por ellos sigue llamando Él - Covide-Amve

LECTOR 1:
Continuamos conociendo a Santa Luisa, nunca se
pierde el tiempo aprendiendo de los santos, a través
de ellos se transparenta la inagotable riqueza
de Dios.
Luisa de Marillac ayuda a Vicente de Paúl en su
dedicación a los más pobres desde 1629, recorre
las carreteras de Francia reuniendo a las Cofradías
de la Caridad, las anima e instruye; enseña la doctrina
a los niños; crea escuelas, nombra maestras...
A sus cuarenta años después de adversidades,
Luisa está dispuesta a cumplir su obra, con Vicente
va a realizar algo muy nuevo: la alianza entre la
vida de perfección del claustro y la vida activa de la
caridad. Ante las dificultades que se encuentran las
Damas de las Cofradías, Vicente y Luisa descubren
que es urgente crear una sociedad formada por
mujeres sencillas acostumbradas a todas las tareas,
con total disponibilidad para el servicio a los más
pobres. Así en el año 1633, nacen las Hijas de la
Caridad.
LECTOR 2:
Luisa les da una formación espiritual, moral, práctica,
las reúne para escuchar las conferencias de San
Vicente.
Se encargan de los niños abandonados con los que
se está empezando a traficar a las puertas de la
catedral de Nôtre Dame. Santa Luisa crea una casa
de acogida para ellos, demostrando un gran sentido
de la organización y un interés constante.
La educación de niños y niñas no llega a los más
pobres, Luisa se hará cargo de ello, para la educación
cristiana compondrá un catecismo sencillo para
cuarto día
oración para cada día
ayudar a sus hermanas. Para el aprendizaje de la
lectura recomienda que se utilicen tableros para
disponer en ellos las letras del alfabeto. La costura
y el encaje no quedan en el olvido.
LECTOR 3:
Al mismo tiempo, Luisa está en otros frentes:
Manda a las Hijas de la Caridad a los hospitales, a
visitar los galeotes, a atender a los ancianos, a
socorrer las poblaciones víctimas de la guerra, a
curar a los enfermos en los campos de batalla...
¿De dónde saca fuerzas Luisa? Ella, artista, mujer
intelectual, con una cultura humanista y religiosa,
es una gran mística, cada día más, su vida interior
se hace oración.
Y en actitud de oración escuchamos y hacemos
nuestras las palabras de Santa Luisa:
LECTOR 1:
“Debemos dejar obrar plenamente la gracia que el
Espíritu Santo quiere derramar en nuestro ser, para
disponernos a hacer la voluntad de Dios que debe
ser nuestro único deseo”
Luisa siente un gran cariño por la Virgen María, a
ella le pedimos:
¡Oh María sin pecado concebida!
TODOS: Ruega por nosotros que recurrimos a ti
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