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psicología<br />
El miedo a la oscuridad<br />
es parte de los temores que siente el ser<br />
humano y que le ha permitido sobrevivir<br />
como especie. Por tanto, no se trata de un<br />
problema psicológico ni clínico. De hecho,<br />
suele manifestarse con más intensidad en<br />
niños ansiosos o que hayan experimentado<br />
algún hecho traumático durante la noche.<br />
Como explica el psicólogo Andrés García,<br />
“los temores que siente un niño no se<br />
deben realmente a la oscuridad, sino a lo<br />
que ellos creen que la oscuridad trae. Es en<br />
este manto negro que el niño proyecta sus<br />
propias angustias y para dormir solo y de<br />
noche, muchos pequeños deberán enfrentar<br />
sus primeros temores”.<br />
paCienCia Y buen humoR<br />
Es importante que los padres tengan claro<br />
que los niños deben dormir solos porque de<br />
esa manera se fortalece su independencia<br />
y autonomía, y cuando logran hacerlo ellos<br />
mismos se siente orgullosos de poder enfrentar<br />
sus miedos. Los padres consentidores,<br />
terminan por tener chicos que a los 12 o 13<br />
años siguen pasándose a sus camas, lo que<br />
bajo ningún concepto los beneficia.<br />
Lo importante durante esta etapa, que<br />
suele presentarse a partir de los tres o cuatro<br />
Miedos<br />
nocturnos<br />
Es común que los niños sientan<br />
miedo a la oscuridad y consideren<br />
la cama de sus padres como el<br />
mejor refugio. ¿Cómo lidiar con<br />
estos temores?<br />
años, es que los padres aprendan a manejarla<br />
con amor y paciencia, y no con frases severas<br />
que puedan dañar la autoestima del niño.<br />
Como explica la psicóloga Valerie Hage, “si<br />
los padres optan por cerrar la puerta de su<br />
cuarto con pestillo para evitar su ingreso,<br />
colocan rejas con el mismo fin o les llaman<br />
la atención mediante gritos, la ansiedad del<br />
niño puede terminar por desbordarse y lo<br />
que en un inicio era un simple temor puede<br />
convertirse en una fobia mucho más difícil<br />
de tratar”.<br />
identifiCando temoRes<br />
Frente a un miedo lo que se suele hacer es<br />
escapar. Pero, si escapamos siempre, el miedo<br />
nunca se va y se mantiene. Por eso, por regla<br />
general, hay que enfrentar el miedo. “Si<br />
nuestro objetivo es lograr que nuestro hijo<br />
aprenda a dormir solo, la primera recomendación<br />
es no hacerlo de manera brusca sino<br />
de forma paulatina. Es decir, ir avanzando a<br />
medida que el niño proyecte mayor seguridad<br />
en si mismo”.<br />
Si al principio no puede dormir solo y<br />
busca desesperadamente la cama de sus<br />
papás, déjelo con usted pero paralelamente<br />
háblele e identifique a qué le tiene miedo. Si<br />
el niño le dice que tiene miedo a la sombra<br />
que ve en su pared, hay que hacerle entender<br />
que no se trata de un fantasma sino de la<br />
sombra proyectada de algo. Aplique la lógica.<br />
Para eso puede ayudarse prendiendo la luz<br />
para que él mismo constate que lo que se<br />
proyecta sobre la pared no es de temer. De<br />
esta forma estaremos enseñándoles a diferenciar<br />
entre la fantasía y la realidad”.<br />
A veces solo prestamos atención a lo que<br />
los niños ven por televisión y no a lo que<br />
escuchan. Muchas veces los cuentos de terror<br />
que suelen contar los amiguitos o familiares,<br />
y que excitan y gustan a los niños, pueden<br />
ser perturbadores al momento de conciliar<br />
el sueño. Trate de evitarlos en la medida de<br />
lo posible, sobre todo si está cerca la hora<br />
de dormir.<br />
■ Estrategias<br />
• Utilice esas pequeñas lucecitas que se<br />
colocan en el enchufe o deje la lámpara<br />
ligeramente prendida. Vaya eliminando<br />
la luz de manera gradual. Al comienzo<br />
puede dejar la luz prendida toda la<br />
noche y luego apagarla cuando el niño<br />
esté dormido, de manera que sepa que la<br />
luz no va a estar prendida todo el tiempo<br />
y que a pesar de ello todo irá bien.<br />
• Mediante el dibujo puede lograr que<br />
su hijo vaya perdiendo el miedo a la<br />
oscuridad. Dígale que imagine que hay<br />
en la noche y que lo pinte en una hoja<br />
de papel. Luego, dígale que haga que<br />
aparezca. Entonces, él contestará que no<br />
puede porque el monstruo o el fantasma<br />
no están allí, están solo en el papel.<br />
Deberá contestarle que si el dibujo está<br />
únicamente en el papel o en su mente<br />
quiere decir que no es real.<br />
• Otra estrategia es ir alejando<br />
paulatinamente su cama de la suya.<br />
Déjelo dormir con ustedes en un<br />
principio, luego muevan la cama entre<br />
su cuarto y el del niño y, cuando ya esté<br />
más seguro de sí mismo, colóquela en su<br />
cuarto.<br />
• También es útil que el niño maneje<br />
unas tres o cuatro frases que le den una<br />
sensación de control en momentos<br />
de temor como “esa sombra es la de<br />
un objeto y no va a pasar nada”. Es<br />
importante que el mismo niño las<br />
elabore y no los padres. Usted puede<br />
hacerlo reflexionar sobre el tema pero es<br />
él quien debe construir sus frases.<br />
• En niños extremadamente ansiosos<br />
aprender a tener una respiración<br />
profunda en momentos críticos es<br />
de gran ayuda. Enséñele a inspirar<br />
profundamente y luego a expirar. Puede<br />
repetirlo unas cuatro veces. Hay artes<br />
marciales para niños que tienen muy<br />
buenos resultados para este fin.<br />
TIP <strong>RIMAC</strong><br />
El momento de ir a dormir debe ser cálido y<br />
acogedor, tanto para los padres como para el<br />
niño. Haga una rutina y respétela.<br />
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