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Memoria Falsa<br />
es como si fuera -así hablaba la guacha-. Y ahora mantengo la<br />
llamita, y señalaba de nuevo la brasa y las velas, pero es como si<br />
no la mantuviera, porque nadie la ve. La veo yo. Vos no la ves, vos<br />
sos un dulce, todos ustedes son unos dulces, son unos chiquitos<br />
dulces; ¿sabés que sos hermoso? No te voy a tocar de nuevo, me<br />
aclaró, ahora no te toco, ahora te hablo, y escucháme bien, porque<br />
te habla Laura, te habla Laura, acordáte de mí, acordáte de<br />
mi nombre, hermoso, si alguno te pregunta vos no sabés dónde<br />
estoy, vos también desapareciste un día, porque no sabrías salir<br />
de acá si no te sacan y no sabrías volver si no te traen, como en<br />
los viejos tiempos. Soledad desapareció, le dije yo, tuca en mano<br />
como ahora; qué rápido fumamos cuando hablamos de estas cosas,<br />
cuando hablamos de la vida, aquella vez y esta misma vez,<br />
hermano. No estoy loco. La nombré porque siempre la busco,<br />
aunque no lo diga. Se lo dije a ella. ¿Soledad no está con vos?,<br />
le dije y claro, estando del porro me confundía todo. Laura me<br />
preguntó por Soledad. Desapareció el puto día de la efedrina, le<br />
contesto, el día que lloramos todos e hicimos el aguante, el día<br />
peronista, le dije hablando esas boludeces que te conté que pienso,<br />
y ahí me doy cuenta de que ella también lloraba. En esta isla<br />
terminamos siendo todos iguales, me dice, las penas son de nosotros,<br />
me dice -qué buena que era esta yerba, hermano-. Soledad<br />
soy yo, me dice. No, le digo, vos estás de la cabeza, vos sos Laura.<br />
Soledad se fue, de repente se fue, nadie supo nada, Soledad no<br />
estaba. Andaría en algo, me dijo. Andaba en scooter y en los patines<br />
de Fernanda cuando se los prestaba, boluda de mierda. ¿Me<br />
vas a pegar? Sí, te voy a cagar a palos, le digo. Pegáme. Y cuando<br />
le mando una mano así, blandita, me la agarra de repente y me<br />
besa; era lo más rápido que vi esa mina; me besa con toda la boca<br />
y nos quedamos un rato así hasta cansarnos. Entonces Laura,<br />
arriba mío, me acaricia, casi como ella en la oscuridad, me acaricia<br />
la cara, me habla bajito y pausado, me dice cosas muy lindas<br />
-Soledad me decía que yo tenía una boca de miel- y me empieza<br />
a hablar, a hablar de verdad. Fue ahí, en un momento terrible,<br />
cuando pensé por primera vez en serio que me quería morir -<br />
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