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Daniel Sánchez Poitevin - La Peste

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f<br />

gleNliveT<br />

de 12 años<br />

Apenas podía detenerme, escuchaba cada palabra, pero pasa una ambulancia con su<br />

escandalosa muerte y te haces para atrás en la acera. Pateé una piedra sin atinarle y<br />

me quedé mirándola inmóvil: “Nunca vas a dejar de gustarme”, dices. Pero cuando<br />

es el momento de hacer soportable la vida me echo para atrás, como tú con la ambulancia,<br />

como si fueras la ambulancia dándole un paseo a la muerte por la calle de Campeche. “Me<br />

da igual el arte menos esto que pintaste… –te increpo dentro de tu casa– ¿te he platicado<br />

qué pasa si dos enanas blancas están cerca?”, pero te sirves más Glenlivet de 12 años, y<br />

das un trago grande y la tarde va arando<br />

los campos de malta en tu alma. Hago una<br />

ademán en dirección al libro de la mesa del<br />

centro –donde tiramos todas las estampas<br />

de futbolistas y las quemamos con el álbum<br />

lleno–. “¿Me das el libro?”.. Te quedaste<br />

ojeando una revista en el sillón de terciopelo<br />

verde y yo dejé a Houellebecq (“no es<br />

tan bueno”, dijiste un día. Te creo), para<br />

mirar el hueco que se hacía en tu clavícula<br />

izquierda mientras pasabas de la par a la<br />

impar; recordé que tu perfil haría que un<br />

Por: <strong>Daniel</strong> <strong>Sánchez</strong> <strong>Poitevin</strong><br />

piano se tocara solo. Si supiera qué hacer<br />

con esto que tengo dentro te llevaría de la<br />

mano a ver a los orangutanes de Sumatra<br />

y a ese artista africano Koffi Kouakou, él<br />

te gusta, y el acelerador de partículas (¿te<br />

he platicado qué pasa si dos enanas blancas<br />

están cerca?), le podemos dar la vuelta cual<br />

partículas elementales… a la tercera exposición<br />

de arte a la que quieras ir yo voy al<br />

bar y ahí te espero; luego deambulamos bajo<br />

un cielo italiano y me robo todos los listones<br />

para el cabello que pueda… síguela ojeando,<br />

mierda, no ves que es lo único que me queda… pero si supiera qué hacer con esto y volver<br />

a lo que antaño bien pudo ser la concepción de un semidios en tu malograda cama –“deja<br />

de comprar mierdas antiguas”, te maldije un día, mientras fumabas.<br />

“¿Te voy a olvidar de verdad?”, preguntaste. <strong>La</strong>s manos se me enfriaron mostrando los lugares<br />

comunes de la anatomía. Pensé que algo que pintaste como ese cuadro se sentía como<br />

a Autum Music 1, de Max Richter, recuerdas que ese tema los repetí 50 veces hasta las 4:20<br />

de la madrugada para terminar de escribirte algo... ese cuadro se siente igualito a “Autum<br />

Music 1”. Quise darte las gracias… Me tenías de la mano cuando veíamos un barranco<br />

inmenso que se construyó la Sierra Madre como tentativa de la naturaleza para demostrar<br />

que puede crear su propia angustia; ahí con los dedos juntos, y yo pensaba que así vamos<br />

a andar toda una vida pidiendo perdón y cagándola y a abrazarnos borrachos de abyecta<br />

pasión, y saltar a la hierba tres segundos antes de que pase el tren. ¿Con cuántas acompa-<br />

Quise darte las gracias... Me tenías de la mano cuando veíamos un<br />

barranco inmenso que se construyó la Sierra Madre como tentativa de la<br />

naturaleza para demostrar que puede crear su propia angustia.<br />

ñantes será así? Una vida entera haciendo un<br />

santo carajo; pero son unos pocos minutos<br />

nada más, si juntas todos los momentos de<br />

tu vida, en los que piensas que un amor así<br />

te arrebatará el aliento; y otro perdón y otra<br />

vez cagarla y “no te dejaré porque no quiero<br />

que no estés aquí”, pero de amor ya no me<br />

hables, no tiene que ver con eso sino con el<br />

miedo y el infierno.<br />

No es posible estar sin ti. Así de claro. Cuando<br />

no estés yo seré otro. El momento en el que<br />

24 25<br />

todo terminó, tan trascendente como el instante<br />

en el que sientes que explotarás de amor. “Me<br />

encanta tu falda, me la quiero poner”, te dije<br />

hace apenas un mes; “hay belleza de la que<br />

no te puedes apropiar”, respondiste. “¿Cómo<br />

le hago para ser tú? Eso me tranquilizaría”.<br />

Dejé <strong>La</strong>s Partículas Elementales, me serví<br />

Glenlivet de 12 años (y todo lo que haces<br />

es la última vez que lo harás), te serví… “se<br />

blanquea ligeramente más tu piel cuando<br />

comienzan tus pechos. Esa camisa en “v”

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