Recuerdos de un corredor de 400 m. vallas. Manuel SORIANO ...

Entrenando hacia 1971 ó 1972.
Diferencias con la Federación, 1973
Recuerdos de un corredor
de 400 m. vallas
M E M O R I A P E R S O N A L
Entrenamiento conjunto con equipo alemán de 400 vallas.
En el invierno del 73 proseguí con los entrenamientos, mi objetivo era lograr 49”. Ese verano ocurrió un hecho
que tuvo unas consecuencias lamentables. En un encuentro de la Copa de Europa de atletismo, en Zelje
(antigua Yugoslavia), se produjo una deficiente actuación del equipo español. Debido a una concatenación
de malos resultados de nuestro equipo (no por mi parte, pues gane mi prueba), de las cinco naciones participantes,
quedamos los últimos clasificados. El fracaso le sentó muy mal al entonces presidente de la Federación Española, Sr.
Cavero. Según nos enteramos posteriormente, también le molesto que en la cena de confraternización, organizada por
el anfitrión como despedida, no manifestáramos pesadumbre o tristeza por la derrota, como parece ser que le hubiera
gustado, más bien lo contrario, nos lo pasamos estupendamente, lo normal, teníamos la conciencia tranquila. Todo el
que haya practicado este deporte sabe que, cuando se compite, la entrega siempre es total, sin reserva alguna, y unas
veces sale bien y otras no tan bien.
A los pocos días fuimos convocados para asistir a la Universiada de Moscú por la Federación Nacional de Deporte Universitario.
Nos encontrábamos concentrados en un hotel, en las inmediaciones de la ciudad universitaria de Madrid a la
espera del evento cuando, el Sr. Sánchez Mayoral, entonces presidente de dicha Federación, quiso implantar una serie de
normas que consideramos propias de una concentración de escolares, tales como: “que si nos teníamos que acostar a una
hora”, “que si no podíamos salir del hotel” y otras por el estilo. Esto produjo un malestar general que se materializó en la
presentación de un escrito en el que exponíamos nuestra disconformidad con dichas medidas y el anuncio de no asistir a la
Universiada y abandonar el hotel si se continuaba con semejantes imposiciones. Ante la situación creada, el Sr. Sánchez Mayoral
se fue a la Federación Española de Atletismo a presentar sus quejas al Sr. Cavero, y éste, tomándose la revancha por la
actuación de Zelje, decretó la suspensión federativa de por vida de siete de los atletas implicados. Cinco teníamos el récord
de España en nuestras pruebas respectivas. Significaba desmantelar de un plumazo el equipo nacional. Los argumentos
que se esgrimieron, para la desproporcionada sanción, fueron los típicos de la situación política de la época, como: que si
“el principio de autoridad era sagrado”, que “había que apartar las manzanas podridas del cesto” y tonterías por el estilo.
AÑO 2010 VELEZANA 9