Libro Digital - Fundación Sathya Sai Baba de Argentina

44 UNA ESPERANZA PARA EL MUNDO
“La adoración de imágenes no debe considerarse como un ejercicio
insignificante; es una buena práctica, porque sobre la base de la imagen se
logra la conciencia más elevada. En una casa hay fotografías de los abuelos
y los bisabuelos; la generación actual no los ha visto, sin embargo ofrecen
guirnaldas a las fotografías y veneran a sus ancestros. ¿Existe vida en las
fotografías? ¿Revelan por sí mismas alguna clase de relación? De ninguna
manera, pero las fotografías se veneran por el sentimiento de que representan
a nuestros antecesores. Si no existiera un sentimiento de amor así, no se
tendrían fotografías en la casa. De la misma manera, es el apego por un
objeto que inspira respeto y veneración. A esto se le llama devoción. Esta
devoción debe mostrarse hacia todos los objetos porque la Divinidad está en
todo, en cada átomo.
Puede ser difícil cultivar aun devoción así, pero una vez que lo racional
de ella sea adecuadamente entendido, la práctica de la devoción puede
ser fácil.” 41 “¿Qué es devoción? No es simplemente ofrecer diferentes tipos
de adoración o ir en peregrinaciones. Sólo el verdadero y puro amor constituyen
la verdadera devoción. La devoción genuina es el amor que fluye de
un corazón puro, no contaminado por motivos egoístas. El amor es un nexo
íntimo de la relación entre el devoto y el Señor” 42
“La devoción no consiste en vestir las ropas color ocre de renunciante,
en llevar a cabo festividades religiosas, realizar ritos de sacrificio, raparse o
enmarañarse el cabello, llevar un cuenco de limosnas o un cayado, etc.
Un corazón puro, la contemplación ininterrumpida de Dios,
el sentimiento de que todo es creación de Dios y por lo tanto,
el Uno, el desapegarse de los objetos, de los sentidos, abarcar a
todos en un amor igual, hablar con la verdad… éstas son
realmente las características de la devoción”.
“La devoción no es algo que el hombre pueda adquirir por sí mismo.
Es en realidad el principio inherente que le da vida al hombre, y se manifiesta
en forma de amor. Este amor es el supremo tesoro del hombre. Es el tesoro
que permite al hombre vivir en este mundo, pero pocas personas reconocen
esta verdad.
La verdadera señal de la devoción es el amor puro a Dios. Sin este
amor puro los cantos, la adoración y similares son ejercicios artificiales que
no tienen valor. Pueden parecer actos devocionales pero no contienen la