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Sin azúcar no hay país - LIBRE Semanario y diario digital on-line

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MIERCOLES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2005<br />

Roberto Luque Escal<strong>on</strong>a<br />

Jan y cuje<br />

<str<strong>on</strong>g>diario</str<strong>on</strong>g>s en español, los dos, ni<br />

siquiera se dier<strong>on</strong> por enterados.<br />

Viejo y sucio truco ese de hacer<br />

preguntas y luego interrumpir al<br />

interrogado cuando se disp<strong>on</strong>e a<br />

c<strong>on</strong>testar. A Linden <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> lo co<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>zco.<br />

Kennedy es el que siempre fue: el<br />

hombre del accidente en el puente<br />

de Chappaquidick, cuando aband<strong>on</strong>ó<br />

a su suerte a la muchacha que<br />

lo acompañaba y antes de pedir<br />

ayuda para ella llamó a su abogado.<br />

º Una caricatura de Varela aparecida el pasado<br />

jueves en el Nuevo Herald bajo el título de El<br />

Síndrome de Katrina es todo un canto a la esperanza;<br />

más bien a las ilusi<strong>on</strong>es de la liberalada. En ella<br />

aparece George W, Bush en la azotea de una Casa<br />

Blanca rodeada por las aguas de una inundación que<br />

llega al segundo piso. “¡Saquenme de aquí!”, clama<br />

Bush. “¡La marea antipopular está subiendo!”. La<br />

marea ascendente es la de la sangre que sale por esa<br />

herida que <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> cierra. La prensa liberal, el 70% de los<br />

medios periodísticos, <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> puede acostumbrarse al fracaso<br />

de su intento de embaucar al pueblo america<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g><br />

el pasado <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>viembre, cuando se cogier<strong>on</strong> el envés c<strong>on</strong><br />

la puerta. Pero soñar <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> cuesta nada. Y Varela sueña<br />

y o al me<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>s expresa gráficamente los sueños liberales.<br />

Porque, imagínense que lindo sería sacar de la<br />

Casa Blanca a ese hombre tan malo, repetir la jugada<br />

de Watergate, c<strong>on</strong> Garganta Profunda y todo.<br />

º Los palesti<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>s ya comenzar<strong>on</strong> a destruir lo c<strong>on</strong>struido<br />

por los israelíes en Gaza en varias décadas de<br />

duro trabajo. Comenzar<strong>on</strong> por saquear los invernaderos<br />

de los aband<strong>on</strong>ados asentamientos judíos. Afanar: esa<br />

es la palabra <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> de orden, si<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> de desorden. Claro, cada<br />

quien hace lo que sabe hacer. Los judíos c<strong>on</strong>struyen, los<br />

árabes destruyen.<br />

º Se escuchan rumores. No Rumores del Hórmigo,<br />

que El Cucalambé <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> tiene vela en este entierro, si<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g><br />

del hormigón. Del hormigón armado c<strong>on</strong> que se<br />

c<strong>on</strong>struyen las pistas de los aeropuertos y las caras<br />

de alguna gente. Rumores sobre la exquisita cortesía<br />

que se emplea c<strong>on</strong> empleados de la tiranía estebánica<br />

que vienen aquí en misión oficial, pero sin visa<br />

diplomática. ¿A qué viene esa prostitutería, ese<br />

www.libre<strong>on</strong><strong>line</strong>.com<br />

devolver objetos que a otros <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> se les permite traer<br />

de Cuba?<br />

º Y ya que hablo de cachanchanes de Esteban Dido,<br />

¡tremenda cobertura televisiva al acto de los sujetos que<br />

piden (perdón: exigen) la excarcelación inmediata de<br />

los espías de la red Avispa y el envío de Posada Carriles<br />

al paredón. A las seis, a las <strong>on</strong>ce, a la mañana siguiente,<br />

por todos los canales, ahí están, encabezados por el grasiento<br />

de siempre. Cualquiera diría que s<strong>on</strong> gente<br />

importante.<br />

º Un columnista de The Miami Herald, negro él,<br />

se queja amargamente de que sus brothers and sisters<br />

empleen a menudo, demasiado a menudo, la palabra<br />

“nigger”, proscrita por el vocabulario políticamente<br />

correcto, y acusa de ello a los cultores del rap, el hip<br />

hop, o como se llame esa cosa. Cierto es que los raperos<br />

la usan: en una de las pocas piezas de ese género<br />

musical (la música <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> aparece por ningún lado, pero<br />

ese <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> es el asunto) que he escuchado completa, el<br />

intérprete decía: “We all the niggers say...”. Eso al<br />

principio. Al final el tipo se inspiraba y entre “the” y<br />

“niggers” intercalaba una palabra que empieza c<strong>on</strong><br />

F. Comprendo la preocupación del columnista. Si yo<br />

fuera negro, negro america<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>, también me preocuparía,<br />

c<strong>on</strong> eso y c<strong>on</strong> muchas otras cosas. Mi preocupación<br />

hubiese comenzado c<strong>on</strong> la c<strong>on</strong>versión del Tio<br />

Tom, ese maravilloso pers<strong>on</strong>aje, todo b<strong>on</strong>dad y espiritualidad,<br />

en símbolo negativo; c<strong>on</strong> la evidente diferencia<br />

entre Nat King Cole y Puff Diddy Combs,<br />

entre Jackie Robins<strong>on</strong> y Dwight Gooden, entre Joe<br />

Louis y Mike Tys<strong>on</strong>, entre Martín Luther King y<br />

Jesse Jacks<strong>on</strong>. De veras es como para preocuparse.<br />

º By the way, el columnista al que me refiero ha sido<br />

u<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> de los que ha pedido la reposición de Jim Defede<br />

en su puesto del Herald. En días pasados la fiscalía<br />

decidió <str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g> procesar al plañidero gordo por haber grabado<br />

una c<strong>on</strong>versación telefónica sin permiso de la otra<br />

parte, lo cual es, según las leyes vigentes, un delito. <str<strong>on</strong>g>Sin</str<strong>on</strong>g><br />

embargo, el jefazo del Herald en cuyas ma<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>s está<br />

rep<strong>on</strong>er al gordo, sigue negándose a hacerlo. Ese america<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g><br />

tiene un corazón muy duraz<str<strong>on</strong>g>no</str<strong>on</strong>g>, sí, señor. ¿Sabes<br />

lo que deberías hacer, gordo? Mandarle una carta a<br />

Fiedler diciéndole que se guardara The Miami Herald<br />

en el mismo lugar d<strong>on</strong>de yo le dije a Carlos Castañeda<br />

que se guardara el Nuevo Herald. Do it, fatty. Verás qué<br />

bien te vas a sentir.<br />

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