EL LANDÓ DE SEIS CABALLOS - Víctor Ruiz Iriarte
EL LANDÓ DE SEIS CABALLOS - Víctor Ruiz Iriarte
EL LANDÓ DE SEIS CABALLOS - Víctor Ruiz Iriarte
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>EL</strong> <strong>LANDÓ</strong> <strong>DE</strong> <strong>DE</strong> <strong>SEIS</strong> <strong>CABALLOS</strong> 17<br />
Si m ó n.—(Admiradísimo) ¡Ya son tres!<br />
pe D r o.—¡Qué barbaridad!<br />
ch a p e t e.—(Estupefacto) Oye, Adelita. ¿Por qué ha venido hoy tanta gente?<br />
aD e l i ta.—(Con un dedo en los labios) ¡Chiss! ¡Volvamos a las carreras! Se está<br />
mejor que aquí.<br />
ch a p e t e.—Vamos, vamos. ¡A las carreras!<br />
(Doña Adelita, Simón, Pedro y Chapete, sin dejar de mirar a las<br />
tres desconocidas, salen, muy recelosamente, con sus pasitos<br />
menudos. Isabel, Margarita y Rosita, al quedarse solas de nuevo,<br />
se miran entre sí, con espanto)<br />
ma r g a r i ta.—Me parece que en esta casa lo único que se puede hacer es ir a las<br />
carreras…<br />
iS a b e l.—¡Dios mío! ¿Será el duque uno de esos viejecitos?<br />
ma r g a r i ta.—¡No!<br />
ro S i ta.—¡No! ¡No diga usted eso! Yo aún tengo espe ranzas…<br />
ma r g a r i ta.—¡Y yo!<br />
iS a b e l.—No, claro, no puede ser. Entonces, ¿quién es esta gente?<br />
ro S i ta.—No lo sé. Pero para mí que están muy asustados.<br />
iS a b e l.—¡Tengo una idea!<br />
ma r g a r i ta.—¿De veras?<br />
iS a b e l.—(Pensativa) ¡Sí! Resulta que ninguna de nosotras tres conoce al duque.<br />
ma r g a r i ta.—¡Claro!<br />
iS a b e l.—Y, sin embargo, las tres hemos recibido una carta suya. La misma. Una<br />
carta sorprendente, en la que nos invita esta noche a esta casa y en la<br />
que se nos habla nada menos que de la felicidad y del amor. (Mirándolas<br />
intensamente) ¿Por qué hemos recibido esta carta nosotras tres, que ni<br />
siquiera nos conocíamos?<br />
ma r g a r i ta.—(Suspensa) ¿Qué quiere usted decir?<br />
iS a b e l.—¿Quiénes somos nosotras?<br />
ro S i ta.—¡Ay, Dios mío!<br />
iS a b e l.—Sí, sí. ¿Qué hay entre nosotras tres que nos une sin saberlo nosotras<br />
mismas? ¿Quiénes somos nosotras? ¿Por qué no hablamos?<br />
ro S i ta.—(Con ímpetu) Pero, señorita, si yo estoy deseando hablar; si es que<br />
usted no deja… Yo soy Rosita, la florista. Me conoce todo el mundo. Todas<br />
las mañanas estoy en la Gran Vía o en la calle de Alcalá con mi cestita de<br />
claveles y de nardos recién cortados. (Con legítimo, pero un poco excesivo<br />
orgullo) ¡Bien peinada y más limpia que los chorros del oro!<br />
Edición dE VÍcTOR GARcÍA RUiZ