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ULISES O NO

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<strong>ULISES</strong> O <strong>NO</strong><br />

Remoto


Resumen argumental:<br />

Ulises retorna a su patria. El viaje es un collage que lo lleva desde las islas griegas a una<br />

parte de la historia de Chile, los centros comerciales, prostíbulos y un set de televisión.<br />

En tierra lo recibe Don Francíclope, un gigante que lo somete a pruebas y conjeturas. En<br />

el público y en su hogar como televidente Pene López añora al viajero. Las<br />

Promosirenas intentan cautivar a Ulises y le ofrecen sus favores comerciales y carnales.<br />

Un sátiro de nombre Espiniac contempla la acción. Ulises deberá decidir si vuelve o no<br />

a casa.<br />

Ruinas, agua, relojes de arena, barcos de juguete, trajes de camuflaje. Y banderas de<br />

combate, luces, reflectores. Y Grecia, Santiago, el Mediterráneo, el Pacífico.<br />

Ulises<br />

Don Francíclope<br />

Pene López<br />

Espiniac<br />

Promosirena 1<br />

Promosirena 2<br />

I<br />

<strong>ULISES</strong>: Ulises Riquelme, hijo natural, de padre desconocido. Deambula por entre<br />

ínsulas extrañas. No conoce tierra firme ni gentes semejantes. Sabe que debe volver,<br />

pero no sabe a dónde ni porqué. Teme. ¿En qué época estamos? ¿Son los años antes,<br />

2


después o pese a Cristo? Parece que fui un guerrero. Estrategias de combate en mi<br />

cabeza, luces de las salas de tortura, sacarles la verdad a los enemigos. ¿Este pelo<br />

rapado y esta ropa de camuflaje son mías? ¿Hay corona de espinas o de laurel? Canta,<br />

oh, la gloria a Atenea, a los dioses, a los ídolos de barro, virgencita de Pelequén, al<br />

pulento, al magnífico, al que me dará trabajo, al que me conoce, despertad del sueño<br />

embriagador de la lucha, de las batallas, los años de la democracia ateniense,<br />

santiaguina. Enfilo rumbo a casa. Los instrumentos entregan datos confusos. Las<br />

tormentas están a la orden del día. Llueve en los mares del sur. Llueve en el Peloponeso.<br />

Llueve en la isla Dawson. En las pantallas gigantes se ven los heridos. En las pantallas<br />

se ven los gigantes. En blanco y negro como los heridos, como la televisión antigua. En<br />

rojo como la sangre. Traigan los salvavidas y prepárense a navegar. Tres, dos, uno,<br />

grabando.<br />

ESPINIAC: En la frontera y en los bordes electorales están las heces, pequeñas heces<br />

para el desterrado. Soy el ogro que oferto la carroña. ¿Quién quiere un poco de caca?<br />

Caca democrática, casi limpia, pero siempre maloliente, caca al fin. Se acerca un<br />

marinero, un aviador, un soldado, viene a la isla, a esta Quiriquina austral y poco<br />

helénica. Viene a cagarse de frío, aunque aquí la caca la dispongo yo. Soy un perverso<br />

Heliogábalo de tercera y con poca mística europea. Huelo mal, ya lo dije. Pasan los<br />

barcos por acá y no me miran, je je je.<br />

<strong>ULISES</strong>: Los astilleros de la armada invencible, de la nunca derrotada, de la eterna<br />

marina mercante, sudamericana de vapores de Ítaca; los muy canallas me entregan este<br />

vejestorio flotante para la gloria homérica. No tienen idea del mar. ¡Aparézcanse por<br />

acá, marinos merinos! La brújula desconcertada no nos lleva a ningún parte. Estas son<br />

3


mis cartas credenciales, mi bitácora. Saquen los papeles del buque escuela. Las pizarras<br />

para aprender a sumar. Yo vengo de una guerra, no lo olviden niñitos. Estamos en la<br />

franja cultural, son las 200 millas marinas de franja cultural. Un inmenso océano de<br />

nada, un cosmos de nada, Carl Sagan dixit. No me vengan con la cantinela de que el<br />

mar es peligroso. Todo es peligroso. Mi pasaporte ahora es peligroso. ¿Se ve la letra?<br />

Qué marineros más torpes me han asignado. ¿No saben leer una simple letra “L”?<br />

¡Suelten amarras! ¡Suban las velas! Eso, alumbren bien este velorio.<br />

PENE LÓPEZ: Y aquí vienen las muchachas con sus regalos, los centros de madres de<br />

Ítaca, las mujeres todas de la aldea, el Cema Chile apolíneo, amante del orden; y me<br />

ponen bolsas llenas de lana, de hilo, de géneros, de trapos. A tejer, caramba. A coser, a<br />

hacer el bordado y las arpilleras. Despégate de la tele, me gritan. Yo sé lo que hago con<br />

mi tiempo, les respondo. Me piden que les ponga parches a los uniformes. Maletas con<br />

doblefondo para los viajes largos. ¿Les puedo mandar alguna cosita? Me consigo<br />

tinturas para hacer una bandera. Me prohíben pintar nuestros colores. Los pretendientes<br />

adivinan mis pasos. Huelen mis movimientos. Andan en celo los vecinos de la villa. No<br />

me dejan tranquila. Me echaron rápido el ojo. Voy a coser, lo juro, voy a coser como<br />

loca, como una tonta rematada de la overlock, como una desquiciada de la Singer.<br />

¡Ulises! Cuándo se me ocurrió darte ese nombre? ¡Ulises! ¿En qué canal dan tu vida?<br />

Me da miedo verla aquí. Me da miedo que sea de verdad.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Esos barcos traerán ancla? Viene cada tanto por las costas. A<br />

veces se aproximan desde el aire con sus helicópteros, con esas máquinas aladas, son<br />

como pumas que rugen sobre las islas. Ay, tantos jóvenes disfrazados de marineros.<br />

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Pobrecitos, apenas saben nadar y el piélago furioso los azota contra los roqueríos. ¿Qué<br />

número tienes tú?<br />

PROMOSIRENA 2: El 754. El 647, el 219, el 36, tengo muchos números. No me<br />

perderé esta posibilidad. Los dioses me escucharán cantar. Sabrán que lo mío es este<br />

papel. Seré la mejor de la multitienda. Conquistaré el corazón de los clientes con el<br />

veneno de mis voz. Atiende, tonta, que viene gente.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Cuánto le ponemos? ¿Quiere el estanque lleno?<br />

PROMOSIRENA 2: Tenemos un servicio completo para tanques y automóviles sin<br />

patente. Uy, qué miedo. Los vidrios polarizados, nada por dentro.<br />

PROMOSIRENA 1: Como el auto fantástico… Los yates de la burguesía, las carabelas,<br />

los conquistadores, todos se llenan con nosotras. Los monstruos, los cíclopes, hasta las<br />

ninfas de medio pelo que no alcanzan las grandes pasarelas. Para eso este canto, para<br />

que aprecien las notas y el talle de nuestro busto. ¡Gracias, doctor Zahri! Hasta la isla<br />

Eolia debe oírse, hasta las naves de Jasón, hasta dentro de la casa estudio. Tenemos que<br />

ganar este maldito casting.<br />

PROMOSIRENA 2: ¿Harás de todo?<br />

PROMOSIRENA 1: ¿A qué te refieres?<br />

PROMOSIRENA 2: A extraer la ambrosía de la pléyade que dirimirá la contienda.<br />

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PROMOSIRENA 1: ¿De qué hablas?<br />

PROMOSIRENA 2: La felatio, estúpida. Los dioses son unos calientes.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Hay un porcentaje por eso? Tenemos que representar bien a la<br />

marca, posicionar al producto, ingresar en el nicho, aumentar la cuota de participación.<br />

Seremos el dolor de cabeza de todas las tripulaciones, de todos los gobiernos, de todos<br />

los reyes de Tebas, Troya y alrededores. Ofrecemos un descuento, un jugoso descuento.<br />

Llámenos ahora. Llámennos ya!! Somos las fuerzas vivas de la isla. Las damas de rojo,<br />

las niñitas de rojo, la fama y la mala fama caerán sobre nuestra honra y nos importará un<br />

pito. Bailaremos hasta el paroxismo. Eso, los ojos se abren para mirar. El gran ojo<br />

sabatino también nos mira. ¡La erección, por fin! El gigante vota por nosotras.<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¡¡Qué venga la modelo!!!<br />

PROMOSIRENA 2: ¡Gueona, quedamos!!<br />

PROMOSIRENA 1: Seremos el cuerpo de baile estable. Las mujeres del régimen.<br />

Regala tus joyas para la causa, pero por si acaso ponles una marquita, mira que luego<br />

aparecen en las ciudades tropicales, en los pueblos cerca del Hades, en Apoquindo con<br />

Manquehue. No seas gil, galla.<br />

PROMOSIRENA 2: Todo bajo control. Fui aprendiz de Circe. Oye, este mall es tan<br />

concurrido. Por aquí pasa la crema y nata de la sociedad.<br />

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PROMOSIRENA 1: Por aquí también, linda…<br />

PROMOSIRENA 2: Ven, soldadito. Ven, tú, voluntario de ONG. Ven perdedor del<br />

reality, ven para acá, ex guerrillero, acércate.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Tienes tarjeta? Hola, ¿Tienes un ancla? Ojalá que sí para que la<br />

arrojes a las aguas y la punta filosa de su instrumento se introduzca en la roca eterna que<br />

cuida Poseidón. Allá pasan los barcos llenos de tantos marineros, tantas billeteras llenas,<br />

bolsillos llenos, pantalones llenos de virilidad de criollos emergentes, con poder<br />

adquisitivo. Vengan, escuchen como cantamos, de verdad que da miedo, somos las<br />

frecuencia mod de los mares revueltos, de los fiordos peninsulares, de los hielos<br />

patagónicos.<br />

PENE LOPEZ: López, ele, o, pe, e, zeta. López. Rut 5.234.183-7. Pasaje Grecia 1973,<br />

población “Los héroes”. Tengo entradas para el show. Me dijeron que viniera temprano,<br />

que siguiera las instrucciones del productor. Cuando dice aplausos hay que aplaudir,<br />

cuando dice risas tenemos que abrir la boca y mostrar los dientes, las tapaduras del<br />

dentista, la leche purita de los colegios públicos. Cuando el productor está en silencio<br />

debemos quedarnos en silencio. Hay viento en el estudio. Una tormenta. Un fantasma<br />

recorre Europa, Asia, Oceanía, las islas mediterráneas. Sigue la tormenta, Dios. ¡Cuánto<br />

frío tendrá el niño! Aplausos dice el productor. Yo saco mi tejido y el cartel con la<br />

fotografía de Ulises. No lo he visto en años. Hola, un saludo para la casa. Un saludo<br />

para la casa en donde nadie me ve. El televisor apagado refleja la imagen del sillón y la<br />

despensa con las sopas de tomates que auspician este programa. El productor grita cosas<br />

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que no entiendo. Habla en lenguas, en fonos, en cámaras, en rapsodias redactadas en<br />

cueros de cabra. Llueve en el estudio y en las islas aledañas. Nosotros gritamos de frío<br />

en estas bodegas. El productor prepara más tormentas con sus efectos especiales.<br />

“Próspero, no exageres” le dice su asistente. Ya vendrán los navegantes, los públicos<br />

cautivos. Algunos hombres que me ven tejer se me acercan. ¿Qué? No me miren así. No<br />

estoy en oferta. Escondan la saliva de sus bocas. No me toquen. No me toquen, por<br />

favor. No se coman las despensas, no rompan los jardines, no quemen los libros, no<br />

cambien el televisor. ¡Ulises! ¡Ulises! ¡Ven!<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¡Que venga la modelo! Que venga el coanimador, el secundón<br />

perpetuo, el mago Oli, Telémaco, Aquiles, los cuatro de la junta, los jefes de<br />

departamento, la gente de vestuario masculino, de línea blanca, el guatón Romo, la<br />

Cuatro dientes, Miguel Henríquez, la chanchita Piggy, Jack Kerouac, Lucho Jara. ¡Que<br />

venga la modelo! Quiero tocar a la modelo a ver si es de verdad, si no se trata de una<br />

ilusión, si no es una novela, un diario de viajes, una road movie. ¿Cuánto mide la<br />

modelo? Mmm… Vamos a ver las medidas de la modelo. Con mis manos<br />

hispanoamericanas me cercioraré. ¿!Qué dice el público?! ¿Veinticuatro mil<br />

quinientos…? Ya se les olvidó, malditos desmemoriados. Que venga Tony Kamo,<br />

Clitemnestra, el Comando Conjunto, Pin Pón el muñeco con cuerpo de algodón, la<br />

Bolocco, la Venda Sexy, Patricio Renán. Quiero los ojos sobre las páginas de este<br />

magno libro espectáculo, manjar para los dioses del olimpo. Lo que ningún oráculo<br />

corto de vista predijo, lo que ninguna pitonisa embustera se atrevió a decir, aquello que<br />

las deidades corruptas callaron; todo, aquí y ahora. Aquí estamos otra vez. Vean cómo<br />

los patricios y los plebeyos se toquetean con el cuerpo de baile. ¡Eso! ¡Qué felicidad!<br />

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ESPINIAC: Estoy escupiendo sobre los altoparlantes. Tomen. El sonido saldrá mojado.<br />

Qué misticismo, qué espectacularidad en tanta isla. Es el siglo del Pericles<br />

concertacionista. Que nadie se mueva. Una monedita por el amor de Dios, una limosnita<br />

para este pobre personaje secundario. No tengo siquiera los trajes de época que todos<br />

usan. Qué asco. ¡Es que me los voy a violar a todos! Cuiden sus sexos. Tengo dinero en<br />

sacos, en camiones, en MBA. Tengo dólares en los ojos y me compro la puta cámara<br />

que me enfoca. Hasta tengo los derechos de esta obra. Robados. Cuando aparezca Ulises<br />

háganle señas. Adviértanle. Que se cuide porque le puedo meter toda la mitología por<br />

detrás. Por Detroit, you know what I mean?<br />

II<br />

PROMOSIRENA 2: ¿Cuándo viene el gran viajero? El concursante eterno, el favorito<br />

de los libros de historia.<br />

PROMOSIRENA 1: O que envíe a su hijo, al preclaro Telémaco.<br />

PROMOSIRENA 2: Vaya nombre que le pusieron los dioses. Debe andar por las islas<br />

repartiendo pizzas.<br />

PROMOSIRENA 1: Es guapo el nene. Y sufre por su padre ausente.<br />

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PROMOSIRENA 2: Cuéntate una nueva. ¿Y tú me has preguntado si yo tengo hijos?<br />

¿O crees que no puedo tenerlos? ¿Sólo porque soy una simple puta de puerto en una<br />

tragedia griega no puedo tener familia? Te jodes.<br />

PROMOSIRENA 1: Es sólo la fórmula, la estructura del poema épico, qué sé yo.<br />

Tenemos que hablar de ellos. Son los mejor pagados de la isla. Tienen contrato<br />

indefinido, son guapos, tienen automóvil con chofer; hasta seguro de salud por si caen<br />

heridos en batalla. ¿Y de mí? Tampoco sabes nada de mí. ¿Por qué crees que tengo estas<br />

cicatrices?<br />

PROMOSIRENA 2: ¿Es el destino que las Parcas han confabulado por tu<br />

desobediencia?<br />

PROMOSIRENA 1: Nada de eso. Es mi esposo que me golpea cuando llego tarde. Es la<br />

tragedia de todos los días. Y sin ningún aburrido profesor de College gringo para<br />

desestructurarla.<br />

PROMOSIRENA 2: ¡Porca miseria!<br />

PROMOSIRENA 1: No hables en lengua extranjera. Debes traducirlo al griego.<br />

PROMOSIRENA 2: ¿Para qué?<br />

PROMOSIRENA 1: Para que nadie lo entienda. ¿Ves? Así: “ ΩχψΣΦΨλБп”<br />

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PROMOSIRENA 1: Calla que viene el coreógrafo. Actúa como cuerpo de baile.<br />

Flashdance, ¿recuerdas los pasos?<br />

PROMOSIRENA 2: Canta, oh, musa la historia de los aqueos y de los saqueos y de las<br />

marchas. Disparan sobre las barricadas. Hay toque de queda. Canten, canten…<br />

PROMOSIRENA 1: Canta, oh, musa, y narra las desventuras de los viajantes. Las calles<br />

con marchas, los soldados en la esquinas, las madres que tejen y destejen y no aparecen<br />

los viajeros. Patrullas de rescate en el fondo de las cordilleras. Canta, oh, musa, y habla<br />

de que siempre los envían a morir, envían a los niñitos, no saben ni tomar los fusiles, las<br />

lanzas, las hondas con las que oponerse a los gigantes de la nieve. Canta hasta desafinar.<br />

Rompe, oh, musa de mierda, la apatía de esta tragedia en tercera persona en la que nadie<br />

llora. Siempre los que mueren son otros, anónimos, ausentes. Los novatos de la causa<br />

revolucionaria que pavimentaron el ascenso ministerial de Aquiles, de Edipo, de todos<br />

los putos griegos gobernantes.<br />

<strong>ULISES</strong>: Salgo del cuarto de mando. Me hago de un catalejo y veo el horizonte. ¿Qué<br />

hay? Avisos, letreros de carreteras, moteles baratos, la destruida ciudad de Troya que se<br />

pierde tras la estela del barco. Enfilamos hacia la isla de Circe. Decimotercer día. La<br />

tripulación tiene hambre. No hay nada en las bodegas. ¡Nada! Los marineros famélicos<br />

me empiezan a mirar con sospechas. Malditos provincianos carentes de heroísmo.<br />

Olvidan que después de esto podremos estar en los créditos de infinidad de películas, en<br />

los guiones de la televisión, en las imágenes de los documentales, en los llantos de las<br />

efemérides patrias. ¿Quieren que les compongan himnos? ¿Quieren tener ceremonias<br />

fúnebres? ¿Quieren que sus viudas los olviden y luego se casen con putos dentistas o<br />

11


abogados corruptos? Vivan los héroes de la historia. Estaremos en los juguetes de los<br />

niños, seremos las figuritas de cartón, así que a remar, brutos!! ¡A mojarse las heridas<br />

con el agua salobre!<br />

PROMOSIRENA 1: Ven, marinero.<br />

PROMOSIRENA 2: Descansa de la fatiga del viaje.<br />

PROMOSIRENA 1: Tenemos alimento, pan, ganado bovino, electrodomésticos, viajes<br />

al Caribe, créditos hipotecarios. Ven, combatiente aqueo, exiliado parisino de buen<br />

gusto, je ne parle pas francais, excuse moi.<br />

PROMOSIRENA 2: ¿Qué distrito quieres? ¿Qué jugosa pierna de cordero? ¿Qué<br />

ministerio al horno?<br />

PROMOSIRENA 1: Sal de ahí. Baja de la Plaza Italia, de la Alexander Platz, del Muro<br />

de Berlín. Atraviesa la Gran Avenida, el negro ponto; quema tus naves. Quema tus<br />

libros de viaje, tus reseñas. Haz hogueras con tus libros, escóndete. Quema tus afiches,<br />

viene la Dina, viene la CNI, viene Claudio Sánchez y sus micrófonos, viene la CIA,<br />

escóndete.<br />

PROMOSIRENA 2: ¡¿¿Qué?!<br />

PROMOSIRENA 1: No sé lo que digo. Estoy posesa últimamente. Tengo los ojos<br />

blancos, el cuerpo sudoroso, el corazón agitado.<br />

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PROMOSIRENA 2: Ah, mucho sexo.<br />

PROMOSIRENA 1: No lo sé. Quizá estamos cansadas. No es humano estar aquí doce<br />

horas al día…<br />

PROMOSIRENA 2: Y la noche…<br />

PROMOSIRENA 1: Y doce horas en la noche, claro. No es humano.<br />

PROMOSIRENA 2: Claro que no es humano. Es…<br />

PROMOSIRENA 1: Es de la especie que nos toca. Es un pez, es un barco, un avión…<br />

PROMOSIRENA 2: Es súperman, mierda. Es la misma cantinela de los superhéroes.<br />

Los fanfarrones que hacen de todo y en toda circunstancia.<br />

PROMOSIRENA 1: Pero son guapos. Me derrito por ellos.<br />

PROMOSIRENA 2: Ya, a trabajar. ¿No oyes las órdenes de Apolo, de Neptuno, de<br />

Correa, de Eyzaguirre? ¡Hola, yuju! ¿Quiere la tarjeta golden plus? ¿Quiere comenzar a<br />

pagar en marzo? ¿mmm? ¿Quiere un TLC con … Madagascar? ¿Quiere, tal vez un<br />

descuento por compras al contado? ¿Quiere quizá traficar armas a Croacia? ¿Cuál es su<br />

comisión? ¿Quiere dejarnos descansar, por favor?<br />

13


PROMOSIRENA 1: Mira los bíceps de esos navegantes. No hay nada como los bíceps<br />

de trabajos forzados. Hermosos músculos formados a la sombra de las galeras. ¡Hola,<br />

oye, Popeye! ¿Me invitas un trago?<br />

<strong>ULISES</strong>: Aquí descansaremos un tiempo.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿No es el de la película… esa?<br />

PROMOSIRENA 2: No, es el que sale en el libro…<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Acaso no aparece en las monedas? ¿O en el sello de agua de los<br />

billetes?<br />

PROMOSIRENA 2: Se parece a los dibujos de los niños. Lo busca la policía, la Cruz<br />

Roja, los ejércitos de Tebas. No tiene papeles. Es un glorioso indocumentado. Shit,<br />

calla, silencio… El mar ruge ante sus naves.<br />

PROMOSIRENA 1: El mar siempre ruge en estas costas. Son los cuerpos putrefactos<br />

que chocan contra las rocas. Los heridos moribundos de todas las guerras, de todos los<br />

helicópteros, de todos los corvos acerados asesinos, sin alma, conchetumadre!<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Ey? ¿Mi tripulación está ahí? No me dejen solo. Deseo bajar a tierra. Oigo<br />

los gritos de las olas. Es el mar que atravesamos el que habla. La laguna Estigia. La<br />

barca de Caronte. Todos los viajeros nadamos en el mar de nuestros muertos. A ellos el<br />

homenaje de nuestras torpes bocas ahogándose. ¿Oyen? Hablen más fuerte, queridos.<br />

14


¿Qué dicen? ¿Hacia dónde izamos las velas? ¿Quién gobierna en la extraña Ítaca?<br />

¿Cuánta agua cabe en las gargantas de mis oficiales? No sé las preguntas. No sé las<br />

respuestas. Voy a perder, voy a perder el maldito desafío. Voy a mancillar el honor de la<br />

familia y de la raza de los aqueos. Voy a perder el concurso, la guerra, voy a dejarme<br />

ganar. Ni premio de consuelo, ni fanfarria de la orquesta. Voy a perder para detener la<br />

historia, para volver anónimamente a casa. Y no sé cuál es mi casa. No sé, oh, Atenea,<br />

cuál debe ser mi casa.<br />

PROMOSIRENA 1: Ulises, Ulises, niño, oye. El ogro gigante te espera en la isla. No<br />

vayas. Te comerá. Quédate aquí, mejor, en este peñazco de la historia.<br />

PROMOSIRENA 2: En serio. ¿Para qué quieres bañarte en los mares… de sangre?<br />

¿Cierto que no sabes nadar? Te tomaremos de la mano y te hundiremos en el jacuzzi.<br />

Pondremos un recurso de amparo por ti. No vayas a esa isla. Hay francotiradores en las<br />

azoteas. Han interceptado tus cartas a Ítaca, saben de la internacional socialista, de los<br />

comités en el exilio, del verdadero saldo de tu cuenta corriente. Perderás el concurso, el<br />

seeeensacionaaaaal concurso…<br />

<strong>ULISES</strong>: Debo ir. La tripulación tiene hambre y deseo…<br />

PROMOSIRENA 1: ¡¡Eeeehhhh!! Entonces volverán a este islote. Volverán atontados<br />

por la amnesia de nuestras voces.<br />

III<br />

15


DON FRANCÍCLOPE: Dispara usted o disparo yo. ¡Es la hora del concurso!! Gracias<br />

por acompañarnos a esta hora desde la tranquilidad de su hogar, LA TRANQUILIDAD<br />

DE SU HOGAR. Dispara usted o disparo yo. Esa sí que es filosofía, resumen<br />

argumental, creación de ciencia criolla. Quién mierda dispara, hacia qué objetivo, y<br />

dicho esto a las tres de la tarde en plenos ochenta, las metralletas cargadas, agencia<br />

internacionales y no sabiendo ni teniendo idea. No saben leer. Dispara usted o disparo<br />

yo. Bájese de ese atril, venga para acá a tocar su trompeta desclasificatoria, como los<br />

archivos, incógnitos, como el trompetista, el chacal, el verdadero. Escondites para el<br />

chacal, cuentas bancarias para el chacal. El sábado inmenso vivido, el sábado gigante,<br />

eterno. Aquí tenemos a un concursante recién llegado a puerto. ¿Cuál es su nombre?<br />

<strong>ULISES</strong>: Ulises.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Ese sí que es nombre. ¿De dónde lo sacó?<br />

PENE LOPEZ: De aquí. Yo se le puse.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Llévele el micrófono, Yeruba. ¡Yeruba, déjese de dormir el<br />

sueño de los injustos coanimadores! Acérquele el testimonio electroacústico a la dama.<br />

PENE LOPEZ: Hola, Ulises, ¿me escuchas? ¿Aló? No se escucha bien.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Estamos conectados con, perdone, ¿Cuál es su nombre?<br />

16


PENE LOPEZ: Pene López. Da risa mi nombre, ¿cierto? Mi historia no. Llevo años<br />

esperando a Ulises. Recurro a este programa para ver si me ayudan. Ustedes son mi<br />

última oportunidad. Aquí tengo una fotografía de cuando estaba en el Liceo de<br />

Humanidades. De cuando caminaba por el patio con sus maestros de filosofía. De<br />

cuando pasaron los aviones sobre palacio. ¿Llegará a casa algún día? ¿Estará enterrado<br />

al borde de una carretera? Este es el arco que nadie ha tensado, la flecha no disparada<br />

esperando su vuelta. ¿Porqué usted no intenta…? Ya sabe… si lo hace seré suya. Mi<br />

sexo se seca tras diez años de espera. Soy una mujer, vamos.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Tenemos problemas con el satélite. Se ha cortado la<br />

comunicación y lamentablemente no pudimos oír bien a esta radioescucha. Les recuerdo<br />

que estamos en cadena nacional e internacional. Cadena perpetua en este número de la<br />

mala suerte, así que están jodidos. No cambien de canal. Nos ven en la frecuencia 23 en<br />

Andorra, en el 45 en Turquía, en el 76 en Cartago, en el 21 en Egipto. No nos ven en el<br />

Hades, todavía, pero nuestros técnicos ya trabajan en ello. Bueno, el señor acá decía que<br />

se llamaba Ulises. Je, je, je. ¿Es cierto que ese es su nombre?<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí, lo es.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Ulises, Ulises?<br />

<strong>ULISES</strong>: Tal como suena. Tal como lo anunciaban los sorprendidos guerreros al vernos<br />

salir del glorioso caballo de madera. Tal como reza en mi cédula de identidad. Aquí<br />

dice…<br />

17


DON FRANCÍCLOPE: Aquí el que habla soy. ¿Me oyes?<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí, señor.<br />

DON FRANCÍCLOPE: No escucho.<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí, señor.<br />

DON FRANCICLOPE: ¡Más fuerte!<br />

<strong>ULISES</strong>: ¡Sí, señor!<br />

DON FRANCICLOPE: ¡Con voz de hombre, marinero!<br />

<strong>ULISES</strong>: ¡Sí, señor! ¡Con voz de hombre, señor! ¡Lo que usted diga, señor! ¡Sólo<br />

cumplíamos órdenes, señor! ¡Fue un accidente, señor! ¡Se dio a la fuga, señor! ¡Eran<br />

enemigos de Ítaca, señor! ¡Carroña enemiga, señor! ¡Vendepatrias, señor!<br />

DON FRANCICLOPE: Vaya, qué locuacidad. Se entrena bien el verbo en las<br />

academias retóricas de la Hélade, en las escuelas de las Américas, en las selvas de Cuba.<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí, se…<br />

18


DON FRANCICLOPE: Calla. Ahora puedes optar por la puerta C. Muévete,<br />

Mandolino. Eso, ahí está. Mira el premio que está detrás del escote de la modelo. ¿Rico,<br />

no?<br />

<strong>ULISES</strong>: Hablo como otro. El gigante me aturde con su ojo catódico. Ni pestañeo<br />

siquiera. Horas sentado frente al palacio con un vaso de cocacola en la mano. Baboso.<br />

“Sí, señor”, “No, señor”, como un estúpido. Debo encontrar los hierros, las hogueras y<br />

calentar las armas. Pero, ¿quiero hacerlo?<br />

ESPINIAC: Cero posibilidades de que gane el concurso. Cero. Ni un pelo de arrojo<br />

heroico, ni una gota de temeridad ohigginiana, ni un olor siquiera a guerrillera causa<br />

independentista. Va en el pacto menos votado, en la lista extraparlamentaria. Es un<br />

perdedor exquisito. Cero posibilidades, dije. Tiene la entrepierna muy grande… mmm,<br />

parece que lo excita el desafío. ¡Chúpalo! Sal de ahí. Visita mi página web, desconecta<br />

todos los enchufes, ¡Eyacula, héroe impotente!<br />

OFF: La civilización helénica de la Grecia antigua se extendió por la Península Balcánica, las<br />

islas del mar Egeo y las costas de la península de Anatolia, en la actual Turquía, constituyendo<br />

la llamada Hélade. La historia de la televisión en Chile se remonta a mediados de la década del<br />

’50. La primera transmisión de televisión ocurrió el 6 de octubre de 1957. El 11 de septiembre<br />

de 1973 las Fuerzas Armadas, encabezadas por el Comandante en Jefe del Ejército, General<br />

Augusto Pinochet, derrocan violentamente al gobierno de la Unidad Popular que había sido<br />

constitucionalmente elegido. El Presidente Salvador Allende muere en La Moneda.<br />

19


DON FRANCICLOPE: Calla. Ahora puedes optar por la puerta C. Muévete,<br />

Mandolino. Eso, ahí está. Mira el premio que está detrás del escote de la modelo. ¿Rico,<br />

no?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Ya hablé de mí? ¿Le dije mi nombre? Tengo a la tripulación a punto de un<br />

motín. Están ávidos de comida, de piernas, de pechos turgentes, de culos insulares.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Bien, otra vez en sintonía. Dígame su nombre, su número de<br />

carné. De carné y de carne, de cuerpos, cuántos cuerpos tiene a su haber, cuántas<br />

cuentas, cuántos bancos, cuántas empresas privatizó el señor. ¡Hable! Más luz por acá,<br />

para el señor, más luz. Como Goethe, pero más luz, por favor, más electricidad,<br />

súbanla!! Aplíquenle, que hable, que lo cuente todo. ¿Dispara usted o disparo yo?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Perdón?<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¿Que quién dispara?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Quiere que le dé nombres?<br />

DON FRANCÍCLOPE: Nombres, apellidos, todo. Dispara usted o yo, elija.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Quiere los nombres, las chapas, las casas de seguridad? Todo está dentro del<br />

barco. En las bodegas, en los pasadizos.<br />

DON FRANCICLOPE: Dispara usted o…<br />

20


<strong>ULISES</strong>: ¿Los van a torturar? ¿Van a comérselos como el ganado? ¿Los van a torturar?<br />

DON FRANCICLOPE: … o disparo yo. O dispara usted o disparo yo. O disparan ellos.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Los van a…?<br />

DON FRANCICLOPE: ¡¿Qué dice el público?! Me lavo las manos. Un maldito<br />

plebiscito en la tarde sabatina.<br />

<strong>ULISES</strong>: No los toques. A ellos no. Sólo hacen el servicio. Son pelados rasos. Pobres<br />

marineros griegos de cuarta categoría. Mata a los otros, a los semidioses que me tienen<br />

hasta la coronilla con sus voces en la noche, con sus apariciones sonambulares, con sus<br />

“oh, Ulises, tienes que hacer esto y lo otro”. Mátalos a ellos. Di que fue un<br />

enfrentamiento.<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¿Cuántos auspiciadores tienes?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Qué?<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué quién te financia? Depende de tu dinero los porcentaje de<br />

verdad que obtienes.<br />

<strong>ULISES</strong>: Muchos. Ítaca, Avenida Grecia, ehhh, Editorial Gredos, Librería Ulises,<br />

varios centros comerciales, los griegos en el exilio, el Skorpios, ehhh…<br />

21


DON FRANCÍCLOPE: Bien. Que así sea. Estamos al aire, el tiempo es dinero.<br />

<strong>ULISES</strong>: Entonces…<br />

DON FRANCÍCLOPE: Toma el micrófono.<br />

<strong>ULISES</strong>: Necesito reflexionar. Aléjate.<br />

DON FRANCÍCLOPE: La pregunta es muy fácil. ¿Usted o yo? Dos opciones en esta<br />

tarde de sábado. Las armas están cargadas. ¿Qué le parece? Es la ruleta rusa de la<br />

entretención televisiva. Pero no seré yo el que la formule. Ulises, te toca. ¿Qué nos vas<br />

a preguntar?<br />

<strong>ULISES</strong>: El peso de la historia cae sobre mis hombros. Telémaco juega enajenado con<br />

su playstation dando muerte a las hordas rivales. Si no pregunto se borrarán de un<br />

plumazo todas las cátedras de cultura helénica y de literatura antigua. Se irá a la mierda<br />

el exilio dorado de los que marcharon a la guerra. Pero es que no quiero dar muerte al<br />

gigante. No quiero otro crimen; no quiero más sangre después de la guerra. No debo<br />

volver manchado a casa… ¡Dispare usted! Y usted también… y usted… y tú…<br />

Disparen todos a proa y a popa. No me venga a joder el viaje, Don Francíclope. Váyase<br />

y déjeme tranquilo. Ni un muerto más en esta caravana.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Los millones y millones de lectores y televidentes esperan la<br />

pregunta. Un close up al rostro de la madre, de la esposa, de la amante.<br />

22


<strong>ULISES</strong>: No creo ser capaz.<br />

DON FRANCICLOPE: Hazla!<br />

<strong>ULISES</strong>: Bien, la haré. ¿Dispara usted o disparo yo?<br />

DON FRANCICLOPE: Pudiste…<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Dispara usted o disparo yo? ¿Quién es el que matará? ¿Quién es el culpable<br />

de este viaje? ¿Quién toma el arma asesina?<br />

DON FRANCÍCLOPE: Vaya, qué carácter.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Quién regó los cuerpos en las costas? ¿Quién cerró las fábricas? ¿Quién<br />

arrojó las tormentas para que nuestras naves fuesen sacudidas por el oleaje?<br />

DON FRANCICLOPE: Uy!!<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Quién confundió las historias? ¿Quién cambió los nombres de las calles?<br />

¿Quién violó a las sirenas y les robó sus hijos?<br />

DON FRANCICLOPE: Eres un protagonista de la fama…<br />

23


<strong>ULISES</strong>: ¿Quién hizo esos barcos de cartón? ¿Quién contrató a esos bestias para<br />

matarme?<br />

DON FRANCICLOPE: Da lo mismo.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Quién te coronó? ¿Quién financia a los buitres que merodean por mi casa?<br />

¿Quién falsificó los pasaportes y me hizo extranjero? No lo soy. Vago por los mares<br />

dibujados en un decreto. Debo volver y debo matarte. ¡Pero no puedo, por Zeus!!<br />

IV<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¡¡Que venga la modelo!! Maestro, maestro, ¿porqué me has<br />

abandonado? Toca algo al piano, viejo maricón. No me abandones en este trance en<br />

vivo y en directo. Mira que venir a filosofar a la caja idiota. ¿¡Quién selecciona a estos<br />

concursantes?! Te voy a lanzar al chacal y ahí te quiero ver. Te vas a morder de rabia y<br />

vas a dar golpes y balazos y alguien puede morir. ¿Qué es eso de que no quieres matar?<br />

Pura mierda pacifista para la tele. Estamos en la decimotercera estación del vía crucis<br />

televisivo nacional y aquí al héroe le toca combatir en pos de los puntos. Así que a dar<br />

golpes. ¿Entendido? Sí, señor. Claro que entendiste. Para eso fuiste al Liceo, para<br />

entrenar el cuerpo y la mente peripatética y estar listo para estos magnos momentos.<br />

¿Eres o no hijo natural? Entonces a obedecer. Sí, señor. Como en el servicio militar; así<br />

los quiere ver la sociedad chilena clasista marxista sexista.<br />

24


PENE LOPEZ: Sacaron a mi hijo muy temprano por la mañana. Estaba desnudo. No lo<br />

dejaron ni siquiera ponerse pantalones. A la milicia, le dijeron. Arde Troya, le dijeron.<br />

Era un sábado, aún lo recuerdo.<br />

DON FRANCICLOPE: Siempre es Sábado, querida señora…<br />

PENE LOPEZ: Lo golpeaban con las culatas. Ponte alguna túnica, gritaban los vecinos.<br />

Hará frío en la montaña. Vendrá la muerte. Las muchachas jóvenes se le acercaban con<br />

lápices y hojas adivinando su estirpe y su carne de héroe. No se lo lleven, gritaba yo.<br />

Arrojé el control remoto sobre los oficiales. La imagen en el televisor quedó atrapado en<br />

el canal 13. Las Parcas habían hablado.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Me temes?<br />

<strong>ULISES</strong>: No.<br />

DON FRANCICLOPE: No tienes para qué mentirme.<br />

<strong>ULISES</strong>: Alguien de mi raza no miente.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué raza es esa? No me hables a mí de raza, mira que…<br />

<strong>ULISES</strong>: Mi raza, mi estirpe. Hablo de aquello de lo cual estoy hecho.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿De la misma materia de los sueños? No me vengas con cosas.<br />

25


<strong>ULISES</strong>: Se supone que debemos combatir. Llenar este capítulo de la historia.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Me temes?<br />

<strong>ULISES</strong>: Ya me preguntaste eso.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Cuándo?<br />

<strong>ULISES</strong>: Recién.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Estás seguro?<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí.<br />

DON FRANCICLOPE: Estaban rebobinando la cinta. Tú sabes, la revisión de la<br />

historia. Este capítulo del programa irá en diferido. Bueno, ¿me temes? ¿Es eso, no?<br />

<strong>ULISES</strong>: Es que veo el futuro. Las fotografías de este instante. Las portadas de los<br />

diarios. El conteo de los muertos. Shit.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué pasa?<br />

<strong>ULISES</strong>: No es necesario que nos escuchen. Mantengamos esta conversación aquí. La<br />

tripulación me puede oír.<br />

26


DON FRANCICLOPE: ¿Les quieres ocultar algo?<br />

<strong>ULISES</strong>: Es que…<br />

DON FRANCICLOPE: Dime, confía en mí.<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí, es verdad. Tengo miedo. Tengo miedo de ti. Sé que debo luchar y caer en<br />

batalla.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Pero quién te dijo semejante…<br />

<strong>ULISES</strong>: Lo sé. Está grabado en esas imágenes.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿De cuáles hablas?<br />

<strong>ULISES</strong>: De las que se ven en el reflejo de tu ojo. Las que se proyectan como llamas de<br />

fuego en las paredes.<br />

DON FRANCICLOPE: Estás loco. ¿Es una broma, no? Claro, la cámara indiscreta,<br />

cómo no me di cuenta.<br />

<strong>ULISES</strong>: Alguien te habla al oído y te da las instrucciones de mi muerte.<br />

DON FRANCICLOPE: ¡Es el director! Me dice que baja el rating…<br />

27


<strong>ULISES</strong>: Hay soldados afuera. Con fusiles. Con piedras y lanzas.<br />

DON FRANCICLOPE: Son las fuerzas de seguridad. Vienen por los músicos. Hay<br />

protestas en las calles. Yo soy más joven. Son los años 80.<br />

<strong>ULISES</strong>: Tú me vas a dar muerte. O yo a ti, pero no tengo fuerzas. Tengo miedo.<br />

¿Dónde está el fuego para el hierro ardiente que deberé hundir en tu ojo? Tengo miedo.<br />

Nos has parpadeado una sola vez. Tu ojo gigante vigila la ciudad. Tú vas a escribir la<br />

historia y cualquier cosa que diga será alterada en tu retina. En cambio yo, soy un héroe<br />

en retirada. Un soldadito de plomo jugando en medio de las tempestades. Debería estar<br />

preparándome para futuras batallas, pero no hago más que pensar en mi padre.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Tu padre? … ¡Yeruba! La nota humana. ¿Dónde está Yeruba<br />

que no viene? ¿Dónde está Mandolino, la cuatro dientes? ¿Por qué no están en este<br />

archipiélago? Yeruba, rápido, recuento en el Registro civil, en los carabineros, en los<br />

hospitales, en la morgue, en el Virreinato del Perú. ¿Acaso tu progenitor no se<br />

llamaba…?<br />

<strong>ULISES</strong>: Ambrosio.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿El abogado?<br />

<strong>ULISES</strong>: El comerciante, el oficial, el virrey, el que huyó. El que me negó el apellido.<br />

28


DON FRANCICLOPE: Mmm… Ulises Riquelme. Héroe patrio.<br />

<strong>ULISES</strong>: Los errores de la historia. Fui amenazado por los dioses y respondí como un<br />

dios. Tengo la sangre revuelta de libros; tengo la carne llena de Grecia, de Rancagua,<br />

Chacabuco. ¿Este es un exilio o un viaje de retorno? ¿Es la isla de Circe o las calles de<br />

Lima? ¿Soy el bueno o el malo de esta película?<br />

DON FRANCICLOPE: La película... Las cámaras lo cubrían todo. Esta es la Cámara<br />

extranjera. Un turismo barato para las botas televisivas. Un sueño lejano en la recesión<br />

del 82. Qué más da si eres el bueno o el malo. ¿Quién soy yo? ¿Polifemo acaso?<br />

¿Quizás la Circe operada? ¿Quién te dice que no soy de la Dina o de la Gestapo o del<br />

Mossad? ¡Fuerte el aplauso para esta reflexión metaliteraria! Que venga la modelo y<br />

traiga los premios de consuelo. Eso. Que venga la modelo y traiga el consolador. Que<br />

venga y que traiga la picana y la aplique a los concursantes que pierden… ¿En qué<br />

barco viajas? ¿Ah? ¿Dónde está? ¿En qué puerto está varado? Dime.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿No lo ves detrás de mí? ¿Amarrado a mí? Estoy hecho un nudo con el mástil.<br />

No soporto a las sirenas cantando. Mi sexo se altera en su presencia. Me golpeo para<br />

salir de este trance. El barco se mueve demasiado. Marineros, ¡detened el mar! ¡Repetid<br />

la historia y dejadme allí en Inglaterra! No quiero la fama. No quiero los gritos de los<br />

dioses. Nunca debí soltar las amarras de mi corbeta empobrecida. Nunca debí heredar<br />

los títulos de nobleza, ¿me oyen? Nunca debí dejar la tranquila Ítaca.<br />

V<br />

29


ESPINIAC: Las emociones son caldo de cultivo de la mediocridad. Nadie es brillante<br />

en la pena. Si secas las lágrimas de un hombre, le das un tiro de inmediato. Es preferible<br />

que le saques la ropa y lo lleves a esa cloaca. Los barcos cargueros me traen la mejor<br />

droga del mediterráneo. Pura, sin mancha. Alucino… ¿Qué pasó con la heroicidad? Se<br />

mojó; se humedeció como el sexo de las profesoras de literatura que hacen gárgaras con<br />

esta historia. Les pago el sueldo a esas princesas. Les compro sus libros. ¿Cuándo me<br />

van a amarrar a esos mástiles? ¿Cuándo me van a orinar los soldados de la novena<br />

división? ¿Cuándo se va a empezar a pudrir tanta corrección democrática en estas islas<br />

de mentira? ¿Cuándo vendrá Ulises a pedirme que lo castigue, que lo azote? Compro<br />

acciones. ¡Compro, compro!<br />

PROMOSIRENA 1: El héroe llora. Teleserie mexicana al mediodía. Y nosotras como<br />

en las playas de Acapulco a medio camino entre el topless y la morgue.<br />

PROMOSIRENA 2: Míralo, duerme ahora. Como un niño. Rema conmigo y acércalo a<br />

esta orilla.<br />

PROMOSIRENA 1: Eso, así está bien.<br />

PROMOSIRENA 2: Uuuu… Aaaaaa…. Ven, Ulises, ven. Aquí está lo mejor de los<br />

cinco continentes. Todo el oro del Perú contenido en nuestras bragas. Toda la puta<br />

antigüedad concentrada en este arrabal de piernas abiertas. Quiero que saques tus<br />

documentos desde tu bolsillo. Anda, qué te cuesta. ¿Que no tienes documentos? No<br />

importa. Serás un anónimo más. Los datos de tu nombre no sirven en la cama. ¿En serio<br />

no tienes ni un sólo papel? Esta multitienda es exclusiva. Al menos tus papeles<br />

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sanitarios, tus exámenes, tu sangre, tu test del Sida. Pasa la tarjeta por aquí. Verifica tus<br />

datos.<br />

PROMOSIRENA 1: Aquí. Ven, no seas tímido. Este es el nuevo contrato, lo llamamos<br />

contrato cutáneo. Te da derecho a una tarjeta golden plus ultra. Tienes acceso a todas las<br />

tiendas, todos los departamentos, todas las camas, todos los sexos, toda la amplia gama<br />

del comercio mítico.<br />

<strong>ULISES</strong>: Me haces daño.<br />

PROMOSIRENA 2: Mmm. Que bruto que eres. No te mereces toda la fama que posees.<br />

<strong>ULISES</strong>: Yo sólo quiero alguna ropa, nada más.<br />

PROMOSIRENA 1 : Quizá debas ir con ella.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Con quién?<br />

PROMOSIRENA 2: Con mi compañera. Ella tiene de tu talla.<br />

<strong>ULISES</strong>: Yo estoy buscando…<br />

PROMOSIRENA 1: Sí, ya sé. Y vamos dónde el mago, el mago nos puede ayudar.<br />

¿Traes dinero?<br />

31


<strong>ULISES</strong>: Atenea me advirtió que no usara el dinero con ustedes.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Y cómo nos piensas pagar? Hay muchas ofertas en esta sede.<br />

Estamos en plena temporada de rebajas.<br />

<strong>ULISES</strong>: Atenea dijo…<br />

PROMOSIRENA 1: Mira, guapo, me importa un pico lo que te haya dicho la diosa. Acá<br />

me tienes que invitar un trago y luego debes consumir. Tantos años fuera de casa y<br />

ninguna curiosidad por saber cómo está la moda… uff.<br />

<strong>ULISES</strong>: Me embriagas. No te muevas así.<br />

PROMOSIRENA 1: Estoy en mi hora libre y me encuentro con este pelmazo. Dime,<br />

¿de cuánto dispones?<br />

<strong>ULISES</strong>: Todo lo que tengo lo dejé en casa.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Entonces no tienes dinero? ¿Y cómo pensabas ir a la sección de<br />

hombres? No me hagas perder el tiempo, tengo muchos clientes esperando.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿No se supone que me tienes que cautivar? ¿Por qué no me asombras con la<br />

rotundidad de tu belleza desnuda y con extremidades de pescado?<br />

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PROMOSIRENA 1: Me hieres. Se supone que esto no debe pasar. Me hieres, tonto.<br />

¿Quieres o no la maldita tarjeta de descuento eterno? ¿La tarjeta heroica? ¿La que te<br />

abrirá los ministerios y las reparticiones públicas?<br />

<strong>ULISES</strong>: Lo que quiero es volver a casa. ¿Me ayudarán esas tarjetas a mi cometido? Si<br />

es así firmo lo que sea y me endeudo.<br />

PROMOSIRENA 1: Te ayudarán a modificar tu atuendo. Serás otro, pleno, elegante.<br />

No te reconocerán y eso será tu salvación. Llegarás a tu lecho y deberás dar cuenta de<br />

tus señas de identidad pues tus nuevos trajes hablarán de otros viajes y de otra gente.<br />

Quizá las balas tiemblen ante la belleza de este chaleco. O tal vez la violencia de los<br />

corvos y las dagas se arredre frente al blindaje de tu camisa. ¿No lo entiendes? Te<br />

buscan para matarte. No debes volver a tu hogar tal y como saliste. Se viaja para ser<br />

otro. No insistas en la nostalgia que te quema. Cómprame todo lo que tengo. Ponte mi<br />

ropa incluso. Serás un travesti, un gerente, una loca, un boy scout, un renegado.<br />

Llevarás encima toda la ropa de esta tienda, incluso la mía. Ya, ven, oye, ayúdame.<br />

<strong>ULISES</strong>: Cantan ellas. Se desnudan ellas. Son como víboras ellas. Las muy hermosas<br />

comienzan a danzar alrededor mío. Los marineros se quedan arrobados en su<br />

contemplación. Babean. Los marineros besan y se van… cortados. Llegan los soldados<br />

y también parecen peleles ante ellas. Las mujeres ninfas vírgenes putas sirenas<br />

promotoras acarician a los policías con sus espumosas tarjetas de crédito. Y así los<br />

llevan a sus tiendas, a sus inmensas tiendas. ¡Cuánto producto en sus cuerpos! Edificios<br />

llenos para el gasto y la carne.<br />

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PROMOSIRENA 2: Marca el número que aparece en pantalla. Ven, márcalo aquí.<br />

Toca, es suave. Mis tetas son un teclado inalámbrico. Te voy a comunicar. Vas a olvidar<br />

las razones del viaje. Llama ahora, te estamos esperando.<br />

<strong>ULISES</strong>: El deseo, el puto deseo que me hace llevar las manos al dinero. Llegué a la<br />

isla en plena época de liquidaciones. Las tarjetas de crédito abarrotaban los muelles y<br />

desde cada dársena podía contemplar el espectáculo de las ninfas haciendo firmar a la<br />

gente esos contratos comerciales. Yo lloraba.<br />

PROMOSIRENA 1: Firme acá y podrá obtener eso que busca.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Y quién te dijo que yo buscaba algo?<br />

PROMOSIRENA 1: Me informo, leo los diarios, no sé, fui al colegio. ¿Tú no eres el de<br />

La Odisea?<br />

<strong>ULISES</strong>: No sé de que me hablas.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿El hombre que deambula estúpidamente mientras que en el<br />

pueblo…?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Qué quieres decir?<br />

PROMOSIRENA 1: Vamos, lo sé todo. Los dioses te asignaron un barquito con unos<br />

estúpidos como navegantes. Ulises, Odiseo, Bernardo, algo así es.<br />

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<strong>ULISES</strong>: Te confundes.<br />

PROMOSIRENA 1: No niegues tres veces, mira que terminan mal los que lo hacen.<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Dónde firmo? ¿Tienes un lápiz?<br />

ESPINIAC: Cambio dólares, euros, yenes, soles, pesos, libras. Cambio el dinero mío<br />

por el tuyo. La consciencia corroída. Todo me lo meto por la raja, ¿ves? Acércate a la<br />

isla, mariconcito mío. Tengo la taza del baño lista. Nos haremos una foto porno para<br />

internet. La subiremos juntos y luego navegaremos. Juntos en el mar de las imágenes.<br />

Un crucero por las islas griegas, otro por el Caribe. Ven a la isla. Soy tu señor Roarke y<br />

tú serás mi Tatoo. Bájate de una vez de ese cascarón y ven a catar a los cientos de islas<br />

que te tengo. Ya, dale.<br />

PROMOSIRENA 2: Casi veo que vas a terminar comprándotelo todo. Ni sabrás cómo y<br />

eso te hará temblar. Llama ahora, nuestras operadoras estarán esperando. Meretrices de<br />

todo el imperio. ¿Vas a venir o no? Chinas, rusas, rumanas, chipriotas, polacas,<br />

brasileñas. ¿Vas a venir o no? Basta con la literatura. No hay nada que hacer en esos<br />

libros. Esto serán los parajes turgentes que te esperan. Puedes pagar en cuotas. Nos das<br />

tu brazo y luego tus muslos y luego tus rodillas y luego… ¿Qué dices? Llama al número<br />

que aparece aquí.<br />

PROMOSIRENA 1: Ya, pues, ¿en dónde está mi varón plenipotenciario? ¿El<br />

cuentacorrentista? Aunque usted no lo crea, sí, yo le doy crédito. Confío en usted. Que<br />

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anda perdido y vagando por entre las aguas? ¿Y quién no? Que salió de casa y aún no<br />

vuelve? Y eso es pecado? A mí me interesa su olor en esta isla, en este mar, mal, mall,<br />

ven para acá. Arrójate a las aguas. Olas de ropa, montones de línea blanca, líneas<br />

blancas, pisos y niveles de cosas para el hombre y la mujer, cosas para el tedio<br />

heterosexual. Cosas, ¿ves? No te has dado cuenta de cuantas cosas tengo para ti. Ven.<br />

Le canto las ofertas del mes y del año. Se las canto todas. Se las canto claritas. Ven,<br />

ven, conmigo ven. Vamos por ancho camino, etc. Cuando voy al trabajo pienso en ti,<br />

etc. Ven, maldito joven profesional de tragedia grecolatina-sudamericana.<br />

<strong>ULISES</strong> : ¿Cuál es el premio de consuelo? Tú sabes, de ese concurso…<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Consuelo? No, no hay consuelo. Se gana o se pierde<br />

irremediablemente. Lo peor que te puede pasar es que se te vaya el barco. Tu sabes, que<br />

te deje el tren, que se te apague el calefont, que se te derrame el helado, que se te dé<br />

vuelta el paragua.<br />

<strong>ULISES</strong>: Hablas en una lengua incomprensible.<br />

PROMOSIRENA 1 : No te hagas el gil. Hablo la lengua del comercio de la carne. Tú la<br />

conoces. Entonces, ¿qué me dices?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿De qué?<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Quieres que te haga cliente? Firma. Danos tu…<br />

36


<strong>ULISES</strong>: ¿Vas a usar mi nombre en ese espacio?<br />

PROMOSIRENA 1: Así es.<br />

<strong>ULISES</strong>: No lo quiero así. No deben saber que me escondo. No deben tener mis datos.<br />

Me siguen.<br />

PROMOSIRENA 1 : ¿Acaso teme nuestro héroe?<br />

<strong>ULISES</strong>: Nada de eso.<br />

PROMOSIRENA 1: ¿Entonces?<br />

<strong>ULISES</strong>: Es que… quiero cambiarme el nombre. Que nadie en la puta historia me<br />

conozca. Que ningún aburrido lingüista me pronuncie. Que mi rostro imaginado se<br />

ausente de todas las mitologías y pueda vivir en paz. Quiero hacer el amor contigo y<br />

quedarme en esta isla. ¿Dónde tengo que firmar?<br />

PROMOSIRENA 1: Acércate, cariño. Te voy a dar la tarjeta dorada. Tendrás un cupo<br />

extra. Puedes empezar por el consumo mayor: el salón Vip.<br />

<strong>ULISES</strong>: Se arrastran por el suelo. Hacen ruido. Engatusan a la tropa, a la tripulación, al<br />

contingente. El sonido es total. Pero si es tan fácil como marcar ese número que está<br />

en… Ráfagas de notas diversas. Muslos. ¿Puedo tocar el producto? Sigue el estruendo y<br />

las canciones de guerra. Una orquesta hecha de roces y de piedras chocando contra las<br />

37


ocas de la isla. Una orquesta de utensilios de cocina que las muy zorras hacen sonar.<br />

Cacerolas, cuchillos, joyas que golpean contra la proa del barco, contra las alas de los<br />

aeroplanos, contra las puertas de los regimientos. Los marineros caen ante el poder del<br />

sexo, ante la lujuria del dinero, ante la tentación de la potestad de estas islas perdidas.<br />

¿Puedo tocarte? ¿No hay ninguna cámara enfocando la escena?<br />

VI<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Ahora sí que recuerdan el número? Veinticuatro mil<br />

quinientos… ¿Qué dice el maldito público? Duerme… ¿Dónde está el maravilloso, el<br />

respetable, el consumible, el aletargado, el C2, C3, D, E, lumpen del público? ¿Y la<br />

familia que nos acompaña semana a semana frente al televisor?<br />

PENE LOPEZ: ¡No me toquen! Tengo todo el derecho a estar aquí. No me pongan las<br />

manos encima, ¿entendieron?<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Con quién hablas, Yeruba? Ya estamos de vuelta de<br />

comerciales. No manosees al respetable.<br />

PENE LOPEZ: No me dejan tejer. Estos monstruos no me dejan tejer. ¿Acaso nunca<br />

han visto a una mujer desnuda tejiendo? No me tapen la pantalla, muévanse.<br />

DON FRANCICLOPE: Son los riesgos de las transmisiones en vivo. Todo se ve, todo<br />

se escucha, hasta lo que no debiera, hasta lo improbable, hasta lo que no ha sido dicho.<br />

¡No, Yeruba! No torture al público. ¡No, Yeruba! Deje los remos del barco donde los<br />

38


encontró. ¿No ve que después llegan los marineros y se enojan? Las piezas en su lugar.<br />

Acá nadie se mueve sin mi orden. ¡Y fuerte el aplauso para la orquesta que se está<br />

quedando dormida! No, pues, maestro, así no, así no se construye el espectáculo. Una<br />

fanfarria para el siguiente segmento de esta epopeya. Gracias, maestro. Y… nada por<br />

aquí y nada por allá. ¿Dónde está la otra mitad del refrigerador, señora? Haga un<br />

esfuerzo. Se puede ganar ese hermoso electrodoméstico. Un aparato de electricidad,<br />

algo muy útil en estos tiempos. Descargas eléctricas. ¡Golpes de corriente! Marcas en la<br />

piel.<br />

PENE LOPEZ: No!! Cierro la boca. Quieren que te delate, Ulises. Que dé tu paradero,<br />

los puertos por los que has viajado. Te quieren atrapar en vivo y en directo. Dar tu<br />

muerte por cadena nacional. Culparte de las llagas de las sirenas y de los monstruos.<br />

Hasta los que ayer me pretendían hoy se coluden con los falsos dioses de pacotilla y<br />

también te buscan. Forman patrullas y se arman con lanzas, con hondas, con bravos<br />

cancerberos.<br />

DON FRANCICLOPE: Dígame, dígame, señora. No sea estúpida. Concéntrese.<br />

Repítase a usted misma. Yo puedo hacerlo. Debo buscar la otra mitad del premio.<br />

Gracias al alto auspicio de Pepsodent, una sonrisa refrescante, puedo abrir la boca y dar<br />

cuenta de dónde están las otras mitades, dónde están, ¡Dónde están!<br />

PENE LOPEZ: Tienen los cuerpos de Escila y Caribdis. Los van a mostrar y dirán que<br />

fueron destrozados por tu mano. Van a asustarnos. Tienen los barcos varados en las<br />

islas. Tienen al resto de la tripulación en jaulas, los interrogan, les hacen preguntas,<br />

encuestas, estudios de mercado. Han detenido el mar, han secado los ríos para buscarte.<br />

39


Han escrito otra vez la historia, hijo, amado, esposo mío. Ahora tú ya no vuelves a casa.<br />

Ahora te pierdes, te olvidas de tu nombre.<br />

DON FRANCICLOPE: Le repito la pregunta, estimada. Por un millón de pesos, por<br />

220 volts, por 100 puntos de ráting, ¿Dónde está la otra mitad del premio? Déle una<br />

pista, Yeruba. Ayude a la mujer. ¿Y si le cambio este sobre por una carta de Ulises? ¿Y<br />

si le cambio este sobre por los ojos de Homero? ¿Y si le cambio este sobre por otro<br />

sobre más grande, un sobre lleno de carne y de huesos?<br />

PENE LOPEZ: Veo la tele para ver si dan alguna noticia de mi hijo. Se fue hace rato.<br />

Vean su perfil griego. Se fracturó la nariz en una protesta. Le hicieron mierda la cara. Y<br />

así quedó. A la hora de almuerzo los comerciales duran más que de costumbre. Más<br />

teleseries a esta hora, por favor. Más historias, más mentiras hermosas.<br />

DON FRANCICLOPE: Canta, oh, musa. Canta bien, porque en una de esas te sumas a<br />

las tardes del sábado. Todos cantando y aquí no ha pasado nada. Cantando bajo la lluvia<br />

y bajo las balas. ¿No hemos pedido un aplauso para los músicos? Un fuerte aplauso para<br />

la orquesta que dirige el maestro Horacio. El famoso maestro poeta de los mil demonios<br />

que se quería construir un monumento el muy jetón, que durara toda la vida. ¡Si esto no<br />

la Teletón, gil! Pero igual fuerte el aplauso. ¿Dónde vamos ahora? ¿En qué cámara<br />

estoy? No se mueve una hoja sin que yo lo sepa, ¿entendieron? ¿En qué chucha de<br />

cámara estoy? Ah, la 13. Vaya la camarita que me dieron. ¿No había otro numerito<br />

acaso? Estamos de nuevo junto a ustedes. No se separen de nosotros. Recuerden que<br />

tenemos la música del maestro Horacio y de su bando, digo, su banda, su orfeón, la<br />

plazoleta dominical. La música es mi bálsamo, ¿cierto, Horacio? Lily Marlen. Oh,<br />

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música como debe ser. Bueno, volvemos a lo nuestro, gracias al auspicio de grandes<br />

almacenes ewtvclk kjcjew lnmlc, con veinte sucursales en las islas griegas, en Cartago y<br />

en Constantinopla. Grandes almacenes para un nuevo tiempo, después de extraído el<br />

cáncer que corroía a la nación, después de cantado el himno de la patria nueva y de la<br />

vieja, de la revolución plena, en libertad, en liberal, ultraliberal. Bing, bing… Aquí va a<br />

arder Troya… Fuego! Aquí se queman los cuerpos.<br />

PROMOSIRENA 2: Cabaret Infierno. Cuerpos sudorosos. Mujeres ardientes. Las<br />

mejores chicas de la plaza. Contactos íntimos. Privacidad y discreción asegurada. Se<br />

aceptan todo tipo de tarjetas. Ven a vivir una experiencia mítica.<br />

PENE LOPEZ: Fuego, Ulises. En las calles, en las esquinas. Por los palacios, por los<br />

cuerpos de los jóvenes. No soporto el olor de la carne chamuscada. Fuego, Ulises.<br />

Quintana, Rojas, Telémaco incluso. Cambio de canal para no ver la tragedia. No me<br />

sacan de mi sillón. Tejo una mortaja y no sé para quién.<br />

PROMOSIRENA 2: Todas las prendas y en todas las tallas. Extra large, small. Para<br />

enanos y gigantes. Póngase la ropa. Sáquese la ropa. Prendas íntimas. Camisas rotas,<br />

pedazos de prendas sucias, sangrientas, ideales para un posterior reconocimiento de los<br />

cuerpos.<br />

DON FRANCICLOPE: Agradecemos a nuestros auspiciadores que hacen posible este<br />

viaje. Seguimos con el segmento para toda la familia, para la unidad de la familia, para<br />

la tradición, la familia y la propiedad, el segmento que hace reír y llorar, como la vida<br />

misma, como la familia misma, el pedazo de segmento, la parte por el todo. ¿Quieren<br />

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que siga? ¿O quieren que pare? El segmento para los regalones del hogar, para los<br />

chiquititos, los pequeños, los neonatos, los futuros talentos televisivos de todo el Sacro<br />

imperio Romano Germánico Helénico de pacotilla. Fuerte el aplauso para el clan<br />

infantil. Niños con banderitas de la nación, recitando de memoria fragmentos de algún<br />

poema épico, algún pedacito de Homero, alguna obra teatral, ¿cierto, niños? ¿Cierto,<br />

Antilef? ¿Cierto, Luchito? Saluden. Tomen sus muñecos, niños. Ahora cojan sus agujas<br />

y dispónganse a pinchar a sus héroes. ¡Fuerte el aplauso! ¿Qué tal? ¿Les gusta la<br />

historia que va tocando el tío Valentín, el tío Memo, la tía Patricia, el tío permanente, el<br />

tata, el profesor Rossa, el santo padre, el ciego Homero? ¡Fuerte el aplauso!<br />

PENE LOPEZ: Véanlo. Esta es una fotografía de él, de niño. Y esta otra a punto de ir al<br />

servicio militar. Joven, inexperto. Me da miedo que lo maten. Me da miedo que se lo<br />

lleven los demonios blancos. Devuélvanlo! No tuvo padre el pobrecito y por eso los<br />

milicos ni preguntaron y lo anotaron altiro en la milicia. Lo asignaron muy al sur donde<br />

hace frío y las noches son blancas. Le dijeron que era la guerra, que venían los<br />

enemigos, que debían ser héroes. ¡Ulises! Tienes que taparte en la noche. Búscate una<br />

buena frazada y tápate bien ¿bueno? Mira como tienes el pelo. Este niño no sabe<br />

peinarse y siempre se queja.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué quieres ser cuando grande, Ulises?<br />

<strong>ULISES</strong>: ¿Ah?<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Que qué quieres ser cuando grande?<br />

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PENE LOPEZ: Respóndale al tío.<br />

<strong>ULISES</strong>: Deportista. Ganar las batallas con mi cuerpo y que me pongan medallas.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Y sabes que te tienes que portar bien para eso?<br />

<strong>ULISES</strong>: Sí. Me como toda la comida. Altuis, Citius, Fortius. Más alto, más rápido, más<br />

fuerte. Ya lo dijo el Barón Pierre de Coubertin. Lo mejor es competir y no ganar, o sea<br />

que al ir ganando se deshace el juego olímpico y se pierde el espíritu helénico y nos<br />

quedamos sin fiesta, bacanal ni nada. Sí, tío. Me portaré bien. Derrotaré a los gigantes.<br />

PENE LOPEZ: No le perdonan que haya abandonado la casa. Es que viene de una<br />

guerra, según dicen. Es que la guerra es así y la gente se mata. Es que aparecen tantas<br />

viudas en medio de la guerra. Y yo como una estúpida sin cambiar de canal. No me<br />

enseñaron a hacerlo. Es como si se hubiera estropeado el control remoto. Como si se<br />

hubiesen muerto los números, quedando enterrados ahí en la tele. Un saludo para<br />

Ulises, a ver si me está mirando. Díganle que estoy acá en la casa. Díganle que los<br />

tanques patrullan el barrio y que los oficiales se aparecen por las noches por mi cama,<br />

pero yo los escupo. Fuera! Fuera de aquí les digo. Cambio la tele, pero no hay más<br />

canales. Es la cadena nacional. La cadena que se tira para limpiar las consciencias, los<br />

excrementos. Cambio de canal con mucha rapidez. ¿Ven? Busco las tragedias. Las dan a<br />

esta hora. Aquí. En el capítulo de ayer el joven Salvador Andrés llega al Palacio y debe<br />

enfrentar la rabia de Jorge Anselmo y de Radomiro José, pero finalmente logra entrar a<br />

la casa estudio. Las cosas marchan con mucha dificultad hasta que Augusto José decide<br />

tomar las cosas por su mano, golpea y mata a Salvador Andrés. Le quita la casa y se<br />

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queda con los hijos, muchos de los cuales no reconocen a este padre. Las disputas son<br />

constantes y Augusto José junto a sus amiguitos César, Toribio y Gustavo se coluden<br />

para repartirse la herencia…<br />

<strong>ULISES</strong>: Y quiero libertad con manjar Colún. Quiero justicia con manjar Colún, quiero,<br />

quiero, quiero…Tengo que salir, caminar por los bordes de los acantilados de la isla.<br />

Todo aquí es de cartón, una escenografía de mala calidad, tercermundista. Esto no se<br />

puede soportar. Dónde está mi representante. No saben con quién se están metiendo.<br />

¿Acaso no lee la gente ahora? Se ven los cables de las cámaras. Este es un miserable<br />

canal regional, un programa magazinesco de cuarta categoría. Así no dan ganas de<br />

ninguna peripecia mayor. Voy por ahí arriesgando mi vida y mi fama. Me juego el<br />

pellejo en las islas, en los hondos canales, en los bravos mares y todo para esto.<br />

Empieza a hacer frío, así que pongan la calefacción. En la sala de maquillaje pude ver el<br />

disfraz del monstruo. Pésimo. Comprado en la ropa usada. Se le advertían las costuras<br />

en la espalda.<br />

DON FRANCICLOPE: Ahhh… La ternura del clan infantil. Los niños dicen la verdad.<br />

Los niños y los borrachos, ¿cierto, Yeruba? Pero a veces se equivocan, no son dioses,<br />

¿cierto? Veamos si se equivocan. ¿Dónde está la otra parte del refrigerador, niños?<br />

¿Ah? ¿Dónde está la otra parte de la historia? Tiene que optar, señora. De usted<br />

dependemos. ¡Ya, pues, responda, señora! ¿Dónde está la otra parte?<br />

PENE LOPEZ: Está detrás.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Detrás de que?<br />

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PENE LOPEZ: Detrás de las luces, detrás de la escenografía, debajo del papel.<br />

DON FRANCICLOPE: Nooooooo, señora. Wrong number. ¡Que le corten la cabeza!!<br />

Que la saquen de mi vista. Que parezca un accidente.<br />

PENE LOPEZ: Lo más importante… en la vida es… sonreírle al mundo… con<br />

optimismo y fe… Me enredo en el tejido. Ellos me pasaron los palillos, el telar, este<br />

micrófono. ¿A qué hora dan mi teleserie? ¿A qué hora dan el desenlace de tan trágica<br />

historia? ¿A qué hora, Ulises, te veré?<br />

DON FRANCICLOPE: Tres, dos, uno, corten!!<br />

VII<br />

ESPINIAC: No conozco las bases del concurso. Tengo dinero. Voy a coimear a los<br />

jurados. Mucho dinero. A lot of money. You know what I mean? Se hablará de mí en<br />

este concurso. Van a llover los comentarios. Ríos y ríos de comentarios mal<br />

intencionados. Pura mierda electoral. Quiero las preguntas fáciles porque voy a ganar<br />

este jodido concurso nacional de la república. ¿Quién escribió la Odisea? Mi abogado<br />

ya corre a la enciclopedia y me trae la respuesta por debajo del mueble. Mi abogado se<br />

agacha y me toca. ¿Qué está haciendo mi maldito, mi exquisito abogado? Eso no se<br />

hace frente a las pantallas. Hay miles, millones de dólares, televidentes, niños, detrás de<br />

esa cámaras. Oh, sí. Tengo la respuesta en la punta de la lengua, ahí justo en la puntita.<br />

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No, más allá, eso, ahí. ¿Qué hace mi abogado que no me entrega la respuesta? Mi<br />

abogado se afila a mi contador. Mi contador se tira a mi asistente. ¿Y ahora quién podrá<br />

defenderme?<br />

DON FRANCICLOPE: ¿!Qué dice el público?!<br />

PROMOSIRENA 1: No saben lo que hacen. Por eso no vienen a esta isla a comprar la<br />

mitología barata. Por eso dejan solo al pobre Ulises contra el gigante. Por eso se<br />

acuestan con mi compañera por veinte mil pesos. Estamos liquidando, de oferta,<br />

temporada de descuentos. Una francesa por diez lucas, una camisa por tres mil, un<br />

trabajo por dos cuerpos, un silencio por tu vida. ¿Terminaste, flaquita?<br />

PROMOSIRENA 2: Sí. Era uno de la tripulación, un desertor. Cuando acabó lo miré a<br />

los ojos y le dije que lo había infectado. Que estaba cagado. Que era un maricón. Que<br />

eso no se le hacía a un protagonista. Después me fumé un cigarro.<br />

PROMOSIRENA 1: Somos las heroínas de la patria. Y también cocaínas, porqué no. Si<br />

el espectáculo lo puede todo. Si se la sabe cante. Cante, acúselos a todos, sapee. Quiénes<br />

son los que jalan en el mundillo. Quiénes son los que abandonaron el barco. Quiénes<br />

son los que nos financian. Quiénes son los que nos matan.<br />

DON FRANCICLOPE: Me emociono con el público, con las respuestas del público.<br />

¡Que venga la modelo! Que venga el modelo, el neoliberal y nos haga defecar en baños<br />

climatizados. Que venga la modelo y lance las bombas lacrimógenas. Todos nos vamos<br />

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a emocionar aquí. Las calles están cerradas, llenas de agua. Han traído el líquido del<br />

mar de Ulises. Le han secado su ruta y no tiene escapatoria.<br />

<strong>ULISES</strong>: No sé qué hacer. Dónde, hacia dónde volver los pasos. Voy a un hogar que ya<br />

no existe. Dicen que gané en la guerra, pero no veo los rastros de los enemigos<br />

esparcidos por el suelo. Han escondido a los muertos para ahorrarme la turbación. No<br />

entienden que fui sólo un soldado, un minúsculo y mal entrenado soldado que usurpó el<br />

destino de mala manera. Bueno, pero ahora estamos aquí. Y ya veo lo que has hecho.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿No vas a rezar ante ella?<br />

<strong>ULISES</strong>: Voy a cantar. Un salmo mortuorio. Necesito un minuto para afinar mi voz.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Son esas las tácticas guerreras que enseñan en las academias?<br />

¿Relamidos gimoteos? Este es un estelar prime time. No me jodas el espacio.<br />

<strong>ULISES</strong>: Es una canción protesta, un rap, un hip hop.<br />

DON FRANCICLOPE: Yeruba, quítale el micrófono.<br />

<strong>ULISES</strong>: La escribí en plena tormenta. Cuando pensé que moriría. Cuando mi<br />

tripulación soltó las bolsas conteniendo los vientos.<br />

DON FRANCICLOPE: ¡Que lo saquen del estudio!<br />

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<strong>ULISES</strong>: Cuando pensé que Circe me consumiría. Cuando vi a las tropas secuestrar a<br />

los niños.<br />

DON FRANCICLOPE: No levantes la voz, mocoso.<br />

<strong>ULISES</strong>: Cuando veía las banderas con mi rostro. Cuando escuché los bandos militares.<br />

DON FRANCICLOPE: La Odisea, canto 24. Hermes guía a las almas de los<br />

pretendientes a las puertas de Hades, donde éstos le relatan su suerte a Agamemnón y<br />

Aquiles. Lee el libreto, imbécil. Eso no está acá.<br />

<strong>ULISES</strong>: Cuando crucé la línea de sombra. Cuando me hice hombre en la mar. Cuando<br />

quemé mis naves. Ahí decidí enfrentar este destino y no temerte. Y canté.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué piensas hacer?<br />

<strong>ULISES</strong>: Tú lo sabes.<br />

DON FRANCICLOPE: Quiero escucharlo de la boca del héroe. Te recuerdo que estás<br />

concursando por un premio de…<br />

<strong>ULISES</strong>: ¡Cállate!<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Quieres que despejen el escenario? No sé a ti, pero a mí me<br />

incomodan los cuerpos putrefactos.<br />

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<strong>ULISES</strong>: Ahora te incomodan, pero cuando eran tu público no te molestaban.<br />

DON FRANCICLOPE: Caprichos de artista. ¡Maestro! toque algo clásico, algo con la<br />

lira. Tenemos a un rapsoda de lujo aquí.<br />

<strong>ULISES</strong>: Lo recuerdo bien. El cantó en tu cumpleaños.<br />

DON FRANCICLOPE: Le hice apagar las velas con su lengua. Disco de oro se ganó el<br />

tarado.<br />

<strong>ULISES</strong>: Basta de demoras. El horizonte se está llenando de naves enemigas, de<br />

moscardones, de hombres en celo. Vienen por nosotros.<br />

DON FRANCÍCLOPE: Bien. Resulta que ahora seres valiente. ¿Vas a matarme?<br />

<strong>ULISES</strong>: Quiero un close up. Quiero toda mi vida en pantalla.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué vas a decir? ¿Que te obligué a este viaje? ¿Que no te<br />

agrada firmar autógrafos? ¿Que has visto los naufragios de toda la flota naval de la<br />

república? ¿Qué dirás?<br />

<strong>ULISES</strong>: Que me confundí de bando. Que maté a diestra y siniestra. Que hoy me<br />

buscan por todos lados y yo tardo en volver a casa.<br />

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DON FRANCÍCLOPE: ¿Respuesta definitiva?<br />

<strong>ULISES</strong>: Que no sé cómo es mi hijo. No conozco el color de su pelo ni el tono de su<br />

llanto. Debo volver, pero la casa ya no es la que dejé. Han muerto muchos. La patria se<br />

borra con el paso del tiempo.<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¿Respuesta definitiva?<br />

<strong>ULISES</strong>: Que mi esposa está con otros, que mi esposa es mi hija y mi madre. Que la<br />

han confundido. Que en las calles los soldados disparan. Que en las casas los televisores<br />

se prenden para escuchar los discursos. Que hace un frío de los mil demonios y yo no<br />

estoy ahí. Que los niños leen la historia inexacta del viaje de mi vida y que por los<br />

vidrios rotos de las salas de clases entra el humo de las bombas. Que mi esposa se<br />

acuesta con otros, que la han violado, que sus hijos han ido a parar a manos del<br />

enemigo.<br />

DON FRANCÍCLOPE: ¿Esa es tu maldita respuesta definitiva? ¡Vamos! ¡Por Zeus!<br />

<strong>ULISES</strong>: Diré que entré en la ciudad y que gané la guerra. Diré que me subieron a esos<br />

aviones y me drogaron. Disparé a algún sitio y luego nada. Diré que el pueblo clamaba<br />

por las balas, por los fusiles. Diré que las gentes murieron. Que las ciudades se<br />

vaciaron, que ya nadie vive allí, que es todo falso, una recreación para los turistas, para<br />

los que nunca serán viajeros. Diré que mi cuerpo fue cremado y lanzado a las aguas del<br />

mar. Diré que mi cuerpo fue embalsamado y hecho una estatua para el museo de la<br />

victoria. Diré que mi cuerpo no apareció. Que lo enterraron los miserables y que no<br />

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apareció. Diré que abrieron mi cuerpo y lanzaron mis visceras al mar. Diré que mi<br />

cuerpo olvidó, que tiene amnesia, que camina por otros sitios y no sabe que es él. Que<br />

alguien escribe mi historia y que inventa los hechos. Diré que ahora hay un impostor.<br />

Un Ulises falso que nunca salió del horroroso Ítaca, que nunca salió de ningún sitio.<br />

Que quizás yo soy el impostor, pero…<br />

DON FRANCICLOPE: Vaya, boicot lingüístico. Boicot de todos estos temerosos<br />

pelafustanes que no han visto una tormenta ni en la televisión. Amotinados a más no<br />

poder y con control de la torre de mando. Y ahora se confunden y dicen isla Quiriquina,<br />

isla Dawson, isla Creta, archipiélagos innumerables. ¿Qué hacemos con estos traidores<br />

Contreras, Krasnoff, Moren Brito? Peleles amedrentados con el peso de la mitología.<br />

No son dignos de que entren en tu casa, pero una palabra tuya… ¿Qué significa todo ese<br />

rosario tuyo?<br />

<strong>ULISES</strong>: Significa que estoy leyendo el canto 24 de la historia. Que esto es Ítaca, un<br />

maldito programa en vivo. Que nunca he salido de estas paredes. Que nunca mojé mis<br />

pies en ningún mar. Que no volveré a casa, porque mi casa no existe. Esto es Ítaca. Una<br />

escenografía. Puro material de desecho.<br />

DON FRANCICLOPE: Me abrumas. ¿Dónde están los micrófonos ocultos?<br />

<strong>ULISES</strong>: No hay micrófonos. Todo está grabado desde hace siglos.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿O sea que todo es falso?<br />

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<strong>ULISES</strong>: No todo. Esta espada ardiente es real. Y mis trajes y mis túnicas cosidas con<br />

hilos dorados. Y esto también…<br />

DON FRANCICLOPE: ¡¿Qué!!!?<br />

<strong>ULISES</strong>: Tu sangre.<br />

DON FRANCICLOPE: ¿Qué haces?<br />

<strong>ULISES</strong>: Ahora seré el animador perpetuo y exclusivo.<br />

DON FRANCICLOPE: Ahh! Mi ojo. No veo.<br />

<strong>ULISES</strong>: Lo sé. Nunca viste nada.<br />

VIII<br />

<strong>ULISES</strong>: El ecuestre engaño de madera funcionó. Ese caballo vacío, hueco. Nos<br />

refugió, penetramos en la ciudad y nos dio el triunfo. Flashes, fotografías del ingreso en<br />

Troya. Engañó a los brutos soldados y a los gobernantes. Era el regalo para el pueblo.<br />

Las enormes puertas se abren y dan paso a la caja de madera, la caja idiota. Caballo<br />

torpe para cabalgar a la guerra, compañeros. La idea fue mía. El camuflaje perfecto. El<br />

engaño funcionó, pero alteró el juicio de las gentes. Hoy veneran a la estatua en las<br />

plazas de Troya, a la caja vacía, a la caja en la que se parapeta el enemigo.<br />

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FIN<br />

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