Guía Práctica de Ecología Urbana - Cuidemos Nuestra Argentina
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<strong>Guía</strong> <strong>Práctica</strong> <strong>de</strong> <strong>Ecología</strong> <strong>Urbana</strong><br />
Espacios Ver<strong>de</strong>s<br />
“Cuidar los pocos árboles que tenemos es tan importante como cuidarnos a nosotros<br />
mismos, ya que <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en gran parte nuestra salud.”<br />
En el año 1778, el virrey Juan José Vértiz y Salcedo, “sombreó con ombúes”<br />
el primer paseo público <strong>de</strong> Buenos Aires como ciudad, La Alameda. Se extendía<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Fuerte hacia el Norte; y <strong>de</strong>cía: “Los paseos públicos son unos adornos que<br />
contribuyen tanto a la diversión y salud <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s, como a su hermosura”. Este<br />
paseo se lo consi<strong>de</strong>ra como el punto <strong>de</strong> partida u origen <strong>de</strong> nuestros espacios<br />
ver<strong>de</strong>s.<br />
En el año 1838, Juan M. <strong>de</strong> Rosas, gobernador <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Buenos<br />
Aires, mejoró los jardines <strong>de</strong> Palermo, cuyo frondoso y próspero arbolado más tar<strong>de</strong><br />
sería en Parque <strong>de</strong> Palermo. En el año 1874, casi 100 años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> La Alameda<br />
colonial, fue creado por una ley <strong>de</strong>l Congreso el primer parque <strong>de</strong> Buenos Aires, el<br />
Parque Tres <strong>de</strong> Febrero, cuyo proyecto y realización correspondía a la gestión <strong>de</strong><br />
Domingo F. Sarmiento.<br />
Los viejos baldíos existentes en Buenos Aires, muchos <strong>de</strong> ellos inundables,<br />
se transformaron en plazas, como el <strong>de</strong> Cabecitas, hoy Plaza Vicente Lopez; el <strong>de</strong><br />
los Sauces, hoy Plaza Garay; el <strong>de</strong> doña Engracia, hoy Plaza Libertad y el <strong>de</strong><br />
Zamudio, hoy Plaza Lavalle.<br />
Otros baldíos fueron basurales, “humeantes quemas que teñían <strong>de</strong> tonos<br />
lúgubres los cielos <strong>de</strong>l bajo” o lugares <strong>de</strong> estacionamiento <strong>de</strong> carretas.<br />
La <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> espacios ver<strong>de</strong>s y la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l arbolado urbano son materia<br />
<strong>de</strong> continuos movimientos sociales. Estos reclamos señalan a la autoridad pertinente<br />
la responsabilidad que le compete. Los habitantes <strong>de</strong> la gran ciudad y los que la<br />
transitan necesitan <strong>de</strong> más y mejores espacios ver<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> uso público.<br />
El crecimiento urbano se ha hecho con un enorme déficit <strong>de</strong> espacios ver<strong>de</strong>s<br />
abiertos. La zona <strong>de</strong> Palermo ha sido <strong>de</strong>saprensivamente agredida y es muy<br />
importante la superficie que ha sido usurpada. Es preciso insistir sobre la necesidad<br />
<strong>de</strong> contar con nuevos parques a escala urbana, que <strong>de</strong>ben emplazarse<br />
equilibradamente teniendo en cuenta las <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> población previstas, lo<br />
compacto <strong>de</strong> la masa edificada y los espacios ver<strong>de</strong>s existentes. Es responsabilidad<br />
prioritaria <strong>de</strong>l Estado y también <strong>de</strong> los vecinos <strong>de</strong> la ciudad preservar la salud <strong>de</strong><br />
todos.<br />
Varios son los motivos por los cuales es muy importante que haya árboles, no<br />
sólo en nuestras plazas y parques, sino en nuestras veredas. Quizá, la más<br />
frecuente asociación <strong>de</strong> los árboles con nuestra salud, es que limpian el aire y<br />
oxigenan la ciudad <strong>de</strong> la contaminación a la que se ve sometida día a día. Es éste<br />
un factor fundamental para que haya árboles en cada una <strong>de</strong> las cuadras por las que<br />
caminamos. Sin embargo, no éste el único motivo sino que hay otros no menos<br />
importantes. Uno <strong>de</strong> ellos es, por ejemplo, que los árboles en las veredas son el<br />
elemento i<strong>de</strong>al para bajar el nivel <strong>de</strong> ruido que se produce en las calles como<br />
consecuencia <strong>de</strong>l tránsito automotor. <strong>Nuestra</strong> ciudad sufre muchísimo <strong>de</strong><br />
contaminación acústica. Es algo que no se percibe, pero que produce<br />
enfermeda<strong>de</strong>s, que si bien no son mortales, <strong>de</strong>terioran la salud <strong>de</strong> la gente<br />
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