LA MISIÓN DE CRISTO ES NUESTRA MISIÓN

la posición y las riquezas no tendrían derecho de
participar en el reino de Dios. Sugirió que sería más
difícil para quienes tuvieran más renunciar a sus posesiones
por el bien de otros. Habló de la naturaleza
temporal de las cosas materiales en el Sermón de la
Montaña (Mateo 6:19-21).
Muchas personas se encuentran a sí mismas en
cautividad porque se les niega la satisfacción de sus
necesidades básicas. Algunas naciones ricas, con una
minoría de la población mundial, controlan y usan
la mayoría de los recursos del mundo. Y en esas naciones
los recursos son divididos inequitativamente.
Los pobres del mundo están empobreciéndose
más mientras que los ricos se enriquecen más. Las
mismas adicciones que mantienen la riqueza cautiva
oprimen a los pobres privándoles de la satisfacción
de sus necesidades básicas, frecuentemente hasta el
punto de la muerte por inanición.
El Principio Duradero “Gracia y Generosidad”
nos alienta a compartir lo que tenemos con aquellos
en necesidad. El principio de generosidad, vivido de
manera regular, puede traer liberación y libertad al
que da y al que recibe.
Para reflexión y discusión
1. ¿Cuándo ha estado cautivo o en prisión? ¿Qué
restricciones experimentó?
2. ¿Qué debería estar haciendo para liberar a otros
de la cautividad de hoy?
3. ¿Qué formas de cautividad son comunes hoy?
¿Quiénes son los cautivos y quienes son los
captores? ¿Cuáles son las principales formas de
cautividad: las autoimpuestas o las provocadas
por otras personas? Dé ejemplos de cada tipo.
4. ¿Qué temores lo mantienen cautivo? ¿Qué
temores mantienen cautivos a otros individuos,
grupos y naciones?
5. Personalmente, ¿cuándo se ha sentido aprisionado
por la tradición? ¿Cómo ha lidiado con
esta circunstancia? ¿En dónde ve que actualmente
la Comunidad de Cristo o su propia
congregación está retenida por la tradición?
6. ¿Qué adicciones son más prevalentes en su
cultura? ¿Qué sacrificios se requerirían de los
que están buscando liberarse de las adicciones?
¿Cómo la presencia de Dios a través del Espíritu
trae liberación de dicha cautividad?
7. Al final de este tiempo de exploración “proclamar
libertad a los cautivos”, ¿Qué hará ahora
para involucrarse más en la misión de Cristo?
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Dar vista a los ciegos
Los escritores del evangelio cuentan muchas historias
acerca de Jesús reuniéndose con personas que
estaban físicamente ciegas. En Mateo 12:22, Él sana
a un hombre que era ciego y mudo. En Marcos 8:22,
unas personas le llevaron a un ciego y Él restauró
la vista del hombre. En Juan 9:1-7, Jesús restaura la
vista a un hombre que era ciego de nacimiento. En
dos historias en Mateo, personas ciegas buscan a
Jesús pidiéndole que tenga misericordia de ellas (ver
Mateo 9:27-31 y Mateo 20:30-34, ver también Marcos
10:46 y Lucas 18:35). En cada caso, Jesús permite
a los ciegos para que vean otra vez.
En el tiempo de Jesús, la ceguera y otras dolencias
y enfermedades se pensaba que eran el resultado
del pecado (significando desobediencia a la Ley de
Moisés) por la persona ciega o por los padres de esa
persona. Pero Jesús no permite que esas explicaciones
lo detengan de sanar. Él trae plenitud a las personas
en respuesta a su fe y para la gloria de Dios.
Jesús se preocupa más de la ceguera literal que
de la ceguera física. En varias ocasiones abordó otras
formas de ceguera. En Mateo 15, los discípulos de
Jesús dicen que los fariseos se ofendieron por lo que
Él había dicho. La respuesta de Jesús es, “Déjenlos;
son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro
ciego, ambos caerán en el hoyo” (verso 14). Además,
la mayoría del capítulo 24 de Mateo describe la
fuerte crítica de Jesús en contra de los escribas y
fariseos. Siete veces en este pasaje, Jesús se refiere a
ellos como hipócritas.
Quizás el juicio más grande de Jesús a los líderes
religiosos de su tiempo es que malentendieron totalmente
lo que Dios pide de la humanidad. Al hacer
esto bloquean su propio acceso al reino de Dios así
como el de aquellos que ellos juzgan como personas
no valiosas (ver Mateo 23:14). En Juan 9, después de
que Jesús había dado vista al ciego de nacimiento,
dice, “Para juicio he venido yo a este mundo, para
que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados”
(verso 39). En los próximos dos versos es claro
que los fariseos no entienden nada de lo que Jesús
está diciendo.
Al considerar cómo el ministerio de restauración
de Jesús de devolver la vista a los ciegos se aplica a
nosotros hoy, haremos bien en mirarlo en su sentido
más amplio. Jesús quiso ampliar la visión de todos
aquellos cuya visión era estrecha y restringida. En
maneras significantes, muchos sino es que todas
las personas del mundo actual tienen una visión
limitada. Esto incluye a aquellos de nosotros que
alegamos ser seguidores de Jesús. No tenemos una
visión perfecta y despejada. Varios desafíos obstaculizan
nuestra capacidad para ver claramente.