GPU 2008-3.indb - Gaceta de Psiquiatría Universitaria
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–¿Cómo es eso?<br />
–La señorita <strong>de</strong> Lumaco nos dio una<br />
casa porque mi hija iba a tener un hijo y<br />
no tenía dón<strong>de</strong> vivir. Entonces llegó un día<br />
y sin pedirle permiso a la tierra ni a los árboles<br />
que estaban allí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho antes,<br />
la pusimos en esa la<strong>de</strong>ra. Dese ese día no<br />
pu<strong>de</strong> dormir y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese día mi marido me<br />
gritaba más seguido y hasta el fuego se me<br />
apagaba sin razón. Mi hija ya tuvo el niño<br />
y nació muerto, gran<strong>de</strong> y muerto. La gente<br />
<strong>de</strong> mi familia empezó a asustarse y no nos<br />
invitaron al bautizo <strong>de</strong> un sobrino. Nos fueron<br />
<strong>de</strong>jando aparte porque según ellos no<br />
habíamos respetado el admapu. A la tierra<br />
hay que pedirle permiso cuando se la va a<br />
usar. El admapu tiene sus castigos si no se<br />
lo respeta. Las visiones son parte <strong>de</strong>l castigo.<br />
El admapu quiso que viera las peores<br />
premoniciones.<br />
–¿Y qué vio que no le gustó?<br />
–Vi mujeres muy gordas que no podían<br />
caminar, sentadas como en hileras mirando<br />
hacia el este, esperando a diario la salida<br />
<strong>de</strong>l sol. Eran mujeres <strong>de</strong>splantadas, según<br />
la antigua costumbre <strong>de</strong> cortar las plantas<br />
<strong>de</strong> los pies para que no escaparan los huincas<br />
que servían para algo a una familia. Estaban<br />
todas sentadas en sus telares tejiendo<br />
ponchos, muchos ponchos en serie. Las<br />
llamaban las hijas <strong>de</strong>l sol y eran escogidas<br />
<strong>de</strong> entre las más rápidas para producir. A su<br />
muerte eran reemplazadas por una joven y<br />
la dada <strong>de</strong> alta venerada como pillán benefactor.<br />
Me veía como la celadora, la mujer<br />
que con plantas en sus pies, recorría la orilla<br />
<strong>de</strong> la hilera, por <strong>de</strong>lante y por <strong>de</strong>trás. Les<br />
daba agua, leche y tortillas, era importante<br />
que fueran gordas, eso las <strong>de</strong>jaba fijas y<br />
producía el recambio rápido.<br />
–¿Había algo más?<br />
–Sí, había hombres luchando, hacia<br />
el oeste. La lucha era hasta la muerte y<br />
la muerte era a trozos. El encuentro tenía<br />
una única regla: “vencer o morir”. Cada uno<br />
blandía un cuchillo <strong>de</strong> piedra afilado por el<br />
mismo. La i<strong>de</strong>a era cortar los cuerpos como<br />
se hacía antes para castigar a nuestro pueblo,<br />
pero ahora era entre nosotros y con la<br />
270 | PSIqUIATRíA UNIVERSITARIA<br />
ley <strong>de</strong> “cura” (piedra). Los jóvenes iban trozando<br />
a su adversario. Caían <strong>de</strong>dos, trozos<br />
<strong>de</strong> orejas, pies completos, jirones <strong>de</strong> piel,<br />
pelo. Mezclaban sus sangres en la lucha. No<br />
se escuchaba grito, como es la costumbre.<br />
De repente uno caía.<br />
Manuel se atreve a <strong>de</strong>cir.<br />
–Los hombres mueren en lo activo y las<br />
mujeres en lo pasivo.<br />
La mujer callada acepta las palabras<br />
como si no la tocaran.<br />
–¿Y qué hace que nos haya venido a<br />
ver?<br />
-Cuando volví más contenta a mi ruka<br />
mi hija me esperaba con malos agüeros,<br />
un vecino <strong>de</strong>cía que los animales nuestros,<br />
con nuestros nombres y marcas, le pertenecían<br />
a él. Según se había enterado sus<br />
machos habían preñado las hembras <strong>de</strong><br />
nosotros y que por lo tanto la mitad era <strong>de</strong><br />
él. Mi hija, más enterada, fue a la escuela,<br />
le dijo que las leyes <strong>de</strong>cían otra cosa, que<br />
el dueño era el dueño <strong>de</strong>l cuidado, el que<br />
le había dado pastura. Pero el hombre insistió<br />
y dijo que esas leyes no eran sus leyes<br />
y que tomaría lo propio. De noche se llevó<br />
la mitad <strong>de</strong> todo lo nuestro. Mi marido fue<br />
a hacer justicia por las <strong>de</strong> él y el vecino, que<br />
tiene siete mocetones, lo atacó en <strong>de</strong>fesa y<br />
se fue cortado ahí mismo. Ahora soy viuda<br />
hace seis meses. Como mi marido estaba<br />
enojado no pue<strong>de</strong> irse en paz a su camino<br />
al más allá y viene a cada rato a pedirme<br />
venganza, Eres tú quien tiene que vengarme<br />
y yo no puedo: algo no me <strong>de</strong>ja tener<br />
ese sentimiento y lo que tengo es cansancio,<br />
sólo quiero acostarme <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las<br />
mantas y <strong>de</strong>saparecer. Del consultorio me<br />
mandaron al hospital. Allá me dieron unos<br />
remedios, pero como no ha pasado nada, la<br />
doctora <strong>de</strong>cidió que me vieran en Santiago<br />
a ver si me sanan. Vine con mi hija a la casa<br />
<strong>de</strong> una pariente que trabaja por acá.<br />
Fluyama toma la entrevista.<br />
–Fresia ha sido traída para liberarla <strong>de</strong>l<br />
castigo admapu, hay algunos remedios que<br />
la pue<strong>de</strong>n ayudar, pero necesitamos conocer<br />
a sus parientes para que todos la asistan.<br />
El wekufe que tiene es fuerte y po<strong>de</strong>ro-<br />
so y habrá que matarlo con estos venenos<br />
que le vamos a dar. Pue<strong>de</strong> que las pastillas<br />
la hagan sentir mal unos días, pero es sólo<br />
la lucha que hará su cuerpo con el espíritu<br />
maligno. El espíritu la tiene en <strong>de</strong>sequilibrio<br />
y esperamos que en unos cuantos días<br />
usted lo venza y vuelva el equilibrio.<br />
La mujer mira a Fluyama sin pestañar<br />
y sin asentir. Parece esperar instrucciones.<br />
Fluyama no sabe si lo que ha dicho ha “entrado”<br />
hasta que ella agrega:<br />
–Tú te pareces a mi tío Witrunko (agua<br />
que fluye) él es muerto pero es muy conocido<br />
como un pillán benefactor. Él pone las<br />
cosas en su lugar, el lugar por don<strong>de</strong> el aire,<br />
el agua y la luz pue<strong>de</strong>n fluir. El lugar don<strong>de</strong><br />
la energía, la libertad, la belleza y la armonía<br />
son una y la misma cosa. Tus palabras<br />
suenan como el canto <strong>de</strong> Witrunko.<br />
La paciente entonces se paró <strong>de</strong> la silla,<br />
pidió la receta, agra<strong>de</strong>ció y se fue.<br />
Cuando Fluyama recuerda lo anterior,<br />
pue<strong>de</strong> relacionar sueño, recuerdo y tarea.<br />
Sigue lloviendo sobre Santiago y Fluyama,<br />
como si viera llover por primera vez, fija sus<br />
ojos en el agua que fluye, abre sus oídos<br />
al compás <strong>de</strong>l cielo, <strong>de</strong>ja que el frío entre<br />
por su piel y por un segundo se reconoce<br />
agua y ritmo. Y por un segundo entien<strong>de</strong><br />
el esfuerzo <strong>de</strong> su cuerpo por sostener una<br />
temperatura que le permita mantener la<br />
acción incesante <strong>de</strong> la autopoiesis <strong>de</strong> estos<br />
seres vivos que somos.<br />
El futuro programa para psiquiatras, la<br />
tarea <strong>de</strong> esa tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>bería incluir cultura indígena<br />
chilena, no porque lleguen muchas<br />
Fresias a Santiago sino porque hay algo <strong>de</strong><br />
esto palpitando, hoy, en nosotros. Más allá<br />
<strong>de</strong>l confín <strong>de</strong> cada uno está la venganza,<br />
el cuerpo hecho trizas en la competencia,<br />
la pasividad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia; la culpa<br />
cuando se trasgre<strong>de</strong> la norma social; los<br />
antepasados que se veneran y los que molestan<br />
con su historia. Están el agua, el sol y<br />
el fuego, el aire y la tierra como elementos<br />
esenciales para enten<strong>de</strong>r la unidad <strong>de</strong> la<br />
vida. Definitivamente nada <strong>de</strong> esto pue<strong>de</strong><br />
quedar fuera a la hora <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r.<br />
Sí, Witranko es también él.