por ellos sigue llamando Él - Covide-Amve

oración para cada día
LECTOR 1:
Vamos a escuchar atentamente la letra de una canción:
LECTOR 2:
42
“ Somos ciudadanos de un mundo
que necesita el vuelo de una paloma
que necesita corazones abiertos
que está sediento de un agua nueva.
Por eso estamos aquí
conmigo puedes contar
y dejaré mi equipaje a un lado
para tener bien abiertas las manos
y el corazón lleno de sol”
Aunque casi nunca son noticia, la vida de muchos
hombres y mujeres de nuestros días encaja con la
letra de esa canción. Con el corazón abierto, ligeros
de equipaje, con las manos dispuestas a colaborar
en cualquier tarea y en cualquier lugar, jóvenes y
no tan jóvenes, dedican pare de su tiempo o toda
su vida, a crear un mundo nuevo, levantado por la
fuerza del amor.
Son hombres y mujeres con el corazón abierto al
Espíritu de Dios, son los misioneros, que se sienten
enviados desde el evangelio de Lucas, que dice:
“Designó el Señor a otros setenta y dos y los envió
por delante de dos en dos a todas las ciudades
donde él debía ir. Y les dijo: -La mies es abundante
pero los trabajadores son pocos. Rogad pues al
dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies”
(Lc 10,1-2)
semana vocación misión vicenciana 2006
quinto día
LECTOR 3:
Cuando se habla con un misionero/a siempre sorprende
su alegría, su cara de felicidad, saben que
están ayudando a vivir a muchas personas, que
están llevando esperanza y sentido a la vida de
muchos hombres.
Se sienten respaldados por Dios que les llamó, y
nunca les abandona en la tarea de llevar Su Reino
a todos los rincones de la tierra.
LECTOR 1:
Decía San Agustín: “Nos hiciste Señor para ti y está
inquieto nuestro corazón hasta que descanse en ti”
Los misioneros buscaron a Dios y lo encontraron,
sintieron su llamada y respondieron generosamente,
unos dedicando su tiempo de verano a colaborar
en proyectos de misión, otros ofreciendo uno o
dos años de su vida. Los más valientes y generosos
toda su vida.
Nosotros:
¿Qué estamos dispuestos a hacer?
¿Qué sentido vamos a dar a nuestra vida?
Le pedimos a María que nos ayude, y nos guíe en
cada uno de los pasos que demos en nuestra vida.
Le decimos:
¡Oh María sin pecado concebida!
TODOS: Ruega por nosotros que recurrimos a ti