Antonio Sevillano 8 Dolores Enciso Amat, madre <strong>de</strong> la biografiada Publicación digital <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> Estudios Almerienses Francisco Pérez Castro, padre <strong>de</strong> la biografiada
María Pérez Enciso: una poeta en el olvido 9 durante el mes <strong>de</strong> enero ante la ermita <strong>de</strong> San Antón; con su tradicional procesión, subasta <strong>de</strong>l “rabico <strong>de</strong>l marrano” y bendición <strong>de</strong> los animales domésticos traídos <strong>de</strong> un extremo a otro <strong>de</strong> la capital. A<strong>de</strong>más, en un momento u otro <strong>de</strong> su existencia, tuvo posibilidad <strong>de</strong> compartir vecindad con tres renombrados personajes almerienses: el músico Gaspar Vivas, el torero Relampaguito y el escritor Fermín Estrella, con el que guarda cierto paralelismo: los dos hun<strong>de</strong>n parte <strong>de</strong> sus raíces familiares en Roquetas <strong>de</strong> Mar, ambos compartieron (por distintas causas) el <strong>de</strong>stierro americano, reflejaron moceriles vivencias en sus libros, ejercieron la docencia y pedagogía y <strong>de</strong>stacaron en el campo <strong>de</strong> la Literatura. Tras repetidas ausencias <strong>de</strong>bido a su actividad profesional como mecánico enrolado en barcos <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>ra española, Francisco Pérez Castro regresó a <strong>Almería</strong> para morir (septiembre, 1924), <strong>de</strong> “bronconeumonía”, a los cuarenta y cuatro años, en la casa que sus suegros poseían en c/. Pedro Jover. La madre, ya viuda, malvivió los años siguientes con los mínimos beneficios <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>sto establecimiento <strong>de</strong> quincalla y mercería regentado en la calle Real <strong>de</strong> La Almedina hasta que décadas <strong>de</strong>spués falleció (abril, 1961) <strong>de</strong> “asistolia” (es el diagnóstico oficial, el extraoficial que fue a resultas <strong>de</strong> un cáncer): octogenaria, senil y “un tanto <strong>de</strong>sequilibrada”, atendida por el médico Francisco Pérez Rodríguez en el sanatorio <strong>de</strong>l Dr. Domingo Artés. Don Paco Pérez fue el albacea testamentario encargado <strong>de</strong> liquidar a favor <strong>de</strong>l hijo y nieta su patrimonio (una casa en la plaza Carabineros y la heredada <strong>de</strong> sus mayores en Pedro Jover). Dolores Enciso Amat había superado, dicen, parte <strong>de</strong> la guerra en Barcelona junto a sus hijos (aunque optó por no secundarles en el abandono <strong>de</strong>l país), y la posguerra en <strong>Almería</strong>; protegida por la familia en sucesivos domicilios: Magistral Domínguez, Las Almadrabillas (colindante al Balneario Diana) y Zapillo (Villa Dolores). No está <strong>de</strong>mostrado que se casase en segundas nupcias con un tal Muñoz <strong>de</strong> Laínez (el Registro Civil <strong>de</strong> <strong>Almería</strong> no lo inscribe), pero la relación, si la hubo, duró muy poco tiempo. Murió con la tristeza <strong>de</strong> no volver a ver a su hija María <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1939. Por el contrario, según comentarios poco precisos <strong>de</strong> la época, sí vino <strong>de</strong> Caracas el benjamín Guillermo y su novia, Gisela; y Rosa <strong>de</strong>l Olmo Pérez, su única nieta, en una estancia <strong>de</strong> dos meses cuando la joven contaba 18 o 20 años <strong>de</strong> edad. Publicación digital <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> Estudios Almerienses