HOMENAJE A CARMEN NARANJO SECCIÓN DE ... - TEC
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<strong>HOMENAJE</strong> A <strong>CARMEN</strong> <strong>NARANJO</strong><br />
<strong>SECCIÓN</strong> <strong>DE</strong> COMUNICACIÓN<br />
ESCUELA <strong>DE</strong> ESTUDIOS GENERALES<br />
Universidad de Costa Rica<br />
La Sección de Comunicación y Lenguaje de la Escuela de Estudios<br />
Generales de la Universidad de Costa Rica, realizó el 18 de mayo<br />
un homenaje a Carmen Naranjo. El objetivo de la actividad fue<br />
destacar la obra y figura de Carmen Naranjo, en el marco de las<br />
actividades de Pre-Congreso. Además de la actividad desarrollada<br />
en el auditorio que incluyó teatro y danza, se presentó la exposición<br />
“Carmen Naranjo: mujer palabra” que incluía un colección de textos<br />
y fotografías sobre la obra de la escritora. El montaje de la<br />
exposición se hizo gracias al Máster Miguel Guzmán, profesor de la<br />
Universidad de Costa Rica.<br />
De esta actividad se presenta la contribución de Leda Cavallini,<br />
profesora de esa Unidad Académica, quien recreó una semblanza<br />
de Carmen Naranjo y su obra.<br />
Leda Cavallini<br />
Guión del homenaje a Carmen Naranjo<br />
Escrito por Leda Cavallini Solano,<br />
a partir de textos literarios de Carmen Naranjo.<br />
Representado en el Auditorio Abelardo Bonilla,<br />
Escuela de Estudios Generales,12 de mayo de 1999.<br />
Dirección: Juan Carlos Calderón, director del Teatro Girasol,<br />
y Fernando Vinocour, director del Núcleo de Experimentación Teatral NET.<br />
Con la actuación de:<br />
Juan Carlos Calderón<br />
Leda Cavallini<br />
Sergio Paniagua<br />
Vivian Rodríguez<br />
Voz 1<br />
Carmen Naranjo<br />
Mujer relacionada con los ríos y las fuentes<br />
Espíritu de la lluvia<br />
Con virtudes proféticas<br />
Voz 2<br />
Carmen Naranjo
Escritora costarricense<br />
Mujer de la cultura.<br />
Voz 3<br />
Poetisa del primer árbol<br />
Aparecido en mi infancia<br />
Voz 1<br />
Dijiste<br />
una vida es algo que no cabe en la palabra ni en la piedra<br />
Voz 2<br />
Decimos<br />
El hombre es paso y puerta<br />
La mujer mirada y ventana<br />
Voz 3<br />
Y vos igual que afirmara José Coronel Urtecho<br />
Sos más valiente que nadie pues nadie es más valiente<br />
que una poeta.<br />
Voz 1<br />
He aquí tu voz plena convertida en homenaje<br />
He aquí tu palabra convertida en trozo de poesía<br />
Voz 2<br />
Dicen que llovía,<br />
Llovía siempre<br />
resquebrajamientos de paredes que guardan rosas<br />
semilla y estrellas<br />
Dicen que llovía<br />
Voz 3<br />
Y dicen que llegó la tierra<br />
Y con la tierra el mar<br />
Voz 1<br />
Carmen viene de un ayer de siglos<br />
Como la tierra y el mar<br />
Voz 2<br />
Y habla, dice,<br />
Voz 3<br />
Te digo, esa mujer iba llorando<br />
Voz 1<br />
Catarro, un simple catarro.<br />
Lloraba, vi las lagrimas en las mejilllas<br />
Voz 2<br />
Tonterías, nadie llora en la calle.<br />
Voz 3<br />
¿Por qué no? Las ganas de llorar no se pueden contener.<br />
Voz 1<br />
Las ganas de llorar no existen<br />
¿Qué te pasa? Ahora vas a decir que no se llora.
Sí, se llora, pero ganas de llorar no se tienen.<br />
Iba llorando por algún hombre, son tan canallas<br />
El melodrama, las mujeres sólo lloran por los hombres, ¿cuándo vas a crecer?<br />
Detrás de cada tragedia, siempre hay un hombre.<br />
¿Y los pobres hombres?<br />
Los hombres no lloran, los que lloran son maricones<br />
Tenés lógica de cotorra<br />
Ya sé, me despreciás.<br />
¿Qué querés? Lamentablemente no soy sordo y hablás cada tontería<br />
Seguro el dinero que te doy a fin de mes lo gano por cotorra<br />
El dinero, ese maldito dinero que me quema las manos<br />
Tus lindas manos que no conocen el trabajo<br />
Tengo ganas de morirme<br />
Por mí podés satisfacer tus ganas, siempre que tengás para el entierro<br />
Ya sé, te gustaría verme dos metros bajo tierra<br />
Boca abajo, no se te olvide<br />
Esos sentimientos de las mujeres tan finos. Para ellas sólo la poesía<br />
Y para los hombres la porquería, estamos de acuerdo<br />
Si tuviera algunos años menos, te daría aquí, en media calle<br />
Empezá no más, será la primera vez<br />
No me provoqués<br />
¿Provocarte? Vos pegás porque hace calor o porque llueve. Siempre sin razón.<br />
La bestia...<br />
Vos lo dijiste.<br />
Mejor camino solo<br />
¡Para lo que sirve caminar con vos!<br />
Más tarde recojo mis cosas, ya no aguanto<br />
Después decís que las mujeres no lloran en la calle<br />
Voz 2
Llorar y ese llanto desgarrador que evoca las razones<br />
Voz 3<br />
Para que escribiste y desde donde Carmen<br />
Plantadora de jardines<br />
Admiradora de rosas<br />
Sonrisa al amanecer<br />
Vos la que encontraste el camino del agua<br />
La de la isla lejana<br />
La que fabrico cuentos para sí misma<br />
La niña con fantasías infantiles<br />
Que entretenían la soledad<br />
La que nunca pensó llegar a ser escritora.<br />
Voz 1<br />
He aquí tu voz plena convertida en cuentos y cuentas<br />
Voz 2<br />
El hambre y la pobreza ya no se podían esconder: gente sin casa, sin un centavo<br />
en el bolsillo, acampaba en el parque central, en el parque nacional, en la plaza<br />
de la cultura, en la avenida central y en la avenida segunda, un campamento de<br />
tugurios fue creciendo en la sabana y grupos de precaristas amenazaban con<br />
invadir el teatro nacional, el banco central y toda sede de la banca nacionalizada.<br />
El Seguro Social introdujo raciones de arroz y frijoles en el recetario. Un robo<br />
cada segundo por el mercado, un asalto a las residencias cada media hora. Los<br />
negocios sucios inundaron a la empresa privada y a la pública, la droga se liberó<br />
de controles y pesquisas, el juego de ruletas, naipes y dados se institucionalizó<br />
para lavar dólares y atraer turistas. Lo más curioso es que las únicas rebajas de<br />
precio se dieron en el whisky, el caviar y varios otros artículos de lujo.<br />
El mar de pobreza creciente que se vio en ciudades y aldeas, en carreteras y<br />
sendas, contrastaba con más mercedes benz, beemedobleu, civic y el<br />
abecedario de las marcas en sus despampanantes últimos modelos.<br />
El ministro declaró a la prensa que el país se encontraba al borde de la quiebra:<br />
las compañías aéreas ya no daban pasajes porque se les debía mucho y por lo<br />
tanto era imposible viajar, además la partida de viáticos se agotó, ¿se imaginan lo<br />
que estamos sufriendo los servidores públicos?, aquí encerrados, sin tener<br />
oportunidad de salir por lo menos una vez al mes a las grandes ciudades. Un<br />
presupuesto extraordinario podía ser la solución, pero los impuestos para los<br />
ingresos no se encontraban, a menos que el pueblo fuera comprensivo y aceptara<br />
una idea genial del presidente de ponerle impuesto al aire, un impuesto mínimo,<br />
además el aire era parte del patrimonio gubernamental, por cada respiro diez<br />
colones.<br />
Llegó julio y una tarde un ministro sin cartera y sin paraguas vio llover, vio gente<br />
correr. Si aquí llueve como en Comala, como en Macondo, llueve noche y día,<br />
lluvia tras lluvia como en un cine con la misma cartelera, telones de aguacero y la<br />
pobre gente sin sombrilla, sin cambio de ropas para el empape, con esas casas<br />
tan precarias, sin otros zapatos para el naufragio, los pobres colegas resfriados,<br />
los pobres diputados afónicos, esa tos del presidente que me preocupa tanto,<br />
además de lo que es la catástrofe en sí: lo mismo que los periódicos y las<br />
radioemisoras, un pueblo sin noticias es un pueblo perdido porque ignora que en<br />
otras partes, en casi todas, las cosas están peores. Si se pudiera exportar la<br />
lluvia, pensó el ministro.<br />
Voz 3
A Carmen le asustó el hombre discurso, el hombre político<br />
que sacrifica al hombre vivo por el sistema<br />
Este hombre que mira fijo al horizonte<br />
y el horizonte le enseña una encía vacía<br />
El miedo de no ser lo que otros esperan<br />
sonrisa de falsos momentos<br />
transeúnte perdido en lo profundo<br />
rico personaje de vacíos...<br />
Voz 1<br />
Después de verse en el espejo, llegó a convencerse de que en su<br />
país ella era realmente un producto de exportación. Subió al piso noveno y se<br />
acostó en la cama de $399,99, que tenía colchón de agua para facilitar las<br />
agitaciones sexuales, cobertor y almohada para esconder la caja de maquillaje y<br />
el uniforme de aseadora. No durmió, se hizo la dormida. Eso cambio sus planes,<br />
porque muerta de hambre y de sueño se despertó rodeada de clientes, que<br />
agitaban las destrezas del colchón de agua. Creyó que realmente temblaba y<br />
abrió los ojos con terror.<br />
Miren, dijeron los clientes, es una modelo robot, esas que responden a estímulos.<br />
Entonces tuvo que improvisar reacciones. Si la tocaban suavemente jadeaba,<br />
pero si era violentamente sacudida reaccionaba al con el pánico de lo imprevisto.<br />
De imprevistos estaba hecha. Claro, le daban cólera los comentarios. She is an<br />
ugly model. She looks like a latinamerican chicken. Había algunos más<br />
estimulantes. Dijeron que era oscura pero agraciada. Claro quienes hablaban en<br />
español la encontraron bonita, elegante, jadea muy dulce, que buena idea, ya<br />
estos gringos no saben que inventar. Estuvo en exhibición todo el día, por lo que<br />
no pudo probar bocado y por dos veces hizo pipi que temió corriera hasta notarse<br />
en gotitas que sonaran sobre las alfombras, la acusaran por la humedad, la<br />
delataran por el olor. Se sintió indignada cuando un atrevido alzó el cobertor y le<br />
pellizcó una nalga. Tenía que ser cubano porque dijo vaya chica hasta pelos tiene<br />
y sudor, huele mal, vámonos de aquí, a lo mejor es una paisana muerta de<br />
hambre y nos planta ahora mismo un sablazo.<br />
Le experiencia de ese primer día fue horrible y no era para menos, había hecho<br />
todo lo contrario a lo planeado, levantarse temprano, esconderse en el baño de<br />
los empleados de oficina que entran a la diez y vienen sin apuro de servicios<br />
sanitarios, vestirse con lo escogido, salir, entremezclarse con el público y después<br />
a la calle, si le apetecía y hacia buen tiempo. Si no, pues quedarse adentro que<br />
era un mundo perfecto todo por no dormir en la hora prevista y largarse dentro de<br />
un sueño desvaneciente en la pura madrugada.<br />
Tan pronto cerraron las puertas y apagaron las luces de adentro, de acuerdo con<br />
los indicadores de los ascensores, que marcaban los movimientos de los tres<br />
pinches y perezosos guardias, se desplazo por las escaleras eléctricas ya<br />
deselectrizadas hasta el incinerador para deshacerse de las sábanas, cobertor y<br />
uniformes. Todos bien orinados. Resuelto el asunto decidió comer los caprichos<br />
del día ancas de rana, salmón ahumado, roast beef, almejas gigantes y cheese<br />
cake. Se sintió como en su casa, perfectamente instalada. Hasta goloseó<br />
aceitunas y dátiles secos. Se conmovió de los desperdicios en licores a medio<br />
tomar, licores caros como coñac, armagnac, whisky y quién sabe que más<br />
rarezas, pero se abstuvo por el temor de un día igual al ya vivido. Se conformó<br />
con un vaso de leche, que se dio el lujo de entibiar para que la reconfortara por<br />
dentro y le diera ánimos para seguir el plan.<br />
Con camisa de dormir nueva y veintiocho dólares que encontró en una gaveta de<br />
algún descuidado, bien maquillada, se acostó de nuevo en la cama de U.S.$<br />
399,99, ahora con sábanas de lino y un cobertor, su azul preferido. Tenía por
supuesto lista la mudada del día siguiente, perfectamente completa, con guantes,<br />
sombrero y abrigo, aretes y collar, de lo más selecto en el baño de los ejecutivos.<br />
Así se estableció la rutina de noche en la cama con colchón de agua, en<br />
esplendorosa y excitante camisa de dormir, cada noche nueva y de color distinto,<br />
de día como distinguidísima cliente. Y en cada oportunidad con mas dólares de<br />
esos que se dejan al descuido.<br />
Voz 1<br />
El don nadie de Nueva York no mastica chicle<br />
Ni se mastuba en el subway<br />
Ni asesina en las esquinas<br />
El pobre trepa por los ascensores<br />
Tose inviernos en los conciertos<br />
Compra síntesis de bibliotecas<br />
Procrea en los week ends<br />
Y se lastima en ruidos y velocidades<br />
En la memoria de un computador descompuesto<br />
Voz 3<br />
Dicen que en ese país llovía siempre<br />
Llovían resquebrajamientos de paredes<br />
Que guardan rosas<br />
semillas y estrellas<br />
Voz 1<br />
He aquí tu voz plena, Carmen Naranjo<br />
Plena en poesía traslada al teatro<br />
Cantando a la mujer del libertador<br />
Cantando a Manuela Siempre<br />
Jonotás<br />
Manuela siempre.<br />
Ganaste la batalla presente<br />
Ganaste la batalla ausente<br />
de más y más<br />
y más no es suficiente<br />
ahora bailas con él<br />
Manuela, alma en vela,<br />
alma en boca ajena<br />
ay, Manuela, mujer de Quito,<br />
ciudad convento,<br />
ciudad murmullo<br />
puerta y ventana<br />
ciudad de piedra<br />
pared de piedra<br />
calle de piedra<br />
Manuela,<br />
mujer mirada<br />
mujer balcón<br />
mujer placer y dolor<br />
Ay, Manuela,<br />
alma en pena,<br />
alma en vela,<br />
alma en boca ajena
Manuela<br />
(Se separa del arrullo, se levanta y se confiesa)<br />
Estamos en Lima<br />
con mi orden del sol<br />
grande entre grandes.<br />
He vuelto con mi marido,<br />
mi marido inglés<br />
(Cae el slide del parque interior de una casa limeña)<br />
Jonotás:<br />
Sí has vuelto a tu dolor,<br />
ya el escándalo no se detiene<br />
y Simón te lo ha pedido<br />
Una orden decreto te puso<br />
en marcha, obedeciste de mala gana<br />
De noche por las ventanas<br />
atisbaban tu paso entre guardianes,<br />
al amanecer atisbaban<br />
tu regreso de escándalo y bochorno.<br />
Has vuelto a tejer y bordar<br />
a aguantar esos besos duros<br />
de ese inglés lacónico<br />
y te roban las cartas,<br />
te intefieren mensajes<br />
y aquí también a gritos<br />
te señalan puta<br />
La guerra libertadora sigue<br />
entre batallas, derrotas, victorias<br />
y El Libertador gobierna,<br />
planea, administra,<br />
idealiza y realiza.<br />
No se acuesta solo,<br />
no puede hacerlo,<br />
agitado, sudoroso,<br />
a media noche desvelado<br />
pregunta por ti<br />
con honda nostalgia.<br />
Te añora y sueña,<br />
no lo complacen las otras,<br />
no lo saben complacer,<br />
apenas si le sirven las otras,<br />
no lo saben servir.<br />
Ay Manuela<br />
vela que vela<br />
por una carta, por una seña,<br />
por ese amor arrebatador<br />
y rompes el silencio,<br />
escribes, reclamas,<br />
pides, ruegas,<br />
no aguantas al inglés,<br />
no puedes aguantarlo,<br />
sus manos son pesadas,<br />
te maltratan,<br />
sus palabras te cansan,<br />
aburrida e impaciente,
desesperada y melancólica,<br />
ves su rostro añejo,<br />
su voz como retablo de quejas,<br />
y te metes dentro de ti misma<br />
añorando el reencuentro<br />
de hombre y mujer<br />
en el centro del mundo:<br />
esa intimidad creciente<br />
que derrama lluvia sortilegio<br />
en el universo de dos seres<br />
respirando el mismo aire<br />
el mismo momento<br />
el mismo ritmo<br />
Y al fin te llama,<br />
la nostalgia derribó temores,<br />
el añorarte rompió conveniencias,<br />
el quererte removió políticas,<br />
el desearte destrozó estrategias.<br />
Ay Manuela, alma en vela,<br />
ganaste a la distancia,<br />
ganaste al olvido,<br />
ganaste a los consejeros,<br />
ganaste siempre<br />
Y de nuevo al camino<br />
en Bogotá te espera.<br />
Vas camino a la vida,<br />
vas camino a la muerte.<br />
La gloria se encontró contigo,<br />
se enamoró de tu figura<br />
y te escondió un rato largo<br />
(Cae el slide sobre un palacio Bogoteño)<br />
en la asfixia de la duda.<br />
Cabalga tu ilusión contigo,<br />
anda tu amor alegre<br />
Manuela hecha vela,<br />
en tu equipaje va el beso eterno<br />
y tu apetito de sexo.<br />
Ya entras en Bogotá<br />
Bogotá de catedral,<br />
palacio y abrazo,<br />
Bogotá corazón de paz<br />
con ventanas y miradas,<br />
amigos fieles,<br />
enemigos feroces,<br />
puñales, traiciones,<br />
lisonjas y odios,<br />
tremendos odios mortales<br />
Tú ya le salvaste la vida<br />
con un oído alerta<br />
adivinaste el balcón<br />
Los asesinos encontraron<br />
la cama vacía,<br />
sábanas con olor de yerbabuena,<br />
y a la dueña sonriendo,<br />
ella, la audaz Manuela<br />
con llave en mano,<br />
sin llave en mano,<br />
dueña de todo:
el amor es la única propiedad que vale.<br />
Ahora te abraza,<br />
ahora te besa,<br />
ahora te arrulla,<br />
ahora te mira,<br />
ahora te acaricia,<br />
ahora te toma,<br />
ahora te cuenta,<br />
ahora te ama,<br />
ahora te adora,<br />
adora te acuna,<br />
ahora te llama:<br />
bella y buena Manuela.<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
Naranjo, Carmen. Canción de la ternura. San José, C. R.: Ediciones Élite<br />
de Lilia Ramos, 1964.<br />
______________. Diario de una multitud. San José, C. R.: EDUCA,<br />
1986.<br />
______________. Hacia tu isla. s.r.ed., s. f.<br />
______________. Homenaje a don Nadie. San José, C.R.: Editorial<br />
Costa Rica, 1981.<br />
______________. Idioma del invierno. San José, C. R.: Ediciones<br />
Conciencia Nueva, s. f.<br />
______________. Manuela siempre. Escena (2), 1984.<br />
______________. Memorias de un hombre palabra. San José, C. R.:<br />
Editorial Costa Rica, 1976.<br />
______________. Mi guerrilla. San José, C. R.: EDUCA, 1984.<br />
______________. Misa a oscuras. San José, C. R.: Editorial Costa<br />
Rica, 1967.<br />
______________. Responso por el niño Juan Manuel. San José,<br />
C. R.: EDUCA, 1991.