Edición N°285

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critica de la argentina critica de la argentina 24 insert culturas Sábado 13 de diciembre de 2008 Sábado 13 de diciembre de 2008 25 Fracasó en Hollywood y triunfó en Nueva York. No en teatros prestigiosos sino en films sadomasoquistas. Fue una niña abusada, una joven nudista y una anciana maestra evangelista. SERGIO S. OLGUÍN Comencemos por el primer final: en 1957 Betty Page era un incipiente mito erótico para los norteamericanos. Muchos habían quedado prendados con sus fotos aparecidas en Playboy en enero de 1955. Sus films clase Z, donde invariablemente se desnudaba, circulaban en un mercado que bordeaba lo ilegal pero que ayudaba a acrecentar el mito. Lo mismo ocurría con sus inocentes fotos de chica pin-up y con las menos inocentes fotos en poses sadomasoquistas. No había conseguido triunfar en Hollywood pero había alcanzado una considerable celebridad. Un día decidió no renovar sus contratos fotográficos. Otro día se esfumó. Nadie supo nada más de ella. Las conjeturas y las teorías paranoicas sobre su fin se multiplicaban año tras año. Se decía que se había convertido en amante del predicador Billy Graham y que se habría vuelto evangelista; se decía que había entrado de misionera en una orden religiosa, que su crisis de fe se había producido cuando un muchacho se había ahorcado intentando imitar alguna de sus poses sado. Y la teoría más dramática: Betty Page se habría suicidado al ver disminuir su sex-appeal. Y lo que era un incipiente mito se transformo en un fervoroso culto: nacieron las revistas Betty Pages dedicadas a sus fotos y a crear historietas que la tenían como protagonista; sus películas cruzaron el océano y se proyectaban en toda Europa generando clubs de admiradores; en Italia y Alemania se publicaban, de forma pirata, libros con sus fotos; en todo Estados Unidos se organizaban concursos de sosías. También hubo lugar para los homenajes como el realizado en The Rocketeer, la historieta de Dave Stevens llevada al cine, donde la heroína es una infartante muchacha de flequillo negrísimo llamada Bettie. Otro personaje de historieta, Valentina, también parece haber tomado mucho de la reina de las pin-up. Beatriz Dalle le “robó” su look en el film Betty Blue, como años después haría lo mismo Patricia Arquette en Lost Highway, la película de David Lynch y, mucho después, también lo haría Natalia Oreiro en “Tu veneno”. Pero un día, 35 años más tarde, Betty Page volvió a aparecer. Fue en diciembre de 1992 en el programa Lifestyles of the Rich and Famous. No se dejó fotografiar ni filmar. Sólo quería que supieran que estaba viva, que quería disfrutar de su fama postmórtem pero en vida. En ese programa de TV y en algunas –pocas– entrevistas poste- CÓMO BETTY PAGE SE CONVIRTIÓ EN UN ÍCONO DEL SIGLO XX LA CHICA QUE SE DESNUDABA POR 25 U$S riores contó cómo habían sido sus últimos 35 años. En 1957 se fue definitivamente de Nueva York. Durante dos años se dedicó a la enseñanza. Aún dudaba qué iba a hacer de su vida. Ya tenía 34 años, su cuerpo perfecto comenzaba a declinar y el mercado de fotos se había terminado. ¿Le quedaba como única opción, como ya había ocurrido con otras chicas del ambiente, pasarse a la pornografía? Pero en la nochebuena de 1959 vio la luz. Al año siguiente Betty se unió en Chicago al predicador Después de 35 años se volvieron a juntar Bunny Yeager –la fotógrafa que realizó la producción de Playboy– y Betty Page. Fragmentos del diálogo publicado por Interview en 1993. Bunny Yeager: –¿Qué le hace falta a una buena modelo? –La chica tiene que tener buena figura y un rostro razonablemente lindo. También es importante mirar directamente a la cámara. Alguna gente ha dicho que una modelo debe estar enamorada de la cámara. Por momentos yo me imaginaba a mí misma posando para mi novio. La situación parecía más realista de esa manera. –¿Cree que su fama se deba al hecho de Billy Graham (unión puramente religiosa y no sexual) y a partir de 1963 comenzó a dictar clases en una escuela evangelista. Se casó nuevamente en 1967, se divorció en 1972 y se instaló en 1978 en California donde vivió hasta 1992 gracias a una pensión de la seguri- dad social que apenas la salvaba de la indigencia. “Voy a enviarle un cheque de varios miles de dólares”, declaró en ese mismo programa de TV Greg Theakston, ilustrador y editor de la revista Betty Pages (1987-93). La fama de Betty creció a tal punto que se llegó a hacer una película con su vida: The Notorious Bettie Page (2005) dirigida por Mary Harron. Así fue la vida de la mujer que murió ayer en un hospital de San Francisco. Lo que sigue es la historia de la chica que se desnudaba por 25 dólares. abusar de ella que, por temor, nada dijo y sólo se animó a contarlo en 1995 en una entrevista concedida a Playboy. Bett llegó hasta la universidad donde se recibió de profesora de inglés. Paralelamente, participaba en grupos de teatro y pasaba largas rostro combinaba sensualidad e inocencia en una mezcla explosiva. A los 21 años decidió ir en busca de la fama: se fue a Hollywood. Una vez ahí consiguió rápidamente un contrato para hacer una publicidad gráfica pero nada más. Se presentó en los estudios, habló con FRACASAR EN HOLLYWOOD. Bettie Mae horas viendo las revistas donde apa- apa- todos los que pudo hablar pero na- na- Page nació el 22 de abril de 1923, recían las estrellas de cine. Ella quedie le ofreció ni un papel de extra. hija de un granjero y de una india ría ser como Joan Crawford o Jean Pronto se dio cuenta de que triun- cherokee. Su infancia, como la de Harlow. Condiciones físicas no le falfar en Hollywood no era fácil y que Marilyn Monroe, estuvo marcada taban: medía 1,65, pesaba 52 kilos y no tenía ni para comer. Su nuevo por el abuso sexual. Cuando Bettie sus medidas eran armoniosamente destino fue Nueva York. La Gran tenía 13 años su padre comenzó a abundantes: 94-56-93. Además su Manzana le depararía sorpresas de todo tipo. Y le permitiría alcanzar su extraña celebridad. A poco de llegar a Nueva York, conoció un fotógrafo húngaro que haber posado para más fotos que cualquier esas sesiones. Probablemente no debería ofrecía a chicas lindas casa y comi- otra modelo de su tiempo? importarle a nadie. da a cambio de que posaran gratis –No. Pienso que es porque en mis fotos se –Bueno, no tengo ningún problema en para sus fotos. Bett aceptó el trato. notaba que yo disfrutaba mucho posando. responderle. Recibía 25 dólares diarios. Se presentó también en el concurso Incluso cuando era niña: mi hermana y yo –¿Nunca pensó que estaba mal posar “Miss Long Beach” consiguiendo un solíamos vestirnos como estrellas de cine y desnuda? decepcionante séptimo puesto. posar imitando las fotos de las revistas. –No. Después de todo, Dios creó a Adán Su fuerte era su belleza, su foto- –Usted parecía estar adelantada a su y a Eva y los tuvo desnudos en el Edén. Si genia, su capacidad de transmitir tiempo en tantos sentidos –el estilo pin-up, la Eva no hubiese probado el fruto prohibido, voluptuosidad en una foto. Así atrevida ropa interior que usaba, las sesiones probablemente habrían pasado el resto de lo consideró Robert Harrison, el fotográficas de dos mujeres, las fotos en sus vidas desnudos. editor de revistas de chicas pin- cautiverio–. ¿Trataba de marcar caminos, de –¿Hay algo que quiera agregar sobre su vida? up, que apenas la vio quiso tener- señalar tendencias a seguir? –No. Sólo que disfruté todos mis años como la entre sus chicas. En muy poco –No, no trataba de hacer nada. Yo era modelo, y que no me arrepiento de nada tiempo, Bettie se convirtió en la simplemente yo misma. de eso. Y que disfruté cuando trabajamos estrella absoluta de las revistas de –Odio preguntarle cúanto le pagaban por juntas. Usted me sacó fotos hermosas. Harrison: en las divertidas fotonovelas de esta época, Bettie aparece “Yo no trataba de hacer nada. Era simplemente yo misma” con portaligas, polleritas muy cortas o desnuda pero dentro de una bañera llena de espuma (que sólo dejaba ver hasta apenas por debajo de los hombros). Un amigo le presento a Irwing Klaw, “el rey de las chicas pin-up”, que a diferencia de Harrison ven- Dominatrix. Irving Klaw fue el creador de la imagen SM de la tierna Betty en fotos y films. Su revista. A fines de los 80 la fama de Betty creció con la revista que llevaba su nombre. Feliz Navidad. Fue el deseo de Betty Page desde el póster central de Playboy en 1955. día las fotos sueltas o en catálogos y por correo. Klaw la incluyó en un catálogo pero se equivoco en el nombre: Bettie se volvió definitivamente Betty. Los coleccionistas no tardaron en reclamar más fotos de la nueva chica que ya se iba acostumbrando a convertirse en estrella de todos los ambientes que pisaba. Pronto comenzó a ganar más que sus compañeras y, de la mano de Betty, Klaw vio florecer su negocio. Al poco tiempo comenzó a ofrecer películas de striptease. ENTRE EL DESNUDO Y EL BONDAGE. Klaw filmó una serie de medio y largometrajes donde Betty Page fue ganando en protagonismo: primero aparecía sólo en una bañera llena de espuma, luego tenía su número de striptease y finalmente se convirtió en la estrella absoluta. Paralelamente, Klaw filmaba cortos que se limitaban a mostrar a Betty moviéndose sensualmente vestida con poca ropa y tacos al- tos. De estos cortos, Klaw filmó alrededor de cincuenta. Durante años, las películas de Betty Page circularon de manera pirata por todo el mundo. En 1992 se editó su “video oficial”, y en 1998 apareció la recopilación de las películas de Klaw, Betty Page: Pin Up Queen. También se editó el CD que contiene la música que usaba Betty para desnudarse. Pero Klaw tenía en mente un nuevo negocio para satisfacer las fantasías sexuales de los norteamericanos: el bondage, una práctica sadomasoquista que tenía muchos adeptos. En las fotos que comenzó a hacer, Klaw se limitaba a mujeres atadas que recibían supuestos castigos corporales de otras mujeres, especialmente el spanking o “chirlo erótico” que consistía en chicas pegándoles a otras chicas en la cola (enfundadas en poco sensuales bombachas). Como consecuencia lógica, las fotos pasaron a ser películas. En ellas Betty aparecía como víctima y victimaria de otras mujeres y su presencia robaba toda la pantalla. Betty también trabajaba para los “Camera Club”, grupos de fotógrafos que se reunían para hacer safaris fotográficos por el cuerpo de Betty Page. Cuando en 1955 consiguió aparecer en Playboy, Betty sintió que tocaba el cielo con las manos: ahora su llegada era masiva y no pasaba día que no mirase las fotos que le hizo la fotógrafa y ex modelo Bunny Yeager. En esos dos años que siguieron hasta su huida del mundanal ruido, a Betty no le faltó trabajo. Pero Harrison comenzaba su decadencia ante el crecimiento de Playboy y lo mismo ocurría con Klaw que estaba en la mira del FBI por sus fotos consideradas ilegales (el bondage era una práctica prohibida). Qué paso realmente por la cabeza de Betty cuando decidió dejar todo sólo lo contó a Playboy 38 años más tarde: en 1957 ya no trabajaba ni para Harrison (que estaba a punto de quebrar) ni para Klaw (enjuiciado por su actividad). Una de las pruebas contra Klaw era la muerte de un joven que había intentado repetir una pose de bondage. Betty comenzó a recibir amenazas anónimas y presiones de la policía. Resolvió terminar con todo: sus últimos desnudos –como en una nostálgica despedida– fueron para los Camera Club, los primeros fanáticos de Betty que se quedaron con sus últimas imágenes. Después de la última sesión fotográfica, Betty Page decidió esfumarse. Y ya saben cómo siguió la historia. “Klaw filmó una serie de largometrajes donde Betty Page fue ganando en protagonismo: primero aparecía sólo en una bañera llena de espuma, luego tenía su número de striptease y finalmente se convirtió en la estrella absoluta”.
26 critica de la argentina Sábado 13 de diciembre de 2008 Donde está mi patria apareció en 1949, con dieciocho textos escritos en friulano. La realización de esta pequeña obra, dice Vanna Andreini, se corresponde con el propósito de constituir ese dialecto en lengua, a través de la creación de una Academia (la Academiuta di lenga furlana, 1945), las traducciones y, sobre todo, la propia escritura, ya que el friulano carecía de tradición escrita. El proyecto de Pier Paolo Pasolini (1922-1975) tenía una impronta política: el dialecto había sido censurado en la Italia fascista y, tal como lo formulan estos poemas, traía consigo una nítida conciencia de clase y del enfrentamiento entre pobres y ricos (siòrs, término que, explica la traductora, “incluye en su campo semántico tanto a los ricos como a los señores entendidos como propietarios y poseedores de refinamiento y cultura”). El friulano fue la lengua recibida de la madre, y también una lengua reinventada. Pasolini empezó a escribir sus poemas sin conocerlo y recién lo adquirió como hablante al instalarse en el pueblo de Casarsa, durante la Segunda Guerra. Además, se trataba de una lengua que no estaba fijada y en consecuencia reconocía diferencias según los lugares donde circulaba. Los poemas siguen así distintas variantes del dialecto. Cada texto hace oír una voz, y a través de ella pequeñas historias de jóvenes obreros y campesinos. Los días de fiesta, la iniciación sexual en la guerra, las invectivas contra los ricos y sobre todo el despertar de la propia conciencia son los motivos más visibles. En este contexto, dice Andreini, patria “querrá decir fundamentalmente la construcción de una tradición cultural en esta nueva lengua”. El título, de hecho, no formula una pregunta, sino que afirma una localización, también relacionada con los afectos. “La patria es para mí una sed / cerrada en un pecho quemado por el ardor”, escribe Pasolini en el delicioso poema homónimo del libro, y con más precisión: “mi patria está en mi sed de amor”. Este libro permite acceder a la intimidad de un gran creador a través de uno de sus aspectos menos conocidos, al menos en castellano. Osvaldo Aguirre DIARIO DE GREG, UN UN RENACUAJO RENACUAJO Autor: Jeff Kinney (Molino/Del Nuevo Extremo) De qué trata: narra- ción con texto, dibujos e historietas acerca de la vida de un adolescente en su colegio. Por qué leerlo: porque todos fuimos adolescentes que nos sentimos un renacuajo en algún momento de esos cinco o seis años que dura la secundaria. Y porque los que vemos Manual de supervivencia escolar de Ned (sí, lo miramos, ¿algún problema?), sabemos que el humor yanqui alrededor del tema es inteligente y tierno a la vez. Este libro pinta así. El que avisa no traiciona: me gustó mucho más Guebel cuando hablaba de sí mismo o cuando hacía esa lectura mortuoria de los 70 que ahora, en Los padres de Sherezade (Eterna Cadencia, 2008). Ése es su último libro y su segundo de cuentos. De ahí emerge un Guebel tipo flâneur posindutrial: cínico, erudito, elegante, irónico, con sumarias aptitudes sociales, con un brandy en la mano o practicando bungee-jumping en un paraje exótico. Los cinco relatos que el libro reúne entregan los trazos gruesos de la inapelable bonne littérature. Un finísimo estilo, un poco atildado, que elude todas las marcas personales, humor refinado, sofisticados argumentos, hechos y datos remotos y todos los lugares comunes de ese género oligárquico que es la literatura fantástica: inmortalidad, magia, alquimia, anatomía, referencias a personajes y circunstancias reales que galvanizan de modo verosímil los afiebrados bandeos de una mente ociosa y lúdica. ¿ES TEHERÁN UNA UNA CIUDAD EMBLEMÁTICA? insert culturas LIBROS Buenos, malos, obras maestras y feos nuestros críticos leen y opinan DONDE ESTÁ MI PATRIA Pier Paolo Pasolini. Traducción de Vanna Andreini. Ediciones Gog y Magog, 65 págs. Poemas. $29 POEMAS COMO GESTO POLÍTICO 8 LOS PADRES DE SHEREZADE Daniel Guebel Eterna Cadencia 112 págs. Novela. $36 6 FINÍSIMO ESTILO, UN POCO ATILDADO LOS QUE TODAVÍA NO LEÍMOS Autor: Daryush Shayegan (Katz Editores) De qué trata: trata: pequeño libro de sólo 52 páginas en el que el pensador iraní expresa sus ideas acerca de la Teherán moderna. Por qué leerlo: la imagen que tenemos de Oriente Medio está siempre tamizada por el prejuicio occidental. No es común encontrarse, como en este caso, con un testimonio de primera mano. Qué piensa un intelectual iraní de su propia cultura es algo que despierta la expectativa del lector curioso. El primer relato es el más corto y el más trivial: “La fórmula de los jesuitas” imagina una peregrinación secreta de Lenin a Francia, donde se conecta, a fuerza de diálogos imposibles, con la Revolución Rusa con el cristianismo primitivo. Ni mal ni nuevo. “La nariz de Stendhal”, en cambio, no disimula tras el floreo verbal una cantidad de buenas ideas acerca de las relaciones posibles entre saber, poder y literatura, foucaultianamente, en la premarxista Europa del 1800. El relato que le da nombre al libro recrea sin sobresaltos un clásico de la literatura, Las mil y una noches, y agrega un mito más al mito, aun cuando esto parecía imposible o innecesario. Los dos que quedan, “Un sueño de amor” y “El secreto de la inmortalidad”, deparan momentos de buena lectura, ni muy relajada ni muy estricta. Digamos, convencional, pero en el buen sentido del término. Dentro del buen catálogo de Eterna Cadencia, uno de los emprendimientos editoriales más interesantes de este año, el libro de Guebel es una promesa de solidez y delata la estrategia de anclar las apuestas más arriesgadas a fórmulas más ortodoxas y probadas. Ni mal ni nuevo, en fin. La rigurosa y clásica línea que sigue Los padres de Sherezade, sin derrumbes, sin lluvia, sin desbordes ni exabruptos, entrega esto: buena literatura y nada más. O, como dice el protagonista de la última novela del autor, que se malinterpretan como la misma persona: “Una obra maestra de segunda categoría”. Diego Vecino EL INCENDIO Autoras: María Teresa Andruetto y Gabriela Burin (album (album del del Eclipse) De qué trata: libro-ál- bum para chicos. Cuenta Cuenta la historia de un payaso y el incendio del teatro en el que actúa. Por qué leerlo: la literatura infantil argentina mantiene siempre una muy buena calidad. Y mucho más si la autora de los textos es una escritora cordobesa que se ha especializado en literatura infantil, pero que también se ha destacado como autora de adultos. Junto a las ilustraciones que remiten a un universo inquietante, la pequeña historia crece y crece. LA BIBLIA Y EL CALEFÓN MÁS LECCIONES DE CINE Clases magistrales de grandes directores. Entrevistas a cargo de Laurent Tirard. Paidós Comunicación Cine, 190 págs. $28 Laurent Tirard, siguiendo una tradición francesa, se acercó al cine como crítico antes de debutar, en 2007, en la dirección con Molière, ya estrenada en Argentina. Este camino de la crítica a la realización fue inaugurado por los pioneros de la revista Cahiers du Cinéma en los 50, luego devenidos en cineastas; Truffaut, Godard o Rohmer crearon la tradición de la cinefilia, una disciplina dura, casi monástica en su devocional visión y revisión del cine. Más de medio siglo después Tirard recorre un camino parecido pero sin el rigor de aquéllos. Como editor de estas lecciones de cine elige a sus entrevistados con un criterio ecléctico, mayormente directores franceses: Lelouch, Chabrol, Techiné, Claire Denis, y algunos extranjeros: Arthur Penn, Jarmusch, Polanski, Soderbergh. Tirard trata a todos por igual, y así el canadiense Denys Arcand (Las invasiones bárbaras) o el mexicano Alejandro González Iñárritu (Babel) parecen equipararse a Claude Chabrol. Una forma de igualar hacia abajo. No obstante, esta peculiar forma de democracia cinéfila (acompañada de una discreción impropia del cine, reino del chisme: cuando Chabrol “despotrica violentamente contra ciertos jóvenes cineastas americanos”, Tirard elige omitir sus nombres) abre una forma de debate sobre la puesta en escena: filmar con una sola o más cámaras, los travellings, la incidencia del director en el guión o el montaje, que adquieren valor en tanto son la opinión directa de los que hacen el cine –más allá de sus calidades personales– lejos de tanta teorización vacua que domina el discurso cinematográfico de la época. Cada lector, cinéfilo, puede elegir o descartar el nombre que prefiera, Michael Mann o Milos Forman, Atom Egoyan o Mathieu Kassovitz; la Biblia vs. el calefón, para contribuir al armado de su propio punto de vista sobre el cine. El de Tirard habrá que buscarlo, quizá, en sus películas por venir. Como crítico se despide armonizando un amable coro de voces ajenas. Eduardo Rojas MALA SANGRE 6 Autor: Cristina Loza (Emecé) De De qué trata: precuela de La La hora hora del del lobo. lobo Sobre las vacaciones, de 1953, de Pilar Montero en la estancia de su abuelo, el patriarca y caudillo Don Pancho, quien somete a los peones. Ahí Pilar va a descubrir el mundo cuando estalle la tragedia. Por qué leerlo: epa, epa. Dos escritoras en una misma sección parecen demasiado, pero no. Porque Loza es una popularísima escritora que fue primero profeta en su tierra y ahora es leída en todo el país. Esta novela seguramente va a encontrar muchísimos lectores.
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