Principios humanitarios y dilemas operacionales en zonas de guerra

GE.94-02889
1a. Edición
Principios
humanitarios
y dilemas
operacionales
en zonas de
guerra
Programa de Entrenamiento para el Manejo de Desastres

Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
1a. Edición
Modulo preparado por
Larry Minear and Thomas Weiss
Programa de Entrenamiento para 1994
el Manejo de Desastres

INDICE
Reconocimientos ...................................................................................6
Introducción ..........................................................................................7
Primera Parte El esquema legal internacional .........11
Contexto general ................................................................................. 11
Circunstancias de los conflictos ............................................................13
Resumen .............................................................................................16
Segunda Parte Categorías analíticas .......................17
Grupos de respuesta ............................................................................17
Naturaleza del conflicto ........................................................................20
Fases del conflicto ...............................................................................21
Espectro de la respuesta ......................................................................22
Resumen .............................................................................................23
Tercera Parte Principios de la acción humanitaria25
Introducción ........................................................................................25
Alivio de sufrimiento ante peligro de muerte ..........................................26
Proporcionalidad de las necesidades ....................................................27
Imparcialidad .......................................................................................29
Independencia .....................................................................................32
Responsabilidad ..................................................................................34
Conveniencia .......................................................................................36
Contextualización .................................................................................39
Subordinación de la soberanía ..............................................................41
Conclusión ..........................................................................................44
Resumen .............................................................................................45
Anexos
Anexo 1 Recursos para mayor referencia ............................................47
Anexo 2 Sobre el Proyecto de guerra y humanitarismo y sus autores ....51
Anexo 3 Abreviaturas .........................................................................53
Evaluación del modulo .........................................................................55
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
5

Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
RECONOMIENTOS
Este módulo de entrenamiento ha sido financiado por el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo en colaboración con el Departamento de
Asuntos Humanitarios de la Secretaría General de las Naciones Unidas para
el Programa de Entrenamiento para el Manejo de Desastres (DMTP), en
asociación con el Centro de Manejo de Desastres de la Universidad de
Wisconsin.
El borrador del texto fue revisado por Andreas Lendorff, Barry Stein y
Michael Harris.
Los servicios editoriales, incluso diseño, componentes educacionales y
formato han sido proporcionados por InterWorks. Asesoría de diseño y
publicación provistos por Artifax. Traducción de inglés al español por Olga
Tedias-Montero.
Foto cubierta: Trabajadores y soldados descargando ayuda alimentaria de
socorro desde un avión del puente aéreo humanitario de ACNUR, en el
aeropuerto de Sarajevo. E. Dagnino / ACNUR, Refugees, Diciembre, 1992,
p.19.

INTRODUCCIÓN
Objetivo y enfoque de este módulo
Este módulo de entrenamiento contiene experiencias provenientes de todo
el mundo obtenidas de los esfuerzos realizados para reducir el costo de vidas
humanas causado por conflicto armado. Su objetivo es simple: ayudar a
quienes practican el humanitarismo a intensificar la eficiencia operacional de
la acción humanitaria.
Su enfoque se centra en los desafíos humanitarios impuestos por
conflictos armados internos. Dichos conflictos tienen sus raíces en tensiones
cuya naturaleza es de origen social y económico, étnico o de tribu, religioso
e ideológico. A menudo se ven exacerbados por la arbitrariedad de las
fronteras nacionales y por la falta de estructuras políticas representativas
por medio de las cuales los disturbios populares podrían, de otra manera,
expresarse por sí mismos. Estos conflictos constituyen el tipo de fragmentación
política y de desenlace interno que la Secretaría General de las Naciones
Unidas ha denominado “micronacionalismo”.
Los diferentes tipos de violencia que enfrentan ahora los humanitarios
era inimaginable en la época en que se redactó la carta de las Naciones
Unidas. Cuando se fundó las Naciones Unidas, sus principales actores eran
unos 50 estados soberanos. La mayoría de los problemas de importancia
internacional tenía que ver con la interrelación entre ellos. Los movimientos
políticos insurgentes eran escasos y las funciones de otros actores no
estatales tales como organizaciones no gubernamentales y la prensa eran
modestos, en el mejor de los casos.
A medida que las Naciones Unidas se prepara para celebrar su
quincuagésimo aniversario, la comunidad internacional que representa ha
tenido un gran cambio. Hay ahora más o menos 180 gobiernos acreditados
ante las Naciones Unidas que participan en debates de la Asamblea General.
Las ex-Unión Soviética y Yugoslavia han dado nacimiento a veinte estados,
acrecentando el grupo de estados ya incrementado por la entrada de países
no colonizados a mediados de la década de 1950. El Consejo de Seguridad,
especialmente siguiendo los acontecimientos ocurridos después de finalizar
la guerra fría, aborda muy diversos temas y considera ahora las crisis
humanitaria entre los peligros a la paz y seguridad internacional, de lo cual
se preocupa por su idoneidad.
Una serie de agencias especializadas de la ONU ejecutan ahora
actividades en sectores tales como la alimentación, refugiados, meteorología,
aviación y no proliferación nuclear. Como reflejo de un público más
comprometido y con mayor conocimiento que se beneficia de los medios de
comunicación activos, cientos de grupos no gubernamentales están ahora
acreditados ante las Naciones Unidas y sus diversas agencias.
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
Los diversos tipos
de violencia que
enfrentan ahora
los humanitarios
era inimaginable
en la época en que
se redactó la carta
de las Naciones
Unidas.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Los facultativos
humanitarios
confrontan
frecuentemente
situaciones en las
cuales no hay
respuestas
inmediatas; la
solución de un
problema crea
otros, la ayuda
bien intencionada
se comprende mal
y es rechazada o
manipulada por
los belicosos.
La crisis humanitaria ante la cual responde hoy día la comunidad
internacional es también mucho más compleja. Los “desastres naturales”
tales como terremotos e inundaciones y tentativas de desarrollo a largo
plazo; por ejemplo, la autodeterminación de las poblaciones locales para
que mejoren la calidad de sus propias vidas, presentan dilemas operacionales
difíciles a los facultativos humanitarios. Sin embargo, las guerras y
los conflictos armados internos exacerban muchos de estos dilemas.
Por ejemplo, la falta de acceso crea con frecuencia problemas a las
organizaciones que tratan de responder a las poblaciones afectadas por la
sequía, la falta de atención médica o de oportunidades educacionales.
Alcanzar a esta población es aún más problemático en guerras civiles,
especialmente cuando el gobierno o los insurgentes niegan acceso como
parte de alguna estrategia político-militar. Aunque cualquier forma de
emergencia o ayuda a largo plazo a esas personas puede tener impactos
políticos, dichos impactos posiblemente se verán magnificados en un
ambiente altamente cargado de conflictos armados internos.
Las demandas que experimentan aquellos que deben ofrecer eficiente
ayuda humanitaria y protección a las poblaciones vulnerables son nuevas y
nunca antes vistas. No sólo son los problemas cada vez más complejos y
sensibles; las relaciones con los diversos actores e instituciones son más
multifacéticas e interactivas. Los facultativos confrontan frecuentemente
situaciones en las cuales no hay respuestas inmediatas; la solución de un
problema crea otros, la ayuda bien intencionada se comprende mal y es
rechazada o manipulada por los belicosos.
La intención de este módulo es ofrecer un marco analítico para entender
los desafíos confrontados por el facultativo humanitario moderno. También
analiza los dilemas que enfrentan los profesionales, usando experiencias
recientes en diversos conflictos como laboratorio de aprendizaje. Tiene el
propósito de estimular la reflexión institucional y personal, reconociendo
que muchas de las instituciones humanitarias van de una crisis a otra sin
tomarse el tiempo necesario para identificar las lecciones que se pueden
aprender.
Los autores esperan y suponen que los lectores aportarán sus propias
experiencias prácticas para aportar un granito de arena analítico. Mientras
nosotros nos beneficiamos de la experiencia menos directa, nuestra investigación
interregional y las entrevistas directas a cientos de facultativos,
oficiales de gobierno y de ayuda, analistas y miembros de la prensa, nos
equipa para enmarcar asuntos que van más allá de las emergencias que
están siendo la preocupación central del personal en terreno.

Visión general de este módulo
Este módulo consta de tres partes:
En la primera parte se resume brevemente el contexto legal
internacional para la acción humanitaria. Para mayores detalles, se
hace referencia a un módulo más especializado de esta serie y al
anexo 1 (Recursos para mayor referencia).
En la segunda parte se introducen varias categorías diseñadas para
identificar a los actores principales, a los diversos tipos y fases de los
conflictos y al espectro de la ayuda y protección humanitaria. Estas
categorías sirven como herramientas analíticas de los facultativos
para revisar el contexto donde se aplican.
La tercera parte es el corazón del módulo y en ella se elaboran los
ocho principios de la acción humanitaria. En cada caso, la declaración
de los principios es seguida por una exploración de las implicaciones
operacionales.
A través de todo el módulo utilizamos ejemplos concretos de situaciones
exitosas y de fracasos, tomadas de nuestra propia investigación realizada
hasta la fecha. Todos los ejemplos de conflictos de distintos lugares del
mundo han sido seleccionados por su valor ilustrativo y sin ninguna
intención ofensiva.
Le encarecemos que busque y que examine los mejores y peores casos que
usted conozca y que comparta su propia experiencia personal durante las
diferentes etapas del proceso.
Métodos de entrenamiento
Este módulo está dirigido a dos audiencias: al autodidacta y al participante
en talleres o seminarios. Los siguientes métodos de entrenamiento están
trazados para su uso en los talleres y están simulados en la “guía de
entrenamiento” adjunta. Para el autodidacta, el texto es lo más cercano al
tutor que se pueda conseguir de manera impresa.
Los métodos en los talleres / seminarios incluyen:
discusión en grupo
simulacros / actuación
folletos adicionales
videos
sesiones de revisión
ejercicios de evaluación personal
Se invita al autodidacta a utilizar este texto como libro de trabajo. Además
de tomar notas al margen, se les dará la oportunidad de detenerse y usando
las preguntas de este texto podrá examinar el nivel de aprendizaje obtenido
hasta ese momento. Escriba sus respuestas a estas
preguntas antes de proseguir, para así asegurarse de
que usted ha captado los puntos claves del texto.
EL ESQUEMA LEGAL
INTRODUCCIÓN
INTERNACIONAL
9

1
EL EL ESQUEMA ESQUEMA LEGAL
LEGAL
INTERNACIONAL
INTERNACIONAL
Esta parte del módulo se ha diseñado de modo que usted pueda:
estudiar las leyes internacionales básicas que se relacionan a la ayuda
humanitaria.
identificar las características legales claves de la ayuda humanitaria.
analizar la función y obligaciones de las organizaciones y personal
humanitario preocupadas de las circunstancias de los conflictos.
elaborar un plan de acción operacional para la disposición de ayuda
humanitaria en el contexto del conflicto.
Contexto general
“Los debates de los principios y acciones humanitarios deben situarse dentro
del contexto de la ley internacional. La Convención de Ginebra de 1949 y
los Protocolos Adicionales de 1977 sirven como puntos básicos de referencia,
los cuales, entre ambos tienen más de seiscientas disposiciones. La ley
internacional reconoce el derecho que tiene la población civil al acceso a
la ayuda humanitaria y de las organizaciones imparciales de ayuda
humanitaria a proporcionarles dicha ayuda”.
Humanitarismo
No obstante las protecciones y provisiones, la ley internacional no contiene
ninguna definición singular o general de lo que se entiende por “humanitarianismo”
o “acción humanitaria”. En este sentido, el término carece de la
precisión de los conceptos acordados tales como “refugiado” y “derechos
humanos”.
En vez de ofrecer una definición de protección y ayuda humanitaria,
la ley internacional humanitaria simplemente identifica características
esenciales de la ayuda. Lo central es el alivio del sufrimiento de la población
civil ante amenazas de muerte. Sólo estas, y no las agendas políticas o
militares se califican de “humanitarias”.
Política
Como se indicó en la introducción, cuando se participa en un entorno de
conflicto altamente politizado, es probable que los propósitos humanitarios
tengan implicaciones políticas aunque estos sean puramente humanitarios.
Los gobiernos también tienen tendencia a darles juicios humanitarios a los
compromisos con intenciones políticas, como lo hizo Japón al invadir
Manchuria en 1931 para proteger a las poblaciones y, en el caso de Hitler,
que entró en Checoslovaquia en 1938 para proteger a los alemanes étnicos
del maltrato.
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
OBJECTIVOS
DEL ESTUDIO
HUMANITARIANISMO
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
No obstante los impactos políticos y las racionalizaciones, la ley
humanitaria internacional insiste en que el alivio del sufrimiento sea el
motivo imperioso de la acción humanitaria.
Práctica común
Además de las disposiciones específicas de la ley humanitaria internacional,
como práctica común entre los estados, frecuentemente, ahora se respeta el
trato a la población civil. Aún los estados que no son firmantes formales de
las convenciones y protocolos actuales han incorporado algunas de las
restricciones legales internacionales en sus propias legislaciones domésticas.
Los movimientos insurgentes, que no forman parte de los diversos
documentos legales, se han dado cuenta de que sus intereses también se
satisfacen al respetar la carta y el espíritu de ley humanitaria internacional.
El creciente número de escritos legales relacionados a los derechos de la
población civil no han sido igualados con amparos más eficientes de
seguridad para la seguridad verdadera de dichas personas en tiempo de
conflicto. En efecto, las operaciones militares modernas son cada vez más
peligrosas para la población civil.
Las cifras disponibles indican que el número de muertes de civiles
durante la Primera Guerra Mundial alcanzó a 1.374, es decir el 14 por ciento
de todas las otras muertes. La muerte entre los militares fue de 8.418.000, de
las 63.218.000 personas movilizadas. La muerte entre la población civil, de un
total de 34.305.000, llegó al 67 por ciento durante la Segunda Guerra
Mundial, durante la cual unas 16.933.000 personas, de un contingente militar
total de 107.982.000 personas movilizadas perdieron su vida. En conflictos
más recientes, se estima que más o menos el noventa por ciento de las
víctimas son civiles.
No obstante, la importancia cada vez mayor que se le da a los asuntos
humanitarios y a las nuevas protecciones legales son, sin duda, avances
positivos, con un paralelo similar en el área de los derechos humanos. Antes
de la Segunda Guerra Mundial, el trato a la población civil de un país era
escasamente considerado un asunto legítimo de discusión internacional. Los
juicios por crímenes de guerra contra oficiales japoneses y alemanes
produjeron un cambio radical crítico, como también lo fue la formulación en
1948 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Esto le dio una nueva
definición a las nociones tradicionales de lo que se consideraba permisible de
parte de los gobiernos en relación a su propia población civil.
P. ¿Se respeta en su región el derecho de protección y apoyo a la
población civil dentro del contexto de conflicto? ¿Dónde y cómo ve
usted que este respeto ha decaído, que no existe o que falta?
R.

Soberanía
La jurisdicción doméstica de los estados o “soberanía” siempre ha existido
con una cierta tensión hacia las necesidades de la población civil. Aún en la
carta de las Naciones Unidas, documento esencial ratificado por los estados
como base de las deliberaciones intergubernamentales, la noción común de
que la soberanía estatal merece permanecer absoluta e indubitable no está
substanciada por una redacción cuidadosa de la constitución del organismo
mundial.
El Consejo de Seguridad siempre ha podido decidir que “una amenaza a
la paz y seguridad internacional” requiere intervención externa. Pero mucho
antes que así lo indicara en las resoluciones 688 y 794 en el caso del norte de
Irak y Somalia, era evidente que había una contradicción central en la Carta
de la ONU.
Los gobiernos reacios a respetar las normas internacionales generalmente
citan el artículo 2 como piedra angular – especialmente el párrafo
siete que se protege del escrutinio y acción internacional “asuntos que
esencialmente están dentro de la jurisdicción nacional de cualquier estado”.
Los mismos gobiernos, sin embargo, han acordado respetar varias otras
disposiciones de la Carta que desafían la noción convencional de que la
soberanía estatal merece permanecer absoluta e indubitable.
En verdad, hay referencias a derechos específicos “sin distinción de raza,
sexo, idioma o religión” y en cuanto a la responsabilidad que tiene la ONU
de promover los derechos humanos. En general, los estados han aceptado el
escrutinio internacional en varias áreas importantes de la política nacional,
las que de otra manera habrían intentado proteger del escrutinio, que de otro
modo no hubieran aceptado en base a la noción de soberanía estatal y
exclusividad en cuanto a jurisdicción doméstica.
Circunstancias de los conflictos
La ley internacional y la Carta de las Naciones Unidas forman el contexto
dentro del cual tiene lugar la acción humanitaria internacional. Sin embargo,
como se sugiere en la cita que incluimos a continuación, este contexto es uno
en el cual la fidelidad a las disposiciones legales no se ha cumplido, ya sea de
parte de los agresores en una lucha determinada o, por así decirlo, de parte
de toda la comunidad internacional.
“Pareciera que muchos gobiernos tienen una visión bastante relajada
en el cumplimiento de las normas humanitarias, como si al ratificar las
Convenciones (Ginebra) se hubiesen liberado de toda obligación. Pero
tan pronto como se ven, en forma directa o indirecta, involucrados en
un conflicto armado, muchas naciones califican, interpretan o
simplemente ignoran las reglas de humanidad, avocando intereses
estatales y prerrogativas soberanas. Las consideraciones políticas
prevalecen sobre los requisitos humanitarios y las preocupaciones
humanitarias se utilizan para favorecer las finalidades políticas”.
— Comisión independiente sobre asuntos humanitarios internacionales,
Winning the Human Race? (Londres: Zed Books, 1988), pp. 71-2.
P. ¿Cuál es la justificación legal de una soberanía nacional absoluta
e indubitable?
R.
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EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
La noción común de
que la soberanía
estatal merece
permanecer absoluta
e indubitable no está
substanciada por una
redacción cuidadosa
de la constitución del
organismo mundial.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Atrapado entre los compromisos para proteger a la población civil y las
tentaciones para proseguir las estrategias políticas y militares que los
vuelven vulnerables, los facultativos humanitarios siempre demuestran su
mejor comportamiento. El personal internacional por lo general permanece
con el consentimiento y permiso de las autoridades políticas anfitrionas. El
personal nacional, como ciudadanos del país en cuestión, están sujetos a sus
propias limitaciones y presiones.
Profesionalismo
En situaciones de conflicto, la presencia del personal humanitario es a la vez
más esencial y más frágil que en situaciones normales. El personal expatriado,
ojos y oídos de la comunidad internacional, y el personal nacional con
sus tareas humanitarias y de derechos humanos, están comprometidos en
asuntos que las autoridades ven frecuentemente con recelo y sospecha. En la
conducción de sus actividades diarias no sólo arriesgan la vida sino también
la expulsión de sus labores. Por lo tanto su conducta debe guiarse por los
estándares más altos.
Sin embargo, el profesionalismo no garantiza que se podrán evitar las
controversias ni que las autoridades políticas no se ofenderán. En el Sudán,
en el período de 1987-88, un representante de UNICEF que pretendía ayudar
a la población civil afligida fue declarado persona non grata por el gobierno
de Khartoum y despedido del país. Cuatro organizaciones privadas de
socorro que habían tratado de ayudar en el sur fueron también expulsadas.
El profesionalismo debe preocuparse de que el compromiso a los valores
humanitarios se equiparen a un sentido similar en el contexto socio-político
dentro del cual se deben organizar las iniciativas humanitarias. Los facultativos
humanitarios deben tener conocimientos sólidos de la ley humanitaria
internacional, aún cuando las protecciones legales dentro de las cuales ellos
funcionan no infunden un respeto automático.
Al mismo tiempo, las distintas organizaciones humanitarias consideran la
protección y las obligaciones legales actuales en forma diferente. Algunas
consideran que están totalmente limitadas por las restricciones legales
prevalentes. Otras, consideran que están forzadas moralmente a actuar aún
sin el consentimiento de las autoridades. No importa que enfoque adopte la
organización, su personal debe tener una idea clara del contexto político,
legal y también militar dentro del cual funcionan.
Planteamientos organizacionales
Las organizaciones humanitarias de las Naciones Unidas, responsables de
dirigir consejos de gobiernos elegidos, tienden a funcionar en forma más
estricta dentro de las censuras legales prevalentes según como lo entiende y
como lo interpreta cada gobierno. El Comité Internacional de la Cruz, por
principio, evita comprometerse en actividades fuera de lo legal tales como
montar operaciones a través de fronteras sin tener el consentimiento de las
autoridades políticas. Algunas ONGs no vacilan en violar la ley con objeto de
alcanzar a la población necesitada. Estas diferencias se exploran en la tercera
parte de este módulo.
Por el momento, las organizaciones humanitarias deben tener una idea
clara en cuanto a sus planteamiento relacionados a la protección y obligaciones
de la ley humanitaria internacional. Estas son responsabilidades a

nivel de la sede central para aclarar las políticas de la agencia y a nivel de
terreno con objeto de tener un entendimiento y un funcionamiento dentro de
los límites de la agencia.
En el caso de algunas organizaciones, sus operaciones en relación al
contexto legal internacional ya tienen lugar a ambos niveles. Tal vez la
agencia mejor equipada en este respecto es el Comité Internacional de la
Cruz Roja (CICR), el cual tiene una larga experiencia legal en su sede de
Ginebra y cuenta con un elaborado régimen de entrenamiento para su
personal extranjero. Además, el personal legal de la sede central asignado
rutinariamente a situaciones donde probablemente los complejos problemas
legales internacionales imponen la toma de decisiones diarias en las
operaciones.
Otras instituciones, particularmente entre la comunidad de ONGs
internacionales, pero también los miembros del sistema de la ONU, deben
desempeñar una gran labor conceptual y operacional en este aspecto. Los
beneficios prácticos pueden ser considerables. Por ejemplo, una prestigiosa
ONG se dio cuenta en retrospectiva que en su respuesta a la crisis del Golfo
había descuidado las complicaciones que resultaron al ignorar a la población
civil en áreas de Irak controladas por el gobierno y que también había
subestimado las dificultades que se presentaron para obtener libre entrada
de artículos humanitarios concluyendo que: “Aunque la sensibilidad
peculiar de la crisis del Golfo creó un pragmatismo político necesario [de su
parte], al cimentarse la ley humanitaria se puede crear espacio para otras
opciones que no sean la duda y el desplazamiento. Por ejemplo, la atención
que se requiere para llegar a una igualdad, podría haber servido para centrar
la atención en la importancia del problema del embargo en una etapa
preliminar de la crisis. “Aún los gobiernos y las organizaciones de la ONU,
que generalmente están equipadas con asesoría legal se podrían beneficiar
al revisar estos asuntos nuevamente en terreno. Nuevos elementos se
introducen en la relación dinámica entre la ley internacional pública y la
acción con la idea evolutiva de lo que es la soberanía, los puntos de vista
diferentes sobre la necesidad de ganarse el consentimiento de las autoridades
políticas, y la serie de recientes intervenciones forzadas para apoyar a la
población civil.
Asuntos complejos
En este contexto, uno de los asuntos complejos que merece atención de
parte de los facultativos humanitarios y de sus agencias es la medida en
que deberían asociarse en el uso de fuerza en apoyo de la protección y
acceso humanitario. En algunos medios, la coerción económica o militar se
considera contraproducente a la provisión de ayuda humanitaria. Otros lo
ven como medio de protección de la dignidad y de los derechos humanos.
La revisión necesaria del contexto legal internacional según afecta a los
problemas operacionales que enfrentan los facultativos humanitarios, es un
proceso que involucra necesariamente y del mismo modo, a personal de la
sede central y de terreno, a juntas de directores y, tal vez, aún a ciudadanos.
Varias organizaciones han hecho dichas revisiones recientemente, han
aprobado dichas políticas y están procediendo de dicha manera.
1
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
P. El personal humanitario se puede ver atrapado entre las
agendas políticas y militares del país anfitrión y las necesidades
humanitarias de la población civil.
¿Qué políticas tiene su agencia que podrían servir para guiar su
acción humanitaria en la práctica, cuando el gobierno anfitrión es
hostil o se resiste a disponer de dicha ayuda?
R.
P. ¿Cómo determinaría usted su plan de acción organizacional
en vista de aquellas políticas (o a falta de ellas)?
R.
RESUMEN
El contexto dentro del cual se entienden mejor los principios y acciones
humanitarios es aquel de la ley internacional.
Se entiende que la esencia del humanitarismo debe ser el alivio del
sufrimiento de la población civil amenazada de muerte y asegurar
el respeto al ser humano.
El contexto general del humanitarismo va más allá de la ley
internacional, incluyendo:
– realidad política
– práctica habitual
– asuntos de soberanía
Uno de los factores mayores que afectan este marco contextual se
refiere a que el conflicto requiere:
– un alto grado de profesionalismo de parte de los facultativos
humanitarios
– un enfoque organizacional claro
– atención a asuntos complejos como por ejemplo, el uso de
fuerza en la entrega de ayuda humanitaria.

2
CA CATEGORÍAS
CA TEGORÍAS AN ANALÍTICAS
AN ALÍTICAS
En esta parte del módulo usted aprenderá cuatro categorías claves para
analizar el contexto de la necesidad humanitaria que le servirá para tomar
decisiones sobre la naturaleza y extensión que abarca su organización en
áreas de conflicto:
Quién participa y en qué capacidad
Por qué es necesaria esta participación y cuál es la naturaleza y alcance
del conflicto que causa sufrimiento humano
¿Cuáles son las fases dentro de un conflicto y cuándo se requiere la
participación humanitaria?
¿Qué espectro abarcan las actividades de protección y ayuda
humanitaria?
Grupos de respuesta
Al organizar su curso de acción en situaciones de conflicto armado, los
facultativos humanitarios y sus instituciones necesitan ciertas categorías para
analizar el esquema del terreno donde ellos operan. Es necesario hacerse
preguntas básicas: quién, por qué, cuándo y qué, antes de establecer las
iniciativas humanitarias y, periódicamente, para determinar si estas deben
continuarse. Sin duda, son muchas las instituciones que pueden aplicar las
mismas categorías y tendrán diferentes respuestas. Sin embargo, ignorar las
preguntas básicas constituye una falta de práctica profesional que no debe
fomentarse ni apoyarse.
Grupos de respuesta externos
Primero, ¿quiénes están involucrados? Si revisamos los conflictos alrededor
del mundo nos damos cuenta que son ocho los pilares institucionales que
forman el sistema internacional de ayuda y protección (vea la figura 1).
En el lado externo tenemos cinco:
Agencias bilaterales de gobiernos donantes individuales tales como la
Asociación Canadiense de Desarrollo internacional (CIDA), la Agencia
de los Países Bajos para el Desarrollo Internacional, o la Agencias
Estadounidense para el Desarrollo Internacional (AID).
Organizaciones intergubernamentales: Ya sea del sistema de las
Naciones Unidas (por ejemplo, UNICEF, El Programa Mundial de
Alimento, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), o
de organizaciones regionales (por ejemplo, la Organización de Estados
Americanos y la Unidad Africana y la Comunidad Europea, la cual
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
OBJECTIVOS
DEL ESTUDIO
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
recientemente estableció una Oficina Humanitaria de la Comunidad
Europea [ECHO]).
Organizaciones internacionales no gubernamentales: (Por ejemplo,
Caritas Internationalis, la Federación Mundial Luterana, Medecins sans
frontieres, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja, Oxfam, el Comité Central Menonita). Las ONGs a veces trabajan
en coaliciones regionales o de países y a través de asociaciones
profesionales nacionales e internacionales (por ejemplo, el Consejo
Internacional de Agencias Voluntarias con base en Ginebra).
Comité Internacional de la Cruz Roja: Aunque se trata de una
organización similar a una ONG, el CICR tiene un estátus único en
virtud del reconocimiento de su nombre en la ley humanitaria
internacional y por su responsabilidad de custodia de dicha ley. El
CICR, junto con la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz
Roja y la Media Luna Roja, y sus capítulos nacionales, constituyen el
movimiento de la Cruz Roja Internacional.
Las fuerzas militares extranjeras desempeñan una función cada vez
mayor en proteger al personal y las operaciones humanitarias y
ocasionalmente en la entrega misma de ayuda humanitaria. Los
ejemplos del norte de Irak, Somalia, Camboya y la antigua Yugoslavia
vienen a la memoria. Fuerzas militares extranjeras también han estado
involucradas en países propensos a conflictos sin contar con el favor de
la ONU; las tropas de los Estados Unidos en Bangladesh durante el
ciclón de 1991, y las tropas de la India en la entrega aérea de suministros
para la población civil en Sri Lanka en 1987.
Grupos internos de respuesta
Desde el punto de vista interno, hay tres grupos básicos de actores
institucionales locales:
Gobiernos anfitriones: Generalmente ellos son quienes establecen el
marco dentro del cual se conducen las actividades humanitarias. En
algunos, un ministerio o varios ministerios sirven de punto de contacto
con las organizaciones externas; en otros, un comité interministerial se
establece durante una crisis determinada o se puede nombrar a una
ONG ya activa como punto de contacto. Las autoridades militares y
también las civiles pueden participar a nivel regional, local y nacional.
Fuerzas militares y políticas insurgentes: Estas desempeñan un papel
importante en el establecimiento de los términos bajo los cuales se llevan
a cabo las actividades humanitarias en las áreas no controladas por el
gobierno. En algunos conflictos, se pueden ver involucradas estructuras
políticas o militares en la esfera humanitaria (por ejemplo, el ministerio
de agricultura o el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
FMLN). En otros, se establecen estructuras especiales para relacionar a
los actores internos e internos, tales como la Sociedad de Socorro de
Tigray (REST) o la Asociación de Rehabilitación y Socorro de Sudán
(SRRA). Todas estas tienen diferentes capacidades y grados de
independencia.
ONGs nacionales y locales: En muchas situaciones de conflicto,
existen grupos gubernamentales. Estos pueden variar en cantidad y
vitalidad, grado de independencia de las estructuras políticas, relación

con el conflicto y capacidad de las actividades. Entre estas se cuentan
organizaciones religiosas, cívicas, filantrópicas, y las Sociedades de la
Cruz Roja y Media Luna Roja. En muchos países, las ONGs existen a
nivel regional o intermedio y también a nivel local y nacional.
Un examen de los pilares institucionales le permite a una organización
individual determinar quién será el participante, hasta qué punto se
satisfacen en forma razonable las necesidades humanas, y cuál deberá ser
su propia misión en el conflicto.
P. ¿Qué “pilar” representa su organización?
R.
P. ¿Con quiénes trabaja usted generalmente y cuál es la
naturaleza de esa relación?
R.
2 CATEGORÍAS
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
ANALÍTICAS
Figura 1
Proveedores de
ayuda humanitaria
externa y interna —
los ocho pilares
institucionales del
sistema internacional
de ayuda y protección.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
"ESTADOS DÉBILES"
Naturaleza del conflicto
La segunda categoría útil para analizar el contexto de la respuesta
humanitaria tiene que ver con el establecimiento de la naturaleza del
conflicto y por qué se necesita una respuesta humanitaria. Las instituciones
humanitarias funcionan dentro de una gran variedad de situaciones de
conflicto. Algunos conflictos son internacionales (por ejemplo, en la guerra
de Ogaden entre la ex Etiopía y Somalia o en la Guerra del Golfo). Otros son
internos (por ejemplo, entre las autoridades de Bagdad y los kurdos iraquíes
en el norte y los Shiitas en el sur). Algunos incluyen legalidades disputadas
que figuran en los conflictos (por ejemplo, una república servia
autodeclarada, o los palestinos en los territorios ocupados por Israel).
Campo de aplicación
Los conflictos también difieren en su campo de aplicación. Algunos están
localizados en una parte de un estado mientras que otros están en todo el
país. Además, otros son regionales en cuanto a sus implicaciones y
participación (por ejemplo, la revuelta civil en Liberia, que ha provocado un
flujo de refugiados notable en los países vecinos, o la guerra civil en Sri
Lanka, en la cual la India es una fuerza mayor).
En algunas situaciones se crean incidentes aislados contra miembros
individuales de grupos minoritarios que tal vez no han alcanzado el estado
de lucha abierta entre distintas facciones (por ejemplo, los abusos a los
derechos humanos en Timor Oriental). Otras se han deteriorado hasta el
punto en que las rivalidades étnicas han convulsionado países enteros (por
ejemplo, los azeris en Armenis o musulmanes en Bosnia).
Duración
Algunas guerras surgen una y otra vez (por ejemplo, en Ruanda y Burundi).
Otras se van consumiendo a un nivel constante durante décadas (por
ejemplo, en el Sudán). Algunas surgen de la noche a la mañana y casi sin
ninguna advertencia (por ejemplo en Croacia). Otras pululan por largo
tiempo y son tema de análisis académico y discusiones vagas sobre las
acciones políticas (por ejemplo, el caso de Guatemala y Myanmar).
La euforia producida por el fin de la guerra fría y el optimismo por la
llegada de la democratización, han dado lugar a una evaluación más realista
de la posibilidad de que continúe la violencia y que tal vez aumenten los
niveles de violencia. En lugares tales como Afganistán, Angola, Mozambique
y Somalia, los conflictos combustionados por rivalidades entre
superpotencias han desarrollado vidas propias. La lucha asfixiada durante
décadas a causa de la guerra fría, ha vuelto a aparecer en los balcanes y en
otras repúblicas de la ex Unión Soviética. En otros conflictos que no tienen
vínculos directos con las rivalidades occidente-oriente como es el caso del
Sudán, Liberia y Sri Lanka, las agitadas tensiones étnicas y religiosas
promueven nuevas revueltas.
Autoridad
En este nuevo período, los factores locales predominantes como las guerras
civiles ya no son tan fácilmente “internacionalizados” como peones en un
juego de ajedrez de superpotencias. Recientemente se está usando el término
“estados debilitados” para describir situaciones donde la fragmentación total

ha conducido a una ausencia total de ley y orden. En los encarnizados
conflictos de Liberia y Somalia, y posiblemente pronto en países tales como
Zaire, autoridades o interlocutores responsables prácticamente no existen,
situación precaria tanto para la población civil como para los humanitarios.
Respuesta
La forma en que se analizan y categorizan los conflictos influye en el tipo de
respuesta. En situaciones politizadas, normalmente hay variaciones notables
en la forma en que se percibe el conflicto. Lo que los observadores internacionales
perciben como una guerra que se alarga por décadas de parte de
las autoridades contra la población indígena minoritaria en Guatemala, los
gobiernos la describen como una acción policial contra un pequeño grupo de
terroristas. Identificar una crisis humanitaria, como por ejemplo una
hambruna, como producto de una guerra más bien que de una sequía,
también afecta el nivel de publicidad, movilización de recursos y la
participación que desea tener la comunidad internacional.
El tipo de conflicto, la naturaleza de las estrategias militares practicadas,
y las tecnologías y armamento militar utilizado por los beligerantes tiene
implicaciones directas en los actores humanitarios.
Fases del conflicto
Tercero, con propósitos analíticos, es útil identificar las fases dentro de un
conflicto. La insurrección normalmente tiene períodos alternativos de lucha
intensa y calma, batallas campales, ataques de búsqueda y asalto, bombardeos
y siembra de minas. Dependiendo de la situación militar que
también a veces refleja variables estacionales tales como el clima o la
disponibilidad de tropas y armas, la entrega de ayuda humanitaria puede
ser más o menos factible. El caso, bien documentado, de los intentos de la
“Operación Salvavidas en Sudán”, durante las dos últimas décadas ha
servido para ilustrar en gran parte las fases.
Factores geográficos
Además de los factores temporales, las fases dentro de un conflicto están
vinculadas al aspecto geográfico. A diferencia de guerras anteriores, los
conflictos actuales raramente se caracterizan por sus frentes definidos. A
veces, aún las regiones colindantes no son controladas por el mismo partido.
Como consecuencia, en un país en guerra todavía puede haber zonas donde
aún es posible la rehabilitación y el desarrollo.
Participación humanitaria
Cuando se analiza el estado actual de un conflicto, las organizaciones están
en condiciones de definir su propio nivel de participación. Si pareciera que el
conflicto está aumentando, ¿habrá seguridad adecuada para el personal de la
agencia y de sus operaciones? Si el conflicto se pone cada vez más tenso,
¿habrá acceso a los necesitados? El estado del conflicto tiene también
repercusiones en el costo financiero para montar las actividades humanitarias;
por ejemplo, el costo total de transporte aéreo puede ser hasta 20 veces
más alto que las rutas por vía terrestre, cuando las hay, y estos costos más
altos se restan de los recursos disponibles en el país del conflicto o de otros
programas de las agencias.
2 CATEGORÍAS
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
ANALÍTICAS
En situaciones
politizadas,
normalmente hay
variaciones notables
en la forma en que se
percibe el conflicto.
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22
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Actualmente se ha
llegado a un acuerdo
general en el sentido
de que el socorro y
protección de
emergencia afecta
las perspectivas a
más largo plazo de
un beneficiario, sea
o no para su
beneficio.
P. ¿De qué manera afecta la naturaleza, alcance y fase de un
conflicto en la entrega de ayuda humanitaria?
R.
Espectro de la respuesta
Cuarto, en base a la naturaleza de un conflicto y a su condición particular,
tenemos una gama de actividades de protección y ayuda humanitaria. En
cuanto a la ayuda, las actividades pueden variar de socorro de emergencia a
corto plazo mediante la reconstrucción de la infraestructura esencial, hasta
las actividades de desarrollo a mediano y largo plazo.
Actualmente se ha llegado a un acuerdo general en el sentido de que el
socorro y la protección de emergencia afecta las perspectivas a más largo
plazo de un beneficiario, sea o no para su beneficio. También hay consenso
general de que el socorro debería ofrecerse de modo que sirviera para
reducir la vulnerabilidad de un país o de una población en emergencias
futuras en su dependencia de ayuda externa.
Protección
En cuanto a la protección, las actividades varían desde los esfuerzos
realizados en favor de un individuo o familia amenazada a esfuerzos para
proteger poblaciones enteras contra el uso de la inanición como arma
política. Estas actividades también incluyen la protección contra tácticas
militares donde se usa en forma desproporcionada la violencia y la
identificación de civiles. En la categoría anterior, son ilustrativas las
iniciativas del personal internacional que se estaciona en los hogares de
familias minoritarias amenazadas de purificación étnica o actuación
diplomática ante las autoridades políticas a nombre de los individuos.
Como ejemplo de lo último, viene a la memoria los esfuerzos para moderar
el comportamiento de las autoridades de Khartoum y de los grupos
insurgentes rivales en el sur del Sudán.
En breve, las cuatro categorías analíticas elaboradas sirven de base a las
instituciones humanitarias y a su personal para tomar decisiones respecto a
la naturaleza y extensión de su participación en diversos conflictos. Los
principios que sostienen sus acciones son el tema del siguiente capítulo.

P. ¿Cuáles son las cuatro categorías analíticas que le dan la base a
las organizaciones humanitarias y a su personal para tomar decisiones
respecto a sus funciones dentro de un contexto de conflicto?
R.
RESUMEN
Los ocho “pilares institucionales” del sistema internacional de ayuda y
protección son:
– agencias bilaterales
– organizaciones intergubernamentales
– organizaciones internacionales no gubernamentales
– El Comité Internacional de la Cruz Roja
– militares nacionales del exterior
– gobiernos anfitriones
– fuerzas militares y políticas insurgentes
– ONGs nacionales y locales
El análisis de la naturaleza del conflicto es un ejercicio útil para el
cual es necesario recopilar información sobre:
– alcance del conflicto
– duración
– autoridad central y gobernante
– factores geográficos
– situación o fase actual
La gama de respuestas ante situaciones de conflicto incluye:
– socorro de emergencia a corto plazo
– ayuda para desarrollo a mediano y largo plazo
– protección
2 CATEGORÍAS
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
ANALÍTICAS
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
RESPUESTA (de la página 22)
La naturaleza, alcance y fase
de un conflicto determinará si:
• la seguridad es inadecuada
para el personal
• tal vez no haya acceso a la
población
• se verá afectado el costo
financiero para ofrecer ayuda
humanitaria
• estará limitado/restringido el
acceso a los recursos
NO NOTAS NO AS

3
PRINCIPIOS PRINCIPIOS DE DE LA LA ACCIÓN
ACCIÓN
HUMANIT
HUMANITARIA
HUMANIT ARIA
En esta parte del módulo usted aprenderá:
Los ocho principios esenciales a los cuales deben subscribirse las
organizaciones humanitarias internas y externas.
Los dilemas operacionales, ventajas comparativas y tensiones que
enfrentan los facultativos humanitarios a medida que aplican estos
principios humanitarios en contextos de conflicto.
Introducción
Las cuatro categorías analíticas presentadas en la Segunda Parte ofrecen un
patrón de las necesidades y posibilidades de la acción humanitaria. Los ocho
principios a los cuales nos referimos ahora representan el esquema
conceptual al cual pueden subscribirse los humanitarios.
Estos principios generales no se presentan como normas morales
absolutas sino más bien como normas a las cuales las instituciones
humanitarias deben aspirar. Sirven como estímulo y orientación de
discusiones, ofrecen un vehículo para lograr mayor coherencia, unidad y
mutualidad entre los facultativos.
Hay y seguirán habiendo diferencias de interpretación de estos
principios. Sin embargo, tienden a ser diferentes según el peso relativo que le
atañe cada agencia individual a principios particulares y a la confrontación
resultante de los dilemas operacionales. Aunque por algunas circunstancias
extenuantes sea necesario modificar un principio determinado, es importante
que aquellos que se alejan de la norma estén conscientes de los costos.
Mientras que todos los facultativos humanitarios afirman que el alivio del
sufrimiento ante amenazas a la vida es el corazón de toda acción
humanitaria, algunos le dan mayor importancia que otros a la forma en que
se desarrollan las actividades para salvar la vida humana. Los facultativos
que articulan sus principios clara y consecuentemente tienen mayor éxito en
sus esfuerzos que aquellos no capaces de hacerlo.
Respuestas a situaciones de conflicto recientes y diversos tales como lo
que sucede en el Cuerno de Africa, Centro América, el Golfo Persa y la ex
Yugoslavia, sirven de base para explorar los dilemas operacionales que
enfrentan los humanitarios y sus instituciones.
EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL
OBJECTIVOS
DEL ESTUDIO
Los facultativos
que articulan sus
principios clara y
consecuentemente
tienen mayor éxito
en sus esfuerzos que
aquellos no capaces
de hacerlo.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Por supuesto, la
guerra no tiene nada
de normal, y es
necesario reflejar
esta realidad en las
prácticas organizacionales
y en la
mentalidad del
personal.
Alivio de sufrimiento ante peligro de muerte
La acción humanitaria debe estar dirigida hacia el alivio inmediato del
sufrimiento que amenaza la vida.
El desafío diario con que se enfrenta la comunidad internacional está
vívidamente enmarcado en las imágenes familiares de los niños flacos como
palo en Baidoa y las caras angustiadas de los ancianos y niños hacinados en
camiones que salen de Srebenica.
Aunque parezca elemental, el principio de que el sufrimiento requiere
alivio, es a menudo ignorado. En vez de actuar en base a preocupaciones
humanitarias, la comunidad internacional frecuentemente deja que su
respuesta, o falta de respuesta, sea influenciada por otras consideraciones.
Otras agendas
El caudal de agendas políticas suele motivar el tipo de respuesta / falta de
respuesta. Impulsado por el fervor anticomunista y bajo la bandera de la
ayuda humanitaria, el gobierno de los Estados Unidos ofreció carpas de
campaña, botas y equipo de comunicaciones durante la activa guerra de los
contras nicaragüenses. Durante la guerra fría, Washington también comprometió
ayuda “humanitaria” a los insurgentes en Afganistán, Angola y
Camboya. Otras potencias mayores y menores también han usado
justificaciones humanitarias en su ayuda altamente politizada.
El alivio del sufrimiento que amenaza la vida del ser humano también se
ve comprometido por el letargo del sistema humanitario. Los funcionarios de
la ONU y ONGs tienen asignaciones y responsabilidades múltiples. Muchos
que han participado durante largo tiempo en asuntos de desarrollo tienen
tendencia a tratar con gobiernos en rutinas ya establecidas, donde se refleja
la necesidad de pensar en términos de planes de desarrollo a cinco años, más
bien que atender las necesidades inmediatas de los niños hambrientos.
Inercia burocrática
Los gobiernos también se muestran apáticos frente a los cataclismos
humanos. Una excepción notable fue el gobierno de Jordania el cual, a la
llegada en agosto de 1990 de un grupo de ciudadanos de países en desarrollo
que huían de Kuwait, formaron un comité interministerial y rápidamente
montaron una operación de socorro de emergencia. Otros desean operar con
mucha mayor deliberación, citando a menudo procedimientos administrativos
y procesos normales de autorización. Por supuesto, la guerra no tiene
nada de normal, y es necesario reflejar esta realidad en las prácticas
organizacionales y en la mentalidad del personal.
P. Basándose en su experiencia, ¿qué otras consideraciones, además
del principio de que el sufrimiento requiere alivio, influyen en la
entrega o retención de ayuda humanitaria?
R.

Proporcionalidad de las necesidades
La acción humanitaria debe corresponder al grado de sufrimiento dondequiera
que este ocurra. Su punto de vista debe aseverar que la vida es preciada
de la misma forma en todas partes del globo terrestre. La idea de la
proporcionalidad pareciera ser evidente e inobjetable. Sin embargo, no hay
una “mano invisible”, ya sea dentro de una agencia determinada o, en forma
global, entre las instituciones humanitarias que asegure una distribución
equitativa de los recursos entre los conflictos armados.
Alcance de las necesidades
La triste realidad es que en todo el mundo hay más sufrimiento humano del
que cualquier agencia individual, o mejor dicho, todas las agencias juntas
puedan aliviar. Paradojalmente, el período de la guerra fría ocasionó un
enorme sufrimiento en la población civil en diversos conflictos regionales y
nacionales. Sin embargo, el fin de la guerra fría también ha estado acompañado
de un resurgimiento de violencia y de una continua erosión de los
recursos mundiales destinados a las necesidades del ser humano en los países
más pobres. Los convenios actuales sólo producen una desproporción en la
respuesta mundial ante el sufrimiento que amenaza la vida.
Reconocimiento de las necesidades
A comienzos de 1993, mientras la atención mundial se fijaba en Somalia y en
la ex Yugoslavia, el sufrimiento igualmente consternante de Libia pasó casi
desapercibido. Los recursos humanitarios y militares que se invirtieron en
Somalia durante 1992 ensombreció a aquellos comprometidos al vecino
Sudán, donde numerosas personas corrían grandes riesgos y donde perdieron
la vida un gran número de personas que prestaban ayuda humanitaria. Los
recursos reflejan la consciencia que tiene de las necesidades la comunidad
internacional. Según un estudio, durante 1992, Somalia recibió una difusión
publicitaria cincuenta veces mayor que aquella dedicada al Sudán.
En su tarea de estimular una conciencia más amplia del sufrimiento,
los medios modernos de comunicación pueden desempeñar una importante
labor. A finales de 1984, los reportajes de televisión pusieron, de la noche a
la mañana, la hambruna ya muy avanzada en Etiopía en la agenda internacional.
Del mismo modo, sin embargo, la falta de información en los medios
de comunicación puede dificultar bastante la tarea de las organizaciones
humanitarias. Las autoridades responsables de formular políticas y los
ciudadanos con frecuencia suponen que si la crisis humanitaria no aparece
en las noticias de mayor importancia no debe ser seria. Esta suposición ignora
el hecho de que los medios informativos tienen sus propias limitaciones y que
se necesita un régimen humanitario eficiente para obtener otros medios para
llamar la atención en áreas críticas necesitadas.
El reportaje publicitario por sí mismo puede ser una gracia ambivalente
para el interés humanitario. En lo positivo, le da gran visibilidad e importancia
a sus actividades. Por otro lado, presiona hasta cierto punto a las agencias,
con objeto de que tomen decisiones sobre los usos dudosos. El reportaje
televisivo que mostraba a los jóvenes de Bosnia que no fueron tratados en los
hospitales de Sarajevo sirvió para reconocer esta necesidad. Sin embargo,
también condujo a que muchos profesionales de la salud opinaran que los
esfuerzos desproporcionados realizados para preparar evacuaciones médicas
se hacían a costa de la rehabilitación de las capacidades médicas locales.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
La desproporción
continua de las
respuestas socava el
principio humanitario
básico que
estipula que todas
las vidas tienen el
mismo valor.
La asignación global de los recursos entre las diversas crisis y actividades
va más allá de la influencia inmediata de los facultativos individuales. Aún
así, es indispensable la misión que tiene el personal de terreno en el sentido de
prevenir a quienes dictan las políticas en las sedes y a las autoridades
responsables de la toma de decisiones en el gobierno y en la ONU y al mundo
en general. La crisis en Somalia es ilustrativa de los problemas creados por la
falta de una evaluación bien informada en el país. Durante gran parte de 1992,
el sistema de la ONU y las ONGs estuvieron ausentes, a medida que la guerra
y la hambruna causaban más víctimas. El mensaje del CICR, que pudo
mantener su presencia durante gran parte del año y que fue capaz de advertir
el cataclismos, cayó en oídos sordos.
La repatriación de los refugiados guatemaltecos desde México a comienzos
de 1993, presenta un interesante contrapunto. En estrecha colaboración con
los representantes de los refugiados en México y Guatemala, el personal
humanitario ayudó a asegurar la vuelta relativamente tranquila. Con la ayuda
de testigos internacionales y con la “ayuda” de diversas fuentes, incluyendo la
Real Fuerza Aérea, el resultado fue muy positivo.
Comunicación de las necesidades
Al tratar de encontrar una forma aunque sea burda para contribuir en la
respuesta a las necesidades urgentes, el personal de terreno se ve enfrentado a
un serio dilema. Si se estimula el compromiso de las agencias mediante un
reportaje que dramatice las necesidades, se corre el riesgo de ser considerado
demasiado alarmista por los medios de comunicación y autoridades
anfitrionas. Aún cuando los comunicados menos apasionados no estimulan a
menudo las respuestas deseadas.
Los resultados de sus labores frecuentemente presentan problemas.
Las asignaciones de las agencias reflejan una serie de factores, de los cuales
solo uno percibe la situación del país. Sin embargo, las autoridades locales
consideran a menudo, responsables a los representantes en terreno de la
respuesta, o falta de respuesta, emitida por sus agencias. Al tratar de avanzar
hacia el logro de una comunidad humanitaria mejor proporcionada, es
necesario contar con un enfoque más sistemático en la asignación de
procedimientos y toma de decisiones. Las agencias individuales deberían
regularizar el dictamen de políticas con objeto de darle mayor importancia
a la gravedad de la necesidad humana. La comunidad humanitaria en su
totalidad puede prestar mayor atención y compartir la información respecto
a la necesidad y nivel de respuesta individual.
La desproporción continua de las respuestas socava el principio
humanitario básico que estipula que todas las vidas tienen el mismo valor.
P. ¿Cómo determina su organización el nivel de apoyo necesario y la
asignación de recursos en vista de la necesidad humanitaria global?
R.

P. ¿Cómo puede usted trabajar en colaboración con otros en la
comunidad internacional para tomar decisiones respecto a la
asignación de recursos?
R.
Imparcialidad
La acción humanitaria responde al sufrimiento humano porque el pueblo lo
necesita, no para un avance político, sectario u otro tipo de programa de
carácter ajeno. No debe tomar parte en el conflicto.
Desde tiempos inmemorables, los agresores han politizado el acceso de la
población civil al alimento y medicamento esencial como parte de su arsenal
político y militar. También le han negado u otorgado acceso según la manera
en que este sirva sus objetivos a corto plazo.
Guerra civil
Las guerras civiles son, por definición, situaciones en las cuales los países se
dividen contra ellos mismos. Los humanitarios que se comprometen en esta
etapa deben estar preparados para que las partes en guerra elijan sus
actividades y se sitúen ellas mismas con sus respectivas causas, cualquiera
sea su enfoque humanitario equitativo. Los facultativos deben esforzarse al
máximo para evitar que se les identifique con uno u otro lado. También
deben estar conscientes de los impactos diferenciales de los esfuerzos
humanitarios de las partes en pugna. En este aspecto, la percepción de los
programas puede ser tan importante como su contenido actual.
La Operación Salvamento de Sudán (OLS) ilustra la dificultad que se
presenta para ganar y mantener la confianza de ambas partes. Las arduas
negociaciones con que se logran los convenios, así como el desarrollo
subsecuente del acuerdo, son ejemplos de cómo el otorgamiento y la negación
del acceso humanitario refleja el deseo con que los agresores usan la ayuda
para sus propios propósitos. En 1989, el gobierno y los insurgentes acordaron
crear los “corredores de la tranquilidad” para efectuar actividades de socorro
a causa de las presiones internacionales y de sus respectivas necesidades
para un descanso momentáneo de la lucha. Más tarde, una vez reducida la
atención internacional y restauradas las fuerzas militares, las partes en
guerra opinaron que sería más conveniente para ellos si se negara acceso a la
población civil, aún arriesgándose a enemistarse con la opinión mundial.
Cada facción acusó a su vez a la operación salvamento de ser más útil y
menos exigente con el otro.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
Tomar parte puede
tener consecuencias
fatales.
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30
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Aunque parezca difícil evitarlo, especialmente en conflictos en que las
políticas de un agresor particular sean más atractivas y humanas, el tomar
partido puede tener consecuencias fatales. Una organización humanitaria,
después de patrocinar la causa del Tamil Tigers de Sri Lanka o del gobierno
de Mozambique, se encuentra desconectada de la población civil en el
territorio del gobierno de Sri Lanka o de la resistencia de Mozambique
(RENAMO). El patrocinio de un partido en una guerra civil o en una
campaña electoral transforma a la organización patrocinadora en el blanco
de la cólera de la oposición. Aún en las áreas donde continúa el trabajo,
puede sufrir la integridad de sus actividades.
Uno de los dilemas operacionales que afecta el principio de la imparcialidad
es que insistir en ayudar igualitariamente a las diferentes facciones del
pueblo civil en un conflicto dificulta la fidelidad a los principios de alivio del
sufrimiento causado por la amenaza a la vida. Los diferentes enfoques del
CICR y de algunas ONGs son ilustrativos de estas ventajas comparativas.
Intensidad del compromiso
El CICR considera de tal importancia la imparcialidad que a veces prefiere
no proseguir con algunos programas si no se tiene el acuerdo de todas las
partes. Por ejemplo, el año anterior a la negociación final de la OLS, llevó a
cabo delicadas negociaciones con el gobierno de Khartoum y el Ejército de
Liberación del Pueblo Sudanés (SPLA), antes de lograr un acuerdo para
realizar las operaciones de socorro a un número igual de localidades. El
CICR recibió indicaciones claras de ambas partes del conflicto de que
cualquier intervención “unilateral” sería inmediatamente seguida de acción
militar y suspensión mediante fuerza. Además, se presentaba una barrera de
logística ya que era necesario usar aviones que debían volar ilegalmente en la
zona sudanesa con objeto de entregar la ayuda.
Después de reflexionar sobre la demora de las negociaciones y el hecho
de que en 1988 habían perecido unas 250.000 personas, el CICR ratificó el
curso de acción que decidió seguir. La organización señala que si el convenio
de ambas partes en dichas situaciones no se respeta antes de comenzar las
operaciones de socorro, muy pronto los esfuerzos de ayuda se interrumpirán
por uno u otro lado una vez que hayan comenzado.
Otras organizaciones opinan que si se insiste en los acuerdos de ambas
partes podría ser una forma efectiva para vetar las actividades en los territorios
de la otra parte. Como se sabía que ninguno de los protagonistas tenía
instintos humanitarios, ambas partes estarían totalmente dispuestas a negar
la ayuda a la población civil en las áreas controladas por ellos en el territorio
adversario. Es así como algunas ONGs procedieron con sus operaciones
interfronterizas desde Nairobi hacia el sur de Sudán sin el consentimiento de
las autoridades de Khartoum y sin pedir ayuda a la otra parte.
Electorado
Según su mandato, composición y electorado, es más difícil para algunos
actores institucionales que para otros, lograr imparcialidad. Las
organizaciones de la ONU, cuyos consejos directivos y membresía se
compone de gobiernos, tienen especial dificultad en lograr una equidad
cuando se relacionan a movimientos armados de oposición.
Las ONGs que dependen en gran parte de fondos de gobiernos aliados a
una u otra parte también suelen experimentar dificultades operacionales

similares. Algunas ONGs tienen una afiliación más estrecha a las ideologías o
programas de los insurgentes. Aún el CICR, que por más de un siglo se ha
desempeñado según sus propios y estrictos principios de imparcialidad y
neutralidad, se ve enfrentado a hostilidades de uno u otro partido en
conflictos y a veces se ve obligado a retirarse.
Sitio
Un dilema operacional central que tiene un impacto directo en la percepción
de los no partidistas lo representa el sitio físico del centro de operaciones de la
agencia. El sitio de la base central de operaciones en la oficina de gobierno
nacional de un estado dividido podría inducir a partidismo y complicar la
tarea de establecer buenas comunicaciones con la oposición armada. Al mismo
tiempo, si se instala el centro operacional en una oficina gubernamental
cercana, o en Nueva York o Ginebra, podría ser extremadamente costoso.
P. ¿Qué riesgos y problemas surgen cuando una organización
humanitaria toma partido en un contexto de conflicto civil o violencia?
R.
P. ¿Cuáles serían los costos posibles de un no partidismo?
R.
P. ¿Qué factores u operaciones logísticas podrían revelar
partidismo/parcialidad de parte de una organización humanitaria?
R.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
31

32
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
La naturaleza
especial de los
conflictos armados
induce a la
necesidad de una
independencia más
aguda y más
problemática.
RESPUESTA (de la página 31)
Algunos han reconocido que la
ayuda de una organización
humanitaria puede verse motivada
por programas políticos o
militares, más bien que (o
además de) una preocupación
para responder a las necesidades
de la población. El
partidismo puede aislar a la
organización humanitaria de la
población civil necesitada que se
encuentra atrapada en el
territorio del otro lado, o la
oposición puede tomar a la
organización como blanco de
la violencia.
El no partidismo puede ser
motivo para que una organización
humanitaria deje de
responder a las necesidades si
estas deben recibir la aprobación
de todos los partidos
comprometidos en el conflicto;
quienes, tal vez se opongan a
todo lo que sirva de “ayuda para
el otro lado”.
Los siguientes serían algunos
factores que podrían revelar
partidismo: a quién se le da la
ayuda, distribución desproporcionada
de la ayuda en relación
a la necesidad, sitio de la base
central de operación de la
organización, o dirigentes
locales comprometidos en la
organización humanitaria y
sistema de ayuda.
Independencia
Con el fin de cumplir su misión, las organizaciones humanitarias deben
carecer de toda interferencia de parte de las autoridades políticas anfitrionas
o domésticas. El espacio humanitario es esencial para una acción efectiva.
Nadie conoce mejor que el personal en terreno lo que es necesario para
mantener una flexibilidad máxima y libertad de operaciones. Al mismo
tiempo, ellos también conocen los obstáculos que se presentan para ejecutar
las actividades humanitarias, a menudo impuestos por las autoridades
locales, sean estas insurgentes o gubernamentales.
Acceso restringido
En Camboya, por ejemplo, el gobierno tailandés y las autoridades de
refugiados camboyanas restringieron rigurosamente el acceso a los campos
de refugiados a lo largo de la frontera hasta el Acuerdo de París. El personal
internacional se vio enfrentado ante el dilema de si deberían proporcionar
ayuda aún cuando era continua la falta de acceso a los refugiados. La
alternativa de reducir los esfuerzos para aliviar el sufrimiento no era muy
atractiva. Por lo tanto, optaron por ofrecer ayuda en circunstancias muy
difíciles, pero al mismo tiempo presionando para obtener acceso total y
seguridad. En Afganistán, se llegó a soluciones de compromiso similares en
la década de los ochenta cuando las autoridades de Paquistán y los
dirigentes de la resistencia afgana dictaron los términos de acceso a la
población en los campamentos.
Los gobiernos donantes también pueden obstaculizar los esfuerzos
realizados para que la ayuda sea efectiva. El gobierno alemán, al verse
enfrentado con la aparición de muchos refugiados kurdos después de la
guerra del Golfo, decidió llevar hospitales de campaña directamente a los
refugiados en áreas remotas de Irán. Esta actitud indiferente pasó por alto
los mecanismos de coordinación establecidos por las autoridades locales y de
la ONU, dejando un sabor amargo en aquellos que podrían haber asumido
alguna responsabilidad en el futuro cuando se fueran los alemanes.
Ninguna organización humanitaria que opere en situaciones de conflicto
tiene el grado de independencia que desearía. Necesitan la aprobación, o por
lo menos el consentimiento, de las autoridades políticas locales. En un
sentido, esta situación no es diferente de aquellas en las cuales se ofrece
ayuda de desarrollo. En otro sentido, la naturaleza especial de los conflictos
armados, donde las relaciones con las autoridades políticas son más volátiles
y la presencia de los no afiliados es más sensible, la necesidad de
independencia se vuelve más aguda y problemática.
Normas y reglamentos
El espacio humanitario frecuentemente está restringido por prácticas del
gobierno anfitrión tales como requisitos de visa, permisos de viaje interno,
reglamentos de cambio de divisas, patrones que rigen la contratación de
personal local, y concurrencia respecto al sitio y naturaleza de las actividades
del programa. Los insurgentes con frecuencia usan los mismos aparatos
dentro de los límites físicos del territorio que controlan. El gobierno donante
también tiene su propia serie de requisitos para transmitir la información,
inflexibilidades de los programas, restricciones de adquisición y otros
procedimientos que reducen la libertad de los facultativos humanitarios y
que influyen en las prioridades del programa.

Reacción adversa de la ONU
La era posterior a la guerra fría trajo consigo un nuevo problema operacional
para el personal de terreno. A medida que el Consejo de Seguridad de la
ONU toma medidas más agresivas para abordar las amenazas a la paz y
seguridad internacional, el personal humanitario asociado con las Naciones
Unidas ha enfrentado una reacción adversa contra la organización mundial
en escenarios específicos. Aunque el intenso activismo del mayor organismo
político mundial en la esfera humanitaria es recibido con agrado, crea
dilemas operacionales en sus asociados.
Debido a que las sanciones económicas y la acción militar ha causado
penurias en la población de la antigua Yugoslavia y en Irak, por ejemplo, las
agencias humanitarias de la ONU se han visto inevitablemente asociadas a
políticas de aplicación de leyes impopulares. El personal de terreno es
responsable de lo que en la jerga popular se cataloga de Naciones Unidas
“mala” o política y por lo tanto incapaz de llevar a cabo sus “buenas”
actividades humanitarias.
Coordinación
Tenemos como resultado que mientras que el trabajo humanitario multilateral
suele estar menos sujeto a politización que los esfuerzos bilaterales,
a menudo también sufre de carácter político. El Comité Internacional de la
Cruz Roja y algunas ONGs han decidido mantener su distancia del sistema
de las Naciones Unidas para proteger su independencia. En este caso, la
atención al principio de independencia puede crear problemas en el área
de coordinación.
P. ¿Quiénes pueden tratar de influir en las operaciones y
comprometer la independencia e imparcialidad de las organizaciones
humanitarias?
R.
P. ¿Cuáles son algunas de las compensaciones recíprocas y
dilemas operacionales creados por el compromiso de la organización
humanitaria hacia una independencia?
R.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
33

34
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Las actividades
humanitarias
deben ser
transparentes
RESPUESTA (de la página 33)
Las autoridades políticas anfitrionas,
las fuerzas insurgentes,
las fuerzas militares, los
gobiernos donantes o las
autoridades políticas podrían
tratar de influir en las
operaciones humanitarias.
Sin sacrificar cierto control, las
organizaciones humanitarias
pueden ser incapaces de
responder a la necesidad del
pueblo cuando las autoridades
insisten en ciertas restricciones
o procedimientos de logística,
por lo tanto, los esfuerzos de
ayuda coordinada para una
respuesta más eficiente a la
necesidad de la población se
podría ver reducida.
Responsabilidad
Las organizaciones humanitarias deben reportar todas sus actividades a sus
patrocinadores y beneficiarios. Las actividades humanitarias deben ser
transparentes.
A los facultativos humanitarios se les debe recordar que ellos son
responsables de sus decisiones programáticas. Dos situaciones mayores
deben ser especialmente aclaradas y elaboradas en relación a la acción
humanitaria en situaciones de conflicto.
Registro y presentación de informes
Primero, las guerras civiles presentan un mayor grado de dificultad en el
proceso normal de su presentación de informes. Es obvio el problema cuando
se trata de mantener un control financiero y de los programas de los recursos
distribuidos en las zonas de guerra. Frecuentemente, debido a la situación
demasiado volátil o insegura, el personal no puede estar en contacto ni
tampoco registrar el uso que se le da al material de socorro.
Además, para rendir cuentas es indispensable saber que en casos de
conflicto no todo el alimento le llega a aquellos que más lo necesitan. Los
parlamentarios y el electorado a menudo se muestran interesados en saber
por qué el número de soldados aumenta entre los beneficiarios de los
programas de socorro.
Relatos publicados, más tarde cuestionados por los funcionarios encargados
de la ayuda, indican que el nivel de filtración en Somalia llegó a un 80-90
por ciento a fines de 1992 y a un 50 por ciento en el oriente de Bosnia a comienzos
de 1993. En discusiones que siguieron se reconoce que no se puede
esperar que el personal de ayuda prevenga todo o parte del abuso que se
comete en la entrega de la mercadería. Si los beneficiarios insisten en acusar
recibo de todas las provisiones de socorro, podría significar que las organizaciones
humanitarias no han sido capaces de montar dichas operaciones.
Resulta, por lo tanto, que estos y otros problemas creados en estas situaciones
se podrían considerar como niveles “aceptables de filtración. La
experiencia indica que dichos niveles varían de un país a otro, de agencia a
agencia y de circunscripción a circunscripción.
Vemos nuevamente como los representantes en terreno enfrentan un
dilema que tiene que ver con los principios del alivio del sufrimiento y del
rendimiento de cuentas. Por un lado, los fundamentos de la agencia suelen
tener en menos las dificultades, esperando que su desempeño se mida según
niveles normales o carentes de guerra civil. Por otro lado, se les exige que
ejerzan su propio juicio profesional, pesando diversos factores locales para
que puedan proseguir los programas.
Cuando la ayuda fomenta la violencia
Más allá de la responsabilidad yacen problemas relacionados al gran impacto
que produce la acción humanitaria. ¿Qué efecto tiene, en el balance de las
fuerzas políticas y militares, la habilidad de los partidos en pugna para
continuar su lucha, y en las consecuencias subsiguientes de la guerra? La
situación de Somalia a finales de 1992 es un buen ejemplo.
Algunos facultativos humanitarios en escena opinan que la ayuda se
estaba proporcionando en una forma que escalaba la violencia. Señalan que
grupos de ayuda contrataron protección de “técnicos” locales, a quienes se

les pagaba igual que a los empleados de las organizaciones de ayuda,
pero quienes eran miembros de milicias privadas de clanes en pugna y de
elementos anárquicos. En una economía que había dejado de funcionar,
los artículos de ayuda se transformaron en una forma de moneda. Las operaciones
y el personal de ayuda fueron el punto focal de la violencia en la
capital y en el campo a medida que las actividades se trasladaban a esos
lugares. Aunque había pocas alternativas, algunas organizaciones creen
ahora que más bien que pedir que se aumentara la seguridad, deberían haber
considerado reducir el nivel de las operaciones de sus programas.
Los humanitarios enfrentan dichos dilemas operacionales en muchas
guerras civiles. La ayuda a la población civil de El Salvador en las zonas de
conflicto controladas por el FMLN en la década de los ochenta, iniciada en
gran parte con propósitos humanitarios, pareciera haber fortalecido las
posiciones militares y políticas de la oposición armada. Esta acción provocó
ataques de las fuerzas armadas tanto en la población civil como en el
personal de ayuda. En Etiopía se considera ahora que la ayuda que llegó
desde ONGs del otro lado de la frontera a Eritrea y Tigray sirvió para que los
insurgentes siguieran luchando con un solo propósito contra el gobierno de
la antigua Etiopía.
Un incidente ocurrido en Bosnia a finales de 1993 dramatiza la realidad
de que las actividades llevadas a cabo para aliviar el sufrimiento pueden, en
efecto, prolongar el conflicto que causa dicha aflicción. Un periodista conversando
con un soldado canadiense de la fuerza pacificadora de la ONU
(UNPROFOR) que estaba haciendo trabajos con una retroexcavadora para
arreglar los caminos de tierra con el fin de que los artículos de socorro
pudieran llegar con más facilidad al pueblo hambriento durante el invierno
que se aproximaba. También entrevistó a un soldado del cercano ejército
musulmán de Bosnia, quien también apreciaba los caminos que brindaban
un más fácil acceso.
“El mejoramiento de los caminos que realiza las Naciones Unidas para
facilitar el acceso de los convoyes que transportan alimento y medicamentos”,
concluyó el periodista, “le facilitará a las tres facciones que luchan
por Bosnia trasladar sus tropas y armas”. Sugirió además que la economía de
los tres agresores se beneficiará con los artículos de socorro – que de lo
contrario, las tres partes tendrían tal vez una actitud más conciliatoria.
En el Salvador y en el Cuerno de Africa los humanitarios y sus organizaciones
eran reacios a reconocer y enfrentar los dilemas implicados en sus
actividades humanitarias. La identificación de los problemas no da
respuestas directas, pero sí es un primer paso necesario.
P. Mientras usted considera un plan de respuesta a la necesidad
de la población dentro de un contexto de conflicto, ¿ante quien cree
usted que debe dar cuenta de sus actividades?
R.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
La identificación de
los problemas no da
respuestas directas,
pero sí es un primer
paso necesario.
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36
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
RESPUESTA (de la página 35)
Entre quienes esperan que
usted debería rendir cuentas
se incluye: gobiernos
donantes, organizaciones y
electorado, gobiernos anfitriones,
dirigentes locales
(¿quién decide quiénes son
los “líderes”?) y el pueblo
local.
P. La entrega de ayuda puede escalar el conflicto o fortalecer las
posiciones políticas y militares de las diversas partes en el conflicto.
¿Puede usted identificar las razones para ofrecer ayuda en tales
situaciones?
R.
P. ¿Bajo qué circunstancias cree usted que no debe prestarse
ayuda humanitaria?
R.
Conveniencia
La acción humanitaria debe acomodarse a las circunstancias locales y su
objetivo debe ser el aumento, y no la suplantación de los recursos locales
disponibles.
Para lograr esta conveniencia es necesario utilizar iniciativas
humanitarias que fortalezcan la capacidad local, al mismo tiempo que se
consideran las características culturales locales que no contradigan las
normas internacionales.
Dentro de un sentido común, artículos tales como alimento, ropa y
medicamentos deben ser aceptables para aquellas personas que se pretende
beneficiar. No obstante, son claras las experiencias vividas por
representantes en terreno donde se ha enviado ropa de invierno a climas
tropicales, productos de cerdo embarcados a poblaciones musulmanas y
medicamentos con fecha vencida en los estantes de las clínicas de salud local.
Aceptación cultural
Las preferencias y prácticas culturales locales no deben respetarse en forma
negligente. Algunas costumbres locales a veces no tienen base para la ayuda
y programación humanitaria. ¿Deben aceptar las prácticas locales aquellos

que distribuyen alimentos en situaciones donde el sistema normal favorece a
los hombres y a los niños primero que a las mujeres, como es el caso en
Afganistán? ¿Se debe, por medio de la alfabetización, desafiar y tal vez
compensar la práctica de una sociedad en la cual las oportunidades educacionales
favorecen a los niños varones? ¿Deberían los centros de salud infantil y
materna ofrecer asesoría sobre la circuncisión femenina? o como es descrito
por los profesionales de salud y derecho occidental, ¿la mutilación genital?
Respaldo de prácticas objetables
El principio de la conveniencia también influye en la selección de las instituciones
homólogas de parte de los actores humanitarios internacionales.
¿Deberían las agencias externas tener relaciones operacionales con grupos
indígenas que tienen sus propias prioridades políticas o un cerrado
electorado étnico objetable, o cerrados electorados étnicos, o que forman
parte de sociedades de orientación patronal o de soborno? ¿Se debe delegar
la asignación de alimentos a un grupo de dirigentes masculinos cuya
tendencia sería distribuir entre hombres (muchos de los cuales son soldados)
y que sólo son leales a sus propias familias y clanes?
Recientemente, el personal se ha visto enfrentado a estos dilemas
operacionales en la ex Yugoslavia y Somalia. Los humanitarios se ven
forzados a tomar decisiones difíciles para responder al sufrimiento en medio
de la disponibilidad de artículos de socorro y de los asociados institucionales
de dudosa conveniencia. Ya no es suficiente alegar que es mejor algo que
nada, que aquellos en peligro aceptarán cualquier cosa, que la entrega de
ayuda necesariamente implica comprometerse con las costumbres e
instituciones locales.
Socorro de emergencia y desarrollo
Hay un segundo componente ligado a la conveniencia. Cada vez es mayor la
noción de que el socorro de emergencia puede ser contraproducente si no
aumenta la viabilidad a más largo plazo y las perspectivas de desarrollo de
un país destruido por la guerra. La conveniencia en este contexto implica no
sólo ajustar la acción humanitaria a las necesidades locales sino también
tratar de fortalecer las capacidades indígenas.
Además de ayudar y proteger al pueblo cuyas vidas están en peligro por
la guerra y la hambruna, también es necesario facilitar la autodeterminación
de los individuos e instituciones para que puedan valerse por sí mismos y
hacer frente a emergencias futuras. La ayuda externa cuando es adecuada
aumenta y fortalece los mecanismos individuales y sociales para enfrentar
las necesidades.
El fortalecimiento de la capacidad local, finalidad permanente de los
esfuerzos de ayuda, es sumamente difícil en períodos de conflicto armado.
Después de todo, se sabe que el trastorno a los recursos locales es, a menudo,
la finalidad de los beligerantes. No fue por accidente que los contras
centraron su atención en la infraestructura agrícola de Nicaragua, o que el
gobierno de Mengistu colocó pilotos de guerra para avistar los campos
durante las cosechas en los pueblos y mercados de Tigray y Eritrea.
En un mundo perfecto no debería hacerse concesiones con objeto de
salvar el mayor número posible de vidas en beneficio del fortalecimiento de
la capacidad local para poder enfrentar en mejor forma los desastres futuros.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
Ya no es suficiente
alegar que es mejor
algo que nada, que
aquellos en peligro
aceptarán cualquier
cosa, que la entrega de
ayuda necesariamente
implica comprometerse
con las costumbres
e instituciones
locales.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Investigaciones
recientes afirman que
los proyectos en los
cuales se contrata a
instituciones y a la
población local
tienen, a menudo,
mucho más éxito que
otras.
Sin embargo, el mundo donde funcionan los facultativos humanitarios está
lejos de ser perfecto y más lejos aún de ser perfeccionado. La violencia, los
conflictos y la necesidad de ayuda para salvar vidas representa,
desafortunadamente, una industria en crecimiento.
Durante el pánico que produce una crisis, el elemento de conveniencia,
irreprochable en teoría, es a menudo un desastre. La tensión que se produce
al tratar de salvar vidas, desafío inmediato y claro, y permitir la autodeterminación
del pueblo, tarea más ambigua y a más largo plazo, usualmente se
resuelve a favor del primero, especialmente de parte de las agencias cuyo
propósito es el de dar ayuda. “Nosotros tenemos derecho a ser indiferentes a
las necesidades culturales del pueblo y a los asuntos de conveniencia”,
explicó un funcionario de ayuda respecto a la ayuda que se enviaba
apresuradamente a Somalia. “Quiero escuchar el motor de los aviones” dijo
otro a cargo del apoyo de logística.
Estas declaraciones no son muy bien aceptadas después de reflexionar
una vez que ha pasado la crisis. El planteamiento que representan podría
perpetuar la vulnerabilidad local ante desastres futuros y aumentar la
dependencia de ayuda externa, con el resultado de que el sufrimiento futuro
causado por la amenaza de vida sería mucho más probable. Dichas actitudes
están tan profundamente impregnadas en la cultura de las instituciones y
facultativos humanitarios que el concepto de sostener la acción humanitaria
mediante esfuerzos de la población local debería elevarse a la condición de
principio.
Al final, las compensaciones recíprocas tal vez sean menos absolutas de lo
que una vez se pensó. Investigaciones recientes sugieren que los proyectos
para los cuales se contrata a instituciones y a la población local tienen, a
menudo, mucho más éxito que otras. Además, prestar atención a la
autodeterminación no significa necesariamente un gran retraso. El espectro
que va desde el socorro de emergencia al desarrollo a más largo plazo
descrito antes, tiene una interacción mayor que la comprendida.
P. ¿Qué sucede cuando la ayuda humanitaria se entrega sin la
participación ni la preocupación local por la conveniencia cultural?
R.

Contextualización
Para que la acción humanitaria sea eficiente es necesario tener una visión
amplia de todas las necesidades y del impacto que producirán las
intervenciones. El estímulo del respeto por los derechos humanos y la
atención a las causas básicas de los conflictos son elementos esenciales.
Los facultativos encargados de prestar ayuda tienen muchos puntos
fuertes y sus correspondientes debilidades. Tienen tendencia a darle
preferencia a la acción antes que a la reflexión. Con frecuencia limitan su
atención a las áreas donde tienen responsabilidades operacionales directas.
Por muy bien equipados que estén para conducir respuestas humanitarias
rápidas, estos enfoques también dejan mucho que desear cuando las
actividades se observan dentro de un contexto más amplio.
Consideración oportuna
“El lema de muchas organizaciones humanitarias y de su personal,
confrontados con emergencias que amenazan la vida es el conocido, “¡No te
quedes ahí. Haz algo!” En vista de la complejidad de la acción humanitaria
descrita antes, una directiva más útil debería ser lo opuesto: “¡No sólo haz
algo. Quédate ahí!”
Al apresurarse a la acción se está adelantando a considerar
adecuadamente una gran variedad de efectos negativos y positivos que
pueden activar las organizaciones externas. Hay gran evidencia que sugiere,
por ejemplo, que las actividades humanitarias en la ex Yugoslavia durante
1992, sirvieron para desviar la atención internacional de la necesidad de
llevar a cabo una estrategia política y ejecutoria mucho más extensa.
La experiencia de Bosnia también dramatiza la legitimidad de suspender
los esfuerzos humanitarios para proteger su integridad. Esto es lo que hizo el
Alto Comisionado para los Refugiados a finales de febrero de 1993, en Bosnia
oriental, mientras actuaba como la agencia líder del sistema de la ONU. El
incidente sirvió para recordarles a las agencias humanitarias y a los partidos
en pugna que no debe tolerarse el abuso a los principios humanitarios.
Resultados de la acción humanitaria
Como se indicó anteriormente, la acción humanitaria en un conflicto armado
expone a los facultativos humanitarios a situaciones de gran complejidad
militar y política y también económicas y sociales. Las causas de estos
conflictos a menudo están profundamente arraigados y las sociedades
donde toman parte están profundamente heridas. Por lo tanto, una visión
más amplia de las necesidades y de las probabilidades de la acción humanitaria
de parte de las organizaciones externas es una necesidad y no un lujo.
Un caso típico es la visión tradicional de que la ayuda humanitaria y los
derechos humanos representan dominios separados. Cada uno usualmente
se ve como protector de los profesionales que funcionan bajo específicos y
que operan en relativo aislamiento uno del otro. Ya sea por razones de
mandato, estilo o enfoque, las instituciones y los facultativos a menudo
prefieren centrar su atención en una u otra actividad.
Aún así, las actividades de ayuda están estrechamente vinculadas a los
esfuerzos de protección y viceversa. Las tareas de socorro sitúan al personal
de terreno como “los ojos y oídos” de la comunidad internacional, ya que
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
INTERNACIONAL
ACCIÓN HUMANITARIA
Una visión más
amplia de las
necesidades y de las
probabilidades de la
acción humanitaria
de parte de las
organizaciones
externas es una
necesidad y no un
lujo.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
RESPUESTA (de la página 38)
La entrega de ayuda sin
participación local crea
dependencia; deteriora las
habilidades locales, los
esfuerzos, la cultura y los
valores; y hay menor posibilidad
de lograr los objetivos
de desarrollo a largo plazo.
están en posición de alertar al mundo de las amenazas de abuso a los
derechos humanos o a medida que estos abusos suceden. La presencia del
personal de ayuda en lugares tales como Sudán, Camboya y Guatemala ha
servido para moderar o refrenar abusos a los derechos humanos de parte de
fuerzas políticas y militares y también de los gobiernos o insurgentes.
A los facultativos humanitarios que consideran que la defensa de los
derechos humanos es algo que está más allá de su dominio, sugerirles que
la acción humanitaria también tiene relación con un compromiso de paz y
reconciliación podría parecerles algo aún más inconexo e irreal. Aún así,
muchos aceptan que cuando no se abordan los problemas que tienen que ver
con conflictos civiles, son mínimas las posibilidades de una reconstrucción
pronta y desarrollo estable.
Aún cuando podría ser difícil substanciar los vínculos causales directos,
la acción humanitaria ha desempeñado a menudo una función importante en
promover una atmósfera en la cual sean más razonables las negociaciones
políticas. Un caso ilustrativo es la experiencia reciente en El Salvador. Las
organizaciones que ofrecieron ayuda humanitaria no tuvieron un papel
formal en el proceso de paz. Sin embargo, la confianza y la solidaridad
iniciada mediante el compromiso humanitario fueron útiles para movilizar
el apoyo de las negociaciones y para la pronta ejecución de los acuerdos.
Como resultado, las organizaciones humanitarias buscan cada vez con
más ahínco medios por los cuales sus propias actividades, concebidas en
forma creativa y cuidadosamente manejadas, puedan contribuir a anular las
causas básicas de la lucha civil. En un mundo con limitados recursos
humanitarios y con donantes preocupados de usarlos en forma sabia y útil,
dicho sinergismo tiene una importancia especial. En este aspecto, la
resolución del conflicto y el logro de la paz es lo fundamental de las acciones
humanitarias.
P. Tradicionalmente la ayuda humanitaria y los derechos
humanos se han considerado como dominios separados. El
principio de contextualización estimula una visión más amplia
de las necesidades y de los posibles impactos de la acción humanitaria.
¿Cuáles son las implicaciones de este principio en el trabajo de su
organización?
R.

P. ¿Se centra actualmente su trabajo en un punto específico de
atención? ¿Qué afecto tendría en su trabajo una visión más amplia de
acción humanitaria y necesidad?
R.
Subordinación de la soberanía
En casos donde el humanitarismo y la soberanía discuerdan, la soberanía
debería subordinarse ante el alivio del sufrimiento que pone la vida en
peligro.
Este último principio es sin duda el más polémico, a pesar de la evolución
que indicamos antes del nuevo balance entre las responsabilidades de las
autoridades políticas y los alegatos humanitarios de sufrimiento de la
población civil.
El Secretario General de la ONU escribió recientemente en un importante
periódico, Foreign Affairs (vol. 71, No. 5, pp. 98-99): “La antigua doctrina de
soberanía absoluta y exclusiva ya no perdura y, en efecto, nunca fue tan
absoluta como se concibió en teoría”. Esta nueva imparcialidad a nivel
internacional de darle una importancia relativa mayor a los imperativos
humanitarios no se ha podido hacer sentir en forma pareja entre los
gobiernos, ni tampoco se han creado nuevos procedimientos para traducir
estos imperativos en una acción política.
Los humanitarios en sus enfrentamientos diarios con funcionarios
gubernamentales podrían beneficiarse de la mayor prominencia y legitimidad
que se ha acordado ahora en pos del humanitarismo. Sin embargo,
deben proseguir con gran cautela cuando tratan con las autoridades políticas,
sean estas gubernamentales o insurgentes. Su dilema es claro. Mientras
tienen un compromiso dominante para apoyar a la población civil en
tiempos de guerra, su portafolio humanitario siempre se ve confrontado por
la resistencia. Tienen dos elecciones, pero cada una lleva sus propias
consecuencias operacionales.
3 PRINCIPIOS
EL ESQUEMA DE LEGAL LA
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ACCIÓN HUMANITARIA
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
INTERVENCIÓN
El humanitarismo a
través de las
fronteras pareciera
ser la dirección del
futuro, aún cuando
el estado geográfico
sigue siendo la
piedra angular de la
política mundial.
Persuasión
La alternativa preferida es persuadir a las autoridades políticas de que
satisfacer las necesidades de la población civil es un componente indispensable
en el ejercicio responsable de su soberanía. Cuando la capacidad local
está avasallada de conflictos, pueden solicitar o acceder a la entrega de ayuda
desde el exterior. Aunque la presión internacional tal vez apoye dicho
llamado de ayuda, el elemento consensual, como fue en la Operación
Salvavidas de Sudán, prepara el terreno para una relación de colaboración en
la cual se basan los humanitarios.
Intervención
Cuando las autoridades resisten activamente o impiden substancialmente la
acción humanitaria, El marco de colaboración deseable es cada vez menos
posible. En este punto, la “intervención” entra al vocablo político. A pesar de
que este término enfada a las autoridades políticas identificadas, ellas están
más o menos en posición de resistir. Es decir, pueden verse forzadas a
aceptar las decisiones del exterior, quienes quieren ayudar a la población
civil atrapada en la madeja del conflicto.
Las operaciones interfronterizas de las numerosas agencias humanitarias
para ayudar a la población amenazada en áreas no controladas por un
gobierno central sirven de ejemplo de la inhabilidad de un estado débil para
resistir las decisiones tomadas por agencias humanitarias externas. Las
operaciones de socorro a la población civil en Eritrea y Tigray o a los
mujahiddin afganos, por ejemplo, fueron montadas desde el territorio de un
país vecino, específicamente contra los deseos del gobierno constituido que
ocupaba el aparato estatal en la casa de gobierno. Dependiendo de la
tendencia ideológica de cada uno, estas acciones se consideraron imperfectas
o dignas de encomio. Pero en cada caso, el gobierno específico no fue capaz
de resistir.
Coerción
Cuando las autoridades políticas pueden resistir las imposiciones del
exterior, la comunidad internacional tratará de cambiar las políticas
mediante la coerción física. Tal fue el caso en Irak. Después de la guerra del
Golfo, en Consejo de Seguridad, en su resolución 688, insistió en que el
gobierno de Irak le diera acceso a la población civil. La creación de refugios
seguros mediante la coalición militar aliada y la imposición de la zona libre
de vuelo ha reflejado la convicción de que la soberanía ya no es sacrosanta.
Nuevamente, en 1992, el Consejo de Seguridad en resolución 794 hizo un
llamado para el uso de “todos los medios necesarios” para proteger el acceso
humanitario a Somalia. Considerando que en el caso anterior de Irak los
deseos de un gobierno constituido fueron invalidados, en el último, las
disputas de las autoridades políticas que competían significó que en esencia
no había ningún estado que invalidar. En cada caso, las nociones tradicionales
de soberanía dieron lugar a las necesidades de la población civil.
El humanitarismo a través de las fronteras pareciera ser la dirección del
futuro, aún cuando el estado geográfico sigue siendo la piedra angular de
la política mundial.

Represalia
La entrada internacional forzada, mientras se gana acceso a la población
abusada, puede crear una dinámica de consecuencias incalculables. En el
norte de Irak se dice que el gobierno ha puesto una recompensa sobre
miembros del personal de socorro y seguridad de la ONU, varios de los
cuales posteriormente fueron muertos. En Somalia, el número de personas de
socorro que han perdido su vida durante los tres primeros meses después de
la llegada de la fuerzas dirigidas por los Estados Unidos en diciembre de
1992, excedió a aquellos muertos previamente.
Aún en situaciones peligrosas donde hay operaciones militares de la
ONU pero donde todavía no hay intervención militar como tal para hacer
cumplir las normas humanitarias, como sería el caso de la ex Yugoslavia o
Camboya, los proyectos y el personal humanitario ha permanecido
vulnerable. El peligro cada vez mayor que corre el personal de terreno
combinado con la complejidad de montar y mantener programas en tiempo
de guerra constituye un desafío formidable. En particular, la relación entre
los humanitarios civiles y las fuerzas militares requiere gran cuidado. En
situaciones de conflicto, sin duda, se requiere un nivel de profesionalismo
mucho más alto que en situaciones menos arduas.
P. En situaciones donde el humanitarismo y la soberanía discuerdan,
la soberanía ya no mantiene la autoridad exclusiva que algunos han
deseado. ¿En qué situaciones podría esto ser justificable para atender
las preocupaciones humanitarias y dejar de lado las quejas de la
soberanía nacional?
R.
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Los principios
permanecen como
puntos fijos en una
brújula compartida, y
no como un curso
establecido para ser
seguido por piloto
automático.
Conclusión
Vale la pena repetir al final de este módulo lo que hemos indicado al
comienzo. Los facultativos humanitarios deben entender no sólo el contexto
legal internacional de la acción humanitaria sino también las categorías
principales de los actores y de los conflictos. De este conocimiento, y de la
experiencia vivida después de la guerra fría con las crisis humanitarias
causadas por los conflictos, emergen las normas que deben tratar de aplicar
los facultativos humanitarios. Estos principios chocan unos con otros,
confrontando a los profesionales humanitarios con dilemas difíciles y
elecciones complejas.
Cuando se hacen excepciones a un principio o cuando un principio es
seguido a costa de otro, los humanitarios deben saber anticipar las
consecuencias. Los principios permanecen como puntos fijos en una brújula
compartida, y no como un curso establecido para ser seguido por piloto
automático. La lucha y la clarificación de los principios debe representar el
medio para lograr una mayor eficiencia, coherencia y mutualidad entre la
serie de instituciones y personal de terreno humanitario.
Los principios también pueden servir de base para el desarrollo de un
código de conducta rudimentario durante los años venideros. Se necesita
algún tipo de código con urgencia debido a la complejidad del funcionamiento
eficaz en un conflicto armado; es peligroso que la población civil se
exponga; y son altas las implicaciones de la comunidad internacional.
En efecto, si las organizaciones humanitarias no toman medidas propias
para desarrollar principios y normas más amplios para la comunidad, existe
la posibilidad de que se les impongan responsabilidades más rigurosas
desde el exterior. La prominencia que ahora le da a las preocupaciones
humanitarias la comunidad internacional que está bien informada y que es
exigente, lleva las semillas de una impaciencia creciente cuando se percibe la
falta de profesionalismo entre las agencias asistentes.
Esto podría sugerir un dilema final que enfrenta la comunidad
humanitaria. La gran diversidad de actores institucionales externos
representa una variada gama de energía, recursos y talentos. En su
heterogeneidad yace la promesa de que no importa cuan restringido sea un
actor u otro, de algún modo aquellos necesitados serán alcanzados. Al
mismo tiempo, frente al clamor mundial, los humanitarios deberán funcionar
más como comunidad y menos como una serie de instituciones
idiosincrásicas y diversas.
El gran desafío para los años venideros es encontrar un balance
equilibrado entre la heterogeneidad y el estado común que mejore la
eficiencia operacional y que siga preservando y aumentando los puntos
fuertes de las organizaciones individuales.

RESUMEN
Los facultativos humanitarios que pueden articular en forma clara y
consecuente sus principios tienen más éxito en sus acciones que aquellos que
no lo son. A continuación se enumeran los ocho principios fundamentales de
la acción humanitaria:
Alivio del sufrimiento ante amenaza de vida. A menudo esto se
dificulta debido a:
– incorporación de otras agendas
– inercia burocrática
Debe existir proporcionalidad de las necesidades de respuesta
humanitaria. Esto requiere:
– análisis del alcance de la necesidad
– reconocimiento de la necesidad
– comunicación precisa de la necesidad
La acción humanitaria debe ser imparcial. Esto se dificulta a causa de:
– guerra civil
– falta de profundidad del compromiso
– presión del electorado
– sitio
Las organizaciones humanitarias deben ser independientes.
Esta independencia puede conducir a problemas tales como:
– acceso restringido a área “sensibles”
– reglamentos opresivos
– reacción negativa contra las ONU en algunos casos
– dificultades en la coordinación
Las organizaciones humanitarias deben ser totalmente responsables
de sus acciones. Para esto se necesita:
– mecanismos adecuados de registro y comunicación
– consideración de las actividades que podrían fomentar más violencia
La ayuda humanitaria debe ser conveniente. Para garantizar la
conveniencia es necesario considerar:
– aceptación cultural que no contradiga las normas internacionales
– posible apoyo de prácticas reprensibles
– entrega de ayuda de emergencia a diferencia de ayuda de desarrollo
La contextualización de la acción humanitaria debe incluir:
– consideración cuidadosa del problema
– consideración de los efectos de las soluciones propuestas
La soberanía debe estar subordinada al socorro humanitario del
sufrimiento que amenaza la vida. Esto se logra mediante:
– persuasión
– intervención
– coerción (que puede conducir a represalia del estado)
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Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
NO NOTAS NO AS

ANEXO 1
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___, Famine: A Man-Made Disaster? New York: Random House, 1985.
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French from UNICEF, 3 Plaza, New York, NY 10017).
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Occasional Paper #18. Providence: Watson Institute, 1994.
___, et al., Humanitarian Challenges in Central America: Lessons from Recent
Armed Conflicts. Occasional Paper #14, Providence: Watson Institute, 1993.
___, U.B.P., J. Crisp Chelliah, J. MacKinlay, and T.G. Weiss, United Nations
Coordination of the International Humanitarian Response to the Gulf Crisis,
1990-92. Occasional Paper #13. Providence: Thomas J. Watson Institute for
International Studies, 1992.

___ et al., Humanitarianism Under Siege: A Critical Review of Operation Lifeline
Sudan. Trenton: Red Sea Press, 1991.
___, Thomas G. Weiss and Kurt M. Campbell, Humanitarianism and War:
Learning the Lessons from Recent Armed Conflicts. Occassional Paper #8.
Providence: Thomas J. Watson Jr. Institute for International Studies, 1991.
Nichols, Bruce, “Rubberband Humanitarianism,” Ethics & International Affairs,
1:1987, pp. 191-210.
Patrnogic, J., and B. Jakovljevic, Protection of Human Beings in Disaster Situations:
A Proposal for Guiding Principles. San Remo: International Institute for
Humanitarian Law, 1989.
Ressler, Everett M., Neil Boothby, and Daniel J. Steinbock, Unaccompanied
Children: Care and Protection in Wars, Natural Disasters and Refugee
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Scheffer, David J., “Toward a Modern Doctrine of Humanitarian Intervention”
The University of Toledo Law Review. 23 (1992), pp. 253-293.
Sen, Amartya, Poverty and Famines. New York: Oxford Univ. Press, 1981.
UNESCO, International Dimensions of Humanitarian Law. Dordrecht: Nijoff, 1988.
Urquhart, Brian, “The Role of the United Nations in the Iraq-Kuwait Conflict in
1990,” SIPRI Yearbook 1991: World Armaments and Disarmament. Stockholm:
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Weiss, Thomas G., Collective Security in a Changing World. Boulder: Lynne
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___, and Jarat Chopra, “Sovereignity is No Longer Sancrosant: Codifying
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___, and Larry Minear, Humanitarianism Across Borders: Sustaining Civilians
in Times of War. Boulder: Lynne Reinner, 1993.
White, Peter T., “A Little Humanity Amid the Horrors of War,” National
Geographic, 170: 5 November 1986.
II. Material de entrenamiento
Baccino-Astrada, Alma, Manual on the Rights and Duties of Medical Personnel in
Armed Conflicts. Geneva: ICRC, 1982.
Bureau for Refugee Programs, Assessment Manual for Refugee Emergencies.
Washington: US Department of State, 1985.
Cameron, M., and Y. Hofvander, Manual of Feeding Infants and Young Children.
Rome: FAO, 1976.
Catholic Relief Services Guidelines for Humanitarian Assistance in Conflict Situations.
Baltimore: CRS, 1992.
Cuny, Frederick, Displaced Persons in Civil Conflict. New York: UNDP Disaster
Management Training Program, 1991.
___, Displaced Persons in Civil Conflict: Trainers Guide. New York: UNDP
Disaster Management Training Program, 1991.
de Ville de Goyet, C., J. Seaman, and U. Geijer, The Management of Nutritional
Emergencies in Large Populations. Geneva: WHO, 1978.
EL ESQUEMA ANEXO LEGAL 1
INTERNACIONAL RECURSOS
49

50
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
Emergency Manual: Man Made Disasters: Man’s Violence against Man and Nature.
Rome: Caritas Internationalis, 1986, volume 2.
Field Directors’ Handbook. London: Oxfam, 1980.
General Principles and Phasing of Response. Rome: World Food Programme, 1991.
A Guide to Food and Health Relief Operations for Disasters. New York: United
Nations, 1977.
Helping Children in Difficult Circumstances, A Teacher’s Manual. London: Save the
Children Fund, 1991.
Implementation of International Humanitarian Law Protection of the Civilian
Population and Persons Hors De Combat. Geneva: ICRC, 1991.
International Response to Emergencies. Geneva: International Council of Voluntary
Agencies, August 1991.
Oxfam’s Practical Guide to Selective Feeding Programmes. London: Oxford Univ.
Press, 1984.
S. Simmonds et al., Refugee Community Health Care. London: Oxford Univ.
Press, 1982.
Muriel Skeet, Manual for Disaster Relief Work. London: Churchill Livingstone,
1977.
UNHCR, Coping with Stress in Crisis Situations. Geneva: UNHCR, 1992.
UNHCR Guidelines on Security. Geneva: UNHCR, July 1992.
UNHCR Guidelines on the Protection of Refugee Women. Geneva: UNHCR, 1991.
UNHCR Guidelines on Refugee Children. Geneva: UNHCR, August 1988.
UNHCR Handbook for Emergencies. Geneva: UNHCR, December 1982.
UNHCR Handbook for Social Services. Geneva: UNHCR, 1983.
UNHCR Trainer’s Guide, Emergency Preparedness. Geneva: UNHCR, 1990.
UNHCR Training Module, Emergency Preparedness. Geneva: UNHCR, 1990.
Williamson, Jan, and Audrey Moser, Unaccompanied Children in Emergencies:
A Field Guide for their Care and Protection. International Social Service.
Norway: Redd Barna, UNHCR, and UNICEF, 1987.

ANEXO 2
Sobre el Proyecto de guerra y humanitarismo y sus
autores
El Proyecto de guerra y humanitarismo es un esfuerzo realizado por un equipo
independiente de investigadores, basado en el Grupo de políticas para
refugiados y la Universidad de Brown, y cuenta con la experiencia de
académicos y facultativos humanitarios de distintas partes del mundo, para
ayudar a la comunidad internacional a planear su curso humanitario en el
período posterior a la guerra fría.
Apoyo para el proyecto ha sido proporcionado por seis organizaciones de las
Naciones Unidas (UNICEF, PMA, ACNUR, DHA / UNDRO, y el Programa
Especial para el Cuerno de Africa); tres gobiernos (los Países Bajos, E.U.A. y
Francia); diez grupos no gubernamentales (Servicio de Socorro Católico,
Consejo Danés para Refugiados, el Centro Internacional para los Derechos
Humanos y Desarrollo Democrático [Canadá], Federación Internacional de la
Cruz Roja y Media Luna Roja, Federación Mundial Luterana, Socorro
Mundial Luterano, Comité Central Menonita, Consejo Noruego para
Refugiados, Oxfam-Reino Unido y Fondo para la Infancia-Reino Unido); y
tres fundaciones (The Pew Charitable Trusts, la Fundación Rockefeller y la
Fundación Arias).
Los codirectores de este proyecto y los autores de este módulo son Larry
Minear y Thomas G. Weiss. Larry Minear ha trabajado en problemas de
desarrollo humanitario desde 1972, en calidad de funcionario de una ONG y
como consultor de organizaciones de la ONU. En 1990, estuvo a cargo de un
equipo internacional que efectuó un estudio de la Operación Salvavidas de
Sudán. Actualmente tiene su base en el Grupo de Políticas para Refugiados
en Washington, D.C. y en la Universidad Brown.
Thomas G. Weiss es director asociado del Instituto Thomas J. Watson Jr.
para Estudios Internacionales y decano asociado de la facultad de la
Universidad de Brown. Anteriormente tuvo varios cargos en la ONU (en la
CNUCED, la Comisión de la ONU para Namibia, UNITAR y la OIT) sirvió
también como director ejecutivo de la Academia Internacional de la Paz. Ha
escrito extensamente sobre desarrollo, pacificación, socorro humanitario y
sobre organizaciones internacionales. Es también director ejecutivo del
Consejo Académico sobre el Sistema de las Naciones Unidas.
El Grupo de Políticas para Refugiados (RPG), centro para el análisis e
investigación de políticas, se ha dedicado desde 1982, mediante intensa
investigación, análisis y recomendaciones de políticas, al mejoramiento de
EL ESQUEMA LEGAL
3 INTERNACIONAL
INSTITUTIONAL ANEXO 2
ISSUES
51

52
Principios humanitarios y
dilemas operacionales en
zonas de guerra
los programas internacionales y domésticos para los refugiados y al diseño
de nuevos programas sobre una gran variedad de temas. Mediante el
monitoreo del desarrollo para los refugiados, el RPG ha podido evaluar las
respuestas internacionales, abordar temas que habían sido descuidados y a
identificar nuevas direcciones para las políticas.
El Instituto para Estudios Internacionales Thomas J. Watson Jr. de la
Universidad de Brown se creó en 1986 para asegurar que la universidad
desarrollara continuamente su dimensión internacional para el beneficio de
los estudiantes y el cuerpo docente, y finalmente la sociedad. El Instituto
Watson brinda un amplio enfoque para la enseñanza e investigación sobre
relaciones internacionales y culturas y sociedades extranjeras y, como parte
integral de la universidad, es el punto focal donde se genera el apoyo para
los estudios internacionales, desarrollo de planes, y la búsqueda de
convenios y prioridades. El Instituto Watson estimula la enseñanza y la
investigación del cuerpo docente; patrocina conferencias, charlas y becarios.

Siglas
ANEXO 3
AID Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional
CRS Servicios de Socorro Católico
CIREFCA Conferencia Internacional Sobre los Refugiados en Centro-
América
DAC Comité de Ayuda para el Desarrollo (OECD)
DHA Departamento de Asuntos Humanitarios de la ONU
CE Comunidad Europea
FMLN Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
ECOWAS Comunidad Económica de los Estados Africanos
Occidentales
ICVA Consejo Internacional de Agencias Voluntarias
CICR Comité Internacional de la Cruz Roja
LWF Federación Mundial Luterana
MSF Medecins Sans Frontieres
ONG Organización no gubernamental
OCDE Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos
OFDA Oficina de Asistencia y Desastres en el Extranjero (EUA)
OLS Operación Salvavidas en Sudán
PVO Organización Privada y Voluntaria
REST Sociedad de Socorro de Tigray
RPG Grupo de Políticas para Refugiados
RU Reino Unido
ONU Organización de las Naciones Unidas
EUA Estados Unidos de América
URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
ACNUR Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados
UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
UNDRO Oficina del Coordinador de las Naciones Unidas para el
Socorro en casos de Desastre (DHA)
PMA Programa Mundial de Alimentos
UNSEPHA Programa Especial de Emergencia de las Naciones Unidas
para el Cuerno de Africa
PMA Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas
EL ESQUEMA LEGAL
ANEXO 3
INTERNACIONAL
SIGLAS
53

EL ESQUEMA LEGAL
INTERNACIONAL EVALUACIÓN
55

56
Principios humanitarios y
dilemas Principios operacionales humanitarios eny
dilemas
zonas operacionales de guerra en zonas de guerra