Un lugar donde todos conocen el nombre de Dios LA - KCM Europe

agradaba ese ambiente, probablemente estaba bien.
Cuando terminó el servicio, el ministro pidió que
pasaran al frente aquellos que deseaban ser llenos
del Espíritu Santo. Kenneth miró a su madre y le
preguntó: «¿Eso es algo que yo debería hacer?».
Y ella le respondió que sí, entonces pasó al frente y
realizó la oración.
Yo estaba más insegura, no sentía la certeza de que
el bautismo del Espíritu fuera algo bueno. Así que
salí, fumé un cigarrillo y lo pensé por un momento.
¡Qué lamentable es cuando vivimos en tinieblas!,
¿no le parece? Pues ahí me encontraba, fumando un
cigarrillo tratando de resolver si lo que estaba escrito
claramente en la Biblia ¡era lo correcto!
No podía decidirme, entonces después de unos
minutos regresé a la reunión y me senté. Mientras
tanto, las personas que estaban orando por mi esposo,
decidieron que él debía imponerme manos y orar por
mí. Cuando lo hizo, él comenzó a hablar en lenguas.
Yo recibí al Espíritu Santo la noche siguiente. ¡Qué
diferencia marcó en nuestras vidas contar con el
Espíritu Santo en nuestro interior!
A partir de ese momento, comenzamos a crecer
en lo espiritual como nunca antes. Nuestros deseos
cambiaron para bien. El Espíritu Santo comenzó a
realizar en nosotros, exactamente lo que Jesús dijo
que haría: nos llevó al siguiente nivel cuando nos
enseñó lo que necesitábamos saber (Juan 14:26). Él
nos mostró verdades bíblicas que nos hacen libres y
nos enseñó cómo vivir en victoria.
Además de revelarnos verdades bíblicas, el Espíritu
Santo comenzó a guiarnos día a día en los detalles de
nuestra vida. ¡Eso nos ayudó mucho! Fuimos librados
de cometer grandes errores y de caer en las trampas
del diablo, gracias a que le prestamos atención a los
consejos del Espíritu Santo.
En ocasiones, la gente me pregunta: “¿Es
obligatorio recibir el bautismo del Espíritu Santo?
Pues no me siento muy cómodo con eso de hablar
en lenguas”.
En realidad no. Nadie tiene que ser bautizado
en el Espíritu Santo. Dios no los obligará a recibir
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Su regalo. No obstante, yo siempre les aseguro que
la vida será mejor si lo reciben. Todo es mucho
más fácil cuando en su interior habita el Maestro y
Guía. Es maravilloso que en tiempos de emergencia,
peligro o desesperación; Él surja de nuestro interior,
a fin de brindarnos dirección. Es una gran bendición
saber que Él está con usted y en usted.
Sinceramente, no imagino vivir mucho tiempo
y terminar llena de fuerza sin la ayuda del Espíritu
Santo. Jamás ha existido tanta gente sin juicio
corriendo por las calles de manera desenfrenada
como ahora. Ningún lugar es seguro. En el
mundo actual, no es inusual para algunas personas
trastornadas comenzar a dispararle a la gente en una
escuela, en una tienda e incluso en una iglesia.
No hace mucho tiempo, a un pariente de Kenneth,
quien es entrenador en la secundaria, le dispararon
mientras se encontraba en su oficina. El padre de uno
de sus estudiantes estaba enfadado porque no dejó
que su hijo jugara en el equipo. Por la misericordia de
Dios, él sobrevivió, pero si ese padre hubiera logrado
su propósito, no habría sobrevivido. Le disparó a
una distancia corta, con toda la intención de matarlo
—¡sólo por un juego!—.
Vivimos en un mundo confuso y lleno de pecado.
Necesitamos toda la ayuda que podamos obtener
de Dios si deseamos vivir seguros y saludables por
120 años. No sólo necesitamos Su Palabra, sino
también el bautismo del Espíritu Santo; de manera
que podamos escuchar Su voz: No vayan a ese lugar.
No hagan eso, hoy manténgase alejados de ese lugar. Ese
tipo de instrucciones pueden prolongar nuestra vida.
Por nuestro propio bien
En realidad, todos los temores y argumentos
en relación a que los cristianos se encuentran en
esclavitud legalista con respecto a la Biblia, se
desvanecen una vez que comprendemos que todo
lo que el Señor nos pide, tanto en las Escrituras
como a través de la dirección del Espíritu Santo,
es para ayudarnos. Los mandamientos de Dios son
para nuestro propio bien. Cuando obedecemos,
le agradamos, pues promovemos nuestro propio
bienestar y le abrimos la puerta a Su Shalom, el
tipo de paz en la que nada hace falta y nada está
incompleto. Nos apropiamos del maravilloso tesoro,