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LENGUAJE C - AMPLIACIÓN Y REFUERZO
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
Juan Ruiz es el poeta más importante del mester de
clerecía. Sabemos muy poco acerca de su vida: únicamente
lo que él mismo relata en su obra el Libro
de buen amor.
Al parecer, nació en Alcalá de Henares a finales del
siglo XIII y ejerció el cargo de arcipreste (clérigo de
cierta jerarquía) en un pequeño pueblo llamado
Hita. En su libro alude repetidamente a la cárcel, por
lo que se supone estuvo en prisión como consecuencia
de grandes polémicas que sostuvo con religiosos
de su tiempo. Es posible, incluso, que escribiese su
obra mientras estaba preso. Algunos investigadores,
sin embargo, discrepan de esa interpretación y consideran
que la prisión de la que habla Juan Ruiz es
tan sólo una metáfora con la que se refería a su alma
presa del pecado.
Se piensa que murió a mediados del siglo XIV.
El “Libro de buen amor”
Se trata de la más insigne representación de la lírica
de la Edad Media y que vislumbra los albores del
Renacimiento hispano. En la obra de más de 7.000
versos distribuidos en 1.728 estrofas, se narran en
forma autobiográfica las aventuras amorosas de un
arcipreste.
El texto contiene, además, relatos variados y una serie
de poemas a la Virgen. El resultado de esta mezcla
es una obra variada, vitalista y satírica, con un sinfín
de interpretaciones.
El influjo de la tradición
El Libro de buen amor es una obra única y original
que se inserta en la tradición literaria del momento
en que fue escrita. Esa tradición se manifiesta especialmente
en las fuentes que Juan Ruiz utiliza. En primer
término, el autor se vale de la Biblia, obra que
fue tomada frecuentemente como autoridad por los
distintos autores del mester de clerecía. Junto a las
referencias a la Biblia hay otras a diversas obras latinas
muy difundidas en la época.
Asunto y estructura
El hilo conductor de la obra es un conjunto de aventuras
contadas en primera persona. El relato autobiográfico
es un recurso estructural que sirve para
enlazar los episodios narrativos y líricos.
El Libro de buen amor comienza con una invocación
en verso a la Virgen y a Dios, y con un prólogo en
prosa que imita un sermón. El resto de la obra alterna
la cuaderna vía en la narración con otras formas
estróficas en las piezas líricas. Estas piezas, unas
de contenido religioso y otras de carácter profano,
constituyen una colección de poesías a modo de
canciones, en las que Juan Ruiz exhibe su virtuosismo
poético.
La narración alterna los episodios amorosos con la
inclusión de otros de variada procedencia y géneros.
En la primera parte, el episodio amoroso más
extenso cuenta los amores entre don Melón y doña
Endrina, en los que interviene como mediadora la
vieja Trotaconventos. La segunda mitad del libro
tiene como núcleo central la simbólica batalla entre
don Carnal y doña Cuaresma.
Intencionalidad y estilo
A la diversidad de los géneros que integran la materia
narrativa se une el diferente carácter de su contenido.
A pesar de su confesa intención de informar
e instruir a sus lectores sobre los peligros del loco
amor o amor mundano, y acerca de las ventajas del
buen amor o amor de Dios, el autor inserta digresiones
doctrinales de tinte moralizante como proclama
los placeres y goces de la vida.
Esta superposición de elementos religiosos y profanos,
así como el vaivén entre un tono admonitorio
y otro burlesco, hace difícil determinar el carácter
didáctico o de entretenimiento de la obra.
Rasgos destacados del Libro de buen amor son el
empleo de la ironía y de la parodia, el novedoso ingrediente
del humor. Se caricaturizan el mundo del
amor cortés y el saber eclesiástico, mostrando los
contrastes entre la apariencia y la verdad de las cosas.
Se ha interpretado ese tono festivo y burlón que
domina una parte del libro como una característica
del nuevo ambiente burgués.
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CÓMO MURIÓ TROTACONVENTOS Y CÓMO EL ARCIPRESTE HACE SU PLANTO (FRAGMENTO)
¡Ay, muerte! ¡Muerta seas, bien muerta y
[malandante!
Matásteme a mi vieja: ¡matárasme a mí antes!
Enemiga del mundo, no tienes semejante:
de tu memoria amarga nadie hay que no se espante.
Al que hieres tú, muerte, nadie lo salvará;
humilde, bueno, malo, noble, no escapará;
a todos te los llevas, diferencia no habrá;
tanto el Rey como el Papa ni chica nuez valdrá;
no respetas parientes, señorío, amistad;
con todo el mundo tienes continua enemistad;
no existe en ti el amor, clemencia, ni piedad,
sino dolor, tristeza, mucha pena y crueldad.
Jamás nadie de ti se ha podido esconder
y ninguno ha podido contigo contender;
la tu venida triste no se puede entender;
cuando llegas, no quieres a ninguno atender.
Dejas el cuerpo yerto a gusanos en huesa,
el alma la separas del cuerpo con gran priesa,
no está el hombre seguro de tu carrera aviesa,
de hablar sobre ti, muerte, espanto me atraviesa;
eres de tal manera del mundo aborrecida
que, por bien que lo quieran al hombre, aquí, en la
[vida,
al punto que tú llegas con tu mala venida,
todos huyen de él luego, como de res podrida;
aquellos que gustaban en vida su compaña aborrécenlo
muerto, como a una cosa extraña;
sus parientes y amigos todos le tienen saña;
todos huyen de él luego, como si fuese araña;
cuando tú vienes, muerte, son luego aborrecidos
por padres y por madres sus hijos muy queridos;
por amigas, amigos deseados, servidos;
por mujeres leales, los sus buenos maridos.
Haces al que es muy rico yacer en gran pobreza:
no tienes ni una blanca de toda su riqueza;
atender: esperar.
huesa: sepultura.
priesa: prisa.
aviesa: torcida.
blanca: moneda antigua.
hediondo: fétido, sucio, molesto.
departa: hable.
cras-cras: graznido del cuervo como símbolo de la muerte.
el que en la vida es bueno y de mucha nobleza
es hediondo en la muerte y lleno de vileza.
No se encontrará un libro, un escrito, una carta,
hombre sabio ni necio que de ti bien departa;
nada existe en el mundo que bien de ti, muerte, se
[parta;
excepto el cuervo negro que de ti, muerte, se harta;
le dices cada día que pronto le hartarás,
como el hombre no sabe cuando lo matarás,
si bien pudiese obrar, sea hoy: valdrá más
que el esperarte a ti y a tu amigo cras-cras:
señores, no queráis ser amigos del cuervo:
temed sus amenazas y no cumpláis su ruego.
El bien que hacer pudiereis, hacedlo luego, luego, que
moriréis mañana, pues la vida es un juego:
la salud y la vida muy rápida se muda,
y en un punto se pierde: de esto no cabe duda;
“el bien te hará mañana” es expresión desnuda:
vestida con las obras antes que muerte acuda.
Quien porfía en mal juego pierde mucho y no
[cobra,
piensa que tendrá suerte y halla mala zozobra; amigos,
sed atentos, realizad buena obra,
pues, al venir la muerte, todo lo demás sobra.
Cuando copan la banca, muchos piensan ganar,
mas, rodando los dados, les viene un mal azar.
Junta el hombre tesoros e intenta disfrutar,
pero, al llegar la muerte, debe todo dejar;
pierde luego la voz y aun el entendimiento;
de sus muchos tesoros, de su amontonamiento,
no puede llevar nada ni escribir testamento;
los dineros juntados dispérsalos mal viento;
y, cuando sus parientes la su muerte barruntan,
para heredarlo todo a menudo se juntan;
cuando por su dolencia al médico preguntan,
si él habla de sanarlo, como mal se lo apuntan.
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ACTIVIDADES
¿Quién habla en este texto? ¿A quién se dirige? ¿De
qué se lamenta?
En la literatura medieval, la muerte aparece frecuentemente
como una fuerza de igualación social.
• Busca en el texto aquellos pasajes en los que se
refleje este poder igualatorio de la muerte y coméntalos.
Lee el prólogo del Libro de buen amor, de Juan-
Ruiz.
Y Dios sabe que mi intención no fue hacer por dar
ocasión de pecar ni por mal hablar; sino que fue traer
a toda persona a memoria buena de bien obrar, y dar
ejemplo de buenas costumbres, y consejos de salvación,
y para que todos sean apercibidos y se puedan
menor guardar de tantas maestrías como algunos
usan para el loco amor.
• Contesta:
a) ¿Qué propósito tiene la obra según su autor?
b) ¿Cuál crees tú que es la verdadera intención
del autor?
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Analiza métricamente las tres primeras estrofas y
contesta:
a) ¿Cuánto miden los versos?
b) ¿Cómo riman los versos en cada estrofa?
c) ¿Cómo se llama esta clase de estrofa? ¿De qué movimiento
literario es característica?
¿Qué figura literaria utiliza el autor en relación con
la muerte?
• Busca algunos ejemplos concretos.
Uno de los rasgos característicos de la prosa de Juan
Ruiz es el uso de las enumeraciones.
• Localiza algunas enumeraciones y comenta qué
aportan al texto.
El autor nos habla en el texto de los efectos de la
muerte y del comportamiento de la gente ante ella.
¿Crees que esas ideas son válidas hoy? ¿Por qué?
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