EL PAPEL DE LA MÚSICA POPULAR EN LA FACULTAD ... - iaspm-al

Florentino Camacho - Lourdes R. Díaz - Andrea Lissett Pérez
Colombia
El papel de la
música popular en la
Facultad de Educación y
Artes del Conservatorio de Tolima
Recreando la historia
Tradicionalmente en el Conservatorio del Tolima se han privilegiado las llamadas
“músicas cultas”, como fuente principal de enseñanza y de interpretación musical. Era no
sólo mal visto sino cohibida la inclinación espontánea de estudiantes y docentes de
recrear los aires musicales populares. Son múltiples las historias que recuerdan cómo
tenían que esconderse para interpretar un pasillo, un bolero, una tonada de salsa, una
canción romántica. Hagamos memoria.
En la década de los cincuenta, llegó a Ibagué, un joven llamado Emilio Díaz
Granobles, “chapitas” como le decían sus amigos, hijo de un músico chaparraluno 1 .
Estudió en el Conservatorio del Tolima, donde se desempeñó como solista barítono del
Coro del Tolima y profesor de solfeo. Conformó un trío denominado Los Sureños que
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Nota del editor. Se llama chaparraluno a las personas oriundas de Chaparral, población del Departamento
de Tolima.

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El papel de la música popular en la Facultad de Educación y Artes
interpretaba música colombiana y boleros de la época. Él recuerda que para poder
ensayar se tenían que encerrar en un saloncito. Cuando los directivos los encontraban
ensayando en ese lugar los regañaban porque ahí no se podía interpretar esa música. Lo
irónico es que cuando la institución los necesitaba para algún acto social los llamaba y los
presentaba como trío.
Daniel Oviedo, músico violinista, profesor de Audioperceptiva e intregante de la
orquesta sinfónica del Conservatorio, recuerda que cuando él era alumno “era tan fuerte
la prohibición de la música colombiana, por parte de los maestros italianos de aquella
época, que en los estudiantes se marcaba aún más el deseo de ejecutarla”. Recuerda con
mucho cariño al maestro colombiano Antonio Baquero, quien por los años sesenta
conformó un grupo de cámara con cuatro violines con acompañamiento de piano, cuyos
integrantes, después de arduos ensayos, organizaron una audición de música colombiana
en la sala “Alberto Castilla”, lo cual fue una proeza porque estaba prohibida la
interpretación de esta música en la sala. Desde esa época comenzó a componer
pequeñas piezas musicales inspiradas en la música popular colombiana, las cuales han
sido introducidas lentamente a la enseñanza musical en la institución.
Amparo Botero, actual concertino de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio del
Tolima, recuerda que en los años setenta cuando era estudiante:
“Alguna vez estaba en su aula de estudio tocando chaflán y algo de boleros;
cuando un profesor entró y le dijo con voz enérgica y recia: ¿por qué no está
estudiando?, pues estudiar era solo tocar escalas, ejercicios y métodos, nada
que tuviera que ver con el goce personal instrumental”.
Esta es la historia de la celosa tradición musical (de corte clásico y origen europeo)
que se impone en la institución, haciendo negación y prohibición de la música popular,
llegando a penalizar a quienes se arriesgaban a interpretarla con castigos que iban desde
las amonestaciones verbales hasta quitar el instrumento por varios días, dejarlos en el
colegio después de la salida (de cinco a seis de la tarde) o, escribir frases en un
cuaderno: “no debo tocar música popular”.
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Como en todas las realidades culturales que son negadas desde la oficialidad,
pero que son imposibles de borrar de la vida cotidiana por decreto, se siguen
produciendo, desde la clandestinidad, desde los salones cerrados, desde los grupos
musicales particulares, desde las tonadas contenidas en las gargantas por los jóvenes
escolares. Pero, probablemente lo más paradójico de esta situación, no son los jóvenes
que se obstinan en la búsqueda musical de lo popular; es que la institución, sin poderse
abstraer del contexto social, debe utilizar para eventos regionales e incluso para mostrar
en el extranjero, la interpretación de la música tradicional colombiana, a través de los
coros, de la banda, de la misma orquesta sinfónica, y en casos especiales recurriendo a
los grupos de estudiantes y profesores que hacían este tipo de música.
La transformación de esta mentalidad no ha sido lenta, ha sido repentina, reciente,
coyuntural. ¿Qué aspectos influyen? ¿Cómo se produce este cambio? En primer lugar,
las dificultades económicas que limitan la contratación de docentes musicales extranjeros
y que conducen al ingreso de profesores egresados de la institución, los cuales se
debaten en esta historia de negación y de osadía estudiantil. Son ellos mismos portadores
de esta ambigüedad musical entre lo clásico y lo popular. En segundo lugar, la coyuntura
especial que se vive a finales de los años ochenta, con la proximidad del cumplimiento de
los 500 años del “descubrimiento de América”, que propicia entre otros aspectos, un
nuevo ambiente ideológico frente al reconocimiento y la reivindicación de las identidades
locales y étnicas. Este es el nuevo escenario en el que se puede pensar la cultura y la
música popular que, con todas sus limitaciones implícitas, es un hecho innegable que la
música tradicional cobra vida y espacio institucional.
Sin embargo, su enseñanza y desarrollo musical queda reducido a las cátedras de
folklor (desde la perspectiva de hechos y objetos que deben ser retenidos en el espacio y
en el tiempo), a trabajos aislados de investigación de músicas campesinas y a los eventos
sociales. Las metodologías musicales y el aprendizaje instrumental sigue intacto,
prevalecen los planes de estudio rígidos, diseñados por los músicos extranjeros, en
especial los provenientes del Conservatorio de Santa Cecilia de Roma, en los cuales se
privilegia el método por el método y el repertorio de música clásica.
Actas del III Congreso Latinoamericano de la
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El papel de la música popular en la Facultad de Educación y Artes
Son casos especiales, y personalizados en los que algunos docentes (como el
maestro Daniel Oviedo, Germán y Florentino Camacho, Alberto Zamudio, entre otros),
trascienden de la contemplación retórica de la música tradicional colombiana e irrumpen
en el aula de clase con arreglos, composiciones y adaptaciones, en donde este saber
empieza a convertirse en un recurso pedagógico.
Pese a los avances dados, a la despenalización de la expresión musical y en
general a la apertura institucional, la música popular seguía siendo restringida. Sólo se
dimensionaba desde lo tradicional y desde enfoques folklóricos, se desconocían todas las
otras manifestaciones contemporáneas de la música popular, que hacen parte
fundamental del legado de las nuevas generaciones.
Esta nueva mirada tiene cabida con el inicio de la licenciatura en música,
programa que empezó a funcionar a mediados de los años noventa, y que por sus
características especiales trae nuevas dinámicas a la institución. En especial frente al
encuentro de diversas experiencias y gustos musicales. La mayoría de sus estudiantes
llegan sin conocer la grafía musical, aunque son talentosos y algunos de ellos interpretan
instrumentos musicales de manera empírica; otros, conforman agrupaciones donde se
interpretan temas de diferentes géneros como el rock, el pop, el rap y la música metálica
y, un importante sector hace parte de grupos religiosos en donde la música cumple un
papel significativo. Esta realidad de los jóvenes, unida a un programa de estudio que
requiere de nuevas búsquedas metodológicas, puesto que la tendencia del Conservatorio
era la educación clásica instrumental y no pedagógica, posibilita la creación de espacios
académicos más flexibles, más permeables con la diversidad musical y el reconocimiento
de lo popular.
La música popular se empieza a vivenciar, nacen en la Facultad grupos de jazz y
de salsa gestados en trabajos extracurriculares. Es una realidad, se siente en los pasillos,
contagian las aulas, los estudios solitarios y las creaciones grupales. Pero, tampoco es
suficiente con un nuevo ambiente de permisibilidad frente a lo musical popular, ni con
incorporar en repertorios aires populares, aún el Conservatorio del Tolima sigue fiel a las
escuelas clasicistas y a los anhelos europeizantes de los otrora directores y docentes
musicales extranjeros. Estas experiencias (la de los estudiantes de la licenciatura y de los
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docentes que incorporan estudios de música tradicional colombiana) no dejan de ser
marginales dentro de la estructura educativa de la institución. La ruptura real con el
tradicionalismo tiene que darse con propuestas que desarrollen teórica y
metodológicamente nuevas formas de abordar las múltiples formas y contextos de
manifestación musical y cultural, en donde lo popular tiene un lugar destacado,
académico, no anecdótico o tangencial.
Hablemos del currículo
Estamos afirmando entonces que para lograr una verdadera ruptura con el
“tradicionalismo y la exclusión musical” se requiere de una renovación académica y
pedagógica de la propuesta educativa de la institución. Es decir, una reestructuración
curricular en donde se integren de manera sistemática estos nuevos paradigmas. Y este
es, justamente, parte del problema en que se debate el proceso de construcción
curricular: su contradicción entre las antiguas estructuras y nuevos enfoques; debate que
se ha caracterizado históricamente, tal como lo afirma Holmes: “por sus sucesivos
conmociones y conflictos, ya que siempre existe la posibilidad de poner en entredicho sus
fines, creencias, valores, supuestos, metáforas, orientaciones, etc., que determinan su
finalidad y su significado” 2 .
La reestructuración curricular es una necesidad para generar nuevas formas del
quehacer educativo. Así es interpretado por el Conservatorio y, a partir de la dinámica
gestada por el proceso de Acreditación Previa, en donde todas instituciones de educación
superior con programas de formación de docentes deben pasar por la verificación de su
calidad académica y su capacidad institucional, según el Decreto 272 de 1998, se inicia
desde comienzos del año pasado el proceso de Renovación Curricular.
Este proceso convoca a los diferentes sectores de la comunidad educativa y se
hace una reflexión conjunta frente a las preguntas centrales de ¿Qué queremos? ¿Qué
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El papel de la música popular en la Facultad de Educación y Artes
clase de personas se están formando? ¿A qué necesidades socio culturales está
respondiendo su proceso formativo?. En estas miradas múltiples se empieza a gestar una
nueva propuesta curricular en donde tenga cabida lo diverso, lo local, lo global, lo
tradicional, lo contemporáneo, en fin todas aquellas expresiones que forjan nuevas formas
de identidad.
El currículo de la
licenciatura en música
El primer currículo de la licenciatura en música (aprobado por el ICFES en 1992)
fue diseñado de acuerdo a los parámetros tradicionales de la institución. Es decir, bajo las
orientaciones metodológicas y conceptuales de los modelos educativos foráneos.
Posteriormente, en la reestructuración del año 1997, se hace una orientación con una
perspectiva pedagógica y humanística más enriquecedora. No obstante, lo popular,
seguía enmarcado dentro de lo folklórico (tiene dos asignaturas a lo largo de la carrera) y,
como tímidas manifestaciones en repertorios, montajes y composiciones.
Realmente, la dinámica cultural gestada al interior de la Facultad, a partir de las
diversidades musicales que se encuentran, de la flexibilización pedagógica y en general
de la apertura educativa que se vive en la licenciatura, empieza a ser acopiada de una
manera más estructurada en el proceso de renovación curricular que inicia la institución
(semestre A del 99) bajo los requerimientos del Decreto 272 de la Acreditación Previa. Se
acoge una estructura curricular fundamentada en la concepción de los “ambientes
educativos y de los núcleos integradores de problemas” 3 . Una propuesta que concibe una
2
Ver “Un proyecto social para el currículo”, de Cleo Cherry Holmes, Revista de educación, N° 282, de
1987, Madrid, p. 31.
3
Este modelo curricular no es nuevo, lleva más de una década en investigación por parte de importantes
pedagogos, docentes e investigadores, interesados en desarrollar propuestas curriculares que mejoren y
fortalezcan la calidad de la educación del país. En especial tenemos que mencionar al doctor Rafael
Rodriguez, docente de la Universidad Pedagógica y miembro de la Comisión Nacional de Acreditación,
asesor principal del proceso de renovación curricular del Conservatorio del Tolima, quien teoriza y
esquematiza las pautas esenciales de este modelo desde comienzos de los años noventa, que sirven de
base para la formulación de la Estructura Curricular del Conservatorio. Ver en detalle el artículo: Enfoques
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educación basada en la calidad, en donde la inter y transdisiciplinaridad propicia la
construcción de seres sensibles, críticos y creativos, que además de utilizar la música
como medio de expresión y comunicación, comporten los elementos esenciales de un ser
humano integral.
En esta Estructura se contemplan cuatro componentes básicos: “los ambientes
educativos” entendidos como escenarios de relaciones en donde se genera la
aprehensión del saber y el desarrollo de un ethos frente a la vida, “los campos de
formación” en donde se articulan los momentos del desarrollo del estudiante, “los núcleos
problemáticos” integradores de conocimientos que surgen a partir de necesidades y
problemas de la comunidad educativa y de la sociedad en general, y “los ejes
curriculares” que orientan y direccionan el proceso formativo del estudiante en el ámbito
de los valores.
currículares para el siglo XXI. En Revista educación y cultura, N° 30 de julio de 1993. Editorial Fecode,
Santafé de Bogotá, pp. 13-23.
De igual manera al doctor Nelson Ernesto López y su equipo de coinvestigadores, quienes, desde 1989
adelantaron un estudio sobre el currículo en la educación superior a partir de su trabajo: “Currículo y
calidad de la Educación Superior de Colombia”. Trabajo del cual surge la propuesta de Reestructuración
Curricular en donde plantea la creación de un modelo pedagógico integrado que sirva de dinámica al
proceso de encuentro de saberes. Ver el texto: Reestructuración curricular de la Educación Superior,
editado por el ICFES y la Universidad Surcolombiana.
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El papel de la música popular en la Facultad de Educación y Artes
Cómo se articula la
música popularen el nuevo currículo
Reconocimiento y
potencialización pedagógica
Desde esta perspectiva, el proceso de aprendizaje parte del “reconocimiento” de lo
que se tiene, de lo que se sabe, de lo que se piensa, de los patrones culturales y de los
gustos, de las concepciones, de las teorías y de las prácticas musicales que trae el
estudiante, que porta el docente y que cuenta históricamente la institución.
El primer paso entonces es reconocerse mutuamente, tener conciencia del legado
social, cultural y musical de los diferentes actores y ámbitos en que se va a desenvolver el
acto educativo. Pues no existen tablas rasas ni verdades absolutas ni saberes
completamente objetivos que se transmitan mecánicamente al estudiante, lo que se
presenta en el aula de clase es un encuentro múltiple de saberes y expectativas, que de
acuerdo al enfoque pedagógico que se de, se convierte en una limitante, en una
frustración o en una potencialidad de crecimiento y construcción del conocimiento.
Consideramos que el reconocimiento inicial debe partir desde tres realidades: la
música clásica que ha sido tradicional en la institución y que debe convertirse en una
fortaleza del proceso, pues ahí está su legado, su experiencia y su desarrollo pedagógico;
las músicas populares contemporáneas que traen los estudiantes (rock, pop, rap,
metálica, baladas, etc) y de las cuales se pueden potenciar muchas formas de
aprovechamiento, recreación y desarrollo académico y; la música tradicional colombiana o
folklórica que comparten algunos docentes y estudiantes y que permite interesantes
procesos de contextualización histórica y trabajo pedagógico.
La posibilidad de ampliar el horizonte musical y cultural del aprendizaje a través de
este “reconocimiento” permitirá enriquecer la reflexión pedagógica, el debate académico y
conceptual, estimular la creatividad y fundamentalmente hacer del saber algo significativo
y productivo en la vida de los estudiantes y docentes.
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La investigación de las
expresiones músicales populares como
fuente del trabajo académico pedagógico
La música tradicional y popular,
fuente de datos para el desarrollo teórico, técnico y académico
A través de los años la música tradicional y popular tolimense ha sido estudiada
con un enfoque folclórico con fines prácticos encaminados hacia la interpretación de un
repertorio representativo por parte de importantes grupos musicales del departamento y
no a un estudio profundo de la morfología musical y su aplicación académica.
Es así como se vienen mostrando los elementos musicales puramente auditivos,
sin detenerse en el profundo análisis teórico y técnico. Analizar los aspectos técnicos de
las músicas tradicionales y populares generarán un material con suficientes ingredientes
técnicos musicales para enriquecer la academia. Esto permitirá entre otros aspectos
analizar y evaluar las metodologías de investigación para trascender lo puramente
taxonómico o sensorial, elementos estos de suma importancia en la apreciación musical
pero no suficientes, en el análisis de las músicas populares como fuentes importantes del
trabajo académico pedagógico.
Lograr el acercamiento a los elementos que caracterizan estas músicas desde el
concepto de sistema musical, permitirá su análisis rítmico, melódico, armónico, expresivo,
tímbrico, textual y su evolución en el tiempo desde lo autóctono a lo estructurado, tema
este reservado para otros debates.
El valor de la
investigación de la música popular para el
reconocimiento de la identidad y la autoproyección
La investigación de las músicas populares constituída como una opción importante
para el reconocimiento de los elementos musicales que rodean al ser humano en el
entorno social y cultural de la ciudad de Ibagué y el departamento del Tolima, facilitará a
la Facultad de Educación y Artes del Conservatorio del Tolima proyectar acciones
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investigativas que conduzcan a la identificación de las músicas existentes y el rescate de
aquellas que anónimamente se vienen produciendo en veredas, barrios y ciudades del
departamento.
Ampliar el material de estudio al interior de la academia permitirá paralelamente al
proceso de reconocimiento musical, analizar el contexto socioeconómico base de las
expresiones musicales, y el análisis del hecho sonoro analizado en sus diferentes
componentes y formas de articulación (componentes: melódico, armónico, rítmico,
tímbrico, organológico, lingüístico, etc.)
De esta manera la música tradicional y popular en el seno de la Facultad de
Educación y Artes dejará de ser vista como un problema de “orígenes” o “sensorialidad”
sino que se asumirá el producto sonoro en su dimensión histórica y viva conformando un
todo orgánico articulado con las diferentes áreas del saber musical de los programas que
la Facultad ofrece.
La música popular como
medio para interactuar con la realidad
A partir del registro de los datos obtenidos mediante la investigación de las
músicas populares en la región, se podrán dinamizar procesos de extensión cultural a la
comunidad para lograr una retroalimentación, evaluativa, de datos y procesos en un
esfuerzo por retribuir de alguna manera el beneficio recibido al entorno ciudadano.
Así se podrán mantener actualizados los procesos curriculares mediante la
reformulación constante de contenidos adaptados al entorno, en un contexto de
circunstancias siempre cambiantes planteado por la incertidumbre y turbulencia que
caracterizan los tiempos actuales.
Lograr el acercamiento definitivo de la academia musical a las estructuras
musicales tradicionales y populares de la región, permitirá a la Facultad de Educación y
Artes del Conservatorio del Tolima, conceptualizar de manera concreta sobre una música
regional que en Colombia no responde a una tipología única dada la enorme complejidad
de músicas tales como las campesinas, urbanas de asentamiento campesino, urbanas
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eruditas, campesinas estructuradas, urbanas comerciales, etc. que se encuentran en
circulación, e interrelación continua, en grados diversos.
La música popular en los
núcleos integradores de problemas
En el nuevo currículo no hay asignaturas, hay núcleos integradores de problemas
desde donde se aborda el conocimiento de una manera problematizada, intvestigativa e
inter y transdisciplinariamente. Es aquí en donde se tiene que articular un nuevo enfoque
para estudiar desde la academia las expresiones musicales populares. Veamos en detalle
la propuesta:
Núcleo N° 1. Pedagogía y técnica instrumental. Este núcleo aborda tres saberes:
− Las cuerdas: en donde se incorporan la ejecución de instrumentos
tradicionales como el requinto, la bandola, la guitarra, el triple y el cuatro, a
través de los diez semestres de estudio.
− El piano: aborda una metodología grupal con repertorio de música popular.
− La voz: se hace el reconocimiento de la voz como instrumento principal del
futuro licenciado. Se interpretan canciones populares.
En general, en los tres saberes de este núcleo se utilizará el repertorio de la
música popular como recurso en la aprehensión de los elementos técnicos del
aprendizaje instrumental.
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Núcleo N° 2. Pedagogía, comunicación y música. Este núcleo aborda dos saberes:
− Teoría Musical: cómo en, desde y hacia la música popular se puede
aprehender a reconocer, analizar, interpretar y recrear los elementos
teóricos de la música. En sus diferentes aspectos: rítmico, melódico,
agógico, armónico y linguístico.
− Pedagogía y Comunicación: además de la reflexión de las formas
comunicativas “populares” que son patrimonio tanto de los estudiantes
como del contexto social, se deben apropiar los códigos comunicativos y
pedagógicos, utilizando como material de referencia proveniente de lo
popular, como de corrientes clásicas.
Núcleo N° 3. Pedagogía, creatividad y música. Este núcleo aborda dos saberes:
− Práctica pedagógica y trabajo de Grado: en este saber se dinamizan
procesos de interacción entre el medio social y la academia, que permiten
enriquecer y recrear el saber frente a la música popular.
− Composición: en donde se harán análisis morfológico de las obras
populares y de otros géneros, como puntos de referencia para la
producción de material musical.
Núcleo N° 4. Música, sociedad y conflicto. Este núcleo plantea interesantes
posibilidades de confrontación y análisis de los conflictos que se suscitan en y desde la
música, y sus diferentes contextos culturales. Desde la misma confrontación que se ha
vivido históricamente al interior del Conservatorio entre las músicas populares y las
clásicas, hasta intolerancia frente los diferentes géneros y gustos musicales que se vive
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en el aula de clase. Lo popular como expresión social tiene implícito el conflicto social que
vive la sociedad y, a la inversa la sociedad expresa musicalmente sus conflictos.
Núcleo N° 5. Pedagogía y estética. En este núcleo se reconoce y se recrean los
distintos elementos estéticos existentes en las expresiones musicales populares.
Teniendo como marco de referencia la reflexión estética general dentro de todas las artes.
Así como lo teórico musical está presente en las diferentes manifestaciones y géneros
musicales, lo estético también hace parte determinante de los diferentes estilos y formas
musicales y artísticas.
Núcleo N° 6. Música y contexto socio histórico. En este núcleo se recrea la historia de
las músicas populares a través de la historia, lo cual ya plantea una ruptura con la
tradicional historia de la música que sólo privilegiaba las escuelas musicales europeas. Se
recontextualizará, la historia de los excluídos, de los de abajo.
Metodológicamente se desarrollará a través del diálogo entre lo hegemónico y lo
popular, así como sus entrecruzamientos e hibridaciones; y, entre el pasado y el presente
para entender la incidencia de estas músicas en la actualidad y cómo la actualidad
contiene elementos del pasado.
Núcleo N° 7. Pedagogía e identidad musical. Este núcleo hace especial énfasis en el
reconocimiento y construcción de los procesos de identidad a partir del componente
musical, desde las múltiples formas de expresión cultural, haciendo especial reflexión
frente a lo popular, lo masivo, lo exógeno, lo tradicional y lo híbrido.
Una de las características de la globalización, propiciada por el acelerado avance
de la tecnología y las comunicaciones, ha sido la creciente masificación de la cultura en
donde se pierde conciencia de lo que es propio, de lo que se quiere, de lo que se necesita
para dimensionar el crecimiento autónomo.
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El papel de la música popular en la Facultad de Educación y Artes
En este contexto la mirada hacia el interior, de lo que se es y de lo que se está
construyendo, se constituye en una ineludible responsabilidad como artistas y
educadores, si se quiere hablar con propiedad del propio aporte al mundo de la música,
no como una forma marginal sino como expresión de una cultura en permanente
recreación, que tenga sentido de pertenencia.
Núcleo N° 8. Didáctica y tecnología musical. Este núcleo tiene su énfasis en la música
en su encuentro con la tecnología, sus implicaciones, la creación de nuevos estilos, la
cultura musical que se genera a partir de allí. Gran parte de lo que conocemos como “lo
popular” es generado a través de la industria musical, la cual impone gustos y estilos
actuales, mueve talentos e instala dinámicas sociales. Nos interesa entender el fenómeno
social propiciado con la tecnología, pero también cómo los recursos tecnológicos
enriquecen diferentes manifestaciones musicales, desde las tradicionales hasta las
clásicas y contemporáneas.
Bibliografía
Cherry Holmes, Cleo. 1987.
“Un proyecto social para el currículo”, en Revista de educación, N° 282, Madrid, p. 31.
Rodríguez, Rafael. 1993.
“Enfoques curriculares para el siglo XXI”, en Revista educación y cultura, N° 30, julio,
Editorial Fecode, Santafé de Bogotá, pp. 13-23.
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