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39 - Universidad del Azuay

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d a t o s p a r a l a h i s t o r i a<br />

diego arteaga / historiador<br />

don Francisco tenemasa:<br />

Desde hace algunas décadas, las comunidades<br />

indígenas <strong>del</strong> Ecuador vienen<br />

siendo cada vez más protagonistas en los<br />

acontecimientos de país. Algunos de sus<br />

miembros, como Nina Pacari, incluso han<br />

alcanzado sitiales de gran importancia como<br />

ministros de Estado. Trasladando el interés<br />

por sus dirigentes hacia el pasado, sabemos<br />

de algunos acontecimientos de la vida de<br />

don Francisco Tenemasa, cacique <strong>del</strong> “pueblo<br />

de indios <strong>del</strong> azogue”, quien hiciera su<br />

vida en torno a 1606.<br />

LOS CACIQUES COLONIALES<br />

Las gentes de suelo cañari tienen unos<br />

10000 años de antigüedad, las mismas que<br />

evolucionaron hasta el nivel de “jefatura”,<br />

representada en el siglo XV por los diferentes<br />

cacicazgos cañaris. Los cañaris terminaron<br />

incorporados al imperio inca hacia 1460.<br />

Luego de 1533 pasaron a manos de los<br />

españoles, produciéndose con ello el inicio<br />

<strong>del</strong> mestizaje biológico y cultural. De su lado,<br />

Azogues surgió alrededor de 1570 como una<br />

“reducción”, es decir, una reunión de sus<br />

gentes para formar un “pueblo de indios”<br />

debido a sus minas de azogue, de gran importancia<br />

en el virreinato peruano. En ella<br />

estuvo presente don Francisco Tenemasa.<br />

Una vez fundado, se procedió a entregar<br />

tierras a sus caciques o señores étnicos y a<br />

su pueblo para residencias y para cultivos<br />

así como para construir edificios públicos.<br />

En el papel, este espacio era destinado sólo<br />

para los ayllus -familias extendidas- y parcialidades<br />

-grupos de familias- que formaban<br />

los diferentes cacicazgos <strong>del</strong> pueblo pero en<br />

la práctica lo iban ocupando los diferentes<br />

grupos sociales y étnicos de la región.<br />

De otro lado, la empresa de conquista<br />

militar y religiosa emprendida por los españoles<br />

en América en 1492, llegó a los Andes<br />

en 1532 con sus soldados y sus religiosos;<br />

en el área cañari sus primeros contactos se<br />

tiene un año más tarde. Su presencia cambió<br />

drásticamente las vidas de los habitantes de<br />

América así como de la zona en estudio.<br />

En el ámbito andino, y en la región<br />

sureña de la sierra <strong>del</strong> actual Ecuador, en<br />

entre la religiosidad<br />

particular, aún es poco conocido el marco<br />

geográfico que comprendía un cacicazgo,<br />

un ayllu y una parcialidad en tiempos prehispánicos,<br />

no así los derechos y atribuciones<br />

que tenía el cacique -curaca en quechua,<br />

mallku en aymara- que son mejor conocidas,<br />

dependiendo de su importancia a nivel local<br />

y regional.<br />

En el cacique -hombre y, en menor<br />

proporción, mujer- estaba depositado el<br />

poder civil y religioso casi absolutos. El<br />

cargo frecuentemente era hereditario.<br />

Estaba ligado a un séquito de nobles, entre<br />

los cuales estaban incluidos sus parientes,<br />

quienes cumplían funciones administrativas<br />

en el ejército y en clero. El cacique recaudaba<br />

los tributos -alimentos, ropas, armas,<br />

productos exóticos- y luego los redistribuía<br />

a sus súbditos, en proporciones conforme a<br />

su importancia.<br />

Con el arribo de los españoles, los<br />

caciques fueron gobernados en buena<br />

medida por las Leyes metropolitanas -hay<br />

todo un capítulo de ellas dedicado a sus<br />

derechos y obligaciones-, cumpliendo con ello varios<br />

papeles. Eran los intermediarios entre sus súbditos<br />

y las autoridades civiles y eclesiásticas europeas;<br />

así pues, el estudio de estos señores étnicos de la<br />

temprana Colonia tiene gran importancia, ya que<br />

muestran en mayor o menor grado las transformaciones<br />

que tuvieron tanto él como sus pueblos luego<br />

de esta llegada, como lo fue en el caso de la vida de<br />

don Francisco Tenemasa.<br />

LA RELIGIOSIDAD…<br />

Don Francisco Tenemasa, es el “caçique principal”<br />

<strong>del</strong> “pueblo de indios <strong>del</strong> azogue”, pues a su mando<br />

estaban otros cacicazgos, encabezados por el de los<br />

guangras -o guaranga- al que él pertenece, tales como<br />

2 / Co l o qu i o • Re v i s ta d e la u.d.a. • oC t u b R e - diCiiembRe 2008 Co l o qu i o • Re v i s ta d e la u.d.a. • oC t u b R e - diCiembRe 2008 / 3<br />

macas, puezar, que emplazados en la localidad, conformaban<br />

su naciente urbanismo.<br />

A través de su testamento registrado al día siguiente<br />

de navidad de 1606, sabemos que cuenta con inmuebles en<br />

Azogues y en Cuenca; además, posee ganado entre bueyes,<br />

ovejas y mulas; herramientas de labranza y unos cuantos<br />

artículos para montar a caballo; su ropa es mayoritariamente<br />

a la usanza europea; además posee muy pocas deudas así<br />

como acreencias. Sus relaciones sociales están dadas con<br />

gentes de su pueblo ya sea con aristócratas o con “indios<br />

<strong>del</strong> común”, además las tiene con unos cuantos miembros<br />

de poca monta de la sociedad cuencana.<br />

Una parte muy importante de su vida está en relación<br />

con su religiosidad y con sus relaciones amorosas mantenidas<br />

con varias mujeres de la esfera indígena.<br />

En el primer caso, solicita ser enterrado en la iglesia de<br />

“San Francisco <strong>del</strong> Açogue, junto al altar de Nuestra Señora”.<br />

Las misas deben ser solemnes, entre rezadas y cantadas.<br />

También solicita misas en Cuenca en las iglesias de San Blas,<br />

Santo Domingo, San Agustín, y en la Matriz así como en la de<br />

Hatun Cañar. Como una mezcla de ceremonias prehispánicas<br />

y católicas puede considerarse el petitorio de dos misas con<br />

“posas”, es decir, con altares portátiles. Pero algo que muestra<br />

una práctica aborigen en funerales es el encargo siguiente:<br />

“se digan por mi ánima sobre mi sepultura en el propio altar<br />

de Nuestra Señora…y de que…se ponga ofrenda de mays<br />

y abas”. Queremos subrayar el hecho de que la ejecución<br />

de la misa debe ser “sobre” su sepultura.<br />

y los amoríos<br />

Su religiosidad también es mostrada por los bienes<br />

que deja estipulado para el pago por estas ceremonias:<br />

piezas de vajilla elaboradas de peltre, y en especial “dos<br />

cocos de plata”. Estos “cocos” fueron objetos destinados al<br />

culto prehispánico y que en Cusco eran conocidos como<br />

“aquillas”. En este mismo sentido también hay que mencionar<br />

los que lega don Francisco a sus familiares. En primer<br />

lugar señala que tiene trompetas, piezas que pudieron ser<br />

hechas de metal o quizá se trataba de caracoles -o quipas-;<br />

en todo caso, se sabe que ellas estuvieron ligadas al culto a<br />

las huacas, pues con ellos se convocaba a la comunidad para<br />

las fiestas y también se los usaba durante las ceremonias de<br />

los sacrificios. Las trompetas en manos de don Francisco<br />

muestran de manera clara su vinculación con estos fines,<br />

pues a través de una de las cláusulas señala: “mando a la<br />

yglesia deste pueblo [de Azogues] para que en las fiestas<br />

solenes regocijen el pueblo las dichas tronpetas, las quales<br />

mando no se bendan sino que siempre estén en la sacristía<br />

para el dicho efeto”. Hasta hoy las quipas son utilizadas en<br />

Azogues para las fiestas <strong>del</strong> Corpus Christi. A más de ellas,<br />

don Francisco cuenta con cinco pares de queros de Cusco y

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