14.05.2013 Views

E - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

E - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

E - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Ella se acercó.<br />

–Man<strong>de</strong> –le dijo.<br />

–Todo va a ser p<strong>ar</strong>a él, entendés. Y también p<strong>ar</strong>a vos.<br />

Pero andá sabiendo que acá se hace lo que yo digo, que por<br />

algo me he ganao el <strong>de</strong>recho a disponer–. Y señalaba el campo,<br />

afuera, hasta mucho más allá <strong>de</strong>l monte <strong>de</strong> eucaliptos,<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los pinos, hasta pas<strong>ar</strong> el cerro, ab<strong>ar</strong>cando aguadas y<br />

caballos y vacas. Le tocó la cintura, y ella se puso rígida <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong>l vestido–. Veintiocho años tenía cuando me lo gané –la<br />

miró, como quien se mete <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los ojos–, ya hace <strong>ar</strong>riba<br />

<strong>de</strong> treinta.<br />

Paula aguantó la mirada. Lejos, volvió a escuch<strong>ar</strong>se el<br />

relincho. Él dijo:<br />

–Vení a la cama.<br />

II<br />

No la consultó. La tomó, <strong>de</strong>l mismo modo que se corta<br />

una fruta <strong>de</strong>l árbol crecido en el patio. Estaba ahí, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

los límites <strong>de</strong> sus tierras, a este lado <strong>de</strong> los postes y el alambrado<br />

<strong>de</strong> púas. Una noche –se <strong>de</strong>cía– muchos años antes,<br />

Antenor Domínguez subió a caballo y galopó hasta el amanecer.<br />

Ni un minuto más. Porque el trato era “hasta que amanezca”,<br />

y él estaba acostumbrado a estas cláusulas viriles,<br />

<strong>ar</strong>bitr<strong>ar</strong>ias, que se rubricaban con un apretón <strong>de</strong> manos o a<br />

veces ni siquiera con eso.<br />

–De acá hasta don<strong>de</strong> llegues –y el caudillo, mirando al<br />

hombre joven estiró la mano, y la mano, que era gran<strong>de</strong> y<br />

dadivosa, quedó como perdida entre los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong>l otro–. Clavás<br />

la estaca y te volvés. Lo alambrás y es tuyo.<br />

Nadie sabía muy bien qué clase <strong>de</strong> favor se estaba cobrando<br />

Antenor Domínguez aquella noche; algunos, los más sus-<br />

135

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!