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Maqueta LVfeb09 - Ventana Digital

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premios<br />

y crisis<br />

Hemos dicho adiós al Carnaval y en<br />

La <strong>Ventana</strong> dedicamos varias páginas<br />

a un reportaje fotográfico. Pero<br />

como ni con todas las páginas de la revista<br />

podríamos reflejar lo que han sido<br />

estas fiestas en nuestros pueblos, hemos<br />

realizado un Especial Carnavales 09<br />

en ventanadigital.com, con numerosas<br />

galerías fotográficas (más de 1.300 fotos<br />

carnavaleras en total), vídeos, audios y<br />

letras de las comparsas…<br />

Uno de los temas recurrentes –inevitablemente–<br />

de las murgas y comparsas<br />

ha sido la crisis. También nosotros le<br />

hemos dedicado nuestro último sondeo,<br />

cuyos resultados publicamos en este<br />

número.<br />

También publicamos las cartas ganadoras<br />

del 4º Concurso de Cartas de<br />

Amor de La <strong>Ventana</strong>, que cada año convoca<br />

a más participantes y de más lejos<br />

–incluso allende los mares–. Este año el<br />

premio de adultos se ha ido a Santurce y<br />

dos de los accésit a Sevilla y Madrid, respectivamente.<br />

Otros dos y una mención<br />

especial se han quedado en Montijo. El<br />

premio de menores de 18 años ha sido<br />

para una joven de La Garrovilla.<br />

Otros ganadores, en este caso del<br />

sorteo de 25 magníficos libros de cocina<br />

extremeña, ocupan también su espacio<br />

en nuestras páginas.<br />

También nos hacemos<br />

eco de otros premios, en<br />

este caso los que han<br />

merecido dos proyectos<br />

de educación para<br />

la salud desarrollados<br />

en nuestra comarca y en<br />

los que de una u otra<br />

manera hemos colaborado,<br />

ya sea con nuestra asistencia técnica<br />

o con el diseño de su imagen gráfica.<br />

La <strong>Ventana</strong><br />

www.ventanadigital.com<br />

un producto de:<br />

Director: Blas M. Parejo<br />

Diseño: <strong>Ventana</strong> <strong>Digital</strong> Comunicación S.L.<br />

<strong>Maqueta</strong>ción: David del Viejo<br />

Fotografía: David del Viejo / Deme Crego / Vega<br />

Publicidad: <strong>Ventana</strong> <strong>Digital</strong> Comunicación S.L.<br />

Impresión: Imdex<br />

Redacción: <strong>Ventana</strong> <strong>Digital</strong> Comunicación S.L.<br />

Hernando de Soto, 12.<br />

06480 Montijo (Badajoz)<br />

Teléfono: 924 455 936<br />

Fax: 924 450 134<br />

laventana@ventanadigital.com<br />

Dep. Legal: BA-643/2004<br />

© La <strong>Ventana</strong>, 2009. Prohibida la reproducción de los contenidos,<br />

por ningún medio, sin permiso previo del editor.<br />

La <strong>Ventana</strong> no comparte necesariamente las opiniones<br />

expresadas por los colaboradores en los artículos firmados.<br />

Premio<br />

empresario<br />

del año 2006<br />

<strong>Ventana</strong> <strong>Digital</strong><br />

Comunicación<br />

concedido por<br />

Ademyc<br />

foto de portada: Deme Crego<br />

editorial<br />

mantente<br />

informado<br />

a diario en<br />

ventanadigital.com<br />

opinión<br />

TIRIOS Y TROYANOS<br />

luminiscencia<br />

Entiende un amigo mío, cuando se pone<br />

estupendo, que ciertas naturalezas<br />

muertas convenientemente alumbradas,<br />

abrigan un punto de fuga lumínico que<br />

confiere a la materia inerte cualidades y<br />

calidades propias de las animadas.<br />

Esta forma de ver la vida propicia<br />

que proyectando adecuadamente luz a<br />

un bodegón o marina se conviertan en<br />

suculenta pitanza o en veraneo en la<br />

Manga, todo ello sin ni tan siquiera poner<br />

pie en un figón o hacer la maleta.<br />

Basta el reflector apropiado y cualquier<br />

folleto artístico para que se obre<br />

el milagro, de tal forma y manera que,<br />

enjoyinao en el sofá del living, puedes<br />

recorrer los más variopintos destinos<br />

culinarios o panorámicos.<br />

Claro está que tal concepción de la<br />

realidad, fruto de su idiosincrasia y particular<br />

intríngulis cerebral, no es de uso<br />

general, es decir, que por mucho que le<br />

apliques el tercer grado con el más<br />

enérgico de los flexos a una foto de George<br />

Clooney para nada te va a invitar<br />

a un Nespresso.<br />

No obstante y mayormente por la<br />

polvareda, como de estampida bovina<br />

en los eriales del Far West, que ha levantado<br />

la foto que Pedro José publicó<br />

en su cosmos diario de Soraya, aventura<br />

a pensar que al igual se trata de la excepción.<br />

Esa que confirma la regla y que la<br />

hipótesis de la luminiscencia podía ser<br />

verosímil siempre y cuando la radiante<br />

fuente formara parte de la imagen y<br />

más aún si, como en el caso que nos<br />

ocupa, emerge de entre el etéreo transparente<br />

de un ventanal hasta bañar la<br />

condición de la femenina política.<br />

Resalta entonces, como preludio del<br />

desmayo, ecuanimidad en las formas<br />

ANTONIA GÓMEZ QUINTANA<br />

fruncida en aparentes paños mojados,<br />

para envidia de Fidias, que descansa en<br />

la pulida pierna rúbrica de la dirección<br />

a seguir, sellada por la impetuosa cimbra<br />

del empeine.<br />

Sin duda Soraya, esa mujer con<br />

nombre de Sultana, suspendida en el aire<br />

de las Meninas transmite más espíritu,<br />

vida e ideología con la leve inclinación<br />

de cabeza, la cadencia de la mirada y la<br />

amotinada melena que todo el «centro<br />

reformista», eufemismo de la derechona,<br />

en veinte años de andadura.<br />

Que la imagen estuviera tomada en la<br />

habitación de un hotel, resultó ser el codazo<br />

que la portavoz de las Huríes propinó<br />

al inmarcesible misógino que, como<br />

de natural acostumbra, torpea a la hora<br />

de levantar el concepto de lo público.<br />

A saber, relaciona a una mujer en<br />

estos ámbitos y circunstancias con pelandruscas,<br />

pericas y demás Chonis de<br />

Paquirrin, que ni lo son por concursooposición,<br />

ni por comicios y por ende<br />

no salen en el BOE.<br />

Pervive en estos esclarecidos de casposas<br />

testas que, faltas como estamos<br />

de pensamiento, opinión e incluso alma,<br />

no podemos hacer nada más que interpretar<br />

mejor o peor lo que los hombres<br />

nos dan hecho.<br />

Una cosa pues es tolerar que, sobre el<br />

gran fondo general, ordinariamente trazado<br />

por el genio del hombre, destaque,<br />

iluminándolo, una figura de mujer y otra<br />

muy distinta brillar con luz propia.<br />

Escribió con bastante tino Manuel<br />

Vicent que el físico de la mujer todavía<br />

es catalogado por la mirada inseminadora<br />

que anida en el inconsciente de los<br />

jefes, a lo que se puede añadir lo dicho<br />

por Cela, que eso va ya por provincias.<br />

A mi amigo Joaquín<br />

la escopeta nacional<br />

ALFONSO PINILLA GARCÍA<br />

El PP dilapida estos días, entre<br />

portadas que se aceleran y titulares<br />

hoscos, el único capital con el<br />

que podía ganar al PSOE en unas<br />

elecciones: la honestidad, la honradez.<br />

Estos señores de orden,<br />

que con gomina aplastan cualquier<br />

caracoleo en su melena, resulta<br />

que también andan metidos<br />

en ladrillos corruptos, pelotazos,<br />

espionajes, tráfico de influencias,<br />

cohechos y demás terminología<br />

ochentera propia del felipismo.<br />

Creíamos que Felipe y sus roldanes<br />

eran el paroxismo de aquel<br />

peligroso vicio de aprovechar el<br />

cargo público para favorecer intereses<br />

privados, pero ahora la gaviota<br />

está tan enfangada como la<br />

rosa con el lodo de la ambición<br />

sin límites y el dinero fácil.<br />

La clase política de esta mal<br />

llamada “democracia española”<br />

está podrida en su médula como<br />

podrido está el sistema al que sirve<br />

(y del que se sirve). Un sistema<br />

surgido del franquismo, evolucionado<br />

de él, y que aún<br />

conserva usos y métodos propios<br />

de aquella dictadura personalista,<br />

donde los grandes negocios se<br />

hacían en el curso de la montería<br />

dominguera.<br />

Como en la “Escopeta Nacional”,<br />

siguen los ministros cazando<br />

con los jueces para empapelar a la<br />

familia política que en cada caso<br />

se oponga a los intereses particularísimos<br />

e inconfesables del clan.<br />

Ayer fue un juez al servicio del<br />

Movimiento; hoy es otro juez –de<br />

falso cabello plateado– quien a su<br />

antojo retuerce el derecho para<br />

ganarle en los despachos las elecciones<br />

a un PSOE que no parece<br />

tenerlas todas consigo en la calle.<br />

Y es que cuando el partido hace<br />

ya tiempo que dejó de jugarse sin<br />

reglas se instala el todo vale, el<br />

más absoluto de los relativismos<br />

donde lo único importante es ganar,<br />

incluso por encima de la decencia.<br />

Ya lo dijo en su día Alfonso<br />

Guerra haciendo un alarde de<br />

sinceridad: “Montesquieu ha<br />

muerto”. Y es verdad, en cuanto<br />

el poder ejecutivo va a cazar cabezas<br />

de la oposición con el poder<br />

judicial, coincidiendo intereses<br />

y escopetas, aquella<br />

separación de poderes que revolucionó<br />

al mundo allá por los estertores<br />

del siglo XVIII hoy se convierte<br />

en utopía recitada en medio<br />

de un rosario de mentiras. Todo<br />

fachada, y nada más.<br />

La estrategia para desarticular<br />

definitivamente a un PP maltre-<br />

cho es tan clara –por burda– como<br />

el nido de sinvergüenzas que<br />

se colaron en el partido durante<br />

los dorados años de Aznar para<br />

hacer dinero a la sombra de su bigote.<br />

Rajoy, un hombre bueno<br />

que iba para presidente y hoy ni<br />

siquiera llega a la categoría de<br />

“cesante”, bien haría en retirarse<br />

de este nido de víboras que sólo<br />

ayudará a encanecer aún más su<br />

barba con disgustos rastreros y<br />

postreros. Educado y de provincias,<br />

este señor gris, liberal y<br />

amable jamás podrá competir con<br />

los Chiquilicuatres de La Moncloa<br />

y sus terminales mediáticas.<br />

Deténganse a quienes desde<br />

cargos públicos han aprovechado<br />

sus poderes para favorecer cuentas<br />

privadas, depúrense responsabilidades<br />

en una derecha que –al<br />

final– se ha demostrado tan corrupta<br />

como aquella izquierda caviar<br />

–de chalet y parqué en la<br />

Moraleja– que fue el felipismo,<br />

pero sobre todo, por el bien de<br />

una ciudadanía que dormita en la<br />

indolencia, insuflemos vida a una<br />

democracia asesinada por la Escopeta<br />

Nacional que tan bien retrató<br />

Berlanga. Una democracia<br />

enferma de sectarismo, donde para<br />

acceder a las ansiadas poltronas-escaños<br />

de cualquier parlamento<br />

autonómico hay que pagar<br />

jabalíes al juez-estrella por antonomasia,<br />

a quien desde luego no<br />

le temblará el pulso para dar el<br />

golpe de gracia al adversario/enemigo<br />

a base de autos mal redactados,<br />

filtraciones a la prensa amiga<br />

e imputaciones al más alto nivel.<br />

No basta con tener Constitución,<br />

hay que cumplirla. No basta<br />

con leer a Montesquieu, hay que<br />

aplicarlo. No basta con llenarse<br />

la boca de la palabra democracia<br />

si quien articula el vocablo lleva<br />

un dictador dentro.<br />

En esta España de fachadas<br />

hemos acabado sustituyendo al<br />

franquismo por un “juancarlismo”<br />

progre, bienpensante y enmoquetado<br />

donde la única derecha<br />

e izquierda que existe es el<br />

bolsillo diestro y siniestro del político<br />

que en vez de servir al pueblo,<br />

se sirve del pueblo para darse<br />

un festín a sí mismo.<br />

Y mientras en Leganés un padre<br />

de familia ya no puede llegar<br />

a fin de mes, el ladrillero-constructor<br />

de turno pacta con cualquier<br />

alcalde engominado repartirse<br />

beneficios a espaldas de la<br />

ley o, lo que es peor, con la ley<br />

como coartada.<br />

las tapias del cementerio<br />

Los muertos de muerte ajena, los<br />

que horadan la tierra que no eligieron<br />

por voluntad propia, retiemblan<br />

sus huesos cuando es el<br />

olvido el que cava las tumbas.<br />

Son los muertos de ayer, de hoy<br />

o de mañana que esperan ser desenterrados<br />

para gritar con uñas<br />

y dientes la impunidad de los crímenes<br />

y la vileza de los criminales,<br />

gusaneras exhumadas de las<br />

calaveras que escarban a través<br />

de los días para emerger sobre la<br />

memoria recobrada, cráneos rotos<br />

y agujereados por el tiro de<br />

gracia que lloran por sus cuencas<br />

vacías el paso del tiempo, quijadas<br />

hospiciadas en muladares,<br />

cunetas y caleras, donde el cuerpo<br />

se pudre y deja sólo como testigo<br />

a la osamenta desconocida.<br />

Llega entonces, cuando los<br />

muertos resucitan de su obligada<br />

amnesia, la hora del borrón y<br />

cuenta nueva, los discursos<br />

asépticos de quienes tratan de<br />

aplicar la cura de un profiláctico<br />

presente frente al recuerdo aún<br />

vivo de un genocidio consentido<br />

y ensalzado, con la excusa de<br />

que las heridas pasadas no duelen<br />

y el cínico argumento –propio<br />

de los dueños de la victoria–<br />

de que hay que ejercer el perdón<br />

con humildad donde antes se<br />

ejerció la culpa con orgullo, sin<br />

que la contrición o la penitencia<br />

hagan acto de presencia y obviando<br />

el hecho de que las cicatrices,<br />

ahora afloradas de entre<br />

la tierra de las fosas colectivas,<br />

todavía escuecen.<br />

Las fotos de René Brut y los<br />

textos de Mário Neves no dejan<br />

lugar a dudas sobre lo ocurrido<br />

en Badajoz hace más de 72 años.<br />

En las fotos del camarógrafo<br />

francés los cadáveres desparramados<br />

por el suelo, caídos junto<br />

a las tapias aún agujereadas por<br />

los disparos de los fusilamientos<br />

y castigados por el fuerte calor de<br />

agosto, parecen querer hundir sus<br />

CHEMA ÁLVAREZ<br />

“Hace diez días que la hoguera arde. Un horrible hedor penetra por<br />

nuestras fosas nasales, hasta el punto que casi nos revuelve el estómago”<br />

Mário Neves, La matanza de Badajoz, crónica enviada y censurada<br />

desde la capital pacense al Diário de Lisboa el 17 de agosto de 1936.<br />

cuerpos en la tierra que los acogerá<br />

durante años para preservar<br />

el lugar de la memoria, en la ingenua<br />

certeza de que hay no hay<br />

crimen sin castigo. Las palabras<br />

de Neves ponen texto al silencio<br />

de los testigos, convierten la crónica<br />

periodística en acta de acusación<br />

y siembran, entre las margaritas<br />

donde yacen los muertos,<br />

la voz del recuerdo y el compromiso<br />

claro de recordarlo a gritos.<br />

Ahora el Ayuntamiento de<br />

Badajoz, al paso alegre de la democracia<br />

y con el argumento de<br />

pasar página de algo sobre lo que<br />

apenas se ha escrito, pretende<br />

construir un nuevo muro perimetral<br />

sobre el cementerio viejo de<br />

San Juan de Badajoz, en cuyas<br />

tapias cientos de personas fueron<br />

asesinadas por los militares golpistas,<br />

falangistas y legionarios<br />

en los primeros días de la Guerra<br />

Civil. Se perpetúa así un primer<br />

intento a mano de los verdugos<br />

de hacer desaparecer los cadáveres<br />

en aquellos días de agosto<br />

mediante su incineración en improvisadas<br />

hogueras humanas,<br />

las pilas de cadáveres carbonizados<br />

fotografiadas por René Brut<br />

que levantaban –como señaló en<br />

sus crónicas Mário Neves– densas<br />

columnas de humo blanco.<br />

El olvido se nutre de silencio,<br />

la memoria de recuerdos.<br />

En estos tiempos difíciles de<br />

barbarie sentimental, en el que<br />

palabras como libertad, justicia<br />

e igualdad sonrojan a quien las<br />

pronuncia, es de admirar que<br />

aún haya quien se convierta en<br />

la voz de los desaparecidos.<br />

Quienes se reunieron un domingo<br />

pasado de febrero frente a las<br />

tapias del cementerio lloraron a<br />

los ausentes y reivindicaron la<br />

memoria del futuro.<br />

Los cipreses, cuyas raíces se<br />

mezclan con la tierra donde se<br />

revuelven los muertos, fueron<br />

testigo de ello.<br />

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