Anuario Espírita 2009 - Bezerra de Menezes Kardecian Spiritist ...
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suce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las leyes superiores <strong>de</strong>l Amor, instituidas por el Ser<br />
Supremo?<br />
Y la respuesta vendrá, simple y concisa: Todo eso será la<br />
consecuencia <strong>de</strong> infracciones a las mismas leyes, efectos lamentables <strong>de</strong><br />
causas lamentables, frutos <strong>de</strong>l libre albedrío mal orientado <strong>de</strong> cada uno.<br />
Finalmente, registraremos la última ilustración, retratando los<br />
terribles dramas <strong>de</strong> la vida real <strong>de</strong> los que la Tierra es escenario, y don<strong>de</strong><br />
contemplamos “el llanto y el rechinar <strong>de</strong> dientes” resultantes <strong>de</strong> los malos<br />
actos practicados por nosotros.<br />
“El Reverendo Sacerdote J. era un joven <strong>de</strong> treinta y dos primaveras,<br />
culto, profesor <strong>de</strong> latín y portugués, orador muy elocuente, que arrebataba<br />
a los fieles con sus bellos sermones filosóficos y religiosos, y muy estimado<br />
por los amigos y por los alumnos. Pero, cierta mañana, en la pequeña<br />
ciudad <strong>de</strong> cuya parroquia era vicario, y cuando se entregaba a la celebración<br />
<strong>de</strong> la misa, abandonó súbitamente el altar, y, agitadísimo, se dirigió a su<br />
resi<strong>de</strong>ncia, que quedaba próxima a la iglesia, se encaminó al fondo <strong>de</strong>l<br />
terreno que ro<strong>de</strong>aba la casa y empuñando una azada, se puso a cavar la<br />
tierra con avi<strong>de</strong>z. Extrañando el acontecimiento, por cuanto el sacerdote<br />
se encontraba revestido con las insignias religiosas, su madre se aproximó<br />
a él y le interrogó:<br />
– ¿Qué haces, hijo mío? ¿Por qué estás cavando el terreno?<br />
Y él, con la voz emocionada, ronca, los ojos brillantes, el rostro<br />
encendido, respondió lacónicamente:<br />
– Aquí hay un tesoro enterrado, necesito encontrarlo…<br />
Pocos días <strong>de</strong>spués hubo necesidad <strong>de</strong> internarlo en un hospital<br />
psiquiátrico, pues su excitación crecía cuando se reconocía imposibilitado<br />
<strong>de</strong> cavar en aquel terreno.<br />
No acompañé el tratamiento médico <strong>de</strong>l enfermo, puesto que tal<br />
hecho pasó durante mi juventud y lejos me sentía entonces <strong>de</strong> pensar que<br />
un día lo <strong>de</strong>scribiría para el público. Así, pues, no me interesé por los<br />
acontecimientos, sino relativamente, y por eso no fui informada sobre el<br />
diagnóstico hecho por los psiquiatras <strong>de</strong>l hospital. Pero es evi<strong>de</strong>nte que<br />
en el caso existía la llamada “i<strong>de</strong>a fija”, <strong>de</strong>talle, por lo que parece, muy<br />
grave para la psiquiatría. No obstante, sé que el joven sacerdote estuvo<br />
hospitalizado durante catorce años sin presentar jamás ninguna mejoría,<br />
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