el altar de dios, alegria de mi juventud el altar de dios, alegria de mi ...

AÑO LXX
NUM. 3.520
29 mayo 2010
1,80 €
■ CLAUSURA DEL CONGRESO
EUCARISTICO NACIONAL
EL ALTAR DE DIOS,
ALEGRIA DE MI
JUVENTUD

n Número: 3.520
n 29 de mayo de 2010
n Páginas de 785 a 824
La clausura del Congreso Eucarístico Nacional de Toledo y con él
la finalización del Plan Pastoral 2006-2010 de la CEE vuelve a traer
a la Eucaristía a ECCLESIA (ver págs. 1, 3, 5, 7, 9 y 35). El altar de
Dios —la Eucaristía— es la alegría de la juventud y de todas las edades
y circunstancias de la vida. Los cristianos no podemos vivir sin la
Eucaristía. Esa Eucaristía, que en nuestra imagen de cubierta de hoy,
se apresta a ser distribuida en el marco de una magna
y multitudinaria concelebración. Estos reclamos eucarísticos
de la actualidad eclesial se refrendarán asimismo en los próximos
días con la fiesta de su exaltación: el Corpus Christi, el día del amor
de los amores.
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787
Editorial
Vivir siempre de la Eucaristía .................................................................................................................. 5
La Iglesia no recibe nada gratis del Estado ................................................................... 5
Opinión
El cenáculo eucarístico de la vida contemplativa, por Jesús Sanz
Montes .............................................................................................................................................................................. 6
La interpelación del Cura de Ars, por Ricardo Blázquez Pérez ...... 7
España
El Banco de España interviene CajaSur ................................................................................. 8
Nueva capilla en el obispado de Tenerife ......................................................................... 8
Salvador Cristau, obispo auxiliar de Terrassa ............................................................. 9
La música en la vida consagrada, por Lourdes Grosso García ..... 10
«Soy voluntario, ¿y tú?», campaña de la JMJ ............................................................... 11
Toledo: Clausura del Congreso Eucarístico .................................................................... 11
V Centenario de la catedral de Orihuela ............................................................................. 12
Cultura
Reseña de novedades editoriales ..................................................................................................... 14
Latinoamérica
La Iglesia media en Cuba, por José Ignacio Rivarés ......................................... 15
Bolivia, entre la «Pachamama» y la realidad, por Jesús Moreno
Led ........................................................................................................................................................................................... 16
Vaticano
Los caminos del diálogo y de la diplomacia, por Miguel Angel
Agea ...................................................................................................................................................................................... 18
Reportaje
El Hermano Rafael, cincuenta años después. Una nueva y pretérita
aproximación a su figura en el Día «pro Orantibus», el
primero tras su canonización, por Rafael Palmero Ramos ... 20
Documentación / Viaje a Portugal
Homilía del cardenal Tarcisio Bertone en la vigilia de la fiesta de
la Virgen de Fátima .................................................................................................................................... 24
Discurso de Benedicto XVI con los representantes de la Pastorial
Social de la Iglesia en Portugal en el templo de la Santísima
Trinidad de Fátina ................................................................................................................... 26
Discurso a los obispos portugueses ......................................................................................... 28
Homilía en la misa en la Avenida Dos Aliados de Oporto ................ 30
Discurso en la ceremonia de despedida de Portugal ................................... 32
Audiencia general del miércoles 19 de mayo de 2010 ............................... 33
Carta al cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio cardenalicio,
su legado pontificio al X Congreso Eucarístico Nacional
de España en Toledo .................................................................................................................. 35
Carta al cardenal Cláudio Hummes, prefecto de la Congregación
para el Clero, su enviado especial al XVI Congreso Eucarístico
de Brasil en Brasilia ..................................................................................................... 36
Colaboración
El amor y el pan de la Eucaristía, por José Luis Larrabe Orbegozo
....................................................................................................................................................................................... 37
La firma
El Cielo, por Lourdes Azorín Ortega ............................................................................................. 38
El Domingo, Pan de la Palabra
Hambre de pan y de vida, por Ricardo de Luis Carballada ............... 39
Número 3.520 n 29 de mayo de 2010 3

editorial
789
Editorial
Vivir siempre de la Eucaristía
Con la celebración y clausura este fin de semana en
la ciudad de Toledo del X Congreso Eucarístico
Nacional de España, concluye también el Plan Pastoral
2006-2010 de la CEE, el séptimo de su historia. La
Eucaristía —la Eucaristía «total»: el pan partido, repartido
y compartido de la salvación— ha sido su hilo conductor.
Ahora, más allá de balances, bueno será también
avistar perspectivas. Y en ellas la Eucaristía ha se seguir
ocupando nuestras prioridades. La Iglesia hace la Eucaristía
y la Eucaristía hace la Iglesia, nos recuerdan los
Papas. Y la Eucaristía es nuestro gran tesoro porque en
ella se encierran las verdades capitales del cristianismo.
Como podemos leer en el mensaje de la CEE para el
Congreso Eucarístico (ECCLESIA, n.º 3.516, págs. 12 y
13), «la Eucaristía responde a los deseos más profundos
que el ser humano lleva inscritos en su corazón». La
Eucaristía es nutrimento de la vida cristiana de cada día
y el motor de la evangelización, «en medio del mundo
que no conoce a Dios y que necesita conocerlo». La Eucaristía
es la fuente de la verdadera caridad y del mejor
servicio a los nuevos y viejos pobres y necesitados. La
Eucaristía, en suma, lo es todo para la vida cristiana, y
sin ella nada somos.
Por ello, siempre hemos de vivir de la Eucaristía. Y su
camino pasa por la permanente revitalización de la Eucaristía
dominical, vivida y transmitida en clave más de
necesidad interna que de deber externo; vivida y transmitida
con fidelidad en su celebración, cumplimiento y
participación; vivida y transmitida con esmero, entusiasmo,
preparación, dignidad y sabiendo hacerla atractiva
y encarnada al aquí y ahora de las comunidades. La
fidelidad a la misa dominical no es obviamente el todo
de la vida cristiana, pero sí su fidedigno termómetro y
su gozoso y necesario «minimum». Y es que sigue siendo
verdad —y tantas veces hoy es hasta un reto— que
los cristianos no podemos ni debemos vivir sin el domingo
y sin la misa dominical.
El cristiano, pues, ha de vivir siempre de la Eucaristía.
Pues la Eucaristía es la escuela de la fe, la asamblea
orante y fraterna del pueblo de Dios, el cenáculo del
perdón, de la ofrenda, de la paz y del amor. La Eucaristía,
signo y compromiso de unidad y de comunión, nos
lleva a la misión y al ejercicio de la caridad. Nuestra vivencia
de la Eucaristía nos modela, nos transforma y
también nos retrata, nos perfila y hasta nos delata. Una
vivencia de la Eucaristía rutinaria, despistada, con prisas,
sin la atención precisa, inconstante, superficial irá
poco a poco desvirtuando nuestra vida cristiana; y, al
revés, una vivencia radicalmente distinta. Y, repitámoslo,
no podemos vivir sin ella. Porque la vida verdadera
nace del misterio pascual, cuyo sacramento por excelencia
es precisamente la Eucaristía. ■
La Iglesia no recibe
nada gratis del Estado
n pleno debate y polémica sobre las drásticas medidas de ajustes y recortes del Gobierno es-
Epañol ante el recrudecimiento de la crisis económica, no han faltado voces del Ejecutivo y de
su partido político que han señalado con el dedo a la Iglesia como supuesta destinataria privilegiada
de multimillonarias dotaciones públicas. Nada más falso y más demagógico.
Lo que recibe, a través de la administración central del Estado, es lo que libremente deciden
otorgarle los ciudadanos de sus propios impuestos. A nadie se le obliga a que signe a favor de
esta opción, que es —bueno será recordarlo— la única elección por la que puede optar el contribuyente.
Y además lo que la Iglesia recibe a través de este sistema o de otros donativos y contribuciones
de sus fieles lo revierte con creces a la sociedad.
¿Quién lleva tanto tiempo atendiendo como la Iglesia a los parados y a los inmigrantes? ¿Qué
colectivo social como los sacerdotes perciben un sueldo tan ajustado desde hace décadas, exiguo
sueldo del que además, en numerosas diócesis, los mismos sacerdotes se han aplicado descuentos
para destinarlos a los necesitados? ¿Qué institución como la Iglesia está señalando las causas
profundas de la crisis, causas que de no subsanarse imposibilitarán la salida verdadera y con
perspectivas de futuro de la crisis? ¿Qué institución como la Iglesia invierte tanto, en suma, para
paliar las pobrezas de aquí y de allí? ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
5

Opinión
El cenáculo eucarístico
de la vida contemplativa
Jesús Sanz Montes, OFM
Arzobispo de Oviedo y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada
Era el mismo Jesús. Eran
también los mismos discípulos.
Así durante aquellos
tres años inolvidables de
convivencia inmerecida. Ellos
observaban al Maestro sin
igual, y tan pronto le veían
madrugar los días o trasnochar
las tardes para ponerse
a la escucha de cuanto el Padre
le decía, como tan pronto
le veían acompañar las soledades
de los desdichados, saciar
el hambre de multitudes
mendigas, enjugar lágrimas
de gente sin esperanza o
bendecir a niños que tenían
por delante toda la vida.
Era el mismo Jesús, sí. Y eran
también los mismos discípulos
quienes estaban convocados
para ver y escuchar a todo ese
inmenso Jesús. No había discípulos
especializados en el Jesús
de las parábolas, u otros que se
contentaban con el de los milagros,
o con el Jesús de las plegarias…
Todos los discípulos
ante todo aquel Jesús.
Nos sucede a los cristianos lo
mismo: si comulgamos al Señor, hacemos nuestro todo
lo que es Dios Amor y lo que Dios ama. La comunidad
cristiana lo vive recordándonos a través del año litúrgico
los diferentes aspectos del Señor en su infinita inabarcabilidad.
Pero hay fechas en las que los cristianos nos fijamos
en un aspecto del Señor, en un aspecto tan especialmente
importante que incluye de golpe todos los demás:
su presencia bienamada, la santa Eucaristía en
donde Cristo resucitado prometió acompañarnos todos
los días hasta su regreso al final de los tiempos.
La presencia amable y querida de Jesús en la santa
Eucaristía ha generado no pocos carismas en la vida de
la Iglesia. No sólo el nombre de congregaciones nos recuerda
este hecho, sino que todos los consagrados, sea
cual sea su matiz carismático y su época de fundación,
6 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
tienen una particular vinculación
con el Señor en su blanca presencia
eucarística.
La Eucaristía hace
la Iglesia, la Iglesia hace
la Eucaristía
Es en torno a la Eucaristía en
donde la comunidad se reúne
cada mañana para ofrecer un
nuevo día y cantar las alabanzas
primeras; es allí en donde celebra
la fortaleza del Pan santo
que nutre y sostiene; es también
ahí en donde al caer de cada
tarde se vuelve a convocar a los
hermanos para dar gracias y
para seguir pidiendo gracia. Si
esto se dice para todos los consagrados,
sea cual sea su camino
carismático, los llamados a
la vida contemplativa hacen de
esto una particular profesión de
vida y de amor: ¡Venid adoradores!,
la vida contemplativa un
cenáculo eucarístico.
Sí, así entendemos cómo el
silencio del claustro y el retiro
apartado, lejos de ser un mutismo o una huida, se convierten
en la condición para poder vivir y poder luego
testimoniar el amor de toda la Iglesia hacia Jesús en la
Eucaristía, que los hermanos y hermanas contemplativos
saben vivir calladamente en el escondimiento de su
ofrenda al Buen Dios.
¡Venid, adoradores!
Con nuestros contemplativos en sus cenáculos, vayamos
también todos los demás que hemos sido llamados
a otras encomiendas dentro de la Iglesia y de la sociedad,
y postrados ante Jesús amemos su Presencia amando
al mismo tiempo todo y a todos los que El ama. ■
790

La interpelación del Cura de Ars
Ricardo Blázquez Pérez
Arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española
Hay datos cronológicos que constituyen
una oportunidad para, desde
la situación actual, dirigir la mirada a
personas de la historia que fueron en su
tiempo foco de luz y continúa su estela
con capacidad para iluminar también hoy.
El Santo Cura de Ars emerge entre las figuras
sacerdotales de la historia de la
Iglesia. Merece la pena fijar en él la atención.
Nació Juan María Vianney cerca
de Lyon (Francia) el año 1786, en el umbral
de la Revolución Francesa; durante
cuarenta años fue párroco en el pueblecito
de Ars, en una región muy descristianizada,
y murió el 4 de agosto de
1859. En el 150º aniversario de su
muerte, ha convocado Benedicto XVI
un Año Sacerdotal, deseando que el
tiempo cronológico se convierta en
tiempo de gracia.
¿Por qué nos interesa tanto hoy un
sacerdote sencillo y de gran sentido común
humano, cristiano y apostólico,
que vivió en unas coordenadas espacio-temporales
distantes de nosotros?
Es obvio que no todo lo pasado está ya
muerto; hay acontecimientos y personas
que para provecho nuestro y alimentar
la esperanza deben ser actualizadas
por la memoria. En los decenios
que le tocó vivir, contra todo pronóstico,
su parroquia se convirtió en centro
de atracción del entorno, de toda Francia
e incluso de varios países de Europa.
¿Qué iban buscando en Ars? No sus
monumentos ni la belleza de su paisaje;
tampoco a un hombre raro que apenas
comía y dormía. Buscaban a un hombre
de Dios. Fueron a escuchar a un sacerdote
que hablaba de Dios de manera
inusitada, que era reflejo viviente de la
existencia de Dios y de su misericordia
con los pecadores y necesitados. Juan
María Vianney identificó totalmente su
vida personal con el ministerio sacerdotal.
El sacerdocio penetró hondamente
en su corazón, en su rostro, en sus ojos,
en sus labios, en su cuerpo, en sus horas
de día y de noche. El mensaje sobre
791
San Juan María Vianney, el Cura de Ars.
Dios, que se quería silenciar entonces
como en otros momentos y situaciones,
era vibrante a través del Cura de Ars y
suscitaba un interés supremo. Ver, escuchar,
entrar en contacto con hombres
de este estilo remueve profundamente a
las personas y despierta una necesidad
y una aspiración, que muchas veces
dormitan, se difuminan, o están sofocadas
en el interior. El concentró su vida
en lo esencial, en Dios. A Dios rezó larga
y detenidamente, en su nombre perdonó
a una fila interminable de hombres
y mujeres abrumados por sus
pecados, enseñó a los niños con paciencia,
cariño y pedagogía, predicó los
domingos después de una preparación
que, según sus palabras, le costaba ímprobos
trabajos. Y como el trato con
Dios no encierra al orante en la intimidad
ni le aísla de las personas con sus
heridas, el Cura de Ars creó la llamada
Providencia para acoger, cuidar y educar
a niñas y adolescentes desamparadas
en la vida y expuestas a toda clase
Opinión
de abusos. Para éstas y para tantos y
tantas, en el rincón de Ars, renovó las
fuentes del amor y de la esperanza y las
capacitó para mirar al futuro con confianza.
Desde la restauración de la vida
por el perdón de Dios abrió a muchísimas
personas las puertas de la esperanza.
Siempre fue sacerdote a carta cabal,
siempre interesó su predicación, fue
buscado constantemente y nadie se retiró
de su lado sin haber recibido una
palabra de perdón, de consejo, de ánimo,
de luz en medio de su confusión.
Personas así son preciosos ministros
del evangelio y prestan también un servicio
a la sociedad.
Los sacerdotes, a ejemplo de Juan
María Vianney, estamos llamados a
agradecer el don del sacerdocio que recibimos
en la ordenación y que nos
hace instrumentos vivos de la obra salvadora
de Jesucristo. Su vida nos alienta,
a pesar de los posibles cansancios y
frustraciones, en el camino de la fidelidad
y de la santidad. La oración es una
fuerza inagotable para la misión, como
dice Benedicto XVI: «El sacerdote que
reza mucho y bien, se expropia progresivamente
de sí y se une cada vez más a
Jesús, Buen Pastor y Siervo de sus hermanos.
En conformidad con El, también
el sacerdote «da su vida por las ovejas
que le han sido encomendadas». La renovación
interior repercutirá eficazmente
en un testimonio evangélico más intenso
e incisivo. La santidad del sacerdote
corrobora su predicación y tareas
pastorales.
Los cristianos deben orar por sus sacerdotes,
apreciar su ministerio, acompañarlos
y colaborar con ellos. Las vocaciones
sacerdotales son una necesidad
primordial para nuestra Iglesia y un
quehacer que a todos nos incumbe. La
misma sociedad, a la luz de la experiencia
del servicio recibido de muchos sacerdotes
excelentes, debería estar interesada
en esta causa importante para el
bien común. ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 7

España
El Banco de España interviene CajaSur
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández,
muestra su apoyo a la decisión del patronato, impositores y trabajadores de CajaSur
En la madrugada del sábado 22 de
mayo, el Consejo de Administración de
CajaSur —entidad eclesial creada hace
siglo y medio por el cabildo catedralicio de
Córdoba—
solicitó ayuda al FROB (Fondo de Reestructuración
Ordenada Bancaria) tras haber
agotado todas las posibilidades para
llevar a buen puerto el proceso de fusión
con Unicaja.
Según el canónigo cordobés Alfredo
Montes, la intervención garantiza la seguridad
para ahorradores y acreedores.
Montes lamentó la «prepotencia empleada
por Unicaja a la hora de abordar la
fusión», «una fusión frustrada por la falta
de transparencia y confianza empleada
por la caja malagueña». Además, el canónigo
y hasta ahora miembro del Consejo
de Administración de la entidad
puso de relieve la incapacidad sindical
para llegar a un acuerdo laboral y que
no había paridad en el proceso de fusión.
Por su parte, el obispo de Córdoba,
monseñor Demetrio Fernández, hizo
público ese mismo día el siguiente comunicado:
«CajaSur ha prestado un servicio
encomiable durante 150 años a la
sociedad cordobesa, preocupándose de
El obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández.
un modo muy especial por los más necesitados.
En este trayecto también ha
colaborado decididamente a que muchas
familias tuvieran un puesto de trabajo.
Ésta es la razón fundamental por la
que CajaSur ha mantenido, en el proceso
de fusión, la firmeza de defender y
Nueva capilla en el obispado de Tenerife
E l 23 de mayo, fiesta de Pentecostés, el obispo de Tenerife, monseñor
Bernardo Álvarez, inauguró la nueva capilla de la sede del obispado
nivariense. Esta obra es fruto del trabajo de un grupo internacional y
ecuménico dirigido por el jesuita esloveno, Marko Ivan Rupnik. El mosaico
central de la capilla representa (ver foto) el misterio de Pentecostés.
En ella, según el autor «la Virgen aparece rodeada de los apóstoles sobre
los que desciende el Espíritu y, en su manto rojo, acoge a toda la
Iglesia y, por tanto, a esta diócesis, en la que garantiza la unidad y el dinamismo
misionero».También en la capilla se ha decorado una mampara
que permite la creación de un espacio multiuso. En uno de los lados
de esta puerta plegable, Rupnik ha plasmado los nombres de los santos
y beatos canarios, como concreción histórica de la santidad en estas islas.
La obra ha sido posible gracias a la generosidad del laico recientemente
fallecido Jesús Hernández Guzmán y de su familia. ■
8 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
trabajar porque se conserven los puestos
de trabajo. Ha antepuesto siempre el
empleo a cualquier otro beneficio.
Desde el primer momento que se inició
el proceso de fusión con Unicaja, los
patronos de CajaSur han actuado con total
lealtad y responsabilidad poniendo todos
los medios a su alcance para que se
cumpliera lo firmado en el protocolo de
fusión. Precisamente esa honradez personal
y profesional con la que siempre han
actuado, es la que les ha llevado a solicitar
la intervención del Banco de España.
Las personas que han estado al frente de
CajaSur son plenamente competentes. No
han buscado sus intereses personales, ni
ganarse un puesto de trabajo, ni enriquecerse
a costa de CajaSur. Los patronos
siempre han estado preocupados sobre
todo por los trabajadores de la entidad,
los intereses de los impositores y por el
bien de la sociedad cordobesa.
La Iglesia de Córdoba lamenta que no
haya tenido lugar un acuerdo laboral. Sin
éste, nunca se podía haber rubricado la
fusión, aunque todos los demás aspectos
del protocolo hayan sido respetados.
Para la Iglesia ésta era una condición necesaria
y siempre se ha mostrado dispuesta
a hacer cualquier renuncia, con tal
792

En los cinco primeros años
de su ministerio trabajó en
parroquias en la archidiócesis
de Toledo. Regresó a Barcelona
en 1985. Trabajó en la
pastoral parroquial y en la formación
sacerdotal, siendo profesor,
formador y director espiritual
del seminario diocesano
de Barcelona. También sirvió
en la Curia de Justicia del arzobispado
de Barcelona y en
2001 sustituyó a Josep Angel
Saiz Meneses, nombrado entonces
obispo auxiliar de Barcelona,
en el cargo de secretario
general y canciller del arzobispado
barcelonés que
entonces regía el cardenal Carles
Gordo.
En julio de 2004, al crearse
la diócesis de Terrassa, marchó
a ella con monseñor Saiz Meneses,
designado primer obispo de la misma.
Durante estos años ha sido vicario
general, cargo al que en octubre de
2006 sumó el de rector del seminario
793
diocesano de Terrassa. Se da la circunstancia
de que el otro primer vicario
general de Terrassa, Francisco
Pardo, es desde octubre de 2008
obispo de Girona.
España
Salvador Cristau, obispo auxiliar de Terrassa
Barcelonés de 60 años, es el más estrecho colaborador de monseñor Saiz Meneses
El 18 de mayo de 2010, el Papa Benedicto XVI ha nombrado obispo auxiliar de Terrassa a Salvador Cristau Coll,
vicario general y rector del seminario de esta misma diócesis. Nacido en Barcelona el 15 de abril de 1950, estudió
en el seminario de Toledo, donde fue ordenado sacerdote por el cardenal Marcelo González Martín el 12 de
octubre de 1980. Antes de ingresar en el seminario, se licenció en Derecho Civil en la Universidad de Barcelona.
Bodas de plata episcopales
Salvador Cristau, a la izquierda, junto a monseñor Saiz, será
ordenado obispo el 26 de junio en la catedral de Terrasa.
El 11 de mayo se cumplieron 25 años de la ordenación episcopal de monseñor
Agustín García-Gasco Vicente (1931), cardenal arzobispo emérito de Valencia,
y de monseñor Francisco Javier Martínez Fernández (1947), arzobispo
de Granada. Ambos, junto a monseñor Francisco José Pérez y Fernández-Golfín
(1931-2004), fueron ordenados obispos en la parroquia madrileña
de Nuestra Señora de Guadalupe y fueron obispos auxiliares de Madrid. El entonces
arzobispo de Madrid, cardenal Angel Suquía Goicoechea (1916-2006)
fue el ordenante principal. Monseñor García-Gasco fue después arzobispo de
Valencia desde 1992 a 2009 y es cardenal desde noviembre de 2007. Monseñor
Martínez fue obispo de Córdoba de 1995 a 2003, en que fue trasladado a Granada.
Golfín fue nombrado en 1991 primer obispo de Getafe. ■
La diócesis de Terrassa tiene
una población cercana a un millón
trescientos mil habitantes y
ocupa una extensión de 1.197
kilómetros cuadrados, dentro de
la provincia civil de Barcelona.
Su territorio se desgajó del arzobispado
de Barcelona en junio
de 2004 cuando, a la vez, se
creó también la diócesis de Sant
Feliu de Llobregat y la diócesis
de Barcelona fue elevada al rango
de archidiócesis metropolitana,
con Terrassa y Sant Feliu de
Llobregat como diócesis sufragánea.
Monseñor Josep Angel
Saiz Meneses es desde entonces
el obispo diocesano de Terrassa.
La diócesis de Terrassa tiene
como catedral el templo del Espíritu
Santo de esta ciudad y su
fiesta patronal es la Virgen de la
Merced (24 de septiembre). En su territorio
se halla la ciudad de Sabadell,
la más poblada de la diócesis. El número
de parroquias es de 117 y el de
sacerdotes 103, más otro en otra diócesis
española y otros cinco en el extranjero
(dos de ellos en misiones).
Los religiosos son 59 sacerdotes, 34
religiosos no sacerdotes y 578 religiosas.
Hay cuatro monasterios contemplativos
femeninos.
En este curso hay 40 seminaristas
mayores y en 2009 fueron ordenados
tres sacerdotes.
En 2008 hubo 7.066 bautizos, 3.681
confirmaciones, 791 confirmaciones y
1.860 matrimonios canónicos. OMP
recaudó 128.364,36 euros. En la diócesis
hay 46 centros sociales y de caridad,
que asistieron a 5.548 personas.
Hay 15 asociaciones laicales. ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 9

España
La música en la vida consagrada
I Curso de Teoría y práctica de artes aplicadas a la vida consagrada, en Buenafuente del Sistal
Buenafuente del Sistal (en
la diócesis de Sigüenza-
Guadalajara) acogió del
30 de abril al 2 de mayo el curso
«Para ti es mi música, Señor
(Salmo 100). La música
en la vida consagrada». Enmarcado
en un proyecto «La
belleza de una existencia
transfigurada. Teoría y práctica
de artes aplicadas a la vida
consagrada», fue organizado
por la Comisión Episcopal
para la Vida Consagrada con
la colaboración de la Cátedra
de Teología de la Vida Consagrada
(Facultad de Teología
«San Dámaso» Madrid).
La exhortación apostólica
Vita consecrata nos ha proporcionado
el texto inspira-
Ignacio Yepes dirigió la parte práctica del Curso.
dor de este proyecto: «Primer
objetivo de la vida consagrada es el de teología de la belleza», por Francisco
hacer visibles las maravillas que Dios José López Sáez (profesor de Teología
realiza en la frágil humanidad de las dogmática en el seminario diocesano
personas llamadas. Más que con pala- de Ciudad Real) y «La música en la espibras,
testimonian estas maravillas con el ritualidad» a cargo de Ángel Moreno
lenguaje elocuente de una existencia Sancho (vicario episcopal para la Vida
transfigurada, capaz de sorprender al Consagrada de Sigüenza-Guadalajara).
mundo» (n. 20). Hemos escogido el len- Las audiciones «La música sacra. Un
guaje elocuente de la música por la icono sonoro» y los talleres «Teoría y
convicción de que «la música es real- práctica del hecho musical como expemente
el lenguaje universal de la belleriencia religiosa» fueron dirigidos por la
za, capaz de unir entre sí a los hombres magistral batuta de Ignacio Yepes (di-
de buena voluntad», como señaló Berector de orquesta y compositor).
nedicto XVI.
«Y cantados los himnos, salieron ha-
Los alumnos, procedentes de todas cia el monte de los Olivos» (Mt 26, 30).
las formas de vida consagrada, —a los ¡Qué bella y sobrecogedora escena la
que se han unido otras personas intere- del Hijo de Dios quien tras cantar
sadas en el tema—, fueron testigos e in- —acompañado por sus apóstoles— himtérpretes
de una magnífica conjunción nos al Padre se dirige a cumplir su con-
de reflexiones teológicas, audiciones
musicales y talleres, en el marco del ritmo
litúrgico del monasterio cisterciense
de la Madre de Dios.
Las conferencias fueron las siguientes:
«La belleza de una existencia transfigurada»
(Vita consecrata, 20) impartida
por Lourdes Grosso García, M.Id (directora
del Secretariado de la Comisión
Episcopal para la Vida Consagrada). «La
sagración de Amor! Este texto del evangelio
de Mateo —citado por Ángel Moreno—
es luz que ilumina el itinerario de
nuestra vida consagrada por el Padre,
para gloria de la Trinidad y servicio de
los hermanos. El tema de este curso
«Para ti es mi música, Señor» no podía
ser mejor entonado que por el propio
Jesús, el Hijo, en la noche pascual. Con
El, por El y en El también nosotros,
10 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
miembros de todas las formas
de vida consagrada reunidos
en Buenafuente del Sistal, hemos
querido entonar cantos
de acción de gracias, de júbilo
y de compromiso. En tres intensos
días hemos recibido
mucho del Padre y de la generosidad
de los hermanos, con
palabras, imágenes y acordes
nacidos de la vivencia íntima
de la fe y testimoniados desde
la reflexión teológica, la creación
e interpretación artística y
el mandato misionero.
«La belleza es la forma de
expresar la hondura del
amor», dijo Francisco José
López en su ponencia, concluyendo
que «el misterio cristiano,
que es la partitura de la
vida consagrada, es un diálogo
de amor que pasa por la muerte y la
resurrección». Y nos dejaba una tarea
que es reto para los consagrados: «Dar
a conocer que la belleza nace de la
cruz». Cruz que pasa por la vivencia
personal y comunitaria de un decálogo
de actitudes espirituales, desde la música,
que entonó Ángel Moreno: obediencia,
silencio, humildad, oración, alabanza,
vida comunitaria, servicio, expresión
coral, testimonio y deleite de amor.
Junto a la reflexión teológica sobre la
belleza y la música en la vida consagrada,
hemos tenido el privilegio de la expresión
artística del maestro Ignacio Yepes,
testigo y testimonio, en quien vemos
cumplidas sus propias palabras:
«La música cuenta la verdad de lo que
nos pasa por dentro; la buena música
siempre es transparente en el corazón».
Para más información sobre estos
cursos pueden dirigirse a Mercedes Luján,
OCV, Secretariado de la Comisión
Episcopal para la Vida Consagrada, de
la Conferencia Episcopal Española: email:
cevc@conferenciaepiscopal.es y
tfno. 91 343 96 52. ■
Lourdes Grosso García, M.Id
794

Protagonizan la campaña jóvenes de
Suiza, Estados Unidos, El Salvador, República
Democrática del Congo, Taiwán,
Francia y España. Ellos mismos han
ideado los contenidos contando con el asesoramiento
y el apoyo desinteresado de
profesionales de la publicidad. Durante la
presentación llevada a cabo el martes 18 de
mayo, se visualizaron los tres spots. Martin
Le Breton, uno de los voluntarios que ha
protagonizado el spot, destacó que le
gustaría que los anuncios permitan «que
la gente tenga ganas de acompañarnos».
Por su parte, Pedro Besari, director de
Voluntarios de la JMJ, señaló que «el objetivo
de esta primera acción es animar a
jóvenes de todo el mundo a inscribirse
como voluntarios, que serán la columna
vertebral de una fiesta en la que participarán
casi 2 millones de personas». Se estima
que uno de cada 100 asistentes sea
voluntario.
795
Los voluntarios se responsabilizarán
de las funciones de atención a los participantes
y su acogida en estaciones de
tren, autobús y aeropuerto; de la información
a los asistentes; la colaboración
en el centro de prensa, o en la traducción
e interpretación de textos. También se integrarán
en la logística de los eventos, así
como en el servicio de orden de los actos,
el acompañamiento de las autoridades y
la coordinación de grupos.
Besari ha explicado los instrumentos
que se les proporcionarán para realizar
su labor con competencia: «Dispondremos
de varios cursos de formación así
como una web desde la que organizarnos
también con los voluntarios internacionales».
Además, los voluntarios recibirán
un curso sobre el patrimonio artístico
y cultural de la región, para poder orientar
a los participantes en la JMJ sobre
cómo aprovechar sus días en Madrid.
España
Soy voluntario, ¿y tú?, campaña de la JMJ
Siete jóvenes de diferentes países prestan su imagen para anunciar la JMJ 2011 Madrid
Con el objetivo de enrolar a unos 20.000 voluntarios, 6.000 de ellos de procedencia internacional, Laura
Ruiz de Galarreta, directora de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, resaltó en la presentación de la
campaña los valores de los voluntarios, que «deben ser los que prevalezcan en la nueva sociedad que salga
de la crisis económica».
Toledo: Clausura del Congreso Eucarístico
l domingo 30 de mayo, solemnidad litúrgica de la
ESantísima Trinidad, tiene la Iglesia española por
epicentro a la ciudad de Toledo. A partir de las
10:30 horas la catedral primada acoge la solemne
misa de clausura del X Congreso Eucarístico Nacional
de España, presidida por el legado pontificio,
cardenal Angelo Sodano, decano del colegio
cardenalicio. Será emitida por La 2 de TVE y otros
medios. «Me acercaré al altar de Dios, la alegría de
mi juventud» es el lema del congreso, inaugurado
en la tarde del jueves 27 y organizado por la archidiócesis
toledana y la CEE. Ha congregado a
800 personas y, con este motivo, la Cruz y el Icono
de las JMJ están estos días en Toledo. ECCLESIA
ya ofreció un amplio reportaje sobre el tema en su
nº 3.516 correspondiente al pasado 1 de mayo. ■
Cinco de los siete jóvenes del vídeo.
Gabriel González-Andrío, director de
marketing de la JMJ, subrayó el ámbito
internacional y multilingüe de la iniciativa,
cuya distribución será, sobre todo, en
medios digitales.
Jorge Martínez, director general de la
productora del spot (Central de Producers),
comentó que «nos ha sorprendido
la calidad de los voluntarios como actores».
Martínez está contento con el resultado:
«Para nosotros es un orgullo poder
colaborar en la realización y producción
de esta campaña para un evento mundial
de esta magnitud».
Laura Ruiz de Galarreta, directora de
Voluntariado de la Comunidad de Madrid,
se mostró satisfecha con el resultado
de los spots: «Lo más importante es
que los “actores” transmiten la ilusión de
lo que supone ser voluntario».
Todos aquellos que quieran ser voluntarios
se pueden apuntar a través de la
web oficial madrid11.com ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 11

España
V Centenario de la catedral de Orihuela
Año Jubilar con este motivo desde el 13 de mayo de 2010 a la misma fecha de 2011
Con ocasión del quinto centenario
de la construcción de la catedral
de Orihuela, la Santa
Sede, a petición del obispo de
Orihuela-Alicante, monseñor Rafael
Palmero Ramos, ha concedido un
año jubilar local. La apertura del mismo
fue el jueves 13 de mayo de 2010
y su clausura en la misma fecha de
2011. En la apertura, el presbiterio
diocesano de Orihuela-Alicante celebró
asimismo la fiesta sacerdotal de
San Juan de Ávila, patrono del clero
secular español una de las celebraciones
especiales del Año Sacerdotal.
Con este motivo, el obispo de esta
diócesis ha escrito una carta pastoral.
Titulada «Morada de Dios por el Espíritu»,
en ella monseñor Palmero glosa
la historia y el arte del templo catedralicio
y de su significado como iglesia-madre
de la diócesis y sede de la
cátedra del obispo. Asimismo monseñor
Palmero ofrece algunas pinceladas
sobre el Año Jubilar.
La localidad cacereña de Belvís de
Monroy (diócesis de Plasencia) celebra
los 500 años de la fundación del
Convento de San Francisco de Berrocal.
Este convento franciscano tuvo
gran importancia para la evangelización
de América. Con motivo del V
centenario del nacimiento de San
Francisco de Borja, del 8 al 10 de
abril, Valencia acogió un congreso internacional
sobre el santo. Las sesiones,
tituladas «Francisco de Borja. Política,
religión y cultura», fueron organizadas
por la Universidad CEU
Cardenal Herrera y el Consejo Superior
de Investigaciones Científicas
(CSIC).
El 18 de marzo, aniversario de la
muerte de su fundadora María Gay
Tibau, las religiosas de San José de
Gerona clausuran el Año Jubilar del
125 aniversario de su creación.
En marzo se cumplieron cien años
de la Operarias del Divino Maestro.
En marzo concluyeron los actos del
cincuenta aniversario de la fundación
de la Obra de la Iglesia, fundación de
la sevillana Trinidad Sánchez Montero.
La Congregación de Hermanitas de
la Anunciación, fundada en 1943 por
Madre María Berenice Duque Hencker
(1898-1993) en Medellín (Colombia),
celebra en 2010 los 50 años de
su presencia en España. También
cumple 50 años Cáritas Diocesana de
Zaragoza. Entre otras actividades, ha
habido una exposición conmemorativa.
También en Zaragoza, el colegio
Obra Diocesana de Santo Domingo
de Silos celebra sus bodas de oro
hasta el 15 de julio. Con este motivo,
ha sido galardonado con la medalla
extraordinaria de la Educación Aragonesa.
Durante este medio siglo unos
treinta alumnos han estudiado en el
colegio, que actualmente acoge a
doscientos mil niños y muchachos.
El cardenal Carlos Amigo Vallejo
(1934), arzobispo emérito de Sevilla,
celebra sus bodas de oro sacerdotales.
Ya el pasado Martes Santo, día 30
de marzo, presidió al efecto la Misa
Crismal en la catedral de Sevilla, cuya
12 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
Recreación
de la
catedral
de Orihuela
(a la
izquierda)
y cuadro
de la
beatificación
del cardenal
Sancha
(a la
derecha).
archidiócesis rigió de 1982 a 2009.
Monseñor Amigo, fraile franciscano
desde 1954, fue ordenado sacerdote
el 17 de julio de 1960. Es obispo desde
1974 y cardenal desde 2003.
Beato cardenal Sancha
La archidiócesis de Toledo y las
Religiosas del cardenal Sancha celebraron
el 24 de marzo un acto académico
como clausura y memoria del
primer centenario de la muerte del
beato Ciriaco María Sancha Hervás,
arzobispo de Toledo y fundador de
las citadas religiosas. El acto fue presidido
por el arzobispo toledano,
monseñor Braulio Rodríguez Plaza.
En él se presentó un libro y se hizo
memoria de las celebraciones de la
efeméride. Intervinieron el vicario
episcopal de Cultura de Toledo, César
García; el director de Publicaciones
de la archidiócesis, Luis Gahona Fraga;
y el delegado episcopal para la
beatificación del cardenal Sancha
—acto celebrado en Toledo el pasado
18 de octubre—, Carlos Miguel García
Nieto. ■
796

■ LOS CAPUCHI-
NOS DE L´OLLERIA
(VALENCIA) inauguraronrecientemente
una variada y
amplia oferta cultural
y de ocio, que
cuenta con diez espacios
dedicados al
arte, la cultura, la
historia, la ecología,
junto a un servicio
de Hospedería Rural Conventual. El convento capuchino fue
fundado en 1601 y en su conjunto alberga un Museo del Vidrio,
un Museo Etnológico y otros ámbitos para la arqueología
y las exposiciones de pintura y fotografía.
■ LOS DELEGADOS DIOCESANOS DE HERMANDADES Y
COFRADÍAS celebran en Málaga del 21 al 23 de junio sus
jornadas nacionales, uno de cuyos objetivos es incentivar a
las hermandades y cofradías de cara a la JMJ2011 Madrid. Alfonso
Crespo, Francisco José González, Josep Enric Parellada
y Fermín Labarga serán los ponentes; habrá también
informaciones, comunicaciones, coloquios y celebraciones.
■ LA DIÓCESIS DE CORIA-CÁCERES organizó del 19 al 23
de mayo, en el seminario mayor, el II Congreso Teológico
pastoral. «Presbíteros, vida consagrada y laicos en la misma
barca» fue su tema. Hubo ocho ponencias, ocho talleres y
una mesa redonda, así como la proyección de una película,
un musical Gospel y las correspondientes celebraciones litúrgicas.
■ MONSEÑOR ÁNGEL RUBIO CASTRO, obispo de Segovia,
ha publicado una folleto con catequesis, homilías y oraciones
de temática sacerdotal en el contexto del Año Sacerdotal.
Una fotografía del Santo Cura de Ars ilustra la portada
de la publicación. Algunos textos de las mismas han sido
publicados ya en ECCLESIA.
■ «CUADERNOS ROVIROSA» es el título general de una
nueva colección de folletos publicados y auspiciados por la
HOAC. El contenido del primero de estos cuadernos lleva
por título «La vivencia de la triple comunión» y se refiere a las
alusiones de Guillermo Rovirosa sobre la necesidad de vivir
en triple comunión de bienes (pobreza y alegría de compartir),
de vida (humildad sencilla de recibir) y de acción (el sacrificio
fecundo del renunciar).
■ EL XX ENCUENTRO ECUMÉNICO DE EL ESPINAR tiene
lugar del 5 al 19 de julio en esta localidad segoviana del
797
España
Guadarrama. «Edimburgo 2010: ¿Hacia dónde caminamos?»
es su tema. Ponencias, talleres, reuniones de grupo, mesas
redondas y oraciones y celebraciones ecuménicas integran
el programa.
■ LA TRAPA PALENTINA, de Dueñas, acogió del 2 al 7 de
mayo unas jornadas de espiritualidad sacerdotal. Fue una
iniciativa del obispado de Mondoñedo-Ferrol. Participaron
el obispo de esta diócesis y varios sacerdotes. Estudiaron la
espiritualidad de San Rafael Arnaiz y la del beato Manuel
González, cuya tumba visitaron en la catedral palentina.
Recorrieron también un tramo del Camino de Santiago en
Palencia.
■ CHUS VILLARROEL FERNÁNDEZ es uno de los numerosos
sacerdotes que en este año hacen sus bodas de oro
sacerdotales. El dominico Villarroel, que celebró la efeméride
el pasado 18 de abril, está muy vinculado con los grupos de
la Renovación Carismática. Con esta noticia felicitamos también
a todos los sacerdotes de bodas de oro y plata.
■ SIETE PERSONAS RECLUSAS pueden salir todas las mañanas
del Centro Penitenciario de Badajoz con el fin de participar
en los talleres de «empleada de hogar» y en el del Plan
de Formación e Inserción Profesional (Plan FIP) en la especialidad
de electricista de edificios, ambos gestionados por Cáritas
diocesana de Badajoz. Además de la capacitación sociolaboral,
durante el curso se han desarrollado diversos itinerarios
de inserción, de forma que las personas participantes se
convirtieran en sujetos activos de su proceso de inserción.
■ EL OBISPADO DE GETAFE ha inaugurado una nueva sede,
que será ocupada por la vicaría judicial, el archivo diocesano y
algunas delegaciones pastorales. La curia y la administración
seguirán en la sede actual. El obispo de Getafe, monseñor Joaquín
María López de Andújar y Cánovas del Castillo, bendijo
las nuevas instalaciones, proyectadas en tiempos de su predecesor,monseñor
Francisco
José Pérez y Fernández-Golfín,
fallecido en febrero
de 2004, primer
obispo de
esta diócesis del
sur de Madrid y
cuyo proceso de
canonización, en
fase diocesana,
esta recién incoado.
■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 13

14
Cultura
los libros
Algunas de las intervenciones
del sacerdote
y párroco madrileño
Jesús Higueras Esteban
en el programa Palabra
de vida de Popular
TV aparecen recogidas
en El eco más sonoro
(100 reflexiones cristianas
para enriquecer tu
vida) (Ed. La Esfera de
los Libros). Tomando
pie en los textos de los
evangelios elabora
unos comentarios claros
y dichos con tono
tranquilo y reflexivo.
Utiliza un lenguaje sencillo
y alejado de inflexiones
académicas o especializadas. Se
trata, en efecto, de hacer aflorar el eco
que dejan las palabras de Jesús en su
evangelio para iluminar la existencia
del cristiano en medio de un mundo
que padece oscuridad. No habría estado
de más incluir las citas bíblicas de
referencia en el índice general.
Esteban Sala es un franciscano dedicado
a la predicación y a la dirección
espiritual, que ha recogido setenta y
tantas breves anécdotas o pinceladas
de humanismo con las que
se ha ido encontrando día a
día, en su libro Aman desde
el silencio (Ed. Voz de papel).
Hay testimonios vivos, toques
de atención, invitaciones
a la reflexión, sentimientos
de confianza en Dios y
en los seres humanos...
La abadesa benedictina
Anna Maria Cànopi en ¿Has
dicho esto por nosotros? (Las
parábolas de la misericordia)
(Ed. Narcea) propone unos
puntos de meditación acerca
de cinco parábolas recogidas
en el Evangelio de San Lucas
y una en el de San Mateo.
Son las conocidas como pa-
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
rábolas de la misericordia,
que se cuentan entre
las más bellas y esperanzadoras
páginas
del mensaje de Jesús e
involucran a quien se
enfrenta con sus enseñanzas.
En Modular deseos,
vertebrar sujetos (Pensar
la formación para la
vida consagrada) (Ed.
San Pablo) el jesuita
Xavier Quinzá Lleó
proporciona elementos
para la formación de
los jóvenes, capaces de
vencer miedos y abrirse
a un tipo de vida solidaria y arriesgada
como es la vida religiosa. Nuevos
escenarios y modos de vida, el cultivo
de la virtud en el crecimiento espiritual,
el seguimiento radical de Jesús
con un amor intenso y la importancia
de la vida comunitaria son algunos de
los hitos por los que transcurre el discurso
que se desarrolla en estas páginas.
Evelio José Ferreras, dominico, es
el autor de dos libros destinados a
on el título de La últi-
Cma cima se estrena
una película de casi hora
y media sobre la vida de
Pablo Domínguez, sacerdote
joven que, siendo
decano de la Facultad
de Teología San Dámaso
de Madrid, murió despeñado
en el Moncayo el
año pasado cuando estaba
disfrutando de una
de sus mayores aficiones,
la montaña, una vez terminada
la tanda de ejercicios
espirituales que dirigió
a unas religiosas. ■
quienes profesan la vida consagrada:
Proceso de maduración personal (Madurez
humana y vida consagrada) y El
seguimiento de Jesús en la vida consagrada
(Ed. Edibesa). Ambos son fruto
del estudio, la escucha, el diálogo, la
investigación y la docencia durante un
cuarto de siglo. Concebidas ambas
obras como materiales de trabajo sobre
los temas enunciados, se abordan
en ellas la maduración humana, sexual
y afectiva, moral y espiritual, y lo que
supone el seguimiento de Jesús en
pobreza, castidad y obediencia por el
Reino de Dios.
Unos 3.500 manuscritos inéditos,
escritos en siete lenguas y datados entre
los siglos VII a.C. y X d.C., pertenecientes
a las dos colecciones de papiros
más importantes de España, de la
Abadía de Montserrat y de los Jesuitas,
han salido a la luz a través del
portal de internet Dvctvs. Creado y
gestionado por la Universidad Pompeu
Fabra, Dvctvs lanza al universo digital
dos colecciones papirológicas indisolublemente
ligadas cada una a
sendos grandes personajes que aunaron
ciencia y religión. La de la abadía
de Montserrat, de más de 1.500 piezas,
fue adquirida en su mayor parte
por el padre benedictino Bonaventura
Ubach (1879-1960). La de la Compañía
de Jesús, de más de 2.000 manuscritos,
fue adquirida por otro gran sabio,
el P. José O'Callaghan (1922-
2001). La primera está prácticamente
estudiada y catalogada pero
no así la segunda, que se
encuentra en proceso de investigación
actualmente. Los
textos, desde fragmentos
del tamaño de una uña a
todo un códice de pergamino
del siglo V con los Evangelios,
están escritos en diferentes
lenguas (egipcio
demótico, hierático y jeroglífico,
copto, árabe, latín, hebrero
y siríaco) y abarcan
un amplio abanico temporal,
desde el s. VII a.C. al X de
nuestra era. En cuanto a las
materias, van de textos literarios
y religiosos a simples
documentos sobre la vida
cotidiana de la época. ■
798

La Iglesia media en Cuba
Parece que algo se empieza a mover
en Cuba. Y la Iglesia no es
ajena a ese movimiento. El pasado
19 de mayo, el presidente cubano,
Raúl Castro, y la jefa de la Oficina de
Asuntos Religiosos del Partido Comunista,
Caridad Diego, se entrevistaron
con el arzobispo de La Habana, cardenal
Jaime Ortega Alamino, y con
monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo
de Santiago de Cuba y presidente
de la Conferencia de Obispos
Católicos.
Los pormenores de ese encuentro,
que había sido solicitado días antes
por el cardenal y que se prolongó durante
más de cuatro horas, fueron relatados
por monseñor Ortega al día siguiente,
en una rueda de prensa celebrada
en el arzobispado de La Habana.
Allí, el purpurado confirmó que la Iglesia
ha estado realizando en las últimas
semanas, y «de manera discreta», gestiones
para tratar de aliviar la situación
de los presos políticos, gestiones
—añadió— que «deben continuar en los
próximos tiempos». El Gobierno cubano
—reconoció el prelado— no se ha
comprometido a liberar a los aproximadamente
200 presos de conciencia
(«contrarrevolucionarios», en la terminología
del régimen) que hay en las
cárceles del país. Unicamente ha aceptado
abrir un diálogo que la Iglesia
confía que termine con la excarcelación,
en un plazo más o menos corto,
de algunos de ellos.
Monseñor Ortega, sin embargo, llama
la atención sobre el hecho de que
se trata de un diálogo totalmente «distinto
y novedoso», y por ello, tremendamente
esperanzador. «¿Qué tiene de
nuevo? ¿Qué tiene de importante?», se
preguntaba en esa rueda de prensa.
Pues que no se ha tratado en él de
«problemas de la Iglesia», es decir, de
«necesidades, de facilidades mayores
para su misión, etc.», sino «de Cuba, de
799
este momento y de nuestro futuro». Lo
cual conlleva un hecho añadido, cual
es el reconocimiento de la Iglesia
«como interlocutora».
Intercesión del cardenal
por las «Damas de Blanco»
La entrevista con Raúl Castro se
gestó después de que el Gobierno
acogiese favorablemente una intercesión
previa de monseñor Ortega en favor
de las «Damas de Blanco», las hijas
y madres de los presos políticos, que
llevan siete años manifestándose y
exigiendo cada domingo, a la salida de
la misa, la liberación de sus familiares
encarcelados. El 18 y el 25 de abril, sin
embargo, estas mujeres fueron rodeadas
por cientos de partidarios del régimen,
que las insultaron y les impidie-
Latinoamérica
Tras entrevistarse con Raúl Castro, el cardenal Ortega confirma que el régimen ha pedido
la mediación de la Iglesia y ha aceptado abrir un diálogo sobre los presos políticos
Las «Damas de Blanco», a la salida de la
misa dominical y poco antes de emprender
su marcha reivindicativa, en foto de archivo.
ron llevar a cabo sus protestas. El cardenal
Ortega hizo llegar a las autoridades,
en público y en privado, su malestar
por ese hostigamiento, que calificó
de «penoso». Poco después, y ante
su sorpresa, las autoridades le hicieron
saber que las marchas de las «Damas
de Blanco» no volverían a ser interrumpidas
y le pidieron que ejerciera
de mediador con ellas.
El arzobispo de La Habana confirmó
también que otros dos sacerdotes
(José Félix Pérez, secretario adjunto de
la Conferencia Episcopal, y Ramón
Suárez Polcari, canciller de la archidiócesis
de La Habana) han visitado en
los últimos tiempos y en distintas ocasiones
a Guillermo Fariñas, el preso
que sigue en huelga de hambre tras
tomar el relevo del fallecido Orlando
Zapata. «Fuimos a verlo —dijo— para
expresarle que tuviera un sentido de
más confianza en la gestión de la Iglesia,
en el sentido de que algunas de las
cosas que él pide pudieran quizás lograrse»,
pero en ningún momento
—aseguró— se le pidió que dejara la
huelga de hambre.
En su comparecencia ante los medios,
monseñor Ortega informó también
de que el secretario para las Relaciones
con los Estados de la Santa
Sede, monseñor Dominique Mamberti,
visitará La Habana el próximo 15 de
junio, invitado por la Iglesia y el Gobierno
cubanos para participar en las
jornadas conmemorativas de los 75
años de relaciones entre la República
de Cuba y la Santa Sede. La visita del
ministro de Exteriores vaticano —que
monseñor Ortega desliga completamente
de las gestiones en favor de los
presos— coincide también con la celebración
de la X Semana Social Católica,
que tendrá lugar en La Habana del 16
al 20 de ese mes de junio. ■
José Ignacio Rivarés
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 15

Latinoamérica
Bolivia, entre la Pachamama y la realidad
En el pasado número, ECCLESIA
informaba del encuentro del
Papa Benedicto XVI y el presidente
de Bolivia, Evo Morales. Ha
sido la primera vez que el mandatario
—que se confiesa «católico
desde pequeño»— es recibido en el
Vaticano. Según declaró Morales
poco después en España, donde
asistió a la Cumbre Unión Europea-
América Latina, el encuentro había
sido solicitado «hace tres años». En
las próximas líneas vamos a tratar
de explicar el contexto boliviano en
el que se enmarca esa audiencia.
Los hechos que se relatan han
acontecido en los últimos meses.
En este tiempo han tenido lugar
también dos asambleas de la Conferencia
Episcopal y dos elecciones: la
que deparó la reelección del propio
Presidente el 6 diciembre de 2009, y
las Departamentales y Municipales del
pasado 4 abril.
«Soy yo, no tengan miedo» (Jn 6, 20).
Así titularon los obispos de Bolivia su
Mensaje al Pueblo de Dios al terminar
su Asamblea Plenaria el 20 de abril.
Ese mensaje nos va a servir de hilo
conductor en esta crónica. En él, se
describe claramente y con valentía la
situación de Bolivia. «Señalamos algunos
de los aspectos más preocupantes
que necesitan de acciones decididas de
parte de todos, para superar las amenazas
a la democracia y, en general, a la
vida del país», dicen allí los obispos.
Situación de cambio
«Pedimos a los que tienen autoridad
y a todos los ciudadanos e instituciones,
que combatan, sin escatimar esfuerzos,
el creciente flagelo del narcotráfico, la
producción y consumo de drogas, que
tanto daño hacen a los jóvenes y a la
sociedad».
La exhortación episcopal tiene su
fundamento. Hoy nadie desconoce que
la droga ha crecido de manera desproporcionada
en Bolivia. Las fábricas de
droga, que antes operaban en lugares
inaccesibles, ahora se encuentran en
Evo Morales, en la localidad boliviana de San
Lorenzo, en septiembre del pasado año.
capitales como Cochabamba o El Alto.
El consumo de cocaína, adolescentes y
jóvenes incluidos, está creciendo de
modo preocupante. La Junta Internacional
de Fiscalización de Estupefacientes,
adscrita a la ONU, asegura que en
ocho años las plantaciones de coca se
han duplicado.
«Urge tomar medidas frente al deterioro
de la convivencia social, con el incremento
de la inseguridad ciudadana,
la delincuencia y la violencia que originan
la muerte de muchos bolivianos y
que expresan el poco respeto a la vida y
a la dignidad de las personas, como hijos
de Dios», añaden los obispos en su
Mensaje.
Bolivia, ciertamente, no ha alcanzado
los niveles de violencia de otros países
del entorno latinoamericano. No
obstante, la impresión general es que
la violencia crece entre nosotros. La
violencia y los robos callejeros y en las
viviendas son frecuentes. El hecho más
significativo son los linchamientos,
ciertamente espantosos. En los últimos
cinco años se han registrado 34 linchados
hasta la muerte y un número
mayor que no ha llegado a ese extremo.
La mayoría de ellos por simples
sospechas de robo. Por esos 34, nadie
ha ido a la cárcel.
«Se multiplican hechos de manipulación
de la justicia, provocando un ambiente
de sospecha y persecución que
16 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
atemorizan a los ciudadanos, además
de ahondar la desconfianza en
los organismos judiciales», prosigue
el Episcopado.
Este aspecto de la vida boliviana
es uno de los más preocupantes,
según los analistas sociales, políticos
y religiosos. La política del Gobierno
se está inclinando claramente
hacia la acusación a los opositores
políticos y a todos los cargos
anteriores a ellos. Se ha concretado
en una Ley que hasta el vicepresidente
Álvaro García Linera la ha
presentado como «Ley Guillotina».
La judicialización de la política es,
para muchos, un hecho, y su finalidad
es la anulación de toda posible
oposición. Los cuatro últimos Presidentes
han sido calificados por Evo
Morales de «delincuentes confesos organizados
en sindicato». Lo que ha hecho
sonar la alarma. Están siendo víctimas
de este acoso político judicial
otros muchos cargos públicos que no
eran partidarios del Presidente o que
se alejaron definitivamente de él: vicepresidentes,
prefectos, alcaldes, jueces...
También este hecho ha sido avisado
por el Alto Comisionado de la ONU en
Bolivia.
El asunto de los depósitos
Luego está el asunto de los depósitos.
El 28 de marzo, el fiscal Félix
Peralta informó de que el ex-Defensor
del Pueblo, Waldo Albarracín, y
Julio Terrazas (sin especificar más)
habían recibido depósitos de los gastos
reservados. Julio Terrazas, a quien
todos identificaron con el Cardenal
—como así era— recibió 115.000 pesos
bolivianos. La sorpresa e indignación
fue total en prácticamente todo
el país. El fiscal terminó retractándose
y fue cesado.
La Conferencia Episcopal emitió tres
comunicados expresando su «perplejidad
e indignación ante las acusaciones
sin ninguna prueba». Afirma que nunca
el Cardenal «ha recibido dinero alguno
de parte de ningún Gobierno». En un
800

segundo comunicado hablaba de «la
irresponsabilidad y falta de ética» del
Fiscal. Recordaba «que el caso del
atentado a la casa del Cardenal aún no
ha sido esclarecido», después de casi
dos años. Y por fin, preguntaba:
«¿Quién asume los daños causados a
la dignidad y honorabilidad del cardenal
Julio Terrazas y de toda la Iglesia
Católica en Bolivia?».
Por fin, la Asamblea Plenaria emitió
un documento detallando todo lo que
se refería al caso. El cardenal recibió
los 115.000 pesos de la Dirección General
del Régimen Penitenciario, «destinados
para la compra de mobiliario
del Albergue de la Esperanza para los
niños de la cárcel». No fue dinero para
su persona. Se ofrecen fechas, lugares,
facturas y proveedoras donde
fueron comprados los muebles y la
información devuelta a la Dirección
General. También el ex-Defensor del
Pueblo demostró la falsedad de la
información.
El asunto de los depósitos
«La polarización entre fuerzas políticas
ha provocado susceptibilidades
en estas últimas elecciones, generando
un clima de tensión e intolerancia
que conspira contra la convivencia
pacífica», escriben los obispos.
Dos hechos concretos, entre
otros, avalan esta afirmación. El presidente
del Gobierno ha acusado de
fraude electoral a los cuatro Departamentos
en que no ha ganado: Santa
Cruz, Tarija, Beni y Pando. Al principio,
también Sucre, Departamento del que
ya no se habla porque finalmente acabó
imponiéndose allí el partido de
Morales, el Movimiento al Socialismo.
La Corte Electoral no aplicó dos puntos
de la Ley favoreciendo descaradamente
al MAS.
«La necesidad de una mayor responsabilidad
respecto a la conservación
adecuada del Medio Ambiente. La
Iglesia quiere ser testimonio de defensa
y cuidado de la creación de Dios,
como lo hemos afirmado en las Cartas
Pastorales sobre la “Tierra, Madre fecunda
para todos” y el “Agua, fuente
de vida, y don para todos”. Al mismo
tiempo, saludamos y deseamos que la
I Cumbre Mundial de los Pueblos sobre
el Cambio Climático y Derechos de
801
la Madre Tierra, que se realiza en
nuestro país, contribuya a salvaguardar
la naturaleza».
De todos es conocido que la I Cumbre
Mundial de los Pueblos sobre el
Cambio Climático y los Derechos de la
Madre Tierra (entre nosotros, la Pachamama),
celebrada en Cochabamba del
20 al 23 de abril, se ha hecho famosa
únicamente por los comentarios de
Evo Morales sobre los pollos y la Coca
Cola. Poco más. Incluso no se admitió
la Mesa 18, formada por opositores al
Presidente, antiguos partidarios políticos
y cuyas conclusiones fueron muy
críticas con proyectos medioambientales
a los que se ha sumado Bolivia. De
líderes políticos, solamente asistió
Benedicto XVI y Evo Morales, en el Vaticano,
el pasado 17 de mayo.
Hugo Chávez, presidente de Venezuela.
Garantizar la libertad
de educación
Especial interés muestran los obispos
por el tema de la educación, al que dedican
un apartado de su Mensaje. «La
Iglesia —escriben— ha desarrollado a lo
largo de la historia una gran labor educativa,
de manera particular en los lugares
más apartados de nuestro país... Reconocemos
que el Estado, en los últimos
años, ha invertido mucho en la educación
de los niños y de los jóvenes... Sin
embargo, autoridades educativas de diferentes
niveles quieren imponer a los establecimientos
educativos de Convenio
sus criterios y su personal, no reconociendo
nuestro derecho a elegir el cuerpo
Latinoamérica
docente de las obras católicas... También
está en riesgo el que la Iglesia siga formando
maestros, al igual que las otras
Escuelas Superiores de formación. Por último,
existe el peligro de no poder ofrecer
la educación religiosa que esperan los
padres de familia para sus hijos, como
primeros responsables de su educación».
El Mensaje termina exhortando a la
reconciliación entre los bolivianos.
Pide asimismo a la Iglesia que sea signo
de unidad e instrumento de reconciliación.
Este deseo final de que
«nuestro país logre alcanzar la deseada
unión» obedece, sin duda, a la
constatación de que Bolivia está retrocediendo
claramente en cohesión y
creciendo en enfrentamientos entre la
ciudad y el campo, entre etnias y
culturas, entre partidarios de uno u
otro signo, algo que realmente entorpece
el compromiso contra la
pobreza, tema siempre pendiente
en anteriores gobiernos y también
en éste. Y que impide «expresar las
ideas con libertad».
En este objetivo ha de volcarse
también la «Misión Permanente»,
«tarea apremiante» en la que está
comprometida toda la Iglesia Latinoamericana
y del Caribe. La pastoral
vocacional a la vida presbiteral y
consagrada también ha ocupado el
temario de esta Asamblea
Los obispos recordaron igualmente
a monseñor Roger Aubry,
obispo del vicariato de Reyes recientemente
fallecido y muy conocido
por sus escritos y libros.
El 1 de mayo, por último, Evo Morales
sorprendió a Bolivia con una nueva
nacionalización: la de la producción y
distribución de electricidad. Del Gobierno
depende ahora el 80% de la
fuerza eléctrica. Con lo que, en opinión
de algunos analistas político-sociales,
que basan su afirmación en «las pocas
cifras oficiales que se conocen», «la
economía boliviana se está acercando
a un punto de inflexión en el que la
falta de inversiones privadas, tanto nacionales
como extranjeras, y la absoluta
y total ineptitud demostrada por el
sector público para llenar ese vacío,
hace prever días críticos. Razón más
que suficiente para hacer un alto en el
camino que conduce al estatismo». ■
Jesús Moreno Led
Bolivia
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 17

Vaticano
Los caminos del diálogo y de la diplomacia
En la pasada semana el Papa recibió a estadistas de Tonga, República Dominicana, Bulgaria,
Macedonia, Moldavia y Congo y a los embajadores de Mongolia y Emiratos Arabes Unidos
Los caminos de la cultura
del diálogo y de la diplomacia
se entremezclaron
en la tercera semana de mayo
en una apretada e internacional
agenda pontificia. Agenda pontificia,
por cierto, que ya tiene
reservado para el jueves 10 de
junio la audiencia que el Santo
Padre concederá al presidente
del Gobierno español, José
Luis Rodríguez Zapatero. El
contexto de la misma —la primera
visita al Vaticano del
presidente español desde junio
de 2004— es la conclusión
de la presidencia de turno
de la Unión Europea, tal y
como suele acontecer al final
de los semestres.
Cultura y ecumenismo
—ambos de gran relevancia—
se dieron cita en el Vaticano
los días 19 y 20 de
mayo. Así, el jueves, Benedicto XVI
asistió a un concierto ofrecido en su
honor por el Patriarca de Moscú, Kirill
I, con motivo de su cumpleaños y del
quinto aniversario de su elección
como pontífice. El concierto, con música
de compositores rusos (Mussorsky,
Rimski-Korsakov, Tchaikovsky
y Rachmaninov), fue interpretado
por la Orquesta Nacional Rusa,
con la participación del Coro Sinodal
de Moscú y la Capilla de Cuernos de
Petersburgo. Este concierto forma
parte del programa de actos de las
«Jornadas de cultura y espiritualidad
rusa en el Vaticano». Tras escuchar el
mensaje del patriarca Kirill I y saludar
a su delegado, el metropolita Hilarion
de Volokolamsk, «ministro» de Exteriores
del Patriarcado de Moscú, el
Papa destacó que en las obras interpretadas
«está presente de forma profunda
el alma del pueblo ruso y con
ella la fe cristiana», pues «existe un es-
Benedicto XVI recibe un mensaje de Kirill I de manos del responsable
de relaciones externas del patriarcado de Moscú, el obispo Hilarión.
trecho ligamen originario entre la música
rusa y el canto litúrgico».
El Papa advirtió del riesgo del abandono,
en la cultura contemporánea, «del
extraordinario patrimonio suscitado e
inspirado por la fe cristiana, que constituye
la espina dorsal de la cultura europea,
y no sólo de ella».
La diplomacia vaticana
Y hablando de cultura rusa, o más
ampliamente de cultura eslava, acudieron
al Vaticano, el pasado 22 de mayo,
el primer ministro de la República de
Bulgaria, Boiko Borissov, con ocasión
de la memoria litúrgica de los santos
Cirilo y Metodio, evangelizadores de
los países eslavos y autores del alfabeto
cirílico, así como el presidente del Parlamento
de la ex República yugoslava de
Macedonia, Trjako Veljanoski, también
con motivo de las mismas celebraciones
18 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
de los dos santos hermanos
de la antigua Tesalónica.
En sus discursos a ambas
personalidades, Benedicto
XVI recordó la aportación de
Cirilo y Metodio a la religiosidad
y la cultura eslava, que
insertaron «en la común tradición
cultural cristiana», y señaló
que Bulgaria, en su camino
de plena integración
con las otras naciones europeas,
«está llamada a promover
y dar testimonio de aquellas
raíces cristianas que descienden
de las enseñanzas de
los santos Cirilo y Metodio,
aún hoy más actuales y necesarias»,
custodiando el «precioso
patrimonio» que une
entre sí a ortodoxos y católicos,
unidos «por la misma fe
y por el bautismo común»
(…) «en el respeto a las diversas
tradiciones eclesiales».
La señora Hissa Abdulla Ahmed Al-
Otaiba presentó sus cartas credenciales
al Papa, el pasado 20 de mayo, como
primer embajador de los Emiratos Arabes
Unidos ante la Santa Sede. Benedicto
XVI aprovechó la ocasión para elogiar
la hospitalidad de los Emiratos con
«cientos de miles de extranjeros en busca
de un trabajo y de un futuro financiero
más seguro para ellos y para sus
familias», y para mostrar su satisfacción
por el buen entendimiento entre la Iglesia
y las autoridades políticas de los
Emiratos, reflejado en las «varias iglesias
católicas construidas en terrenos donados
por las autoridades públicas». A
este propósito, el Obispo de Roma resaltó
que la libertad de culto «contribuye
notablemente al bien común y produce
armonía social en todas las sociedades
donde se practica». El Pontífice
subrayó asimismo la acción de la Iglesia,
que se esfuerza «por el desarrollo
802

auténtico de todos, sin distinción de
raza, color o creencia».
La aportación de la Iglesia católica en
los diversos campos de la promoción
humana quedó igualmente de manifiesto
en las audiencias del Papa al primer
ministro del Reino de Tonga (estado insular
del Pacífico), Feleti Vaka’uta Sevele,
y al presidente de la República Dominicana,
Leonel Fernández Reyna, ante
quien Benedicto XVI puso de manifiesto
el papel de la República Dominicana en
la organización de las ayudas humanitarias
en Haití. En la misma línea de colaboración
y de búsqueda del bien común,
el lunes 24 el Papa se encontró
con el presidente de la República del
Congo, Denis Sassou N’Guesso; y con
el presidente en funciones de Moldavia,
Mihai Ghimpu.
Por otro lado, continúan los trabajos
de la Comisión Bilateral Estado de Israel-Santa
Sede. El 20 de mayo hubo
una nueva reunión y la siguiente será el
14 de junio.
Política e Iglesia
A todo esto, el viernes 21 de mayo,
Benedicto XVI se encontró con los participantes
en la XXIV Asamblea Plenaria
del Pontificio Consejo para los Laicos,
quienes debatieron sobre los laicos
como «testigos de Cristo en la comunidad
política». Abrió el fuego el cardenal
polaco Stanislaw Rylko, que saludó al
Papa con la siguiente afirmación:
«La Iglesia no se identifica
con ningún sistema ni
partido político». Fue Juan
Pablo II quien allanó el camino
para una comprensión
cabal del papel de la Iglesia y
del cristiano en política. En su
visita a Lituania (1993), tras la
caída del ateísmo ideológico
marxista, y la amenaza del
ateísmo práctico capitalista, el
Papa Wojtyla advirtió sobre
la tentación de ver en la doctrina
social de la Iglesia una
especie de «tercera vía» entre
ambas corrientes igualmente
alejadas del ideal cristiano. Su
sucesor ha venido a decir
algo similar: ni los cristianos
803
deben buscar la hegemonía política y
cultural «ni entra en la misión de la Iglesia
la formación técnica de los políticos»
aunque algunas diócesis italianas —especialmente
la de Milán en tiempos del
cardenal Martini— organizaron escuelas
para formación de políticos cristianos.
Sin embargo, compete a los fieles laicos
«participar activamente en la vida
política, en modo siempre coherente
con las enseñanzas de la Iglesia». Es sabido
que los partidos políticos constituyen,
hoy por hoy, la vía principal para la
participación política, y que la misma jerarquía
católica ha renunciado, en la
práctica, a promover partidos confesionalmente
católicos. Pero el problema
que se plantea a un católico, como diputado
o senador, es la coherencia entre
sus principios morales cristianos y
las directrices que marcan aquellos partidos
que imponen la disciplina del voto
sobre la objeción de conciencia.
En primer lugar, los seglares católicos
no pueden inhibirse de su participación
en la vida política, sobre todo
cuando al ideal caduco de «cristiandad»
ha sucedido el extremo opuesto:
una sociedad secularizada y laicista en
la que no tienen cabida ni los principios
religiosos, ni siquiera los éticos, y
en la que dominan «un confuso relativismo
cultural y un individualismo utilitarista
y hedonista» que «debilitan la
democracia y favorecen el dominio de
los poderes fuertes»; en fin, la cultura
Misa en el Vaticano de la fiesta de Pentecostés, en la que el Papa
recordó el carácter universal de la Iglesia y de su misión.
Vaticano
del todo vale y nada vale. En este contexto,
según Benedicto XVI, hay que
mantener la coherencia evangélica en
todos los frentes: en la vida personal y
familiar, en la vida social, cultural y política,
mostrando que «la fe permite, en
modo nuevo y profundo», no sólo leer
la realidad sino también transformarla.
Y por otro lado superar la tentación de
crear un frente unido, confesional y de
choque, de sólo católicos, buscando
«en la dialéctica democrática» un «amplio
consenso» con «todos aquellos
que tienen a gala la defensa de la vida
y de la libertad, la protección de la verdad
y del bien de la familia, la solidaridad
con los necesitados y la búsqueda
necesaria del bien común», valores, todos
ellos, asumibles desde una posición
no necesariamente confesional, ni
religiosa.
La Iglesia, afirma el Papa, no tiene
«respuestas técnicas» para resolver los
problemas sociopolíticos, pero tiene la
misión irrenunciable de «aportar un juicio
moral incluso sobre cosas que afectan
al orden político cuando ello lo requieren
los derechos fundamentales de
la persona y de la salvación de las almas».
Orar por la Iglesia en China
La Jornada de Oración por la Iglesia
en China ha llegado, este año, a su tercera
edición. Esta Jornada nació a raíz
de las recomendaciones que
Benedicto XVI expuso en su
Carta a la Iglesia católica en
China (2007). Cada año, miles
de personas peregrinan, en
este día, al santuario mariano
de Sheshan, en la diócesis
china de Shanghai, dedicado
a María Auxiliadora. En su
carta, el Papa indicaba este
santuario como lugar en el
que se expresa de modo particular
la profunda devoción
mariana de los católicos chinos,
que allí acuden desde lugares
lejanos como Hong
Kong y Taiwan. ■
Miguel Angel Agea
Ciudad del Vaticano
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 19

Reportaje
El Hermano Rafael
cincuenta años después
UNA NUEVA Y PRETÉRITA APROXIMACIÓN A SU FIGURA
EN EL DÍA PRO ORANTIBUS, EL PRIMERO TRAS SU CANONIZACIÓN
Hermano Rafael.
20 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
Cincuenta años ha sobrevivido hasta el momento el P. Damián
al H. Rafael. Ambos, monjes trapenses en San Isidro de Dueñas.
Oriundos los dos del viejo tronco castellano. Cantor uno
y otro de las glorias de Santa María. En el cielo ya el H. Rafael y en
Santa María de Osera el que convivió con él en los años de nuestra
«contienda». Hoy éste sigue alabando a Dios en el Monasterio
que recibe su nombre del río Unsaria, lugar de osos, en Orense.
Un corazón plenamente entregado
«Con el auxilio de la Santísima Virgen, a quien me encomiendo
antes de comenzar este cuaderno...» iniciaba Fr. M. Rafael su «Apología
del trapense». Son 34 páginas sin títulos ni subtítulos que su
maestro de espíritu, el P. Teófilo Sandoval, preparó más tarde para
la imprenta. En una de estas cuartillas encontramos el secreto de su
vida escondida con Cristo en Dios y atisbamos la luz que despeja,
también hoy, muchas incógnitas: entre otras la de quienes no se
atreven a seguir al Señor de cerca, porque previamente han de renunciar
a mucho.
«...Si aquel joven que se acercó a Jesús para seguirle, no se hubiese
asustado del salto que tenía que dar por encima de sus padres,
de su hacienda, y se hubiese decidido y tenido el coraje para
saltar por todo..., Jesús seguramente no se hubiese entristecido.
Por tanto, si a algunos les parece cobardía dejar el mundo y sus
criaturas para seguir a Jesús, también a veces es cobardía y mucho
mayor el no atreverse a dar el salto.
Por otra parte, yo sé por experiencia propia, que un renunciamiento
a todo no es fácil; comprendo muy bien las dudas de aquel
joven que no siguió a Jesús porque era rico..., seguramente no fue
feliz en medio de su riqueza después de la respuesta que le dio el
Nazareno. Quién sabe si luego no fue un obstáculo para su salvación;
terrible debió de ser su congoja, al encontrarse sin fuerzas
para dejarlo todo; muy amarga debió de ser la sonrisa del Señor, al
ver que, por un puñado de efímeras y miserables riquezas, aquel
joven no le daba de lleno el corazón».
804

Rafael era igualmente rico... Y también recibió un día la
inspiración, el impulso irresistible de acercarse a Jesús y
preguntarle: «Señor, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida
eterna?». A pesar de tener entre sus manos cuanto de bueno
puede brindar el mundo, también él sentía un vacío, un
inefable e insaciado anhelo allá dentro de su corazón. Y Jesús
«le miró y le amó». Sólo que, a diferencia del joven rico
del Evangelio, Rafael, a sus 21 años, sintió sus ojos, su corazón,
su alma, su ser entero prendido para siempre de
aquella mirada de amor. ¡Cuestión de perspectiva! Rafael no
miró las cosas. Clavó su mirada en el Maestro y la despegó
de todas ellas para fijarla definitivamente en El. Como
Pedro, Santiago y Juan, en el Tabor, Rafael María sólo podía
ver ya en el mundo entero a «Jesús sólo».
No fue un desengañado
Y no por desprecio, ni menos por temor al mundo y a
sus cosas. Como dicen nuestros jóvenes de hoy «tenía lo
suyo muy claro». Tanto que: «El Padre Faber —escribe en su
Apología del trapense— en su capítulo sobre el mundo, cosas
muy sabrosas. Y, sin embargo, llega un momento en el
cual yo no estoy conforme con él... Yo veo la creación muy
hermosa... el mundo está lleno de peligros y pecados, es
cierto, pero eso no es lo único que hay en el mundo; también
en el mundo hay cariños muy puros y alegrías muy
santas... A mí la vida me florecía, me acariciaba y Dios me
mimaba... soy un carácter alegre y era feliz y, sin embargo,
me fui a la Trapa. ¿Por qué?
Según el mundo, no tenía motivos, pues todo el mundo
cree... bueno, el mundo cree en muchas cosas que son falsas,
pues yo no necesitaba ni he necesitado cambiar mi carácter
ni volverme trágico para ser un buen trapense, pero
la alegría del "jazz" es muy distinta que la alegría de una
conciencia en la que reina Dios... Como veía claramente que
Dios me amaba mucho más de lo que yo le respondía, decidí
entregarme a El en cuerpo y alma, para así, con mis sacrificios
corporales y espirituales salvarme yo y salvar a los
demás».
Fray Mª Rafael no fue ni un timorato ni un egoísta. Fue
sencillamente un enamorado de Dios y, como todos los
auténticos contemplativos, tuvo alma de apóstol. Se preocupó,
oró, se inmoló por todos. Sufrió con los marginados
de los barrios extremos, que visitaba en sus forzadas ausencias
del Monasterio. Justamente después de una de
esas visitas, consignó por escrito: Allí «se ve lo de siempre,
pobreza real y moral...», lugares «adonde los habitantes del
centro de la ciudad no quieren venir, porque la miseria les
molesta... Y, sin embargo, tanto los pobres como los ricos
son hijos de Dios; todos tienen las mismas miserias y los
mismos pecados, pero algún día, cuando Dios juzgue, ¡qué
sorpresas nos vamos a llevar!
La desesperación del que tiene hambre se puede justificar,
pero el egoísmo del que tiene dinero, y los pobres le
molestan, eso no tiene perdón... No hay que ir al pobre a
805
Arriba, obispos vinculados a
la figura del hermano Rafael
(Munilla, Melgar, Blázquez,
Sánchez Monge y Cerro),
junto a Enrique Trigueros
(abad de la Trapa), durante
la presentación en este
monasterio, en Dueñas
(Palencia), de la pastoral
conjunta que dirigieron a
los jóvenes en 2009 sobre el
entonces beato. Abajo,
monjes y seglares
contemplan por televisión
en este mismo monasterio la
ceremonia de canonización.
Junto a estas líneas, un
monje de la Trapa de
Dueñas ante la iglesia
conventual.
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
Reportaje
21

Reportaje
predicarle paciencia, sino que hay que ir al rico y decirle
que si no es justo y da lo que tiene, la ira de Dios caerá
sobre él».
Y le duele, le duele en el alma el espectáculo tan común
y tan frecuente de «los hombres... tan ocupados en
sus mezquinos intereses que, poco a poco, se van olvidando
de Dios. Dios para ellos es una “cosa” de segunda
categoría. ¡Qué pena!».
Qué pena, sí, de tantos hombres, de tanta gente joven
capaces de imponerse los más duros sacrificios en aras
de la belleza, de la moda, del deporte, de la adquisición a
toda costa de fortuna, prestigio, posición social, influencia...
y que no pueden, sin embargo, comprender que se
abrace por amor a Dios y en beneficio del prójimo la austeridad
de una Trapa.
Pronto estuvo Rafael plenamente convencido de que
«aquel “leguito” (¿pensaría en alguno en particular?) inculto,
sencillo y que, en silencio, reza Avemarías, está contribuyendo
más a “la paz universal” (no sólo la de las armas,
también la de las almas sin paz posible en su vacío interior)
que todos los discursos pronunciados por todos los
miembros de la Sociedad de las Naciones Unidas, desde
que se fundó».
Tenía razón para asegurarlo, Jesús había dicho: «Pedid
y recibiréis»... «Sin Mí nada podéis hacer». Rafael piensa
22 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
que, además de muy eficaz, «...la ocupación trapense es
bien sencilla; no necesita grandes estudios ni preocupaciones;
no hacen falta condiciones excepcionales, como
mucha gente cree, ni tampoco hace falta violentarse ni
destrozarse para nada; basta solamente una cosa: “El
amor a Dios sobre todas las cosas” y eso ¡es tan agradable!
¡es tan dulce!».
Es que la sencillez, la espontaneidad y el gozo en el sacrificio
sólo brotan, pero brotan siempre, del verdadero
amor.
Al cabo de 50 años
Al cabo de 50 años siguen amando los dos, aunque de
distinta manera. Rafael allá en el cielo, viendo a Dios cara
a cara, y todavía en la brecha, desde su Monasterio de
Osera, Fr. María Damián, que fue connovicio suyo, en la
Trapa de San Isidro de Dueñas.
Sembradores los dos del grano que sabe morir alegre
y esperanzado; este grano espera siempre, hasta ser cosechado,
la bendición de Dios. ¿Dónde habrá fructificado
ya y dónde empezará a despuntar hasta que se recoja el
fruto de una nueva sementera? Es un secreto del Dueño
de la Mies. El es el único que conoce el misterio de su
806

Cuerpo Místico, de su Iglesia. Lo que sí nos consta es que
su Palabra nunca falla y que su misterio es realidad.
En el primer cincuentenario de la muerte del H. Rafael, el
P. Gonzalo M. Fernández, abad de San Isidro, el P. Damián
y con él todos sus hermanos de hábito y cogulla blanca esperan
confiadamente que la Iglesia entera participe pronto
del gozo de su beatificación. La Causa va por buen camino,
asegura el P. Lázaro M. Fraile, vicepostulador. Cuando el
Santo Padre pronuncie su palabra autorizada, tendrán a la
vista nuestros jóvenes, los de finales del siglo XX, un modelo
que supo «realizarse» en poco tiempo. Un oblato trapense
que, de los 21 a los 27 años, modeló su respuesta personal
al don de Dios. Un ejemplo de generosidad en la entrega
y de generosidad en los propósitos, un «joven rico»
que no se vendió por un «puñado de efímeras y miserables
riquezas». Rafael no fue causa de otra sonrisa triste en el
rostro de Jesús. Tuvo «corazón para saltar por todo», con
Cuántas cosas han sucedido,
desde aquel memorable año de
1988, Año Mariano, en que esperábamos
muchos la pronta glorificación
del Hermano Rafael, tan querido.
Enumero algunas, sin tratar de
ser exhaustivo.
1. Rafael está ya beatificado y canonizado.
¡Qué alegría en tantos y tantos
devotos suyos jóvenes y menos jóvenes!
2. Juan Pablo II también está a
punto de ser beato. El había propuesto
a Rafael como «modelo de joven
que acoge la llamada de Cristo y lo sigue
con decisión», el 18 de agosto de
1989, en la Jornada Mundial de la Juventud
celebrada en Santiago de
Compostela.
3. Juan Pablo II beatificó en Roma a
Rafael en la memorable fecha del 27
de septiembre de 1992.
4. El P. Lázaro María Fraile, anterior
vicepostulador de la Causa del joven
monje trapense, ya ha volado
también al cielo desde la Trapa de Jacona
(México). Allí se habrán abrazado
los dos monjes en un abrazo eterno.
5. Y así otros intercesores y abogados
«en la tierra», como dice el P. Teófilo
Sandoval, confesor de Rafael, y D.
Marcelo González, cardenal arzobispo
de Toledo, que escribió en el pró-
VEINTIDÓS AÑOS MÁS TARDE
logo de las Obras Completas de Rafael:
«Puede afirmarse con toda propiedad
que este joven universitario y
trapense, sencillo y desprendido, que
un día se postró a los pies del crucificado
para decirle: “Te pido con todo
fervor que me des la virtud de la paciencia,
me hagas humilde y me llenes
de mansedumbre”, se cruzó con Cristo
en su vida, le descubrió dentro de
él y llegó a sentirle en su corazón. De
ahí que al escribir lo que llevaba dentro
no hiciera más que acercar a Cristo
a sus hermanos, los hombres.
“Creí y por esto hablo” (Salmo 115,
1), pudo decir el Hno. Rafael con el
salmista y su fe le envolvió por completo,
como en el caso de Pablo de
Tarso, en el amor del Maestro. Aunque
bien pudiéramos decir que, más
que creer en Jesús, Rafael llegó a intimar
con el Señor en una experiencia
divina que pasa por el triple escalón
de quienes lo descubren, le persiguen
y lo sirven. Admiración, entrega y
amor —afectivo y efectivo— suelen ser
los peldaños con que la Providencia
ayuda a subir hasta la cima».
6. Dos milagros fueron aprobados
en estos años y los dos han servido
para inscribir sucesivamente en el
Catálogo de los Beatos y de los Santos
el nombre del H. Rafael. El de la
joven palentina Carmen Argüelles
807 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
Reportaje
tal de ver colmada, en la entrega generosa, su capacidad de
amor.
Está siendo estudiado, según parece, un hecho milagroso
realizado por su invocación en Valladolid, en julio de
1982. El examen del mismo es, como siempre, exhaustivo.
En este Año Mariano se cumplen las bodas de oro en el
cielo de quien asegura: «Sí, querido hermano..., en sólo
Dios tengo puesta mi esperanza, dice el gran rey David...;
¡ah!, si hubiera conocido a la Santísima Virgen, hubiera
añadido: y esa esperanza es María». La Iglesia resolverá
pronto lo que convenga. Pidamos en todo caso al Señor,
que Rafael acompañe, de la mano de María, a muchos jóvenes
hacia la felicidad de una vida: la de los obreros que
trabajan, sufren, gozan y merecen en la viña del Señor. ■
Rafael Palmero Ramos,
obispo de Orihuela-Alicante
Merino y el de la madrileña Begoña
León.
7. Nuestro Papa Benedicto XVI canonizó
al beato Rafael en Roma, el día
11 de octubre de 2009.
8. Su sepulcro, instalado en una Capilla
de la Trapa de Dueñas ya tiene letras
nuevas: SAN RAFAEL ARNAIZ.
Muchos de los que se acercan a visitarlo,
siguen preguntando por el Hermano
Rafael, ya que tanto vale Santo
Hermano Rafael, como Rafael, sin más.
9. Me quedo, para terminar, con un
texto, del libro del peregrino en la XV
Jornada de la Juventud, celebrada en
Roma, en el redondo año 2000, otra
efemérides histórica:
«Los jóvenes universitarios de hoy,
como los de ayer, piden testimonios
de vida mucho más que palabras mejor
o peor escritas. He aquí uno de
primera calidad. Vale para todos,
hombres y mujeres, que cansados de
tanto ruido ensordecedor y tanto materialismo
barato sienten alguna vez la
llamada interior que los invita a la
búsqueda y el encuentro con Dios.
¿Quién no experimenta hoy este anhelo?
Con el Hermano Rafael a nuestro
lado, el Maestro sigue hablándonos
a todos. Nos habla de Dios nuestro
Padre, del destino del hombre, de
la suprema verdad de la vida».
Así viene siendo y así será. ■
23

Documentación
Sabiduría de Fátima, sabiduría de Dios,
sabiduría de los sencillos
Homilía del cardenal Tarcisio Bertone en la vigilia de la fiesta de la Virgen de Fátima (12-5-2010)
Dice Jesús: «Si no volvéis a ser
como niños, no entraréis en el
Reino de los cielos» (Mt 18, 3).
Para entrar en el Reino, hemos de hacernos
humildes, cada vez más humildes
y pequeños, lo más pequeños posible:
éste es el secreto de la vida mística.
La verdadera vida espiritual
comienza con un auténtico acto de
humildad, renunciando a la difícil posición
de sentirse siempre el centro
del universo y abandonándose en los
brazos del misterio de Dios, con alma
de niño.
En los brazos del misterio de Dios.
En El no hay sólo potencia, ciencia,
majestad; hay también infancia, inocencia,
ternura infinita, porque El es
Padre, infinitamente Padre. No lo sabíamos
antes, ni podíamos saberlo;
ha sido necesario que enviase a su
Hijo para que lo descubriésemos. El
Hijo se ha hecho niño y, de esta manera,
ha podido decirnos que nos hiciéramos
niños para entrar en su Reino.
Siendo Dios de infinita grandeza,
se ha hecho tan pequeño y humilde
ante nosotros, que solamente los ojos
de la fe y de los sencillos lo pueden
reconocer (cf. Mt 11, 25). Así, ha puesto
en cuestión el instinto natural de
protagonismo que reina en nosotros:
«Ser como Dios» (cf. Gn 3, 5). Pues bien,
Dios ha aparecido en la tierra como
niño. Ahora sabemos cómo es Dios: es
un niño. Teníamos que verlo para creerlo.
Ha aprovechado nuestra imperiosa
necesidad de sobresalir, pero ha
cambiado su objetivo, proponiéndonos
ponerla al servicio del amor; sobresalir
sí, pero como el más pacífico,
indulgente, generoso y servicial de todos:
el siervo y el último de todos.
Hermanos y hermanas, ésta es «la
sabiduría que viene de arriba» (cf. Sant
Imagen de la Virgen de Fátima.
3, 17). En cambio, la «sabiduría» del
mundo alaba el éxito personal y lo
busca a toda costa, quitando de en
medio sin miramientos a quien obstaculiza
la propia superioridad. A esto
llaman vida, pero el rastro de muerte
que deja, lo contradice. «El que odia a
su hermano —lo hemos oído en la segunda
lectura— es un homicida. Y sabéis
que ningún homicida lleva en sí
la vida eterna» (1 Jn 3, 15). Solamente
quien ama al hermano posee en sí la
vida eterna, es decir, la presencia de
Dios, el cual, por medio del Espíritu,
24 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
comunica al creyente su amor y lo
hace partícipe del misterio de la vida
trinitaria. En efecto, así como un emigrante
en un país extranjero, aunque
se adapte a la nueva situación, conserva
—al menos en el corazón— las
leyes y las costumbres de su pueblo,
así también, cuando Jesús vino a la
tierra, trajo consigo, como peregrino
de la Trinidad, el modo de vivir de su
patria celeste, que «expresa humanamente
las costumbres divinas de la
Trinidad» (Catecismo de la Iglesia católica,
n. 470). En el Bautismo, cada uno
de nosotros ha renunciado a la «sabiduría»
del mundo y se ha convertido a
la «sabiduría de arriba», manifestada
en Cristo Jesús, Maestro incomparable
en el arte de amar (cf. 1 Jn 3, 16).
Jesús ha dicho que dar la vida por el
hermano es el culmen del amor (cf. Jn
15, 13); lo ha dicho y lo ha hecho,
mandándonos amar como El (cf. Jn
15, 12). El gran desafío es pasar de
considerar la vida como posesión a
verla como don, y aquí se nos revela
—a nosotros mismos y a los demás—
quiénes somos y quiénes queremos
ser.
La aventura de la esperanza
El amor fraterno y gratuito es el
mandamiento y la misión que el divino
Maestro nos ha dejado, capaz de
convencer a nuestros hermanos y
hermanas en humanidad: «La señal
por la que conocerán que sois discípulos
míos será que os amáis unos a
otros» (Jn 13, 35). A veces, nos quejamos
de la marginación del cristianismo
en la sociedad actual, de la dificultad
para trasmitir la fe a los jóvenes,
de la disminución de las vocaciones
808

sacerdotales y religiosas… y se podrían
añadir otros motivos de preocupación;
de hecho, no es extraño que nos
sintamos perdedores a los ojos del
mundo. Sin embargo, la aventura de
la esperanza va más allá. Nos dice que
el mundo es de quien más lo ama y
mejor se lo demuestra. En el corazón
de toda persona hay una sed infinita
de amor; y nosotros, con el amor que
Dios derrama en nuestros corazones
(cf. Rom 5, 5), podemos saciarla. Naturalmente,
nuestro amor debe expresarse
no «de palabra y de boca, sino
de verdad y con obras», respondiendo
con alegría y generosidad con nuestros
bienes a las necesidades de los
necesitados (cf. 1 Jn 3, 16-18).
No es fácil a las personas
carcomidas por el orgullo
hacerse como niños
Queridos peregrinos y cuantos me
escucháis, «compartid con alegría,
como Jacinta». Así reza el lema que
este Santuario ha querido recalcar en
el centenario del nacimiento de la vidente
privilegiada de Fátima. En este
mismo lugar, hace diez años, el venerable
siervo de Dios Juan Pablo II la
elevó a la gloria de los altares junto
con su hermano Francisco; han recorrido,
en poco tiempo, la larga marcha
hacia la santidad, guiados y sostenidos
por las manos de la Virgen María.
Son dos frutos maduros del árbol de
la Cruz del Salvador. Al verlos, nos damos
cuenta de que ésta es la estación
de los frutos… frutos de santidad.
Viejo tronco lusitano de savia cristiana,
con las ramas extendidas hacia
otros mundos y allí enterradas como
brotes de nuevos pueblos cristianos,
la Reina del Cielo ha plantado en ti su
pie —pie victorioso que aplasta la cabeza
de la serpiente embaucadora (cf.
Gn 3, 15)— para buscar a los pequeños
del Reino de los cielos. Fortalecidos
con la vigilia de esta noche y con
los ojos atentos a la gloria de los
beatos Francisco y Jacinta, aceptad el
reto de Jesús: «Si no volvéis a ser
como niños, no entraréis en el Reino
de los cielos» (Mt 18, 3). Para personas
carcomidas por el orgullo como no-
809
sotros, no es fácil hacerse niños. Por
eso, Jesús nos advierte duramente:
«No entraréis». No hay alternativa.
Portugal, no te resignes a formas de
pensar y de vivir que no tengan futuro,
porque no se apoyen sobre la certeza
firme de la Palabra de Dios, del
Evangelio. «¡No temas! El Evangelio no
está contra ti, sino en tu favor… En el
Evangelio, que es Jesús, encontrarás
la esperanza firme y duradera a la que
aspiras. Es una esperanza fundada en
la victoria de Cristo sobre el pecado y
sobre la muerte. El ha querido que
esta victoria sea para tu salvación y tu
gozo» (Juan Pablo II, Ecclesia in Europa,
121).
Un aprendizaje personal
de confianza y de lealtad
La primera lectura nos muestra
cómo Samuel ha encontrado un guía
en el Sacerdote Elí. Este demuestra, en
su relación con el muchacho, toda la
prudencia que se requiere para la tarea
del verdadero educador, pues es
capaz de intuir el tipo de experiencia
profunda que Samuel está viviendo.
Nadie puede decidir sobre la vocación
de otro; por eso, Elí orienta a Samuel
a la escucha dócil de la palabra de
Dios: «Habla, Señor, que tu siervo escucha»
(1 Sam 3, 10). En cierto modo,
podemos leer desde esta misma perspectiva
la visita del Santo Padre, que
se desarrolla bajo el lema: «¡Papa Benedicto
XVI, contigo caminamos en la
Esperanza!». Son palabras que expresan
tanto una común confesión de fe
y manifestación de adhesión a la Iglesia
a través de su fundamento visible
que es Pedro, como un aprendizaje
personal de confianza y de lealtad con
relación a la guía paterna y sabia de
aquel que el Cielo ha elegido para indicar
a la humanidad de este tiempo
el camino seguro para alcanzarlo.
La gran Esperanza
Santo Padre, «contigo caminamos
en la Esperanza». Contigo aprendemos
a distinguir entre la gran Esperanza
y las esperanzas pequeñas y
Documentación
siempre limitadas como nosotros.
Cuando, rodeados de la decepción
general de quienes se quedan en las
pequeñas esperanzas, sintamos la alternativa
de Jesús, la gran Esperanza:
«¿También vosotros queréis marcharos?»,
fortalécenos tú, Pedro, con tu
palabra de siempre: «Señor, ¿a quién
vamos a acudir? Tú tienes palabras de
vida eterna; nosotros creemos. Y sabemos
que tú eres el Santo, consagrado
por Dios» (Jn 6, 68-69). Verdaderamente
—nos recuerda el Pedro de hoy,
el Papa Benedicto XVI—, «quien no conoce
a Dios, aunque tenga múltiples
esperanzas, en el fondo está sin esperanza,
sin la gran esperanza que sostiene
toda la vida (cf. Ef 2, 12). La verdadera,
la gran esperanza del hombre
que resiste a pesar de todas las desilusiones,
sólo puede ser Dios, el Dios
que nos ha amado y que nos sigue
amando “hasta el extremo”, “hasta el
total cumplimiento” (cf. Jn 13, 1; 19,
30)» (Spe salvi, 27).
Fátima nos recuerda que
el cielo no puede esperar
Queridos peregrinos de Fátima, que
el Cielo sea siempre el horizonte de
vuestra vida. Si os dicen que el Cielo
puede esperar, os engañan… La voz
que viene del cielo no es como estas
voces, semejantes a la legendaria sirena
embaucadora, que dormía a sus
víctimas antes de echarlas al abismo.
Desde hace dos mil años, comenzando
por Galilea y hasta los confines de
la tierra, resuena la voz del Hijo de
Dios que dice: «Se ha cumplido el plazo,
está cerca el Reino de Dios» (Mc 1,
15). Fátima nos recuerda que el cielo
no puede esperar. Por eso, pidamos
con confianza filial a Nuestra Señora
que nos enseñe a traer el Cielo a la
tierra: ¡Oh, Virgen María, enséñanos a
creer, adorar, esperar y amar contigo!
Indícanos el camino hacia el Reino de
Jesús, la vía de la infancia espiritual.
Tú, Estrella de la Esperanza, que anhelante
nos esperas en la Luz sin ocaso
de la Patria celeste, brilla sobre nosotros
y guíanos en las vicisitudes de
cada día, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén. ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 25

Documentación
El servicio a la caridad es también
servicio a la vida y a la familia
Discurso de Benedicto XVI con los representantes de la Pastoral Social
de la Iglesia en Portugal, en el templo de la Santísima Trinidad de Fátima (13-5-2010)
Habéis oído que Jesús dijo:
«Anda, haz tu lo mismo» (Lc 10,
37). El nos invita a hacer nuestro
el estilo del buen samaritano, cuyo
ejemplo se acaba de proclamar, que
se acerca a las situaciones en las que
falta la ayuda fraterna. Y, ¿cuál es este
estilo? «Es un “corazón que ve”. Este
corazón ve dónde se necesita amor y
actúa en consecuencia» (Deus caritas
est, 31). Así hizo el buen samaritano.
Jesús no se limita a exhortar; como
enseñan los Santos Padres, El mismo
es el Buen Samaritano, que se acerca
a todo hombre y «cura sus heridas
con el aceite del consuelo y el vino de
la esperanza» (Prefacio común, VIII) y
lo lleva a la posada, que es la Iglesia,
donde hace que lo cuiden, confiándolo
a sus ministros y pagando personalmente
de antemano lo necesario
para su curación. «Anda, haz tú lo
mismo». El amor incondicional de Jesús
que nos ha curado, deberá ahora,
si queremos vivir con un corazón de
buen samaritano, transformarse en un
amor ofrecido gratuita y generosamente,
mediante la justicia y la caridad.
Me complace encontrarme con
vosotros en este lugar bendito, que
Dios se eligió para recordar, por medio
de Nuestra Señora, sus designios
de amor misericordioso a la humanidad.
Saludo con gran afecto a todos
los aquí presentes, así como a las
instituciones de las que forman parte,
en la variedad de rostros unidos para
profundizar en las cuestiones sociales
y, sobre todo, en la práctica de la
compasión hacia los pobres, los enfermos,
los encarcelados, los que viven
solos o abandonados, los discapacitados,
los niños y ancianos, los
Una religiosa es sacada en camilla tras
desmayarse durante la misa que presidía el
Papa Benedicto XVI en el santuario de
Fátima el día de su festividad.
emigrantes, los desempleados y
quienes sufren necesidades que perturban
su dignidad de personas libres.
Gracias, monseñor Carlos Azevedo,
por el gesto de comunión y fidelidad
a la Iglesia y al Papa, que ha
querido ofrecerme, tanto en nombre
de esta asamblea de la caridad, como
de la Comisión Episcopal de Pastoral
Social, que preside, y que no cesa de
animar esta gran siembra de buenas
obras en todo Portugal. Conscientes
26 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
de que, como Iglesia, no podemos
brindar soluciones prácticas a cada
problema concreto y, aunque desprovistos
de todo tipo de poder, determinados
a servir el bien común,
estad dispuestos a ayudar y ofrecer
los medios de salvación a todos.
Queridos hermanos y hermanas
que trabajáis en el vasto mundo de la
caridad, Cristo «nos revela que “Dios
es amor” (1 Jn 4, 8) y al mismo tiempo
nos enseña que la ley fundamental
de la perfección humana, y por ello de
la transformación del mundo, es el
mandamiento nuevo del amor. Así
pues, a los que creen en la caridad divina,
les da la certeza de que el camino
del amor está abierto a todos los
hombres» (Gaudium et spes, 38). El actual
escenario de la historia es de crisis
socioeconómica, cultural y espiritual,
y pone de manifiesto la conveniencia
de un discernimiento
orientado por la propuesta creativa
del mensaje social de la Iglesia. El estudio
de su Doctrina Social, que asume
la caridad como principio y fuerza
principal, permitirá trazar un proceso
de desarrollo humano integral que
implique la profundidad del corazón y
alcance una mayor humanización de
la sociedad (cf. Caritas in veritate, 20).
No se trata de un mero conocimiento
intelectual, sino de una sabiduría que
dé sabor y condimento, que ofrezca
creatividad a las vías teóricas y prácticas
para afrontar una crisis tan amplia
y compleja. Que las instituciones de la
Iglesia, junto con todas las organizaciones
no eclesiales, mejoren la capacidad
de conocimiento y orientación
para una nueva y grandiosa dinámica,
que lleve a «esa “civilización del amor”,
de la cual Dios ha puesto la semilla en
810

cada pueblo y en cada cultura» (ibíd.,
33).
Atraer nuevos agentes
laicos a la pastoral social
En su dimensión social y política,
esta diaconía de la caridad es propia
de los fieles laicos, llamados a promover
orgánicamente el bien común, la
justicia y a configurar rectamente la
vida social (cf. Deus caritas est, 29).
Una de las conclusiones pastorales
de vuestras recientes reflexiones, es la
de formar una nueva generación
de dirigentes servidores. Atraer nuevos
agentes laicos a este ámbito
pastoral, merecerá ciertamente una
especial solicitud por parte de los pastores,
atentos al porvenir. Quien
aprende de Dios Amor será inevitablemente
una persona para los demás.
En efecto, «el amor de Dios se
manifiesta en la responsabilidad por
el otro» (Spe salvi, 28). Unidos a Cristo
en su consagración al Padre, participamos
de su compasión por las muchedumbres
que reclaman justicia y
solidaridad y, como el buen samaritano
de la parábola, nos comprometemos
a ofrecer respuestas concretas y
generosas.
Con frecuencia, sin embargo, no es
fácil lograr una síntesis satisfactoria
entre la vida espiritual y la actividad
apostólica. La presión ejercida por la
cultura dominante, que presenta insistentemente
un estilo de vida basado
en la ley del más fuerte, en el lucro fácil
y seductor, acaba por influir en
811
nuestro modo de pensar, en nuestros
proyectos y en el horizonte de nuestro
servicio, con el riesgo de vaciarlos
de aquella motivación de fe y esperanza
cristiana que los había suscitado.
Las numerosas e insistentes peticiones
de ayuda y atención que nos
presentan los pobres y marginados de
la sociedad nos impulsan a buscar soluciones
que respondan a la lógica de
la eficacia, del resultado visible y de la
publicidad. Queridos hermanos, la
mencionada síntesis, sin embargo, es
absolutamente necesaria para poder
servir a Cristo en la humanidad que
os espera. En este mundo dividido, se
impone a todos una profunda y genuina
unidad de corazón, de espíritu y
de acción.
Entre tantas instituciones sociales al
servicio del bien común, cercanas a
las poblaciones necesitadas, se hallan
las de la Iglesia católica. Es preciso
que esté clara su orientación, para
que tengan una identidad bien definida:
en la inspiración de sus objetivos,
en la elección de sus recursos humanos,
en los métodos de actuación, en
la calidad de sus servicios, en la gestión
seria y eficaz de los medios. La
identidad nítida de las instituciones es
un servicio real, con grandes ventajas
para los que se benefician de ellas.
Además de la identidad y unido a ella,
un elemento fundamental de la actividad
caritativa cristiana es su autonomía
e independencia de la política y
de las ideologías (cf. Deus caritas est,
31 b), si bien en colaboración con los
organismos del Estado para alcanzar
fines comunes.
Documentación
Vuestras actividades asistenciales,
educativas o caritativas han de completarse
con proyectos de libertad que
promuevan al ser humano, buscando
la fraternidad universal. Aquí se sitúa
el compromiso urgente de los cristianos
en la defensa de los derechos humanos,
preocupados por la totalidad
de la persona humana en sus diversas
dimensiones. Expreso mi profundo reconocimiento
a todas las iniciativas
sociales y pastorales que tratan de luchar
contra los mecanismos socioeconómicos
y culturales que favorecen
el aborto; y también a las que fomentan
la defensa de la vida, así
como la reconciliación y atención a las
personas heridas por el drama del
aborto. Las iniciativas que tienden a
salvaguardar los valores esenciales y
primarios de la vida, desde su concepción,
y de la familia, fundada en el
matrimonio indisoluble entre un hombre
y una mujer, ayudan a responder
a algunos de los desafíos más insidiosos
y peligrosos que hoy se presentan
al bien común. Dichas iniciativas, junto
a otras muchas formas de compromiso,
son elementos esenciales para
la construcción de la civilización del
amor.
Todo esto está muy en sintonía
con el mensaje de Nuestra Señora,
que resuena en este lugar: la penitencia,
la oración, el perdón en aras de
la conversión de los corazones. Este
es el camino para edificar dicha civilización
del amor, cuyas semillas puso
Dios en el corazón de cada hombre y
que la fe en Cristo salvador hace germinar.
■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 27

Documentación
Ante los retos actuales: formación,
eclesialidad y nueva fuerza misionera
Discurso de Benedicto XVI a los obispos portugueses (Fátima, 13-5-2010)
Doy gracias a Dios por
la oportunidad que
me ha concedido de
encontrarme con todos vosotros
aquí, en el Santuario
de Fátima, corazón espiritual
de Portugal, donde multitudes
de peregrinos, provenientes
de los más diversos
lugares de la tierra, buscan
recuperar o fortalecer en sí
mismos la certidumbre del
Cielo. Entre ellos, ha venido
de Roma el Sucesor de Pedro,
acogiendo las reiteradas
invitaciones y movido por
una deuda de gratitud con
la Virgen María, quien precisamente
aquí ha transmitido
a sus videntes y a los peregrinos
un amor intenso por
el Santo Padre, que fructifica en una
vigorosa muchedumbre que reza con
Jesús a la cabeza: Pedro, «yo he pedido
por ti para que tu fe no se apague.
Y tú, cuando te recobres, da firmeza a
tus hermanos» (Lc 22, 32).
Como veis, el Papa necesita abrirse
cada vez más al misterio de la Cruz,
abrazándola como única esperanza y
última vía para ganar y reunir en el
Crucificado a todos sus hermanos y
hermanas en humanidad. En obediencia
a la Palabra de Dios, está llamado
a vivir, no para sí mismo, sino para
que Dios esté presente en el mundo.
Me conforta la determinación con la
que también vosotros me seguís de
cerca, sin otro temor que el de perder
la salvación eterna de vuestro pueblo,
como muestran bien las palabras con
las que monseñor Jorge Ortiga ha
querido saludar mi llegada entre vosotros,
y dar testimonio de la fidelidad
incondicional de los obispos de Por-
Benedicto XVI, el día 13 de mayo, ante la tumba de los pastores
videntes de la Virgen de Fátima.
tugal al Sucesor de Pedro. Os lo agradezco
de corazón. Gracias también
por todo el cuidado que habéis puesto
en la organización de esta visita
mía. Que Dios os lo pague derramando
abundantemente el Espíritu Santo
sobre vosotros y vuestras diócesis,
para que, con un solo corazón y una
sola alma, podáis llevar a cabo el cometido
pastoral que os habéis propuesto
de ofrecer a cada fiel una iniciación
cristiana exigente y fascinante,
que comunique la integridad de la fe y
de la espiritualidad, enraizada en el
Evangelio y formadora de agentes libres
en medio de la vida pública.
Verdaderamente, los tiempos en
que vivimos exigen una nueva fuerza
misionera en los cristianos, llamados
a formar un laicado maduro, identificado
con la Iglesia, solidario con la
compleja transformación del mundo.
Se necesitan auténticos testigos de
Jesucristo, especialmente en aquellos
28 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
ambientes humanos donde
el silencio de la fe es más
amplio y profundo: entre
los políticos, intelectuales,
profesionales de los medios
de comunicación, que profesan
y promueven una
propuesta monocultural,
desdeñando la dimensión
religiosa y contemplativa de
la vida. En dichos ámbitos,
hay muchos creyentes que
se avergüenzan y dan una
mano al secularismo, que
levanta barreras a la inspiración
cristiana. Entre tanto,
queridos hermanos, quienes
defienden con valor en
estos ambientes un vigoroso
pensamiento católico,
fiel al Magisterio, han de
seguir recibiendo vuestro estímulo y
vuestra palabra esclarecedora, para
vivir la libertad cristiana como fieles
laicos.
Mantened viva en el escenario del
mundo de hoy la dimensión profética,
sin mordazas, porque «la palabra de
Dios no está encadenada» (2 Tim 2, 9).
Las gentes invocan la Buena Nueva de
Jesucristo, que da sentido a sus vidas
y salvaguarda su dignidad. En cuanto
primeros evangelizadores, os será útil
conocer y comprender los diversos
factores sociales y culturales, sopesar
las necesidades espirituales y programar
eficazmente los recursos pastorales;
pero lo decisivo es llegar a inculcar
en todos los agentes de la evangelización
un verdadero afán de
santidad, sabiendo que el resultado
proviene sobre todo de la unión con
Cristo y de la acción de su Espíritu.
En efecto, cuando en opinión de
muchos la fe católica ha dejado de ser
812

patrimonio común de la sociedad, y
se la ve a menudo como una semilla
acechada y ofuscada por «divinidades»
y por los señores de este mundo, será
muy difícil que la fe llegue a los corazones
mediante simples disquisiciones
o moralismos, y menos aún a través
de genéricas referencias a los valores
cristianos. El llamamiento valiente a
los principios en su integridad es
esencial e indispensable; no obstante,
el mero enunciado del mensaje no llega
al fondo del corazón de la persona,
no toca su libertad, no cambia la vida.
Lo que fascina es sobre todo el encuentro
con personas creyentes que,
por su fe, atraen hacia la gracia de
Cristo, dando testimonio de El. Me
vienen a la mente aquellas palabras
del Papa Juan Pablo II: «La Iglesia tiene
necesidad sobre todo de grandes
corrientes, movimientos y testimonios
de santidad entre los “fieles de Cristo”,
porque de la santidad nace toda auténtica
renovación de la Iglesia, todo
enriquecimiento de la inteligencia de
la fe y del seguimiento cristiano, una
reactualización vital y fecunda del cristianismo
en el encuentro con las necesidades
de los hombres y una renovada
forma de presencia en el corazón
de la existencia humana y de la
cultura de las naciones» (Discurso en el
vigésimo aniversario de la promulgación
del Decreto conciliar «Apostolicam
actuositatem», 18 noviembre 1985). Alguno
podría decir: «La Iglesia tiene
necesidad de grandes corrientes, movimientos
y testimonios de santidad...,
pero no los hay».
A este respecto, os confieso la
agradable sorpresa que he tenido al
encontrarme con los movimientos y
las nuevas comunidades eclesiales. Al
observarlos, he tenido la alegría y la
gracia de ver cómo, en un momento
de fatiga de la Iglesia, en un momento
en que se hablaba de «invierno de la
Iglesia», el Espíritu Santo creaba una
nueva primavera, despertando en jóvenes
y adultos la alegría de ser cristianos,
de vivir en la Iglesia, que es el
Cuerpo vivo de Cristo. Gracias a los
carismas, la radicalidad del Evangelio,
el contenido objetivo de la fe, la corriente
viva de su tradición se comunican
de manera persuasiva y son aco-
813
gidos como experiencia personal,
como adhesión libre a todo lo que
encierra el misterio de Cristo.
Naturalmente, es condición necesaria
el que estas nuevas realidades
quieran vivir en la Iglesia común, si
bien con espacios en cierto modo reservados
para su vida, de manera que
ésta sea después fecunda para todos
los demás. Quienes viven un carisma
particular, han de sentirse fundamentalmente
responsables de la comunión,
de la fe común de la Iglesia, y
deben someterse a la guía de los pastores.
Estos son quienes han de asegurar
la eclesialidad de los movimientos.
Los pastores no son sólo personas
que ocupan un cargo, sino que
ellos mismos son portadores de carismas,
son responsables de la apertura
de la Iglesia a la acción del Espíritu
Santo. Nosotros, los obispos, estamos
ungidos por el Espíritu Santo en el sacramento
y, por tanto, el sacramento
nos asegura también la apertura a sus
dones. De este modo, por un lado,
hemos de sentir la responsabilidad de
acoger estos impulsos que son un
don para la Iglesia y le dan nueva vitalidad,
pero, por otro, hemos de ayudar
también a los movimientos a encontrar
el camino justo, haciendo correcciones
con comprensión, esa
comprensión espiritual y humana que
sabe aunar la guía, el reconocimiento
y una cierta apertura y disponibilidad
para aprender.
Decid o reiterad precisamente esto
a vuestros presbíteros. En este Año
Sacerdotal, que está llegando a su
conclusión, descubrid de nuevo, queridos
hermanos, la paternidad episcopal
sobre todo respecto a vuestro clero.
Se ha relegado a un segundo plano
durante demasiado tiempo la
responsabilidad de la autoridad como
servicio para el crecimiento de los demás
y, antes que nadie, de los sacerdotes.
Ellos están llamados a servir en
su ministerio pastoral integrados en
una acción pastoral de comunión o
de conjunto, como nos recuerda el
Decreto conciliar Presbyterorum Ordinis:
«Ningún presbítero, por tanto,
puede realizar bien su misión de manera
aislada e individualista, sino únicamente
juntando sus fuerzas con
Documentación
otros presbíteros bajo la dirección de
los que presiden la Iglesia» (n. 7). Esto
no quiere decir volver al pasado, ni un
simple retorno a los orígenes, sino recuperar
el fervor de los orígenes, la
alegría del comienzo de la experiencia
cristiana, haciéndose acompañar por
Cristo como los «discípulos de Emaús»
el día de Pascua, dejando que su palabra
nos encienda el corazón, que el
«pan partido» abra nuestros ojos a la
contemplación de su rostro. Sólo de
este modo el fuego de su amor será
suficientemente ardiente para impulsar
a todo fiel cristiano a convertirse
en dispensador de luz y de vida en la
Iglesia y entre los hombres.
Antes de concluir, me gustaría pediros,
como presidentes y ministros
de la caridad en la Iglesia, que deis
nuevo vigor en vosotros mismos y en
vuestro entorno a sentimientos de misericordia
y compasión, capaces de
responder a situaciones de graves carencias
en la sociedad. Que se instituyan
organizaciones y se perfeccionen
las ya existentes, para que puedan
responder con creatividad a todas las
pobrezas, incluida la de la falta de
sentido de la vida y la ausencia de esperanza.
Es muy loable el esfuerzo
que hacéis para ayudar a las diócesis
más necesitadas, especialmente en los
países de habla portuguesa. Que las
dificultades que ahora se hacen sentir
mayormente no os debiliten en la lógica
del don. Que siga siendo muy
vivo en el país vuestro testimonio de
profetas de justicia y de paz, defensores
de los derechos inalienables de la
persona, uniendo vuestra voz a la de
los más débiles, a los que sabiamente
habéis motivado a que tengan su propia
voz, sin temer nunca levantar
vuestra voz en favor de los oprimidos,
los humillados y maltratados.
A la vez que os encomiendo a
Nuestra Señora de Fátima, pidiéndole
que os sostenga maternalmente en
los retos que se os presentan, para
que seáis promotores de una cultura
y una espiritualidad de caridad y de
paz, de esperanza y justicia, de fe y de
servicio, os imparto de corazón la
bendición apostólica, que se extiende
a vuestros familiares y a vuestras comunidades
diocesanas. ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 29

Documentación
Llamados a servir a la humanidad,
confiados en el Señor y en su Palabra
Homilía de Benedicto XVI en la misa de la Avenida Dos Aliados de Oporto (14-5-2010)
En el libro de los Salmos
está escrito: […] «que su
cargo lo ocupe otro».
Hace falta, por tanto, que
uno se asocie a nosotros
como testigo de la resurrección
(Hch 1, 20-22). Así habló
Pedro, leyendo e interpretando
la palabra de Dios
en medio de sus hermanos,
reunidos en el Cenáculo después
de la Ascensión de Jesús
a los cielos. El elegido
fue Matías, que había sido
testigo de la vida pública de
Jesús y de su triunfo sobre
la muerte, permaneciendo
fiel hasta el final, a pesar del
abandono de muchos. La
«desproporción» de fuerzas
en acción, que hoy nos
asusta, impresionaba ya
hace dos mil años a los que
veían y escuchaban a Jesús.
Desde las playas del lago de
Galilea hasta las plazas de
Jerusalén, Jesús se encontraba
prácticamente solo en los
momentos decisivos; eso sí,
en unión con el Padre, guiado
por la fuerza del Espíritu.
Y con todo, el mismo amor
que un día creó el mundo
hizo que surgiese la novedad
del Reino como una pequeña
semilla que brota en
la tierra, como un destello de
luz que irrumpe en las tinieblas,
como aurora de un día
sin ocaso: es Cristo resucitado.
Y apareció a sus amigos mostrándoles
la necesidad de la cruz para llegar
a la resurrección.
Aquel día Pedro buscaba un testigo
de todas estas cosas. De los dos
Panorámica de los asistentes a la misa celebrada por el Papa
Benedicto XVI en Oporto el 14 de mayo, día en que finalizaba su
visita apostólica de cuatro días a Portugal.
que presentaron, y el cielo designó a
Matías, y «lo asociaron a los once
apóstoles» (Hch 1, 26). Hoy celebramos
su gloriosa memoria en esta
«Ciudad invicta», que se ha vestido de
30 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
fiesta para acoger al Sucesor
de Pedro. Doy gracias a
Dios por haberme traído
hasta vosotros, y encontraros
en torno al altar. Os saludo
cordialmente, hermanos
y amigos de la ciudad y
diócesis de Oporto, así
como a los que habéis venido
de la provincia eclesiástica
del norte de Portugal
y también de la vecina
España, y a cuantos se encuentran
en comunión física
o espiritual con nuestra
asamblea litúrgica. Saludo
al obispo de Oporto, monseñor
Manuel Clemente,
que deseaba con mucha
solicitud mi visita, y me ha
recibido con gran afecto,
haciéndose intérprete de
vuestros sentimientos al
comienzo de esta Eucaristía.
Saludo a sus predecesores
y a los demás hermanos
en el Episcopado, a los
sacerdotes, los consagrados
y las consagradas, y a
los fieles laicos, especialmente
a todos aquellos que
están comprometidos activamente
en la Misión diocesana
y, más en concreto,
en la preparación de mi visita.
Sé que han podido
contar con la colaboración
efectiva del Alcalde de
Oporto y de otras autoridades
públicas, muchas de las
cuales me honran hoy con su presencia;
aprovecho este momento
para saludarlas y asegurarles, a ellos
y a cuantos representan y sirven, los
mejores éxitos para el bien de todos.
814

«Hace falta, por tanto, que uno se
asocie a nosotros como testigo de la
resurrección de Jesús», decía Pedro. Y
su Sucesor actual repite a cada uno de
vosotros: Hermanos y hermanas
míos, hace falta que os asociéis a mí
como testigos de la resurrección de
Jesús. En efecto, si vosotros no sois
sus testigos en vuestros ambientes,
¿quién lo hará por vosotros? El cristiano
es, en la Iglesia y con la Iglesia, un
misionero de Cristo enviado al mundo.
Esta es la misión apremiante de
toda comunidad eclesial: recibir de
Dios a Cristo resucitado y ofrecerlo al
mundo, para que todas las situaciones
de desfallecimiento y muerte se
transformen, por el Espíritu, en ocasiones
de crecimiento y vida. Para eso
debemos escuchar más atentamente
la Palabra de Cristo y saborear asiduamente
el Pan de su presencia en
las celebraciones eucarísticas. Esto
nos convertirá en testigos y, aún más,
en portadores de Jesús resucitado en
el mundo, haciéndolo presente en los
diversos ámbitos de la sociedad y a
cuantos viven y trabajan en ellos, difundiendo
esa vida «abundante» (cf. Jn
10, 10) que ha ganado con su cruz y
resurrección y que sacia las más legítimas
aspiraciones del corazón humano.
Sin imponer nada, proponiendo
siempre, como Pedro nos recomienda
en una de sus cartas: «Glorificad en
vuestros corazones a Cristo Señor y
estad siempre prontos para dar razón
de vuestra esperanza a todo el que os
la pidiere» (1 Pe 3, 15). Y todos, al final,
nos la piden, incluso los que parece
que no lo hacen. Por experiencia personal
y común, sabemos bien que es
a Jesús a quien todos esperan. De hecho,
los anhelos más profundos del
mundo y las grandes certezas del
Evangelio se unen en la inexcusable
misión que nos compete, puesto que
«sin Dios el hombre no sabe adónde
ir ni tampoco logra entender quién es.
Ante los grandes problemas del desarrollo
de los pueblos, que nos impulsan
casi al desasosiego y al abatimiento,
viene en nuestro auxilio la palabra
de Jesucristo, que nos hace
saber: “Sin mí no podéis hacer nada”
(Jn 15, 5). Y nos anima: “Yo estoy con
815
vosotros todos los días, hasta el final
del mundo” (Mt 28, 20)» (Caritas in veritate,
78).
Aunque esta certeza nos conforte y
nos dé paz, no nos exime de salir al
encuentro de los demás. Debemos
vencer la tentación de limitarnos a lo
que ya tenemos, o creemos tener,
como propio y seguro: sería una
muerte anunciada, por lo que se refiere
a la presencia de la Iglesia en el
mundo, que por otra parte, no puede
dejar de ser misionera por el dinamismo
difusivo del Espíritu. Desde sus
orígenes, el pueblo cristiano ha percibido
claramente la importancia de comunicar
la Buena Noticia de Jesús a
cuantos todavía no lo conocen. En estos
últimos años, ha cambiado el panorama
antropológico, cultural, social
y religioso de la humanidad; hoy la
Iglesia está llamada a afrontar nuevos
retos y está preparada para dialogar
con culturas y religiones diversas, intentando
construir, con todos los
hombres de buena voluntad, la convivencia
pacífica de los pueblos. El campo
de la misión ad gentes se presenta
hoy notablemente dilatado y no definible
solamente en base a consideraciones
geográficas; efectivamente, nos
esperan no solamente los pueblos no
cristianos y las tierras lejanas, sino
también los ámbitos socioculturales y
sobre todo los corazones que son los
verdaderos destinatarios de la acción
misionera del Pueblo de Dios.
Se trata de un mandamiento, cuyo
fiel cumplimiento «debe caminar, por
moción del Espíritu Santo, por el mismo
camino que Cristo siguió, es decir,
por el camino de la pobreza, de la
obediencia, del servicio, y de la inmolación
de sí mismo hasta la muerte, de
la que salió victorioso por su resurrección»
(Ad gentes, 5). Sí, estamos
llamados a servir a la humanidad de
nuestro tiempo, confiando únicamente
en Jesús, dejándonos iluminar por
su Palabra: «No sois vosotros los que
me habéis elegido, soy yo quien os he
elegido, y os he destinado para que
vayáis y deis fruto, y vuestro fruto
dure» (Jn 15, 16). ¡Cuánto tiempo perdido,
cuánto trabajo postergado, por
inadvertencia en este punto! En cuanto
al origen y la eficacia de la misión,
Documentación
todo se define a partir de Cristo: la
misión la recibimos siempre de Cristo,
que nos ha dado a conocer lo que ha
oído a su Padre, y el Espíritu Santo
nos capacita en la Iglesia para ella.
Como la misma Iglesia, que es obra
de Cristo y de su Espíritu, se trata de
renovar la faz de la tierra partiendo de
Dios, siempre y sólo de Dios.
Queridos hermanos y amigos de
Oporto, levantad los ojos a Aquella
que habéis elegido como patrona de la
ciudad, la Inmaculada Concepción. El
Ángel de la anunciación saludó a María
como «llena de gracia», significando
con esta expresión que su corazón y
su vida estaban totalmente abiertos a
Dios y, por eso, completamente desbordados
por su gracia. Que Ella os
ayude a hacer de vosotros mismos un
«sí» libre y pleno a la gracia de Dios,
para que podáis ser renovados y renovar
la humanidad a través de la luz y la
alegría del Espíritu Santo. ■
Saludo al final de la misa
Me siento feliz de encontrarme
entre vosotros y os agradezco
el recibimiento festivo y cordial
que me habéis dispensando en
Oporto, la «Ciudad de la Virgen». Confío
a su protección materna vuestras
vidas y vuestras familias, vuestras comunidades
e instituciones al servicio
del bien común, en particular, las universidades
de esta ciudad cuyos estudiantes
se han reunido aquí conmigo
y me han manifestado su gratitud y su
adhesión al magisterio del Sucesor de
Pedro. Gracias por vuestra presencia y
por el testimonio de vuestra fe. De
nuevo, muchas gracias a todos los
que han colaborado, de una u otra
manera, en la preparación y realización
de mi visita, para la que os habéis
preparado, sobre todo, con la
oración. Me hubiera gustado aceptar
la invitación a prolongar mi permanencia
en vuestra ciudad, pero no me
es posible. Permitidme, por tanto, que
me marche abrazando a todos afectuosamente
en Cristo, nuestra Esperanza,
a la vez que os imparto la bendición
en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. ■
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 31

Documentación
Una peregrinación inolvidable
por la paz
Discurso de Benedicto XVI
en la ceremonia de despedida de Portugal (Oporto, 14-5-2010)
Llegado el final de mi visita,
vuelvo a sentir en
mi espíritu la intensidad
de tantos momentos vividos
en esta peregrinación a Portugal.
Conservo en el alma la
cordialidad de vuestra acogida
afectuosa, el calor y la
espontaneidad que han
consolidado los vínculos de
comunión en los encuentros
con los grupos, el esfuerzo
que ha supuesto la preparación
y realización del programa
pastoral previsto.
En este momento de despedida,
expreso a todos mi
más sincera gratitud: al señor
presidente de la República,
que desde que he llegado
me ha honrado con su
presencia, a mis hermanos
obispos con los que he renovado
la profunda unión
en el servicio al Reino de
Cristo, al Gobierno y a todas
las autoridades civiles y militares,
que se han prodigado
durante todo el viaje con
manifiesta dedicación. Os
deseo toda clase de bienes.
Los medios de comunicación
social me han permitido
acercarme a muchas personas, a
las que no me era posible ver de cerca.
También a ellos les estoy muy
agradecido.
En el momento de despedirme de
vosotros, saludo a todos los portugueses,
católicos o no, a los hombres
y mujeres que viven aquí, aunque no
hayan nacido aquí. Que no deje de
crecer entre vosotros la concordia,
que es esencial para una sólida cohe-
En la escalerilla del avión el Papa hace su saludo de despedida
agradecida a Portugal y sus habitantes.
sión, y camino obligado para afrontar
con responsabilidad común los desafíos
que tenéis por delante. Que esta
gloriosa nación siga manifestando su
grandeza de alma, su profundo sentido
de Dios, su apertura solidaria,
guiada por principios y valores impregnados
por el humanismo cristiano.
En Fátima, he rezado por el mundo
entero, pidiendo que el porvenir
nos depare una mayor fraternidad y
32 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
solidaridad, un mayor respeto
recíproco y una renovada
confianza y familiaridad
con Dios, nuestro Padre
que está en los cielos.
Testigo de la fe
y devoción
Con gozo he sido testigo
de la fe y devoción de la comunidad
eclesial portuguesa.
He podido ver el entusiasmo
de los niños y los
jóvenes, la fiel adhesión de
los presbíteros, diáconos y
religiosos, la dedicación
pastoral de los obispos, el
deseo expreso de buscar la
verdad y la belleza en el
mundo de la cultura, la creatividad
de los trabajadores
de la pastoral social, la fe vibrante
de los fieles en las
diócesis que he visitado. Deseo
que mi visita sea un incentivo
para un renovado
ardor espiritual y apostólico.
Que el Evangelio sea acogido
en su integridad y testimoniado
con pasión por
cada discípulo de Cristo, para que sea
fermento de auténtica renovación de
toda la sociedad.
Por la intercesión de Nuestra Señora
de Fátima, a la que invocáis con
tanta confianza y firme amor, imploro
de Dios que mi bendición apostólica,
portadora de esperanza, paz y ánimo,
descienda sobre Portugal y sobre todos
sus hijos e hijas. Sigamos caminando
en la esperanza. Adiós. ■
816

Queridos hermanos y
beatificación de los pastorci-
hermanas:
llos Jacinta y Francisco, me
sentí espiritualmente sosteni-
Deseo hoy recorrer de
nuevo con vosotros las
diferentes etapas del viado
por mi amado antecesor,
el venerable Juan Pablo II,
que viajó tres veces a Fátima,
je apostólico que realicé hace
en acción de gracias a esa
unos días a Portugal, particu-
«mano invisible» que lo libró
larmente impulsado por un
de la muerte en el atentado
sentimiento de gratitud hacia la
del 13 de mayo, aquí en esta
Virgen María, que en Fátima
Plaza de San Pedro. El día de
transmitió a sus videntes y a los
mi llegada por la tarde, cele-
peregrinos un amor intenso al
bré la santa misa en Lisboa
Sucesor de Pedro. Doy gracias
en el maravilloso escenario
a Dios por haberme dado la
del Terreiro do Paço, que se
posibilidad de rendir homenaje
asoma al río Tajo. Fue una
a ese pueblo, a su larga y glo-
asamblea litúrgica de fiesta y
riosa historia de fe y de testi-
de esperanza, animada por la
monio cristiano. Por eso, al
participación gozosa de nu-
igual que os había pedido que
merosísimos fieles. En la capi-
acompañarais mi visita pastoral
tal, de la que tantos misione-
con la oración, os pido ahora
ros partieron a lo largo de los
que os unáis a mí en dar gra-
siglos para llevar el Evangelio
cias al Señor por su feliz desa-
a muchos continentes, animé
rrollo y conclusión. A él enco-
a los diferentes componentes
miendo los frutos que ha pro-
de la Iglesia local a emprenducido
y que producirá para la
der una vigorosa acción
comunidad eclesial portuguesa
evangelizadora en los dife-
y para toda la población. Reiterentes
ámbitos de la sociedad
ro la expresión de mi viva gratitud
al presidente de la Repú-
Como sus predecesores, el Papa Benedicto XVI peregrinó a Fátima.
para ser sembradores de esperanza
en un mundo a meblica,
señor Anibal Cavaco Silnudo
marcado por la desconva,
y a las demás autoridades
fianza. Exhorté concretamente
del Estado, que me recibieron
con tanta amabilidad y dispusieron cada
cosa de forma que todo pudiera realizarse
de la mejor de las maneras. Vuelvo a pensar
con intenso afecto en mis hermanos
en el episcopado de las diócesis portuguesas,
a quienes he tenido la alegría de
abrazar en su tierra, y les doy las gracias
por todo lo que hicieron para la preparación
espiritual y organizativa de mi visita y
por el notable esfuerzo que desplegaron
con vistas a su realización. Vaya un saludo
especial al patriarca de Lisboa, el cardenal
José da Cruz Policarpo; a los obispos de
Leiría-Fátima, monseñor Antonio Augusto
dos Santos Marto, y de Oporto, monseñor
Manuel Macario do Nascimento Clemente,
así como a sus respectivos colaboradores
y a los diferentes organismos de la Conferencia
Episcopal, encabezada por el obispo
monseñor Jorge Ortiga.
A lo largo de todo el viaje, realizado
con ocasión del X aniversario de la
a los creyentes a hacerse
anunciadores de la muerte y resurrección
de Cristo, corazón del cristianismo,
eje y pilar de nuestra fe y motivo de
nuestra alegría. Tuve también ocasión
de manifestar estos sentimientos durante
mi encuentro con los representantes
del mundo de la cultura, celebrado
en el Centro Cultural de Belén. En
esa circunstancia puse de relieve el patrimonio
de valores con el que el cristianismo
ha enriquecido la cultura, el
817
Documentación
Mi viaje a Portugal: una experiencia
conmovedora y rica en dones espirituales
Audiencia general del miércoles 19 de mayo de 2010
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 33

Documentación
arte y la tradición del pueblo portugués.
En esa noble tierra, al igual que en todo
otro país profundamente marcado por
el cristianismo, es posible construir un
futuro de entendimiento fraterno y de
colaboración con las demás instancias
culturales, en apertura recíproca a un
diálogo sincero y respetuoso.
Seguidamente viajé a Fátima, localidad
caracterizada por un ambiente de
misticismo auténtico, donde se percibe
de manera casi palpable la presencia de
la Virgen. Me hice peregrino con los
peregrinos en su admirable santuario,
corazón espiritual de Portugal y meta
de una muchedumbre de personas
procedentes de los más apartados lugares
de la tierra. Tras permanecer en
recogimiento orante y emocionado en
la Capillita de las Apariciones en Cova
de Iría, presentando al Corazón de la
Virgen Santa las alegrías y las expectativas,
así como los problemas y los sufrimientos
del mundo entero, en la iglesia
de la Santísima Trinidad tuve la alegría
de presidir la celebración de las
Vísperas de la Bienaventurada Virgen
María. En ese templo grande y moderno
manifesté mi vivo aprecio a los sacerdotes,
a los religiosos, a las religiosas,
a los diáconos y a los seminaristas
venidos de todos los rincones de Portugal,
dándoles las gracias por su testimonio,
a menudo silencioso y no siempre
fácil, y por su fidelidad al Evangelio
y a la Iglesia. En este Año Sacerdotal
que ya toca a su fin, animé a los sacerdotes
a dar prioridad a la escucha religiosa
de la Palabra de Dios, al conocimiento
íntimo de Cristo, a la celebración
intensa de la Eucaristía, teniendo
presente el luminoso ejemplo del Santo
Cura de Ars. Tampoco dejé de encomendar
y consagrar al Corazón Inmaculado
de María, modelo auténtico de
discípula del Señor, a los sacerdotes del
mundo entero.
Por la noche, junto con miles de personas
que se dieron cita en la gran explanada
ante el santuario, participé en
la sugestiva procesión de antorchas.
Fue una magnífica manifestación de fe
en Dios y de devoción a la Madre suya
y nuestra, expresadas mediante el rezo
del Santo Rosario. Esta oración, tan
querida del pueblo cristiano, ha hallado
en Fátima un centro propulsor para
toda la Iglesia y el mundo. La «Blanca
Señora», en su aparición del 13 de junio,
dijo a los tres pastorcitos: «Quiero
que recéis el Rosario todos los días».
Podría decirse que Fátima y el Rosario
son prácticamente sinónimos.
Mi visita a tan especial lugar se vio
coronada por la celebración eucarística
del 13 de mayo, aniversario de la primera
aparición de la Virgen a Francisco,
Jacinta y Lucía. Recordando las palabras
del profeta Isaías, invité a aquella
inmensa asamblea —reunida, con gran
amor y devoción, a los pies de la Virgen—
a desbordar de gozo con el Señor
(cf. Is 61, 10), ya que su amor misericordioso,
que acompaña nuestra peregrinación
por esta tierra, es la fuente
de nuestra gran esperanza. Y precisamente
de esta esperanza está colmado
el mensaje exigente y al mismo tiempo
consolador que la Virgen dejó en Fátima.
Se trata de un mensaje centrado en
la oración, en la penitencia y en la conversión,
que se proyecta más allá de las
amenazas, los peligros y los horrores
de la historia, para invitar al hombre a
confiar en la acción de Dios, a cultivar
la gran Esperanza, a experimentar la
gracia del Señor para enamorarse de él,
fuente del amor y de la paz.
Desde esta perspectiva, fue significativa
la atrayente cita con las organizaciones
de la pastoral social, a las que
les señalé el estilo del Buen Samaritano
para responder a las necesidades de
los hermanos más necesitados y para
servir a Cristo promoviendo el bien común.
Muchos jóvenes aprenden la importancia
de la gratuidad precisamente
en Fátima, que es escuela de fe y de esperanza
porque es también escuela de
caridad y de servicio a los hermanos.
En ese ambiente de fe y de oración
tuvo lugar el importante y fraternal encuentro
con el episcopado portugués
como conclusión de mi visita a Fátima:
fue un momento de intensa comunión
espiritual en el que juntos dimos gracias
al Señor por la fidelidad de la Iglesia
que está en Portugal y encomendamos
a la Virgen las expectativas y
preocupaciones pastorales que compartimos.
A tales esperanzas y perspectivas
pastorales me referí también durante
la santa misa celebrada en la histórica
y simbólica ciudad de Oporto, la
34 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
«Ciudad de la Virgen», última etapa de
mi peregrinación por tierras lusitanas.
A la gran multitud de fieles congregada
en la Avenida de los Aliados le recordé
el compromiso de testimoniar el Evangelio
en todos los ambientes, ofreciendo
al mundo a Cristo resucitado para
que toda situación de dificultad, de sufrimiento,
de miedo se transforme, por
mediación del Espíritu Santo, en ocasión
de crecimiento y de vida.
Queridos hermanos y hermanas: La
peregrinación a Portugal ha sido para
mí una experiencia conmovedora y
rica en dones espirituales. Mientras
permanecen fijas en mi mente y en mi
corazón las imágenes de este viaje
inolvidable, la acogida calurosa y espontánea,
el entusiasmo de la gente,
rindo alabanzas al Señor porque María,
al aparecerse a los tres pastorcitos,
abrió en el mundo un espacio privilegiado
para hallar la misericordia divina
que cura y salva. En Fátima, la Virgen
María invita a todos a considerar
la tierra como lugar de nuestra peregrinación
hacia la patria definitiva, que
es el cielo. En realidad, todos somos
peregrinos y estamos necesitados de
la Madre que nos guía. «Con ti caminamos
en la esperanza. Sabiduría y
misión», fue el lema de mi viaje a Portugal,
y en Fátima la Bienaventurada
Virgen María nos invita a caminar con
gran esperanza, dejándonos guiar por
la «sabiduría que viene de lo alto», que
se manifestó en Jesús —la sabiduría
del amor— para llevar al mundo la luz
y la alegría de Cristo. Os invito, pues, a
uniros a mi oración, pidiéndole al Señor
que bendiga los esfuerzos de
cuantos, en esa amada nación, se dedican
al servicio del Evangelio y a la
búsqueda del verdadero bien del
hombre, de todo hombre. Oremos
también para que, por intercesión de
María Santísima, el Espíritu Santo fecundice
este viaje apostólico y anime
en el mundo entero la misión de la
Iglesia, instituida por Cristo para
anunciar a todos los pueblos el Evangelio
de la verdad, de la paz y del
amor. ■
(Original italiano procedente del archivo
informático de la Santa Sede; traducción
de ECCLESIA)
818

Venerable hermano nuestro:
Creemos todos que la totalidad de los
beneficios procede del propio Señor,
del que dimanan como de una fuente.
Al acercarse confiados a él, los fieles se
ven colmados de gracias y copiosamente
enriquecidos por los dones celestiales. «El
don único que está en Cristo está a disposición
de todos, y lo que en ningún lugar
falta, sólo se da en la medida en que cada
uno quiera acogerlo, y sólo habita en cada
uno en la medida en que quiera merecerlo»
(San Hilario, Sobre la Trinidad, 2, 1).
Por eso hemos sabido con alegría
que los días del 27 al 30 del mes de
mayo, en la ilustre ciudad de Toledo, se
reunirá una nutrida muchedumbre de
fieles españoles para celebrar el X Congreso
Eucarístico Nacional. Al coincidir
también con el Año Sacerdotal y con el
Año Jubilar compostelano, diríase que
el Pueblo de Dios queda colmado de
auxilios celestiales y saludables conme-
819
Documentación
El don de la Eucaristía
Carta de Benedicto XVI al cardenal Angelo Sodano, decano
del Colegio Cardenalicio, su legado pontificio al X Congreso
Eucarístico Nacional de España (Toledo, 27/30-5-2010)
El Papa saluda al cardenal Sodano.
moraciones, con cuyo apoyo puede desempeñar
su labor, cumpliendo con sus
obligaciones de cada día con mayor vigor
y diligencia. Con el fin de manifestar
la excelencia de dicho acontecimiento, y
a petición de nuestro venerable hermano
Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo
metropolitano de Toledo y primado de
España, formulada también en nombre
de los demás prelados, hemos decidido
enviar al mismo a un hombre eminente
que nos represente y actúe en nuestro
nombre. Nuestro pensamiento ha recaído
en ti, venerable hermano nuestro,
que por tu preeminencia y destacado
lugar entre los padres cardenales estás
totalmente capacitado para prestar dicho
servicio y desempeñarlo con toda
brillantez. Por este motivo, e impulsados
por un gran afecto, te nombramos y
constituimos, venerado hermano, nuestro
legado a la celebración antes citada.
Declararás, pues, públicamente nuestra
benevolencia y nuestro desvelo, al
tiempo que elevamos plegarias para
que, confortados por el Pan divino, los
ánimos y las mentes se renueven y se
enriquezcan de insigne piedad. Queremos,
por último, que transmitas nuestro
caluroso saludo a todos los participantes
en ese acto y les impartas asimismo,
en nuestro nombre, la bendición apostólica,
portadora de las divinas mercedes
y motivo de renovación espiritual. ■
Dado en el Vaticano a 21 de abril del
año 2010, sexto de nuestro pontificado.
(Original latino procedente del archivo
informático de la Santa Sede; traducción
de ECCLESIA)
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010 35

Documentación
La Eucaristía, Pan de la unidad
Carta de Benedicto XVI al cardenal Cláudio Hummes, prefecto de la Congregación para el
Clero, su enviado especial al XVI Congreso Eucarístico del Brasil (Brasilia, 13/16-5-2010)
Venerable hermano nuestro:
fieles cristianos a participar
comunitariamente en la cele-
La súplica de los discípulos
de Emaús: «Quédate
con nosotros, Señor»,
bración eucarística, especialmente
en el Día del Señor; a
purificarse en el sacramento
pone de manifiesto el deseo
de la Reconciliación y a res-
íntimo de todo corazón hutaurar
sus fuerzas en el samano
de que el Señor Jesús
grado banquete. Los exhor-
esté siempre con nosotros y
tamos, asimismo, a tener en
nos acompañe en el camino
gran estima a sus sacerdotes,
de la vida con su luz y con
a quienes Dios ha escogido y
su gracia. En verdad «la Eu-
constituido ministros de la
caristía es misterio de pre-
Eucaristía, ya que el Hijo de
sencia, por medio del cual
Dios «diariamente desciende
se realiza de forma suprema
del seno del Padre sobre el
la promesa de Jesús de per-
altar en las manos del sacermanecer
con nosotros hasta
dote» (San Francisco de Asís,
el fin del mundo» (Juan Pa-
Admoniciones I, 18).
blo II, Mane nobiscum, Do- El pan y el vino como materia del sacramento de la eucaristía.
Encomendamos encarecimine,
n. 16: ECCLESIA 3.227
damente tu representación y
[2004/II], pág. 1526).
todo el Congreso a la pode-
Hemos sabido que, con
una decisión harto saludable, los sagrados
prelados del Brasil, junto con
todo su pueblo, van a celebrar, durante
el próximo mes de mayo, el XVI
Congreso Eucarístico Nacional en Brasilia,
bajo el lema: «La Eucaristía, Pan
de la unidad de los discípulos misioneros».
Dicho congreso reunirá a los
pastores y al pueblo fiel en esa ciudad
y archidiócesis cuando se cumple el
cincuentenario de su fundación.
Por este motivo, y para que tan importante
acto se celebre con la máxima
solemnidad, la Conferencia Episcopal
Brasileña, por medio de su presidente,
el venerable hermano João
Braz Aviz, arzobispo de Brasilia, nos
suplicó que enviáramos allí a un prelado
eminente que nos representara e
hiciera presentes nuestros sentimientos.
Hemos pensado, pues, en ti, venerado
hermano nuestro, hijo insigne de
esa misma nación, actual prefecto de
la Congregación para el Clero y anteriormente
diligente pastor de la archidiócesis
brasileña de São Paulo, al estimarte
totalmente capacitado para
llevar a cabo con eficacia esta función,
pues nos es sobradamente conocida
tu fecunda actividad por el bien de las
almas y tu prudencia en las funciones
que te son encomendadas.
Por este motivo, impulsados por
gran confianza y caridad, te nombramos
nuestro enviado especial a las
celebraciones del XVI Congreso Eucarístico
Nacional del Brasil del 13 al 16
de mayo en la ciudad de Brasilia. Para
que dicho congreso pueda producir
frutos más abundantes de fe, esperanza
y caridad en todo el pueblo,
acompañaremos tu representación
con fervorosas oraciones; por tu parte,
velarás por transmitir en él nuestras
palabras y deseos y exhortarás a
todos los fieles cristianos a rendir con
ánimo ardiente un culto constante a la
Eucaristía.
Es nuestra voluntad que todos los
pastores de tu nación exhorten a los
rosa intercesión de la Bienaventurada
Virgen María Aparecida. Y
es nuestra voluntad que la bendición
apostólica, prenda de gracia celestial y
testimonio de nuestra afectuosa voluntad,
que de todo corazón te impartimos,
la hagas extensiva en nuestro
nombre y muy afectuosamente a todos
los pastores, a los religiosos y las
religiosas, a los fieles cristianos, a las
autoridades civiles y a todos los que
participen en esas celebraciones. ■
Dado en el Vaticano a 19 de abril del
año 2010, sexto de nuestro pontificado.
(Versión oficial latina del original
portugués, procedente del archivo informático
de la Santa Sede; traducción
de ECCLESIA)
36 Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
820

El amor y el pan de la Eucaristía
José Luis Larrabe Orbegozo
Sacerdote y teólogo
Hacer teología es acompañar
a la Iglesia y al
hombre, a todo ser humano,
a través de sus avatares,
no siempre fáciles, especialmente
cuando falta el
amor y el pan. Esto es así, sobre
todo, en la Eucaristía, en
la que vamos decididamente
hacia una mejor inteligencia y
vivencia de la misma: «Sin ella,
se dijo en el aula conciliar del
Vaticano II, la Iglesia sería
como un montón de escombros».
Tres factores están contribuyendo
a favor de esta
perspectiva positiva. «Esto es
mi cuerpo entregado por vosotros»,
dijo Jesús (Lc 22, 19) en el momento
cumbre de la historia de la salvación.
De principio a fin de la vida, de
su vida, se nos dio el Señor totalmente.
Desde esta entrega del Señor hasta la
que señala San Pablo (en Rom 12, 1):
«Os exhorto, pues, hermanos a que
ofrezcáis vuestros cuerpos como sacrificio
agradable a Dios», hay, debe haber,
una conexión viva y vital: eucarística.
En segundo lugar, una transformación
no sólo del pan, sino también de
nuestras personas e instituciones en
que vivimos y nos movemos, es la intención
primera y última de Jesús. Y
por último, la múltiple presencia de
Cristo, no sólo en la Eucaristía, sino
también en la Palabra de Dios, en la liturgia
y los sacramentos, en la comunidad
orante, en el prójimo, sobre todo
en el pobre y necesitado. Estas diversas
presencias de Cristo se complementan
y se exigen mutuamente sin que quepan
confusionismos ni reduccionismos.
Es la fe de siempre, completada por
la teología actual. Es Cristo mismo el
que se hace presente en la Eucaristía,
no sólo su fuerza salvadora. Ahora
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La misa dominical: pan y amor de Eucaristía.
bien: ¿qué nueva significación da esta
presencia transformante de Cristo a
todo lo nuestro: la vida, la convivencia,
la sexualidad y el matrimonio, la distribución
ética del dinero…? Y ¿qué nueva
fuerza hacia la escatología final?
¿Qué quiere decir Jesús al afirmar que
es «la vida del mundo»?
Presencia ofrecida la suya, elevante,
salvadora; no impuesta, sino que espera
la libre respuesta humana de
aceptación en correspondencia. Así se
logra (no siempre) la intersubjetividad
elevante y salvadora de las personas y
de las comunidades, pequeñas o grandes
(de todo tiene que haber). La «estación
terminal» de Cristo, pan de vida,
no es el altar o la mesa, sino la persona
en fe y caridad: «El que me come vivirá
por mí» dice el Señor. También en
justicia y solidaridad con todos, sobre
todo con los más pobres y hambrientos,
que no están excluidos de la mesa
del Señor: «También nosotros pertenecemos
a este mundo por el que Cristo
dio su cuerpo y su vida» (San Agustín).
Esa es la relación que hay, debe
haber, entre el culto litúrgico (en la
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
Colaboración
Iglesia) y el culto ético (en el
mundo). «La misa tiene
como fin continuar lo que
Cristo dejó comenzado»
(Santo Tomás).
«Razones»
de la Eucaristía
¿Para qué ir a misa, si no
siento nada?, dicen muchos
jóvenes y no tan jóvenes.
Ojalá que podamos dar respuesta
a esta pregunta que
asoma por doquier. ¿Para
qué ir a misa?: para dar sentido
a la vida y sus problemas;
para oír a Dios y acoger
su Palabra en nuestras vidas. Para
dar gracias a Dios. La misa es tiempo
para hablar a Dios, para estar un rato
con El. Para adorar solamente a Dios,
no tener otros dioses que nos esclavicen.
Para encontrarse con otros en
comunidad. Que la misa sea festiva y
comunitaria: en la vida hace falta fiesta.
Para ser mejores, al menos no ser
peores. Para elegir bien el propio destino,
la propia interpretación de la
vida. Para encontrarse consigo mismo,
con la verdad de uno mismo (en la
misa hay espacios de silencio y reflexión).
No es lo mismo «no siento necesidad
de la misa» que no tener necesidad
de ella. La misa es siempre escuela
de profundidad pues «dentro» de
ella está Dios.
En suma, en el evangelio y en la
misa se habla de dos tipos de pan que
hay que relacionarlos: el pan cotidiano
(que no falte) y el pan supersustancial
(que es Cristo mismo). Al atardecer de
la vida seremos examinados del amor:
que en vida, a tiempo, haya sabido relacionarlos
en armonía. ■
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Lourdes Azorín Ortega
Médico psicoterapeuta
Seguramente cuando esta colaboración
se publique ya habrá finalizado
la Pascua, pero no me resisto
a compartir con todos lo que
para mí ha sido un descubrimiento
gozoso.
Casi siempre me sucede que en el
tiempo fuerte de la Semana Santa y
de la Pascua, un sentimiento se hace
idea, una intuición se concreta, una
idea se hace experiencia, yo lo vivo
como un regalo de Dios una acción
de la gracia en mí. Muchas veces
esto está mediado por alguna tarea o
encuentro, un artículo que tengo que
escribir, una conversación mantenida,
no sé, algo que vehicula esa toma
de conciencia que se produce en mí.
Este año también me ha sucedido y
tiene que ver con algo que a muchos
les parecerá una estupidez o una obviedad,
una perogrullada y creo que
llevan razón en buena parte.
Cuando cuento esta experiencia
espiritual mucha gente se queda pasmada
y no sé si me entienden, pero
creo que al menos les llega mi alegría.
Vale ya de rodeos, se trata de que
me he dado cuenta de que existe el
Cielo. Creo que por primera vez me
he podido despegar al menos por un
instante de este aquí y ahora tan
querido y vislumbrar su cortedad, su
contingencia y por contra atisbar el
horizonte de la eternidad. Supongo
que muchos estaréis diciendo que ya
me vale como si eso no estuviera ahí
siempre y no se supiera desde siempre,
y es cierto, pero no era una verdad
operativa y significativa en mi
vida. Ya siempre voy a escribir y pensar
Cielo con mayúscula.
También ahora creo que en la vida
de muchos cristianos esto no tiene
ninguna importancia y si no se tiene
verdaderamente fe, no se sacan las
implicaciones de esta realidad.
La presencia de esta verdad tan
trascendente de la realidad escatológica,
del cielo, de la vida eterna y
todo eso es muy escasa en la vida
normal de la Iglesia, por ejemplo en
la predicación está prácticamente ausente.
Proyecto para el Itinerario
de Formación Cristiana
Esta Pascua estaba preparando el
proyecto personal de vida cristiana
para ponerlo
en común en el
equipo del Itinerario
de Formación,
en un
clima de oración
y de calma.
Estaba
viendo todo lo
que tenía que
hacer supuestamente
e intentabaencajarlo
en mi vida.
De pronto me
sentí desesperanzada
ante las tareas y me asaltó la
idea de que todo no podía ser en
esta vida y ¡claro! eso es. ¡Hay otra
vida! no sé qué me entró que se me
esponjó el alma y me invadió una ola
de paz y de anchura.
Desde entonces estoy dejando
muchas cosas para el Cielo, se me ha
quitado todo furor turístico, no es
que yo no quiera conocer París o Venecia
o Tierra Santa, sino que estoy
segura de que las veré en el Cielo.
Toda la vida me he machacado con
que tengo que saber inglés, y el Señor
me ha dotado de muchos dones,
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El Cielo
pero el de lenguas no, así que ya
aprenderé en el Cielo. Llevo un montón
de tiempo a dieta por mis huesos
y mi salud y todo eso, pero en el Cielo
no estaré a dieta más.
Hay también cosas de más envergadura,
esta pasión perversa y convulsa
por parecer más jóvenes, por
operarse las arrugas, por cuidarse
por no querer envejecer se debe a la
falta de esperanza en la otra vida. Es
lógico que envejecer, por lo que
puede suponer de limitación, de enfermedad,
de dolor posible, de dependencia,
etc., sea visto con cierto
temor y quizá desagrado. Pero ese
culto a la juventud, ese someterse a
operaciones de estética para no
aparentar la edad que se tiene es un
síntoma de una enfermedad que
aqueja a nuestra sociedad: no hay
esperanza, no
se tiene fe en la
vida eterna, no
se cree y no se
piensa ni se
sueña con el
Cielo.
No es que
me haya quedado
hierática
y catatónica, no
es que me détodo
igual y lo
mismo de «un
sooo… que un
arre». Sigo urgida
a hacer de
este tiempo y lugar que se me ha
dado algo cieloso, pero no tengo esa
urgencia presentista de beberse toda
la vida ahora, de gozar lo más y lo
mejor posible aquí y ahora porque
luego no hay nada.
Miro con más calma y con cierta
ternura la vejez y mi propia vejez por
vivir, mis arruguitas y mis canas, la
menopausia que me ronda y las contingencias
de esta vida porque tengo
más esperanza y menos miedo. ■
mlourdesazor@gmail.com
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CORPUS CHRISTI
(6 junio 2010)
Primera lectura: Gn 14, 18-20.
(Sacó pan y vino).
Salmo responsorial: 109.
(Tú eres sacerdote eterno, según
el rito de Melquisedec).
Segunda lectura: 1 Cor 11,
23-26. (Cada vez que coméis y
bebéis, proclamáis la muerte
del Señor).
Evangelio: Lc 9, 11b-17.
(Comieron todos y se saciaron).
«Jesús dijo a sus discípulos:
–Decidles que se echen en
grupos de unos cincuenta. Lo
hicieron así, y todos se
echaron. Él, tomando los cinco
panes y los dos peces, alzó la
mirada al cielo, pronunció la
bendición sobre ellos, los
partió y se los dio a los
discípulos para que se los
sirvieran a la gente. Comieron
todos y se saciaron, y
cogieron las sobras: doce
cestos».
6 de junio:
CORPUS CHRISTI,
DÍA DE CARIDAD
El domingo,
pan de la palabra
Hambre de pan y de vida
Vivimos de
pan. La
comida y
la bebida
mantienen activos
nuestro
cuerpo y
nuestra alma.
El alimento es
necesario para
todos los seres
vivos. Pero
no vivimos solamente
de
pan. Los seres
humanos también
vivimos
de relaciones,
de afecto, de
reconocimiento,
de belleza,
de comunicación,
de amor...
Todo ello es
también necesario
para la
vida. Tanto como el pan.
Del pan de alimento normalmente
encontramos satisfacción cuando comemos.
Pero de todo lo otro de lo que
también vivimos no encontramos plena
satisfacción en nuestro mundo. Nunca
logramos satisfacer del todo nuestra
hambre de relación, de comunicación,
de belleza, de reconocimiento, de amor...
El ser humano es demasiado grande
para llenarse con lo que la vida le pone
a su alrededor. Hasta las cosas que más
satisfacen dejan en el fondo una sensación
de incumplimiento.
Pero podemos encontrar un pan
que apunta a la plenitud porque está
lleno de afecto, de reconocimiento, de
paz... Es el pan de Dios que recibimos
cuando recordamos la entrega de Je-
Número 3.520 ■ 29 de mayo de 2010
sús. Poco antes
de morir, Jesús
quiso poner
toda la fuerza
de su vida, toda
la infinitud de
su amor en un
pequeño y frágil
trozo de pan. Y
también en la
alegría serena
de una copa de
vino. Y desde
entonces quien
recibe ese pan
de Jesús, recibe
también la fuerza
del amor de
su entrega; el
perdón de Dios;
la inspiración de
la fraternidad.
Ante una
muchedumbre
hambrienta Jesús
dice a sus
discípulos que den lo que tienen, que
compartan lo que son. De este modo
recuerda que en la vida no todo es tener,
también está la realización en el
dar. El pan que compartamos con
otros no sabrá solamente a pan. Tendrá
también el sabor de la solidaridad,
el cariño y el amor.
Podemos dar de ese pan porque
Jesús mismo nos lo dio, inspirando de
este modo nuestra entrega. Pan partido
y repartido. Pan que contiene la
entrega y el amor. Pan de Dios. De ese
pan sí que podemos vivir. Que nunca
perdamos el gusto por este pan que
inspira a compartir lo que somos y tenemos.
■
Ricardo de Luis Carballada O.P.
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