Un lugar donde todos conocen el nombre de Dios LA - KCM Europe

Después el Congreso realizó la votación —nueve de las 13
colonias votaron a favor aquel día—. Pensilvania y Carolina del
Sur votaron en contra. El voto de Delaware quedó diferido (pues
su tercer delegado no estaba presente) y Nueva York se abstuvo de
emitir su voto. Como el Congreso acordó que todos debían votar, se
decidió que el debate se reanudaría a la mañana siguiente.
Mientras se resolvía el empate que había en Delaware, el
cual bien podía decidir el resultado, un mensajero a caballo fue
enviado a Dover, al capitolio de Delaware, para contactar al
delegado Caesar Rodney. El mensajero llegó a la hacienda a las
2:00 a.m. llevando las palabras del debate de independencia, el
cual se reanudaría en menos de siete horas, para después tomar
la decisión final. Tomando su mejor caballo, Rodney cabalgó en
la oscura y tormentosa noche. Viajó 142 kilómetros a Filadelfia
en caminos que eran difíciles de recorrer, incluso en las mejores
condiciones —y aquella noche no podía ser peor—. Los riachuelos
poco profundos se convirtieron en crecientes torrentes, y la lluvia
convirtió parte del camino en un lodazal tan profundo que Rodney
tuvo que desmontar varias veces para dirigir su caballo en medio
de éste. Sin poder conseguir un caballo que estuviera descansado,
llegó a la Casa de gobierno a la 1:00 p.m. —justo cuando la
votación final se estaba realizando—, con ayuda logró entrar a la
asamblea y apenas pudo pronunciar las siguientes palabras: «Si es
como creo, sé que mis electores están a favor de la independencia,
entonces a mi propio juicio también estoy de acuerdo con ellos.
¡Voto a favor de la independencia!».
El voto diferido de Delaware se solucionó y los demás
delegados votaron de la misma manera, excepto Nueva York que
se abstuvo. La decisión fue de 12 a cero. Las 13 colonias originales
se convirtieron oficialmente en los Estados Unidos de América.
Cuando el silencio inundó la sala, John Hancock dijo: «Caballeros,
el precio por mi cabeza se ha duplicado».
Se escuchó una risa irónica, y luego Samuel Adams se puso de
pie y declaró: «Este día hemos restaurado al Soberano, al único que
todo hombre debe obedecer. Él reina en los cielos, y Su reino debe
estar desde el amanecer hasta el atardecer».
Así como muchos de nuestros intrépidos antepasados
arriesgaron todo por la libertad y la fe, nosotros también hemos
sido llamados hoy en día —en los Estados Unidos del Siglo 21—
para levantarnos, hablar y nunca callar por la causa de la libertad
y del evangelio de Jesucristo. Están atacando nuestra libertad, y
debemos permanecer alertas, conscientes e involucrarnos en su
defensa. Recientemente, individuos y organizaciones lucharon
en contra del Día nacional de oración y se oponían a orar ante
los cuerpos legislativos. También hemos sido testigos de cómo
oficiales electos han intentado esconder, impedir o simplemente no
mencionar a Dios en nuestro Centro de visitas al Capitolio de los
Estados Unidos de América; y con frecuencia, hemos escuchado
historias de maestros y empleados del gobierno a quienes no se les
permite compartir sus creencias en clase o en su trabajo. También
sabemos que un oficial electo declaró que Estados Unidos no es
una nación cristiana. A esto me refería al principio cuando expresé
que al parecer los Estados Unidos de la actualidad es libre sólo bajo
un punto de vista —puesto que para vivir conforme la verdadera
libertad hay que pagar un alto precio—. Por esa razón, las personas
de fe como usted y como yo, debemos involucrarnos en la cultura
y recordarles a nuestros conciudadanos y oficiales electos la historia
de nuestra nación y la conexión inalterable al futuro brillante de
nuestra nación.
Ahora bien, le tengo buenas noticias: ¡Nuestro trabajo por medio
de Believers Stand United [Los creyentes permanecemos unidos] está
marcando la diferencia! El año pasado vimos la victoria a causa de
la oración, puesto que los miembros del consejo de las ciudades de
Lodi y Tehachapi, California acordaron con unanimidad orar antes
de cualquier reunión de consejo. La frase: “In God we trust [En Dios
confiamos]” se encuentra de nuevo grabada en el Centro de visitas
al Capitolio, pues ya había sido borrada y reemplazada por estrellas
doradas. Los maestros fueron absueltos del delito de orar antes de
la hora del almuerzo en un evento del club de aficionados, de una
secundaria de Florida; y recientemente un maestro fue reasignado a
su puesto en la escuela secundaria Westview en San Diego, California,
después de ser demandado y despedido de su cargo por enseñarle
a sus alumnos las frases cristianas de los fundadores de nuestra
nación. En este caso, las palabras del juez de distrito, Roger Benitez,
fueron en particular muy importantes: «Aunque las escuelas de
distrito animan a los estudiantes a celebrar la diversidad y a valorar
la manera individual de pensar; aparentemente tienen temor de que
sus estudiantes sean incapaces de abordar diversos puntos de vista, los
cuales incluyen a Dios en la historia y la cultura de esta nación».
Cualquiera que sepa un poco de la historia de los Estados
Unidos de América, sabe que ésta es una nación cristiana;
sin embargo, es crucial que cada uno de nosotros oremos,
permanezcamos involucrados y comprometidos con la política para
asegurarnos que esto sea una realidad para las futuras generaciones.
Cada uno de nosotros tiene un papel importante. Recuerde,
no existen cosas como “la separación de la iglesia del estado”,
esta frase es un término equivocado. Ésta fue usada por uno de
los fundadores de esta nación para afirmar que el gobierno no
debía invadir o interferir en la Iglesia, no que la Iglesia no podía
involucrarse con el gobierno y en los procesos políticos de los
Estados Unidos de América.
Si aún no se ha unido a Believers Stand United [Los creyentes
permanecemos unidos], lo invito para que lo haga hoy al
visitar www.believersstandunited.com. Únase a nosotros y a los
Ministerios Kenneth Copeland para que juntos defendamos los
principios de la fe en Jesucristo, la autoridad de la Palabra de Dios
y la libertad que poseen los Estados Unidos de América desde
hace 200 años. Victoria
El Dr. Stephen Lowell Swisher es pastor y gerente de los Ministerios
Kenneth Copeland. Junto con su esposa, Kellie Copeland Swisher, el Dr.
Swisher ha viajado predicando en iglesias y en convenciones, a través
de esta nación y alrededor del mundo.
JULIO '10 | LVVC | 19