Daniel Sánchez Poitevin - La Peste

despersonaliza” 1 . Pero, ¿cómo despertar de
esto, cómo estando dentro podemos darnos
cuenta que la mierda nos está llegando al cuello?
No siempre es posible, de hecho tal vez sea
lo menos probable.
el desperTar
Primero necesitamos un Abate Faria que
haga un poco de luz en nuestras mentes y
que despierte en nosotros ese sentimiento.
Miller intuía que era en un escritor, aunque
no escribía. Afortunadamente llegó su Abate
Faria llamado June Smith –una bailarina
de Broadway que lo toma como amante– .
Ahí es cuando el Edmond Dantés de nuestra
historia (Miller), se transforma en el Conde
de Montecristo, cuando un empleado de una
compañía telegráfica, comienza a ver con
claridad y adquiere el valor suficiente para
hacer de su vida una obra de arte. En Miller
vida y obra son inseparables, su vida es su
obra, es su trabajo. La venganza despierta el
deseo y se convierte en un impulso creador.
I wanted to see America destroyed, razed from top
to bottom. I wanted to see this happen purely out
of vengeance, as atonement for the crimes that were
committed against me and against others like me
who have never been able to lift their voices and
express their hatred, their rebellion, their legitimate
blood lust 2 .
la TraNsformacióN
Es momento de salir y empezar a vivir como si
fuera necesario, como si fuera una obligación,
la única. Donde todo es secundario y donde
hay que responder a aquel primer impulso,
pues podría ser el adecuado. Después de haber
llevado una vida falsa durante muchos años,
lo primero que se hace es cortar cadenas;
esposa, trabajo y Dios, ya no son necesarios.
“I had no more need of God than He had
of me, and if there were one, I often said to
myself, I would meet Him calmly and spit
in His face” 3 .
Por fin llega la libertad, la búsqueda incansable
de la experiencia. El único proceso creativo
para poder realizar una obra original.
¿Cómo empezar a escribir? Caminando, no
hay otra manera. Las sensaciones están en cada
esquina, y parafraseando a Miller, maduran
en experiencias que a su vez generan más
experiencias. Es el camino del vagabundo
“Prefiero una pereza inteligente y observadora
a una actividad intolerable y terrorífica” 4 .
El deber no desaparece, pero sí se convierte
en una cosa totalmente distinta. El único
deber es vivir.
“I reached out for something to attach myself
to —and I found nothing. But in reaching out,
in the effort to grasp, to attach myself, left
high and dry as I was, I nevertheless found
something I had not looked for— myself” 5 .
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Hasta éste punto la primera parte de la
venganza está consumada.
La segunda parte requiere un poco más de
paciencia, una paciencia similar a la requerida
para pasar 16 años preso en el castillo
de If, esperando el momento preciso para
escapar. Esta segunda parte trae consigo el
ajuste de cuentas, sería incorrecto pensar
que con la venganza se busca justicia. No es
necesariamente así; muchas veces la venganza
sobrepasa por mucho el agravio recibido,
lo que busca no es justicia, es satisfacción a
cualquier costo.
Los vagabundeos de nuestro héroe lo llevaron
a París, fue ahí donde por primera vez se
publicaron sus escritos. Lamentablemente, su
deprimida patria, sufría en aquellos momentos
de un terrible caso de ceguera histérica,
que se esparcía a gran velocidad debido a un
cuadro crónico de moralina, puritanismo y
fanatismo patriótico, que les impediría darse
cuenta que lo que necesitaban para resurgir