ministerios Kenneth Copeland —nos comparte Debbie—. Yo no puedo ser como la hermana Gloria, ni Shannon como Kellie; Eric y Jake no son Kenneth o Jeremy. Sin embargo, como socios de pacto, tenemos el honor de fluir conforme a su unción. No hay nada mejor que esto». Sediento de poder A la distancia se observan las nevadas cimas de las montañas, las cuales recuerdan el invierno; no obstante, la primavera empieza a florecer en el Valle Shenandoah. Los ríos abundan en peces, los verdes y exuberantes campos y el clima cálido atraen las bulliciosas multitudes a The Filling Station los viernes por la noche. Alguien afina su guitarra y ecualiza el micrófono, mientras se oye el sonido de las risas y las conversaciones de la multitud. La puerta suena al abrir, y todos voltean su rostro y ven a un extraño que saluda, mientras camina hacia el mostrador. «Quiero una cerveza —expresa aquel hombre». «No servimos alcohol aquí, pero permítame servirle una taza de café —le ofreció Eric». Aquel hombre tomó su café y se sentó en una silla a escuchar la música, los testimonios y las oraciones. Al final, tenía algo que compartir. «Me dirigía hacia una reunión de Alcohólicos Anónimos cuando me perdí —admitió aquel hombre—. Y sólo sé que estoy a 128 kilómetros de la reunión. Cuando encontré este lugar estaba listo para beber de nuevo y en lugar de eso, me senté aquí a escuchar lo que ocurría y esto me hizo recapacitar. No traté muy bien a mi esposa antes de salir a la reunión; sin embargo, ahora iré a casa y haré lo correcto». Cuando The Filling Station cerró aquella noche, un hombre que estaba perdido encontró su camino. Él estaba sediento, y su sed fue saciada. Eric y Debbie Sellers, y Jake y Shannon Jacobs hacen lo que hacen, porque entendieron que la Iglesia no es un edificio, y que el verdadero mensaje proviene de la vida que cada uno de nosotros vive. Victoria La asociación ¡un lugar donde se cumplen los sueños! Eric y Debbie Sellers, y Jake y Shannon Jacobs saben por experiencia que Dios cumple los sueños que Él les ha dado a Sus hijos. Y también saben que asociarse a los Ministerios Kenneth Copeland y recibir la enseñanza de la Palabra de Dios no adulterada es la clave para volver realidad sus sueños… en especial cuando éstos tienen como fin alcanzar y ayudar a otros a conocer a Jesús. Como socio con los Ministerios Kenneth Copeland puede empezar a experimentar el cumplimiento de sus sueños y ayudar a otros alrededor del mundo a obtener la vida que ¡Dios ha planeado para ellos! Pregúntele al Señor si ahora es el momento en que debe convertirse en un socio de los Ministerios Kenneth Copeland —y si éste es el tiempo para que sus sueños se cumplan—. Conviértase en nuestro socio ¡hoy! Para obtener más información de la asociación, comuníquese hoy a KCM y pida nuestro paquete gratuito para socios, el cual contiene información completa acerca de su asociación con nosotros, regalos adicionales y más. Llame al 800-600-7395 o visite la página web kcm.org.
G e n t e Re a l . ne c e s i d a d e s Re a l e s . Vi c t o R i a s Re a l e s . BoletíndeBuenasNuevas «No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino» (Lucas 12:32). Libre del cáncer En el 2008, se me diagnosticó cáncer de mama. Tuve una extirpación en una parte del seno, y me sometí a una quimioterapia y a una radioterapia. En mayo de 2009, me realicé mi primer examen médico anual y me encontraron ganglios linfáticos más grandes. Los médicos me aseguraron que el cáncer había vuelto y que se había extendido. Leí su libro: Cómo participar de la Santa Cena, tres veces al día, así como libros de Dodie Osteen; oré, viví en amor y adquirí su paquete de sanidad Healing & Wellness —Your 10-Day Spiritual Action Plan—. Alabado sea Dios, ¡el resultado de la biopsia fue benigno! Y no sólo eso, sino que la endoscopia de mi estómago únicamente mostró irritación. Su ministerio me ha enseñado mucho y me siento muy agradecida y bendecida. Desde entonces, el resultado de cada examen anual ha sido maravilloso. H. B. :: India Para To order adquirir this este product, producto, visite please kcm.org/es visit kcm.org o llámenos or call 800-600-7395. al 1-800-600-7395. Supe que había sanado El último día de la Convención de creyentes del año pasado, mi hijo y yo viajamos desde Houston a Fort Worth. Él deseaba asistir a la convención como obsequio de cumpleaños. Llegamos a la conferencia alrededor de la 1 p.m. y en ese momento me enteré que La escuela de sanidad ya había terminado; sin embargo, decidí entrar y confirmar. Le dije a mi hijo que me esperara a la vuelta de la esquina, y que pronto saldría. No sabía hacia dónde me dirigía, pero de algún modo entré a la convención y llegué al escenario principal. En ese momento, la hermana Gloria dijo: «Vamos a orar contra las enfermedades terminales». Y sentí que debía pasar. La unción era tan fuerte que apenas podía caminar hacia la plataforma. Luego el hermano Copeland impuso manos sobre mí, y supe que había sanado. Luego, profetizó que Dios estaba extrayendo veneno del cuerpo de una persona y de su familia. No había forma de que supieran de que me habían diagnosticado envenenamiento por mercurio y que yo se lo transmití a mis hijos al amamantarlos. A medida que obedezco y le agradezco a Dios por lo que ha hecho en mí, me siento mejor. C.W. :: Texas Una ayuda omnipresente Hace muchos años, le entregué mi vida a Dios; sin embargo, después de varios años me alejé (me aparté) a causa del deseo de mi propia carne. Sé que durante ese tiempo, Él Señor jamás me abandonó. Podía sentir Su presencia en mi interior, pero no renunciaba a mi carne. Todas las imprudencias que cometí en mi vida —bebidas, drogas, etc.—, pudieron llevarme a prisión o incluso pude haber asesinado a alguien cuando conducía en estado de ebriedad o drogado. Gracias a Dios, Él tenía planes para mi vida. Hace casi un año, me enfermé y tuvieron que hospitalizarme. Volví a entregarle mi vida a Jesús, fui sanado por Sus llagas y me acerqué a Él como nunca antes en mi vida. Lo mejor es que mi hija y su esposo también le entregaron sus vidas a Jesús. Mi esposa no conoce a Jesús, pero estoy siendo un ejemplo para ella y sé que Dios está obrando en su vida. Siempre he disfrutado sus enseñanzas y han sido una bendición para mí. David Blankenship :: Petersburgo, Va. Una esperanza eterna Les agradezco por todo el amor que ustedes me demuestran. Realmente me sentía deprimido por no haber recibido una sola carta en toda la semana, y de forma inesperada el oficial mencionó mi nombre cuando entregaba la correspondencia. Después de abrir su carta y leer todo el contenido, me sentí muy bien. Sr. Copeland, usted y su esposa me dan esperanza cada vez que pienso en darme por vencido o pienso de forma negativa. Usted siempre me envía algo que me hace recordar que soy especial. Una vez más, muchas gracias. Los amo con todo mi corazón. J.J.D. :: Florida Nada es imposible Pedí oración con respecto a un ascenso, pues había trabajado por más de cinco años, sin recibir ninguna indicación que lo obtendría. Sin embargo, Dios lo hizo posible, al darme otro empleo. En la Palabra se nos enseña que no hay nada imposible para Él. Deseo expresarle mi gratitud a los Ministerios Kenneth Copeland por su apoyo incondicional en mi vida. Gracias por sus oraciones. M.M.A. :: Sudáfrica
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