Descarga aquí el PDF 21/01/12 - Ciudad CCS

22 RAÍCES CCS CIUDAD CCS / SÁBADO 21 DE ENERO DE 2012
PERSONAJES>
Renato Beluche,
destacado navegante
La sangre de Renato Beluche fue agua de mar. La vida
de este republicano aconteció entre timones y
anclas. La mayor parte de sus días transcurrieron
mientras navegaba bajo los cielos de América, el
continente por el cual luchó hasta su muerte, seducido
por los ideales de la Revolución Francesa.
Hijo de René Beluche, militar francés, y Rosa
Laporte, oriunda de Luisiana, Estados Unidos,
Renato nació en Nueva Orleans, el 28 de diciembre
de 1773. Desde su infancia estuvo vinculado
con la carrera naval. Fue su pasión, su motivo de
vida. Fue una actividad que relacionó con el
creciente interés que adquirió por la Revolución
en Francia, país al que arribó en 1802, para ser
comandante de Artillería.
No obstante, su paso por tierras galas fue corto.
Al poco tiempo regresó a su país natal, en el que
en 1807 ya era guardiamarina en la tripulación del
bergantín Catalina, unidad de los guardacostas de
Luisiana. Luego, en 1812, viajó a Cartagena de
Indias, Colombia, donde obtuvo patente de corso
para operar contra barcos españoles.
1816 fue un año importantísimo en la carrera
militar de Beluche. El 2 de mayo formó parte de
las tropas que combatieron en la llamada Batalla
Naval de Los Frailes, suceso acaecido frente al
archipiélago criollo del mismo nombre. Aquel
enfrentamiento bélico se produjo a propósito de
la Expedición de Los Cayos. En esa batalla, Beluche
estuvo a bordo de la goleta Brisona, como segundo
al mando, bajo las órdenes de Luis Brión.
Tras 1816, otro momento memorable en la
carrera militar de Beluche fue en 1823. En aquel
entonces formó parte de las tropas patriotas que
estuvieron en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo.
La actuación de Beluche fue tan destacada que
el mismo general José Prudencio Padilla, dirigente
de la tropa republicana, lo recomendó para que
fuera ascendido a general de Brigada.
Después de esas experiencias, Beluche se
mantuvo siempre fiel a la causa de la independencia.
En idas y venidas por los mares americanos, el
patriota decidió que Puerto Cabello, estado
Carabobo, sería su hogar. En esa ciudad murió el 4
de octubre de 1860.
Participó en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo.
MÁS INFORMACIÓN
Diccionario Historia de Venezuela de Fundación Polar.
Documentario de la libertad, Ediciones de la Presidencia
de la República, 1983.
INDEPENDENCIA>
REDACCIÓN LUIS R. DONALLE
Un par de discursos patriotas
Juan Germán Roscio presentó el Acta de la Independencia ante Cristóbal Mendoza
El 8 de julio de 1811, el diputado electo
para la provincia de Caracas, Juan Germán
Roscio, tuvo el honor de presentar
el Acta de la Independencia de Venezuela
ante el entonces presidente
del Supremo Poder Ejecutivo, Cristóbal
Mendoza, para su promulgación.
Aquel día, ambos personajes ofrecieron
sendos discursos que, a pesar de su
brevedad, estuvieron hilvanados con
hebras doradas aromatizadas con un
hondo sentir patriótico.
Roscio –redactor del acta junto a
Francisco Isnardi– empezó su intervención
asentando que la declaración de la
libertad de la nación fue una decisión
tomada por los representantes unidos
de las Provincias de Venezuela fundamentada
en los deseos del pueblo.
“¡Ojalá que este paso de salud, tan importante
a los pueblos, sea para el de Venezuela
la sagrada áncora de su dignidad
y fortuna! ¡Ojalá que sus poderes,
marchando siempre con la mejor armonía,
trabajen sin cesar por sostener y aumentar
el rango a que ha sido elevado
por la mano benéfica del Todopoderoso.
Él sea quien reciba los frutos de su
grandeza y felicidad futura”, dijo.
Roscio concluyó su discurso con las
siguientes palabras: “Este es el objeto
de nuestra misión: estos son los votos
de los individuos que componen la Diputación
general de estas provincias”.
RESPUESTA DE MENDOZA
Ante la alocución de Roscio, el presidente
del Supremo Poder Ejecutivo
también expresó palabras dignas de
tan relevante acontecimiento. “Señores:
¡De qué medios tan extraños se va-
le la Divina Providencia cuando quiere
dar a luz algunos de aquellos fenómenos
portentosos que admiran de tiempo
en tiempo al universo!”.
Luego, el jurista añadió expresiones
que denotaron conciencia política del
momento histórico que se vivía: “La
transformación de la América, su tránsito
de la nulidad en que yacía bajo la
servidumbre al rango de las grandes naciones,
se ha debido últimamente a la
corrupción y a la perfidia. En efecto,
aunque corramos un velo al cuadro ensangrentado
de la conquista y del gobierno
de trescientos años que hemos
gemido bajo el yugo de los españoles,
no podremos desconocer en la historia
de nuestros días que la corrupción y la
perfidia allanaron últimamente el camino
de nuestra libertad y nos abrieron
paso a la gloriosa independencia que
hoy empezamos a gozar”.
“...mis ideas se atropellan y mi entendimiento
sucumbe bajo la magnitud
del objeto: gloria a los padres de la patria,
a los augustos representantes del
pueblo venezolano y rabia eterna a los
opresores”, disertó.
Para concluir, Mendoza dejó claro
que “Estos son, señores, los sentimientos
del pueblo y jefe supremo de Venezuela,
y lo que en contestación ruega os
dignéis transmitir al soberano Congreso
para su más dulce satisfacción en la
sanción unánime de nuestra independencia
absoluta”.
CURIOSIDADES> Vislumbraron la importancia de la agricultura
En los albores de la Junta Suprema de
Caracas, en septiembre de 1810, el patriota
venezolano Francisco Javier Ustáriz
–posterior firmante del Acta de la
Independencia en 1811– encabezó un
par de decretos que estaban orientados
a fortalecer un ámbito fundamental
para el anhelado desarrollo del
país: la agricultura.
Establecidos por la Secretaría de Hacienda,
dichos preceptos apuntaron
hacia la liberación del pago de alcabalas
por traslado y entrada al país de diversos
tipos de alimentos y de la maquinaria
y utensilios concernientes a
este ámbito de la economía. La idea
era facilitar el crecimiento de la agricultura,
mediante la multiplicación de
cultivos de los alimentos básicos, para
mejorar las condiciones de vida de todos
los venezolanos.
Mendoza era el presidente del Poder Ejecutivo; y Roscio, diputado del Congreso.
El café era uno de los alimentos clave.
El decreto firmado por Ustáriz estipuló
que “como el acrecentamiento de
nuestra agricultura es el objeto más interesante
a la riqueza y prosperidad
del país, por ahora, y mientras con mejor
conocimiento se toman medidas
más vigorosas para lograrlo, ha determinado
que todas las herramientas
propias para el cultivo de las tierras,
los tambores, almas, muñones, fondos,
alambiques y espumaderas del
uso de los ingenios de azúcar, y las demás
máquinas y utensilios propios para
el beneficio del café, añil, algodón y
demás producciones de nuestra cultura
sean libres de todos derechos al introducirse
por nuestros puertos para
los expresados destinos”.
Este texto deja ver que los patriotas
replantearon una de las ideas de las llamadas
Ordenanzas que idearon Manuel
Gual y José María España como
parte de su conspiración, a finales del
siglo XVIII. En ese precepto se estipulaba
la liberación de rentas a algunos alimentos
básicos y se abolía el pago de
las alcabalas en las que los comerciantes
y ciudadanos en general debían
cancelar un tributo al rey.