LA MISIÓN DE CRISTO ES NUESTRA MISIÓN

cientos de millones de personas. Las cárceles han
sido llenadas con prisioneros “políticos”, detenidos
por sus opiniones que eran distintas a las de aquellos
en el poder.
En un mundo cada vez más diverso, las ciudades
más grandes ya no tienen una mayoría de
alguna raza o grupo étnico. El desafío frente a toda
la humanidad es vivir juntos productivamente,
apreciando, aceptando o abrazando nuestras diferencias
en maneras que afirmen el valor elemental
de cada individuo. Tal es el modo que Jesús enseñó.
Luchó en contra de la opresión al llegar a la vida de
personas oprimidas por aquellos en el poder. Sanó,
enseñó, alimentó e hizo amistad con todas aquellas
personas que la sociedad había rechazado y marginado.
Su misión fue hacer del conocimiento de estas
personas que importaban tanto como los privilegiados
y poderosos.
Una forma común de opresión encontrada en
el tiempo de Jesús fue contra las mujeres. A ellas
no se les permitía entrar a los lugares en donde
se tomaban decisiones importantes. Su papel era
principalmente servir a los hombres y cuidar de los
hijos. Actualmente, en algunas naciones del mundo,
la opresión de las mujeres aún prevalece y a veces
apoyada por creencias religiosas. Incluso en las
llamadas sociedades avanzadas, las mujeres rara vez
son tratadas de igual a igual con los hombres. Las
iglesias, las cuales deberían guiar el camino en apoyo
a derechos iguales para todos, desafortunadamente
no han estado a la vanguardia.
El prejuicio y la opresión han sido justificados
a veces apelando a las escrituras. Los pasajes de las
escrituras son sacados de contexto sin considerar el
entorno cultural en el cual se originaron. La Comunidad
de Cristo fue aconsejada en 2007 acerca de
tales planteamientos: “No complace a Dios cuando
cualquier cita de las escrituras se usa para rebajar u
oprimir a razas, géneros, o clases de seres humanos.
Hay mucha violencia física y emocional que se ha
hecho a algunos de los hijos queridos de Dios debido
al mal uso de las escrituras. La iglesia es llamada a
confesar y arrepentirse de tales actitudes y prácticas”
(Doctrina y Pactos 163:7c).
Además, en el asunto de las relaciones humanas,
se nos ha dicho: “Como es revelado en Cristo, Dios,
el Creador de todo, en última instancia se interesa
por los comportamientos y las relaciones que
defienden el valor y dones de toda la gente y que
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protegen a los más vulnerables. Tales relaciones han
de estar arraigadas en los principios de amor como el
de Cristo, respeto mutuo, responsabilidad, justicia,
pacto, y fidelidad, en contra los cuales no hay ley”
(Doctrina y Pactos 164:6a). Esto sugiere que la aplicación
legalista de códigos antiguos, incluso aquellos
encontrados en las escrituras, no son el fundamento
sobre el cual decidir en la actualidad, lo que son
comportamientos y relaciones apropiadas.
Una sociedad que juzga a las personas en función
de su apariencia exterior es incapaz de ver lo íntegro
de la persona. Jesús enseñó y practicó la creencia
de que cada persona es de infinito valor. Además,
prestó especial atención a los oprimidos, a aquellos a
quienes la sociedad vio como menos que aceptables.
Dios no ama más a los socialmente marginados que
a otros; Dios ama a todos por igual. La atención de
Jesús a aquellos marginados, los oprimidos, es un
ejemplo de la observación que hace el apóstol Pablo,
“a aquellos miembros del cuerpo que nos parecen
menos dignos, los vestimos más dignamente; y los
que en nosotros son menos decorosos, se tratan con
más decoro” (1 Corintios 12:23).
Otra forma de opresión encontrada con mucha
frecuencia en el mundo actual es el abuso físico,
emocional y sexual. Estos expresan la necesidad
del que abusa o su deseo de estar en control de las
circunstancias y las personas. Esta forma de abuso es
degradante para la víctima del abuso y es una violación
a los derechos humanos de esa persona. Esto
es una negación del valor y dignidad del individuo.
Abordar las preocupaciones de la opresión en el
mundo es esencial para la misión de la iglesia. Se ha
dicho que la verdadera paz no puede alcanzarse sin
la justicia. Y la justicia para todos es imposible mientras
algunos de los hijos de Dios estén oprimidos.
La tercera Iniciativa de Misión de la Comunidad de
Cristo, “Buscar la Paz en la tierra”, expresa la misión
de Cristo de paz y justicia para todos.
Para reflexión y discusión
1. ¿Cuándo, usted o alguien que usted conoce, ha
sido oprimido a causa de sus creencias o afiliación
religiosa?
2. ¿En dónde ve temor en el mundo alrededor
de usted? ¿A qué le teme más? ¿Cómo podría
superar ese temor?
3. ¿En dónde ve opresión, en su propia experiencia
o en el mundo? ¿Qué mensaje tiene el evan-