"Siete Años Enterrado Vivo", Biófilo Panclasta
"Siete Años Enterrado Vivo", Biófilo Panclasta
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<strong>Biófilo</strong> <strong>Panclasta</strong> 5<br />
cribieron anarquistas para esa época, aunque sufrían con<br />
mayor frecuencia las galeras en sus espaldas que nuestra<br />
generación. Y casi todos los que escribieron, lo hicieron<br />
desde una visión eurocentrista (los textos de Kropotkin,<br />
Mella y Gori) pero este texto es la excepción de la regla.<br />
De allí que revista una importancia casi sacrílega del mismo,<br />
además de que se trata de un rescate histórico porque<br />
ésta sería su segunda edición después de la realizada por<br />
una editorial colombiana.<br />
En esta obra <strong>Biófilo</strong> esboza un croquis de lo que es el<br />
repudio libertario al sistema de prisiones con humor burlesco<br />
y cínico propio de su carácter. El cúmulo de favores<br />
entre carceleros y preso; el poder plenipotenciario de<br />
los alcaldes y la miseria extrema de la reclusión; el deseo<br />
carnal por la mujer y la supresión del deseo sexual son algunas<br />
de las temáticas planteadas de forma folclórica por<br />
<strong>Biófilo</strong> en esta obra.<br />
Como en un videojuego, en esta obra se enfrentan dos<br />
seres antagónicos de forma abstracta. Por un lado, está la<br />
figura de <strong>Biófilo</strong>, el eterno prisionero, el irreductible, el<br />
amante de la libertad individual, el anarquista; en el otro,<br />
tenemos a Juan Vicente Gómez, el gendarme liberal, el<br />
controlador, el patriarca, el tirano.<br />
En retrospectiva, quizás <strong>Biófilo</strong> era un anarquista<br />
avanzado para su época. Aunque defendía a ultranza su<br />
hedonismo buscaba, a la vez, formar parte de los movimientos<br />
anarquistas y sociales de la época, equilibrando<br />
así el individualismo y lo social, adelantándose y solucionando,<br />
de alguna manera, la ridícula dicotomía que divide<br />
a los stinernianos de los populares. Sus expresiones “la revolución<br />
soy yo” y “proletariados de todas las tendencias,<br />
uníos” es un ejemplo de ello.<br />
Ésta segunda edición fue producto de la complicidad<br />
de un buen amigo de juventud, Clemente Pérez, quien