Preparación y Movilización - Paul-Timothy

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Preparación y Movilización --Libro 4
© 2000 Patterson y O´Connor
Capítulo 8
ACONSEJEMOS BIEN
“Que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” II. Timoteo 4.2.
¿PARA QUE
ACONSEJAR?
Cada pastor tiene un ministerio
de aconsejar. Para algunos pastores,
es más importante su ministerio
como Consejero que su predicación.
Aplicar la Biblia a un particular puede
tener más impacto que predicarla
públicamente.
Las necesidades personales se
tratan solamente en privado.
Aconsejemos a los novios
comprometidos, los enlutados, los
enfermos, los desanimados, los necesitados, los descarriados y los fieles que
no tienen ningún problema.
Uno se enferma de los nervios cuando tiene muchos problemas. Esto
es una enfermedad sicológica. Casi todas las enfermedades mentales, igual
a las del cuerpo, se sanan en poco tiempo. Es la naturaleza del sistema
nervioso curarse y volver a lo normal. Esto a veces requiere buen pastoreo.
Jesucristo pasó mucho tiempo aconsejando a individuos tales como
Nicodemo, la samaritana, el joven rico, Pedro, Zaqueo y Marta.
Debemos aconsejar a un hermano cuando suceden
cosas no normales:
◊ Se ve en su manera de vivir un cambio no normal y sin explicación.
◊ Se encuentra deprimido o desanimado.
◊ Está descarriado.