Revista "Paginas Sueltas" - Potosi, mas cerca del cielo

Por ello, con la debida anticipación, fueron llegando a Siglo
XX delegados universitarios, fabriles, mineros, ferroviarios,
maestros, trabajadores en salud, constructores y otros.
Enterado el gobierno gracias a los infiltrados dentro de los
empleados de COMIBOL, ordenaron ingresar a las minas del
norte de Potosí y el sur de Oruro, a cualquier precio, en la noche
del 23 de junio.
Simón Reyes Rivera, en 1967 secretario de Relaciones de la
FSTMB, un documento elaborado para la revista Marxismo
Militante editada por el Partido Comunista, recuerda lo
siguiente:
“El día 23 a primeras horas de la noche, comenzaron a llegar
algunas delegaciones fraternales, como los fabriles de Oruro y
Cochabamba invitados.
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al ampliado minero. Sorteando la persecución sistemática nos
constituimos con anticipación para el verificativo del ampliado
en representación de la FSTMB”.
“Correspondió al Secretario de Relaciones, que suscribe esta
información, adoptar las medidas de organización para el
examen democrático de los problemas”
“La población y los trabajadores se aprestaban a celebrar la
noche de San Juan con las tradicionales fogatas. Se asegura
que como ningún año, existía un verdadero entusiasmo para los
festejos”.
“Sin que nadie se entere, varias fracciones de “Rangers” ya se
encontraban en los campamentos de Siglo XX. A los pocos
minutos se desplazaron a la plaza del Minero, lugar donde se
encuentra la sede sindical y a la vez la emisora la Voz del Minero”.
“Aquí es donde los “Rangers” empezaron a disparar ante la sola
presencia de los obreros que transitaban para recogerse y otros
para dirigirse al trabajo.”
Simón Reyes con apoyo de las crónicas de La Patría de Oruro,
afirma que las tropas militares ocuparon las minas con el saldo
de más de 71 heridos y solo 20 personas muertas.
En un artículo publicado por Gregorio Iriarte sacerdote oblato
en la revista La
Voz de los Sin Voz de ISAL en 1971, se indica, que el operativo
militar contra los mineros fue dirigida por el general Prudencio,
el Cnl. Alfonso Villarpando y el mayor Pérez. El teniente Sequeiros
de la Guardia Nacional y Alberto Zamora comandando a los
detectives o “tiras” de Llallagua, que tenían la misión específica
de apresar a los dirigentes.
Al día siguiente de la Masacre, las noticias llegaron a la ciudad
de Sucre, que era sede del Primer Congreso Nacional de Poetas,
en el paraninfo universitario, el poeta Jorge Calvimontes y
Calvimontes, dio lectura a su poema LA FOGATA DE SAN JUAN”,
ocasionando tal emoción sus versos, que Miguel Turdera,
maestro y artista plástico, murió de paro cardiaco.
LA FOGATA DE SAN JUAN, comienza con dos versos
inolvidables: “Te lo Juro hermano mío, yo solo vine a cantar”, de
un singular lirismo que aun hoy
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refleja con singular acierto, lo ocurrido en las minas potosinos
en la noche en que las fogatas de San Juan, fueron sofocadas
con sangre y balas.
El gobierno de la época no se quedó callado y ordenó que el
Comandante de la División de Ejercito Cnl. Amado Prudencio,
haga la siguiente aclaración sobre los móviles de la masacre:
“ Ante la agresión por elementos ebrios que con armas de fuego
y dinamitazos mataron a un oficial de la Guardia Departamental
de Seguridad Pública y a un soldado del regimientos “Rangers”
e hirieron a otros siete elementos, una fracción de la unidad que
debía ocupar Siglo XX tuvo que reaccionar en defensa propia”.
Ese el punto tercero de los publicado por el matutino La Patria
de Oruro, el 26 de junio de 1967.
Como en ocurrió con otras masacres en los centros mineros
del norte potosino, las investigaciones hasta hoy, nunca se han
hecho.
COPLAS COMO LEÑA AL FUEGO.- Lo ocurrido en la noche de
San Juán, ha servido para el cine boliviano, cosechara premios
internacionales, con la película “El Coraje del Pueblo” de Jorge
Sangines filmada en su mayor parte en 1971 en nuestra ciudad.
El maestro, periodista y abogado Carlos Mercado Calderón,
personificó al dirigente minero Rosendo García Maisman, quién
murió defendiendo la radio La Voz del Minero, fusil en mano.
Esas escenas, como recuerda Mercado Calderón, se filmaron en
el entonces incipiente barrio de San Gerardo y otras escenas, en
la pampa de Cantumarca, para mostrar la masacre de mineros
de 1942 el 21 de diciembre.
Un lote de libros, fue el pago por la actuación de Carlos Mercado
Calderón, recién hace un par de años, logró una copia “pirata”
de la película en la que participo.
El poeta mayor de las minas potosinas, el maestro Jorge Mancilla
Tórrez, más conocido como Coco Manto, ha inmortalizado la
Masacre de San Juan con estas coplas:
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Alalay alalaycito,
Chirihuayra de San Juan,
El ejercito en las minas
Hace rrín, hace rran.
Alalay Alalaycito,
Chiriguayra de San Juan
¿porqué será que en sueños?
Soldado vienen y van?
Junio del sesenta y siete,
¿cómo no me he de acordar?
El frío ante la muerte,
Había sabido temblar.
Coronel, a usted le pido.
Aunque parezca mentira,
vea qué corre en el río:
Sangre en vez de copagira.
Yo vi partirse a las piedras,
Cuando ingresó el regimiento,
Fueron tumbas en hileras
Las casas del campamento.
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