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CULINARIA Revista virtual especializada en Gastronomía<br />

<strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado de México www.uaemex.mx/Culinaria Publicación Semestral No. 1 Enero/Junio 2011<br />

Fecha Recepción: 15/noviembre/2010 Fecha Aceptación: 15/diciembre/2010 PP. 5 - 28<br />

A <strong>veces</strong> <strong>gris</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>blanco</strong>,<br />

a <strong>veces</strong> <strong>champurrado</strong>:<br />

cocinas migrantes e identidades culturales<br />

en Maneadero, Ensenada, B.C.<br />

Carolina Mata Miranda *<br />

* Maestra en Estudios Socio Culturales.<br />

Docente en la Escuela de Enología y Gastronomía, <strong>Universidad</strong> Autónoma de Baja California.<br />

Consultora en el Instituto Municipal de la Mujer de Ensenada (INMUJERE).<br />

Líneas de investigación: estudios de la niñez, identidades, educación intercultural y procesos migratorios en el noroeste de México.<br />

<br />

DEL PLATO FUERTE


CULINARIA Revista virtual especializada en Gastronomía<br />

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No. 1 PP. 5 - 28 Enero/Junio 2011 UAEM<br />

A <strong>veces</strong> <strong>gris</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>blanco</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>champurrado</strong>: cocinas migrantes e identidades culturales en Maneadero, Ensenada, B.C. Mata-Miranda, C.<br />

A <strong>veces</strong> <strong>gris</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>blanco</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>champurrado</strong>:<br />

cocinas migrantes e identidades culturales en Maneadero, Ensenada, B.C.<br />

Resumen<br />

La cocina del noroeste de México, propiamente la cocina de<br />

Baja California es un terreno de la gastronomía de nuestro<br />

país escasamente explorado en el ámbito académico. En<br />

los esfuerzos por comprender su compleja construcción, se<br />

atiende a identificar pistas y claves analíticas dirigidas a la<br />

relación entre identidad cultural y conocimiento culinario. En<br />

este primer acercamiento se propone abordar los procesos<br />

identitarios de la población jornalera agrícola de Maneadero,<br />

Ensenada, B.C. El trabajo se divide en dos partes, la primera<br />

en un marco teórico que aborda la relación identidad<br />

cultural – cocina en un marco migratorio. Ello se aterriza en<br />

la exposición de las narrativas de cuatro madres y un padre<br />

de familia entorno a la construcción social del gusto como<br />

elemento identitario mediante sus experiencias migratorias y<br />

prácticas culinarias 1 . Cabe señalar que el método etnográfico<br />

fue la base en la obtención de evidencias empíricas<br />

presentadas en este documento 2 .<br />

Palabras clave<br />

Migración, identidad cultural, distinguibilidad, relaciones<br />

interétnicas, jornaleros agrícolas, cocina regional.<br />

Abstract<br />

The cuisine of northwestern Mexico, more specifically the<br />

cuisine of Baja California, is a subject little explored by the<br />

academic circles in our country. In the effort of comprehending<br />

and understanding this complex structure, we seek to identify<br />

key clues in order to analyze the relation between cultural<br />

identity and culinary knowledge. This first approach is intended<br />

to address the identity processes of agricultural day laborers in<br />

Maneadero, Ensenada, BC. This paper is divided in two parts, the<br />

first in a theoretical background that addresses the relationship<br />

between cultural and culinary identity in a migration context.<br />

The previous being summarized in the explanatory narratives<br />

of four housewives and a working father, around the social<br />

construction of taste as an identity through their migration<br />

experiences and culinary practices. We must note that the<br />

ethnographic method was the base on obtaining empirical<br />

evidence presented in this document.<br />

Keywords<br />

Migration, cultural identity, distinctness, ethnic relations,<br />

agricultural laborers, regional cooking.


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A <strong>veces</strong> <strong>gris</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>blanco</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>champurrado</strong>: cocinas migrantes e identidades culturales en Maneadero, Ensenada, B.C. Mata-Miranda, C.<br />

Cultura, Identidad y Migración: Mapas teóricos para un abordaje gastronómico<br />

La alimentación y las prácticas culinarias se conceptúan como un fenómeno biológico y cultural.<br />

Ambos aspectos convergen en las formas de adaptación, transformación y significados atribuidos<br />

hacia el medio ambiente. (Contreras, 2002: 16). Por una parte en la dimensión biológica, la<br />

alimentación es básica para su subsistencia, aunado a ello, se encuentran factores que permiten<br />

el desarrollo y adaptación de los seres humanos al medio.<br />

Sin embargo, la dimensión cultural de la alimentación confirma nuevamente el carácter biológico<br />

en el consumo y reproducción del grupo, los cuales funcionan bajo un sistema de creencias y<br />

valoraciones del mundo (Harris, 1989). Existe, en esta misma dimensión cultural una segunda<br />

vía enfocada al carácter simbólico de la alimentación, es decir, pautas de significados (Geertz<br />

1992:20), valoraciones y jerarquías sobre los alimentos y las formas de alimentarse.<br />

Así pues, la dimensión simbólica -ubicada en los significados-, reside en los procesos cognitivos<br />

de los sujetos, visibles en las prácticas discursivas y cotidianas como mapas de la cultura. Esta<br />

aseveración parte de la concepción de cultura que propone Gilberto Giménez: “[E]s la organización<br />

social del sentido, interiorizado por los sujetos (individuales o colectivos) objetivado en formas<br />

simbólicas, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados. Así<br />

definida la cultura, puede ser abordada como proceso (punto de vista diacrónico), ya sea como<br />

configuración presente en un momento determinado (punto de vista sincrónico” (2005:85). Al<br />

precisar en el concepto el tiempo se enfatiza el carácter dinámico y relativo, además de hacer<br />

notar la renovación o legitimidad de dichas formas en virtud de procesos de metropolización y<br />

globalización (Giménez, 2004a:87)<br />

Al retomar el concepto que ofrece Giménez, se entiende que la alimentación es un acto cotidiano<br />

que representa la organización del sentido, visibiliza su reproducción, sujeta a las transformaciones<br />

que conlleva la cultura. Dichas transformaciones pueden ser analizadas desde una perspectiva<br />

histórica, la cual brindará las guías para comprender que las prácticas culinarias y la comida, en<br />

cuanto a ingredientes, utensilios, usos y costumbres adquieren significados y un sentido distinto<br />

de acuerdo a cada época. Así mismos estos son atravesados por complejas categorías de la cultura:<br />

género, clase social y etnicidad.


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Por lo tanto, generación, género, clase social y etnicidad conforman el concepto de cocina (técnicas<br />

de preparación de los alimentos) y cuisine (formas de consumo o maneras de mesa) (Lévi-Strauss,<br />

1968:57). Ahora bien, en tanto se retoman ambos términos, es decir tanto en la preparación como<br />

en las formas de consumirlos, se presenta un concepto de cocina que da luz a este trabajo:<br />

“Las cocinas constituyen un elemento de sinergia sobre diversos aspectos de la<br />

vida, de las comunidades: la agricultura, la dieta, los mercados tradicionales, las<br />

formas de conservar los alimentos, las tradiciones, los procedimientos desde las<br />

viejas tecnologías hasta las innovaciones más recientes. Así como también las<br />

cocinas están al centro de procesos de intercambios culturales regionales que van<br />

conformando las identidades en el ir y venir de sus pobladores” (Padilla, 2006: 2).<br />

Así, la cocina como producción cultural se coloca como un campo de interpretación, pero<br />

también como el foco para comprender la configuración de la cultura y su dimensión simbólica:<br />

las identidades culturales. En la exploración de las cocinas migrantes y propiamente regionales,<br />

tema central en este documento es necesario retomar las premisas de la teoría de la identidad.<br />

La teoría de la Identidad en las cocinas<br />

La identidad como concepto en las ciencias sociales surgió en la década de los sesenta, sin<br />

embargo se diseminó ampliamente en los ochenta, a partir de la obra de Loredana Sciolla: Identitá<br />

(1983). El concepto se enfoca al proceso y capacidad reflexiva del sujeto, de la autobservación y<br />

de la autopercepción enmarcado en sistemas simbólicos, observables en la interacción y en la<br />

experiencia.<br />

Gilberto Giménez, otro importante autor sobre el tema, conceptúa la identidad como: “un<br />

proceso subjetivo (y frecuentemente auto-reflexivo) por el que los sujetos definen su diferencia<br />

de otros sujetos (y de su entorno social) mediante la auto-asignación de un repertorio de atributos<br />

culturales frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo” (Giménez, 2004a:<br />

85 y 2007:61).<br />

Tenemos que la identidad se presenta de manera individual y colectiva, su diferencia se halla, en<br />

el Yo frente al Otro, así como en la constitución Nosotros frente a Ellos. En estos niveles opera la


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necesidad de distinción y el sentido de pertenencia, por ejemplo, expresadas en el territorio, en<br />

las prácticas o en el lenguaje. La distinguibilidad se establece en dos grupos de atributos:<br />

• Atributos de pertenencia social: implican la identificación del individuo con diferentes<br />

categorías, grupos y colectivos sociales.<br />

• Atributos particularizantes: determinan la unicidad idiosincrásica del sujeto en cuestión.<br />

(Giménez, 2007:62)<br />

En cuanto a la operación de la identidad cultural, se atiende a comprenderla como una unidad<br />

(marcos de interpretación) conformada por distintas dimensiones o multidimensionalidad (género,<br />

territorialidad, etnicidad, edad, clase social), las cuales actuarán, se enfatizarán o expresarán de<br />

acuerdo a la situación o alteridad a la que se enfrenten los actores sociales. Cabe señalar que la<br />

forma en que éstas se presentan también responde a un contexto social o histórico específico.<br />

En estos términos el sujeto se construye socialmente, selecciona de la cultura e interioriza en su<br />

experiencia y biografía única, también flexible.<br />

Si la identidad cultural es multidimensional, en relación con los sistemas alimenticios, cada una<br />

de las dimensiones (género, clase, etnia, territorialidad, edad) representa aspectos particulares<br />

identificados en los roles. Otro distintivo en la etnicidad o de la clase social, es decir, cómo se<br />

elaboran ciertos platillos, la disposición de ciertos productos y su asociación religiosa o inserta en<br />

un sistema de creencias (Montecino, 2004: 14)<br />

Las cocinas se presentan como un factor identitario, es decir como atributo particularizante o como<br />

atributo de pertenencia. En su acepción es necesario que se desarrolle mediante los significados<br />

atribuidos a los alimentos, ya sea en la preparación, las propiedades de los ingredientes -biológicos<br />

o filiación cultural- utensilios, materiales, distribución y consumo, las cuales permiten reproducir o<br />

adquirir un sentido de pertenencia, así como regular las relaciones entre un grupo u otro (Torres<br />

et.al., 2004: 59). Cada uno de dichos significados son establecidos por los actores sociales en el<br />

tiempo y espacio.<br />

Al enfocar en un primer plano el sentido de pertenencia y de forma más clara hacia los significados<br />

en una cocina es posible establecer que los sabores constituyen un punto de diferencias entre<br />

colectivos o grupos sociales. “El gusto, también inscrito en esa gramática, es de gran rele¬vancia


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cuando intentamos estudiar la alimentación, porque opera como un diferenciador, como una de<br />

las primeras marcas de identidad personal y colectiva de muy antigua data, poniendo en evidencia<br />

que, desde los inicios, los seres humanos hemos elegido con que alimentarnos” (Montecino,2004<br />

: 11)<br />

Las cocinas son sistemas de diferenciación entre grupos sociales, identificados en las prácticas<br />

culinarias, maneras de mesa y discurso de los actores sociales. En éste último se concentran los<br />

marcos de interpretación o representaciones sociales 3 , en las que se muestra la construcción social<br />

del gusto y a su vez son núcleo de la identidad cultural. En el análisis subsecuente a las evidencias<br />

empíricas, se utilizará un término que apoyará a reunir los significados del gusto, como: marcos<br />

culinarios.<br />

Ordenar las dimensiones de la identidad implica un ejercicio que permite definir los marcos<br />

culinarios, así como la relación directa de una o más de las dimensiones de la identidad en una<br />

situación específica, en este caso puede ser un desayuno, la cena, el banquete en una boda, la<br />

comida que se ofrece en una fiesta patronal. Así mismo quiénes preparan los alimentos, quiénes<br />

los consumen, qué tipo de compañía, los horarios, los utensilios, los objetos en torno a la mesa, los<br />

modales, además de propiedades curativas o afrodisíacas de ciertos ingredientes.<br />

El dinamismo y la transformación de la cultura y propiamente en las identidades, son características<br />

que se instalan en las experiencias de los sujetos, de acuerdo a diversos contextos o situaciones<br />

sociales. Por lo tanto, la identidad se pensaría como un caleidoscopio, en cada giro obtiene<br />

figuras diversas, sin embargo puede contener una forma base (unidad identitaria), la cual se halla<br />

en las representaciones sociales y otros sistemas cognitivos. Así mismo en cada giro, también<br />

es otorgado un valor construido de acuerdo al contexto, la idiosincrasia, estigmas o legitimidad<br />

atribuidos a las identidades.<br />

Identidades y cocinas migrantes<br />

En un espacio multicultural como Maneadero, se manifiestan sentidos de pertenencia y diferencia<br />

a través del conocimiento culinario, los valores, idiosincrasia asociados a los alimentos. Cada uno


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de estos elementos -construidos simbólicamente- muestran las formas en que se constituyen las<br />

identidades. Por una parte las diferencias se establecen entre grupos sociales, en otras ocasiones<br />

dichos contrastes se llevan al interior del grupo mediante brechas generacionales sustentadas en<br />

la construcción del gusto.<br />

A continuación se presentan narrativas de mujeres y hombres, migrantes de primera generación<br />

entorno a la percepción sobre su alimentación y los significados que atribuyen a dichos alimentos<br />

como parte de su identidad cultural, es decir mediante las relaciones interétnicas. Así mismo se<br />

contrastan en cierta medida con situaciones y prácticas cotidianas de los hijos, las cuales varían<br />

en la forma en que se comparten o no los marcos culinarios del lugar de origen y los referentes a<br />

la zona de atracción.<br />

El contexto<br />

Maneadero se encuentra ubicado hacia el sur del municipio de Ensenada. La precisión geográfica se<br />

encuentra en: 31O 16’ 24.6” N, 3460080 N y una altura de 16.681 msn 4 . En cuanto a la denominación<br />

del lugar, Maneadero o Valle de Maneadero, se ha pronunciado de forma popular, la cual difiere<br />

del nombre otorgado por las autoridades municipales: Rodolfo Sánchez Taboada 5 .<br />

A partir de finales de la década de los ochenta, Maneadero<br />

ha sido una zona de atracción debido a la demanda<br />

de mano de obra en los campos agroindustriales. Un<br />

fenómeno migratorio semejante al del Valle de San<br />

Quintín, el cual comenzó en los ochenta y repunto en<br />

los noventa 6 .<br />

Maneadero no ha tenido un impacto migratorio<br />

masivo, pero significativo, sobre todo por su cercanía<br />

a la cabecera municipal. Así pues, la población de<br />

Maneadero asciende a 15, 814 habitantes (INEGI, 2005),<br />

el 3.8 de la población total de Ensenada. Cabe señalar<br />

que el flujo migratorio en esta zona se presenta durante<br />

todo el año, en mayor medida por la oferta de trabajo o Mapa 1. Ubicación geográfica de Baja California


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como lugar de paso para obtener recursos económicos, -principalmente en los campos de cultivo-<br />

para cruzar la frontera con Estados Unidos.<br />

En cuanto al carácter sociocultural de la población es importante hacer hincapié en la siguiente<br />

premisa: los espacios se construyen de forma simbólica por sus habitantes y les otorgan sentido,<br />

ello ha sido un proceso importante, y hasta cierto punto acelerado en Maneadero. La diversidad<br />

cultural de Maneadero, se encuentra en su mayoría de familias indígenas como mixtecas (bajo y<br />

alto), zapotecas, triquis, nahuas, así como familias con miembros de diferentes grupos étnicos y<br />

mestizos.<br />

La implementación de tecnologías, provocó que los cultivos se diversificaran y se cubriera durante<br />

todo el año el cultivo de hortalizas, además de la instalación y extensión de los empaques del<br />

producto. Por ende se incrementó la demanda de mano de obra y los jornaleros decidieron<br />

radicar en Maneadero.<br />

Foto1. Vista de Maneadero parte alta. Fuente: Carolina Mata.<br />

Posteriormente, con la reasignación del terreno a algunos jornaleros, otras personas se dispersaron<br />

y fundaron nuevas colonias, que aún tienen falta de servicios como pavimento, drenaje,


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recolección de basura y alumbrado público. En el caso de las colonias de reciente creación se<br />

carece de todos los servicios. Las colonias más importantes que conforman Valle de Maneadero<br />

son: Maneadero parte baja y parte alta, el Salitral, San Carlos, Las Flores, El Paraíso y Las Tinajitas,<br />

entre otras que se siguen fundando. Cabe señalar que a esta zona se le puede añadir El Zorrillo o<br />

Cañón de Buenavista 7 . Es un asentamiento multicultural, aunque la mayor parte de su población<br />

es Triqui.<br />

Foto2. Maneadero parte baja, entre casas y cultivos de rábanos. Fuente: Carolina Mata.<br />

El tipo de asentamiento, de acuerdo a las actividades económicas se puede clasificar como<br />

agroindustrial - rural. Aunado a ello por las prácticas que realizan sus habitantes, las cuales se ciñen<br />

a los lugares de origen, en su mayoría de un ámbito rural. Sin embargo es notable la transición,<br />

ya que la segunda generación ha adquirido otras dinámicas que se acercan hacia lo urbano, ello<br />

podría resultar de la cercanía con la ciudad de Ensenada.


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Comer y vivir del sur al norte: Dimensionalidad de las Identidades<br />

Se ha argumentado anteriormente que los significados entorno a los alimentos y a las cocinas,<br />

presentan un diferenciador entre grupos sociales o étnicos. En las narrativas rescatadas de cuatro<br />

madres y un padre de familia 8 , quiénes expresan su identidad a través de la relación con la comida,<br />

así mismo exponen las percepciones de sus hijos y la experiencia en las transformaciones de su<br />

alimentación y de la cocina en la que crecieron.<br />

Territorialidad-Etnicidad- Género<br />

Las formas de recordar el pueblo, se encuentra en sus prácticas, los espacios, la asistencia al<br />

tianguis, los productos que están acostumbrados a consumir.<br />

“Los que no se acostumbran muy bien son mis hijos, como, ellos nacieron ahí y<br />

como no hemos salido con ellos, ya poco a poco se están acostumbrando, pero<br />

no es igual como allá que comen tortillas tlayudas 9 , que tortillas en comal que, no<br />

y aquí no, se están acostumbrando […] dicen mis hijos, no mamá, a lo mejor este…<br />

término este periodo escolar y nos regresamos digo porque como, no le hallo aquí,<br />

está muy contaminado aquí, no mi pueblo está bien limpio, ellos siempre dicen así”<br />

(HMJ, octubre 2010)<br />

La constitución física del pueblo, sus condiciones climáticas y ambientales son los primeros<br />

recuerdos, los cuales se comparten con Doña Juana, quién también mencionó, posteriormente<br />

en otra entrevista: “allá todo es más natural”, dio una larga lista de árboles, tipos de alimentos que<br />

se recogen de las milpas o en los solares de las casas. Los cuales son parte fundamental de la dieta,<br />

ahora, sólo son un referente compartido entre quiénes han construido el gusto por este tipo de<br />

comida. Así pues, el gusto por la comida, tal como se mencionó anteriormente, corresponde<br />

a la etnicidad, de acuerdo a las características que comparte un grupo, en este caso destaca el<br />

conocimiento y manejo de los recursos naturales, su preparación y atribuciones simbólicas.<br />

Por ejemplo, entre la familia de Heriberta, el esposo de Doña Juana y ella misma. Doña Juana y<br />

Heriberta cuentan esta experiencia:


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“Doña Juana: Mal acostumbre a mis hijos por traerlos chicos acá y no se quieren<br />

regresar para atrás [a Oaxaca] mis hijos ya están acostumbrados aquí, no allá,<br />

entonces no, ellos siempre quieren la comida que comen acá y ya de allá no quieren<br />

comer, la verdad no, no quieren, ejotes, les cuesta comer, allá hay muchos de varias<br />

clases de quelite .- Heriberta: “Bejuco, prima”, le dicen (risas)- Juana: Allá hay camotes<br />

de chayotal, les dicen, los camotes y ellos no los quieren comer, porque es raíz.-<br />

Heriberta: “¿por qué comes esa raíz, prima?”, dicen.- Juana: Entonces, ¿por qué lo<br />

quieres comer? […] Y allá hay flores de pipe, les dicen es rojo, ese de perdida si se lo<br />

comen, pero de todos modos no quieren, se batalla para estar ahí” (JL, enero 2010)<br />

Los continuos viajes de Doña Juana a Oaxaca, su deseo por quedarse a vivir allá, se desvanecen con<br />

la vida que han llevado sus hijos y la necesidad de saber cómo están, de atenderlos como madre,<br />

pero sobre todo como cabeza de familia, ya que se complementa con su esposo, a quién debe<br />

cuidar, debido a la amputación de su pierna derecha por diabetes. En todo caso es la matriarca de<br />

esta familia extensa.<br />

Esta narrativa es relevante en el proceso que viven los padres, como migrantes de primera<br />

generación, que en algunos casos, desean regresar al lugar de origen, pero ya no es posible, por la<br />

educación formal de los hijos o bien, porque ellos, sus hijos, no desean vivir en Oaxaca, ya que se<br />

consideran oriundos de Maneadero, de Baja California. Ahí están sus amigos, novias, novios, han<br />

crecido de acuerdo a las dinámicas sociales del lugar y cuando Doña Juana dice “mal acostumbrar”<br />

se refiere, a que los hijos se han formado en las dinámicas, formas de convivencia y de consumo<br />

distintos al lugar de origen.<br />

Los alimentos y los platillos se disponen como marcadores gustativos en este sentido, Sonia<br />

Montecino –retomando a Lévi-Strauss-, hace énfasis en que dichos sistemas alimenticios son un<br />

lenguaje adecuado para construir identidades (2004:40), el medio básico para comprenderlo es<br />

la capacidad sensorial, misma que se desarrolla a partir de los alimentos, sabores aceptados en el<br />

contexto cultural donde los actores sociales han crecido.


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Foto 3 y 4. En la panadería familiar. Fuente: Carolina Mata.<br />

Por otra parte se encuentra la relación que tienen los sistemas alimentarios con el género, visibles<br />

en los roles de mujeres y hombres. Por ejemplo, la participación de las niñas en las cocinas, como<br />

el caso de la señora Heriberta, quién a partir de los 12 años de edad, se integró completamente en<br />

las actividades del hogar, debía ayudar a su mamá, hacer tortillas, pero desde los 8 o 9 años, ya se<br />

le había instruido en estas prácticas. Aprender, sobre todo en la cocina.<br />

“[Sabía] pues de cocina, bueno pues poco, porque mi mamá, ella no, o sea fuimos<br />

muy pobres no teníamos nada, pues apenas como poner frijoles, como hacer tortillas,<br />

como hacer frijoles molidos, como hacer quelites todo eso, como hacer atole de<br />

granillo, <strong>champurrado</strong> […] pues eso es lo que me quedo de mi niñez, porque a mi<br />

mamá le gusta mucho el atole, siempre cada tercer día, a <strong>veces</strong> <strong>gris</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>blanco</strong>,<br />

a <strong>veces</strong> <strong>champurrado</strong> ” (HMJ, octubre 2010)<br />

En este caso, es notable, la asociación de ser y niño y divertirse, pero también como una etapa<br />

de aprendizaje en cuestiones de la casa, de los roles y prácticas de ser mujer. Por lo tanto<br />

se presenta implícita la dimensión del género. Por otro lado, hacia los alimentos, la forma de<br />

preparación aparece nuevamente, como referente cultural, el cual se instala como parte de la<br />

cultura, al rememorarse, tiene un sentido para la persona y es posible ahondar en sus marcos de<br />

interpretación y conformación de la identidad cultural.


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Al relacionarse directamente las dos dimensiones anteriores, territorialidad y etnicidad se ordena y<br />

comprende que el género se construye en el rol que tienen las mujeres en torno a la alimentación<br />

de la familia de su presencia o ausencia en las cocinas o bien como transmisoras del conocimiento<br />

de una cultura (Counihan, 1999).<br />

Foto 5. Generaciones en transición. Fuente: Carolina Mata.<br />

Si bien, esta no es una regla para todas las mujeres del grupo étnico, como el mixteco, al cual<br />

pertenecen las informantes, si presenta una forma identificar las tres dimensiones ordenadas y<br />

delimitadas por la generación. Así pues las hijas, adquieren otro ritmo de vida, van a la escuela<br />

y no se ocupan principalmente de las actividades del hogar, ya que éstas pasan a un segundo<br />

plano.<br />

En cuanto a los sistemas alimenticios éstos se desarrollan a partir de las nuevas técnicas y formas<br />

de alimentarse que se basan en comidas de rápida elaboración y transporte como los lonches o<br />

burritos, característicos de la región noroeste 10 .


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Territorialidad y lazos familiares<br />

La comida como diferenciador también se presenta al interior de un grupo, como en el caso<br />

anterior, pero también como demarcador de hacia fuera, es decir entre grupos. En las siguientes<br />

narrativas los informantes, mediante sus discursos se posicionan en el mapa social, de acuerdo a<br />

su sentido de pertenencia social.<br />

El primer caso se encuentra en Natividad jornalera agrícola, madre soltera, quién mantiene a dos<br />

hijas. Desde su llegada a Camalú, Natividad no ha regresado a Tixtla, son 14 años sin ver a sus<br />

hermanas y a su madre.<br />

“[Las niñas] nacieron aquí y de mi familia no conocen a nadie, más que a mi papá y<br />

a un hermano que apenas llego pero los demás no […] La mera verdad si extraño<br />

mucho […] Lo que, más extraño es a toda mi familia, si porque acá estoy sola […] Mi<br />

tía, mi hermana, me habla[n] mucho, que cuando me pienso ir para allá, y no puedo<br />

ahorita, quién sabe más después”. Agrega: “De lo que me gustaba más era estar con<br />

mi familia, contenta, comiendo para la navidad. Nos la pasábamos ahí jugando […]<br />

como somos seis hermanos y todos ahí contentos, felices, sin que nos preocupara<br />

nada” (NM, julio, 2010)<br />

Las reuniones familiares y la comida que se sirve, por ejemplo en el día de las madres o en navidad<br />

son parte de los recuerdos de su niñez y de su pueblo. El énfasis en la comida, en el carácter<br />

natural que le otorga a los ingredientes, es una constante en las narrativas de los padres de familia.<br />

Un aspecto importante, es el eje familiar y lo que en él se come como una forma de comprenderse<br />

o pertenecer a un grupo. Por ejemplo Natividad lo enfatiza constantemente durante la entrevista,<br />

al comentar que el proceso de elaboración del pozole verde y el deseo de comer un pollo fresco,<br />

sin congelar y criado en rancho, así mismo comenta que su mamá suele enviarle, por paquetería<br />

ingredientes, como dos kilos de pepita para hacer mole verde y café molido, del que se da en<br />

Guerrero, estado de origen.<br />

El siguiente caso muestra los sistemas alimenticios reproducidos en el lugar de llagada y como<br />

diferencia de un grupo a otro. Don Salvador, mixteco, originario de San Martín Duraznos, Oaxaca,<br />

quién hace referencia hacia su pueblo de acuerdo a las temporadas de frutas o los alimentos que


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se producen en las milpas, así como la preparación del nixtamal para elaborar tortillas de maíz. Así<br />

mismo, los conocimientos sobre los cuidados de los cultivos es una de las labores cotidianas, él y<br />

su familia se encargan de un campo de diversas hortalizas, espacio en el que también habitan.<br />

En contraste, toda la familia conoce las dinámicas del trabajo en los campos de hortalizas, en los<br />

empaques, conocen las rutas, las temporadas y lugares a pesar de vivir en un solo lugar saben que<br />

el trabajo es temporal, depende de la producción de los rancheros, de quiénes dependen y a su<br />

vez de un mercado global.<br />

Fotos 6 y 7. “Hasta que venimos aquí tuvimos que hacerle algo pa sembrar, que es lo que queremos pa vivir con nuestros hijos, es el compromiso” (SM) 11 . Fuente: : Quetzalli Malagón<br />

La vida se expresa en el trabajo cotidiano, así como en la causa de la migración y en la reproducción,<br />

por una parte de los conocimiento del campo y por otro de los sistemas alimenticios, desde<br />

traer utensilios de cocina del lugar de origen, como el molcajete o de incluir ingredientes en las<br />

preparaciones de los alimentos básicos, como bien combinar harina de maíz y harina de trigo para<br />

elaborar una nueva tortilla. Al vivir en el mismo campo en el que trabajan, en ocasiones el patrón<br />

supervisa el trabajo, momentos en que es convidado por Don Salvador a la comida del medio<br />

día.<br />

“A él [patrón], le gusta mucho nuestra costumbre, a él le gusta mucho el modo de<br />

nosotros, de cómo, este, como nuestro estilo, así como ustedes llegaron y como<br />

probaron las tortillas de harina, también el señor, ¡y nommmbre! Y cuando la señora<br />

muele [salsa picante] ahí viene, “nommbre que bonita tortilla”, tortilla, totopo, todo<br />

lo que es del sur, carne seco, como todo lo que mandan, la carne seco, así de res<br />

[tasajo]”(SM, enero 2010)


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El énfasis en la aprobación por parte del patrón hacia la comida de sus empleados, representa dos<br />

aspectos: el primero se encuentra en la clase social implícita entre lo que come el empleado y lo<br />

que suele comer el patrón, en este caso sólo se expresa la primera, una comida que se basa en una<br />

tortilla hecha a mano y la salsa picante. El segundo, se establecen diferencias hacia la etnicidad,<br />

cuando el informante establece que su tipo de alimentación es una costumbre, en tanto el patrón<br />

es mestizo y originario de Baja California.<br />

En un recuento de las narrativas, se ha expuesto que la reproducción de los marcos culinarios, de<br />

acuerdo a lo que se considera un alimento “natural” o “artificial” son una constante en todos los<br />

informantes. Éstos se proponen como signos gustativos, los cuales dan sentido a continuar con<br />

estas prácticas en los lugares de arribo.<br />

Por otro lado se han incluido ingredientes que se adaptan de cierta forma a las demandas<br />

alimenticias de los informantes, como el caso de la tortilla de maíz y harina, así como las rutinas y<br />

el trabajo en el campo que reconfiguran los sistemas alimenticios, al tratar de ahorrar tiempo en<br />

las preparaciones y facilitar el transporte de los alimentos.<br />

Finalmente un aspecto que caracteriza a la población jornalera entorno a sus sistemas de<br />

alimentación se basa en la inclusión a su dieta de hortalizas que no son seleccionadas para el<br />

empaque. Entre los usuales como; chile calabaza italiana, repollo, tomate. Ahora bien se ha<br />

observado que también se han integrado incipientemente a la dieta productos de exportación a<br />

Estados Unidos, tales como: calabazas estrella, tomates cherry, zanahorias de diferentes colores 12 ,<br />

entre ellos el rojo o morado, utilizados en la cocina gourmet.


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Conclusiones<br />

Trayectos culinarios y signos del gusto. Hacia las cocinas migrantes<br />

La migración como factor de transformación o expresión de la identidad supone un encuentro de<br />

alteridades que potencian el proceso de auto reflexión como elemento de la identidad cultural.<br />

En las zonas de atracción los migrantes arriban con marcos de interpretación propios, los cuales<br />

fueron construidos en los lugares de origen o bien en los que han transitado, tomando lo que ha<br />

sido más importante o representativo para comprender y vivir en el mundo.<br />

La población jornalera agrícola de Maneadero, se presentan rutas migratorias y formas de<br />

migración transnacional (Kearney, 1989,1992, 1993) (Garduño, 1989) (Besserer, 2002) (Velasco,<br />

2002). Ello consiste en la formación de redes sociales como las que han creado el grupo étnico<br />

mixteco a ambos lados de la frontera norte, por las cuales transitan en un inicio en el trabajo de<br />

jornal en los campos, de tomate o de manzana. Dichas redes permiten la reproducción de ciertas<br />

formas de organización social, fiestas patronales, entre otras costumbres, pero sobre todo una<br />

red sociopolítica que ha tomado mayor fuerza en Estados Unidos, la frontera norte, Oaxaca y<br />

Guerrero. Cabe señalar que desde esta perspectiva se enfatiza la naturaleza sociocultural de la<br />

migración, es decir en los cambios de escenarios en los cuáles interactúan los actores sociales.<br />

Ahora bien, la relación identidad- alimentación- migración proporcionan una perspectiva distinta<br />

sobre el surgimiento de las cocinas y establece su carácter dinámico, vulnerable al cambio. En<br />

algunas investigaciones sobre el surgimiento de algunas cocinas se parte desde un campo histórico<br />

que detalla los procesos del surgimiento, legitimación en los sistemas alimentarios (Mintz, 2003).<br />

Al tomar en cuenta que una cocina aparece por medio de factores medio-ambientales, biológicos,<br />

así como del conocimiento por parte de los actores sobre los alimentos es posible entender<br />

su surgimiento, en los cuales predominan las trayectorias migratorias y comerciales que han<br />

permitido enriquecer los ingredientes, técnicas y utensilios. Por lo tanto ninguna de las cocinas<br />

en el mundo puede concebirse como pura. Sin embargo su estatus tradicional ha dado pie a su<br />

conservación, en ocasiones a pensarse como un proceso terminado. Sin embargo, estas cocinas<br />

se encuentran en constante cambio.


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Para confirmar esta perspectiva, se retoma que “lo propio está siempre alterándose, cambiando,<br />

adoptando nuevos elementos que con el tiempo serán entendidos como parte constitutiva de lo<br />

personal, regional o local. El estilo culinario se produce en un flujo permanente entre lo viejo y lo<br />

nuevo. Así, lo propio será siem¬pre una construcción social, es decir, aquellos alimentos que los<br />

moradores de un sitio determinado consideran emblemáticos” (Montecino, 2004: 13)<br />

Así, pues, se establecen dos aportaciones importantes hacia las cocinas como construcción social.<br />

Primero es de relevancia para comprender no sólo el surgimiento, sino dichas transformaciones,<br />

renovaciones de las cocinas en ámbitos multiculturales como es el caso del Valle de Maneadero,<br />

Ensenada y propiamente el estado de Baja California.<br />

Segundo, este tipo de trayectorias y procesos migratorios expresan las formas de resistencia<br />

cultural en los lugares de llegada y su estabilidad como grupo étnico migrante, en este caso<br />

mediante la alimentación. Tanto en las fiestas, como en la vida cotidiana de los jornaleros agrícolas<br />

aquí mencionados, la reproducción de las cocinas se desarrolla en pos de las exigencias de un<br />

gusto cultivado que da sentido y orientación en el nuevo lugar de llegada.<br />

Sin embargo en términos culinarios las diferencias entre los que arriban y los locales se hacen<br />

presentes, a partir del conocimiento y disposición de distintos ingredientes o platillos, así como<br />

su elección y posterior integración en la dieta familiar o personal. En el campo gastronómico la<br />

negociación es un recurso constante para adaptarse o mantenerse en el lugar de origen. Por<br />

otro lado sería necesario como los habitantes locales reciben este tipo de expresiones y si existe<br />

incidencia en la dieta. Este tipo de situaciones puede poner en evidencia la distancia entre Yo/el<br />

Otro o entre Nosotros/Ellos.<br />

En este contexto de encuentros y tensiones las cocinas convergen e incorporan sistemas<br />

alimenticios y gustos culinarios que contribuyen a pensar en la heterogeneidad, un crisol de<br />

gustos y signos de tal forma que se la diversidad de distintas cocinas en medio de tensiones o<br />

intercambios. En otra dimensión se acerca al planteamiento sobre las continuas transformaciones<br />

en las cocinas de un espacio multicultural. La identidad cultural y la cocina se mantienen en el<br />

mismo proceso de transformación, donde la tradición es un dato, pero no una condicionante.


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Routledge<br />

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San Quintín, Mexicali, UABC- Museo.<br />

Geertz, Clifford (1992) La interpretación de las culturas, España, Gedisa.<br />

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Número especial Octubre, UNAM, pp. 77-99.<br />

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sociales, México, CONACULTA/ITESO, pp. 53-91.<br />

Harris, Marvin (1989) Bueno para comer: los enigmas de la alimentación y la cultura, Madrid, Alianza<br />

Editorial<br />

Kearny Michael (1989) Anthropological Perspectives on Transnational Communities in Rural California<br />

Michael Kearney and Carole Nagengast. Davis, Calif.: Calif. Institute for Rural Studies.


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Aldrich, Jr. and Lorenzo Meyer, eds. San Bernardino: Borgo Press, 1993.]<br />

Kearney, Michael (1993) Mixtec Migrants in California Agriculture: A New Cycle of Poverty. Carol Zabin,<br />

Michael Kearney, Anna Garcia, David Runsten, and Carole Nagengast. Davis, CA: California Institute<br />

for Rural Studies.<br />

Lévi - Strauss, Claude, 1968. Estructuralismo y Dialéctica, Argentina Editorial Paidos<br />

Mintz, W. Sidney (2003) Sabor a comida, sabor a libertad: Incursiones en la comida, la cultura y el<br />

pasado, México, Ediciones Reina Roja CONACULTA y CIESAS<br />

Montecino Aguirre, Sonia (2004) Cocinas mestizas de Chile: La olla deleitosa, Chile, Museo de Arte<br />

Precolombino y Santander Santiago<br />

Padilla Dieste Cristina (2006) Cocinas Regionales: Principio y fundamento etnográfico, Ponencia para<br />

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2006.<br />

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patrimonial y su referente de la identidad cultural, Scripta Ethnologica, año/vol. XXVI, Consejo<br />

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Páginas web consultadas:<br />

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http://www.inegi.org.mx/lib/Olap/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regreso&c=<br />

Secretaría de Finanzas y Administración<br />

http://www.sfa.gob.mx/simarbc/descargas/PRESENTACIONES/PROYECTO%20RED%20<br />

ESTATAL%20AGROCLIMATOLOGICA.pdf<br />

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas/ Albergues escolares<br />

http://www.cdi.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=317&Itemid=46<br />

Red Agrícola<br />

http://www.redagricola.com/content/view/372/1/<br />

Períodos de trabajo de campo:<br />

Valle de Maneadero, Ensenada, Baja California, México<br />

• 1er Ciclo: Del 23 al 26 de enero de 2009<br />

• 2º Ciclo: Del 16 de Junio al 10 de Julio de 2009<br />

• 3er Ciclo: Del 30 de Septiembre al 10 de Octubre de 2009<br />

• 4º Ciclo: Del 10 al 17 de Noviembre de 2009<br />

• 5º Ciclo: Del 8 al 20 de Enero 2010


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Notas<br />

1 Este es uno de los hallazgos de la tesis de la Maestría en Estudios Socioculturales: Crecer juntos: procesos<br />

de construcción de la identidad en la niñez jornalera agrícola, Maneadero. B.C. El objeto de estudio de<br />

dicha investigación se situó en la conformación de la identidad cultural en niños migrantes que acuden a<br />

un albergue escolar multicultural. En una de las fases del trabajo de campo se recuperaron las narrativas<br />

de los padres de familia de las y los niños bajo estudio con la finalidad de configurar los referentes<br />

culturales paternos.<br />

2 Parte de la información obtenida fue retomada de los períodos de trabajo de campo para elaborar<br />

el trabajo de tesis. Así como de mi participación en el diagnóstico: “Caracterización socioeconómica y<br />

sociocultural de la mujer indígena en el Valle de San Quintín y Maneadero” (UABC, CDI - Instituto Municipal<br />

de la Mujer Ensenada).<br />

3 Moscovici define a las representaciones como formas de pensar y crear la realidad social, en ellas<br />

no sólo se adquieren y reproduce el conocimiento, sino que tienen la capacidad de dotar de sentido la<br />

realidad social. Su finalidad es la de transformar lo desconocido en algo familiar (1981, p.181).<br />

4 Fuente: http://www.sfa.gob.mx/simarbc/descargas/PRESENTACIONES/PROYECTO%20RED%20<br />

ESTATAL%20AGROCLIMATOLOGICA.pdf (30/04/10)<br />

5 (1895 – 1955) Militar y político, oriundo de Puebla. Gobernador de Baja California (1937-1944), Presidente<br />

Nacional del Partido Revolucionario Institucional (1946-1952), Secretario de Marina (1952-1955)<br />

6 Consultar: Garduño et. al (1989) y Velasco (2002)<br />

7 Al fundarse la colonia, se le llamó “Benito García”. Líder triqui, proveniente de Oaxaca y radicado en San<br />

Quintín, quién organizo y movilizó a su pueblo en la demanda de derechos laborales, salud y de vivienda<br />

ante el gobierno de Baja California.<br />

8 Las narrativas son producto de entrevistas realizadas a madres y padres de familia durante el trabajo<br />

de campo que corresponde a la tesis: Crecer Juntos: Procesos de construcción de la identidad en la niñez<br />

jornalera agrícola, Valle de Maneadero. Dicho trabajo de campo se realizó en cinco períodos entre enero<br />

de 2009 a enero de 2010.


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9 Tortilla de maíz de una extensión aproximadamente de 20 a 25 cm. De diámetro. Es un alimento<br />

básico en la dieta de la población de los Valles centrales de Oaxaca. Así mismo, remite como elemento<br />

fundamental en la dieta correspondiente a Mesoamérica como región.<br />

10 Lonche es una adaptación lingüística de la palabra “lunch”. También llamados burritos, son tacos<br />

elaborados con tortilla de harina, rellenos de diferentes guisados, por ejemplo de queso y frijoles refritos,<br />

es decir cocidos y posteriormente molidos. Además; chorizo con papas, huevo a la mexicana o machaca,<br />

la cual es carne seca de res, deshebrada.<br />

11 Fotografías, retomadas del diagnóstico: “Caracterización socioeconómica y sociocultural de la mujer<br />

indígena en el Valle de San Quintín y Maneadero” (UABC, CDI - Instituto Municipal de la Mujer Ensenada).<br />

Las fotografías son cortesía de la Antropóloga Quetzalli Malagón.<br />

12 Para obtener mayor información consultar la página: http://www.redagricola.com/content/<br />

view/372/1/


FICHA BIBLIOGRÁFICA:<br />

Mata-Miranda, C.<br />

A <strong>veces</strong> <strong>gris</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>blanco</strong>, a <strong>veces</strong> <strong>champurrado</strong>:<br />

cocinas migrantes e identidades culturales en Maneadero, Ensenada, B.C.<br />

Culinaria. Revista virtual especializada en Gastronomía.<br />

México: <strong>Universidad</strong> Autónoma del Estado de México,<br />

enero/junio de 2011, núm. 01 <br />

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