por ellos sigue llamando Él - Covide-Amve
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semana vocación misión vicenciana<br />
<strong>por</strong> <strong>ellos</strong><br />
<strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> <strong>Él</strong><br />
¡pásalo!
índice<br />
Pórtico<br />
Padre Gregory Gay, c.m. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3<br />
Cartel. Sugerencias de trabajo<br />
Sor Esther Seoane . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6<br />
Servicio doctrinal<br />
P. Joaquín González . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8<br />
Servicio pastoral<br />
Catequesis infantiles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13<br />
Catequesis juveniles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19<br />
Catequesis jóvenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23<br />
Catequesis mayores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25<br />
Servicio litúrgico<br />
Eucaristía niños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29<br />
Eucaristía jóvenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32<br />
Eucaristía Santa Luisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35<br />
Oración para cada día de la semana . . . . . . . . . . . . . . . 38<br />
Vigilia de oración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43<br />
Oración vocacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49<br />
Testigos<br />
P. Güenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54<br />
Margarita Nasseau . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56<br />
Web valores<br />
Daniel Agustí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57<br />
Servicio vocacional. Testimonios<br />
Sor Evelyne Franc . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59<br />
Monseñor Luis Solé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60<br />
Laura Jiménez. Postulante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61<br />
Joaquín Estapé. Seminarista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62<br />
Edurne Urdampilleta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64<br />
Recursos<br />
Sor Esther López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66<br />
Diseño y Maquetación: Manuel Martín<br />
2
Por <strong>ellos</strong><br />
Por los pobres, los marginados, los excluidos,<br />
<strong>por</strong> ese 44 % de pobres en España que son<br />
jóvenes y niños. En la pobreza extrema más<br />
del 65% del colectivo tienen menos de 25<br />
años. En el conjunto de los pobres severos el<br />
53.2% son jóvenes o niños.<br />
Por esas familias en peores situaciones de<br />
pobreza: gitanas e inmigrantes. Por esos<br />
desocupados que afecta a los pobres más<br />
pobres. A más juventud, pobreza más grave<br />
y viceversa.<br />
Por aqu<strong>ellos</strong> pobres, familias y personas que,<br />
se sitúan económicamente <strong>por</strong> debajo del<br />
«umbral» del 50% de la Renta media disponible<br />
neta (Rdn) en el conjunto del Estado.<br />
Por aqu<strong>ellos</strong> hermanos, familias y las personas,<br />
que viven <strong>por</strong> debajo de ese 50% de los<br />
ingresos disponibles netos.<br />
Testimonios de tres madres de familias<br />
que viven en barrios de chabolas en<br />
Madrid<br />
pórtico<br />
<strong>por</strong> <strong>ellos</strong><br />
<strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> <strong>Él</strong><br />
¡pásalo!<br />
P. Gregory Gay, c.m.<br />
Como Lola dice : “No es lo mismo criarse en<br />
un barrio rico, que ya de <strong>por</strong> sí tienes un<br />
acento, una cultura y todos los medios, que<br />
en un barrio marginal que te hace ir con la<br />
cabeza agachada como con vergüenza, como<br />
que te sientes inferior a otra gente <strong>por</strong> tener<br />
menos y <strong>por</strong> vivir en ese barrio.”<br />
Y Beatriz opina: “Vivo en un barrio donde hay<br />
mucha droga y tengo miedo de que mis hijos<br />
se pueden enganchar. Quiero lo mejor para<br />
mis hijos pues yo no sé leer ni escribir y creo<br />
que es im<strong>por</strong>tante. Vivo en un barrio en el<br />
que no puedo salir de mi casa, <strong>por</strong> la droga,<br />
pues si me voy de mi casa, me roban, se llevan<br />
todo lo que tengo y me dejan la casa<br />
destrozada. Siempre tiene que haber alguien<br />
dentro, mi casa sola no se puede quedar. En<br />
mi barrio se ven muchas cosas pero aquí<br />
nadie te escucha. Todo el mundo sabe que<br />
hay mucha droga aquí pero se hacen los tontos,<br />
la quitan de la vía pública y la traen aquí<br />
que somos cuatro vecinos. Me da vergüenza<br />
decir que vivo en este barrio. Cuando fui al<br />
hospital con mi hija, dije : “vivo en un barrio<br />
de chabolas pero no vendo droga.”<br />
3
pórtico<br />
Cuando Mercedes habla de los trabajadores<br />
sociales, dice: “Si además de no tener a<br />
nadie que te apoye, vas a pedir ayuda a la<br />
Asistente Social y te la niega, sabiendo las<br />
condiciones en que vivíamos en una chabola<br />
de madera y mi marido enganchado a la<br />
droga, me sentía muy sola. No tenía su<br />
apoyo y además tenía miedo de ir a verla y<br />
que me quitasen a mis hijos. Te anima más<br />
una charla con ella o que te invite a tomar<br />
café que recibir dinero”.<br />
Lola añade: “Cuando pasamos tiempos muy<br />
difíciles en nuestra familia la solución que<br />
nos daban era quitarnos a los hijos, no confian<br />
en nosotros, sus padres.<br />
Nos gustaría que cuenten con nosotros como<br />
padres para buscar soluciones juntos y<br />
encontrar qué es lo mejor para nuestros<br />
hijos, para nuestras familias, que nos den un<br />
voto de confianza”.<br />
Mercedes está trabajando ahora y vive en un<br />
piso. Pero su vida <strong>sigue</strong> siendo difícil. Dice:<br />
“Tengo 10 hijos. Aunque soy más rica que<br />
antes, y eso que no tengo nada, no he sacado<br />
a mis hijos de la pobreza, <strong>por</strong>que mis<br />
hijos no son ricos, ni yo tampoco. Antes vivía<br />
en una chabola de madera, no tenía para<br />
comer, mis hijos iban con zapatillas que me<br />
daban, a veces rotas, y me daba vergüenza.<br />
Sin embargo ahora, si no es un mes, es otro,<br />
cuando necesitan zapatillas yo se las compro,<br />
pero eso no quiere decir que yo haya<br />
sacado a mis hijos de la pobreza. Pero sí que<br />
estoy orgullosa de sacar a mis hijos adelante<br />
aunque tengo que salir de casa a las cinco de<br />
la mañana para ir a trabajar. Quiero que mis<br />
hijos vayan con la cabeza alta.<br />
Mi primer día de trabajo ya me relacioné con<br />
todas mis compañeras. A medida que pasaban<br />
los días, ellas me ayudaban, me enseñaban<br />
a trabajar, a coger el metro. No me<br />
miraban <strong>por</strong> encima del hombro, me trataban<br />
como una de ellas. Y yo pensaba: “Yo<br />
soy igual que ellas, ¿<strong>por</strong> qué voy a tener que<br />
4<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
ir con la cabeza agachada?”. Empecé a arreglarme,<br />
me corté el pelo, me pintaba. Nunca<br />
lo había hecho.<br />
Muchas veces miro para atrás y pienso en<br />
todo lo que me he perdido. Durante muchos<br />
años he vivido entre cuatro paredes, sin<br />
saber que este mundo existía. Muchas veces<br />
cuando voy sola andando <strong>por</strong> el camino,<br />
pienso: “uy, me siento ligera, con ganas de<br />
vivir”. Me entra tanta alegría de decir: “Dios<br />
mío, he conseguido lo que nunca he tenido”.<br />
No he salido de la pobreza todavía, pero he<br />
dado un paso adelante.”<br />
Lola comparte su experiencia, y dice : “¿Por<br />
qué no me cogen para un trabajo si tengo<br />
dos manos? Nadie confía en ti, y te acabas<br />
marginando a ti misma. Mi hermana confió<br />
en mi y tuve un trabajo durante algunos<br />
meses. ¡Qué ilusión tener compañeras de<br />
trabajo!. Hubo un cambio radical en mi vida.<br />
Un trabajo es im<strong>por</strong>tante para uno mismo<br />
<strong>por</strong>que te encuentras con otros, te sientes<br />
útil.”<br />
Beatriz habla de la ayuda que da a las personas<br />
drogadictas que le piden un vaso de<br />
agua o un café. Dice: “¿<strong>por</strong> qué me voy a<br />
beber yo el café si puede calentar a otra persona<br />
que lo necesita?. Me siento útil con eso,<br />
me ayuda a mi. Ojalá el rico se diera cuenta<br />
del cariño que da el pobre”<br />
Sigue <strong>llamando</strong> <strong>Él</strong><br />
Se necesitan jóvenes inquietos, soñadores,<br />
atrevidos y alegres, movidos <strong>por</strong> el proyecto<br />
de Jesús en el seguimiento y la evangelización<br />
a los pobres, a la manera de San Vicente<br />
de Paúl, capaces de donarse para la construcción<br />
de una sociedad más justa y fraterna.<br />
Las situaciones de injusticia, de pobreza, de<br />
muerte retan a nuestra Iglesia a dar grandes
espuestas, para aliviar el dolor de esta<br />
humanidad, respuestas que surgen desde la<br />
mirada cotidiana.<br />
Tú puedes ser un miembro de la Familia<br />
Vicenciana (misionero vicentino, Hija de la<br />
Ca-ridad, misionero laico vicenciano, miembro<br />
de la Asociación Internacional de la<br />
Caridad, miembro de la Sociedad de San<br />
Vicente de Paúl, socio de la Asociación de la<br />
Medalla Milagrosa, miembro de Juventudes<br />
Marianas Vicencianas), para dar respuesta al<br />
dolor diario de nuestros hermanos pobres.<br />
Necesitas saber dónde puedes dar lo mejor<br />
de ti, dónde puedes desarrollar tus capacidades,<br />
dónde puedes crecer en libertad y capacidad<br />
de amar, dónde puedes vivir con mayor<br />
plenitud el seguimiento de Jesucristo evangelizador<br />
y servidor de los pobres. Y allí donde<br />
sientas un mayor gusto, una mayor alegría,<br />
es señal de que <strong>por</strong> ahí Dios te quiere.<br />
La elección no se hace de la noche a la<br />
mañana. Es necesario un proceso de libertad<br />
para optar <strong>por</strong> aquello que te conduce a tu<br />
mayor plenitud de vida. La verdadera libertad<br />
nos lleva a vivir el proyecto que Dios<br />
quiere para cada uno. Si Dios te llama y le<br />
respondes, entonces, tendrás vida plena y<br />
serás feliz.<br />
Si necesitas un acompañamiento para discernir<br />
lo que Dios quiere de tí no dudes en contactar<br />
con nosotros.<br />
Pásalo<br />
Es hora de actuar ante las nuevas pobrezas<br />
del mundo. Decía Juan Pablo II: «Es la hora<br />
de una nueva “imaginación de la caridad”,<br />
que promueva no tanto y no sólo la eficacia<br />
pórtico<br />
de las ayudas prestadas, sino la capacidad de<br />
hacerse cercanos y solidarios con quien<br />
sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido<br />
no como limosna humillante, sino como<br />
un compartir fraterno».<br />
El Papa Benedicto XVI dijo cuando anunció su<br />
primera encíclica “Deus Caritas est” (Dios es<br />
amor): “Hoy, el amor se entiende a menudo<br />
en un modo muy distinto a como lo enseña<br />
la Iglesia. Se trata de un único movimiento<br />
que tiene varias dimensiones”. “La caridad,<br />
continuó, es el amor que renuncia a sí mismo<br />
en favor del otro. El “eros” se transforma en<br />
ágape si se busca el bien del otro; se transforma<br />
en caridad si se abre a la propia familia<br />
y a toda la familia humana”.<br />
Se trata de “demostrar que el acto personalísimo<br />
del amor se debe expresar en la<br />
Iglesia como acto también organizativo: si es<br />
verdad que la Iglesia es expresión de Dios,<br />
también es verdad que el amor es un acto<br />
eclesial”.<br />
Nuestro querido fundador insistía en tener<br />
orden en la caridad cuando se llevaba socorro<br />
a los pobres de Châtillon: “Les han hecho un<br />
beneficio muy grande, pero se trata de una<br />
caridad que no está bien ordenada. Esos<br />
pobres enfermos se verán de repente con<br />
demasiadas provisiones; parte de ellas se<br />
estroperán y se perderán; y luego volverán a<br />
caer en la misma necesidad de antes” (I, 46).<br />
Y nos recuerda que la caridad es un acto de<br />
amor: “Consiste en no ver sufrir a nadie sin<br />
sufrir con él, no ver llorar a nadie sin llorar<br />
con él. Se trata de un acto de amor que hace<br />
entrar a los corazones unos en otros para<br />
que sientan lo mismo, lejos de aqu<strong>ellos</strong> que<br />
no sienten ninguna pena <strong>por</strong> el dolor de los<br />
afligidos ni <strong>por</strong> el sufrimiento de los pobres”<br />
(Conferencia del 30 de mayo de 1659).<br />
5
cartel<br />
Con este cartel queremos presentar las vocaciones<br />
Vicencianas de Misionero Paúl e Hija de la Caridad.<br />
Creemos que ambas tienen toda la actualidad y<br />
permiten la plena realización personal. Las llamadas<br />
de la sociedad para servir a los pobres <strong>sigue</strong>n siendo<br />
urgentes. Dios <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong>, solo hay que<br />
estar atento y dispuesto.<br />
En el cartel aparece un Padre Paúl. El P. José<br />
Eugenio, asturiano de nacimiento y, en este<br />
momento, realizando su vocación como misionero<br />
en Nacala, (Mozambique), junto con otros dos<br />
Padres y una Comunidad de jóvenes misioneros de<br />
JMV. Todos dedican su tiempo y su vida a cubrir las<br />
necesidades fundamentales de la persona: educación,<br />
salud, evangelización... A pesar de su entrega<br />
y su generosidad, son muchas las personas a las<br />
que no llega atención ni cuidado alguno. Por eso,<br />
en la comunidad de Nacala están esperando tu respuesta.<br />
Hacen falta misioneros dispuestos a gastar<br />
su vida <strong>por</strong> los más pobres.<br />
La Hija de la Caridad es Sor Encina, natural del<br />
Bierzo (León) y en la actualidad está entregando la<br />
vida en un Centro de Acogida de niños y mamás, en<br />
Pozuelo (Madrid). Como podéis ver, son muchos los<br />
niños que piden sus besos, desean sus abrazos y<br />
reclaman consuelo... Sor Encina tiene un corazón<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Sugerencias<br />
para trabajar<br />
el cartel<br />
Sor Esther Seoane<br />
6<br />
muy grande, donde caben todos los niños, pero<br />
sólo tiene dos brazos....<br />
Sugerencias para el Catequista<br />
“Una imagen vale más que mil palabras”. La reflexión<br />
que queremos suscitar ha de partir de la contemplación<br />
del cartel, la observación de cada uno<br />
de los detalles. Para conducir la reflexión y llegar a<br />
algunas conclusiones, sugerimos la dinámica que<br />
<strong>sigue</strong> y algunos interrogantes.<br />
Se puede hacer en un clima de oración, presentando<br />
las diferentes vocaciones concluyendo con algún<br />
canto vocacional, algún texto de llamada: Samuel,<br />
El joven rico, Vocación de los discípulos....<br />
Dinámica<br />
Ver la imagen<br />
¿Qué te sugiere a primera vista?<br />
¿Qué sentimientos te provoca?<br />
¿En qué te hace pensar?<br />
Observa las personas que aparecen adultos,<br />
niños... y la función que desempeñan en el cartel.<br />
Fíjate en el rostro de los más pequeños, imagina lo<br />
que sienten, lo que piensan, lo que desean y expresan<br />
con palabras, gestos y actitudes.
Mira detenidamente las manos de los adultos, su<br />
movimiento, su actitud... ¿Qué hacen? ¿Qué desean<br />
hacer? ¿Lo consideras una actividad profesional<br />
ó un servicio vocacional? ¿Qué provocan en ti estas<br />
vidas, estos gestos de servicio? ¿Crees que estas<br />
vocaciones son necesarias y tienen sentido en la<br />
sociedad actual? ¿Con cuál te sientes más identificado/a?<br />
¿Cuál te gustaría realizar? ¿Cuál realizas a<br />
menudo? ¿Te sientes llamado/a, a ser caricia, acogida,<br />
consuelo? ¿Te sientes vocacionado/a a...?<br />
Jesús también aparece en el cartel. Fíjate en la<br />
expresión de su rostro, su mirada, su mano. <strong>Él</strong> es la<br />
razón de tantas entregas vocacionales; <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong><br />
y mira complacido a los que generosamente<br />
responden. Mírale, memoriza su rostro; interiorízalo,<br />
cierra los ojos y pregúntale sin miedo: Jesús,<br />
¿qué quieres de mí?<br />
Después de todo esto, lee de nuevo el lema:<br />
Por <strong>ellos</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> ÉL, ¡Pásalo!<br />
¿Qué “<strong>ellos</strong>” hay en torno a ti <strong>por</strong> los que <strong>Él</strong> te está<br />
<strong>llamando</strong>?<br />
¿Cómo te vas a entregar?<br />
¿Con quién te vas a comprometer?<br />
¿A quién vas a “pasar” este mensaje?<br />
cartel<br />
sugerencias para trabajar<br />
Sigue habiendo<br />
tantos pies que lavar,<br />
<strong>sigue</strong> habiendo<br />
tanta oscuridad que iluminar,<br />
tantas cadenas que romper,<br />
pan y vino<br />
para el pobre quiero ser.<br />
Fortalece señor mi poca fe.<br />
¿Qué estás dispuesto a hacer para que no haya<br />
niños sin hogar?<br />
¿Qué estás dispuesto a hacer para que no haya violencia<br />
infantil y juvenil?<br />
¿Qué estás dispuesto a hacer para que los niños<br />
sonrían, vivan seguros y maduren en ambientes llenos<br />
de armonía?<br />
¿Qué puedes hacer para que todos conozcan a<br />
Jesús y crezcan según los valores del evangelio?<br />
¿Cómo vas a hacer para que después de cada<br />
Eucaristía salgas más comprometido a hacer lo que<br />
esté en tus manos para que todos tengan comida,<br />
vestido, educación salud...?<br />
Podemos terminar jugando a “Si yo fuera....”<br />
Si yo fuera Misionero Paúl...<br />
Si yo fuera Hija de la Caridad...<br />
Si yo fuera un joven misionero de JMV...<br />
Si yo fuera voluntario...<br />
Si yo fuera solidario...<br />
Y, nunca olvides que: Por <strong>ellos</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> ÉL<br />
¡Pásalo!<br />
7
semana vicenciana vocación misión 2006<br />
servicio<br />
doctrinal
Presentar el servicio doctrinal para la Semana<br />
Vocación-Misión Vicenciana, de este año 2006, es<br />
un motivo de satisfacción. Es una o<strong>por</strong>tunidad más<br />
para reavivar la fidelidad a mi propia llamada y para<br />
verificar mi respuesta con lo más genuino de la<br />
identidad vicenciana: contemplar el rostro de Cristo<br />
en los pobres y servirlos. A esto nos invita el lema<br />
elegido para estas próximas jornadas vocacionales:<br />
“Por <strong>ellos</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> <strong>Él</strong>. Pásalo”.<br />
1. Dios es “el que llama”<br />
La historia de la salvación se va realizando, desde<br />
sus comienzos, a partir de iniciativas libres de un<br />
Dios que elige. Dios siempre elige a algunos para<br />
bendecir a todos. Llama a algunos para asociárselos<br />
especialmente como amigos y como colaboradores.<br />
La llamada de Dios es, con frecuencia, un misterio<br />
lleno de sorpresa y desconcierto, al que sólo cabe<br />
una respuesta de fe.<br />
Dios es desconcertante cuando llama y encarga a<br />
las personas una misión de salvación en favor de su<br />
pueblo. Moisés es uno de tantos ejemplos que nos<br />
presenta la Biblia. Dios irrumpe en su vida y lo<br />
servicio doctrinal<br />
<strong>por</strong> <strong>ellos</strong><br />
<strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> <strong>Él</strong><br />
¡pásalo!<br />
P. Joaquín González<br />
escoge para liberar a su pueblo del faraón y llevarlo<br />
<strong>por</strong> el desierto a la tierra de libertad. En medio<br />
de todas las dificultades, podía estar seguro de contar<br />
con la ayuda de Dios.<br />
Todos somos llamados, mas no de la misma manera.<br />
Un día los ojos del Señor se fijaron sobre nosotros<br />
y, según el lugar y la hora, nuestra vocación<br />
ha tomado un carácter particular.<br />
Los cristianos somos “los llamados”. Nuestra elección<br />
es fruto de su amor. Dios nos ha elegido antes<br />
de nacer <strong>por</strong>que su amor es eterno y la llamada<br />
divina no depende de nuestros méritos o cualidades,<br />
sino exclusivamente de su amor. Es una llamada<br />
eternamente libre y gratuita. Dios es quien toma<br />
la iniciativa y esto es fuente de optimismo en estos<br />
momentos de confusión y de inseguridad; recordarlo<br />
y saberlo, nos llena de serenidad y de paz. Ser<br />
conscientes de nuestra debilidad es motivo para<br />
una mayor confianza.<br />
2. Sigue <strong>llamando</strong> <strong>por</strong> Jesucristo.<br />
Dios llama al hombre, con inmenso amor, <strong>por</strong> su<br />
enviado Jesucristo. Llama a los apóstoles: “Venid<br />
conmigo y os haré pescadores de hombres” (Mt<br />
9
servicio doctrinal<br />
4,19). Llama a todos los hombres: “Venid a mí<br />
todos los que estáis fatigados y oprimidos” (Mt<br />
11,28). Llamará en el fin del mundo, a los bienaventurados:<br />
“Venid, benditos de mi Padre, tomad<br />
posesión del reino” (Mt 25,34).<br />
Dios <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> a muchas personas para servir<br />
a su pueblo. Algunos acogen esta invitación desde<br />
un compromiso de vida en comunidad. El sueño de<br />
un mundo mejor, en el que cada uno sea hermano,<br />
no es una utopía imposible, sino que puede entrañar<br />
un comienzo de realización. Todo <strong>por</strong>que creemos<br />
en Cristo, <strong>por</strong>que hemos aceptado ser interpelados<br />
<strong>por</strong> el Espíritu y abrasados <strong>por</strong> el fuego que<br />
purifica.<br />
Los seguidores de Jesús del nuevo milenio serán<br />
diferentes de los del pasado. Así ha sido siempre.<br />
Estoy seguro de que muchos jóvenes han sentido<br />
esa llamada, pero tratan de ocultarla, olvidarla, y<br />
les da miedo. Además hacen falta acompañantes<br />
que los ayuden a seguirla.<br />
Cristo nos llama…<br />
El Padre llama a los hombres y mujeres <strong>por</strong> su<br />
Palabra, que es Jesucristo. La voz de Cristo es la<br />
voz de Dios. Cristo, enviado del Padre, viene a llamar<br />
a los pecadores (Lc 5,32). <strong>Él</strong> es el Pastor prometido<br />
que viene a congregar en la unidad a todas<br />
las ovejas dispersas. Jesús de Nazaret es designado<br />
como Kalón (el que llama); esto quiere decir que<br />
desempeña un oficio divino.<br />
... a la santidad. Hemos sido únicamente llamados<br />
a ser santos en la Iglesia. El que se decide a edificar<br />
la torre de la santidad cristiana, “siéntese primero,<br />
y calcule los gastos” (Mt 14,28). “Nadie<br />
puede servir a dos señores... No podéis servir a<br />
Dios y a las riquezas” (Mt 6,33).<br />
... con amor. La llamada que Cristo nos dirige es<br />
una llamada de amor. El Señor nos llama <strong>por</strong>que<br />
nos ama: “cuando Israel era niño, yo lo amé; yo,<br />
desde Egipto, vengo <strong>llamando</strong> a mi hijo” (Os 11,1).<br />
... siempre. El amor de Dios le mueve a llamarnos<br />
continuamente. Aun cuando nos hallamos perdidos<br />
10<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
y entretenidos en “pasatiempos”, el Señor no deja<br />
de llamar.<br />
... <strong>por</strong> la Iglesia. Dios ha querido que su Voz llegue<br />
al hombre. “¿Cómo invocarán a Aquel en quien no<br />
han creído? ¿Y cómo oirán si nadie les predica?”<br />
(Rm 10,14).<br />
3. Saber escuchar la voz de Dios<br />
Necesitamos escuchar la voz de Dios. Así se labra la<br />
tierra en la que crece la semilla de las vocaciones,<br />
de todas las vocaciones. A partir de ahí, cada uno<br />
vivirá su vida como respuesta a la llamada de Dios:<br />
respuesta en el matrimonio y en la vida santa de un<br />
seglar apostólico, respuesta en el ministerio sacerdotal<br />
o en la vida consagrada.<br />
La voz de Dios se oye sólo cuando hay un cierto<br />
grado de silencio interior. Es una voz íntima que<br />
resuena sólo en la profundidad de uno mismo (cfr.<br />
Vocación de Samuel 3,1-19). El que vive volcado<br />
sobre el exterior, acaparado y seducido <strong>por</strong> las<br />
cosas exteriores, no puede oír la llamada de<br />
Jesucristo. Si uno no se pregunta para qué está en<br />
este mundo, qué es lo que de verdad vale la pena<br />
en la vida, qué quiere Dios de él, nunca llegará a<br />
percibir ni formular una respuesta. Donde no hay<br />
preguntas, tampoco llega la respuesta.<br />
Hay que reafirmar que Dios <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong>. Esta es<br />
una certeza teológicamente indiscutible. La raíz del<br />
problema de las vocaciones es tener ocupados los<br />
sentidos en otras músicas que impiden oír la música<br />
de Dios, que en ocasiones es apenas un susurro.<br />
Cuando me comentan que no hay vocaciones, yo<br />
me pregunto: ¿<strong>por</strong> qué ocurre eso? Sería más exacto<br />
decir que vocaciones sí hay, <strong>por</strong>que Dios <strong>sigue</strong><br />
<strong>llamando</strong> para todo aquello que la Iglesia y el<br />
mundo necesitan. Lo que no hay son respuestas.<br />
Por eso se puede decir que si no hay vocaciones es<br />
<strong>por</strong>que, a nivel más profundo, no hay sentido vocacional<br />
de la vida. Hoy no tenemos tiempo para<br />
cuestionarnos nuestra propia vida y preguntarnos<br />
para qué estamos en este mundo, qué es de verdad<br />
vivir, qué es lo que puede dar verdadero valor a<br />
nuestra vida, lo que nos puede llenar el corazón y
darnos la felicidad a largo plazo. Vivimos dejándonos<br />
llevar, sin tener valor de salirnos de la fila para<br />
pensar, proyectar y definir nuestra propia existencia.<br />
Todo lo dicho anteriormente ocurre mucho en lo<br />
humano, pero ocurre también en la dimensión cristiana<br />
de la vida. La mayoría de los cristianos nos<br />
dejamos llevar <strong>por</strong> la corriente. Hacen falta jóvenes<br />
y adultos que como San Pablo, y como el profeta<br />
Samuel, lleguen a decir: “Señor, ¿qué quieres de<br />
mí?”. Y esta es la actitud indispensable para poder<br />
escuchar la voz de Dios. Y, a veces, se sirve de<br />
nuestra pobreza y debilidad: “Dios ha elegido lo<br />
pobre, lo débil, lo frágil, lo irrelevante, lo sin prestigio<br />
y sin influjo” (1Cor 1,27-31); <strong>por</strong> eso, el ser<br />
conscientes de nuestra debilidad es motivo de gran<br />
confianza, ya que la fuerza de Dios se muestra perfecta<br />
en la debilidad (2 Cor. 12,9).<br />
La respuesta a una vocación sentida en lo profundo<br />
de uno mismo y correspondida con perseverancia<br />
es la condición para ser uno mismo, para vivir personalmente<br />
la propia vida. Responder a la vocación<br />
personal es tanto como vivir con libertad la propia<br />
existencia. Y, para el cristiano, aceptar la propia<br />
vocación es intentar vivir libremente según el designio<br />
de Dios sobre nosotros; es integrarnos de verdad<br />
en al obra de Dios, y de Cristo, según nuestra<br />
forma estrictamente personal de ser; es ocupar<br />
nuestro puesto en la Iglesia y en el mundo, ese<br />
puesto para el cual Dios nos ha pensado y nos<br />
llama <strong>por</strong> medio de su Hijo Jesucristo.<br />
4. Reconocer a Cristo en los pobres<br />
El discípulo de Jesucristo, atento a todas las situaciones<br />
de pobreza y marginación, debe descubrir en<br />
los necesitados el rostro de Cristo sufriente. El<br />
mismo Señor nos recuerda que cada vez que<br />
damos de comer al hambriento y de beber al<br />
sediento, hospedamos al forastero y vestimos al<br />
desnudo, o visitamos a los privados de libertad, a <strong>Él</strong><br />
mismo se lo hacemos (Mt. 25, 35 36). En los pobres<br />
hay una presencia especial de Cristo que "impone a<br />
la Iglesia una opción preferencial <strong>por</strong> <strong>ellos</strong>" (NMI.<br />
49). Precisamente <strong>por</strong> esto, además de buscar la<br />
servicio doctrinal<br />
eficacia en la atención al necesitado, debemos vivir<br />
la cercanía y la solidaridad con el que sufre "para<br />
que no vea la ayuda que le prestamos como una<br />
limosna humillante, sino como un compartir fraterno"<br />
(NMI. 50). Si la Iglesia es sacramento de Cristo,<br />
debe prolongar en el mundo la preferencia del<br />
Maestro <strong>por</strong> los desheredados. Los pobres nos<br />
necesitan. Por <strong>ellos</strong>, <strong>Él</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong>.<br />
A ejemplo de San Vicente de Paúl.<br />
La terrible pregunta: “¿dónde está tu hermano?” ha<br />
obtenido, desde siempre y muchísimas veces, una<br />
respuesta evasiva: “yo no soy el guardián de mi<br />
hermano”. Pero también ha obtenido respuestas<br />
positivas de entrega y generosidad. Y esta pregunta<br />
se la planteó también Vicente de Paúl. Su respuesta<br />
tiene un antes y un después.<br />
La pregunta de Dios le viene de la misma realidad<br />
que está a su alrededor. Una realidad de pobreza,<br />
miseria, marginación y deshumanización. Vicente<br />
de Paúl vivió en medio del “siglo de los pobres”. Así<br />
se ha calificado el siglo XVII francés.<br />
Vicente de Paúl no nació convertido, como toda<br />
persona, se fue haciendo y evolucionando en su ser<br />
y en su pensar. Hasta los 38 años, Vicente de Paúl<br />
se vio atrapado en un proyecto de vida centrado<br />
sobre sí mismo. Será a partir de unas experiencias<br />
personales como da el paso de “buscador de sus<br />
negocios humanos” a “buscador de los negocios de<br />
Dios”; y esos “negocios de Dios” son: la lucha <strong>por</strong><br />
la justicia, la defensa de los pobres y la concientización<br />
de las gentes a favor de los mismos. En el<br />
camino de la vida que va de Jerusalén a Jericó,<br />
Vicente de Paúl deja de ser el fariseo y el escriba<br />
que pasan de largo, y se convierte en el buen<br />
samaritano. (Lc 10,25-37)<br />
Si San Vicente fija especialmente su mirada en el<br />
cap. 4, versículos 18 y 19, de Lucas (“El Espíritu del<br />
Señor está sobre mí, <strong>por</strong>que el me ha ungido para<br />
que dé la Buena Noticia a los pobres...”), es <strong>por</strong>que<br />
encuentra ahí el punto clave de su opción <strong>por</strong> los<br />
pobres, de su vocación y de su misión en la Iglesia<br />
y en la sociedad. La identidad vicenciana es cristo-<br />
11
servicio doctrinal<br />
céntrica y sólo se entiende <strong>por</strong>que la causa de los<br />
pobres es la causa de Cristo.<br />
Vicente de Paúl jamás separa el trinomio: “Cristo-<br />
Iglesia-Pobres”. Para Vicente de Paúl, la Iglesia es<br />
una comunidad de caridad, que continúa el “espíritu<br />
de caridad perfecta de Cristo”. Por eso, cuando<br />
se está con los pobres y se pone el máximo de efectivos<br />
al servicio de los necesitados y desvalidos, se<br />
está seguro de permanecer en la Iglesia de Cristo.<br />
A la luz de la fe, Vicente de Paúl descubre que los<br />
pobres, antes que destinatarios de sus servicios,<br />
son presencia latente y patente en el mundo del<br />
Señor crucificado. Y, a partir de esta “mirada de fe”,<br />
la caridad dinamiza y especifica el carisma vicenciano.<br />
En este punto, la antología de textos de San Vicente<br />
es tan amplia como incisiva. Por ejemplo, cuando se<br />
dirige a las Señoras de las Cofradías de la Caridad<br />
(hoy las Voluntarias de la Caridad-AIC) deja muy<br />
claro que no existe separación entre Cristo y los<br />
pobres: “El mismo Cristo quiso nacer pobre, recibir<br />
en su compañía a los pobres, servir a los pobres,<br />
ponerse en lugar de los pobres, hasta decir que el<br />
bien y el mal que hacemos a los pobres los considerará<br />
como hecho a su divina persona...¿Y qué<br />
amor podemos tenerle nosotros a <strong>Él</strong>, si no amamos<br />
lo que <strong>Él</strong> amó? No hay ninguna diferencia, señoras,<br />
entre amarle a <strong>Él</strong> y amar a los pobres de ese modo;<br />
servirles bien a los pobres, es servir bien a <strong>Él</strong>...”<br />
(SVP, X,954-955).<br />
No es menos claro cuando recuerda a las Hijas de<br />
la Caridad: “ Al servir a los pobres, se sirve a<br />
Jesucristo en la persona de los pobres. Y esto es<br />
tan verdad como que estamos aquí. Una Hermana<br />
irá diez veces a ver a los enfermos, y diez veces<br />
cada día encontrará en <strong>ellos</strong> a Dios...” (SVP,<br />
IX,240).<br />
Vicente deja muy claro que el único camino para<br />
llegar, siempre y a tiempo, a la cita con Dios es el<br />
camino del encuentro servicial con el pobre y el<br />
necesitado. “Por <strong>ellos</strong>, <strong>Él</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong>”, como nos<br />
recuerda el lema de esta Semana Vocación-Misión.<br />
Y nos <strong>sigue</strong> llamado hoy, en pleno siglo XXI. Se<br />
12<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
llega tarde y nunca a la cita con Dios cuando no llegamos<br />
a la cita con los pobres: “Id a ver a los<br />
pobres condenados a cadena perpetua, en <strong>ellos</strong><br />
encontraréis a Dios; servid a esos niños, y en <strong>ellos</strong><br />
encontraréis a Dios. ¡Hijas mías, cuán admirable es<br />
esto! Vais a unas casas muy pobres, pero allí<br />
encontraréis a Dios...” (SVP, IX, 240).<br />
A ejemplo de Santa Luisa de Marillac<br />
La nueva y definitiva vocación de esta mujer va a<br />
consistir, sobre todo, en salir de su propia y pequeña<br />
periferia y asomarse decididamente al camino<br />
que baja de Jerusalén a Jericó, donde van quedando<br />
los expoliados, los heridos y los masacrados. Al<br />
fin, la señorita Le Gras había llegado a la conclusión<br />
de que los pobres no son un pasatiempo piadoso o<br />
benéfico, sino una pasión dolorosa, una terrible<br />
pregunta de Dios a la que hay que responder con<br />
urgencia y audacia. No en vano, ella misma había<br />
comunicado insistentemente a Vicente de Paúl que<br />
se sentía impulsada a servir en cuerpo y alma a los<br />
pobres.<br />
Luisa de Marillac llegó a experimentar que el seguimiento<br />
de Cristo se da en la historia sufriente de la<br />
humanidad, no en los paisajes de la buena voluntad.<br />
Su cristología dejó de ser teórica para hacerse<br />
práctica, dando paso a la vivencia de un Cristo<br />
encarnado en los márgenes de la sociedad y hecho<br />
siervo para anunciar y realizar la Buena Nueva a<br />
favor de los pobres. La fuerza del espíritu la llevó a<br />
sentirse enviada a “liberar a los cautivos, a dar la<br />
vista a los ciegos, a dignificar a los oprimidos y a<br />
proclamar la bondad del Señor”.<br />
Esta mujer inquieta, vivaracha, atrevida, arriesgada,<br />
no pone fronteras a su corazón. Sabe que los<br />
pobres mandan y que la “apertura, la disponibilidad,<br />
la movilidad y la sensibilidad” hacia las distintas<br />
formas de pobreza son el baremo de su fidelidad<br />
al plan de Dios. En sus oídos resuena, como<br />
compromiso insoslayable y recordatorio imperativo,<br />
aquel grito de Vicente de Paúl: “El amor es inventivo<br />
hasta el infinito” (SVP, XI,3). Por eso, alienta a<br />
sus “hijas” a ampliar progresivamente el abanico de<br />
sus servicios a todos los necesitados. Podemos
decir de esta extraordinaria mujer que la búsqueda<br />
de las alturas y el enraizamiento en el suelo cristalizaron<br />
en “una mujer fuerte”, que ganó la vida<br />
“perdiéndola <strong>por</strong> los demás”.<br />
5. Testigos de Jesucristo. Pásalo.<br />
Estamos llamados a ser testigos del amor y de la<br />
caridad: “en esto conocerán todos que sois discípulos<br />
míos: si os tenéis amor los unos a los otros” (Jn<br />
13,35). “No basta con que yo ame a Dios si mi prójimo<br />
no le ama”(SVP, XI,4).<br />
Si hemos sabido reconocer la voz de Dios en el rostro<br />
de los pobres, ahora no podemos quedarnos<br />
ahí. Nos dejó dicho Juan Pablo II, la exhortación<br />
Novo Millennio Ineunte que “quien ha encontrado<br />
servicio doctrinal<br />
verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo<br />
para sí, debe anunciarlo. Es necesario un nuevo<br />
impulso apostólico que sea vivido como compromiso<br />
cotidiano de las comunidades y de los grupos<br />
cristianos” (n.40)<br />
A nosotros, como cristianos y como vicencianos,<br />
nos toca seguir pasando esta llamada, este mensaje,<br />
este estilo de vida que da sentido a la nuestra<br />
y nos llena de felicidad. Ve y haz tú lo mismo. Yo,<br />
tú, todos, podemos pasar el mensaje, hacer de testigos<br />
con palabras y obras. Los testigos del amor y<br />
de la caridad serán los únicos capaces de interrogar<br />
a los demás, al estilo de Vicente de Paúl, de Luisa<br />
de Marillac y de tantos hombres y mujeres buenos<br />
que han dado y están dando su vida sirviendo a los<br />
pobres, convencidos de que es al mismo Cristo a<br />
quien se lo hacen.<br />
13
semana vicenciana vocación misión 2006<br />
servicio<br />
pastoral
Objetivos:<br />
Ayudar a descubrir a los niños que todos tenemos<br />
una misión en la vida y llevarla a cabo nos<br />
hará felices.<br />
Fijándonos en Vicente de Paúl elaborar algún<br />
compromiso que nos ayude a servir a los<br />
demás.<br />
Desarrollo:<br />
1. EXPERIENCIA HUMANA<br />
Introducción:<br />
El Catequista tratará de explicar a los niños lo que<br />
es la vocación, para ello partimos de una actividad<br />
que consiste en dibujar lo que cada uno quiere ser<br />
de mayor. Después lo ponemos en común indicando<br />
las razones <strong>por</strong> las que hemos hecho ese dibujo.<br />
A continuación se puede leer esta introducción o el<br />
catequista puede adaptar la explicación a su grupo.<br />
La vocación es una llamada que recibimos, que nos<br />
empuja sin darnos cuenta a hacer aquello para lo<br />
que estamos hechos y capacitados. Nuestros gustos<br />
y forma de ser, nuestros deseos y aficiones<br />
favoritas, el ejemplo y consejos de otras personas<br />
nos irán diciendo cuál es nuestra vocación, nuestro<br />
camino o el trabajo al que estamos llamados.<br />
Seguro que alguna vez te habrás parado a pensar<br />
en lo que te gustaría ser de mayor. Son muchas las<br />
cosas a las que podrías dedicarte. Hay infinidad de<br />
oficios y trabajos diferentes que podrías hacer, pero<br />
para poder elegir el tuyo, deberás conocer primero<br />
cuál es tu vocación.<br />
La vocación es algo más que una profesión, es la<br />
manera en que queremos emplear nuestra vida<br />
para hacer algo útil que ayude a los demás a vivir<br />
mejor y más felices. La tarea de todo cristiano, sea<br />
cual sea su vocación y trabajo, será siempre la de<br />
servir y ayudar a los demás. Así lo hizo Jesús. Así lo<br />
hicieron Vicente de Paúl y Luisa de Marillac.<br />
Punto de partida:<br />
(Sugerimos partir de un cuento que narra la historia<br />
de una pequeña semilla que llega a convertirse<br />
en un gran árbol. Está basado en un montaje de<br />
diapositivas con el mismo título. Si se tiene acceso<br />
a él se puede utilizar en lugar del relato que ofrecemos<br />
a continuación)<br />
Historia de una semilla<br />
servicio pastoral<br />
catequesis infantiles<br />
Había una vez una pequeña semilla que dormía en<br />
un almacén. Vivía en la oscuridad esperando el día<br />
en que pudiera desarrollarse, crecer y poder ofrecer<br />
al mundo lo mejor de sí misma. No estaba muy<br />
segura de lo que llegaría a ser. Tal vez un árbol<br />
frondoso que regalara su sombra a los caminantes<br />
agotados <strong>por</strong> el duro trayecto. O quizás llegaría a<br />
ser un frutal generoso que ofrecería jugosos frutos<br />
para deleitar el paladar de los niños. O puede que<br />
se convirtiera en una linda flor que cada día regalaría<br />
su belleza y perfume transmitiendo un mensaje<br />
de alegría.<br />
En estos pensamientos se entretenía nuestra semilla<br />
cuando un joven se dirigió al almacén y compró<br />
un saco de ellas. La semilla sintió miedo al principio.<br />
¿Qué le pasaría? Pero decidió ser fuerte y no<br />
desanimarse aunque hubiera dificultades.<br />
Realizó un pequeño viaje en el maletero de un<br />
coche. Cuando llegaron al lugar adecuado el joven<br />
fue cogiendo las semillas que había adquirido y las<br />
fue introduciendo en la tierra.<br />
Nuestra semilla se encontraba a gusto allí. De la tierra<br />
recibía el alimento y la protección contra las<br />
inclemencias del tiempo. Pero de repente sintió una<br />
fuerte llamada a no quedarse sin hacer nada. Ella<br />
tenía que romperse, tenía que esforzarse <strong>por</strong> crecer,<br />
<strong>por</strong> buscar el alimento que le pro<strong>por</strong>cionaba la<br />
tierra en capas más bajas. Allí encontraba las sustancias<br />
adecuadas para desarrollarse más y más.<br />
Todo esto suponía vencer dificultades, cuando<br />
intentaba extender sus raíces encontraba piedras<br />
que tenía que sortear, otras veces la tierra no estaba<br />
lo suficientemente húmeda y no podía tomar de<br />
15
servicio pastoral<br />
ella el alimento. Pero nunca olvidó su compromiso<br />
de no desanimarse ante las dificultades. Con<br />
esfuerzo, constancia y paciencia consiguió extender<br />
sus raíces y crecer.<br />
Primero brotó una hojita de la tierra, luego al abrirse<br />
al sol descubrió que recibía todavía más fuerza y<br />
que la savia bullía dentro de sí. Creció y creció, se<br />
hizo fuerte y de su tronco salieron ramas que se<br />
cubrieron de flores y después de frutos. ¡Qué satisfecha<br />
se sentía! ¡Qué feliz! Y mientras vivió procuró<br />
darse <strong>por</strong> entero, regalar su sombra, sus frutos,<br />
su madera, todo lo que podía ser útil a los demás.<br />
Reflexión<br />
Al igual que las semillas, nosotros llevamos encerrado<br />
en nuestro interior aquello que podemos llegar<br />
a ser y que está todavía <strong>por</strong> desarrollarse. Sólo si se<br />
dan las condiciones necesarias, comenzará a salir a<br />
la luz aquello que somos y para lo que estamos<br />
hechos. Pero esto requiere tiempo constancia,<br />
esfuerzo y cuidado.<br />
Cada uno recibe una semilla y un vaso de plástico<br />
con tierra para poder plantarla. Después miramos<br />
nuestra maceta y escribimos en la tabla lo siguiente:<br />
- Lo que la planta necesita<br />
para crecer bien<br />
- Lo que puede hacerle daño<br />
y echarla a perder<br />
La semilla que hemos plantado representa nuestra<br />
propia vida y la vocación que cada uno tiene. Igual<br />
que ella necesita algunas cosas para crecer y desarrollarse,<br />
nosotros también necesitamos ciertas<br />
condiciones para desarrollarnos y poder llevar a<br />
cabo lo que queremos ser. Podemos traducir la<br />
tabla que hemos hecho antes a nuestra vida:<br />
- Lo que yo necesito para desarrollarme y sacar a<br />
la luz mis capacidades<br />
Estudiar<br />
Descubrir la im<strong>por</strong>tancia de obedecer<br />
16<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
- Lo que puede hacerme daño<br />
y echar a perder lo que estoy llamado a ser<br />
Ser egoísta<br />
Decir mentiras<br />
2. ILUMINACIÓN A TRAVÉS<br />
DE LA PALABRA DE DIOS<br />
“Decía Jesús: ¿A qué es semejante el Reino de<br />
Dios? ¿A qué lo compararé?. Es semejante a un<br />
grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso<br />
en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves<br />
del cielo anidaron en sus ramas”<br />
(Lc 13, 18 – 19)<br />
a. Un grano de mostaza es muy pequeño y<br />
se convierte en un gran árbol, ¿quién le<br />
ayuda a crecer?<br />
b. Dibuja un árbol y escribe en el tronco un<br />
compromiso para decir Sí a Jesús.<br />
c. Piensa ejemplos de personas que se han<br />
convertido en grandes árboles y ayudan a los<br />
demás. Pon sus nombres en las ramas del<br />
árbol.<br />
3. ILUMINACIÓN VICENCIANA<br />
La semilla de Vicente de Paúl<br />
Vicente de Paúl recibió muchas semillas que supo<br />
plantar, cuidar, regar...después de un tiempo él descubrió<br />
lo que podía hacer con su vida y las semillas<br />
se convirtieron en grandes árboles.<br />
Pronto entendió que Dios le invitaba a ser un buen<br />
amigo de los pobres y los ayudó de verdad. No <strong>por</strong><br />
lástima sino <strong>por</strong>que los quería de todo corazón.<br />
Para llegar a esta conclusión Vicente estaba muy<br />
atento a todo lo que ocurría a su alrededor y Dios<br />
le fue guiando. Vamos a fijarnos en dos acontecimientos<br />
de su vida y en cómo se esforzó <strong>por</strong> llevar<br />
a cabo los compromisos que surgían de <strong>ellos</strong>:
Experiencia en Chatillon:<br />
Experiencia en Folleville:<br />
(Para trabajar la figura de Vicente de Paúl hay<br />
bibliografía disponible para niños si se considera<br />
que no es suficiente con las viñetas)<br />
Además Vicente se convirtió en un mensajero de<br />
Dios y enseñó a otros a desarrollar su semilla y descubrir<br />
su vocación formando así una gran familia<br />
preocupada <strong>por</strong> ayudar a todos los necesitados y<br />
<strong>por</strong> hacerles muy felices.<br />
Busca en la siguiente sopa de letras algunos de los<br />
frutos que Vicente fue ofreciendo al hacer crecer su<br />
vocación: formación, Misioneros, servicio, Hijas de<br />
la Caridad, evangelización, amor, perdón. Después<br />
con las letras sobrantes encontrarás una frase suya.<br />
servicio pastoral<br />
catequesis infantiles<br />
17
servicio pastoral<br />
4. COMPROMISO<br />
Cogemos la hoja donde hemos dibujado el árbol y<br />
recordamos el compromiso para decir sí a Jesús.<br />
Tenemos que ayudarnos unos a otros para que no<br />
se nos olvide. El próximo día que nos juntemos<br />
revisaremos cómo lo hemos llevado a la práctica.<br />
5. CELEBRACIÓN<br />
Canto: “Sois la semilla que ha de crecer”<br />
Ponemos junto a Jesús (la Biblia abierta, un crucifijo,<br />
un póster,…) nuestras macetas que contienen la<br />
semilla que hemos plantado, el catequista hace una<br />
pequeña oración: Jesús, ponemos junto a ti nuestras<br />
semillas, representan nuestra vocación, lo que<br />
tú quieres de cada uno de nosotros. Necesitamos<br />
de tu ayuda para desarrollar todas nuestras capacidades<br />
y ponerlas al servicio de los demás, <strong>por</strong> eso<br />
te decimos: ¡Ayúdanos a decir SÍ!<br />
Rezamos todos el Padrenuestro.<br />
18<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Solución a la sopa de letras:<br />
La frase:<br />
Amemos a Dios hermanos, pero que sea con el<br />
sudor de nuestra frente y el esfuerzo de nuestros<br />
brazos. San Vicente de Paúl, fundador de H.C. y de<br />
C.M.
Objetivos:<br />
A partir de las realidades de pobreza presentar<br />
a los chicos y chicas la llamada a la vocación<br />
vicenciana y suscitar en <strong>ellos</strong> una respuesta.<br />
Desarrollo:<br />
1. EXPERIENCIA HUMANA<br />
Cuento<br />
Es la historia de un hombre que estaba harto de llorar.<br />
Miró a su alrededor y vio que tenía delante de<br />
sus ojos la felicidad. Estiró la mano y quería cogerla.<br />
La felicidad era una flor. La cogió y, nada más tenerla<br />
en su mano, ya se había deshojado.<br />
La felicidad era un rayo de sol. Levantó sus ojos<br />
para calentar su cara y en seguida una nube lo<br />
apagó.<br />
La felicidad era una guitarra. La acarició con sus<br />
dedos, las cuerdas se desafinaron.<br />
Cuando al atardecer volvió a casa, el hombre seguía<br />
llorando. A la mañana siguiente siguió buscando la<br />
felicidad. A la vera del camino había un niño que lloriqueaba.<br />
Para tranquilizarlo cogió una flor y se la<br />
dio. La fragancia de la flor perfumó a los dos.<br />
Una pobre mujer temblaba de frío, cubierta con sus<br />
harapos. La llevó hasta el sol y también se calentó.<br />
Un grupo de niños cantaba. <strong>Él</strong> les acompañó con su<br />
guitarra. También él se deleitó con su melodía.<br />
Al volver a casa de noche, el buen hombre sonreía<br />
de verdad. Había encontrado la felicidad.<br />
Rumiando el relato<br />
Al terminar la lectura, entre todo el grupo se<br />
reconstruye el relato de forma oral.<br />
¿De qué se nos habla en el cuento?<br />
¿Qué se dice que buscaba el hombre?<br />
¿Cómo descubrió la felicidad? ¿Dónde?<br />
Elegir una frase del cuento que más haya llamado<br />
la atención y decirla en voz alta.<br />
Descubriendo el mensaje<br />
El cuento nos habla de la felicidad y de dónde se la<br />
puede encontrar.<br />
Relaciona la vida del hombre del cuento con la de<br />
servicio pastoral<br />
catequesis juveniles<br />
los Misioneros Paúles y de las Hijas de la Caridad.<br />
¿Qué situaciones encuentran <strong>ellos</strong> en las que descubren<br />
la verdadera felicidad? ¿Qué les hace felices<br />
de verdad?<br />
Aplicamos el cuento a la vida de todos. ¿Podemos<br />
nosotros encontrar la felicidad en lugares o situaciones<br />
como éstas?<br />
¿Qué te ha enseñado el cuento?<br />
CONEXIÓN CON LA VIDA.<br />
LA REALIDAD QUE NOS RODEA<br />
Y NOS INTERPELA<br />
Los chicos y chicas han de buscar imágenes en las<br />
que aparezcan situaciones de pobreza y otras en las<br />
que se vean ámbitos de riqueza.<br />
A continuación, el/la catequista hace la siguiente<br />
reflexión:<br />
Nosotros vivimos en una sociedad rica y muchas<br />
veces cerramos nuestros ojos a los problemas que<br />
existen en el mundo, que son muchos y muy graves.<br />
Pero Dios quiere un mundo donde se respeten<br />
todos los derechos de todas las personas, donde<br />
todas ellas sean tratadas en igualdad, donde se<br />
construya la fraternidad universal. Dios nos invita,<br />
cada día, a construir un mundo diferente.<br />
Se les invita a que piensen en los problemas que<br />
<strong>ellos</strong> mismos han seleccionado de las revistas.<br />
Podemos mencionar otros que, si no han sido nombrados,<br />
también existen hoy en la tierra:<br />
- El mundo es nuestra casa común pero está dividida.<br />
Hemos oído hablar de las divisiones entre el<br />
Norte y el Sur, del Primer Mundo y Tercer Mundo, de<br />
países desarrollados y otros en vías de desarrollo.<br />
- Infinidad de hombres y mujeres, de niños y niñas<br />
sufren el hambre, la extrema pobreza.<br />
- Cantidad de personas viven la marginación y la<br />
explotación. Muchos tienen que salir de sus casas<br />
huyendo de la guerra o del hambre, o en busca de<br />
un futuro mejor.<br />
Se comentará, o bien de manera individual o bien<br />
grupal, cada una de las imágenes o algunas de ellas,<br />
según parezca. Acabado el comentario, se entregarán<br />
19
servicio pastoral<br />
nuevamente revistas, pero esta vez serán aquellas en<br />
las que imágenes de Misioneros Paúles o Hijas de la<br />
Caridad se vean sirviendo a los pobres.<br />
Lo que se pretende con esto es que los chavales caigan<br />
en la cuenta de que esas y otras miserias pueden<br />
ser atendidas gracias a la colaboración de estas personas<br />
en la Iglesia. Las imágenes se llevarán luego a<br />
la celebración en la que oraremos <strong>por</strong> estas necesidades<br />
y <strong>por</strong> quienes dan solución a las mismas.<br />
2. ILUMINACIÓN A TRAVÉS<br />
DE LA PALABRA DE DIOS<br />
TEXTO BÍBLICO: Lc 10, 30-37<br />
En la Biblia se dice que, en cierta ocasión, alguien<br />
se acercó a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es<br />
mi prójimo?” A Jesús, que le encantaba contar<br />
cuentos, respondió de esta manera. (Se narra el<br />
pasaje de Lc 10, 30-37. Los de 6º de Educación<br />
Primaria escenifican el texto. A los de 1º y 2º de<br />
E.S.O., una vez relatada la parábola, se les asigna<br />
un personaje que más tarde habrán de trabajar,<br />
concretamente en la pregunta: “¿Con cuál de <strong>ellos</strong><br />
te identificas?”. Esto se llevará a cabo cuando llegue<br />
el momento de formularla).<br />
Entre todos vamos a descubrir lo que Jesús nos<br />
quiere decir con este texto:<br />
- ¿Qué hacen estos personajes? ¿Por qué crees que<br />
actúan de esta manera?<br />
- ¿Con cuál de <strong>ellos</strong> te identificas?<br />
- ¿Quién es tu prójimo? ¿Qué haces a favor de tu<br />
prójimo?<br />
- ¿A qué te comprometes?<br />
Como vemos, según el cuento, el herido que estaba<br />
al borde del camino no recibió la ayuda ni del<br />
sacerdote, que pasó de largo, ni del levita, que hizo<br />
lo mismo. Fue un samaritano, considerado un<br />
extranjero <strong>por</strong> la sociedad de su tiempo, el que se<br />
acercó al herido, lo curó y se ocupó de él.<br />
3. ILUMINACIÓN VICENCIANA<br />
Ponemos en medio del grupo dos fotos: una de San<br />
Vicente de Paúl y otra de Santa Luisa de Marillac.<br />
20<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Hacemos un breve comentario sobre ambos: tanto<br />
él como ella dieron ejemplo de ser prójimos de los<br />
que sufren; son personas que, como el Buen<br />
Samaritano, se ponen en camino en favor de los<br />
pobres, que son mayoría. San Vicente de Paúl es<br />
considerado el Gran Santo de la Caridad. Luisa de<br />
Marillac es Patrona de los que dedican su vida a la<br />
acción caritativa y social.<br />
TEXTOS DE SAN VICENTE Y DE SANTA LUISA<br />
¡Cómo! ¡Ser cristiano y ver afligido a un hermano<br />
sin llorar con él ni sentirse enfermo con él! Eso es<br />
no tener caridad; es ser cristiano en pintura. (San<br />
Vicente de Paúl, C.XII, 262)<br />
Quien no ama no conoce a Dios <strong>por</strong>que Dios es<br />
Caridad. (Santa Luisa de Marillac, Correspondencias<br />
y Escritos, p.686).<br />
Estas frases se colocarán en un lugar visible.<br />
Comenzaremos leyendo el texto que nos narra la<br />
vida de Margarita Nassau.<br />
Margarita Nassau es natural de Suresnes, pueblo de<br />
un millar de habitantes, casi todos <strong>ellos</strong> viñadores<br />
al oeste de París, a la orilla izquierda del Sena.<br />
Bautizada el 6 de julio de 1594, probablemente el<br />
mismo día de su nacimiento, como era la costumbre<br />
de la época. Es la mayor de una familia de seis<br />
hijos. Quedó huérfana de madre desde pequeña, su<br />
padre se hizo cargo de sus hermanos. Aprendió a<br />
leer mientras pastoreaba los ganados, luego más<br />
tarde enseñará a leer a otros.<br />
Cuando Luisa de Marillac se encontraba visitando<br />
Las Caridades, un día se le acercó esta joven aldeana<br />
y le expresó su deseo de entregarse a Dios para<br />
servir a los pobres enfermos.<br />
Después de haberse visto <strong>por</strong> primera vez con San<br />
Vicente, un poco antes de 1630 lleva una escuela<br />
en Villepreux, localidad situada a unos treinta kilómetros<br />
al sureste de París. Allí la conoce San<br />
Vicente. Ella le expresa su deseo de servir a los<br />
pobres y deja el trabajo del servicio a los niños. San<br />
Vicente la pone bajo la dirección de Santa Luisa.
Ella fue “la primera” que abrió el camino a las<br />
demás. Fue el ideal y el modelo de la Hija de la<br />
Caridad.<br />
Empezó a servir a los pobres en la “primera Caridad<br />
de París”, en la parroquia de San Salvador. Al poco<br />
tiempo hacía falta que volviera a Villepreux, donde<br />
permaneció un año. Vuelve a París para trabajar en<br />
las parroquias de San Nicolás-du-Chardonnet y San<br />
Benito. Su caridad la llevó hasta el extremo. Muere<br />
en el Hospital de San Luis contagiada <strong>por</strong> la peste<br />
<strong>por</strong> darle su cama a una pobre mujer enferma y sin<br />
recursos. Tenía 39 años.<br />
Son muy pocos los datos que tenemos sobre ella.<br />
San Vicente hablará de ella en seis Conferencias a<br />
las Hijas de la Caridad, presentándola como “la primera<br />
que tuvo la dicha de mostrar el camino a las<br />
demás.” San Vicente también dirá de ella: “Todo el<br />
mundo la quería <strong>por</strong>que no había nada en ella que<br />
no fuera amable”. (San Vicente, julio de 1642).<br />
Una vez leído el mismo constataremos si los chicos<br />
y chicas han captado el mensaje que se ha querido<br />
transmitir: entregar la vida <strong>por</strong> los demás hasta llegar,<br />
incluso, a perderla <strong>por</strong> amor.<br />
Invitamos a que <strong>ellos</strong> y ellas pongan ejemplos de<br />
personas que, a lo largo de la historia, hayan trabajado<br />
<strong>por</strong> la consecución de la justicia y la caridad en<br />
el mundo.<br />
Sugerimos que se utilice alguno de los vídeos o<br />
DVDs de los que disponemos en nuestras comunidades<br />
y en los que se presenta la labor misionera<br />
de los PP. Paúles o Hijas de la Caridad en países de<br />
misión. Otra idea puede ser la de utilizar los “power<br />
points” que se han elaborado con imágenes de<br />
Mozambique.<br />
4. COMPROMISO<br />
Todo lo que hemos hecho en esta catequesis no se<br />
puede quedar en palabras, imágenes y papeles.<br />
Sabemos que hemos de llevarlo a la vida. ¿Cómo<br />
voy a hacerlo yo? ¿Qué me propongo?<br />
5. CELEBRACIÓN<br />
servicio pastoral<br />
catequesis juveniles<br />
Canto:<br />
Jesús está entre nosotros (Cancionero JMV 4.9)<br />
Presentamos al Señor las imágenes que hemos trabajado<br />
–ésas que nos hablan sólo de pobreza y<br />
esas otras en las que PP. Paúles e Hijas de la<br />
Caridad sirven a los Pobres-. Oramos <strong>por</strong> cada una<br />
de ellas y le agradecemos al Señor que en la Iglesia<br />
existan personas como los Misioneros Paúles o las<br />
Hijas de la Caridad, que escuchando la voz de Dios<br />
que los llamaba a servir a los Pobres han encontrado<br />
la verdadera Felicidad. Pedimos también al<br />
Señor que chicos y chicas descubran a qué les<br />
llama Dios y que sean decididos en seguirle.<br />
A modo de salmo leemos todos juntos Is 1, 10-18,<br />
texto en el que Dios exige de nosotros la compasión<br />
para el prójimo en situación de sufrimiento:<br />
Escucha la palabra del Señor:<br />
¿De qué me sirven todos vuestros sacrificios?<br />
Nadie os pide que vengáis a mí,<br />
a pisar los atrios de mi templo,<br />
trayendo ofrendas vacías.<br />
No aguanto fiestas mezcladas con delitos.<br />
Cuando extendéis las manos para orar,<br />
aparto mi vista;<br />
aunque hagáis muchas oraciones no las escucho,<br />
pues tenéis las manos manchadas de sangre.<br />
Lavaos, purificaos,<br />
apartad de mi vista vuestras malas acciones.<br />
Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien.<br />
Buscad el derecho, proteged al oprimido,<br />
socorred al huérfano, defended a la viuda.<br />
Luego venid.<br />
Aunque vuestros pecados sean como escarlata,<br />
blanquearán como nieve;<br />
aunque sean rojos como púrpura, quedarán como<br />
la lana.<br />
Si obedecéis y hacéis el bien,<br />
comeréis los frutos de la tierra.<br />
Lo ha dicho el Señor.<br />
Acabamos cantando “La voz de los sin voz”<br />
(Cancionero de JMV 5.83)<br />
21
servicio pastoral<br />
Objetivos:<br />
Que los jóvenes descubran la necesidad de<br />
responder a la llamada, desde la vivencia de<br />
la constancia y el esfuerzo ayudando a los<br />
demás a través del Servicio Vicenciano.<br />
Desarrollo:<br />
1. EXPERIENCIA HUMANA<br />
Comenzamos leyendo esta historia posible.<br />
Podemos subrayar y quedarnos con lo que para<br />
nosotros es más significativo.<br />
EL ALBAÑIL<br />
Un veterano albañil estaba a punto de jubilarse.<br />
Comunicó a su jefe el deseo de dejar el trabajo y<br />
pasar más tiempo con su familia. Dijo que iba a<br />
sentir quedarse sin el salario pero que realmente<br />
quería la jubilación.<br />
La empresa no se quedaba muy afectada <strong>por</strong> la<br />
marcha del albañil, pero el jefe estaba triste al ver<br />
que un buen trabajador se iba y le pidió el favor de<br />
que trabajase en un proyecto más.<br />
Al albañil no le gustó la propuesta, pero terminó<br />
aceptando. Quedó claro que él no estaba entusiasmado<br />
con la idea. Por eso hizo un trabajo de mala<br />
calidad, usando materiales inadecuados. Una mala<br />
manera de terminar su carrera.<br />
Cuando terminó, el jefe fue a revisar la casa construida,<br />
le entregó la llave de la casa al albañil y le<br />
dijo:<br />
- Esta es tu casa. Es mi regalo para ti.<br />
- El albañil se quedó muy sorprendido. ¡Qué pena!<br />
Si él hubiera sabido que la casa que estaba construyendo<br />
era su propia casa, habría actuado de forma<br />
diferente.<br />
pautas para la reflexión<br />
Nuestra vida esta llena de o<strong>por</strong>tunidades, saber<br />
aprovecharlas y obtener los frutos deseados constituyen<br />
el centro de nuestras aspiraciones.<br />
22<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Actualmente se habla del éxito al alcance de la<br />
mano quedando corto lo que se refiere a superación<br />
personal. La superación es el valor que motiva<br />
a la persona a perfeccionarse a sí misma, en lo<br />
humano, espiritual y profesional venciendo obstáculos<br />
y dificultades que se presentan a lo largo de la<br />
vida desarrollando así la capacidad de hacer mayores<br />
esfuerzos para lograr el objetivo propuesto.<br />
Si la superación es un deseo innato de los seres<br />
humanos ¿<strong>por</strong> qué en ocasiones nos detenemos?<br />
Podemos observar a personas que hablan de sus<br />
planes y el afán que tienen <strong>por</strong> darle un nuevo<br />
rumbo a su vida, sin embargo, todo se queda en las<br />
palabras y deseos argumentando dificultades, contratiempos<br />
que les impiden concretar los objetivos<br />
planeados.<br />
Párate, observa y reflexiona:<br />
Tus hábitos y costumbres: el cuidado de las cosas<br />
ajenas y personales; el orden en nuestras comidas,<br />
diversiones y descanso; la atención con los que<br />
convivimos, tratar con amabilidad a todas las personas;<br />
ocupar nuestro tiempo libre.<br />
Tu vida profesional, tu gusto y atracción <strong>por</strong> ella.<br />
Tu vida espiritual como reconocimiento de los valores<br />
y sentido de Dios.<br />
La superación personal se encuentra en la persona<br />
misma.<br />
¿Estás dispuesto a buscar tu objetivo y dar<br />
una respuesta desde la llamada de Dios?<br />
¿Cómo? ¿Te atreves a seguirle para siempre?<br />
¿te planteas ser Paúl, Hija de la Caridad u<br />
otra respuesta a la vida consagrada?<br />
2. ILUMINACIÓN A TRAVÉS<br />
DE LA PALABRA DE DIOS<br />
La Palabra de Dios nos guía hacia el compromiso, la<br />
escucha y la responsabilidad. Lee con atención esta<br />
Palabra de Dios y descubre tu compromiso con ella.<br />
Vamos a pararnos en la parábola de los talentos<br />
(Mt, 25, 14-30); como Vicencianos estamos<br />
especialmente urgidos a poner al servicio de los<br />
demás lo que tenemos y no cansarnos.<br />
A la luz de la parábola de los talentos:<br />
¿Cuáles son tus talentos?<br />
¿Cómo voy invitando a mis amigos desde su distin
ta manera de ver las cosas a poner al servicio de los<br />
demás sus talentos?<br />
¿Soy creativo, trabajador, tengo iniciativas como los<br />
dos primeros servidores, o soy cómodo como el tercero?<br />
3. ILUMINACIÓN VICENCIANA<br />
San Vicente y Santa Luisa también nos invitan a<br />
compartir con los demás y a descubrir el sentido de<br />
nuestra vocación. Leamos y comentemos estos textos:<br />
“... Esto debe infundirme un gran valor y confianza<br />
para emprender cuanto pida de mí, ya que lo que<br />
yo no pueda... Dios lo hará <strong>por</strong> su omnipotencia y<br />
bondad.” (Santa Luisa, E. 68)<br />
“ .... Es un gran testimonio del amor que Dios nos<br />
tiene.... y no sólo desearé ese bien para mí mismo<br />
sino para todas las creaturas creadas para El...”<br />
(Santa Luisa, E. 69)<br />
“ Si Dios quiere, mis queridas hermanas, concederos<br />
la gracia de que podáis algún día ganaros la<br />
vida y llegar a servir en las aldeas que no tienen<br />
medios para sosteneros,... Hermanas mías, si Dios<br />
quiere conceder a vuestra Compañía la gracia de<br />
que, <strong>por</strong> vuestro medio, sean servidos los pobres,<br />
sea educada la juventud, y pueda subsistir esta<br />
casa, lo mismo que hasta ahora, recibiendo e instruyendo<br />
a las jóvenes que se presentan con el<br />
deseo de servir a Dios, y que a su debido tiempo<br />
hagan el servicio que vosotras hacéis, ¿no será ésta<br />
una gran felicidad para vosotras? (San Vicente, Pág.<br />
816 )<br />
“¡Quiera Dios, mis queridísimos padres y hermanos,<br />
que todos los que vengan a entrar en la compañía<br />
acudan con el pensamiento del martirio... con el<br />
deseo de consagrarse <strong>por</strong> entero a Dios, tanto en<br />
los países lejanos como aquí, en cualquier lugar<br />
donde él quiera servirse de esta pobre y pequeña<br />
compañía!”... (San Vicente a los misioneros 393)<br />
“ El estado de los misioneros es un estado conforme<br />
con las máximas evangélicas, que consiste en<br />
dejarlo todo, como los apóstoles, para seguir a<br />
Jesucristo y para hacer lo que conviene a imitación<br />
suya”... (San Vicente a los misioneros 1204)<br />
FINES PRINCIPALES DE LA CONGREGACIÓN<br />
DE LA MISIÓN Y LAS HIJAS DE LA CARIDAD<br />
servicio pastoral<br />
catequesis jóvenes<br />
- LA CONGREGACIÓN DE LA MISIÓN: Cristo es el<br />
evangelizador de los pobres y sus miembros se<br />
comprometen a seguirle como tal <strong>por</strong>que en la<br />
sociedad están marginados, no hay quien les predique<br />
el evangelio, quien los atienda espiritualmente.<br />
Por eso, los misioneros se dedicarán de <strong>por</strong> vida a<br />
<strong>ellos</strong>, se preocuparán de formar buenos sacerdotes<br />
que continúen esa labor y socorrerán a los más<br />
necesitados. Esto lo harán con un espíritu que crea<br />
un estilo de vida: glorificar al Padre continuando la<br />
misión evangelizadora a los pobres como lo hizo<br />
Cristo y tomando de él cinco virtudes (valores) claves<br />
que son: la sencillez, la humildad, la mansedumbre,<br />
la mortificación y el celo <strong>por</strong> las almas.<br />
- LAS HIJAS DE LA CARIDAD: Urgidas <strong>por</strong> la caridad<br />
de Cristo crucificado se comprometen a ser siervas<br />
de los pobres en el consuelo y cuidado de los enfermos<br />
y desamparados tratando de dar la vuelta a la<br />
tortilla, es decir privilegiar a los que en la sociedad<br />
se ven privados de lo más elemental. Viven en<br />
comunidad y en su ser, hacer y orar adelantan el<br />
Reino de Dios aquí en la tierra. Ese amor de Cristo<br />
crucificado, a parte de meterles prisa, las tiene presas<br />
y tratan de vivir un estilo propio en el servicio<br />
cor<strong>por</strong>al y espiritual a los pobres caracterizado <strong>por</strong><br />
las virtudes de la sencillez, la humildad y la caridad.<br />
Después de leer estos textos con el lenguaje del<br />
S.XVII, tradúcelos al hoy y confróntalos con tu vida.<br />
4. COMPROMISO<br />
PARA PENSAR NUESTRA RESPUESTA:<br />
¿Cómo es tu compromiso con <strong>Él</strong>?<br />
¿Estarías dispuesto/a a responder al modo<br />
de San Vicente y Santa Luisa?<br />
CLAVES PARA OPTAR<br />
EN TU VIDA PERSONAL: PASOS A SEGUIR<br />
Saber lo que se quiere hacer<br />
Decidir a dónde se quiere ir<br />
Pararse a pensar<br />
Leer la Palabra<br />
Reflexionar<br />
Ser dueño de uno mismo<br />
Empeñarse en realizar un proyecto personal<br />
23
servicio pastoral<br />
5. CELEBRACIÓN<br />
Canto:<br />
“Color esperanza” o “No te detengas”<br />
Breve silencio<br />
LECTURA EVANGÉLICA:<br />
Jesucristo nos invita en el Evangelio a luchar <strong>por</strong> lo<br />
que cuesta trabajo, nos anima <strong>por</strong>que sabe que es<br />
difícil:<br />
“Entrad <strong>por</strong> la puerta estrecha, <strong>por</strong>que es ancha la<br />
puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición,<br />
y son muchos los que entran <strong>por</strong> él. En cambio<br />
es estrecha la puerta y angosto el camino que<br />
lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran.”<br />
(Mt 7, 13)<br />
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! Entrará en<br />
el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad<br />
de mi Padre que está en los cielos.” (Mt 7, 21).<br />
AMBIENTACIÓN:<br />
Jesús nos dice en el evangelio que la puerta que<br />
lleva a la vida es estrecha. Lo sabemos y decimos<br />
que no nos im<strong>por</strong>ta <strong>por</strong>que queremos optar <strong>por</strong> la<br />
vida aunque nos cueste. Lo que ocurre es que después,<br />
a la hora de la verdad, estamos llenos de contradicciones<br />
y nos descubrimos haciendo lo contrario<br />
de lo que hemos dicho, lo opuesto a lo que realmente<br />
deseamos. Necesitamos la fuerza y la presencia<br />
del mismo Jesús que nos llama a entregarnos<br />
del todo, <strong>por</strong> eso oramos juntos<br />
REFLEXIÓN:<br />
(Primero la leemos en voz baja y luego cada uno<br />
expresa en alto lo que más le gustó).<br />
QUITA SEÑOR,<br />
MIS CONTRADICCIONES Y LAS TUYAS<br />
Muchos hermanos en la fe<br />
te dicen, Señor,<br />
que te aman hasta el límite<br />
24<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
de lo que es capaz el hombre.<br />
Me alegra, me interroga, me estimula.<br />
Yo, Señor, no puedo decirte:<br />
“estoy dispuesto a hacer siempre tu voluntad,<br />
eres todo para mí,<br />
estás antes que nada”.<br />
Tú lo sabes, estoy lleno de contradicciones,<br />
y sólo puedo decirte, desde mi pobreza,<br />
desde mi miseria espiritual:<br />
“quisiera, Señor,<br />
me gustaría...<br />
Haz en mí lo que no soy capaz de hacer,<br />
violéntame, pruébame, empújame,<br />
llévame, a hombros o a rastras,<br />
¡no me im<strong>por</strong>ta!<br />
Siento, Señor tu “ven y sígueme”<br />
en todos los momentos y lugares.<br />
¿<strong>por</strong> dónde andas, Señor?<br />
¿Qué quieres?<br />
¿A dónde vas?<br />
¿Cuáles son tus caminos?<br />
Eres luz, estrella,<br />
camino, fuerza.<br />
Pero a veces no te comprendo.<br />
Señor, que te entienda.<br />
Señor, entiéndeme, ilumíname, fortaléceme.<br />
Quiero ser tu discípulo<br />
y seguirte siempre.<br />
PODEMOS COMPARTIR NUESTRA ORACIÓN, EN<br />
FORMA DE PETICIÓN, ACCIÓN DE GRACIAS O CON<br />
UN CANTO.<br />
ORACIÓN<br />
(Todos juntos)<br />
Te pedimos, Señor, que nos ayudes a valorar el trabajo<br />
y el esfuerzo como un medio eficaz para el servicio<br />
de nuestros hermanos. Queremos aprovechar<br />
nuestro tiempo para ser felices y hacer felices a los<br />
demás, a ejemplo de Jesús a quien queremos<br />
seguir para cumplir tu voluntad. Amén
Objetivos:<br />
Esta catequesis quiere ser una ayuda para<br />
ejercitar la escucha atenta a la voz de Dios,<br />
hacer silencio en nuestro interior y ponerse<br />
en la presencia de Dios, ejercitar los oídos y<br />
escuchar lo que <strong>Él</strong> quiere de nosotros, y<br />
decirle confiadamente: «¡Habla, Señor, que<br />
tu siervo escucha. »<br />
Desarrollo:<br />
PRIMERA PARTE:<br />
En la primera parte podemos hacer una ambientación<br />
creando un clima de grupo: para ello tendremos<br />
una Flor dibujada en cartulina con las hojas<br />
despegadas de la cartulina, sueltas. A cada persona<br />
se le invita a decir o escribir una cualidad que<br />
piense que tiene. Si no la encuentra le ayudamos a<br />
buscarla.<br />
Una vez han puesto todos los pétalos en la Flor,<br />
también puede ser una planta dibujada o un árbol.<br />
Se les explica que nosotros somos como un árbol,<br />
el mundo nuestro mundo es el árbol que está compuesto<br />
de muchas hojas, nosotros con nuestras<br />
cualidades y que existen múltiples cualidades al<br />
igual que múltiples personas, igual que las hojas.<br />
Todas variadas pero todas con una función: coger<br />
el aire para que el árbol siga vivo, todos somos<br />
im<strong>por</strong>tantes y ninguno es más im<strong>por</strong>tante que otro.<br />
Y se trabajaría con <strong>ellos</strong>: “La escucha atenta de<br />
la palabra”. Ella refleja lo trabajado anteriormente,<br />
todos somos im<strong>por</strong>tantes y podemos a<strong>por</strong>tar<br />
algo. Tenemos que saber lo bueno que tenemos y<br />
estar dispuestos a que Dios nos hable.<br />
Escucha atenta de la Palabra<br />
Para iniciar el camino de la escucha atenta a la voz<br />
de Dios has de ponerte ante <strong>Él</strong>, en silencio, estar<br />
con <strong>Él</strong> a solas. Así, Jesús te abrirá los oídos para<br />
poder oír la voz de Dios:<br />
“Le presentan un sordo que, además, hablaba con<br />
dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. <strong>Él</strong>,<br />
apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos<br />
en los oídos y con su saliva le tocó la lengua Y,<br />
levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le<br />
dijo: « Effatá », que quiere decir: « ¡Ábrete! » Se<br />
abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura<br />
de su lengua y hablaba correctamente.”<br />
¡Ábrete! Jesús te pide que no tengas miedo y te<br />
abras a la voz de Dios para que la reconozcas y no<br />
te dejes llevar <strong>por</strong> otras voces, ni camines <strong>por</strong> otras<br />
sendas; que sea su voz la que te mime, te cuide y<br />
te encamine hacia tu misión dentro de la Iglesia.<br />
Esta escucha desde el silencio, te permitirá estar<br />
atento a lo que el Señor te pide, poniendo toda la<br />
atención en sus palabras, con una relación cada vez<br />
más íntima con <strong>Él</strong>. Se trata de un ejercicio de escucha<br />
atenta de Jesús que te lleve a conocerle, a<br />
querer imitarle y llegar a amarle sin reservas, como<br />
<strong>Él</strong> te ama a ti. Jesús te habla directamente al corazón<br />
y pide de ti una escucha atenta, una respuesta.<br />
Con todo lo que eres, con tus virtudes y defectos,<br />
ponte ante <strong>Él</strong> y dile sinceramente: «¡Habla,<br />
Señor, que tu siervo escucha. »<br />
SEGUNDA PARTE:<br />
servicio pastoral<br />
catequesis mayores<br />
Se presentan unas fotografías donde aparezcan<br />
personas humildes, pobres realizando distintas<br />
tareas diarias. Una mujer en el tercer mundo fregando,<br />
un preso paseando <strong>por</strong> la cárcel, un niño<br />
jugando en la calle, distintas fotos que reflejen la<br />
realidad que nos rodea, puede ser un barrio humilde<br />
de nuestra ciudad, donde podamos ver y sentir<br />
al hermano necesitado.<br />
Las fotos estarán encima de una mesa y todos estarán<br />
sentados alrededor de ella, o puede que estén<br />
colgadas en un tablón de corcho los ancianos las<br />
observan y cada uno elegirá una. Cuando todos<br />
tengan fotos compartirán el sentimiento de <strong>por</strong> qué<br />
seleccionaron esa y no otra y qué les está transmitiendo<br />
esa foto.<br />
Una vez se ha realizado la foto-palabra se trabajará<br />
con <strong>ellos</strong> : “Escucha la voz de Dios en el clamor<br />
de los pobres”.<br />
Escucha la voz de Dios en el clamor<br />
de los pobres<br />
Vicente de Paúl tiene claro que Dios llama para<br />
25
servicio pastoral<br />
amarle en la persona del pobre. Proclama que en<br />
los pobres podemos ver a Dios, pues <strong>Él</strong> mismo es<br />
quien sufre en el marginado, el enfermo, el preso,<br />
el abandonado... y en <strong>ellos</strong> puedes oír su voz que<br />
te dice que le sigas. Jesús <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> en la voz<br />
de los que más sufren de este mundo. “Al servir a<br />
los pobres, se sirve a Jesucristo. Servís a Jesucristo<br />
en la persona de los pobres. Y esto es tan verdad<br />
como que estamos aquí.(San Vicente de Paúl)<br />
Hoy te hace a ti la propuesta de entregar tu corazón<br />
a Dios con el amor incondicional con el que el<br />
mismo Jesús te ama. Abre tu corazón y tu mente,<br />
escucha lo que quiere de ti, escucha lo que te dice<br />
a través tus hermanos que sufren y dile: «¡Habla,<br />
Señor, que tu siervo escucha. »<br />
TERCERA PARTE:<br />
Se tendrá un pan de pueblo grande sin cortar en<br />
una panera y con un cuchillo al lado. Y se les pregunta:<br />
¿Para qué sirve el pan?(darán muchas respuestas:<br />
para comer, para alimentar, para acompañar, para<br />
... todas ellas aceptadas y muy válidas)<br />
¿Compartes tu pan con todo el mundo?, con quién<br />
lo compartes y <strong>por</strong> qué? (que den brevemente una<br />
respuesta a todas estas preguntas)<br />
Y <strong>por</strong> último se les pregunta: ¿estarías dispuesto a<br />
compartir tu pan con los más pobres, con los necesitados?....(a<br />
esta pregunta no se le responde)<br />
Y se daría paso a trabajar la última parte de la catequesis:<br />
“Escucha que pide una respuesta” y<br />
“Escucha en la oración”.<br />
Escucha que pide una respuesta<br />
La voz de Dios en su Palabra y en los pobres de<br />
este mundo, cuando es escuchada e interiorizada<br />
no deja indiferente. La voz de Dios deja el corazón<br />
inquieto y éste no encuentra reposo hasta descansar<br />
en <strong>Él</strong>.<br />
Te pide la actitud de María que escucha atenta el<br />
anuncio de Dios, lo acoge y se pone en camino para<br />
26<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
servir a su prima Isabel, escucha y guarda todo<br />
para meditarlo en su corazón. Te pide que escuches<br />
su voz que te habla al corazón, te llama para que<br />
estés con <strong>Él</strong> y te pongas en camino. ¡Sal de tu tierra!<br />
y encamínate hacia los hombres tus hermanos<br />
enseñándoles lo que <strong>Él</strong> te ha hablado al corazón.<br />
¿Vas a dejarle sin respuesta?<br />
Síguele con humildad y sencillez, aprendiendo de<br />
los más pobres, dejándote evangelizar <strong>por</strong> <strong>ellos</strong>. No<br />
olvides ser agradecido y enseñar a otros lo que has<br />
aprendido. Pasarás de ser el sordo del Evangelio de<br />
Marcos que necesita ser curado, al seguidor de<br />
Jesús que le presenta a todos los “sordos” de este<br />
mundo y les pide que los cure.<br />
Escucha en la oración<br />
Abre mis oídos, Señor, para que pueda oír tu<br />
palabra y cumplir tu voluntad, para estar atento a<br />
tu voz y reconocer tu mensaje en medio de los ruidos<br />
que rodean mi vida. Que tu voz sea descanso<br />
en mi mente y alegría en mi corazón.<br />
Abre mis oídos, para poderte escuchar en la creación,<br />
Tú hablas en tus obras y yo quiero tener oídos<br />
de fe para entender su sentido y vivir su mensaje.<br />
Llena mis oídos con los sonidos de tu creación y de<br />
tu presencia en ella, Señor.<br />
Abre mis oídos, para que tu Palabra anide en mi<br />
corazón. Que pueda yo escuchar tu silencio en mi<br />
alma, adivinar tus sentimientos y responder a <strong>ellos</strong><br />
con la delicadeza de la fe y el amor. Enséñame a<br />
mantener siempre este diálogo íntimo contigo en el<br />
que Tú me escuchas y yo te escucho.<br />
Abre mis oídos, para que oigan tu voz en el sonido<br />
de la humanidad que sufre. Tú hablas a través<br />
de <strong>ellos</strong>, de su presencia, sus necesidades, sus<br />
sufrimientos y sus gozos. Hazme estar a tono con<br />
la armonía de la humanidad, que pueda unirme a<br />
ella como un acorde perfecto, haciendo de mi vida<br />
una entrega constante a tu servicio en <strong>ellos</strong>.<br />
Abre mis oídos, Señor, en el silencio de mi oración,<br />
para abrir mi corazón y dar una respuesta de<br />
entregar mi vida como servidor de los más pobres
y ser testigo de tu amor, de tu paz en medio de<br />
<strong>ellos</strong>.<br />
Abre mis oídos, Señor Jesús, y no permitas<br />
nunca que me separe de Ti.<br />
Después de trabajar esta última parte se partiría el<br />
pan y cada uno cogería un pedacito y antes de<br />
comérselo se les invita a que digan con quién quieren<br />
compartir ese pan además de los presentes,<br />
servicio pastoral<br />
catequesis mayores<br />
alguien de su familia que hace tiempo no ven, con<br />
un pobre que hayan visto cerca de la residencia,<br />
con un compañero..... Y si sobrase pan cada uno<br />
cogería un pedazo más y se lo daría a alguien de la<br />
residencia con la que no hable mucho.<br />
Se acabaría la catequesis con una canción de unión<br />
y paz y dándose todo el mundo un gran abrazo y<br />
recitando la oración al final.<br />
27
semana vicenciana vocación misión 2006<br />
servicio<br />
litúrgico
(Tendremos colocados detrás del altar, unos niños<br />
de cara a la asamblea. Llevan los objetos que se<br />
deberán colocar en el altar y que se citan luego. El<br />
que preside la celebración se revestirá a la vista de<br />
los niños. Las moniciones las deberá leer un catequista<br />
o profesor/a).<br />
MONICIÓN<br />
Queridos niños: en este momento brilla con fuerza<br />
la alegría de estar juntos para celebrar la Eucaristía.<br />
Aquí tenemos unos niños que nos van a preparar la<br />
mesa del banquete.<br />
Empiezan colocando el mantel para la fiesta (colocan<br />
el mantel) <strong>por</strong>que Eucaristía es la fiesta de la<br />
llamada y de la respuesta que hoy vamos a dar a<br />
Jesús.<br />
Las velas son también signo de fiesta (colocan las<br />
velas) las ponemos en las tartas de cumpleaños y<br />
os encanta soplar y además vosotros sois como<br />
velitas encendidas, cuando vais repartiendo alegría<br />
a esos niños y niñas que nunca sonríen <strong>por</strong>que<br />
nadie les quiere.<br />
Ahora están colocando el Misal (colocan el misal)<br />
que es como el guión de una gran celebración y en<br />
él leemos la Buena Noticia de Jesús.<br />
Y <strong>por</strong> último colocaremos en la mesa unas flores<br />
ellas son como el regalo de Dios. Dan alegría y<br />
hacen desaparecer las injusticias y las violencias.<br />
El sacerdote se ha vestido así en recuerdo de<br />
Jesús y los apóstoles, que era la manera de vestirse<br />
en aquel tiempo.<br />
Prepara el pan ázimo, sin levadura (lo prepara) que<br />
fue el pan de aquella noche judía cuando Jesús se<br />
reunió con sus discípulos y les dijo: “haced una reunión<br />
como ésta y unos gestos como éstos en<br />
recuerdo mío que siempre que lo hagáis yo estaré<br />
con vosotros.”<br />
¡Qué bonito ¿verdad?! pues ahora nos disponemos<br />
ya a celebrar y a vivir aqu<strong>ellos</strong> gestos y palabras de<br />
Jesús. Vosotros sois los apóstoles y el sacerdote<br />
representa a Jesús.<br />
¡ESTA ES LA GRAN FIESTA! ¡PÁSALO!<br />
Canto de entrada<br />
servicio litúrgico<br />
eucaristía niños<br />
eucaristía niños<br />
SALUDO DEL SACERDOTE<br />
Cuando uno tiene penas <strong>por</strong> dentro se nos nota en<br />
la cara. Vamos a pedir al Señor que deje sin penas<br />
el corazón de todos los que estamos aquí.<br />
• Porque no vemos o no queremos ver los sufrimientos<br />
de los demás. ¡Perdón Señor!<br />
• Porque nos cuesta compartir, aún aquello que nos<br />
sobra. ¡Perdón Señor!<br />
• Porque aún no hemos aprendido de verdad a<br />
29
servicio litúrgico<br />
repartir sonrisas, a dar alegrías.<br />
¡Perdón Señor!<br />
LITURGIA DE LA PALABRA<br />
MONICIÓN A LA 1ª Lectura<br />
Lectura del Primer libro de Samuel 3,3-10,19<br />
Niños: Dios no cesa de llamar para hablarnos. Es<br />
verdad que nos llama <strong>por</strong> medio de otras personas<br />
que nos hablan en su nombre y... ¿Sabéis <strong>por</strong>que<br />
nos llama?? Primero <strong>por</strong>que nos quiere y segundo<br />
<strong>por</strong> que los pobres y excluidos necesitan nuestro<br />
cariño, nuestra ayuda y amistad.<br />
Escuchad con atención esta lectura y fijaron en la<br />
respuesta del niño Samuel: “Aquí estoy...”<br />
¿Seréis capaces de estar atentos y decir siempre a<br />
Jesús: “aquí estoy habla que yo escucho?” Yo creo<br />
que si.<br />
Salmo Responsorial<br />
Sal 39 “Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”<br />
MONICIÓN AL EVANGELIO<br />
La lectura que vamos a escuchar ahora es la historia<br />
de un joven rico. Una llamada, como la anterior,<br />
pero la respuesta del joven rico no es la misma que<br />
la del niño Samuel, ya te darás cuenta... Y, yo os<br />
pregunto: ¿cuál será vuestra respuesta ?<br />
¡Escuchad!<br />
PETICIONES Y OFRENDAS<br />
(Con símbolos)<br />
• Bola del mundo<br />
Miramos el mundo. Es como un balón con muchos<br />
descosidos. Lo tenemos que cuidar. Ayúdanos,<br />
Señor, a cumplir nuestro deseo. ¡Nos gustaría tanto,<br />
cambiar en alegrías todas las penas del mundo!<br />
Roguemos al Señor<br />
• Imagen de Jesús<br />
Esta es la foto de Jesús. Para que nuestra vida se<br />
parezca cada vez más a la suya, para que llene de<br />
estrellas nuestros ideales y podamos ser signo luminoso,<br />
que haga felices a los que viven a nuestro<br />
lado.Roguemos al Señor<br />
30<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
• Mural con un mundo sonriente<br />
¡Sonríe, Dios te ama! Tenemos que hacer que el<br />
mundo sonría. Señor: que desaparezcan los rencores<br />
de rodos los corazones. Nosotros queremos<br />
fabricar una tierra de amigos. Roguemos al Señor<br />
• Foto de un niño<br />
y un pequeño recipiente con agua.<br />
Traemos las lágrimas de todos los niños que sufren<br />
y te pedimos que sean defendidos todos los derechos<br />
de los niños víctimas de tantos abusos.<br />
Roguemos al Señor<br />
• Pan y Vino<br />
(Sin símbolo ya está en el altar)<br />
Y en el altar ya tenemos lo principal, el Pan y el<br />
Vino. El signo de Jesús vivo: un pan que se parte,<br />
se comparte y una copa de vino rebosante que se<br />
derrama, se ofrece <strong>por</strong> nosotros. Es el signo más<br />
grande que hoy nos compromete a partir y a repartir<br />
lo que somos y tenemos.<br />
PLEGARIA<br />
PADRENUESTRO<br />
MONICIÓN AL PADRENUESTRO<br />
La mano del que tenemos al lado representa las<br />
manos de todos nuestros hermanos así que la<br />
cogemos con cariño y con respeto, pensando en<br />
esas pequeñas manos de niños que pasan hambre,<br />
manos unidas para recibir lo que los demás nos<br />
ofrecen, para dar lo que nos piden para rezar todos<br />
juntos el Padrenuestro.<br />
GESTO DE LA PAZ<br />
MONICIÓN<br />
Millones de personas que sufren injusticias engendradoras<br />
de guerras esperan que aparezcan en el<br />
camino de sus vidas, bosques muchos bosques de<br />
Olivos de paz.<br />
(Ahora mientras se canta la “Paz dominicana” se<br />
reparten ramitos de olivo u otro símbolo parecido.<br />
Una vez repartidos la lectora termina la monición)
Ahora alcemos nuestras manos como signo de protesta<br />
contra esas formas de violencia que se llaman<br />
pobreza, hambre, enfermedad...<br />
Hacen falta muchas manos unidas y aquí están las<br />
nuestras.<br />
DESPEDIDA<br />
La fiesta no ha terminado. La fiesta <strong>sigue</strong> <strong>por</strong>que<br />
todo lo que hemos celebrado aquí lo vamos a vivir<br />
en la vida cotidiana.<br />
Decíamos al principio que esta era la Eucaristía de<br />
la llamada y de la Respuesta que hoy vamos a dar<br />
a Jesús.<br />
Ha llegado el momento de esa respuesta del compromiso.<br />
No podemos permanecer indiferentes. Las pobrezas<br />
nos <strong>sigue</strong>n invadiendo. Tenemos que hacer realidad<br />
nuestro eslogan: Por <strong>ellos</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> El<br />
¡Pásalo!<br />
Mientras cantamos el himno de San Vicente<br />
“Enséñanos a Amar” pasáis o intercambiáis el ramito<br />
de la paz como símbolo de que queréis responder<br />
a la llamada de Jesús, como compromiso de<br />
que estáis dispuestos a compartir lo que tenéis y<br />
también lo que sois con los pobres.<br />
servicio litúrgico<br />
eucaristía niños<br />
31
servicio litúrgico<br />
(Suena una música desigual, suave fuerte, rápida,<br />
lenta y aparecen de distintos puntos del templo o<br />
de la sala 4 jóvenes vestidos con túnicas. Entran<br />
despistados, desorientados, no saben donde sentarse,<br />
donde colocarse. Se baja un poco la música)<br />
y un joven lee:<br />
Cuando un joven vive sin dirección y sin expectativas<br />
vive vacío. Cuando un joven vive excesivamente<br />
orientado en si mismo difícilmente puede ser su<br />
vida de servicio, una vida para <strong>ellos</strong> <strong>por</strong>que en su<br />
vida no ha entrado la llamada, no ha llegado EL.<br />
(En este Momento los 4 jóvenes de la túnica han<br />
combinado la desorientación con gestos o mimo,<br />
rodeando a la lectora) y dicen a coro:<br />
La realidad es según se mire.<br />
(Se retiran y se sientan en 4 cuatro sillas preparadas<br />
en un sitio visible del presbiterio). La lectora<br />
se dirige a los cuatro jóvenes) y dice:<br />
Si, así justificamos nuestra postura ante la vida.<br />
Pero El <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong>, <strong>por</strong>que <strong>ellos</strong> nos necesitan...<br />
Ahí tenemos sufriendo viviendo en la miseria...<br />
(Van entrando- 4 jóvenes representando distintas<br />
pobrezas). Ahí los tenemos olvidados de<br />
32<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
eucaristía jóvenes<br />
todos. Han perdido su dignidad. Han perdido su<br />
dignidad y su libertad, su limpieza y su hermosura.<br />
(Entran los 4 pobres y se colocan con urna postura.<br />
Adecuada delante del altar, en el suelo) Ahora la<br />
lectora o lector se dirige a la asamblea<br />
Sí amigos, <strong>ellos</strong> nos necesitan y la llamada viene de<br />
<strong>Él</strong>. De nosotros depende la respuesta.<br />
Existe una urgencia, ¡La urgencia del Amor!<br />
Así que vamos con estas ideas en el corazón a darnos<br />
la ¡Bienvenida en esta celebración!<br />
Vamos a vivir nuestra fe haciéndonos sensibles para<br />
salir al encuentro de las múltiples pobrezas del<br />
mundo.<br />
Vamos, en esta Eucaristía a abrir nuestro corazón<br />
con gozo para poder dar una respuesta generosa.<br />
CANTO DE ENTRADA Y PROCESIÓN<br />
(Entran <strong>por</strong> el centro del templo, el Sacerdote<br />
acompañado de tres jóvenes. Uno lleva el cirio<br />
pascual, y lo coloca en su sitio, otro el leccionario<br />
que pone en el ambón y el tercero el mural de<br />
la jornada que puede colgar en un sitio adecuado)
SALUDO DEL SACERDOTE Y RECONOCIMIEN-<br />
TO DE QUE SOMOS PECADORES.<br />
MONICIÓN A LA 1ª LECTURA<br />
Vamos a escuchar este relato de la primera comunidad<br />
cristiana con mucha atención. Este texto es<br />
un canto al amor, al compartir, a la generosidad.<br />
Los primeros cristianos lo ponían todo en común,<br />
sus valores, sus bienes, su fe. La alegría que<br />
sentían es la maravillosa recompensa.<br />
Hechos de los Apóstoles, 4, 32—35<br />
Salmo Responsorial: Sal 117 “Dad gracias al<br />
Señor <strong>por</strong>que es bueno, <strong>por</strong>que es eterna su misericordia”<br />
MONICIÓN AL EVANGELIO<br />
Comienza este relato con una pregunta: ¿quién es<br />
mi prójimo?<br />
Todos podemos contestar: Ése que esta muy cerca<br />
de nosotros sufriendo <strong>por</strong> enfermedad, miseria,<br />
violencia, soledad...<br />
Esta lectura, siempre actual, nos muestra claramente<br />
que “El <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong>”.<br />
Escuchemos con atención.<br />
Evangelio según San Lucas 10,29-37<br />
(Se proclama el evangelio) y al llegar a:<br />
“Pero un samaritano que iba de camino llegó junto<br />
a él, y al verle tuvo compasión, y acercándose,<br />
vendó sus heridas echando en ellas aceite y vino; y<br />
montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a<br />
una posada y cuidó de él”<br />
(Se pone música suave de fondo y los cuatro jóvenes<br />
de la túnica se levantan y se acercan a los cuatro<br />
pobres, y con cariñosos gestos se quitan la túnica<br />
y se la ponen a los cuatro jóvenes que representan<br />
las pobrezas. Continúan los gestos a la vez que<br />
los acompañan hasta el lugar donde estaban sentados<br />
<strong>ellos</strong> y <strong>ellos</strong> se sientan en el lugar donde estaban<br />
sentados los pobres. Continúa la lectura del<br />
Evangelio y se quita la música)<br />
ORACIÓN DE LOS FIELES<br />
Para que la Iglesia esté siempre cercana al que<br />
sufre y cada uno de nosotros sea un signo de esperanza<br />
para todos los pobres.<br />
R./ Queremos escuchar tu llamada.<br />
Porque hacemos nuestros los deseos y esperanzas<br />
de todos los hombres y mujeres que sufren...<br />
R./ Queremos escuchar tu llamada.<br />
Porque tenemos que hacer realidad las esperanzas<br />
de los pueblos, que luchan <strong>por</strong> su liberación y desarrollo.<br />
R./ Queremos escuchar tu llamada.<br />
Para que todos los niños y niñas del mundo puedan<br />
hacer realidad sus sueños, sin temor a ser explotados,<br />
esclavizados mercantilizados.<br />
R./ Queremos escuchar tu llamada.<br />
Para que los jóvenes encuentren trabajo y puedan<br />
hacer realidad sus proyectos.<br />
R./ Queremos escuchar tu llamada.<br />
LITURGIA EUCARÍSTICA<br />
PRESENTACIÓN DE LOS DONES<br />
Pequeña introducción Vicenciana a las ofrendas<br />
(2 Lectores y 4 dones)<br />
L1 - San Vicente de Paúl pasó largos años mirándose<br />
a sí mismo, a su pequeño mundo de egoísmo y<br />
ambiciones, pero fa acción misteriosa de Dios hizo<br />
que mientras Vicente buscaba a sí mismo, encontrase<br />
al otro y a los otros a través de los acontecimientos,<br />
de la historia y de los pobres. A partir de<br />
ese momento Vicente fija la atención y concentra<br />
los esfuerzos en transformar su mirada en una<br />
mirada creativa, apostando <strong>por</strong> vivir la vida como<br />
Jesús. Somos Vicencianos y Vicente y Luisa son<br />
nuestros modelos de referencia, <strong>por</strong> eso queremos<br />
presentar nuestras ofrendas con una mirada creativa<br />
apostando <strong>por</strong> vivir la vida como una respuesta<br />
a la llamada.<br />
1ª Ofrenda: Huellas<br />
servicio litúrgico<br />
eucaristía jóvenes<br />
L.2. - Vivir la vida como una respuesta a la llamada<br />
es dejar actuar a Dios, es seguir un itinerario,<br />
seguir “el camino “<br />
L.1. - Te presentamos Señor estas huellas que ini-<br />
33
servicio litúrgico<br />
cian el camino, en ellas van escritos los nombres<br />
de todos los que caminamos juntos, de todos los<br />
que queremos responder a tu llamada.<br />
2ª Ofrenda: Cadenas, llaves y un gran sobre con<br />
documentos<br />
L.2. - Vivir la vida como una respuesta a tu llamada<br />
es dejarse interpelar <strong>por</strong> los problemas humanos.<br />
L.1. - Traemos Señor unas llaves, unas cadenas y<br />
un gran sobre con documentación como símbolo de<br />
libertad. El mundo de los reclusos y de los inmigrantes<br />
es una población muchas veces olvidada y<br />
marginada, incluso, <strong>por</strong> muchos cristianos.<br />
Pero la fraternidad no tiene fronteras y <strong>ellos</strong> también<br />
esperan y necesitan nuestro apoyo y solidaridad<br />
para recuperar la esperanza, para luchar <strong>por</strong><br />
alcanzar la libertad.<br />
3ª Ofrenda: Flores<br />
L.2. - Vivir la vida como llamada es optar <strong>por</strong> la felicidad<br />
mía y de los otros.<br />
L.1 - Por eso hemos querido traer estas flores símbolo<br />
de la alegría que se siente cuando haces felices<br />
a los demás, cuando afrontas las dificultades<br />
con una sonrisa, cuando compartes sin esperar<br />
recompensa y cuando con<strong>sigue</strong>s la paz interior y la<br />
transmites.<br />
4ª Ofrenda: PAN Y VINO<br />
L.2. - Vivir la vida como llamado es entregarse<br />
como alimento para los necesitados de pan.<br />
L.1. - Lo que queremos ofrecer, Señor, con el pan y<br />
el vino, es nuestro deseo de comprometernos con<br />
los más pobres y de sentir la urgencia de compartir<br />
la vida desde criterios de justicia, paz, solidaridad<br />
y tolerancia.<br />
34<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
ORACIÓN EUCARÍSTICA<br />
RITO DE COMUNIÓN<br />
PADRENUESTRO<br />
(Se reza con las manos unidas)<br />
GESTO DE LA PAZ:<br />
(Seguimos con las manos unidas)<br />
MONICIÓN<br />
Todos podemos hacer algo <strong>por</strong> la “no violencia”,<br />
todos podemos hacer algo <strong>por</strong> la PAZ. Valen los<br />
gestos pequeños y las acciones ocultas. Con este<br />
compromiso, todos unidos podemos abrirnos a<br />
estos sueños, a estas esperanzas.<br />
(Siguen con las manos unidas mientras se canta<br />
“Palomas de la paz”)<br />
RITO DE CONCLUSIÓN Y ENVÍO<br />
(Los 4 jóvenes que ahora tienen la túnica salen<br />
ordenadamente hacia atrás, dos <strong>por</strong> el centro y dos<br />
<strong>por</strong> los lados, <strong>por</strong>tando una vela o antorcha cada<br />
uno, que entregarán a las personas que estén en<br />
las esquinas del último banco. Vuelven al altar para<br />
recoger las antorchas después de que hayan sido<br />
pasadas. Para mayor orden, los encargados de<br />
pasar son solamente los que están en las esquinas<br />
de los bancos. Al llegar al primer banco, se levantan<br />
los 4 y les entregan la antorcha: mientras se<br />
hace este rito se pone música de fondo) y se lee lo<br />
siguiente.<br />
- ¡Amigos! Acabamos de celebrar la Eucaristía,<br />
vamos a despedirnos con el símbolo de la luz que<br />
en estos momentos pasa de mano en mano.<br />
Porque... si tú desatas los lazos que esclavizan, si<br />
liberas a tu hermano humillado...<br />
Si tú compartes el pan que Dios te da, si destruyes<br />
y denuncias lo que oprime al hombre, la noche de<br />
la vida será la luz que nos alumbre para que podamos<br />
esforzamos en dar una respuesta a las urgentes<br />
necesidades de los pobres.<br />
¡Amigos!<br />
Por <strong>ellos</strong> <strong>sigue</strong> <strong>llamando</strong> <strong>Él</strong> ¡Pásalo!
servicio litúrgico<br />
eucaristía Santa Luisa<br />
eucaristía<br />
Santa Luisa<br />
SUGERENCIAS:<br />
(Se podría ambientar la iglesia o capilla con frases<br />
de Santa Luisa y con recortes de periódicos o revistas<br />
donde tengamos palpablemente las situaciones<br />
de pobreza del mundo. Ver frases)<br />
Durante la semana que precede o la siguiente se<br />
podría ir recogiendo o guardando… el ahorro de lo<br />
superfluo o “necesario” que somos capaces de<br />
prescindir para compartirlo y presentarlo en las<br />
ofrendas.<br />
Monición de Entrada:<br />
“Dejaos sorprender <strong>por</strong> Cristo”<br />
“Dadle el derecho de hablaros…abrid las puertas de<br />
vuestra libertad a su amor misericordioso”.<br />
Hoy es el tiempo de Dios, cada fiesta nos lo recuerda,<br />
Santa Luisa lo vivía así.<br />
Hoy hemos de sorprendernos <strong>por</strong> la novedad del<br />
Evangelio, viviendo con ternura y pasión toda la<br />
creación, y particularmente el ser humano, con la<br />
conciencia de que ha sido creado “a imagen y<br />
semejanza de Dios”.<br />
Novedad es tener una mirada limpia, resucitada y<br />
resucitadora ante todas las cosas, acontecimientos<br />
y personas, para salir a los caminos de la vida, al<br />
encuentro del necesitado - Rostro de Cristo - buscando<br />
“los amores quebrantados”,”los heridos de la<br />
vida” como supo hacerlo Santa Luisa.<br />
Llevaba en frágil vasija, como tú y como yo, el bálsamo<br />
de la esperanza cristiana que fortalece la fe y<br />
la caridad, y da vigor a la acción profética colaborando<br />
y construyendo al bien común y a la solidaridad<br />
entre todos los pobres.<br />
Con estos deseos nos disponemos a descubrir a<br />
Jesucristo participando en esta Eucaristía.<br />
LITURGIA DE LA PALABRA:<br />
Monición primera lectura:<br />
El Profeta Isaías tiene un objetivo: formar un pueblo<br />
que sirva y agrade al Señor y establece las condiciones<br />
de la auténtica relación con Dios y con el<br />
prójimo. El “ayuno” que no tiene en cuenta al necesitado,<br />
que encubre egoísmos e injusticia… no lo<br />
quiere Dios! El ayuno ha de consistir en acciones de<br />
solidaridad con los pobres, en liberar al que se<br />
siente oprimido y tener misericordia siempre para<br />
con todos. Sólo así nacería la, luz, es decir Dios se<br />
hará presente<br />
Isaías 58.1.6-11<br />
35
servicio litúrgico<br />
Monición segunda lectura:<br />
Tabita es el “icono” donde mirarnos, hacía obras<br />
buenas y daba limosna a los pobres ; no hay servicios<br />
grandes o pequeños, el servicio a los demás es<br />
siempre grande.<br />
Hechos 9,36-42<br />
Monición Evangelio:<br />
Impresionante visión del juicio que tendrá lugar al<br />
final de los tiempos: aparecerán con claridad las<br />
diversas actitudes con las que hayamos vivido. Lo<br />
más sorprenderte y llamativo será la medida que se<br />
utiliza, la del amor o indiferencia ante los necesitados,<br />
en los cuales está el Señor. Los pobres se convierten<br />
– hasta que llegue ese día – en la representación<br />
de Cristo como juez<br />
Mateo 25.31-46.<br />
INTRODUCCIÓN A TODAS LAS LECTURAS:<br />
Las tres lecturas nos invitan a echar un vistazo a<br />
nuestra vida, a las actitudes que tenemos con Dios,<br />
con los pobres, con los necesitados y oprimidos y<br />
a cambiar; “el ayuno” que Dios quiere, la actitud<br />
que hemos de tener con los pobres, es la amabilidad,<br />
es compartir, es dar lo que necesitan, sólo así<br />
brotará la paz y la justicia <strong>por</strong>que todo lo que<br />
hagáis al más pequeño, a Mí me lo hacéis.<br />
PETICIONES:<br />
1.- Por la Iglesia universal, para que sea cada día la<br />
“Iglesia de los pobres”, libre para denunciar las<br />
injusticias y comprometida en los derechos de<br />
todos los hombres. ROGUEMOS AL SEÑOR<br />
2.- Por los jóvenes para que se dejen sorprender<br />
<strong>por</strong> la novedad del evangelio y testimonien en su<br />
ambiente la luz, la belleza y el vigor de la Palabra.<br />
ROGUEMOS AL SEÑOR<br />
3.- Por los niños y los jóvenes para que el Señor<br />
suscite catequistas que compartan con <strong>ellos</strong> su<br />
experiencia y la felicidad que se descubre cerca de<br />
Jesucristo y de los pobres. ROGUEMOS AL SEÑOR<br />
4.- Por todos “los heridos de la vida”, los que sufren<br />
la injusticia del hambre, de la sed, de la guerra, de<br />
36<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
la explotación de las políticas de los gobiernos<br />
corruptos y ávidos de riqueza.<br />
ROGUEMOS AL SEÑOR<br />
5.- Por todos los que en la fiesta de SANTA LUISA<br />
nos hemos reunido alrededor de Jesús para que<br />
como ella seamos bálsamo de esperanza, que fortalezca<br />
la fe y la caridad entre los necesitados de<br />
cerca y de lejos. ROGUEMOS AL SEÑOR.<br />
6.- Por toda la Familia Vicenciana para que sepamos<br />
encarnar en nuestro mundo la audacia y realismo<br />
del buen samaritano y ayudemos en el camino a<br />
inmigrantes, enfermos, mujeres maltratadas, niños,<br />
damnificados <strong>por</strong> las catástrofes… ROGUEMOS AL<br />
SEÑOR.<br />
PRESENTACIÓN DE LOS DONES:<br />
Santa Luisa llegó a ser mística de ojos abiertos,<br />
sensible a toda pobreza y organizadora de la caridad.<br />
En su fiesta te presentamos sus cartas, su<br />
correspondencia, llena de gestos y detalles que<br />
ayudaron a los pobres y a las que servían a los<br />
pobres.<br />
Traemos también ante tu altar nuestra a<strong>por</strong>tación<br />
económica, que quiere ser fruto de nuestro sacrificio<br />
y símbolo de nuestra austeridad para compartir<br />
con tantos como en nuestro mundo pasan necesidad.<br />
Con el deseo de vivir nuestra vida como adoradores<br />
de Dios que se alimentan y nutren en la Eucaristía<br />
te presentamos el pan y el vino, que convertidos en<br />
Cuerpo y sangre de Jesús serán nuestro alimento y<br />
fuerza en el caminar.<br />
ACCIÓN DE GRACIAS:<br />
Gracias Señor, <strong>por</strong>que en la última cena partiste tu<br />
pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra<br />
hambre y nuestra sed...<br />
Gracias Señor, <strong>por</strong>que en el pan y el vino nos entregas<br />
tu vida y nos llenas de tu presencia.<br />
Gracias Señor, <strong>por</strong>que quisiste celebrar tu entrega,<br />
en torno a una mesa con tus amigos, para que fue
sen una comunidad de amor.<br />
Gracias Señor, <strong>por</strong>que en la eucaristía nos haces<br />
UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en<br />
que estamos dispuestos a entregar la nuestra...<br />
Gracias, Señor, <strong>por</strong>que todos los días puedo volver<br />
a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad<br />
con mis hermanos, y mi camino de transformación<br />
en ti...<br />
TEXTOS DE SANTA LUISA:<br />
“Queridas Hermanas:<br />
Parece que me estoy viendo en medio de todas<br />
ustedes al servicio de nuestros amados amos, dándoles<br />
la cena.<br />
¡Dios mío!¡Qué dicha tienen ustedes!,<br />
¡Animo, pues, queridas Hermanas! Háganlo con un<br />
gran corazón, lleno del puro amor de Dios”<br />
(Santa Luisa, 1640)<br />
“¿Qué tenemos que no nos haya sido dado? y ¿qué<br />
sabemos que no se nos haya enseñado?”<br />
(Santa Luisa)<br />
”Tengan cuidado, de que el halago de los aplausos<br />
del pueblo, no se arraiguen en su espíritu de tal<br />
manera que lleguen ustedes a tomar el cambio que<br />
debe tener el servicio de Dios”.<br />
(Santa Luisa, 1647)<br />
servicio litúrgico<br />
eucaristía Santa Luisa<br />
Practique una gran afabilidad con los pobres y con<br />
todo el mundo, le será fácil si conserva en usted<br />
una gran estima hacia su prójimo; a los ricos, <strong>por</strong>que<br />
están <strong>por</strong> encima de usted; a los pobres, <strong>por</strong>que<br />
son sus Amos.<br />
(Santa Luisa,1647)<br />
“Me tomo la libertad de dirigirle estas líneas, para<br />
poner en su conocimiento que cien de estos pobres<br />
niñitos, a las necesidades que actualmente tienen,<br />
ven añadirse la de carecer de pan para pasar estas<br />
fiestas.<br />
Y esta necesidad me oprime de tal manera el corazón,<br />
que temería yo hacerme culpable si dejase que<br />
cualquier consideración me impidiese recurrir a<br />
Vuestra Excelencia.”<br />
(Santa Luisa,1648)<br />
“Hay parroquias en París en las que se les da la<br />
sopa a 5.000 pobres. En nuestra parroquia damos<br />
a dos mil, sin contar los enfermos”.<br />
(Santa Luisa, 1652)<br />
“¡Qué felices son <strong>por</strong> tener tan gran número de<br />
pobres que servir! ¡Cómo se nota que Dios las ama<br />
ya que les pro<strong>por</strong>ciona tantas ocasiones de servirle<br />
a El!, continúen haciéndolo así con toda la mansedumbre,<br />
esmero y caridad…”<br />
(Santa Luisa, 1656)<br />
37
oración para cada día<br />
LECTOR 1:<br />
En muchas ocasiones te han dicho: ¡acabas de recibir<br />
un mensaje! o ¡tienes una llamada!. Dejas lo<br />
que estabas haciendo y vas a ver quién se comunica<br />
contigo y qué te quiere decir.<br />
Durante esta semana vamos a recibir mensajes, llamadas;<br />
estemos atentos a su contenido.<br />
Escuchemos quién llama a Samuel y cuál es la respuesta<br />
de éste.<br />
LECTOR 2:<br />
Del primer libro de Samuel (1 Sa 3, 1-10)<br />
Servía el niño Samuel a Yahveh a las órdenes de Elí;<br />
en aquel tiempo era rara la palabra de Yahveh.<br />
Cierto día estaba Elí acostado en su habitación, sus<br />
ojos estaban debilitándose y ya no podía ver, no<br />
estaba aún apagada la lámpara de Dios y Samuel<br />
estaba acostado en el santuario de Yahveh, donde<br />
se encontraba el arca de Dios. Llamó Yahveh:<br />
¡Samuel, Samuel!.<strong>Él</strong> respondió: ¡Aquí estoy!, y<br />
corrió donde Elí diciendo: Aquí estoy <strong>por</strong>que me has<br />
llamado. Pero Elí respondió: Yo no te he llamado;<br />
vuélvete a acostar. <strong>Él</strong> se fue y se acostó. Volvió a<br />
llamar Yahveh: ¡Samuel!. Se levantó Samuel y fue<br />
donde Elí diciendo: Aquí estoy <strong>por</strong>que me has llamado.<br />
Elí respondió: Yo no te he llamado, hijo mío,<br />
vuélvete a acostar. Aún no conocía Samuel a<br />
Yahveh, pues no le había sido revelada la palabra<br />
de Yahveh. Por tercera vez llamó Yahveh a Samuel<br />
y él se levantó y fue donde Elí diciendo: Aquí estoy<br />
<strong>por</strong>que me has llamado. Comprendió entonces Elí<br />
que era Yahveh quien llamaba al niño y dijo a<br />
Samuel: Vete y acuéstate y si te llaman dirás:<br />
Habla Yahveh que tu siervo escucha. Samuel se fue<br />
y se acostó en su sitio.<br />
38<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
primer día<br />
Vino Yahveh, se paró y llamó como las veces anteriores:<br />
¡Samuel, Samuel! Respondió éste: ¡Habla<br />
Señor que tu siervo escucha!<br />
LECTOR 3:<br />
A Samuel le cuesta un poco de trabajo descubrir<br />
quién le llama, puede que a nosotros nos ocurra lo<br />
mismo, el agobio de los estudios, las prisas, la<br />
moda, la tele, la música, internet,..., todo esto<br />
puede hacer difícil la escucha de Dios.<br />
Samuel cuenta con una persona que le ayuda a<br />
descubrir quién le llama, es Elí quien le aconseja.<br />
Le pedimos a Dios que nos conceda alguien que<br />
nos oriente para dar sentido a nuestra vida. Lo<br />
hacemos con el canto (oración)<br />
LECTOR 1:<br />
LECTOR 3:<br />
Dame alguien que me guíe,<br />
Un guía que no sea ciego,<br />
Un guía que a ti me lleve,<br />
Y así pueda descubrir<br />
Cuál es en mi tu proyecto.<br />
A María, nuestra madre, también le pedimos que<br />
sea nuestra guía para orientar nuestros pasos<br />
diciéndole:<br />
- ¡Oh María, sin pecado concebida!<br />
- TODOS: ¡Ruega <strong>por</strong> nosotros que recurrimos a ti!
LECTOR 1:<br />
Cuando un buen amigo nos llama al móvil, puede<br />
querer pedirnos algo, ofrecernos algo o simplemente<br />
hablar con nosotros. Y ¿nuestra respuesta?<br />
Puede ser pasiva e indiferente, o bien, si es un buen<br />
amigo, y nosotros sabemos lo que es la amistad,<br />
estaremos atentos, a la escucha, disponibles...<br />
LECTOR 2:<br />
Cuando Samuel descubre que es Dios quien le<br />
llama, ¿qué mejor amigo?, él le responde:<br />
LECTOR 3:<br />
Habla Señor que tu siervo escucha<br />
Habla Señor, te quiero escuchar<br />
Habla Señor, dame tu mensaje<br />
Habla Señor, dame tu verdad.<br />
Otras personas escucharon la palabra de Jesús y le<br />
siguieron, lo encontramos en el capítulo seis del<br />
evangelio de Lucas, dice así:<br />
“Sucedió que <strong>por</strong> aqu<strong>ellos</strong> días se fue Jesús al<br />
monte a orar, y se pasó la noche en oración con<br />
Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos<br />
y eligió doce de entre <strong>ellos</strong>, a los que llamó también<br />
apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su<br />
hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y<br />
Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y<br />
Simón llamado Zelotes a Judas de Santiago y a<br />
Judas Iscariote que llegó a ser un traidor”.<br />
segundo día<br />
LECTOR 1:<br />
oración para cada día<br />
Doce hombres sencillos, trabajadores del mar,<br />
conocen a Jesús, se encuentran con <strong>Él</strong> y deciden<br />
seguirle. La felicidad de estos primeros seguidores<br />
de Jesús podemos descubrirla en la letra de la<br />
siguiente canción:<br />
Fue tu llamada Señor al corazón,<br />
Cerca del mar, con mi barca y poco más.<br />
Seguiré escuchando hoy tu voz,<br />
Para mí un gesto claro de amor.<br />
LECTOR 2:<br />
Y tu mirada me llenó de paz,<br />
Y comprendí lo que era amar.<br />
Hoy tu llamada vuelve a resonar<br />
Señor Jesús,<br />
eres cada día la fuerza para andar.<br />
Con alegría, sintiéndonos cercanos a Jesús, cuya<br />
mirada hacia nosotros siempre está llena de paz, de<br />
ternura y esperanza, decimos juntos:<br />
GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO<br />
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE<br />
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS AMÉN<br />
39
oración para cada día<br />
LECTOR 1:<br />
En esta semana en la que estamos descubriendo<br />
cómo Dios se acerca a las personas, las llama y les<br />
encarga una misión, vamos a dejar un lugar especial<br />
a Santa Luisa, uno de los pilares im<strong>por</strong>tantes en<br />
la fundación de la familia vicenciana. Conozcamos<br />
su vida:<br />
Luisa de Marillac, nace en 1591, nunca conoce a su<br />
madre. Su padre, de una familia noble, vive en París,<br />
es viudo, reconoce a su hija y le constituye una renta.<br />
A sus cuatro años, confían a Luisa a un convento de<br />
dominicas donde recibe una educación esmerada en<br />
un ambiente auténticamente cristiano.<br />
Luisa nunca conoce el calor de una verdadera familia.<br />
Además a sus trece años muere su padre y debe<br />
abandonar el internado para ir a vivir a una pensión<br />
modesta en París, donde ya no hay lujos ni comodidades.<br />
Lee mucho la Biblia y se dedica a su arte<br />
predilecto, la pintura; tiene una fe profunda y exigente<br />
y piensa en una vocación religiosa en la<br />
Congregación de las Capuchinas, pero tiene que<br />
desistir <strong>por</strong> su delicada salud. Luisa se encuentra<br />
muy sola, tiene veinte años y no sabe cuál será su<br />
<strong>por</strong>venir; unos familiares suyos deciden casarla con<br />
un escudero de buena familia, y bastantes propiedades,<br />
primer secretario de la reina madre, María<br />
de Medicis.<br />
LECTOR 2:<br />
Si la primera etapa de la vida de Santa Luisa está<br />
marcada <strong>por</strong> la soledad, los siguientes años de su<br />
vida goza de felicidad, aunque ésta no durará<br />
mucho.<br />
Se casa con Antoine Le Gras, la pareja goza del<br />
favor real, tratan con la Corte, y el nacimiento de su<br />
hijo Miguel les llena de alegría.<br />
40<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
tercer día<br />
Poco después apartan del poder a la Reina Madre y<br />
se dispersa su Corte, los bienes económicos del<br />
matrimonio disminuyen mucho, además el pequeño<br />
Miguel no se desarrolla con normalidad y sus sobrinos<br />
quedan huérfanos, Luisa se hace cargo de<br />
<strong>ellos</strong>. A esas dificultades se suma la grave enfermedad<br />
de su marido. Después de un tiempo Luisa está<br />
desesperada y hasta duda de la existencia de Dios.<br />
LECTOR 3:<br />
De repente todo cambia el día de Pentecostés,<br />
Luisa recibe una iluminación del Espíritu Santo, confirmada<br />
en su fe, comprende que un día se consagrará<br />
a Dios <strong>por</strong> votos para servirle en los pobres y<br />
que vivirá en comunidad, fuera del claustro. Se le<br />
da también la seguridad de que Dios le mandará un<br />
sacerdote para guiarla en su misión.<br />
Luisa cuida pacientemente de su esposo hasta que<br />
éste muere y después de un tiempo de pena y dolor<br />
conoce a un sacerdote y comienza a colaborar con<br />
él, con Monsieur Vincent: Vicente de Paúl.<br />
LECTOR 1:<br />
Hemos conocido la primera parte de la vida de<br />
Santa Luisa, bastante llena de dificultades. A través<br />
de ella presentamos a Dios nuestras peticiones,<br />
diciendo: ESCÚCHANOS SEÑOR<br />
Señor te pedimos que, imitando a Santa Luisa, nos<br />
ayudes a ser fuertes y luchadores ante las dificultades<br />
que se nos presentan cada día.<br />
Todos: ESCÚCHANOS SEÑOR<br />
Señor te pedimos que nos ayudes a fiarnos de ti, a<br />
ser constantes en la oración, a buscar en el<br />
Evangelio luz para nuestra vida, como lo hizo Santa<br />
Luisa.<br />
Todos: ESCÚCHANOS SEÑOR
LECTOR 1:<br />
Continuamos conociendo a Santa Luisa, nunca se<br />
pierde el tiempo aprendiendo de los santos, a través<br />
de <strong>ellos</strong> se transparenta la inagotable riqueza<br />
de Dios.<br />
Luisa de Marillac ayuda a Vicente de Paúl en su<br />
dedicación a los más pobres desde 1629, recorre<br />
las carreteras de Francia reuniendo a las Cofradías<br />
de la Caridad, las anima e instruye; enseña la doctrina<br />
a los niños; crea escuelas, nombra maestras...<br />
A sus cuarenta años después de adversidades,<br />
Luisa está dispuesta a cumplir su obra, con Vicente<br />
va a realizar algo muy nuevo: la alianza entre la<br />
vida de perfección del claustro y la vida activa de la<br />
caridad. Ante las dificultades que se encuentran las<br />
Damas de las Cofradías, Vicente y Luisa descubren<br />
que es urgente crear una sociedad formada <strong>por</strong><br />
mujeres sencillas acostumbradas a todas las tareas,<br />
con total disponibilidad para el servicio a los más<br />
pobres. Así en el año 1633, nacen las Hijas de la<br />
Caridad.<br />
LECTOR 2:<br />
Luisa les da una formación espiritual, moral, práctica,<br />
las reúne para escuchar las conferencias de San<br />
Vicente.<br />
Se encargan de los niños abandonados con los que<br />
se está empezando a traficar a las puertas de la<br />
catedral de Nôtre Dame. Santa Luisa crea una casa<br />
de acogida para <strong>ellos</strong>, demostrando un gran sentido<br />
de la organización y un interés constante.<br />
La educación de niños y niñas no llega a los más<br />
pobres, Luisa se hará cargo de ello, para la educación<br />
cristiana compondrá un catecismo sencillo para<br />
cuarto día<br />
oración para cada día<br />
ayudar a sus hermanas. Para el aprendizaje de la<br />
lectura recomienda que se utilicen tableros para<br />
disponer en <strong>ellos</strong> las letras del alfabeto. La costura<br />
y el encaje no quedan en el olvido.<br />
LECTOR 3:<br />
Al mismo tiempo, Luisa está en otros frentes:<br />
Manda a las Hijas de la Caridad a los hospitales, a<br />
visitar los galeotes, a atender a los ancianos, a<br />
socorrer las poblaciones víctimas de la guerra, a<br />
curar a los enfermos en los campos de batalla...<br />
¿De dónde saca fuerzas Luisa? Ella, artista, mujer<br />
intelectual, con una cultura humanista y religiosa,<br />
es una gran mística, cada día más, su vida interior<br />
se hace oración.<br />
Y en actitud de oración escuchamos y hacemos<br />
nuestras las palabras de Santa Luisa:<br />
LECTOR 1:<br />
“Debemos dejar obrar plenamente la gracia que el<br />
Espíritu Santo quiere derramar en nuestro ser, para<br />
disponernos a hacer la voluntad de Dios que debe<br />
ser nuestro único deseo”<br />
Luisa siente un gran cariño <strong>por</strong> la Virgen María, a<br />
ella le pedimos:<br />
¡Oh María sin pecado concebida!<br />
TODOS: Ruega <strong>por</strong> nosotros que recurrimos a ti<br />
41
oración para cada día<br />
LECTOR 1:<br />
Vamos a escuchar atentamente la letra de una canción:<br />
LECTOR 2:<br />
42<br />
“ Somos ciudadanos de un mundo<br />
que necesita el vuelo de una paloma<br />
que necesita corazones abiertos<br />
que está sediento de un agua nueva.<br />
Por eso estamos aquí<br />
conmigo puedes contar<br />
y dejaré mi equipaje a un lado<br />
para tener bien abiertas las manos<br />
y el corazón lleno de sol”<br />
Aunque casi nunca son noticia, la vida de muchos<br />
hombres y mujeres de nuestros días encaja con la<br />
letra de esa canción. Con el corazón abierto, ligeros<br />
de equipaje, con las manos dispuestas a colaborar<br />
en cualquier tarea y en cualquier lugar, jóvenes y<br />
no tan jóvenes, dedican pare de su tiempo o toda<br />
su vida, a crear un mundo nuevo, levantado <strong>por</strong> la<br />
fuerza del amor.<br />
Son hombres y mujeres con el corazón abierto al<br />
Espíritu de Dios, son los misioneros, que se sienten<br />
enviados desde el evangelio de Lucas, que dice:<br />
“Designó el Señor a otros setenta y dos y los envió<br />
<strong>por</strong> delante de dos en dos a todas las ciudades<br />
donde él debía ir. Y les dijo: -La mies es abundante<br />
pero los trabajadores son pocos. Rogad pues al<br />
dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies”<br />
(Lc 10,1-2)<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
quinto día<br />
LECTOR 3:<br />
Cuando se habla con un misionero/a siempre sorprende<br />
su alegría, su cara de felicidad, saben que<br />
están ayudando a vivir a muchas personas, que<br />
están llevando esperanza y sentido a la vida de<br />
muchos hombres.<br />
Se sienten respaldados <strong>por</strong> Dios que les llamó, y<br />
nunca les abandona en la tarea de llevar Su Reino<br />
a todos los rincones de la tierra.<br />
LECTOR 1:<br />
Decía San Agustín: “Nos hiciste Señor para ti y está<br />
inquieto nuestro corazón hasta que descanse en ti”<br />
Los misioneros buscaron a Dios y lo encontraron,<br />
sintieron su llamada y respondieron generosamente,<br />
unos dedicando su tiempo de verano a colaborar<br />
en proyectos de misión, otros ofreciendo uno o<br />
dos años de su vida. Los más valientes y generosos<br />
toda su vida.<br />
Nosotros:<br />
¿Qué estamos dispuestos a hacer?<br />
¿Qué sentido vamos a dar a nuestra vida?<br />
Le pedimos a María que nos ayude, y nos guíe en<br />
cada uno de los pasos que demos en nuestra vida.<br />
Le decimos:<br />
¡Oh María sin pecado concebida!<br />
TODOS: Ruega <strong>por</strong> nosotros que recurrimos a ti
servicio litúrgico<br />
vigilia de oración<br />
Vigilia de oración<br />
AMBIENTACIÓN<br />
Ponerse en las manos de Dios da tan buen resultado<br />
como el barro en manos del buen alfarero, <strong>por</strong><br />
tanto dejémonos esta tarde-noche moldearnos <strong>por</strong><br />
<strong>Él</strong>. El Señor te quiere a ti. No te rompas, no te rajes,<br />
y si te ocurre en algún momento, recuerda:<br />
Cuando una vasija se echaba a perder en las manos<br />
del Alfarero, esa vasija no se tiraba a la basura, sino<br />
que el barro era aplastado, molido, machacado y<br />
puesto de nuevo sobre la rueda y el trabajo comenzaba<br />
de nuevo. Esto continuaba hasta que el barro<br />
toma la forma que el alfarero desea. Esto es lo que<br />
Dios quiere hacer con nosotros.<br />
Dios es el artesano y nosotros somos el barro con<br />
el cual trabaja. <strong>Él</strong> nos moldea y nos da forma para<br />
que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos<br />
cumplir su voluntad.<br />
Santa Luisa fue una mujer que se dejó moldear <strong>por</strong><br />
el Gran Alfarero de la vida y su respuesta a Dios fue<br />
lo que hizo de ella una gran Santa.<br />
Canto: “Vaso nuevo”<br />
Gracias quiero darte <strong>por</strong> amarme,<br />
gracias quiero darte yo a Ti, Señor.<br />
Hoy soy feliz <strong>por</strong>que te conocí,<br />
gracias <strong>por</strong> amarme a mí también.<br />
Yo quiero ser, Señor Amado,<br />
como el barro en manos del alfarero.<br />
Toma mi vida, hazla de nuevo.<br />
Yo quiero ser un vaso nuevo.<br />
Te conocí y te amé,<br />
te pedí perdón y me escuchaste.<br />
si te ofendí, perdóname, Señor,<br />
pues te amo y nunca te olvidaré.<br />
PRIMER MOMENTO:<br />
“EN LAS MANOS DE DIOS”<br />
SALMO de un Corazón Disponible<br />
Canto: Quiero caminar <strong>por</strong> tus senderos,<br />
dejarme guiar con tu luz, ilumíname (bis)<br />
El Señor ha puesto su mirada sobre nosotros;<br />
43
servicio litúrgico<br />
ha puesto su confianza y esperanza.<br />
El Señor Dios ha hablado<br />
y cuenta con nosotros.<br />
Jesús, cuenta con nosotros<br />
para devolver la luz donde hay oscuridad.<br />
Cuenta con nosotros<br />
para construir entre todos la civilización del amor.<br />
Cuenta con nosotros<br />
para que su palabra<br />
llegue al último rincón de la tierra.<br />
Cuenta con nosotros<br />
para sembrar la semilla de tu evangelio;<br />
semilla que produce frutos de fraternidad y amor.<br />
Canto: Quiero caminar <strong>por</strong> tus senderos,<br />
dejarme guiar con tu luz, ilumíname (bis)<br />
Jesús ha puesto su mirada en nosotros<br />
y nos dice que seamos el blando barro<br />
que toma el alfarero en sus manos<br />
para dar sentido a la vida;<br />
para hacer ver que merece la pena ser vivida<br />
desde el proyecto de Jesús.<br />
Nosotros queremos ser maleables<br />
en los dedos del alfarero<br />
Que no se resiste al ritmo del torno,<br />
sino que se abre dócil a <strong>Él</strong>;<br />
<strong>por</strong>que el cristiano de hoy<br />
no ha perdido su vigencia;<br />
<strong>por</strong>que nunca como hoy su papel<br />
es tan im<strong>por</strong>tante;<br />
<strong>por</strong>que siempre tendrá algo que decir<br />
a esta sociedad.<br />
Nosotros queremos ser barro<br />
que dé sentido y felicidad al mundo.<br />
Cuenta con nosotros, Señor,<br />
Para mostrar el verdadero rostro de Dios,<br />
el Dios Amor.<br />
Cuenta con nosotros, Señor.<br />
Canto: Quiero caminar <strong>por</strong> tus senderos,<br />
dejarme guiar con tu luz, ilumíname (bis)<br />
(Eco del Salmo)<br />
44<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
SEGUNDO MOMENTO:<br />
“DEJARNOS HACER POR ÉL”<br />
LECTURA: Jeremías 18,1-6<br />
“Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de<br />
Yahvéh: Levántate y baja a la alfarería, que allí<br />
mismo te haré oír mis palabras. Bajé a la alfarería,<br />
y he aquí que el alfarero estaba haciendo un trabajo<br />
al torno. El cacharro que estaba haciendo se<br />
estropeó como barro en manos del alfarero, y éste<br />
volvió a empezar, transformándolo en otro diferente,<br />
como mejor le pareció al alfarero. Entonces me<br />
fue dirigida la palabra de Yahvéh en estos términos:<br />
¿No puedo hacer yo con vosotros casa de Israel, lo<br />
mismo que este alfarero?, oráculo de Yahvéh. Mirad<br />
que como el barro en la mano del alfarero, así sois<br />
vosotros en mi mano, casa de Israel”.<br />
REFLEXIÓN:<br />
Conforme el alfarero moldea o da forma a la vasija<br />
de barro en su rueda, va conociendo el barro. El<br />
alfarero tiene poder sobre el barro, para dejar los<br />
defectos o para volver a moldear la vasija. Así<br />
mismo Dios tiene poder para volver a dar forma a<br />
sus hijos y conformarlos según sus propósitos.<br />
Nuestra forma de vivir no debería dejarnos pasivos,<br />
sino receptivos a la voluntad de Dios en nosotros.<br />
En la medida que se lo permitamos, Dios vuelve a<br />
darnos forma para que seamos vasijas valiosas.<br />
Para reflexionar:<br />
Antífona:<br />
Dejarme hacer, dejarme hacer,<br />
dejarme hacer es cuanto pides de mí,<br />
dejarme hacer de nuevo <strong>por</strong> ti,<br />
dejarme hacer, en tus manos, Señor.<br />
(Ixcís, CD “Al otro lado del mar”)<br />
• ¿Me dejo moldear <strong>por</strong> las manos de Dios?<br />
• ¿Qué clase de barro soy?<br />
• ¿Soy receptivo al amor que Dios deposita en mi<br />
barro para ser vasija en la vida de los demás?
Historia de la tacita de barro:<br />
Dicen que una vez en Inglaterra existía una pareja<br />
que gustaba visitar las pequeñas tiendas del centro<br />
de Londres. Una de sus tiendas favoritas era donde<br />
vendían vajillas antiguas. Una vez vieron una hermosa<br />
tacita. Dijo la señora al dueño de la tienda:<br />
“¿me permite ver esta taza? ¡nunca he visto algo<br />
tan fino como esto!”<br />
En cuanto tomó la taza en sus manos escuchó que<br />
la tacita comenzó a hablar. La tacita le comentó:<br />
"Usted no entiende, yo no siempre he sido esta taza<br />
que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo<br />
sólo era un montón de barro amorfo. Mi creador me<br />
tomó entre sus manos y me golpeó y me moldeó<br />
cariñosamente. Llegó un momento en que me<br />
desesperé y le grité: ¡Por favor! ¡Ya déjame en paz!<br />
Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: aguanta un<br />
poco más, todavía no es tiempo”. Después me puso<br />
en un horno, yo nunca había sentido tanto calor. Me<br />
pregunté <strong>por</strong> qué mi amo querría quemarme, así<br />
que toqué la puerta del horno. A través de la ventana<br />
del horno pude leer los labios de mi amo que<br />
me decían: “Aguanta un poco más, todavía no es<br />
tiempo”.<br />
Finalmente se abrió la puerta. Mi amo me tomó y<br />
me puso en una repisa para que me enfriara. “¡Así<br />
está mucho mejor!” -me dije a mí misma. Pero apenas<br />
me había refrescado cuando mi creador ya me<br />
estaba cepillando y pintándome. El olor de la pintura<br />
era horrible. Sentía que me ahogaba. Por favor,<br />
¡detente! le gritaba a mi amo; pero él sólo movía la<br />
cabeza haciendo un gesto negativo y decía:<br />
“Aguanta un poco más, todavía no es tiempo”.<br />
Al fin mi amo dejó de pintarme; pero esta vez me<br />
tomó y me metió nuevamente en otro horno. No<br />
era un horno como el primero; sino que era mucho<br />
más caliente. Ahora sí estaba segura que me sofocaría.<br />
Le rogué y le imploré a mi amo que me sacara.<br />
Grité, lloré, pero mi creador sólo me miraba<br />
diciendo: “Aguanta un poco más, todavía no es<br />
tiempo”. En ese momento me di cuenta que no<br />
había esperanza. Nunca lograría sobrevivir a ese<br />
horno. Justo cuando estaba apunto de darme <strong>por</strong><br />
vencida se abrió la puerta y mi amo me tomó cariñosamente<br />
y me puso en una repisa que era aún<br />
más alta que la primera.<br />
Allí me dejó un momento para que me refrescara.<br />
Después de una hora de haber salido del segundo<br />
horno, mi amo me dio un espejo y me dijo:<br />
“¡Mírate, ésta eres tú!”<br />
¡No podía creerlo! ¡Esta no podía ser yo! Lo que<br />
veía era hermoso. Mi amo nuevamente me dijo: “Yo<br />
sé que te dolió haber sido golpeada y moldeada <strong>por</strong><br />
mis manos; pero si te hubiera dejado como estabas,<br />
te hubieras secado. Sé que te causó mucho<br />
calor y dolor estar en el primer horno, pero de no<br />
haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado.<br />
También sé que los gases de la pintura te provocaron<br />
muchas molestias, pero de no haberte pintado<br />
tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera<br />
puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido<br />
mucho tiempo, <strong>por</strong>que tu dureza no habría<br />
sido la suficiente para que subsistieras. Ahora tú<br />
eres un producto terminado. Eres lo que yo tenía en<br />
mente cuando te comencé a formar".<br />
Para reflexionar:<br />
servicio litúrgico<br />
vigilia de oración<br />
Antífona:<br />
hágase en mí, Señor, tu voluntad,<br />
cúmplase en mí, Señor, tu Palabra.<br />
(Sor Trini S., CD “Remar en ti)<br />
• Como cristiano vicenciano y misionero, ¿estás en<br />
la misión que el Señor quiere de ti?<br />
• ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?<br />
• ¿Qué estás dispuesto a hacer?<br />
• Debes saber que el cristiano, el vicenciano, el<br />
misionero, como Cristo Jesús aprendió sufriendo a<br />
obedecer. ¿Qué supone esto para ti?<br />
(En este momento de la oración se les entregará<br />
un trozo de arcilla para que la moldeen y hagan un<br />
cacharro, el cual presentarán en la tercera parte de<br />
la celebración).<br />
Acuérdate de que somos barro en las manos del<br />
Señor, y que él tiene la potestad de hacer de noso-<br />
45
servicio litúrgico<br />
tros lo que él quiera. Gracias a Dios que el deseo de<br />
<strong>Él</strong> es hacer de nosotros una vasija preciosa para<br />
que podamos hacer su voluntad; nunca nos obligará<br />
a vivir algo que no podamos so<strong>por</strong>tar, <strong>Él</strong> nos moldea<br />
para darnos una mejor forma.<br />
TERCER MOMENTO:<br />
“ACTITUDES DE UN JOVEN VICENCIANO<br />
DE HOY”<br />
Lectura: Lucas 10,30-37<br />
«Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en<br />
manos de salteadores, que, después de despojarle<br />
y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.<br />
Casualmente, bajaba <strong>por</strong> aquel camino un sacerdote<br />
y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita<br />
que pasaba <strong>por</strong> aquel sitio le vio y dio un rodeo.<br />
Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a<br />
él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose,<br />
vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino;<br />
y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó<br />
a una posada y cuidó de él.<br />
Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al<br />
posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más,<br />
te lo pagaré cuando vuelva".<br />
¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del<br />
que cayó en manos de los salteadores?»<br />
<strong>Él</strong> dijo: «El que practicó la misericordia con él».<br />
Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo».<br />
REFLEXIÓN:<br />
Muchas lecciones les ha dado Nuestro Señor a los<br />
fariseos, pero ninguna tan bella como ésta. Amar al<br />
prójimo no es muy fácil, <strong>por</strong>que requiere donarse a<br />
los demás, y ese donarse cuesta, <strong>por</strong>que no a todos<br />
los tratamos o queremos de la misma manera. Por<br />
ello tenemos que lograr amar a todos <strong>por</strong> igual, sin<br />
ninguna distinción. Quererlos a todos, sin preferir a<br />
nadie. Es difícil pero no imposible.<br />
Dios nos ha dado el ejemplo al vivir su propia doctrina:<br />
"no hay amor más grande que el que da la<br />
vida <strong>por</strong> sus amigos", pero <strong>Él</strong> no la dio solo <strong>por</strong> sus<br />
amigos, sino también <strong>por</strong> sus enemigos, y muchos<br />
santos han hecho lo mismo.<br />
46<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Imitemos a Cristo en su vida de donación a los<br />
demás, y vivamos con confianza y constancia su<br />
mandamiento: "vete y haz tú lo mismo".<br />
Analizando detenidamente esta parábola encontramos<br />
una serie de actitudes profundamente vicencianas:<br />
“Llegó donde estaba el hombre”<br />
Mirada de fe<br />
“Lo vio”<br />
Acogida-Atento a las necesidades<br />
“Le dio lástima”<br />
“Se acercó ”<br />
“Le vendó las heridas”<br />
“Le echó aceite y vino”<br />
Compasión<br />
Cercanía<br />
Delicadeza<br />
Ternura<br />
“Lo montó en su propia cabalgadura”<br />
Servicio<br />
“Lo llevó a una posada”<br />
“Lo cuidó”<br />
“Pagó al posadero”<br />
Paciencia<br />
Amor<br />
Generosidad<br />
“Firmó un cheque en blanco”<br />
Disponibilidad<br />
MIRADA DE FE:<br />
Necesito tener una fe sólida, valiente, en donde no<br />
haya lugar para la duda. Necesito tener una fe<br />
ciega, para descubrir constantemente que Tú vives<br />
en el Hermano. Necesito tener una fe que me dé<br />
seguridad, que siempre Tú me acompañas en mi
camino. Aumenta mi fe, <strong>por</strong>que quiero amarte cada<br />
día más.<br />
ACOGIDA-ATENTO A LAS NECESIDADES:<br />
En tu camino hacia el encuentro con Dios, en tu<br />
ruta del silencio, has hecho el don de tu amor absoluto,<br />
has comprendido la necesidad de abandonarte<br />
en las manos del Padre. Descubriste que Dios<br />
tiene un Plan de Amor para ti y vives en Dios, que<br />
te da un corazón para la acogida capaz de descubrir<br />
y recibir el rostro del hermano en tu vida.<br />
COMPASIÓN:<br />
Padeciendo con los pobres, escuchándoles como<br />
una buena madre, ayudándoles, con mucha paciencia,<br />
compartiendo sus alegrías y sus penas. Gozar y<br />
reír con los niños, ancianos,… Enseñarles a reír y a<br />
gozar con la belleza de la vida.<br />
CERCANÍA:<br />
Cercanos hasta el punto de poner muy cerca de<br />
nuestros ojos, de nuestro corazón las preocupaciones,<br />
el dolor, la desesperanza, los sufrimientos de<br />
tantos pobres.<br />
DELICADEZA:<br />
La delicadeza es el arte de lo pequeño. No se trata<br />
de grandes sacrificios, basta con un pequeño detalle,<br />
la atención cariñosa, la palabra o<strong>por</strong>tuna. Una<br />
mirada, una visita, una caricia,…<br />
TERNURA:<br />
En nuestras palabras y gestos para ayudarles a calmar<br />
tanto dolor o desánimo como tienen los que<br />
carecen del afecto de su familia, de la amistad sana<br />
y reconfortable de unos amigos de verdad.<br />
SERVICIO:<br />
Tú eres un “radar” con corazón, que sabes captar<br />
las situaciones de los otros, que sabes leer en sus<br />
ojos, en su silencio,… Que sabes interpretar y sentir<br />
sus palabras, su dolor, su desesperanza, su poca<br />
fuerza social,… Tu tarea consiste en servir y en<br />
prestar tu voz a los que no la tienen.<br />
PACIENCIA:<br />
La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no<br />
es reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza<br />
para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas<br />
de la vida, como venidos del amor de Dios.<br />
AMOR:<br />
El amor es siempre verdad y algo fácilmente visible<br />
a todos…¡Anda!, pierde y olvida tu “yo”, y amarás<br />
con más certeza… Vive como flor que gozosamente<br />
se transforma en fruto para los demás.<br />
GENEROSIDAD:<br />
Yo sé que me has mirado, que has puesto tus ojos<br />
en mí. Yo sé que me quieres para ser servidor de tu<br />
Reino. Yo sé que me das la fuerza de tu Espíritu<br />
para ser enviado. Yo sé que es posible realizar tu<br />
plan y ser feliz. Señor, quiero hacer de tu Persona y<br />
tu Evangelio, el proyecto de vida que dé sentido a<br />
mi existencia. Aquí me tienes, Señor, para hacer tu<br />
voluntad.<br />
DISPONIBILIDAD:<br />
Aquí estoy, Señor, como Saulo en el camino de<br />
Damasco; y te digo sin rodeos: Señor, ¿qué quieres<br />
que haga? Aquí estoy, Señor, como Samuel en la<br />
noche y te digo: Habla, Señor, que tu siervo escucha.<br />
Aquí estoy, Señor, como María cuando era<br />
joven y te digo: He aquí la esclava; que se haga en<br />
mí según tu Palabra. Aquí estoy, Señor, con un corazón<br />
disponible como el tuyo y te digo: quiero hacer<br />
tu voluntad.<br />
Reflexión:<br />
servicio litúrgico<br />
vigilia de oración<br />
• ¿Qué significan estos valores para ti?<br />
(Se pueden repartir aleatoriamente en unos papeles<br />
y que cada uno comparta qué le ha querido<br />
decir el Señor <strong>por</strong> medio de ese valor. Esta tercera<br />
parte está disponible en Power Point).<br />
Hemos llegado hasta aquí cargados de una historia<br />
que aún os puede costar entender, pero ¡ya sabes!<br />
Dios es muy caprichoso y os ha elegido a cada uno<br />
de vosotros y te pide que le prestes tus manos para<br />
que con ellas pueda seguir curando, bendiciendo y<br />
acariciando. Te pide que le prestes tus pies para<br />
que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tan-<br />
47
servicio litúrgico<br />
tos desvalidos. Te pide tus labios, para besar a tantos<br />
niños y a tantos hambrientos de amor. Te pide<br />
tu lengua, para seguir dando buenas noticias a los<br />
pobres. Te pide tus ojos, para mirar con ternura y<br />
cariño a toda la gente.<br />
Te pide tu rostro, para sonreír a cada uno, para sonreír<br />
a pesar de todo, para iluminar todas las situaciones<br />
con mirada de gracia, de paz y de alegría. Te<br />
pide en fin, tu corazón, para que <strong>Él</strong> pueda seguir<br />
amando a su manera.<br />
Canto:<br />
Sigue habiendo tantos pies que lavar.<br />
Sigue habiendo tanta oscuridad que iluminar.<br />
Tantas cadenas que romper.<br />
Pan y vino para el pobre quiero ser. (bis)<br />
(Ixcís, CD “Confío”)<br />
Reflexión:<br />
Cristo es el servidor del Padre en los hombres. Y<br />
nos dice desde su experiencia: “No he venido a ser<br />
servido, sino a servir”. Y define así la verdadera<br />
grandeza: “Quién se haga pequeño… Es el más<br />
grande”. Y nos invita al servicio: “El más grande de<br />
vosotros sea vuestro servidor”. Y nos exhorta a imitarle:<br />
“Os he dado ejemplo… Para que también<br />
vosotros lo hagáis”.<br />
Nuestra gran mujer de acción, Luisa de Marillac, se<br />
lo deja dicho así a las Hijas de la Caridad: “Tened<br />
gran cuidado en el servicio de los pobres”. Y Cristo<br />
nos lo confirma en el evangelio: “Os aseguro que<br />
cada vez que lo hicisteis con un hermano mío de<br />
esos más humildes, conmigo lo hicisteis”.<br />
(Es el momento de presentar el trozo de arcilla que<br />
ha sido modelado en la segunda parte y compartir<br />
la reflexión).<br />
ORACIÓN FINAL:<br />
Sólo Dios puede dar fe...<br />
pero tú puedes dar tu testimonio.<br />
Sólo Dios puede dar la esperanza...<br />
pero tú puedes devolverla a tu hermano.<br />
48<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Sólo Dios puede dar el amor...<br />
pero tú puedes enseñar a amar.<br />
Sólo Dios puede dar la paz...<br />
pero tú puedes sembrar unión.<br />
Sólo Dios puede dar la fuerza...<br />
pero tú puedes animar al desanimado.<br />
Sólo Dios es el camino...<br />
pero tú puedes señalarlo a otros.<br />
Sólo Dios es la luz...<br />
pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos.<br />
Sólo Dios es la vida...<br />
pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir.<br />
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible...<br />
pero tú puedes hacer lo posible.<br />
Canto final: “Ser tus testigos”<br />
(Sor Trini S., CD “Para ti”)<br />
ANEXO-CANTOS:<br />
Quiero caminar:<br />
http://www.hijascaridad.org/granada/c_cancion/cd<br />
3/13_Quiero_caminar.wav<br />
Dejarme hacer:<br />
http://www.ixcis.org/audio/al_otro_lado_del_mar/a<br />
l_otro_lado_del_mar_06.mp3<br />
Hágase:<br />
http://www.hijascaridad.org/granada/c_cancion/cd<br />
3/12_Hagase.wav<br />
Sigue habiendo:<br />
http://www.ixcis.org/audio/confio/confio_05.mp3<br />
Ser tus testigos:<br />
http://www.hijascaridad.org/granada/c_cancion/cd<br />
2/17_Ser_tus_testigos.wav
servicio litúrgico<br />
oración vocacional<br />
Oración<br />
vocacional<br />
AMBIENTACIÓN<br />
El lugar se puede ambientar con la imagen de<br />
un paisaje seco y de un paisaje frondoso o si<br />
se puede recrear de otra forma, mejor.<br />
Tarjetas con una caña dibujada donde aparezca<br />
escrito: ¡TE NECESITO! (Se da al<br />
comenzar la oración).<br />
Música ambiental (sonidos de la naturaleza).<br />
MONICIÓN<br />
Cada persona recibe de Dios su propia vocación.<br />
Dios llama a cada uno de una manera única, irrepetible.<br />
Pero la auténtica vocación es el resultado de<br />
una llamada y de una respuesta.<br />
“POR ELLOS SIGUE LLAMANDO ÉL”. En esta oración<br />
vamos a ponernos en presencia del Señor, con la<br />
certeza de que donde dos o más están reunidos en<br />
su nombre, allí está <strong>Él</strong> en medio de <strong>ellos</strong>.<br />
Dejémonos interpelar <strong>por</strong> la voz de Dios que en<br />
boca de los Pobres y Excluidos nos <strong>sigue</strong> repitiendo<br />
hoy a cada uno de nosotros: ¡TE NECESITO!<br />
49
servicio litúrgico<br />
SALMO<br />
Recitado a dos coros.<br />
Al finalizar se puede hacer eco del salmo<br />
Es el momento, Señor, de orientar mi vida;<br />
Es la hora de dar rumbo a mi existencia;<br />
Estoy a punto para descubrir un nuevo camino;<br />
No me sirve, Señor, el vivir en eterna encrucijada.<br />
Estoy ante ti abierto como la playa al mar;<br />
Estoy en busca de tus pasos, de tus huellas;<br />
Quiero dejar atrás mis caminos y entrar <strong>por</strong> “tus<br />
caminos”<br />
Quiero decir sí al plan de Dios<br />
para los sueños de mi vida.<br />
Aquí estoy, Señor,<br />
como Saulo en el camino de Damasco;<br />
Y te digo sin rodeos: Señor, ¿qué quieres qué<br />
haga?<br />
Aquí estoy, Señor, como Samuel en la noche<br />
Y te digo: habla, que tu siervo escucha.<br />
Aquí estoy, Señor, como María cuando era joven<br />
Y te digo: he aquí la esclava,<br />
que se haga según tu Palabra.<br />
Aquí estoy, Señor,<br />
con un corazón disponible como el tuyo<br />
Y te digo: quiero hacer tu voluntad.<br />
Señor, ¿qué quieres de mí?, ¿qué me pides?<br />
Señor, ¿cuál es el plan del Padre para mi vida?<br />
Señor, ¿cuál es el proyecto que quieres que realice?<br />
Señor, ¿a qué me llamas?,<br />
¿<strong>por</strong> dónde quieres que camine?<br />
Señor, ¿cómo estar seguro<br />
de tus caminos en mi vida?<br />
Señor, ¿cómo sé yo que eso<br />
es lo que deseas para mi vida?<br />
Señor, ¿seré capaz de ser fiel<br />
a la llamada que me haces?<br />
Señor, ¿y si me equivoco<br />
y tengo que volver atrás?<br />
Señor, ¿cómo comprometerme<br />
si no estoy plenamente seguro?<br />
50<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Preguntas, Señor, siempre preguntas,<br />
¿cómo saldré de la duda?<br />
Yo quiero tener claro cada paso del camino.<br />
Soy calculador, Señor,<br />
y no me gusta arriesgar nada.<br />
Yo quiero tener mis seguridades<br />
y tengo miedo a lo imprevisible.<br />
Yo quiero dar respuesta<br />
pero desde una fe razonada.<br />
A fin de cuentas, ¿te busco o me busco?<br />
¿Pongo los ojos en ti o me miro a mí?<br />
¿Son tus intereses los que busco o sólo los míos?<br />
¿Estoy disponible ante ti?<br />
Quiero, Señor, salir de esta confusión en que vivo.<br />
Quiero, Señor, escucharte<br />
y dar respuesta a tu llamada.<br />
Quiero, Señor, dejar cosas<br />
y quedarme libre para seguirte.<br />
Quiero, Señor, arriesgar mi camino con el tuyo.<br />
Quiero, Señor, dejar mis miedos<br />
y dar pasos en mi fe.<br />
Quiero, Señor, fiarme de tu plan.<br />
Yo sé que me has mirado,<br />
que has puesto tus ojos en mí.<br />
Yo sé que me quieres para ser servidor de tu Reino.<br />
Yo sé que me das la fuerza de tu Espíritu<br />
para ser enviado.<br />
Yo sé que es posible realizar tu plan y ser feliz.<br />
Señor, quiero hacer de tu Persona y tu Evangelio,<br />
el proyecto de vida que dé sentido a mi existencia.<br />
Aquí me tienes Señor, para hacer tu voluntad,<br />
libre y sin miedo.<br />
CANTO:<br />
Todo está en tu adentro<br />
(Brotes de Olivo. CD “¿Cómo te podré pagar?” )
servicio litúrgico<br />
oración vocacional<br />
La caña<br />
de bambú<br />
Había un precioso jardín, que nada más verlo, hacía<br />
soñar. Estaba allí, junto a la casa del Señor.<br />
<strong>Él</strong> no resistía la tentación de visitarlo todas las tardes<br />
y gozar de él. Su mirada se centraba siempre<br />
en una preciosa caña de bambú plantada en el centro<br />
del jardín.<br />
Llamaba la atención <strong>por</strong> su esbeltez, altura y elegancia.<br />
Era la debilidad del Señor. Le encantaba<br />
verla así, recia ante los vientos invernales de los<br />
contratiempos e imperturbable ante los calores y la<br />
sequedad del verano. Pronto se dio cuenta la caña<br />
de bambú que el Señor sentía cierta preferencia <strong>por</strong><br />
ella.<br />
Se le acercó un día el Señor. Sus ojos no brillaban<br />
como otras veces. Casi sin alzar la mirada le dijo:<br />
-Mi querida caña de bambú, ¡TE NECESITO!<br />
Ella no entendía <strong>por</strong> qué le hablaba con tanto misterio,<br />
y para darle ánimo le respondió:<br />
Soy toda tuya... cuenta conmigo para todo lo que<br />
quieras.<br />
No logró arrancar la pesadumbre de su rostro.<br />
Mi querida caña de bambú, para contar contigo<br />
tengo que arrancarte.<br />
¿Arrancarme?, pero... ¿hablas en serio?, ¿<strong>por</strong> qué<br />
me hiciste entonces sentirme como la planta más<br />
dichosa del jardín?. ¡No, <strong>por</strong> favor!, ¡cualquier cosa<br />
menos eso!<br />
El Señor no se echó atrás.<br />
Mi querida caña de bambú, si no te arranco no me<br />
servirás.<br />
Quedaron los dos en silencio, sin saber qué decir.<br />
Con delicado respeto hasta el viento se calló, y los<br />
pájaros detuvieron su vuelo y su canto.<br />
Lentamente, la caña de bambú inclinó sus preciosas<br />
hojas y dijo con voz temblorosa:<br />
Señor, si no puedes servirte de mí, arráncame,<br />
¡arráncame!.<br />
–Mi querida caña de bambú, no te he dicho todo<br />
todavía. Es necesario que te corte las hojas y las<br />
ramas.<br />
51
servicio litúrgico<br />
Señor, ¡no me hagas eso!, ¿qué haré yo entonces<br />
en el jardín?, ¡me convertiré en un ser ridículo!.<br />
Y otra vez dijo el Señor:<br />
Si no te corto las hojas y las ramas que te estorban<br />
para lo que te necesito, no me servirás.<br />
Entonces, el sol estremecido se ocultó entre las<br />
nubes curiosas, los pajarillos alzaron el vuelo saliendo<br />
del jardín temiendo el desenlace.<br />
Temblando y un tanto aturdida, la caña de bambú<br />
pudo balbucear:<br />
Está bien señor, ¡córtamelas!<br />
El Señor no había acabado. Con una tierna mirada<br />
intensamente profunda, le dijo:<br />
Mi querida caña de bambú todavía me queda algo<br />
que me cuesta mucho pedirte. Tendré que cortarte<br />
en dos y extraerte toda la savia que ahora te da<br />
vida. Sin eso no me servirías de nada.<br />
La caña de bambú no pudo articular palabra, dócilmente,<br />
con humilde confianza se echó a tierra y se<br />
ofreció totalmente a su Señor.<br />
Así el Señor del jardín, arrancó la caña de bambú,<br />
le podó las hojas y las ramas, la partió en dos, y<br />
extrajo toda la savia.<br />
Después se fue hacia una fuente de agua fresca y<br />
cristalina muy cercana a sus campos que desde<br />
hacía algún tiempo morían de sed. Con toda dulzura<br />
el Señor ató una punta de la caña a la fuente, y<br />
la otra la colocó en el campo.<br />
(Música con sonidos de la naturaleza)<br />
El agua que manaba de la fuente comenzó poco a<br />
poco a desplazarse hacia los campos a través de la<br />
caña de bambú. El campo comenzó a reverdecer.<br />
Con la primavera todo se cuajó de mieses y amapolas.<br />
Con la cosecha el Señor pudo alimentar a todo<br />
su pueblo.<br />
Cuando el bambú era alto, esbelto, vivía y crecía<br />
sólo para sí, autocomplacido e instalado en su<br />
forma de vivir. Ahora vacío de esquemas el Señor<br />
había hecho de él un canal <strong>por</strong> el que fluía abundantemente<br />
la Gracia que permitía alimentarse a<br />
todos los de la casa y hacer fecundo el amor que<br />
del Señor se recibe y comparte.<br />
52<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
CANTO:<br />
Dónde tú quieras<br />
(Brotes de Olivo. CD “¿Cómo te podré pagar?” )<br />
Nos dejamos iluminar <strong>por</strong> la PALABRA:<br />
(Lc. 1, 26-38)<br />
INTERIORIZAMOS Y COMPARTIMOS<br />
Hoy el Señor <strong>sigue</strong> necesitando de personas para<br />
su obra.<br />
¿Te has planteado alguna vez si el Señor te necesita?<br />
Si te pidiera arrancarte, ¿de dónde tendría que<br />
hacerlo?<br />
¿Qué hojas y ramas te estorban para servir mejor a<br />
Dios?. ¿Las cortarías si el Señor te lo pidiera?<br />
La savia que el Señor extrajo a la caña suponía<br />
vaciarse de sí misma. Mira en tu interior, ¿de qué<br />
sientes que te tienes que vaciar para que Dios habite<br />
en ti en plenitud?<br />
¿Qué provoca en ti el dolor del que sufre? ¿Cómo<br />
puedes aliviarlo?<br />
La acción de Dios en mi vida, ¿me lleva a ser cauce<br />
de su amor a los que más lo necesitan?<br />
GESTO:<br />
Cada participante escribirá su nombre en la tarjeta<br />
que se le entregó al empezar la oración, de tal<br />
forma que quede: ¡TE NECESITO,....nombre.....! al<br />
compartir su reflexión puede dejar su tarjeta en<br />
algunos de los paisajes donde se siente llamado a<br />
estar y dar vida, parte seca o parte frondosa. Este<br />
gesto puede ir acompañado de alguna frase como:<br />
“Aquí estoy, Señor”, “Está bien, Señor”, “Hágase tu<br />
voluntad”, etc.
PADRENUESTRO<br />
ORACIÓN FINAL:<br />
(todos juntos)<br />
Tengo necesidad de decirlo,<br />
<strong>por</strong>que lo siento en mi interior.<br />
Tengo que proclamar bien fuerte<br />
lo que el Señor ha hecho conmigo,<br />
que supera toda alabanza.<br />
Dios me amó,<br />
se vistió de carne para que le viera,<br />
puso en mí sus ojos con cariño,<br />
se dignó invitarme a que le siguiera,<br />
abrió su corazón para que entrara<br />
me regaló su Espíritu para que reviviera.<br />
Contaré lo que el Señor ha hecho conmigo.<br />
Vino un día a mí y se quedó conmigo.<br />
Me dijo que me amaba y que contaba conmigo,<br />
me habló de mis hermanos, los más pobres<br />
servicio litúrgico<br />
oración vocacional<br />
y me sugirió entregarles mi vida.<br />
Me sedujo y acepté el reto,<br />
un reto que se repite cada día,<br />
una misión que da sentido a mi vida.<br />
Diré también, lo que el Señor me pide cada día:<br />
Que lo ame, sólo eso.<br />
Que lo ame a <strong>Él</strong> y a mis hermanos.<br />
Y a cambio, <strong>Él</strong> me asegura fidelidad,<br />
que nunca se apartará de mí.<br />
Que aunque yo falle, <strong>Él</strong> siempre está conmigo.<br />
Todo esto ha hecho el Señor conmigo.<br />
Tenía necesidad de decirlo,<br />
de darte gracias, Señor.<br />
CANTO:<br />
Hacen falta siervos<br />
(Sor Trini Segura. CD “Un nuevo amanecer” )<br />
53
testigos<br />
P. Valeriano<br />
Güemes<br />
Excelente misionero con fama de santo.<br />
Burgalés de nacimiento<br />
(Quintanarruz, 1890),<br />
falleció en Mohana (Orissa - India)<br />
en 1978, después de 56 años<br />
en la Misión de Cutack<br />
54<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
El día 18 de agosto de 1921, el P. Valeriano Güemes<br />
se encuentra en Limpias, con el P. Joaquín Atienza,<br />
Visitador de la Provincia canónica de Madrid. El<br />
mismo P. Güemes informa de la conversación. “Sin<br />
duda, me dijo, habrá oído usted, Padre Güemes,<br />
que Roma ha confiado a nuestra Provincia una<br />
Misión, nada menos que en la India. El Consejo provincial<br />
ha escogido cuatro individuos, que formarán<br />
la primera expedición. Usted es uno de <strong>ellos</strong>. ¿Tiene<br />
alguna razón en contra?<br />
- Razón en contra ninguna, ni grande ni pequeña.<br />
- ¿De modo que acepta?<br />
- Acepto el ofrecimiento, como venido de la mano<br />
de Dios”.<br />
La vocación misionera “ad gentes” del P. Güemes,<br />
<strong>por</strong> tanto, no fue algo cultivado; más bien un<br />
homenaje de su disponibilidad a los planes de Dios<br />
a través de los superiores.<br />
La preparación fue sumamente breve. El día 10 de<br />
enero de 1922 llegaban los cuatro misioneros<br />
Paúles a su destino: Orissa. El superior de la expedición<br />
era el P. José María Fernández y los Padres<br />
Ferrer y Coello Rey los otros compañeros.<br />
A las dificultades de aclimatación en aqu<strong>ellos</strong> primeros<br />
días, hubo que añadir las del aprendizaje de<br />
los idiomas y en los apuros económicos que enseguida<br />
fueron apareciendo. La vida ordinaria no<br />
resultaba fácil y no faltaron problemas. El P.<br />
Valeriano Güemes comenzó a recorrer las aldeas<br />
con antiguos cristianos y abrir otras nuevas. En su<br />
vida brillaba la pobreza: un pequeño altar <strong>por</strong>tátil,<br />
una pequeña bolsa con su ajuar, y una caja con<br />
algunas medicinas para atender a los enfermos. Por<br />
todas partes se hablaba de los poderes curativos<br />
del “guru” cristiano. El P. Valeriano Güemes era feliz<br />
anunciando la Buena Nueva y sanando enfermedades.<br />
En su vida misionera llegó a preocuparle mucho<br />
que comenzaran a designarle para cargos: primero<br />
Superior de Surada, luego Administrador Apostólico,<br />
más tarde Superior eclesiástico y en lontananza,<br />
quiza, una mitra con la que no podían sus hombros.<br />
Todo eso era demasiado para su humildad y escribe<br />
a los Superiores: “Mi incapacidad para llevar tal<br />
puesto es tan clara, particularmente después de la
experiencia de ocho meses, que mi conciencia me<br />
obliga a presentar la renuncia y a rogarle me cambie<br />
<strong>por</strong> cualquier otro más digno que yo. A fin de<br />
mantener la observancia de la regla y la paz fraterna,<br />
que me parece a mí ha desaparecido desde el<br />
tiempo de mi nombramiento como superior de la<br />
Comunidad”.<br />
Lo cierto es, que a pesar de manifestaciones como<br />
estas, tanto los responsables de la Congregación de<br />
la Misión como la Jerarquía de la Iglesia en la India,<br />
siguieron valorando su gestión. En 1930 aparece<br />
una Congregación Vicentina en el Sur de la India. El<br />
P. Güemes es elegido para transmitirles la espiritualidad<br />
de San Vicente. Años más tarde el mismo<br />
P. Güemes se convierte en Director de Novicios de<br />
esa misma Congregación.<br />
Ante las dificultades que surgen para que el<br />
Superior General envíe Hijas de la Caridad a la<br />
Misión de Cuttac, el P. Güemes escribe a Mons.<br />
Kierkels, Delegado Apostólico: “De no venir<br />
Hermanas, no tendremos nunca dispensarios,<br />
catecumenados, ni visitas a los pobres en la misión.<br />
Todos nosotros creemos que se requiere la influencia<br />
de Su Excelencia ante la Congregación de la<br />
Propagación de la Fe a fin de que decidan pronto y<br />
favorablemente”. La respuesta llegaba a los pocos<br />
días: “Tratare de mil amores de interesar a la<br />
Congregación de la Propagación de la Fe en el<br />
asunto”. Meses mas tarde llegaba el permiso.<br />
“La Historia de la Congregación en Cuttack” del P.<br />
Vicente Urbaneja, compendia así la vida del P.<br />
Güemes: “Lleno de un verdadero espíritu vicenciano<br />
y de un celo infatigable <strong>por</strong> las almas, se vio<br />
completamente absorbido <strong>por</strong> el trabajo de la evangelización<br />
de manera que no encontró en los 56<br />
años de permanencia en la India un solo día para<br />
visitar a su familia. Aún durante su avanzada edad<br />
estaba siempre ocupado en evangelizar a los<br />
pobres visitándoles constantemente”.<br />
Todos los que convivimos con el P. Valeriano<br />
Güemes vimos un algo en su vida que hablaba de<br />
santidad. En 1954 “durante la visita del P. Silvestre<br />
Ojea, C.M. al comprobar la gran veneración que<br />
testigos<br />
P. Güenes<br />
manifestaban las gentes de Aligonda <strong>por</strong> el P.<br />
Valeriano Güemes, comentaba: “Caramba, caramba,<br />
dicen que aquí ha hecho milagros”.<br />
Nuestros criterios eran muy parecidos a los de<br />
nuestros cristianos. El P. Ibilcieta en una visita que<br />
hizo a Malabar y en conversación con los Padres<br />
Vicentinos del Sur, hablando del P. Güemes comentaba:<br />
“Si entre los Paúles de la Misión de Cuttack<br />
hay alguno canonizable, ése es el P. Valeriano<br />
Güemes”.<br />
Precisamente en el escrito sobre la muerte del P.<br />
Güemes, el P. Fernando Ibilcieta, siempre tan original,<br />
cuenta que “entre bromas y veras, allá y acá,<br />
adelanté: cuando muera el P. Güemes, todos le llamarán<br />
santo y escribirán de sus virtudes; yo pienso<br />
escribir un artículo que se titule: Los pecados del P.<br />
Güemes”.<br />
“Apenas conocida su defunción, escribí al P. Aguilar,<br />
que fue compañero del P. Güemes de 1924 a 1932<br />
y le pregunté: “¿Que pecados me cuenta usted de<br />
él?”. “Yo nunca vi pecado en el P. Güemes sino virtudes”.<br />
Y es muy de tenerse en cuenta este testimonio,<br />
<strong>por</strong>que aqu<strong>ellos</strong> tiempos del P. Aguilar en la<br />
misión no solo fueron los más difíciles, sino los más<br />
heroicos y polémicos de la Misión de Cuttack”.<br />
Pedro Junquera, c.m.<br />
55
testigos<br />
Margarita<br />
Naseau<br />
La Vaquera de Suresnes<br />
“Todo el mundo la quería,<br />
<strong>por</strong>que no había nada<br />
que no fuese digno de amor en ella.”<br />
Palabras hermosas que el Señor Vicente deja fluir de su<br />
corazón y de su mente, aquel caluroso mes de julio de<br />
1642 hablando a las primeras Hermanas sobre las virtudes<br />
y valores de Margarita Naseau.<br />
Vicente de Paúl y Luisa de Marillac, encontraron encarnada<br />
en ella, la invitación que la Divina Providencia les estaba<br />
sugiriendo: crear, fundar, una Compañía de jóvenes<br />
aldeanas, que sirvieran al Cristo encarnado en los pobres,<br />
que habitaban la campiña y las callejuelas de París.<br />
Margarita Naseau, fue y es el sueño que Vicente y Luisa<br />
vieron y palparon como una gozosa realidad. Los tres:<br />
Vicente, Luisa y Margarita, siempre fieles al ritmo que les<br />
iba marcando la Providencia. Así nació y se consolidó esa<br />
gran obra de amor, al servicio de los pobres: la<br />
Compañía de las Hijas de la Caridad.<br />
Siempre me ha subyugado la figura de esta joven aldeana<br />
del siglo XVII francés. Desde que he profundizado un<br />
poquito más en su ser y hacer, me he sentido fascinado.<br />
Su atreverse a aprender a leer, cuando de los veinte<br />
millones de la Francia de entonces, sólo el veinte <strong>por</strong><br />
ciento sabía leer (casi todos varones), resulta sorprendente<br />
y providencial que esta chica de pueblo sintiera esa<br />
necesidad. Y es aun más sorprendente, o más providencial,<br />
que una vez que alcanza esa meta, rayana en lo<br />
imposible para una chica de pueblo, no quiere quedarse<br />
con ese don para su disfrute personal, sino que hace partícipes<br />
a las chicas de Suresnes del tesoro hallado. Su<br />
poder de convocatoria en torno a un proyecto ilusionante,<br />
fue un don que el Señor le regaló con generosidad.<br />
Como todo esto le parecía poco, muerto su padre, y con<br />
sus cinco hermanos suficientemente mayores como para<br />
defenderse en la vida, era la mayor de seis hermanos,<br />
que habían quedado huérfanos de madre cuando ella, era<br />
sólo una adolescente, emprende la itinerante aventura de<br />
maestra y catequista rural. Un día de primavera, de<br />
madrugada, con escasos enseres y la comida para unos<br />
56<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
días, se lanza a recorrer los veinticinco kilómetros que<br />
separan Suresnes de Villepreux. Allí, en Villepreux, se instaló<br />
para iniciar su labor educativa, no sólo de niñas, sino<br />
también de personas mayores. Su tarea, aunque le producía<br />
la satisfacción de saber que estaba siendo fiel al<br />
querer de Dios, no <strong>por</strong> eso dejaba de estar erizada de<br />
dificultades y riesgos; sólo era una chica de pueblo. Ella<br />
misma contó a la Señorita Le Gras que una vez,<br />
después de haber estado privada de pan durante<br />
varios días, y sin haber puesto a nadie al corriente<br />
de su pobreza, al volver de misa, se encontró con<br />
qué poder alimentarse durante bastante tiempo.<br />
Son palabras del Señor Vicente, tomadas de la conferencia<br />
a las primeras Hermanas, arriba citada.<br />
En Villepreux, se encontró con San Vicente, que le animó<br />
a dejar el pueblo para ir a servir a los pobres y enfermos<br />
de París. Primero, en la parroquia de San Salvador; más<br />
tarde, en San Nicolás de Chardonet, donde murió apestada,<br />
contagiada <strong>por</strong> una chica enferma de dicho mal, a<br />
quien metió en su propia cama, para que no sufriera el<br />
hacinamiento del Hospital de San Luis, donde eran internados<br />
los apestados de toda la ciudad. En París, bajo la<br />
mirada atenta de Santa Luisa, hizo un servicio de calidad<br />
al pobre, que todos admiraban.<br />
Pocos ejemplos, modelos, tan sugerentes, atractivos y<br />
plenificantes, como el de Margarita, pueden encontrar los<br />
jóvenes del siglo XXI, que desean realizarse como mujeres<br />
y hombres de bien.<br />
Margarita Naseau, es el camino para todas las Hijas de la<br />
Caridad, para todos los vicencianos, que estemos dispuestos<br />
a ser felices viviendo con radicalidad el carisma.<br />
Margarita, es el camino para todo ser humano, aunque<br />
no sea creyente, que sabe, que sirviendo a los más desfavorecidos<br />
encontrará el sentido a su vida.<br />
Atrévete, si vives como Margarita, siempre estarás alegre<br />
y contagiarás ese gratificante virus a todo el mundo.<br />
Margarita Naseau es un espejo terso, limpio, brillante,<br />
diáfano, utilízalo todas las mañanas y verás todo con más<br />
claridad.<br />
Margarita Naseau, es la rosa inmarcesible que <strong>por</strong> todos<br />
sus pétalos esparce el buen olor de Cristo. Déjate impregnar<br />
<strong>por</strong> <strong>Él</strong>. Que como ella, en palabras de Vicente de<br />
Paúl, hagas del buen Dios, tu único maestro o maestra.<br />
Margarita Naseau, la joven fiel a Dios y a los Pobres, que<br />
aún no ha sido canonizada.<br />
Eblerino Diez LLamazares
Para los que creen que educando en valores y actitudes<br />
se puede conseguir transformar la realidad y<br />
crear un mundo mejor, para los que tienen cierta<br />
inquietud y se hacen cuestiones en torno a la fe,<br />
para los que buscan hacer rendir sus propios talentos,<br />
para los que sienten la necesidad de conocer su<br />
inteligencia emocional. Para todo <strong>ellos</strong> están hechas<br />
páginas como www.encuentra.com, www.proverbia.net,<br />
www.interrogantes.net donde<br />
también encontrarán libros, artículos, testimonios,<br />
relatos, ejercicios, imágenes,… o www.pensamientos.org<br />
que intenta hacer presente en el<br />
mundo el Evangelio de Jesucristo, informando a través<br />
de la web sobre la Iglesia y su protectora,<br />
María. www.aunalia.com es un espacio que pretende<br />
ayudarnos a llenar de valor nuestra vida cotidiana<br />
y aunar a través de la red a todos los que<br />
estamos dispuestos a que nuestros sueños se<br />
hagan realidad de manera sencilla y a<strong>por</strong>tando<br />
nuestro granito de arena. Es el caso también de<br />
www.educalter.org, una red de recursos en educación<br />
para la paz, el desarrollo y la interculturalidad.<br />
Un espacio para compartir recursos que nos<br />
permita seguir llevando adelante el compromiso<br />
web valores<br />
valores<br />
que viajan<br />
<strong>por</strong> la web<br />
Daniel Agustí<br />
con una educación transformadora hacia un mundo<br />
más justo.<br />
Y para un compromiso más directo, no podemos<br />
dejar de visitar www.<strong>por</strong>talunesco.org, que se<br />
ha centrado en la Educación con miras el Desarrollo<br />
Sostenible. Promover el esfuerzo y la participación<br />
es el impulso del Decenio de las Naciones Unidas.<br />
Tocan temas acciones clave como son reducción de<br />
la pobreza, igualdad de sexos, promoción de la<br />
salud, medio ambiente, desarrollo rural, diversidad<br />
cultural, paz y seguridad humana. www.fund-culturadepaz.org<br />
da a conocer la Fundación Cultura<br />
de Paz, que nace para contribuir a la construcción y<br />
consolidación de una cultura de paz <strong>por</strong> medio de<br />
la reflexión, la investigación, la educación y la<br />
acción sobre el terreno.<br />
La cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes<br />
y com<strong>por</strong>tamientos que reflejan el respeto a la<br />
vida, al ser humano y a su dignidad y que ponen en<br />
primer plano los derechos humano, el rechazo a la<br />
violencia en todas sus formas y la adhesión a los<br />
principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia,<br />
así como la comprensión entre los pueblos, los<br />
colectivos y las personas.<br />
57
semana vicenciana vocación misión 2006 2006<br />
servicio<br />
vocacional
servicio vocacional<br />
testimonios<br />
Sor Eveline Franc<br />
Superiora General de la Compañía<br />
de las Hijas de la Caridad<br />
En unas líneas, voy a tratar de contar mi vocación<br />
misionera, pues es una alegría hacer una relectura de<br />
la llamada de Dios y descubrir los caminos <strong>por</strong> los que<br />
la Providencia me fue conduciendo y que me llevaron<br />
a presentar la petición de las misiones ad gentes en<br />
la Compañía de las Hijas de la Caridad.<br />
Desde el día de mi primera Comunión, en 1955,<br />
tuve la certeza que el Señor me llamaba a una<br />
vocación apostólica, a entregarle toda mi vida para<br />
los pobres, para los más pobres, a hacerle la ofrenda<br />
de todo lo que era y de todo lo que tenía. En el<br />
corazón de una niña de siete años, una llamada así<br />
hace nacer una formidable esperanza y una impaciencia<br />
<strong>por</strong> crecer. Algunos años más tarde, se lo<br />
conté a mis padres; <strong>ellos</strong> recibieron mi confidencia<br />
con emoción, animándome sin embargo a discernir<br />
bien esta llamada en la oración. Después me aconsejaron<br />
con firmeza que terminara mis estudios y<br />
que, durante dos años, ejerciera una profesión<br />
antes de presentar mi petición. Yo les agradezco<br />
este tiempo de espera que fue rico en esperanza.<br />
En 1973 llamé a la puerta de las Hijas de la Caridad<br />
de San Vicente de Paúl pues, desde la adolescencia,<br />
había leído regularmente, en una revista misionera<br />
a la que estaban suscritos mis padres, algunos<br />
nombres de Hijas de la Caridad que servían en las<br />
misiones y también gracias a unos artículos sobre la<br />
Madre Guillemin encontrados en la prensa católica<br />
y profana de 1968.<br />
De hecho, desde que tuve conciencia de mi vocación,<br />
la idea de las misiones estaba ya inscrita en filigrana<br />
en el deseo de entregarme al Señor. Comprendí esta<br />
llamada a la misión ad gentes como una gracia suplementaria<br />
y ahora la leo también como una consecuencia<br />
lógica de múltiples influencias.<br />
Mi familia me enseñó a recibir todo de Dios, a dar<br />
testimonio de la Fe compartiéndola con otros.<br />
Además, juntos, recordábamos con orgullo la vida<br />
de tíos y tías misioneros.<br />
Mi ciudad de origen, Lyon, es también una ciudad<br />
misionera: puedo citar rápidamente a Pauline<br />
Jaricot, que tuvo la intuición a partir de 1817 de la<br />
Obra de la propagación de la fe, al origen de las<br />
OPM actuales; a la Sociedad de las Misiones africanas,<br />
fundada en Lyon en 1856, a la Sociedad del<br />
Prado para las Misiones ad intra en 1860, etc.<br />
Desde el momento de mi petición de entrada al<br />
Postulantado de las Hijas de la Caridad, expresé este<br />
deseo de las Misiones y, una vez más, fui invitada a<br />
tener paciencia. Durante la formación inicial, estudiamos<br />
la Exhortación Evangelii Nuntiandi (1975) de<br />
Pablo VI y esta lectura inflamó mi corazón. La descripción<br />
de la misión ad gentes me impresionó:<br />
Pasión <strong>por</strong> Cristo, impulso generoso, testimonio de<br />
alegría, apertura a lo desconocido, servicio de promoción<br />
y respeto del otro. Tuve también la ocasión de oír<br />
a las misioneras, que venían un tiempo de descanso,<br />
hablar de sus vidas cotidianas.<br />
Pero… fui enviada a misión a mi Provincia de Lyon y<br />
durante varios años serví allí, amé a adultos discapacitados,<br />
a jóvenes. Fue una ocasión de crecer en mi<br />
vocación de sierva, de aprender, en medio de alegrías<br />
y dificultades, éxitos y fracasos, a encontrar a<br />
Cristo en los otros. Fue también un largo Adviento,<br />
una espera ferviente de la misión ad gentes cuya petición<br />
renovaba todos los años y que me fue concedida<br />
en 1982. Desde entonces, hasta 1999, con un año<br />
de interrupción, he tenido el privilegio de vivir la<br />
misión ad gentes y he experimentado todo lo que la<br />
llamada de Dios contenía en germen: el céntuplo<br />
59
servicio vocacional<br />
La vocación es una semilla que Dios siembra en<br />
nosotros, pero dándonos la libertad de convertirla<br />
en la clase de árbol que nosotros queramos. <strong>Él</strong> se<br />
compromete a guiamos con su Espíritu a fin de<br />
que su desarrollo sea para nuestra realización<br />
como personas y como cristianos. La vocación es<br />
el llamado amoroso de Dios, lleno de ternura e ilusión,<br />
más intenso que el del padre o la madre que,<br />
al contemplar a su hijito dormido en la cuna, ya<br />
empiezan a soñar en lo que podrá ser cuando<br />
crezca. Juan y Mercedes, mis padres, tenían la ilusión<br />
de que algún hijo o hija de los siete que tuvieron<br />
se consagrara totalmente a Dios. Sin embargo<br />
nunca me lo sugirieron. Pero el clima familiar en<br />
que vivíamos nos llevaba a amar a Dios y a la<br />
Iglesia. Y el testimonio de <strong>ellos</strong>, como padres y<br />
creyentes, me marcó para siempre. La devoción<br />
de mi padre a Santa Tersita del Niño Jesús, patrona<br />
de las Misiones, era tan grande que cuando a<br />
los 21 años les comuniqué mis inquietudes vocacionales,<br />
a ella le encomendó el crecimiento de mi<br />
vocación.<br />
Fue a los 21 años de edad que solicité ingresar en<br />
la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl<br />
<strong>por</strong>que antes me tuve que dedicar a estudiar lo que<br />
fue mi primera vocación: ser maestro. Y durante la<br />
adolescencia y juventud me tuve que dedicar a cultivar<br />
lo que considero, para mi, uno de los valores<br />
más im<strong>por</strong>tantes de la vida: la amistad. Y como no<br />
hay “vocaciones tardías” sino que el Señor es<br />
paciente con el ritmo de cada árbol fue a los 21<br />
años.<br />
¿Cómo conocí a San Vicente? A los 18 años empecé<br />
a ejercer como maestro en la Escuela del Hogar<br />
Nuestra Señora de las Mercedes (Casa Beneficencia)<br />
en Tarragona, mi ciudad natal. La dirigían las<br />
60<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Luis Solé Fa, c.m.<br />
Obispo de Trujillo. Honduras<br />
Hijas de la Caridad. El testimonio de las Hermanas<br />
y el contacto con los niños más pobres fue inquietando<br />
mi vida. Y fue naciendo el deseo de seguir a<br />
Jesús Maestro en el servicio de los más pobres.<br />
Cuando conocí a los PP Paúles en Espluga de<br />
Francolí (Tarragona), y orientado <strong>por</strong> el P. José<br />
Mulet, el árbol de mi vocación fue injertado no sólo<br />
para servir a los pobres sino también para saber<br />
arrancarse de raíz y, cruzando el charco, plantarse<br />
donde la Iglesia, en Honduras, necesitaba refuerzos<br />
misioneros. Debo agradecer el ejemplo de tantos<br />
misioneros paúles que fueron, para mí, instrumentos<br />
del Espíritu Santo en mi caminar vocacional. Es<br />
un caminar que nunca termina la vocación. Es un<br />
árbol que nunca deja de crecer y renovarse en frutos.<br />
San Vicente decía que los pobres nos evangelizan.<br />
Eso ha significado en mi vida la presencia de los<br />
pobres. Me han enseñado lo que no se puede<br />
aprender en los libros. Me han enseñado a encontrar<br />
en mi mismo aqu<strong>ellos</strong> frutos que el Espíritu<br />
pone en cada uno para poder hacer realidad el difícil<br />
reto que nos propone Jesús: encontrarlo a <strong>Él</strong> en<br />
el amor convertido en servicio a los pobres. Al aceptar<br />
el nombramiento de Obispo para la Diócesis de<br />
Trujillo, pensé que mi servicio a esta Iglesia particular<br />
debe estar guiado <strong>por</strong> lo que para Jesús fue el<br />
núcleo de su Misión: “se anuncia a los pobres el<br />
Evangelio” (Le.?, 22)
servicio vocacional<br />
testimonios<br />
Laura Jiménez Sánchez<br />
Postulante de las Hijas de la Caridad<br />
Conocí a las Hijas de la Caridad siendo alumna en el colegio<br />
Regina Mundi de Granada a la edad de 14 años. Cuando<br />
entré ni se me podía pasar <strong>por</strong> la cabeza que el Señor me<br />
iba a mirar a los ojos y llamarme <strong>por</strong> mi nombre para él.<br />
Me apunté a las catequesis con el fin de confirmarme y<br />
nada más. Pero cual fue mi sorpresa...<br />
Conocí el movimiento cristiano J.M.V y me empezó a apasionar<br />
casi sin darme cuenta.Durante los tres años de mis<br />
catequesis para la confirmación, aprendí sobre la religión<br />
cristiana y sobre todo empezé a sentir emociones que<br />
jamás había sentido y todo me llevaba al compromiso.<br />
Éstos que se encontraban en el proyecto personal a lo largo<br />
de estos años pasaron a formar parte de mi vida, no podía<br />
pasar sin estas citas con Dios.<br />
Y... llegó ese día tan esperado: el día de mi corfirmación.<br />
Tenía 18 años. Me sentí muy feliz pues iba a emprender<br />
una aventura... CONOCER MÁS A DIOS, como catequista y<br />
catecúmena, era feliz <strong>por</strong>que iba a dar gratis lo que había<br />
recibido gratis; la palabra de Dios que inundó de Amor mi<br />
corazón. Estaba en busca; preguntaba a Dios ¿Dónde<br />
vives? y con los acontecimientos de la vida me contestaba<br />
“ven y lo verás”. A partir de ahora empecé a conocer más<br />
el carisma de J.M.V, San Vicente, Santa Luisa, el espíritu<br />
vicenciano: los pobres.<br />
El Señor me estaba cautivando, y no podía resistirme, me<br />
estaba danto cuenta que ponía su mirada de Amor sobre<br />
mí.<br />
Cuando hice selectividad quería entrar en la compañía,<br />
claro que aún era una adolescente y me quedaba mucho<br />
<strong>por</strong> conocer en cuanto a los designios de Dios y el “mundo”.<br />
Hacía vida como cualquier otra chica; estudiaba magisterio,<br />
trabajaba, era catequista y catecúmena comprometida,<br />
salía de fiesta con mis amigas y mis amigos y, como no,<br />
también tuve un amigo muy especial que me hizo dudar si<br />
mi camino era ser Hija de la Caridad o no. Pasé <strong>por</strong> el<br />
momento más oscuro de crisis de fe.<br />
No es que en el “mundo” no fuera feliz, pero había otro<br />
camino que también me conquistaba: la llamada de Dios a<br />
ser Hija de la Caridad para servir a los pobres.<br />
Durante los estudios de magisterio empecé a descrubrir mi<br />
sueño de semilla y cuál era el tesoro de mi vida. Me ayudaron<br />
mucho los encuentros vocacionales, prestar servicio<br />
durante el curso y vivir con las Hijas de la Caridad durante<br />
el verano unas tem<strong>por</strong>adas también prestando servicio en<br />
la residencia de ancianos de Granada San Vicente de Paúl.<br />
Fueron sentimientos muy profundos, momentos alegres,<br />
tristes, de duda, soledad y de estar a solas con Dios. Claro<br />
que tenía la suerte de compartir todo ésto con una amiga<br />
que estaba en mi misma situación de discernimiento y con<br />
una hermana que me guió un poquito en mi caminar.<br />
Y... acabé la carrera, el señor me mostró con claridad el<br />
escenario para mi vida, el tesoro de mi vida parecía haberlo<br />
encontrado y el sueño de semilla podía o no hacerse realidad<br />
según la opción que escogiese. Todo dependía de la<br />
respuesta de Amor que yo diera a esa llamada de Amor.<br />
Para que todo se hiciera realidad, como dice el evangelio<br />
vendí todo para comprar el tesoro. No me fue fácil dejar mi<br />
vida pasada; mis padres, mi hermana, mis amigos, salidas,<br />
trabajo. fiestas, etcétera.<br />
Pero di <strong>por</strong> fin el paso, no hace mucho tiempo, en el mes<br />
de María (2005) me enconmendé a ella sin mirar atrás y<br />
emprender mi nuevo camino en la compañía de las Hijas de<br />
la Caridad como prepostulante que comencé el 25 de junio<br />
2005 en Almería - Vera- en un hogar de niños.<br />
Pese a las dificultades que he ido encontrando en el camino<br />
de Dios, buenas para madurar como persona y en la fe,<br />
soy muy feliz, tengo mucha ilusión <strong>por</strong> seguir formándome<br />
para ser de Dios como Hija de la Caridad, no me arrepiento<br />
del paso que he dado.<br />
Animo a las jóvenes que sientan la llamada de Dios, no tengáis<br />
miedo, abrid vuestro corazón. <strong>Él</strong> irá y vivirá con vosotras.<br />
Merece la pena arriesgar, darle la vida a Dios.<br />
¡¡Ahora eso sí que os digo!! hay que venderlo todo para<br />
seguir a Dios.<br />
No hay vocaciones <strong>por</strong>que el señor no llama sino <strong>por</strong>que no<br />
hay respuestas.<br />
61
servicio vocacional<br />
Si bien yo me he criado en una familia cristiana y<br />
siempre he sentido inquietud <strong>por</strong> dedicar mi vida al<br />
Señor, lo cierto es que no acertaba a ver exactamente<br />
en donde podía encajar yo en el amplio<br />
esquema de dedicación personal a tiempo total que<br />
ofrece la iglesia a sus hijos y para sus hijos.<br />
Cuando uno acaba sus estudios universitarios, sale<br />
con la conciencia y el deseo de cambiar el mundo<br />
en el que a uno le ha tocado vivir, y como dicen en<br />
mi tierra, “sales a comerte el mundo”. Pero la realidad<br />
es totalmente opuesta, y si te descuidas, el<br />
mundo te come a ti.<br />
Una vez que trabajas y empiezas a ganar dinero<br />
dejas de ser tan dependiente como en la época de<br />
estudiante y te crees capaz de conseguirlo todo o<br />
casi todo.<br />
La sensación que ello te produce es muy placentera,<br />
adquieres seguridades y empiezas a valorar las<br />
cosas bajo el baremo de UTILIDAD=SATIS-<br />
FACCIÓN, cayendo sin darte cuenta, en una especie<br />
de utilitarismo en el que las cosas son buenas o<br />
malas en virtud de si son útiles y de si me satisfacen<br />
o no. Así mismo, las cosas van teniendo un precio,<br />
y todo es susceptible de ser comprado, vendido<br />
o cambiado.<br />
Se opera en tu interior y en tu exterior un cambio<br />
que, si bien al principio es imperceptible, a la larga<br />
te va arrastrando a un consumismo feroz que solo<br />
sirve para acrecentar tu “ego” y tu bienestar.<br />
Los valores cristianos, y la propia figura de Dios, si<br />
bien no son olvidados, pasan a un segundo plano<br />
ante los brillos que te ofrece el mundo.<br />
62<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Joaquín Estapé García<br />
Seminarista Paúl<br />
Cuando me paraba a reflexionar sobre la vocación,<br />
¿realmente buscaba la respuesta de Dios o me<br />
“fabricaba” yo una llamada que fuera más o menos<br />
cómoda y que no me exigiera demasiadas renuncias?<br />
Yo trabajaba en la planta de ropa de caballeros de<br />
unos grandes almacenes, y la verdad es que me<br />
sentía muy a gusto. Estaba contento pues me permitía<br />
gozar de un “status”, reconocimiento y valoración<br />
<strong>por</strong> parte de jefes, compañeros y clientes,<br />
gozando de fiestas y diversión todo el año. Además,<br />
podía contar con las últimas tendencias de moda y<br />
hogar al alcance de la mano, y siempre renovable<br />
según mis caprichos o la moda del momento.<br />
Estaba contento pero…¿era feliz? Vendía ilusión y<br />
había caído yo mismo en la tela de araña que fabriqué<br />
para los demás.<br />
No, no era feliz. ¿Qué me faltaba? Faltaban en mi<br />
los valores que con tanto esfuerzo mis padres habían<br />
ido edificando durante mi niñez y adolescencia.<br />
¿Dónde habían ido a parar?<br />
Conocí a un P.Paúl en mi parroquia de La Laguna<br />
(Tenerife), Don Pedro Sanz, y él me ayudó a salir de<br />
mí mismo y a mirar a mi alrededor, a encararme con<br />
el mundo.<br />
¿Sería yo capaz de salir de mi?, ¿Sería yo capaz de<br />
reconocer a Cristo en los pobres, de servirles?,<br />
¿Era capaz de dejar de mirar al “otro” en términos<br />
de si va bien o mal vestido, y tratar de acogerle y<br />
ver en su interior?, ¿Acaso lo que se veía, era en<br />
realidad más im<strong>por</strong>tante que lo que permanecía<br />
oculto?
Así es. Esfuerzo me costó “desprogramarme” y ver<br />
que, sin mis trajes y corbatas, desnudo ante el<br />
Señor y ante mis hermanos, podía llegar a ser también<br />
más accesible, más humano, más transparente.<br />
Esfuerzo me costó, y confieso que aún me cuesta,<br />
ponerme ante mis hermanos, mis “alter-ego”,<br />
dejando de juzgar, para tratar de escuchar, dejando<br />
de vivir mi vida para desvivirme <strong>por</strong> la de los<br />
pobres. De acoger. En una palabra, ser uno con el<br />
prójimo.<br />
De vendedor que no calla, he de prepararme para<br />
escuchar y evangelizar. Debo ser creíble no <strong>por</strong> lo<br />
que digo, sino <strong>por</strong> cómo obro, cómo me entrego al<br />
servicio de Cristo en los más humildes, los que no<br />
me pueden dejar beneficio alguno.<br />
servicio vocacional<br />
testimonios<br />
El cristiano, yo como tal, debe ser coherente, con<br />
una total correspondencia entre las palabras y los<br />
hechos. Por eso, pido a Dios fuerzas no para cambiar<br />
al mundo, sino para cambiar yo.<br />
Merece verdaderamente la pena dejarme “vestir”<br />
<strong>por</strong> el Señor. Solo <strong>Él</strong> sabe lo que más me conviene<br />
para cada ocasión. Así, mi “traje” espiritual no ocultará<br />
nada, sino que será la tarjeta de presentación<br />
más auténtica para aparecer ante los hombres; y el<br />
“hábito” mejor para evangelizar a los pobres.<br />
“Esos son los que vienen de la gran tribulación;<br />
han lavado sus vestiduras y las han<br />
blanqueado con la sangre del Cordero.”<br />
(Ap.7, 14-15)<br />
63
servicio vocacional<br />
He sido una de las personas afortunadas que me he<br />
educado en un colegio de Hermanas y que después<br />
en JMV he estado en contacto con ellas y con<br />
Padres Paúles durante muchos años. Me han pedido<br />
que plasme de alguna forma qué ha supuesto<br />
esto para mí y qué visión tengo hoy de la vocación<br />
de la Hija de la Caridad y de Padre Paúl.<br />
La verdad es que cuando miras hacia atrás te das<br />
cuenta de que cada persona es una riqueza con<br />
matices diferentes y que cada una deja su huella<br />
sobre ti, hoy diría más: un regalo de Dios. Yo misma<br />
me miro hoy y reconozco en mí esa suma de singularidades.<br />
Y esa huella inconfundible que te dejan<br />
las hermanas con su estilo de vida puedes apreciarla<br />
en los estilos más audaces o en una hermana que<br />
lleva 40 años haciendo todos los días lo mismo,<br />
Dios es así, rompe una y otra vez nuestros esquemas.<br />
Creo que en una sociedad saturada de todo,<br />
es en los pequeños detalles donde se aprecia sobre<br />
todo la calidad que viene de lo profundo. Hoy quisiera<br />
tener una palabra de reconocimiento para las<br />
muchas acciones calladas diarias que observas en<br />
ellas. Recuerdo detalles como el de una hermana<br />
que regaba y cuidaba las plantas y eso me interrogaba<br />
sobre qué tendría que vivir <strong>por</strong> dentro, pues<br />
si una planta era im<strong>por</strong>tante para ella, cuánto más<br />
la personas... y qué decir de la labor allí donde exista<br />
injusticia, todos conocemos las muchas obras<br />
que Hermanas y Padres desarrollan <strong>por</strong> todo el<br />
mundo como un ejército de comunión con los seres<br />
sufrientes. En general destacaría la tenacidad y la<br />
ecuanimidad, esa capacidad de permanecer sereno<br />
y confiado ante los obstáculos, en la confianza de<br />
que es el Señor quien construye.<br />
Llegados a este punto me parece interesante resaltar<br />
algo de lo que yo misma he experimentado en<br />
64<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
Edurne Urdampilleta<br />
“Faros” en la noche<br />
mi proceso de crecimiento. Si im<strong>por</strong>tante es ya de<br />
adultos rodearse de gente positiva para poder trabajar<br />
a gusto, <strong>por</strong> ejemplo en equipo, esta experiencia<br />
se hace imprescindible cuando eres joven y<br />
andas sediento de marcos de referencia. Recuerdo<br />
especialmente en la adolescencia como si uno sintiese<br />
que tu barca navega a tientas en la oscuridad<br />
y en ese ambiente hostil, las hermanas fueran<br />
auténticos “faros en la noche”. Una podía ser faro<br />
con la cercanía y la sonrisa, otra con la formación y<br />
el discernimiento, otra simplemente “al saber estar<br />
con los jóvenes” dedicando ATENCIÓN auténtica, y<br />
con todos estos detalles que aparentemente pasaban<br />
desapercibidos te estaban dando grandes lecciones<br />
de humanidad y divinidad: como que las personas<br />
somos im<strong>por</strong>tantes para Dios, esa siempre ha<br />
sido la mejor catequesis, la del ejemplo. Luego ese<br />
saber dedicar tiempo a los jóvenes es uno de los<br />
méritos que siempre les he aplaudido en una sociedad<br />
que sólo valora lo rápido y productivo, es predicar<br />
tozudamente la dinámica de lo dado, de lo<br />
gratuito. Esta sencillez es un indicio de originalidad,<br />
nos acerca a Dios y cuestiona nuestras complejidades.<br />
Y entonces me pregunto, si esto ya era necesario<br />
hace décadas ¿cuánto no lo será hoy que<br />
otros muchos se quieren apuntar a ser falsos faros<br />
y encima con precio?<br />
En aqu<strong>ellos</strong> años supongo que simplemente absorbía<br />
como una esponja, pues grande era también mi<br />
sed. Y hablando de sed, fueron también las hermanas<br />
las que despertaron la sed de ese “algo más”,<br />
con los años apreciaría mejor el valor de este regalo.<br />
Y desde las primeras convivencias instauraron<br />
en mí ese ritmo entre “acción y quietud”, esa quietud<br />
que no es pasividad, sino donde se recupera la<br />
fuerza, la sabiduría y el discernimiento.<br />
Sobre todo creo que las personas de vida consagra-
da te enseñan a ser caricia de Dios para los demás<br />
¿cómo seguir siéndolo? Con la palabra o<strong>por</strong>tuna, al<br />
salir al paso de la necesidad, al dedicar el tiempo,<br />
al buscar soluciones, consolar, revelarte dónde se<br />
haya Dios en cada circunstancia guiñándote un ojo<br />
de complicidad... ¿conoce alguien algún oficio que<br />
se empeñe en tan elevada tarea?<br />
Hay otro rasgo inconfundible que no pasa de moda<br />
con los años, es la BONDAD. Cuando te has topado<br />
con la bondad de una persona que da su vida en<br />
pura donación, está claro: Dios tiene que andar<br />
cerca, ¿quién sino puede impulsar un fuego así? Y<br />
cuánta necesidad tiene esta sociedad nuestra de<br />
desmontar que “vivir para uno mismo” no tiene<br />
futuro y que no provoca más que sufrimiento. Una<br />
sociedad sin personas dedicadas a cuestionar con<br />
sus vidas que existe una forma de liberarse del ego<br />
(egoísmo) es una sociedad triste, una sociedad que<br />
ha perdido el rumbo y que queda a merced de<br />
modas que desengañan.<br />
La sociedad anda buscando respuestas y creo que<br />
hoy más que nunca hay que hablar alto y sin complejos<br />
de lo auténtico, <strong>por</strong>que no hacerlo acarrearía<br />
mucho sufrimiento. Hoy no sólo es im<strong>por</strong>tante qué<br />
tarea se desarrolla sino más “el cómo” y el “desde<br />
servicio vocacional<br />
testimonios<br />
dónde se hace” y es ahí donde las personas de vida<br />
consagrada dan el do de pecho. Por eso quiero acabar<br />
con una cita de Tomas Merton que creo expresa<br />
bien la im<strong>por</strong>tancia de expresar alto y claro que<br />
las opciones <strong>por</strong> Dios no pasan de moda y <strong>sigue</strong>n<br />
siendo necesarias en una sociedad cada vez más<br />
fragmentada.<br />
“Cuanto más capaces somos de trabajar con espíritu<br />
desinteresado, más nos acercamos a trabajar <strong>por</strong><br />
Dios en lugar de <strong>por</strong> nosotros mismos, y menos<br />
tensión generamos en nuestro sistema nervioso.<br />
Cuando vivimos desde Dios no nos preocupan tanto<br />
las cosas, no nos confundimos ni agotamos tanto.<br />
Cuando estamos agotados, perturbados y obsesionados<br />
<strong>por</strong> un trabajo que parece ir mal, quiere decir<br />
que estamos trabajando para nosotros mismos y<br />
estamos sufriendo las consecuencias. Pero cuando<br />
trabajamos centrados en Dios (ser contemplativos<br />
en la acción) trabajamos con una facilidad que nos<br />
plasma, parece que Dios nos elimina los obstáculos<br />
y nos hace la mitad del trabajo.”<br />
Creo que si fuésemos más conscientes de lo que<br />
esto significa debiéramos inclinarnos con respeto y<br />
agradecimiento cada vez que nos cruzásemos en la<br />
vida con algún Padre o alguna Hermana.<br />
65
semana vicenciana vocación misión 2006<br />
recursos
OBJETIVOS<br />
• Que el niño sea capaz de descubrir que es mensajero<br />
de amor para los necesitados.<br />
• Que el niño sea capaz de valorar el esfuerzo y el<br />
trabajo para conseguir entre todos un mundo<br />
mejor.<br />
DESARROLLO<br />
ACTIVIDAD 1<br />
• Lectura del cuento <strong>por</strong> parte del profesor.<br />
• Explicación y comentario con los niños.<br />
Comenzamos con un cuento<br />
Papá Dios había pasado una mala noche, estaba<br />
nervioso, inquieto, había oído gritos en la calle,<br />
peleas de niños, insultos de mayores y no se podía<br />
dormir. Se puso a pensar quién le podría ayudar.<br />
Cogió su agenda de teléfonos y buscó amigos que<br />
sabía que no le dirían que no.<br />
Al primero que llamó fue a su Hijo Jesús. Era muy<br />
de noche pero no le im<strong>por</strong>tó salir corriendo. <strong>Él</strong> también<br />
estaba triste <strong>por</strong>que el mundo no se quería.<br />
Pensó en dos amigos muy especiales: Vicente de<br />
Paúl y Luisa de Marillac. Cogió su móvil y los llamó.<br />
Que contentos se pusieron. Su mayor ilusión seguía<br />
siendo trabajar para conseguir un mundo mejor.<br />
Vicente y Luisa quedaron en el parque y empezaron<br />
a jugar con la gente que allí había.<br />
Los primeros en apuntarse al juego del amor fueron<br />
un pobre y un enfermo. El juego consistía en pasarse<br />
el caramelo de la paz, el chupachús del cariño,<br />
la gominola del compartir, la chocolatina del esfuerzo<br />
y la piruleta del trabajo. No te lo podías quedar<br />
para ti, había que compartirlo. Pronto Vicente y<br />
Luisa estaban rodeados de niños, ancianos, pobres,<br />
enfermos y presos.<br />
Se lo pasaron genial y hubo golosinas para todos.<br />
De pronto se acordaron de que Papá Dios les nece-<br />
sitaba, los había llamado. Debían ir <strong>por</strong> todo el<br />
mundo para que ya no hubiera en ningún país, más<br />
gritos en la calle, ni peleas de niños, ni insultos de<br />
mayores. Por eso decidieron unirse todos, para llegar<br />
así más lejos, para darles la mano a todos los<br />
que se fueran uniendo, con el único deseo de<br />
hacerles felices.<br />
Tú eres un mensajero del Papá Dios y cuentas con<br />
la ayuda de Vicente de Paúl y Luisa de Marillac.<br />
Durante esta semana pasa muchos caramelos de la<br />
paz, chupachuses del cariño, gominolas del compartir,<br />
chicles del esfuerzo y piruletas del trabajo.<br />
Estate muy atento <strong>por</strong>que si hoy, Papá Dios, ve un<br />
niño que grita, o se pelea, o empuja , o insulta, el<br />
Papá Dios, Jesús, o los amigos Vicente y Luisa<br />
puede que te llamen para que tú les ayudes. Si te<br />
llama ayúdale y pasa todas estas golosinas.<br />
ACTIVIDAD 2<br />
• El profesor/a debe tener 1 caramelo, 1 chupachús,<br />
1 gominola, 1 chocolatina y 1 piruleta. Por<br />
sorteo nombrará a 5 alumnos de la clase, que serán<br />
premiados con estos regalos pero no serán para<br />
<strong>ellos</strong>. Para vivir el valor del compartir, estos niños<br />
elegirán a su vez a otros 5 niños para recibir las<br />
golosinas. Los papeles de los caramelos pueden ser<br />
pegados en una bolsa del amor (Anexo 1) o en el<br />
caramelo del compartir (Anexo 2) (ver dibujo<br />
adjunto) donde quedará reflejado nuestras buenas<br />
acciones durante la semana vocación misión. Si te<br />
parece interesante esta actividad puedes repetirla<br />
pero que en este caso sean los niños quienes traigan<br />
las golosinas para seguir compartiendo..<br />
ACTIVIDAD 3<br />
recuursos<br />
actividades niños<br />
(Dibujo del mundo y la Familia Vicenciana.)<br />
(Anexo 3)<br />
• Cada día los niños tendrán una visita sorpresa,<br />
que será hecha a través de una fotocopia ampliada<br />
de los distintos personajes para toda la clase.<br />
Además cada niño tendrá una fotocopia del dibujo<br />
67
actividades niños<br />
final. (Mundo y todos los personajes ya unidos)<br />
Distribución de la semana:<br />
LUNES (Anexo 4)<br />
Visita de Jesús. Recordad quien es y que vino a<br />
hacer. Después de la visita y la explicación, el niño<br />
debe colorear en su fotocopia a ese personaje únicamente<br />
y así todos los días con las distintas visitas.<br />
MARTES (Anexo 5)<br />
Visita de Vicente de Paúl y Luisa de Marillac. Contad<br />
algo de su vida o alguna anécdota.<br />
MIÉRCOLES (Anexo 6)<br />
Visita de un pobre y un enfermo. Explicad que son<br />
personas muy queridas <strong>por</strong> los tres personajes<br />
anteriores. (Servicio a los Pobres).<br />
JUEVES (Anexo 7)<br />
Visita e introducción de nosotros mismos en la<br />
68<br />
semana vocación misión vicenciana 2006<br />
ficha. Recordad que Jesús <strong>sigue</strong> pidiendo nuestra<br />
ayuda. En este caso, además de pintar a los dos<br />
niños que nos representan deberán escribir su propio<br />
nombre y el de algún compañero debajo de las<br />
dos figuras.<br />
VIERNES (Anexo 8)<br />
Visita de un preso y un anciano. Recordad que la<br />
Familia Vicenciana (Hijas de la Caridad, Paúles,<br />
Voluntarias, JMV…) debemos dar respuesta al<br />
mundo de los marginados y tenerlos en cuenta<br />
como si fueran nuestra familia.<br />
El trabajo, el esfuerzo y la constancia del profesor<br />
se verá si todos los niños terminan y colorean toda<br />
su ficha<br />
TALLER REALIZADO POR:<br />
Mª Ángeles Martínez del Sol, Josefina<br />
Estévez Montemayor, Ana Mª Rodríguez<br />
Paradela. Dibujos: Arturo Peral
anexo 1<br />
anexo 3<br />
anexo 2<br />
actividades niños<br />
testimonios<br />
69
actividades niños<br />
anexo 4 anexo 5<br />
70<br />
semana vocación misión vicenciana 2006
actividades niños<br />
testimonios<br />
anexo 6 anexo 7<br />
71
actividades niños<br />
anexo 8<br />
72<br />
semana vocación misión vicenciana 2006