ROTOS "dESTRUCCION INSTITUCIONAL DE UNA ... - Prodeni
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PRO<strong>DE</strong>NI<br />
ASOCIACION PARA LOS <strong>DE</strong>RECHOS <strong>DE</strong>L NIÑO Y <strong>DE</strong> LA NIÑA<br />
Yo no quiero visitas ni con mi hermana ni con mis padres porque los dos están<br />
juntos.<br />
Si yo fuera el juez los metería en la cárcel.<br />
(11 de febrero 2005, del Informe educativo de Julio de ese año, en el centro de<br />
menores de la fundación “Abril”, en San Roque, Campo de Gibraltar)<br />
Entre ambos mensajes habían transcurrido 2 años de internamiento, y,<br />
dentro de ese periodo 13 meses de incomunicación de su familia al haber<br />
sido suspendidos los únicos contactos habidos entre abril y diciembre de<br />
2003, iniciados 14 meses después de que fuera retirado (febrero de<br />
2002), siendo permanentes las presiones para que aceptara y reconociera<br />
que sus progenitores eran unos peligrosos maltratadores, aunque ninguno<br />
de los niños guardara malos recuerdos de su vida en familia.<br />
En septiembre de 2003, con 19 meses apartado, Pablo, todavía defendía<br />
que no había sufrido malos tratos y que el culpable de todo era Daniel.<br />
A los 29 meses (dos años y cinco meses) continuaba resistiendo, y eso<br />
que además de aislamiento sufrió total incomunicación familiar.<br />
A los 35 meses (dos años y once meses) la presión de los técnicos y de su<br />
hermano Daniel queda dicho que comenzó a dar sus frutos; cree en los<br />
malos tratos, cree que su padre es un psicópata y se inventa dos<br />
denuncias de amenazas con arma de fuego, en las que incluye a su madre<br />
y a su hermana. Es el Pablo enrabietado, que odia, que desea verlos en la<br />
cárcel. El Pablo que no puede evitar su propia alienación porque le han<br />
impedido echar mano de las tres reglas de oro de Kathlen Taylor para<br />
evadir un lavado de cerebro (detenerse, pensar, reflexionar) y todavía le<br />
restaban cinco años de hundimiento afectivo hasta llegar a descubrir la<br />
verdad de lo que le estaba pasando.<br />
Y es que Pablo y sus hermanos sufrieron alejamiento de sus seres<br />
queridos y de su entorno, les controlaron los mensajes, lo que veían, oían<br />
y hasta lo que pensaban, exactamente las condiciones que apunta<br />
Eduardo Punset que facilitan al manipulador el lavado de cerebro de sus<br />
víctimas (“El alma está en el cerebro”).<br />
Manipulación<br />
Relata Pablo que las sesiones de manipulación y alienación eran<br />
agobiantes, de hora y media cada vez, tres veces a la semana, a cada<br />
hermano por separado. Los psicólogos insistían en que sus padres eran<br />
maltratadores y ellos lo negaban y aguantaban. Ante la negativa de los<br />
niños les decían: “Ya lo comprobaremos más adelante”, o, simplemente<br />
Tf/Fax:952 39 07 45<br />
<strong>DE</strong>CLARADA <strong>DE</strong> UTILIDAD PÚBLICA<br />
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