Diario de viaje del Tríptico de la infancia // De caminos, colores y recovecos.

-Hacer nacer: una huerta y un vivero para sembrar, transplantar,
regar, cosechar, desmalezar; corrales con animales
de granja y un lumbricario;
- Secretos y misterios: un taller de ciencias para observar,
explorar e inventar; espacios cerrados con bibliotecas y videotecas
-El bosque de papel: para la exploración de la forma, el
color, la textura, el tamaño de los objetos y sus transformaciones
estéticas expresivas
-Pan y dulces: la cocina para hacer y comer ambas cosas
pan
-un anfiteatro para espectáculos al aire libre.
El jardín de los niños; la máquina de imaginar
“Un jardín que pueda nombrarse
como juego, aventura, investigación,
misterio y
también poesía.
Un modelo de aprendizaje no
escolarizado.
Un lugar para estrechar lazos de
participación y afecto.
Una zona para pensar el porvenir.”
Maria del Carmen Fernandez,
Políticas para la gobernabilidad
Emplazado en el viejo zoológico de la ciudad y en un jardín
que data de 1905, motivo por el cual se jerarquizó un
paseo tradicional de la ciudad, está compuesto por espacios
verdes y cerrados dentro del Parque Independencia.
Según el Diario Clarin se trata de 35 mil metros cuadrados y
su construcción se realizó respetando la distribución agreste
original del lugar. Fue inaugurado e noviembre del 2001.
La metáfora de diseño que invita a recorrer este lugar son
diferentes “territorios de aventuras”: Cada uno con una poética
diferente. Nos explica M C Fernandez que “la poética se
entiende, siguiendo a Aristóteles, como un modo de conocer;
es el conocimiento acerca de cómo construir, producir o
hacer.”
Describiremos a continuación cada uno de dichos territorios
a partir de folletería recopilada en el lugar, anotaciones y
fotografías personales.
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