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Oración del Huerto - Arquidiócesis de San José

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«Este es el ayuno que yo amo»<br />

Iniciamos los últimos días <strong>de</strong> ayuno preparatorios a la Pascua, que<br />

con gozo efusivo iniciaremos el Domingo, recor<strong>de</strong>mos lo que esta<br />

acción <strong>de</strong> fe significa para nosotros.<br />

Escuchemos la voz <strong>de</strong> Dios que nos habla en la boca <strong><strong>de</strong>l</strong> profeta<br />

Isaías 58, 3b-12<br />

Porque uste<strong>de</strong>s, el mismo día en que ayunan, se ocupan <strong>de</strong> negocios<br />

y maltratan a su servidumbre. Ayunan para entregarse a pleitos y<br />

querellas y para golpear perversamente con el puño. No ayunen como<br />

en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas,<br />

¿Es este acaso el ayuno que yo amo, el día en que el hombre se aflige<br />

a sí mismo? Doblar la cabeza como un junco, ten<strong>de</strong>rse sobre el<br />

cilicio y la ceniza: ¿a eso llamas ayuno y día aceptable al Señor?<br />

Este es el ayuno que yo amo –oráculo <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor–: soltar las ca<strong>de</strong>nas<br />

injustas, <strong>de</strong>satar los lazos <strong><strong>de</strong>l</strong> yugo, <strong>de</strong>jar en libertad a los oprimidos<br />

y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar<br />

a los pobres sin techo; cubrir al que veas <strong>de</strong>snudo y no <strong>de</strong>spreocuparte<br />

<strong>de</strong> tu propia carne.<br />

Entonces <strong>de</strong>spuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en<br />

cicatrizar; <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> ti avanzará tu justicia y <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ti irá la gloria<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Señor.<br />

Entonces llamarás, y el Señor respon<strong>de</strong>rá; pedirás auxilio, y él dirá:<br />

«¡Aquí estoy!». Si eliminas <strong>de</strong> ti todos los yugos, el gesto amenazador<br />

y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al<br />

que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad<br />

será como al mediodía, el Señor te guiará incesantemente, te saciará<br />

en los ardores <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sierto y llenará tus huesos <strong>de</strong> vigor; tú serás<br />

como un jardín bien regado, como una vertiente <strong>de</strong> agua, cuyas<br />

aguas nunca se agotan.<br />

Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares,<br />

y te llamarán «Reparador <strong>de</strong> brechas», «Restaurador <strong>de</strong> moradas<br />

en ruinas».<br />

Palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

16 4 5<br />

Cantemos con el salmista<br />

Salmo 21<br />

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?<br />

Al verme, se burlan <strong>de</strong> mí, hacen visajes menean la cabeza:<br />

Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo<br />

quiere.<br />

Me acorrala una jauría <strong>de</strong> mastines, se acerca una banda <strong>de</strong><br />

malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis<br />

huesos.<br />

Se reparten mi ropa echan a suerte mi túnica. Pero tú Señor,<br />

no te que<strong>de</strong>s lejos, fuerza mía, ven corriendo a liberarme.<br />

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio <strong>de</strong> la asamblea<br />

te alabaré. Fieles <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor alabadlo; linaje <strong>de</strong> Jacob glorificadlo;<br />

temedlo, linaje <strong>de</strong> Israel.<br />

Oremos en silencio<br />

Luego <strong>de</strong> unos minutos <strong>de</strong> silencio sagrado <strong>de</strong>cimos todos:<br />

Señor, escucha mi oración;<br />

Tú, que eres fiel, atien<strong>de</strong> a mi súplica;<br />

Tú, que eres justo, escúchame.<br />

«Qué<strong>de</strong>nse aquí, velando conmigo»<br />

Escuchemos las palabras <strong>de</strong> Nuestro Señor Jesús que nos relata el<br />

evangelista Mateo (26, 30-43)<br />

Después <strong><strong>de</strong>l</strong> canto <strong>de</strong> los Salmos, salieron hacia el monte <strong>de</strong> los<br />

Olivos.<br />

Entonces Jesús les dijo: «Esta misma noche, uste<strong>de</strong>s se van a escandalizar<br />

a causa <strong>de</strong> mí. Porque dice la Escritura: Heriré al pastor, y se<br />

dispersarán las ovejas <strong><strong>de</strong>l</strong> rebaño.<br />

Pero <strong>de</strong>spués que yo resucite, iré antes que uste<strong>de</strong>s a Galilea».

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