por ellos sigue llamando Él - Covide-Amve

Ella fue “la primera” que abrió el camino a las
demás. Fue el ideal y el modelo de la Hija de la
Caridad.
Empezó a servir a los pobres en la “primera Caridad
de París”, en la parroquia de San Salvador. Al poco
tiempo hacía falta que volviera a Villepreux, donde
permaneció un año. Vuelve a París para trabajar en
las parroquias de San Nicolás-du-Chardonnet y San
Benito. Su caridad la llevó hasta el extremo. Muere
en el Hospital de San Luis contagiada por la peste
por darle su cama a una pobre mujer enferma y sin
recursos. Tenía 39 años.
Son muy pocos los datos que tenemos sobre ella.
San Vicente hablará de ella en seis Conferencias a
las Hijas de la Caridad, presentándola como “la primera
que tuvo la dicha de mostrar el camino a las
demás.” San Vicente también dirá de ella: “Todo el
mundo la quería porque no había nada en ella que
no fuera amable”. (San Vicente, julio de 1642).
Una vez leído el mismo constataremos si los chicos
y chicas han captado el mensaje que se ha querido
transmitir: entregar la vida por los demás hasta llegar,
incluso, a perderla por amor.
Invitamos a que ellos y ellas pongan ejemplos de
personas que, a lo largo de la historia, hayan trabajado
por la consecución de la justicia y la caridad en
el mundo.
Sugerimos que se utilice alguno de los vídeos o
DVDs de los que disponemos en nuestras comunidades
y en los que se presenta la labor misionera
de los PP. Paúles o Hijas de la Caridad en países de
misión. Otra idea puede ser la de utilizar los “power
points” que se han elaborado con imágenes de
Mozambique.
4. COMPROMISO
Todo lo que hemos hecho en esta catequesis no se
puede quedar en palabras, imágenes y papeles.
Sabemos que hemos de llevarlo a la vida. ¿Cómo
voy a hacerlo yo? ¿Qué me propongo?
5. CELEBRACIÓN
servicio pastoral
catequesis juveniles
Canto:
Jesús está entre nosotros (Cancionero JMV 4.9)
Presentamos al Señor las imágenes que hemos trabajado
–ésas que nos hablan sólo de pobreza y
esas otras en las que PP. Paúles e Hijas de la
Caridad sirven a los Pobres-. Oramos por cada una
de ellas y le agradecemos al Señor que en la Iglesia
existan personas como los Misioneros Paúles o las
Hijas de la Caridad, que escuchando la voz de Dios
que los llamaba a servir a los Pobres han encontrado
la verdadera Felicidad. Pedimos también al
Señor que chicos y chicas descubran a qué les
llama Dios y que sean decididos en seguirle.
A modo de salmo leemos todos juntos Is 1, 10-18,
texto en el que Dios exige de nosotros la compasión
para el prójimo en situación de sufrimiento:
Escucha la palabra del Señor:
¿De qué me sirven todos vuestros sacrificios?
Nadie os pide que vengáis a mí,
a pisar los atrios de mi templo,
trayendo ofrendas vacías.
No aguanto fiestas mezcladas con delitos.
Cuando extendéis las manos para orar,
aparto mi vista;
aunque hagáis muchas oraciones no las escucho,
pues tenéis las manos manchadas de sangre.
Lavaos, purificaos,
apartad de mi vista vuestras malas acciones.
Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien.
Buscad el derecho, proteged al oprimido,
socorred al huérfano, defended a la viuda.
Luego venid.
Aunque vuestros pecados sean como escarlata,
blanquearán como nieve;
aunque sean rojos como púrpura, quedarán como
la lana.
Si obedecéis y hacéis el bien,
comeréis los frutos de la tierra.
Lo ha dicho el Señor.
Acabamos cantando “La voz de los sin voz”
(Cancionero de JMV 5.83)
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