Descargar ( 33450k ) - Memoria de Madrid
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•<br />
FAGINA 12 LA SENSATEZ ES LA VIRTUD DE LOS NECIOS EL MOTÍN<br />
K.1 •J>^.^-«,..>*.^J^^É.^,-hlP..M*w.lM—>Ta JBM<br />
El cuál dice con toda la gracia sacerdotal<br />
que Dios le ha dado:<br />
«—Mamá, ¿por qué en las cárceles<br />
hay más hombres que mujeres?-<br />
¡Toma! Porque en las iglesias haymás<br />
mujeres que hombres!»<br />
Muy ingenioso ¿verdad?<br />
Tan ingenioso como esto otro: ,<br />
—¿Por qué los con<strong>de</strong>nados á muerte<br />
en España, con rarísimas excepciones,<br />
confiesan y comulgan antes<br />
<strong>de</strong> subir al patíbulo?-¡Toma! Porque<br />
los asesinos en España, con rarísimas<br />
excepciones, son católicos,<br />
apostólicos romanos.<br />
III<br />
En Solares se ha entablado una<br />
competencia ruidosísima entre los<br />
cohetes y las campanas todos los<br />
días <strong>de</strong> fiesta.<br />
Los primeros anuncian el cinematógrafo<br />
y su miajita <strong>de</strong> baile en el<br />
Casino.<br />
Las segundas llaman á los "fieles<br />
al rosario.<br />
¿Y qué hacen los fieles? .<br />
Pues... <strong>de</strong>jar que repiquen las<br />
campanas y encaminarse <strong>de</strong>votamente<br />
al Casino.<br />
Esto, naturalmente, tiene soliviantado<br />
al párroco <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>'illa, qui-n,<br />
sin pizca <strong>de</strong> (íompañerisnio, se ha<br />
expresado injuriosamente contra el<br />
honrado industrial que explota el<br />
cine.<br />
Pero éste, que tiene malas pulgas,<br />
ha increpado piíblicameiite al párroco,<br />
conminándole con proce<strong>de</strong>r más<br />
enérgicaaiente si prosigue en su<br />
campaña contra el Casino.<br />
y... santo remedio. El párroco no<br />
ha vuelto á ocuparse <strong>de</strong>l asunto.<br />
Hay que advertir que el <strong>de</strong>l cine es<br />
maurista, y qae el páter ha <strong>de</strong>bido<br />
adivinar un posible mamporro.<br />
¡Cómo se están ponlenUo los tiempos!<br />
¡Ya no hay mártires! STONE<br />
Cuando veo que se pi<strong>de</strong>n respetos<br />
para los curas, no por sus virtu<strong>de</strong>s,<br />
sino por el Dios á quien representan,<br />
me sonrío irónicamente, pues<br />
pienso que están respecto á ese Dios<br />
en la relación <strong>de</strong> categoría que los<br />
polizontes <strong>de</strong> la secreta al ministro<br />
<strong>de</strong>l ramo. •a<br />
y aun me parece que exagero.<br />
El Cristo <strong>de</strong>J Castañar<br />
HHim i'ijiiHiiiw<br />
. El párroco don Julián,<br />
nuevo en su feligresía,<br />
<strong>de</strong> este modo le <strong>de</strong>cía<br />
á Vicente, el sacristán:<br />
— Oye una cosa, hijo mío.<br />
Yendo hoy reza que te reza<br />
por el castañar que empieza<br />
<strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> allá <strong>de</strong>l río,<br />
me <strong>de</strong>tuve á contemplar<br />
una ermita muy bonita.<br />
¿Cómo la llamáis?—La ermita<br />
<strong>de</strong>l Cristo <strong>de</strong>l Castañar,<br />
• , - . : • '-'-^•••:' iv, 'r.-^V-:<br />
¡Buena imagen!—No la he visto.<br />
La ermita estaba cerrada.<br />
— Si está casi abandonada.<br />
Aquí no hay fe en ese Cristo.<br />
—¿Que no hay fe? ¡Jam'is creí!...<br />
—Yo no sé lo que será,<br />
pero la gente no va<br />
casi nunca por allí.<br />
La razón únicamente<br />
que dan jóvenes y viejos,<br />
es que la ermita está lejos<br />
y que por allí no hay fuente.<br />
A estos <strong>de</strong>votos <strong>de</strong> hogaño<br />
les gustaría rezar<br />
y tumbarse á merendar<br />
á la sombra <strong>de</strong> un castaño.<br />
—¡Pues es chusca la raz ni<br />
para que á mí me convenza!<br />
Eso no es tener vergüenza<br />
y no tener <strong>de</strong>voción.<br />
Y yo por eso no paso.<br />
Quiero á la gente cristiana.<br />
En la misa <strong>de</strong> mañana<br />
les diré lo que hace el ca»o.<br />
Estaba llena <strong>de</strong> gente<br />
la iglesia, y el señor cura<br />
soltó con mucha dulzura<br />
la filípica siguiente:<br />
—Hijos míos, faltaría<br />
al <strong>de</strong>ber que me lo or<strong>de</strong>na,<br />
si no dijese con pena<br />
lo que siente el alma mía. ,<br />
Yo no dudaré jamás<br />
<strong>de</strong> vuestra fe, no lo .espero.<br />
Sois <strong>de</strong>votos, pero quiero<br />
que lo seáis mucho más.<br />
Don<strong>de</strong> una imagen sagrada<br />
sobre un altar se levante,<br />
allí <strong>de</strong>béis al instante,<br />
acudir con fe probada.<br />
Y yo no he <strong>de</strong> perdonar<br />
una falta que he notado: .<br />
¡que tenéis abandonado<br />
al Cristo <strong>de</strong>l Castañar!<br />
El, con bondad infinita,<br />
sufre tamaños <strong>de</strong>svíos...<br />
Es necesario, hijos míos,<br />
que visitéis esa ermita.»<br />
No les pudo convencer<br />
ni excitar su <strong>de</strong>voción,<br />
y oyeron aquel sermón<br />
como quien oye llover.<br />
Después <strong>de</strong> mucho pensar,<br />
dijo un tabernero listo:<br />
— «Voy á protejer al Cristo, i<br />
al Cristo <strong>de</strong>l Castañar,»<br />
Y con marcado interés,<br />
ca?i al lado <strong>de</strong> la ermita<br />
se hizo el hombre una casita<br />
en poco menos <strong>de</strong> un mes.<br />
Mandó en seguida pintar<br />
sobre la puerta un letrero<br />
que <strong>de</strong>cía: «MERENDERO<br />
DEL CRISTO DEL CASTAÑAR.»<br />
Y en renglones <strong>de</strong>siguales<br />
puso <strong>de</strong>bajo: «l?a«/ bebidas<br />
y se preparan comidas<br />
aprecios convencionales.»<br />
Durante cinco ó seis meses<br />
aquél sitio retirado<br />
era el paseo obligado<br />
<strong>de</strong> todos los feligreses.<br />
Ayuntamiento <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong><br />
Y la ermita antes cerrada<br />
todos los días se abría,<br />
y nunca hubo romería<br />
mejor iji más animada.<br />
Con <strong>de</strong>voción aparente<br />
iba la gente á rezar,<br />
y en seguida á merendar<br />
y á beber alegremente.<br />
Hacía una fortunita<br />
el astuto tabernero<br />
yrebosaba en dinero<br />
el cepillo <strong>de</strong> la esmita...<br />
El párroco bonachó'^<br />
se <strong>de</strong>cía para sí:<br />
— «Esto se me <strong>de</strong>be á mí.<br />
¡Efectos <strong>de</strong> mi sermón!»<br />
Llegó en esto á averiguar<br />
que en merendonas y cenas<br />
ocurrían allí escenas<br />
impropias <strong>de</strong> aquel lugar,<br />
y el buen cura, acongojado,<br />
al punto al alcal<strong>de</strong> vio<br />
y quejoso le contó<br />
lo que había averiguado.<br />
El alcal<strong>de</strong>, hombre severo,<br />
no oyó las quejas en val<strong>de</strong>,<br />
y por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l alcal<strong>de</strong><br />
cerraron el meren<strong>de</strong>ro.<br />
Puso aquel cura ejemplar<br />
á los escándalos coto;<br />
mas... lo que era <strong>de</strong> esperar.<br />
jNo ha vuelto á ver ni un <strong>de</strong>voto<br />
el Cristo <strong>de</strong>l Castañar! YlTAL AZA<br />
€1 voto<br />
¿Fué el rey Aurelio quí-tn por el ano 770,<br />
y tn p2go <strong>de</strong> que le <strong>de</strong>jasen vivir m paz,<br />
se compretíietió á entregar cada BSO á los<br />
moros cincuenta doncel! s nobíe» y otras<br />
tantfls <strong>de</strong>í pueble? ¿Fué Mauregnto el que<br />
estableció tan extraerdÍDario tributo hacia<br />
el año 786, como recoropens» <strong>de</strong>l atxilio<br />
que le prestaran los árabes para hacerse<br />
dufilo d2l reino <strong>de</strong> Asturias? La tradición<br />
popular—único fundamento <strong>de</strong> este hecho<br />
—lo mismo culpa á un rey que á otro, «in<br />
que los documentos contemporáneos 6 los<br />
cercancs á este período digan palabra <strong>de</strong>l<br />
asunto.<br />
Y así como la fantasía forjó esta leyenda,<br />
inventó también la aparición <strong>de</strong>l após<br />
tol Sattiago en ur a batalU; el apóstol cuyo<br />
sepulcro se <strong>de</strong>scubiió, «gracias á unos<br />
resplandores que <strong>de</strong> él salían», por los co<br />
mienzos <strong>de</strong>l siglo ix (814)-<br />
Ello es que Ratoiro I—rey <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ano<br />
842 hatta el 850—se negó á pagar el tri<br />
buto <strong>de</strong> las cien doncellas, y que <strong>de</strong>claró<br />
la guerra al califa Abdcrramán. Entablado<br />
UD combale en pueblo cercano á Logroño,<br />
los moros propinaron uoa reguliar paliza á<br />
los cristianos, que se retiraron á un cerro<br />
llamado Cíavijo. Allí se les apareció el<br />
apóstol Santiago al rey y le acon^ció que<br />
volviera al día siguiente ¿ la pelea, prometiéndole<br />
que él en persona combatiría<br />
contra los infieles.<br />
Tan feliz noticia levantó la moral <strong>de</strong> los<br />
<strong>de</strong>rrotados, y al día siguiente se dio la<br />
batalla <strong>de</strong> Clavijo, ea la que peleó Santiago<br />
montado en blanco corceL En el cam •<br />
po quedaron la friolera <strong>de</strong> 70.000 moros.<br />
é