convocatoria diciembre 2.009 - Void-7.com
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ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
CHINESENESS<br />
(no grass is greener than yours)<br />
DE CÓMO LENGUA Y COCINA CONSTRUYERON LA ÜBERSTADT QUE TRASCENDIÓ<br />
BLADE RUNNER<br />
Diploma de Estudios Avanzados<br />
<strong>convocatoria</strong> <strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
ÁLVARO GUINEA MARTÍN
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“Aquí todo es negociable. En cualquier momento”<br />
Pedro Pablo Arroyo Alba<br />
doctor arquitecto, residente en Shanghai desde 2.005<br />
CA-GROUP Architecture Design, Publishing, Bookshop, Culture<br />
China (Headquarters), Spain , Japan<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
CHINESENESS<br />
(no grass is greener than yours)<br />
DE CÓMO LENGUA Y COCINA CONSTRUYERON LA ÜBERSTADT QUE TRASCENDIÓ<br />
BLADE RUNNER<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“(…) lo que sin cesar me horroriza es el pensamiento disyuntivo, reductor, unidimensional, mutilante. Cada vez que<br />
estudio un fenómeno social, siento su complejidad y trato de traducirla. (…) Trato de expresar las mil dimensiones<br />
del fenómeno, de unir el análisis que lo descompone a la estructuración que lo sintetiza, de indicar los vínculos e<br />
interacciones con los demás fenómenos, de plantear sus ambivalencias, sus múltiples sentidos; quiero darle<br />
transparencia, detectando al mismo tiempo la zona de sombra, el núcleo oscuro. Necesariamente tengo que<br />
expresar en frases sucesivas la simultaneidad, en frases separadas las interacciones, plantear en el mismo<br />
movimiento de escritura los antagonismos, etc.”<br />
“Y el problema de complejidad que tuve que afrontar con gran dificultad fue, a la vez: el carácter multidimensional<br />
del fenómeno; las innumerables interretroacciones que tejen la realidad antroposocial; la necesidad de historiar, es<br />
decir, de concebir en el tiempo todos los elementos de análisis; la necesidad de reconocer y tratar la diversidad y la<br />
singularidad (…)”<br />
Edgar Morin, “CIENCIA CON CONSCIENCIA”, prefacio, pg 18, editorial Anthropos, colección Pensamiento<br />
Crítico/Pensamiento Utópico, ISBN: 84-85887-34-4, 1984.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
ÍNDICE<br />
PRÓLOGO<br />
sobre las voces extranjeras y las coherencias translingüísticas 05<br />
ACTO I:<br />
IDENTIDAD, AUTENTICIDAD Y AUTOCONCIENCIA<br />
la construcción de la ‘chinicidad’ 09<br />
BUSCANDO LA IDENTIDAD PERDIDA<br />
EEUU, Madrid, China…<br />
El país gradiente… 10<br />
…la ciudad centrípeta… 12<br />
…y el dragón adormecido en el diván del psicoanalista 14<br />
ACTO II:<br />
LOS TRES ACTORES<br />
Componentes principales de la ‘chinicidad’ 18<br />
LENGUA<br />
la otra jungla, el otro muro 19<br />
COCINA<br />
sobre los ritmos subyacentes y su aestructuración fluída 22<br />
CIUDAD<br />
sobre el suceso urbano y su falta de urbanidad 26<br />
la toma de conciencia 29<br />
historias tras la teoría 32<br />
ACTO III:<br />
LOS 7 PRINCIPIOS<br />
Diálogos cruzados entre cocina, lengua y ciudad 36<br />
EPÍLOGO<br />
reflexiones desde el filo de la maleta 62<br />
BIBLIOGRAFÍA 65<br />
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PRÓLOGO<br />
sobre las voces extranjeras y las coherencias translingüísticas<br />
“A pesar de estos antecedentes, la modernización no sucede como un proceso predeterminado con un conjunto de<br />
características dadas sino que es, por el contrario, un proceso que se va definiendo a sí mismo y que difiere<br />
enormemente en muchos aspectos de lo que se considera como modelo estándar, según el cual la industrialización,<br />
que se lleva a cabo para dar respuesta a las necesidades y a las aspiraciones de una sociedad, va acompañada de<br />
una diversificación de los oficios y de la división del trabajo.”<br />
Peter G. Rowe, “La Modernización de China”, AV Monografías 109-110, China Boom, Growth Unlimited,<br />
ISSN: 0213-487X, 2.004<br />
Un hispanoparlante utilizando un anglicismo para sustantivar ‘lo chino’ puede resultar irónicamente<br />
pertinente, especialmente si tenemos en cuenta que no deja de ser una transversalización que atañe a<br />
tres de los idiomas más utilizados del planeta. Uno de cada cuatro habitantes del globo habla mandarín.<br />
Uno de los tres restantes, o habla español o habla inglés.<br />
Más allá de estos juegos concepto-florales, el sufijo inglés –ness es un buen reflejo de la efectiva<br />
sencillez del idioma de Shakespeare. Mediante su uso exclusivo (al contrario que en el español, que se<br />
puede realizar de distintas maneras dependiendo del caso) cualquier adjetivo puede transformarse en<br />
sustantivo, más o menos elegante pero siempre entendible. Es una herramienta lingüística efectiva y<br />
coherente con el proceso de conformación de identidad que ha vivido China durante la última década del<br />
siglo XX y la primera del siglo XXI. Sencillez, efectividad y agilidad, en grado extremo (y por medio de<br />
diversas herramientas), es lo que ha requerido China para ser lo que es. Y para ser lo que va a ser; una<br />
potencia de primer nivel absolutamente distinta, ajena y diferenciada a lo que nadie ha conocido o cree<br />
conocer. Es por eso que únicamente cabe signar ese estado de la cuestión con un adjetivo devenido en<br />
sustantivo. De la manera más sencilla. De la manera más efectiva.<br />
Existe un refrán anglosajón, para cerrar estas reflexiones previas, que reza ‘the grass is always greener<br />
on the other side of the fence’ 1 2 . Este refrán viene a plasmar de forma ciertamente certera parte del<br />
pensamiento occidental que nos condena por defecto en muchas negociaciones. Somos, más que<br />
inconformistas, disconformes. Cualquier opción tiende a parecernos mejor que aquella en la que estamos<br />
posicionados. En la mentalidad tradicional hispano-latina, este punto se agrava notablemente, y ha sido<br />
objeto, precisamente, de intensas campañas orquestadas desde distintas áreas de cultura y gobierno,<br />
durante muchos años, para poner en valor ‘nuestro’ césped.<br />
1 Si bien el proverbio americano es de uso habitual con registros escritos desde 1.957, emparenta en su<br />
significado primario con el ‘Fertilior seges est alieno semper in arvo’ de Erasmo de Rotterdam, datando<br />
sus primeros usos del siglo XV.<br />
2 Irónicamente, la realidad no dista mucho del proverbio. Así lo demuestra James Pomerantz en un<br />
estudio perceptivo de 1983, argumentando como las leyes de la óptica y la percepción provocan que se<br />
perciba `más verde’ las hojas distantes (y en disposición angular más favorable, es decir, ofreciendo al<br />
ojo más superficie de la hoja) que las que percibimos a nuestro alrededor (más cercanas a la<br />
perpendicularidad y, por lo tanto, ofreciendo al ojo menor superficie de la hoja)<br />
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En el polo opuesto de la autoconciencia se encuentra una de las primeras claves para comprender la<br />
nueva mentalidad China, hibridada de sus ancestrales tradiciones (China quiere decir, literalmente,<br />
Imperio del Centro –una manera de decir, en la antigüedad, el ‘centro del mundo’-) y de la progresiva<br />
toma de conciencia sobre su importancia y lugar en el mundo contemporáneo (como colectivo, como<br />
economía en auge, como objeto de todas las miradas). China se sabe importante. Sabe perfectamente<br />
cuanto se la desea. Y es precisamente por esto, por su estado de consciencia frente a nuestra patente<br />
inconsciencia sobre ella, por lo que entendemos necesario el efectuar ciertas reflexiones y<br />
entendimientos sobre su mentalidad. Qué es, en traducción directa, esa ‘chinicidad’ cuya construcción<br />
está en auge.<br />
Hablaremos de ‘chinicidad’ como concepto general, con conocimiento profundo de la amplísima variedad<br />
étnica, cultural, incluso idiomática existente dentro de China... y empezando a ser conscientes de que esa<br />
vastísima variedad, reunida en un mismo territorio con un mismo horario y una lengua vehicular común (el<br />
mandarín) es, sin duda, la base de la ‘chinicidad’.<br />
Perfil fronterizo de China y el yuan, su moneda (1).<br />
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‘Chinicidad’ es multiplicidad: Como plasman Garayzábal y Jianfeng en su artículo para la Revista de<br />
Investigación Linguística 3 “Los lingüistas chinos reconocen que existen más diferencias entre los dialectos<br />
chinos que entre lenguas como el alemán y el finlandés”. Pero todas esas lenguas acaban teniendo una<br />
misma espina dorsal, constituida sobre su carácter iconográfico, pictográfico, simbólico… Una abstracción<br />
compleja y profundamente misteriosa que, por pura necesidad, acaba generando unas mecánicas de<br />
pensamiento muy propias, muy difíciles de separar de ese mismo lenguaje.<br />
Entre la comida cantonesa y la del Yunnan existen incontables diferencias, siendo ambas exquisitas y<br />
habiendo como hay, múltiples variedades y regiones diferenciadas claramente en lo gastronómico. Pero<br />
tanto las unas como las otras se ven atravesadas por el formato social que las construye como<br />
herramienta diaria. Cómo comen. Como liturgia desplegada, como política de la satisfacción, como<br />
manera de entender una estética y una ética.<br />
Vista del Bund en los años 20, Shanghai. (5)<br />
El gobierno chino contabiliza 56 4 grupos étnicos claramente diferenciados, superando el más minoritario<br />
de todos el millón de individuos… en un país dónde los mecanismos de registro de la población,<br />
especialmente en zonas agrarias o muy distantes a los núcleos de poder, son escasamente fiables…<br />
3 Elena Garayzábal y Zhang Jianfeng, “China y España, lengua y dialecto: mismos términos, significados<br />
diferentes.”, Revista de Investigación Lingüística, Vol. 9 pp 233‐249.<br />
4 Statement by H.E Mr. Zhang Yesui, Ambassador and Permanent Representative of the People’s Republic<br />
of China to the United Nations, at the Plenary Meeting of the 63rd Session of the United Nations General<br />
Assembly under Agenda Item “Cultural Peace”, 13 de noviembre de 2.008, New York.<br />
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En esta clave de la continuidad de lo discontinuo, Shanghai siempre fue la cabeza de lanza de este<br />
estado vital. El paradigma de la ciudad global cosmopolita, donde las nacionalidades más influyentes del<br />
globo coexistían sobre una base china, desterritorializando y reterritorializando una manera de ser, de<br />
entender, de comunicarse, de pensar, de cocinar y, finalmente, de reinventar cómo construir la überstadt<br />
(ultraciudad) en permanente estado de extranjería.<br />
Estos aspectos, y muchos otros, nos hablan de una tremenda variedad interna, una inagotable fuente de<br />
profundo matiz y diferenciación (siendo a la vez fuente potencial de tensiones nacionalistas futuras) que<br />
ayuda a entender el constante mensaje gubernamental interno de ‘juntos podemos’. ¿Tiene sentido<br />
entonces, ante semejante variedad, hablar de ‘chinicidad’? Como decía Jose Antonio Marina 5 ‘Para<br />
evaluar la inteligencia de un comportamiento, tenemos que justificar previamente la jerarquía de marcos<br />
que establecemos, y evaluar desde el superior’ o lo que es lo mismo;, teniendo en cuenta el notable,<br />
profundo y testarudo desconocimiento occidental del marco mayor ‘China’, resultaría poco efectivo entrar<br />
en distinguir diferencias intragrupales (o intramarco, siguiendo la argumentación de J. A. Marina), por<br />
notables que resulten, hasta que sus consistencias, coherencias y continuidades comunes sean<br />
conocidas y dominadas.<br />
Transitaremos las líneas maestras que atraviesan la cultura china desde sus fundamentos lógicos (la<br />
lengua) hasta su relación diaria con esa actividad individual devenida en encuentro social llamada ‘comer’<br />
(la cocina china), con el objetivo de poder contextualizar, al menos en lo sustantivo, los procesos y las<br />
afecciones que han regulado, regulan y regularán las fuerzas vivas que construyen y solidifican el<br />
cambiante contexto físico (de la ciudad al ‘megapueblo’, y de ahí a la überstadt) dónde día a día crece la<br />
nueva identidad china.<br />
Shanghai, vista desde Puxi hacia Pudong. (4)<br />
5<br />
Antonio Marina, “La Inteligencia Fracasada; Teoría y práctica de la estupidez”, Anagrama, ISBN: 84‐<br />
339‐6217‐5, Barcelona, 2.005.<br />
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ACTO I<br />
IDENTIDAD, AUTENTICIDAD Y<br />
AUTOCONCIENCIA<br />
(la construcción de la ‘chinicidad’)<br />
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BUSCANDO LA IDENTIDAD PERDIDA<br />
EEUU, Madrid, China…<br />
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“Según Lionel Trilling, un gran estudioso del tema, la autenticidad tiene que ver con la idea de control absoluto, de<br />
maestría: algo es auténtico cuando manifiesta su propia definición. Trilling hace también hincapié en la idea del<br />
leitmotif, definido sucintamente como el tema asociado a una persona en particular o, lo que para Trilling es más<br />
importante, como un conjunto autodefinido de ideas culturales. Por lo tanto, no son las pinceladas de Caravaggio,<br />
sino los temas que aparecen en sus cuadros y su tratamiento característico de la luz, la sombra y el color –ejemplos<br />
definitorios del claroscuro- así como su utilización de lugares comunes y de modelos no idealizados, lo que dota de<br />
autenticidad a su pintura.”<br />
Peter G. Rowe, “La Modernización de China”, Peter G. Rowe, AV Monografías 109-110, China Boom, Growth<br />
Unlimited, ISSN: 0213-487X, 2.004<br />
El país gradiente…<br />
Decía un tal Andrew Warhola que la única manera de entender los Estados Unidos de América era<br />
viajando en coche de Nueva York a Los Ángeles 6 . El viaje iniciático por excelencia 7 . La huída al Oeste. Y<br />
es que hay identidades que se construyen según se van buscando, sin que uno repare en ellas hasta<br />
que, un buen día, te definen a tu espalda. Y mientras huyes hacia delante, copias lo que dejas atrás, no<br />
como objetivo de llegada, si no como herramienta de construcción del presente mientras persigues el<br />
futuro. Y en ese proceso, absolutamente auténtico, absolutamente genuino (aunque utilice la copia como<br />
vehículo de subsistencia), se construye una identidad propia. La identidad en fuga.<br />
Así se construyó EEUU, en una enloquecida huída hacia delante, hacia el Oeste, dejando atrás el<br />
Imperio, la Colonia, la aburguesada Inglaterra. En la costa Este, con la impronta europea y su influencia<br />
aún fuerte, el presente se construyó a base de imitar los estilos aprendidos en origen, los trazados<br />
europeos, el gusto añejo y decadente de la vieja y anquilosada Europa... pero según la masa se<br />
desplazaba hacia el salvaje Oeste, hacia lo desconocido, hacia el grito de la naturaleza y las puestas de<br />
sol incendiarias, ganando velocidad a cada paso, la representatividad constructiva y tectónica europea se<br />
fue quedando por el camino… Las maneras del pionero se fueron desnudando, despojándose poco a<br />
poco de la carga inservible de todo el atrezzo ‘formalista’ europeo…. para poder ser rápidos, para poder<br />
ser eficaces, para poder construir y seguir en marcha, ganar terreno, avanzar… y así se autodefinieron<br />
muchas de las costumbres constructivas y urbanísticas que aún hoy en día perviven como primera<br />
herramienta de diseño y que, por ejemplo, provocan el desconcierto de la mente europea en ciudades<br />
americanas que representan ese paradigma (como por ejemplo, Los Ángeles). Así se entiende la vuelta a<br />
la ciudad en retícula de los romanos (una manera absolutamente rápida y operativa de organizar el<br />
6<br />
Estrella de Diego, “Tristísimo Warhol: Cadillacs, piscinas y otros síndromes modernos.”, Ed. Siruela,<br />
ISBN 9788478444694, Madrid 1.999.<br />
7<br />
Como poso cultural a pie de calle de esta idea, cabe recordar la ya legendaria columna de Mary<br />
Schmich “Advice, like youth, probably just wasted on the young” en la que, entre otros consejos vitales a<br />
los recién graduados, daba el de “Live in New York City once, but leave before it makes you hard. Live in<br />
Northern California once, but leave before it makes you soft. Travel.”, 1 de junio de 1.997, Chicago<br />
Tribune(http://www.chicagotribune.com/news/columnists/chi‐schmich‐sunscreen‐<br />
column,0,4054576.column).<br />
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territorio, le pese al relieve al que le pese), así se entiende lo liviano de muchas de sus tradiciones<br />
constructivas en madera, pese a lo cíclico de ciertas irrupciones catastróficas de los elementos<br />
atmosféricos, así se entiende la despreocupación por la consolidación (en términos estrictamente<br />
urbanísticos) de las vías principales y tantos y tantos aspectos fundamentales de la ciudad netamente<br />
americana.<br />
Venice Beach, California, USA 8 . (4)<br />
El viejo Andy era consciente de que Nueva York era, es, será una parte más de la vieja Europa. Algo<br />
distante, pero sí, una parte más. Warhola era consciente de que lo que esperaba en Los Ángeles era, en<br />
formato descarnado, crudo y desnudo, el espíritu restante del pionero que, liberado de los códigos<br />
urbanos europeos, construyó la ciudad de El Nuevo Mundo (como oposición literal a El Viejo Continente,<br />
en lo formal y en lo conceptual). Y, consecuentemente, la identidad de la nación entera es, ni más ni<br />
menos, que el tránsito entre ambos puntos. Eso es EEUU. El país gradiente que encontró su identidad en<br />
la huida del pasado.<br />
8 En 1.890, en una zona de marismas al oeste de Los Ángeles, Abbot Kinney comienza el proyecto y la<br />
construcción del que probablemente sea el origen de los ‘resorts’ actuales, con vinculaciones<br />
renacentistas, a imagen y semejanza de la ciudad italiana de Venecia (incluyendo góndolas, remeros y<br />
demás condimentos ‘ambientales’). Tras múltiples visicitudes, en 1.905 tiene lugar la celebración de<br />
apertura general de ‘Venice Beach’, espacio fundamental en el paisaje social de Los Ángeles a finales de<br />
los 70, durante los 80 y a inicios de los 90, y pieza fundamental para el entendimiento del proceso de<br />
copia, asimilación y regeneración que ayudó a la construcción de un país y su identidad. Comenzó como<br />
espacio de recreo comercial tematizado, como una versión ‘pacífica’ del Coney Island en New York… y el<br />
sistema, poco a poco, lentamente, fue integrándola en una realidad inmobiliaria notablemente más<br />
sustanciosa (en términos de profit) y urbana (en términos globales), convirtiendo espacios públicos en<br />
parcelas privadas y transformando esos canales evocadores de una cultura lejana en calles de conexión<br />
y, los menos, al sur de Venice Boulevard como ‘románticas’ y privadas comunicaciones locales entre<br />
lotes internos.<br />
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…la ciudad centrípeta…<br />
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“Besides, each accumulated layer is animated from within by self-organizing processes, and the forces and<br />
constraints behind this spontaneous generation of order are common to all three (geological, biological and<br />
linguistic).”<br />
Manuel de Landa, “A Thousand Years of Non-Linear History”, pg 21, Serwe Editions, New York, 2.000.<br />
Tener una identidad anexacta 9 no es lo mismo que tener una identidad inexistente. Madrid es esa especie<br />
de fluir pseudo-urbano (sin saber muy bien si se trata de ciudad pequeña o de pueblo grande) que se<br />
construye desde una identidad medieval local mínima (la pequeña villa, a mitad de camino de ‘nada’, en<br />
el centro geográfico de ‘todo’, orbitando a la capital del Estado; la entonces imperial Toledo) hasta la<br />
pretendida representatividad del conjunto del, probablemente, Estado más plurinacional que se recuerde<br />
en Europa, y que a base de recibir foráneos desde todos los puntos cardinales de la península, se<br />
inquiere constantemente acerca de la incierta naturaleza de su identidad.<br />
Este despiste existencial es, en sí mismo, constituyente de un principio de autenticidad, de originalidad, el<br />
leitmotiv del que hablaba Lionel Trilling, tan elegantemente citado por Peter G. Rowe. A lo largo de su<br />
crecimiento, la identidad de Madrid se ha constituido como la identidad aidentitaria, posibilitando una<br />
razonable inserción en si misma de cualquier identidad exógena y facilitando de este modo la tendencia<br />
hacia el centro, la recepción (física y conceptual) de las identidades periféricas que pueblan el resto del<br />
Estado. Este hecho, como todo en la vida, genera sus reacciones (en este caso de autoafirmación de las<br />
identidades periféricas), pero este hecho no es relevante a la hora de entender el carácter centrípeto de<br />
esta otra identidad encontrada por el camino.<br />
Las cuatro torres de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, finalizadas en <strong>2.009</strong>. (4)<br />
9 Entendiendo lo ‘anexacto’ tal y como plantea Edmund Husserl en su "Die Frage nach dem Ursprung der<br />
Geometrie als intentional‐historisches Problem. [La cuestión del origen de la geometría considerado<br />
como problema de historia deliberada.] Revue internationale de philosophie. Bruxelles. 1. (1939): 203‐<br />
225, para alimentar las posteriores reflexiones de Jacques Derrida, Gilles Deleuze y Félix Guattari<br />
respecto a lo exacto, lo inexacto y lo anexacto y que, posteriormente, retoma Greg Lynn en ‘Probable<br />
Geometries: the architecture of writing in bodies’, “Folds, Bodies & Blobs and Collected Essays”, ed.<br />
Books by Architects, La Lettre Volée, ISBN 2‐87317‐068‐9, 1.998.<br />
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Madrid despliega su identidad desde lo anexacto, recepcionando variedades y convirtiendo esa mezcla,<br />
ese cajón desastre de procedencias y culturas, en bandera y proclama de su calidad como receptáculo<br />
del foráneo, explotando de manera tácita el valor político de lo ‘no claramente definido’ como potencial,<br />
como espacio abierto de todo lo que puede ser y estar, ‘porque aquí todo y todos tienen cabida’, como se<br />
hizo hincapié en los discursos de apoyo a la frustrada candidatura olímpica de Madrid 2016 por parte de<br />
diversos agentes políticos.<br />
La pradera de San Isidro, Francisco de Goya y Lucientes, 1.788, 44x94 cms, Museo del Prado 10 . (6)<br />
Este carácter de la ciudad como soporte, como receptáculo de identidades (que acaban generando la<br />
anexacta identidad común) tiene mucho que ver, curiosamente, con el propio proceso de construcción<br />
del contexto físico: la hipertrofia del sistema de infraestructuras públicas, obteniendo como resultado final<br />
el modelo físico y conceptual de la ciudad/infraestructura. La ciudad como vehículo de mercancías,<br />
personas e identidades, como soporte puro y duro. Y esta, igualmente, es una identidad encontrada en el<br />
camino, sin más búsqueda en la tradición que la que la ciudad misma acaba generando. Una identidad<br />
relacionada con lo centrípeto de su vivencia, de sus rituales y su contexto.<br />
10 Goya realiza en este boceto para cartón de tapiz, una interesante reflexión sobre el proceso de mezcla<br />
de clases que tenía lugar en la pradera de San Isidro, en el margen occidental del río Manzanares, el día<br />
de la Romería, donde majos, feriantes, vendedores y todo tipo de paseantes y vehículos (desde cabriolés<br />
y calesas hasta berlinas, carrozas y tartanas ‐para el desplazamiento de las gentes más humildes‐) se<br />
congregaban en una relación claramente centrípeta. Dos siglos y medio más tarde la realidad cultural e<br />
identitaria de Madrid no dista excesivamente de este modelo, dónde inmigrantes de toda la península<br />
llegaron durante las últimas décadas del siglo XX para hacer vida y fortuna, y a los que en los primera<br />
década del siglo XXI se superponen los inmigrantes latinoamericanos, norteafricanos y del este de<br />
Europa que llegan, legal o ilegalmente, para igualmente hacer vida y ‘fortuna’ y que hacen de Madrid<br />
una de las ciudades del mundo con mayor tasa de inmigración (cerca del 18% según el Informe de<br />
Población Extranjera Empadronada en la Comunidad de Madrid a junio de 2009, de la Conserjería de<br />
Inmigración y Cooperación de la Comunidad de Madrid). Curiosamente, China se sitúa como el 5º país<br />
en cuanto a la cuantía de sus expatriados en Madrid, según la misma fuente.<br />
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…y el Dragón adormecido en el diván del psicoanalista.<br />
“Ricoeur (Paul), in a television interview with Jonathon Ree in 2.004, suggested that our sense of identity relies on<br />
the capacity to tell stories about ourselves which are ‘intelligible, bearable and acceptable’ to ourselves, and<br />
presumably that we think will be acceptable to others as well. We need to understand stories we tell because, in the<br />
sense that Ricoeur suggests, we may become the stories we tell.”<br />
Christina Schwabenland, ‘Stories, mythmaking and the consolation of success’, “Discourse, Resistance and Identity<br />
Formation”, pg 61, Trentham Books Ltd, ISBN 978-1-85856-386-2, London 2.006.<br />
El caso de China es, por comparación a los dos anteriores, semejante y distinto. Semejante porque posee<br />
puntos de definición claros (su identidad original -la tradicional-, las marcas de carácter de 60 años de<br />
comunismo y los descubrimientos tardíos del hiperdesarrollismo industrial de los últimos 20 años). Distinto<br />
porque la construcción de su identidad no se escenifica sobre el trayecto entre esos puntos, sino como<br />
resultado final de la mezcla súbita de ambos en el extremo presente del tiempo. Más que trayecto, en su<br />
sentido de viaje, de recorrido, en el caso de China deberíamos hablar de teleportación.<br />
Con las primeras medidas aperturistas de Den Xiaoping a pricipios de los 90 comienza a surgir la clase<br />
media, que desde su batea inaugura nuevas formas de autopensamiento y autodefinición en base a la<br />
revisión de su pasado tradicionalista, filtrando las reminiscencias maoístas que, a su vez, exacerban los<br />
tics más compulsivos del capitalismo tardío neoliberal salvaje en el que se entra en los últimos años del<br />
siglo XX. La migración masiva a las ciudades en busca de dinero y la hoy en día en retroceso política de<br />
control de la natalidad provocan la existencia en los principales núcleos urbanos de un estrato poblacional<br />
perfilado económicamente como clase media, media-baja, fundamentalmente joven (entre 20 y 40 años) y<br />
fundamentalmente solitaria. Los sujetos ideales para ejecutar la reformulación de su identidad.<br />
Shanghainés recogiendo chatarra y restos de madera en el centro de la ciudad, <strong>2.009</strong> (2)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Estas generaciones de las que hablamos, entre los 20 y los 40 años de edad, ascienden a 390 millones 11<br />
de habitantes. Un número que supera en más de cien millones la población de EEUU, pero que contiene,<br />
como hemos visto en los casos anteriores, una identidad en tránsito (físicamente en el caso de EEUU,<br />
socio-eco-culturalmente en el caso de China y en términos de ‘carácter urbano’ en el caso de Madrid). En<br />
la colisión de estos elementos, es dónde China busca su identidad a través del proceso de copia de<br />
modelos importados (incluso urbanísticamente, con desarrollos como los que rodean a Shanghai, con<br />
asentamientos al estilo ‘alemán’ –An Ting Town-, al estilo holandés –Gao Qiao Town-, al estilo europeoamericano<br />
–Zhou Pu Town-, al estilo italiano –Pu Jiang Town-, al estilo español –Feng Cheng New Town-<br />
, al estilo británico –Song Jiang New City- o al estilo canadiense –Feng Jing New Town-) 12 . La copia como<br />
base desarrollista que posibilita un crecimiento firme sin el entorpecimiento, retraso y lentitud que<br />
provocarían los debates al respecto de su pertinencia, legitimidad o idoneidad.<br />
Cartel de marca deportiva a las puertas del OldTown de Shanghai. (1)<br />
11 “China Statistical Yearbook 2.008”, National Bureau of Statisticts of China,<br />
(http://www.stats.gov.cn/tjsj/ndsj/2008/indexeh.htm)<br />
12 Laurence Liauw, ‘Leaping Forward, Getting Rich Gloriously, and letting a Hundred Cities Bloom’,<br />
Architectural Design Magazine, New Urban China, Septiembre/Octubre 2.008, ed. Wiley.<br />
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Y en ese proceso de copia salvaje, es dónde comienza a surgir la autenticidad de esa identidad, donde<br />
los procesos se depuran tanto, se esencializan tanto, que comienzan a ser, en sí mismos, el leitmotif<br />
definitivo chino, dejando abierto al futuro la propia reabsorción del tejido generado con motivos más<br />
ajustados a la propia evolución urbana 13 . Incluso en la dimensión del pensamiento territorial se puede<br />
apreciar este esquema de pensamiento, resultando ciudades-espejo localizadas inmediatamente enfrente<br />
de las originales (fuera del alcance directo del gobierno chino). Como bien explica Miguel Ruano 14 “Para<br />
facilitar la afluencia de capital, tecnología y conocimiento del extranjero, las primeras ZEE 15 fueron<br />
ubicadas estratégicamente en lugares como Shenzhen (frente a Hong-Kong), Zhuhai (frente a Macao) y<br />
Shantou y Xiamen (junto a Taiwan).”. Hong-Kong es la colonia inglesa por definición, Macao, la<br />
portuguesa, Taiwan el oponente en producción… A escala occidental sería como situar un tenderete de<br />
imitaciones de Chanel frente a su flagship store… todos los desheredados del capitalismo que no pueden<br />
permitirse el objetivo A, irán a por el B (una suerte de imitación optimizada y, fundamentalmente, 3 veces<br />
más barata). Y la jugada sale tan perfecta que en Hong-Kong empiezan a elevarse voces en busca del<br />
hermanamiento con Shenzhen…<br />
Vista de Shanghai desde el SWFC, a 472 m de altura (2)<br />
13 Como Xiangning Li, doctor arquitecto por la universidad de Tongji (Shanghai) y asistente al decano de<br />
la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, profesor de Historia Teoría y Crítica de la Arquitectura postula<br />
en su conferencia “Learning from Shanghai”, al poner en paralelo la reabsorción del tejido generado por<br />
Venice Beach en L.A. y la potencialidad que presentan esos nuevos desarrollos ‘escénicos’ que rodean<br />
Shanghai y que, siendo en origen intentos del gobierno y para desplazar población fuera del centro de la<br />
ciudad, representan un sonoro fracaso en esa política (y como todo fracaso, la oportunidad de acción).<br />
14 Miguel Ruano, ‘Impresiones Urbanas’, AAVV, Revista Internacional de Arquitectura 2G, Instant China<br />
(notas sobre una transformación urbana), pg 22, vol II, nº 10, Editorial Gustavo Gili, ISSN: 1136‐9647,<br />
Barcelona, 1.999.<br />
15 ZEE, Zonas Económicas Especiales, SEZ en inglés (Special Economic Zone), acrónimo más que<br />
extendido en los foros de debate de las ciudades pujantes de la India, China, Emiratos Árabes… Si USA (y<br />
en la última década) popularizó el planeamiento urbano desde el Mall (el centro comercial), estos países<br />
lo hacen desde las SEZ (el área comercial, generalmente con fortísimas exenciones fiscales durante los<br />
primeros años de asentamiento de la actividad económica).<br />
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Frente al paradigma de la copia de lo auténtico (como los desarrollos inmobiliarios ‘de estilo español’ de<br />
los 70 y 80 en Santa Bárbara, Santa Mónica y otras localidades de California, por poner un ejemplo)<br />
surge el paradigma de la auténtica copia (descarada, descarnada, casi sublimada y que de tan copia del<br />
auténtico acaba resultando auténtica copia) representada en occidente por el modelo Las Vegas 16 y en<br />
oriente por esta nueva identidad China, donde el fake pasa a abanderar un posicionamiento claro de ‘lo<br />
chino’ en su vertiente genuina (especialmente cuando ese concepto de ‘copia’ implica la revisión, acrítica<br />
en lo moral, pero profundamente crítica en la efectividad de la relación técnica/efecto, de los mecanismos<br />
de producción). Tanto es así que abundan los centros comerciales fake donde copias ilegales de distintos<br />
artículos de moda se ofertan al público, de manera más o menos oficiosa, a precios absolutamente de<br />
saldo, con calidades infinitamente inferiores (aunque hayan sido realizadas, en muchas de las ocasiones,<br />
por los mismos operarios con las mismas materias primas) y que se han convertido, en los últimos años,<br />
en visita obligada para el turista.<br />
Y quizá este sea una de los primeros identificadores de la emergencia de lo auténtico, cuando algo se<br />
convierte en parada de paso obligado para el turismo. Es algo que, inevitablemente, comienza a construir<br />
la identidad de un lugar consensuada en la mente colectiva (aunque el consenso a veces se apoye en<br />
tópicos).<br />
Vista del Bund desde Pudong, <strong>2.009</strong> (4)<br />
16<br />
Martin J. Murray, ‘The City in fragments’, “The Spaces of the Modern City: Imaginaries, Politics, and<br />
Everyday Life”, Princeton University Press, ISBN 978‐0691133430, 2.008<br />
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ACTO II<br />
LOS 3 ACTORES<br />
(componentes principales de la ‘chinicidad’)<br />
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LENGUA<br />
la otra jungla, el otro muro<br />
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“Una de las peculiaridades de tan complicado idioma [el chino] es que a cada ideograma le corresponde un sonido<br />
con un tono determinado. En el chino, la relación entre el carácter, la pronunciación y sobre todo el tono, responde a<br />
un principio de organización arbitrario y complejo.”<br />
Taciana Fisac, Revista de Estudios Lingüísticos de la Universidad de Alicante 3, 1985-1986, pg 149<br />
Comenzaremos por las obviedades, básicamente, porque muchas veces lo más obvio es lo primero que<br />
ignoramos:<br />
Las lenguas occidentales se basan en el alfabeto latino de 23 letras (con sus matices, acentos, caracteres<br />
especiales y ligeras diferenciaciones dependiendo de la lengua) y a partir de esas letras, en base a su<br />
combinación según unas reglas básicas (y no tan básicas) surge un abanico abierto de entre 150.000 y<br />
300.000 palabras (dependiendo de qué variaciones se tengan en cuenta) llegando a poseer hasta 270<br />
millones de registros léxicos en la edición conjunta de las 21 academias de la lengua española en todo el<br />
mundo y un ritmo de crecimiento neto de 50 artículos mensuales 17 . Partiendo de ese grupo de grafos,<br />
corto y limitado (el alfabeto), se construye una creciente infinitud. Un hablante medio-bajo puede manejar<br />
en torno a 3.000 palabras, llegando a dominar aproximadamente 20.000 en los hablantes de cierto nivel<br />
cultural (o especialización técnica). Es un sistema claramente abierto, en el que resulta relativamente<br />
sencillo generar variaciones, nuevos significados y matizaciones a partir de una serie pequeña de<br />
fonemas.<br />
Por su parte, y según narra Taciana Fisac en el inicio de su texto, el mandarín escrito “está formado por<br />
caracteres ideográficos o ideogramas. Se trata de una grafía simbólica de origen muy diverso,<br />
frecuentemente pictográfico, aunque también abstracto. Progresivamente, con la combinación de<br />
pictogramas e ideogramas sencillos se fueron introduciendo otros complejos que añadidos a compuestos<br />
fonéticos, a préstamos falsos, y junto con grafías de extensión etimológica, dieron lugar a los caracteres<br />
modernos.”. Cada carácter podría equipararse a una sílaba occidental, estando compuesto de sheng (la<br />
parte consonante) y yun (la parte vocal), existiendo 21 shengs y 38 yuns distintos, que generan en el<br />
mandarín moderno unas 400 sílabas base. Partiendo de aquí, se han contabilizado más de 106.000 18<br />
caracteres… bastando dominar 2.000 para poder leer un periódico con relativa fluidez y considerando el<br />
dominio de los 6.000 el umbral del ‘buen dominio’ del idioma. Las fuentes de ordenador contienen 6.500<br />
caracteres para el mandarín simplificado y 13.500 caracteres para el tradicional.<br />
Frente al sistema de alfabeto latino de base reducida y combinatoria abierta progresiva, el mandarín se<br />
basa en una red hiperextensa de sílabas de geometría generalmente compleja, pre-construidas y con una<br />
capacidad limitada de modificación espontánea, reduciendo de esta manera su crecimiento neto en<br />
17<br />
De 1.992 a 2.001, según datos de la 22ª edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua<br />
Española. A pesar de que la RAE no es precisamente rápida recogiendo nuevas voces, si da una idea<br />
aproximada del crecimiento tan importante del vocabulario base común en el español.<br />
18<br />
Página oficial del "The Dictionary of Chinese Variant Form", página introductoria.<br />
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términos de vocabulario. Este punto, este contraste, se antoja fundamental a la hora de entender la<br />
manejabilidad del lenguaje por parte del hablante, no únicamente en términos de dominio, si no en<br />
términos de evolución, mutación y crecimiento. Un rasgo que encarece notablemente dicha<br />
manejabilidad, y que marca muchos de los intercambios de información oral en términos de eficiencia, es<br />
el uso y trascendencia del tono. Hay cuatro tonos distintos (cuatro alturas de sonido distintas –ping,<br />
shang, qu y ru) para cada fonema, distinguiéndose en pinyin (la escritura del lenguaje chino mediante el<br />
uso del alfabeto latino) mediante la numeración del 1 al 4 tras cada fonema. El tono hace que el término<br />
tenga un significado u otro radicalmente distinto 19 , como por ejemplo:<br />
Ma1; madre (tono plano)<br />
Ma2; cáñamo (tono alzado)<br />
Ma3; caballo (tono convexo)<br />
Ma4; regañar (tono decaído)<br />
No resulta complicado, tras esto, comprender lo extremadamente fácil que resulta generar equívocos de<br />
gruesa importancia.<br />
Ying1 yu3; “inglés” en mandarín en sus dos formas de escritura,<br />
horizontal y vertical.<br />
Dada la especial naturaleza del mandarín, contactamos con una profesora de chino en Shanghai para<br />
poder tratar, en el formato entrevista las diferencias más gruesas desde el otro lado de la barrera entre el<br />
mandarín y las lenguas occidentales (en este caso, el inglés). Nan Yang 20 comenzó a dar clases de<br />
mandarín en 2.007, principalmente a americanos y españoles. Su propia dedicación le da una perspectiva<br />
muy interesante al respecto de las diferencias sustanciales entre las mentalidades china y occidentales<br />
en lo relativo a la construcción del lenguaje: “el occidental se preocupa mucho del tiempo verbal y de sus<br />
19 Como recoge el propio texto de Taciana Fisac, “en las puertas de un templo chino, situado en lo alto de<br />
una montaña, se hallaba un gran cartel que decía así: Yun2 zhao1 zhao2, zhao1 zhao3 zhao2, zhao1<br />
zhao2 zhao1 san4. Podríamos traducirlo así: Las nubes por la mañana vienen a saludar, todos los días<br />
por la mañana saludan, y todos los días cuando han saludado se marchan.”. Claramente el propio<br />
dominio de los tonos se establece como umbral de corte entre el que puede acceder al templo y el que<br />
no, esgrimiéndose más como instrumento discriminatorio que como herramienta de comunicación.<br />
20 Originaria de Wuhan y nacida en 1.984, posee una licenciatura en Educación, nivel de inglés CET‐6,<br />
nivel 2‐A nacional de Mandarín y lleva hablando inglés desde los 4 años de edad.<br />
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transformaciones… eso el hablante chino lo consigue de una manera muy simple con la adición de una<br />
partícula temporal… centrándose más en la expresión de los diferentes estados de la acción.”. Dichos<br />
estados son 1- finalización; 2- cambio; 3- continuidad; 4- en proceso y 5- experiencia pasada. Esos<br />
estados se expresan sin alterar el verbo mediante el uso de adverbios temporales y, en el caso de<br />
necesitar algún énfasis especial, mediante el uso de partículas gramaticales.<br />
Nan Yang distingue tres tipos de oraciones en mandarín: de predicado verbal, de predicado nominal y de<br />
predicado adjetival. Y a partir de ahí se pueden combinan de manera fluida para generar riqueza… “el<br />
occidental siempre se preocupa por las normas, y por cómo seguirlas… en China nos preocupamos más<br />
por el significado global, las emociones, la información del lenguaje…”. El carácter fluido de su estructura,<br />
frente a la mayor rigidez gramatical de las lenguas occidentales, se puede apreciar con bastante facilidad<br />
en el siguiente famoso poema:<br />
“枯藤老树昏鸦 , 小桥流水人家, 古道西风瘦马”<br />
“Ku Teng Lao Shu Hun Ya, Xiao Qiao Liu Shui Ren Jia, Gu Dao Xi Feng Shou Ma”. En traducción casi<br />
literal:<br />
“Vieja vid, viejo árbol, cuervo marear,<br />
pequeño puente, agua fluir, familia,<br />
antigua calle, viento del oeste, caballo famélico”<br />
No hay tiempo verbal, únicamente la forma infinitiva, y con huecos tremendos para el occidental en lo<br />
relativo al matiz del lenguaje. Huecos que abren las puertas a la sugerencia y a que el propio oyente o<br />
lector complete los significados y, en general, la muchas veces vaga imagen mental que genera. “La<br />
construcción del mandarín es un poco como el Lego, donde las piezas pueden combinar de varias<br />
maneras dependiendo del tipo de aproximación estética que se quiera conseguir… en cualquier caso, se<br />
observan las siguientes normas generales: 1- la información conocida se dispone antes que la no<br />
conocida; 2- los elementos que conectan dos frases han de colocarse al principio del todo; 3- los<br />
modificadores van siempre delante (atributos delante de sustantivos, partículas preposicionales antes del<br />
verbo, frase ‘subordinada’ antes que la principal); 4- las diferencias culturales implican costumbres<br />
sociales.”. Evidentemente, las voces pasivas y medias no existen. No tienen sentido en su forma de<br />
expresarse… la importancia no está en el verbo. La importancia está en el conjunto y en la sonoridad<br />
musical del mismo.<br />
La sensación de que el mandarín, más que seguir una estructura, sigue una tendencia de construcción y<br />
a partir de ahí se articula por yuxtaposición directa (sin que implique variación de las unidades expresivas<br />
que se utilizan) es notoria. Cuenta el resultado de conjunto, la globalidad expresiva. El resto es<br />
localmente negociable y que se haga de una u otra manera dependerá de requerimientos de ese<br />
momento, condición, lugar, oyentes y ánimo de los presentes.<br />
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COCINA<br />
sobre los ritmos subyacentes y su aestructuración fluída<br />
“Por otro lado, las variables sociales que de manera instantánea influyen en los detalles de un proyecto, en el<br />
contrato o en la definición de honorarios pasan por un entramado de decisiones tomadas en reuniones, en cenas, en<br />
brindis, durante la larga elección de una comida, tomando una copa, o en trayectos de coche, en salas de<br />
aeropuertos, en viajes, en el hall de un hotel, por teléfono, por mail o en medio de un comentario<br />
descontextualizado.”<br />
Juan Carlos Sancho Osinaga, “Tres ideas sobre una experiencia”, AV Monografías 109-110, China Boom, Growth<br />
Unlimited, ISSN: 0213-487X, 2.004<br />
Dice un proverbio tamil que la comida sin hospitalidad es medicina. En el último año se ha desatado un<br />
boom notable en el mercado chino al respecto de las cadenas de fast food americanas (especialmente<br />
McDonald’s y Kentucky Fried Chicken que alcanzan cotas de crecimiento interanual de más del 25% 21 ),<br />
aún así, el concepto ‘comer’ sigue entendiéndose básicamente como un acto social dónde el anfitrión<br />
despliega su hospitalidad para con el visitante, siendo la base amable y relajada (de partida) para<br />
cualquier buena negociación que se precie.<br />
Sobrevolaremos, con ciertas acciones de profundidad en elementos concretos, la estructura subyacente<br />
en la comida china, tanto en sí misma como en los actos sociales que la utilizan como medio y pretexto,<br />
con el objetivo de descubrir los notables paralelismos existentes entre lengua y cocina y, de esta manera,<br />
poder tener planteada la base de automatismos culturales para entender la nueva ciudad-identidad china.<br />
La comida en China es la base de desarrollo de múltiples interacciones sociales (4)<br />
21<br />
Según el informe de Mercado “China Fast Food Analysis”, RNCOS E‐Services Pvt. Ltd, 2.008.<br />
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Empezando por los conceptos báscos, Chunjiang Fu, en su “Origins of Chinese Food Culture” 22 plasma<br />
de manera sencilla los principales puntos de apoyo en lo relativo a la comida china. Color, olor y gusto<br />
son los elementos clave en la cocina China. No solo ha de saber bien, si no que su apariencia debe<br />
también excitar el apetito. Color, olor y gusto; tres elementos base que, cada uno, se desdoblan en cinco.<br />
Los cinco colores base sobre los que se articula la cocina china son rojo, amarillo, azul, blanco y negro.<br />
Los cinco olores base sobre los que se articula la comida china (que se fundamentan en las especias<br />
predominantes) son hinojo, chile, anís, canela china y clavo. Los cinco sabores base sobre los que se<br />
articula la cocina china son dulce, agrio, amargo, picante y salado. Del mismo modo, como afirman Sol<br />
Madridejos Fernández 23 y Jun Chen 24 “El manejo de los diferentes tipos de cuchillos para cortar los<br />
alimentos con precisión, manteniendo y potenciando sabores, colores, texturas y aspecto final, se<br />
convierte en una habilidad esencial. Igualmente, el control del fuego y de las numerosas técnicas de<br />
cocción resultan básicos para sacar el máximo partido a los ingredientes.”. Los estilos de cocción llegan<br />
hasta casi 50, siendo los fundamentales la fritura-salazón, fritura superficial, fritura profunda, fritura en<br />
papel, cocción al vapor, cocción al horno, red cooking y los estofados.<br />
Variedad, colorido y autodefinición (como autoservicio), son la base de la cocina China. (4)<br />
22 Chunjiang Fu, “Origins of Chinese Food Culture”, Asiapac Books, ISBN‐10: 9812293183, 2.002<br />
23 Arquitecta, habiendo impartido docencia en diversas universidades españolas, gran aficionada a la<br />
comida china, ha podido conocer in pectore muchos aspectos de la cultura culinaria china gracias a sus<br />
incursiones profesionales en China desde el año 2.001 hasta la actualidad.<br />
24 Licenciada en Economía y Auditoría, Diplomada en Relaciones Internacionales y Master en<br />
Antropología, gran aficionada a la enseñanza de la comida china.<br />
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Estos son los elementos base 25 , y de su combinación, articulación y variedad depende la consecución de<br />
una buena parte de las 10 claves culinarias de Confucio: calidad, color, sabor, fragancia, forma,<br />
utensilios, orden, tiempo, ambiente y humor. Las cinco primeras se obtienen con la hábil y sabia mezcla<br />
de los elementos antes mencionados con el uso de las técnicas narradas. Los utensilios, como bien<br />
apunta Sol “…son más sutiles (los palillos) y necesitan que la comida se presente previamente troceada<br />
en porciones pequeñas, lo que también le da un cierto refinamiento al hecho de comer” 26 . Esta sutileza,<br />
en términos efectivos, se traduce en un menor ratio de comida capturada por movimiento (frente a los<br />
instrumentos occidentales como tenedor y cuchillo) lo que implica invertir una mayor cantidad de tiempo<br />
para realizar la misma ingesta de comida. Es decir, favorecen la creación de un ‘tiempo’ para comer.<br />
El orden en el esquema culinario occidental es herencia directa del esquema implantado por la cocina<br />
francesa en el siglo XIX. Hay un orden lineal y una tendencia combinatoria ‘canónica’, dentro de un<br />
esquema cerrado de entradas, primer plato –generalmente sopas o verduras-, segundo plato –<br />
generalmente aves, carnes-, y postre –uno o varios-. Sobre el orden en la cocina china, prosigue Sol<br />
Madridejos “…los platos se presentan en la mesa de manera simultánea y son compartidos entre todos<br />
los comensales 27 . Aunque existen también unas normas en cuanto al orden de presentación de los<br />
diferentes alimentos que componen la comida, siempre los platos se superponen unos a otros, añadiendo<br />
los nuevos sin eliminar los precedentes”.<br />
Subyace la noción de estar ante una clara entropía (entendida como tal, como tendencia, como estructura<br />
fluida en la que dentro de unos capítulos concretos cabe cualquier combinación) que se define a sí misma<br />
sobre la base de la acumulación, yuxtaposición y superposición de las capas sucesivas.<br />
25 Estos elementos son a la cocina lo que los caracteres ideográficos a la escritura, configuran una base<br />
numerosa sobre la que articular el lenguaje culinario, con los matices expresivos y el fondo estético que<br />
se precise. En términos de ‘chinicidad’<br />
26 En el extremo occidental de esta visión se encuentra el formato culinario planteado por Ferrán Adriá<br />
en su mundialmente aclamado restaurante “El Bulli”, dónde la comida se compone por 35 ‘bocados’, sin<br />
que sea necesario el uso de cubiertos hasta aproximadamente la mitad del menú. Más información al<br />
respecto en el libro “Comida para pensar, pensar sobre el comer: Una reflexión sobre el universo<br />
creativo de Ferrán Adria, la cocina de vanguardia y su relación con el mundo del arte”, editado por<br />
Richard Hamilton y Vicente Todoli, Actar, ISBN 978-84-96954-71-7, Barcelona, <strong>2.009</strong><br />
27 Este esquema culinario, ciertamente, nos puede recordar al clásico y muy español ‘tapeo’, donde bajo<br />
un esquema incluso más libre, fluido y desestructurado, se plantea un formato de relación social basada<br />
en compartir pocas cantidades de muchos platos mientras se comparten experiencias. Como recalcan<br />
Madridejos y Chen, este formato culinario, exclusivo de la cultura española, nos sitúa en una clara<br />
proximidad cultural, pese a las abismales distancias en otros aspectos: “(…) la importancia que para<br />
españoles y chinos tiene la comida en las relaciones personales; bastante mayor en España que en otros<br />
países occidentales. En este sentido, la costumbre de salir a comer y cenar fuera de manera bastante<br />
habitual, tanto con los amigos o la familia, como por motivos de negocios, es algo muy extendido en<br />
ambos países. El disfrutar juntos de la comida es una manera de acercamiento, de estrechar relaciones y<br />
de compartir experiencias con otras personas. Tenemos también en común la costumbre de invitar a<br />
menudo a comer o cenar a los demás, algo que en otros países de occidente ocurre en raras ocasiones y<br />
llega incluso, a veces, a considerarse de mal gusto y ostentoso.”<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Reinterpretación conceptual del esquema de funcionamiento de lazy susan (4)<br />
La comida se sirve en el centro de la mesa, donde lazy susan 28 ayuda a los comensales a ir distribuyendo<br />
la comida según vaya apeteciendo (girando el disco central en un sentido o en otro). Hay un elemento<br />
fundamental de autodefinición, en el que cada comensal construye su propia comida sobre la base de lo<br />
ordenado por el anfitrión, remezclando los elementos seleccionados en su propio cuenco, generalmente<br />
sobre una base de arroz apelmazado. Un proceso de autodefinición bastante semejante al proceso de<br />
autoconstrucción de la nueva identidad china, seleccionando de, entre los platos disponibles en la mesa<br />
de la posmodernidad del capitalismo tardío; los trocitos de identidad con los que componer el particular<br />
banquete.<br />
28 El término lazy susan se aplica a la bandeja rotatoria con la que se facilita la distribución entre los<br />
comensales de los platos acumulados en el centro de una mesa redonda para grupo. El término se aplicó<br />
por primera vez de manera pública en un anuncio en la revista Vanity Fair en 1.917, aunque del<br />
dispositivo en sí mismo, existen reportes desde el siglo XVIII, momento en el que se conocía como<br />
“camarero tonto”. Para más información al respecto:<br />
http://www.jewishworldreview.com/0603/dictionary_men061703.asp<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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25
CIUDAD<br />
sobre el suceso urbano y su falta de urbanidad<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“A finales del siglo XX, se construían en China unos 2 billones de metros cuadrados anualmente. De 1.999 a 2.002<br />
se construyeron 6.1 billones de metros cuadrados edificados, lo que casi duplica las cifras anteriores. En el mismo<br />
periodo, se habían construido en Shanghai unos 468 millones de metros cuadrados, de los que el 59.8%<br />
correspondían a viviendas. En la actualidad, existen en la misma ciudad 7.600 rascacielos y, en los últimos diez<br />
años, en algunas ciudades el área urbanizada se ha duplicado. Existen ya 176 campos de golf y se están<br />
construyendo otros 500, así como más de 50 ciudades universitarias. Tal ambiciosa expansión de la escala de<br />
desarrollo está, a veces, fuera de control.”<br />
Zheng Shiling, “Ciudad y arquitectura en transformación”, AV Monografías 109-110, China Boom, Growth Unlimited,<br />
ISSN: 0213-487X, 2.004.<br />
En la actualidad, en EEUU existen nueve ciudades que sobrepasan el millón de habitantes. Si juntamos<br />
Europa, Federación Rusa y todas las Repúblicas de la extinta URSS, contabilizamos 36 ciudades<br />
superando el millón de habitantes. En China en 1.980 había 15, diez años más tarde se contabilizaban<br />
99 29 ; hoy en día 166 30 . Esto da una media de 5.5 ciudades superiores al millón de habitantes por año. En<br />
2020 es objetivo gubernamental llegar a la cifra de 400 ciudades por encima del millón de habitantes 31 .<br />
Desde 1.990, Beijing ha duplicado población y Shanghai la ha triplicado. La migración del campo a la<br />
ciudad en la última década ha ido a un ritmo lo suficientemente enfebrecido como para llenar el tejido<br />
urbano producido descrito por Zheng Shiling; en 1.990 el 26.41% de la población (301.950.000<br />
habitantes) vivía en áreas urbanas, en 2.007 lo hace el 44.94% (593.790.000 habitantes). Esto hace una<br />
media de casi un millón y medio de desplazados del campo a la ciudad mensualmente durante esos<br />
diecisiete años (si los ponemos en fila india, a razón de 3 personas por metro lineal, daría una cola<br />
mensual de 476 kilómetros -16 kilómetros diarios-). Del campo a la megalópolis sin solución de<br />
continuidad.<br />
Perspectiva desde el Peak sobre la ciudad de Hong Kong, <strong>2.009</strong>. (1)<br />
29 según datos del UCLA Asia Institute, basándose en el reporte de la División de Estadísticas de la ONU;<br />
http://www.international.ucla.edu/eas/statistics/chinacty.htm<br />
30 Ole Bouman (editor), Volume 8: Ubiquitous China, Archis, Nº2, 2.006.<br />
31 Laurence Liauw, ‘Leaping Forward, Getting Rich Gloriously, and letting a Hundred Cities Bloom’, pg 11,<br />
Architectural Design Magazine, New Urban China, ed. Wiley, September/October 2.008.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Al igual que lo visto previamente en la construcción de su identidad, dónde el proceso, el trayecto, el viaje<br />
constructivo se transforma en teletrasportación, en el caso de la construcción de la ‘urbanidad’ sucede<br />
algo parecido. De la aldea a la ciudad de 16 millones de habitantes. Podríamos llamarlo ‘shock urbano’, o<br />
la génesis social del ‘megapueblo’ 32 , de presente polvoriento, crecimiento desmedido y en continua<br />
evocación de un futuro en decaimiento tras el tecnoapocalipsis financiero de occidente.<br />
La maquinaria china ha estado funcionando al límite de lo increíble durante décadas (en lo material y en<br />
lo económico), para producir, colmatar y habitar los ‘megapueblos’ emergentes. Baste recordar que, por<br />
ejemplo, a EEUU le costó cerca de 50 años doblar su PIB per cápita; Japón lo hizo en 33 años,<br />
Indonesia, en los locos 70 del Tigre Asiático lo logró en 17 años 33 … China de 1.980 a 1.990 multiplicó su<br />
PIB per cápita por 3.55, de 1.990 a 2.000 por 4.80 y del 2.000 al 2.007 por 2.40… Situándose en 2.007 en<br />
los 2.800 34 dólares anuales, aproximadamente (claramente por debajo de, por ejemplo, la media europea<br />
-30.000 35 -).<br />
Shanghai despliega, diariamente hasta las 23h, un denso espectáculo de bizarra iluminación urbana. (4)<br />
32<br />
Entendido como el resultado de un proceso de urbanización salvaje a muy bajo coste, en muy poco<br />
tiempo, colmatado por un tejido social instalado en usos y costumbres propias de asentamientos de<br />
menor escala (aldeas, villas, etc).<br />
33<br />
Vicente Verdú, ‘El Castillo Chino’, Revista Internacional de Arquitectura 2G, Instant China (notas sobre<br />
una transformación urbana) vol II, nº 10, Editorial Gustavo Gili, ISSN: 1136‐9647, Barcelona, 1.999.<br />
34<br />
“China Statistical Yearbook 2.008”, National Bureau of Statisticts of China,<br />
(http://www.stats.gov.cn/tjsj/ndsj/2008/indexeh.htm)<br />
35<br />
Datos del Fondo Monetario Internacional, en dólares americanos, sobre el Producto Interior Bruto a<br />
valores de paridad de poder adquisitivo, <strong>2.009</strong><br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
El ‘megapueblo’ chino tiene dos vías de desarrollo; la local (el ‘megapueblo’ colmatado, estructurado y<br />
desarrollado por chinos, caracterizado por una acentuación notable de sus rasgos vernáculos redefinidos<br />
desde cierta estética occidental políticamente filtrada e intencionada –Tianjin, Shenzhen, Xianmen,<br />
Chongqing, etc…) y la internacional (el megapueblo en estado de cruce intenso con diversas culturas<br />
occidentales, en continua transacción y fricción, y, donde precisamente por esa presencia foránea, los<br />
rasgos de ‘chinicidad’ se aventuran más definidos, sustentados y, obviamente, contrastados –Shanghai y,<br />
quizá un poco, Beijing). Es este último grupo lo que definimos como überstadt (el megapueblo<br />
internacionalizado, la ultraciudad) y lo que, en última instancia, consideramos fiel producto de esa<br />
‘chinicidad’ a efectos operativos (es decir, ‘chinicidad’ inserta en un tejido económico-laboral-social<br />
razonablemente globalizado).<br />
Vista nocturna de Shanghai desde la terraza del Hyatt on The Bund, <strong>2.009</strong> (1)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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la toma de conciencia<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“Manuel De Landa es un filósofo postmoderno cuyas meditaciones le han llevado a los límites de la teoría del caos<br />
y de la informática. Ha observado que lo que los teóricos del caos llaman singularidades –puntos de transición en<br />
los que ‘el orden emerge espontáneamente a partir del caos’- provocan la aparición de comportamientos similares a<br />
la vida en la materia inerte, como en el caso de los llamados ‘relojes químicos’, en los que miles de millones de<br />
moléculas oscilan en sincronía, o el de las colonias de ameba, en las que las ‘células’ cooperan para formar un<br />
organismo. Extrapolando a partir de estos fenómenos en los que ‘elementos desconectados previamente’ alcanzan<br />
un punto crítico en el que súbitamente , De Landa conjetura que el<br />
crecimiento descontrolado de la descentralizada Internet puede dar lugar a una inteligencia artificial global.”<br />
Mark Dery, Enchufa, Enciende y Conecta: Ciberdelia, Comprender la ‘búsqueda submolecular de la revolución<br />
chamánica’: Ciberia, “VELOCIDAD DE ESCAPE. La cibercultura en el final del siglo.”. Ediciones Siruela., Madrid,<br />
1998, ISBN: 84-7844-396-7<br />
Mark Dery resume exquisitamente, en su vibrante estilo, una enunciación (¿o deberíamos decir<br />
‘anunciación’?) de Manuel de Landa a medio camino entre la ciencia y la ficción que, aplicada a grupos<br />
en principio inertes, de alta densidad, comienza a generar reflexiones interesantes, estén más cerca de la<br />
ficción o de la ciencia (incluso estando equidistantes). Shanghai es, aproximadamente, el resultado de<br />
extender la ciudad de Madrid a toda la Comunidad Autónoma de Madrid, repitiendo dos veces más la<br />
misma operación. Es algo realmente intenso 36 . Lo suficientemente intenso como para poder pensar,<br />
apoyándonos en De Landa y sus seductoras conjeturas y observaciones en estructuras inertes, que<br />
pueda sufrir (o haya sufrido ya) un cierto proceso de ‘encendido’ en términos de conciencia 37 . En el peor<br />
de los casos, en el caso de que esta argumentación sea una mera licencia literaria, no deja de ser<br />
absolutamente pertinente para poder explicar una condición fundamental para el entendimiento de<br />
Shanghai y su contenido más puramente chino (y por tanto representante de la ‘chinicidad’): la voluntad<br />
de ser y su voluntad de poder.<br />
Si Nietzsche desarrollo el concepto del übermensch para describir e interiorizar la preponderancia del<br />
hombre autodefinido desde su Voluntad de Poder (Der Wille zur Macht), desde su capacidad de<br />
autodesarrollo y crecimiento en base a la imposición de su voluntad, cabría reflexionar sobre la necesidad<br />
de plantear el concepto de überstadt o ultraciudad como manifestación del megapueblo originariamente<br />
chino inoculado con una alta dosis de expatriados occidentales, desarrollándose desde y a través de su<br />
propia Voluntad de Poder. Es decir, desde la práctica y el ejercicio de la exuberancia urbana como<br />
condición del “yo” como ciudad. Con la misma energía e inconsciencia relativa para con el resto del<br />
36 Según los censos del año 2.000 (último año con recuento oficial por ciudades en la República Popular<br />
China), la densidad de Shanghai era levemente superior a 3.000 habitantes por kilómetro cuadrado,<br />
siendo la de Madrid en 2.007 levemente superior a los 1.000 hab/Km2.<br />
37 La Tierra pronto tendrá tantos habitantes como neuronas hay en el cerebro humano. En ese<br />
momento, el futurista Jerome Clayton Glenn defendía la creencia de que la humanidad formará una<br />
conciencia colectiva y el planeta ‘despertará’. Superponiendo a esta idea un poco de McLuhanismo a lo<br />
New Age, Douglas Rushkoff piensa que será la conexión de las redes de comunicación lo que sea la ‘fase<br />
final del desarrollo de Gaia’, siendo el último de los extremos de esta línea argumental el análisis de<br />
patrones conductuales inteligentes que ‘emergen’ súbitamente de agrupaciones inertes de Manuel de<br />
Landa.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
mundo que el superhombre primero, el niño, esta ciudad crece a ritmos desconocidos en occidente,<br />
mientras postula un modelo en tránsito desde lo rural en un contexto urbano con la intermediación directa<br />
de la cultura occidental (bien en forma de capital económico, bien en forma de capital intelectual, bien en<br />
forma de patrón a imitar depurando gastos).<br />
De entre todas las ciudades chinas, Shanghai es, sin duda alguna, la epifanía de esta autoconstrucción<br />
urbana en delirante aceleración y en base a la determinación de la voluntad de poder (como refleja la<br />
consciencia colectiva del shanghainés común, que, como en las antiguas Ciudades Estado helénicas,<br />
lucen orgullosos el estandarte de su hecho diferencial 38 . ¿Por qué Shanghai es cómo es? Porque puede.<br />
Y eso no es poco. Shanghai no es el brillante mundo que se percibe desde la lujosa terraza del Hyatt on<br />
the Bund, ni la pestilente y polvorienta realidad de bajo perfil que se respira en las construcciones<br />
tradicionales acosadas hasta lo inimaginable por los nuevos mega-desarrollos residenciales… Es todo<br />
eso y mucho más. El modelo de ‘megapueblo’ devenido ultraciudad que representa Shanghai es esa<br />
ramera exótica y excesiva, con un punto naïf, que no te cansas de utilizar una y otra vez durante cierto<br />
tiempo… y de la cuál el expatriado hace uso y abuso con el frenesí del que sabe que quizá nunca vaya a<br />
volver. Es la ultraciudad que, por propia extensión (en lo físico, en lo material, en lo espiritual) y por propia<br />
distancia entre los extremos que la habitan, deja muy, muy atrás el modelo utópico tecnodesarrollista<br />
postulado por la visionaria Blade Runner y que, durante décadas, ha representado el paradigma de futuro<br />
incómodamente oscuro en occidente. La ultraciudad, inquieta extraordinariamente… por ser pasado,<br />
presente y futuro al mismo tiempo. Y ese contraste temporal engancha, genera adicción, genera ganas de<br />
más. Y es lo que siempre te da. Más.<br />
Tanto el megapueblo como la ultraciudad son, claramente, modelos urbanos low cost. En palabras de<br />
Vicente Verdú 39 : “En Shenzhen, por ejemplo, una de las Zonas Económicas Especiales, en el río Perla,<br />
cerca de Cantón, hay diez veces menos arquitectos que en el territorio más dinámico de los Estados<br />
Unidos, pero cada uno proyecta cinco veces más volumen de obra en la quinta parte de tiempo; y esto a<br />
cambio de la décima parte de los honorarios.” Yiru Huang, reputado arquitecto y profesor de la<br />
Universidad de Tongji, realiza desde hace 2 años un proyecto de investigación en el que están<br />
involucrados 80 docentes de distintas universidades con la intención de regular las construcciones rurales<br />
a lo largo y ancho del país. Anualmente, de este tipo de edificación (sin proyecto técnico, sin intervención<br />
de mano de obra especializada) se levantan 80 millones de metros cuadrados… con un coste total medio<br />
que no llega a los 30 euros. China se construye a una velocidad inimaginable en occidente, a un precio<br />
impensable para occidente, con unos recursos materiales inaceptables en occidente.<br />
38<br />
El habitante de Shanghai percibe, a diario y de manera clara, como su contexto cambia a una<br />
velocidad descomunal (incluso en términos chinos), como cada vez aparecen más extranjeros de<br />
extraños gestos y costumbres (¡los hay incluso con el pelo amarillo!) y retroalimentan continuamente la<br />
idea de estar en una ciudad dónde todo puede suceder. Y todo puede suceder de hoy a mañana. Y esta<br />
percepción es la que proyecta de manera imparable la Voluntad de Poder.<br />
39<br />
Vicente Verdú, ‘El Castillo Chino’, Revista Internacional de Arquitectura 2G, Instant China (notas sobre<br />
una transformación urbana), pg 7, vol II, nº 10, Editorial Gustavo Gili, ISSN: 1136‐9647, Barcelona, 1.999.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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Calle en la zona centro de Shanghai, <strong>2.009</strong> (2)<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Shanghai representa el paradigma del desarrollo basado en la deliciosa mezcla en inestable equilibrio<br />
entre oportunidades y oportunismo, entre la civilización y el salvaje neo-noble, entre lo legal y lo amoral.<br />
Shanghai es más densa, Shanghai es más sucia, más dinámica, más intensa, más afable y despreciable,<br />
más segura, más incierta, más húmeda y amable, más de todo. Shanghai es el resultado de cuando más<br />
es mucho más. De todo. A todas horas. Continuamente.<br />
Y en su manifestación física, salvajemente plástica, apoyada sin rubor alguno en condiciones (sociales,<br />
económicas, incluso de salubridad y habitabilidad de un importantísimo sustrato poblacional) inasumibles<br />
en occidente, no dejamos de percibir claves ya observadas tanto en la estructura subyacente de su<br />
lengua como en la fluida estructura de su cocina: la ciudad se forma por agregación, yuxtaposición y<br />
superposición simultánea de elementos inconexos no especializados. Y si esto genera algún problema de<br />
comunicación, se hace una autopista elevada de tres carriles por sentido.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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historias tras la teoría<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“Una teoría no es el conocimiento; permite el conocimiento. Una teoría no es una llegada; es la posibilidad de una<br />
partida. Una teoría no es una solución; es la posibilidad de tratar un problema.”<br />
Edgar Morin, “Ciencia con Consciencia”, Por un Paradigma de Complejidad, pg. 363, editorial Anthropos, colección<br />
Pensamiento Crítico/Pensamiento Utópico, ISBN: 84-85887-34-4, 1984.<br />
Pedro Pablo Arroyo lleva un lustro trabajando y viviendo en Shanghai, lo que hace de él, a todas luces, el<br />
español más ‘longevo’ en esas tierras. Raro es aquel que está más de tres años. Él lleva cinco y desde su<br />
perspectiva como cabeza de un estudio de arquitectura con obra construida en Shanghai nos ilustra<br />
sobre los formatos de producción urbana en China; “China tiene una tradicion urbanistica que se remonta<br />
al principio de su historia. No hace falta más que recordar ciudades como Xian o Beijing. El feng-sui es en<br />
realidad un manual (más o menos esotérico) de planeamiento a todas las escalas.”, este arranque desde<br />
el feng-sui viene a ser una protonormativa similar a la occidental derivada del tratado de arquitectura de<br />
Marco Vitrubio (aunque mantenga una vigencia en el conocimiento colectivo bastante más asentada que<br />
el caso occidental). Incluso a este nivel, resulta sintomático observar cómo la mecánica de pensamiento<br />
occidental genera certezas, estructura y una relación binaria (bueno/malo, blango/negro, legal ilegal), el<br />
otro genera tendencias, cambio continuo, dispersión…<br />
En 1.989, simultáneamente a las primeras reformas económicas, se comienza a aplicar el planeamiento<br />
moderno, vertebrado en dos tipos fundamentales: “El modelo principal es el de ciudad jardín con bloque<br />
abierto en altura (alta densidad) en definitiva, el modelo (fracasado) de zonning que el Movimiento<br />
Moderno trato de imponer sin éxito en Europa. Asia es el contexto donde se está aplicando 80 años mas<br />
tarde ¿Motivos? es muy bueno para quién busca beneficio económico inmediato.” Form follows profit,<br />
suelen decir, y el resultado es esa masa ingente de torres de hasta 28 plantas (restricción por normativa<br />
de evacuación en caso de incendios) que definen con bastante nitidez el principal cuerpo denso de<br />
Shanghai y que fuerza el desalojo más o menos razonable 40 de todo el tejido residencial tradicional de<br />
vivienda de baja densidad (que en términos occidentales es, sin duda, infravivienda).<br />
‘Nail House’ en Chongqing, 2.007 (4)<br />
40 En los últimos años ha cundido el ejemplo de la mítica casa ‘resistente’ a las fuerzas del capitalismo y<br />
la promoción inmobiliaria, y que produce la imagen espectacular del solar vaciado, incluso excavado con<br />
la única excepción de la ‘nail house’ (casa clavo), resistiendo impertérrita y convirtiéndose en mártir del<br />
proceso brutal de urbanización en los megapueblos emergentes.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Vista desde el antiguo matadero hacia las zonas de reciente crecimiento en Shanghai, con tejido<br />
residencial tradicional en primer término. (1)<br />
Prosigue Arroyo: “El otro modelo de urbanización es el del suburbio americano de vivienda unifamiliar de<br />
baja densidad. Este tipo se usa menos y el gobierno ya no da licencias para proyectos de villas (aunque<br />
los promotores, como no, buscan las vueltas a la normativa). Este modelo esta en muchas ocasiones<br />
ligado a programas folclóricos de copia del paisaje urbano de otras culturas: poblado español, holandés,<br />
italiano 41 ... Tanto en uno como en otro, el parámetro que más llama la atención es la escala de las<br />
operaciones.”. Respecto al tamaño, Álvaro Leonardo Pérez , Senior Designer Architect contratado por<br />
HOOP Architectural Design Consultant en Shanghai, nos aporta su percepción: “El tamaño mínimo(de<br />
propuesta de diseño) han sido dos edificios culturales de 5.000m2 construidos cada uno, el tamaño medio<br />
parcelas de alrededor de 30.000m2 para proyectos residenciales de densidad media y alta, y el tamaño<br />
mayor un urban plan de 355.000 m2 de área. Dependiendo del tamaño, uno por semana si es grande, o<br />
dos por semana si el nivel de desarrollo es menor.”. No es mal ritmo, desde luego. En este sentido, y a<br />
modo de curiosidad, Marta Colas Santamaría, contratada como Urban Designer por CPG Corporation en<br />
Shanghai, tras ganar un concurso en Chongqing comenta “en este proyecto, realmente, me he sentido<br />
mucho más cómoda por su tamaño, mucho más reducido, más parecido a la escala que manejamos en<br />
Europa.”... para hacernos una idea, hablamos de una parcela con 4 torres de 250 metros de altura<br />
(curiosamente, el proyecto definitorio de la imagen del Madrid contemporáneo). “Existen tres tamaños de<br />
planeamiento: grandes Iconos (donde están invitadas las grandes firmas internacionales como KPF,<br />
SOM, Gensler, etc), los de tamaño grande o intermedio sin ese carácter icónico (ofertados en concurso a<br />
firmas extranjeras japonesas, americanas, suele estar Atkins y alguna china de cierto peso en Beijing) y el<br />
resto de urbanismo para pequeñas firmas chinas.”<br />
41 Como vimos en la página 14<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Nudo de autopistas elevadas al oeste de People’s Square, Shanghai, <strong>2.009</strong> (4)<br />
China produce ciudad en estos tiempos, a esta escala. Otro tipo de planteamiento, hoy en día no tiene<br />
cabida. Es un formato productivo en el que el objeto arquitectónico, el edificio, deja de tener valor en sí<br />
mismo, y pasa a ser mero componente de un paisaje de semejantes. Del mismo modo que la geometría<br />
de una brizna de césped deja de importar cuando contemplamos la pradera, en la que vislumbramos las<br />
cualidades, los contrastes y la calidez del todo, no de sus componentes.<br />
En este sentido perfila también su crítica urbana Rem Koolhaas en la conferencia en homenaje a Paul S.<br />
Byard “Hermitage 2014” 42 , al explicitar mediante un fotomontaje como los pretendidos proyectos-icono de<br />
las grandes firmas occidentales de arquitectura componen un skyline cualquiera, indefinido, neutro e<br />
insípido en lo relativo a su singularidad, pero igualmente eficaz a cualquier otro en términos de conjunto.<br />
En Shanghai este esquema resulta palmario: sería extraordinariamente complicado elegir 3 edificios, 3<br />
arquitecturas que, en sí mismos, como edificios, como arquitecturas, posean valores de interés a nuestros<br />
ojos. Pero el resultado de conjunto es sencillamente apoteósico. Nunca tanto malo, tan inconexo como<br />
próximo, resultó tan bueno. Y esta preponderancia de lo colectivo frente a lo individual, de la armonía de<br />
conjunto frente a la estructuración interna, es algo intrínsecamente chino y que, cuando se practica desde<br />
la total desinhibición estético/moral, genera unos contrastes tan potentes que nuestra cultura<br />
homegeneizante desprecia sistemáticamente al forzar pautas de adecuación (o estructuración interna).<br />
42<br />
Wood Auditorium, Avery Hall, Columbia University Graduate School of Architecture, Planning, and<br />
Preservation, 20 de febrero de <strong>2.009</strong><br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Propuesta ganadora para el diseño de una parcela con 4 torres de 250m de altura en Chongqing, por<br />
CPG Corporate, <strong>2.009</strong> 43 , dirigida por Marta Colas Santamaría “los tiempos de producción no tienen nada<br />
que ver con lo que puedas esperar en Europa… de un total de cuatro semanas dedicadas a un proyecto<br />
de este tipo, una es para recopilar información, visitar el emplazamiento, reunirte detalladamente con el<br />
cliente… otra es para trazar el master plan, la siguiente para preparar el render con el equipo<br />
especialista y la cuarta es para la parte de detalle de esos renders (colores generales, texturas, matices),<br />
así como para la preparación del report completo”. (3)<br />
43 Existe en China una creciente fiebre por la estética del render arquitectónico y urbano, llegando a<br />
cotas inimaginables en Occidente, y generando publicaciones específicas sobre renders… Como bien<br />
señala Zhou Rong en su perspicaz “Leaving Utopian China” (Architectural Design, september/october<br />
2.008, New Urban China, pg 37) “(…) to satisfy the consumer appetite for Chinese utopian visions, nearly<br />
every city has produced a visual orgy of its utopian futures from digital renderings and animations of the<br />
city’s future planning, whether practical or not. Impressive digital fly‐throughs are commissioned by<br />
most city administrations as marketing road shows to attract investment (…) These modern utopian<br />
visions always include skyscrapers, megastructures, superwide roads, and superscale real‐estate<br />
development projects. (…) Digital renderings of city utopias are presented via Power Point as clean<br />
picture‐perfect imagery for marketing porposes to both government institutions and the general public.”<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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ACTO III<br />
LOS 7 PRINCIPIOS<br />
(diálogos cruzados entre cocina, lengua y ciudad)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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1<br />
TODO ES NEGOCIABLE. EN CUALQUIER MOMENTO<br />
diálogo escrito<br />
“No hay situaciones estables. En cualquier momento puede cambiar el rumbo de un proyecto, la relevancia de sus<br />
condiciones. Repentinamente, en un momento concreto, no precisamente identificable a priori, el proyecto puede<br />
cambiar de arquitecto; se puede dividir, compartir, ampliar, crecer, o puede cambiar de función, de uso o de lugar.”<br />
Juan Carlos Sancho Osinaga, “Tres ideas sobre una experiencia”, AV Monografías 109-110, China Boom, Growth<br />
Unlimited, ISSN: 0213-487X, 2.004.<br />
Todo es negociable y revisitable, deberíamos añadir. Es decir, el hecho de que hayas negociado algo no<br />
quiere decir que no lo vuelvas a negociar. A poco que cambie la situación, lo ya negociado será<br />
susceptible de ser revisitado. Sin ningún problema.<br />
Hay diferencias esenciales (en la propia inercial moral), entre china y occidente que enlazan con las<br />
tradiciones religiosas y espirituales en cada cultura. El sentimiento de culpa tradicionalmente<br />
judeocristiano, aún en las personas de formación atea, impregna nuestros actos y reacciones en<br />
cualquier negociación. Con bastante facilidad nos sentimos culpables (nacemos del pecado) y así nos<br />
hace sentir cualquier giro que provoquemos a una situación que nuestra contraparte no se espere. Es un<br />
sentimiento latente, que con relativa facilidad puede despertar un suceso, una acción, una mirada... y que<br />
no depende tanto de nuestra orientación religiosa consciente, si no del marco espiritual y el entorno social<br />
en el que crecimos y nos desarrollamos. Es fácil que si cambiamos las condiciones habladas, nos<br />
sintamos culpables. Somos culpables por defecto, mucho más si hacemos algo.<br />
En china esta instalación por defecto de ‘software malintencionado’ en el individuo no existe. Prima el<br />
sujeto y su búsqueda personal (el egoísmo es un derecho natural del ser humano). Y si hay que volver<br />
atrás, se vuelve atrás. Sin ninguna connotación moral. Y sin ningún prejuicio. Uno es bueno o malo<br />
dependiendo de que alcance sus objetivos o no, siempre y cuando no cause daño. Frente al<br />
entendimiento de la ‘astucia’ en occidente como algo bueno o malo dependiendo del fin al que se oriente<br />
su práctica y los medios con los que se obtenga, en China la astucia es virtud, y cualquier fruto que de,<br />
por tanto, legítimo. Como bien explica Harro Von Senger 44 en su análisis de tácticas militares chinas<br />
aplicadas a entornos de negociación empresarial, esto muchas veces implica seseos, maniobras de<br />
despiste, cambios de dirección y algunas otras situaciones que en occidente bien pueden parecer<br />
groseras, inadecuadas o simplemente inaceptables.<br />
44<br />
Harro Von Senger, “36 Estratagemas para Directivos”, Ediciones Deusto, Planeta deAgostini<br />
Profesional y Formación, ISBN‐13: 978‐84‐234‐2515‐0, 2.007<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
La escasa carga de detalle de su lengua facilita este tipo de pensamiento (entendiendo que el detalle es<br />
un mayor compromiso con una realidad en concreto frente a otras, y que lo vago y ambivalente, la<br />
continuidad de varias opciones).<br />
En el formato culinario (en el que en todas las comidas siempre hay todos los elementos (frutos secos,<br />
verduras, pescado, pollo y ternera) se posibilita de manera deliberada el tener abiertas todas las opciones<br />
(siendo este el mayor logro del anfitrión –que el huésped pase hambre no es una opción-).<br />
En el tejido residencial local (contemporáneo) de Shanghai, al contrario que en el tradicional (en el que disponían de<br />
patios), no disponen de espacio dónde colgar la ropa, por lo que las fachadas se convierten en auténticos mosaicos<br />
de la verdadera moda china en estado de desecación, mediante el descuelgue de palos de bambú, generando una<br />
de las imágenes más típicas y pintorescas de la ciudad. (2)<br />
Comenta Pedro Pablo Arroyo: “El urbanismo chino es poco detallado: describe usos generales,<br />
aprovechamiento del suelo, y poco más. Luego son los promotores los que desarrollan el detalle del<br />
urbanismo. El promotor tiene que presentar un proyecto para que el gobierno lo apruebe, pero una vez<br />
aprobado, el proyecto puede cambiar si mantiene los parámetros urbanos generales (alineaciones,<br />
volúmenes, zonas verdes...)”. Esto es altamente efectivo, ya que ante cualquier contingencia, permite la<br />
viabilidad por encima de los compromisos. Y esta es una de las claves. Que se haga. Ya veremos cómo,<br />
pero que se haga.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
38
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
1<br />
TODO ES NEGOCIABLE. EN CUALQUIER MOMENTO<br />
diálogo visual<br />
(4)<br />
(1)<br />
(4)<br />
escenario<br />
necesidad<br />
oportunidad<br />
rapidez<br />
eficacia<br />
‘low cost’<br />
improvisación<br />
instante<br />
acción<br />
tratar<br />
interactuar<br />
concertar<br />
operar<br />
improvisar<br />
conjuntar<br />
integrar<br />
maridar<br />
signo<br />
evocador<br />
superimpuesto<br />
binario<br />
deslizante<br />
coyuntura<br />
trance<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
2<br />
NO HAY ESTRUCTURAS, HAY TENDENCIAS<br />
diálogo escrito<br />
“Cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución.”<br />
Proverbio chino<br />
Este proverbio devenido aforismo en la práctica diaria en oriente, tan misteriosamente antiguo como<br />
inquietantemente cercano a los fenómenos de emergencia del orden dentro del caos sobre los que<br />
elucubra Manuel De Landa, pone en relieve una de los aspectos más relevantes de la ‘chinicidad’: no hay<br />
estructuras, únicamente tendencias.<br />
Es esa concepción de lo indefinido como algo normal y ordinario, es esa conciencia de que la realidad es<br />
un estado anexacto de la cuestión (cualquiera que sea la cuestión), es esa natural comodidad con la<br />
definición como proceso paulatino de producción (en lugar de cómo requerimiento previo a la producción)<br />
lo que identifica genuinamente a la ‘chinicidad’ frente a otros esquemas conductuales y de pensamiento.<br />
Y esta es la principal fuente de incomodidad del occidental en aquellas tierras cuando le rodea este<br />
comportamiento. No hay estructura, hay tendencia.<br />
No se desarrolla la vida social, económica y productiva sobre una estructura clara, definida y, por tanto<br />
predecible. Se desarrolla sobre una tendencia dominante sobre la que se va definiendo según va<br />
haciendo falta (fundamentalmente porque si no hace falta, ¿cuál es el sentido de hacerlo?). Esto implica<br />
asumir muchas zonas de indefinición (conceptual, material y temporalmente) que en el sistema garantista<br />
occidental enfocado a la acotación de responsabilidades (para la posterior depuración de las mismas, en<br />
caso de ser necesario) ni encaja, ni se ve como alternativa posible. Por ejemplo: frente a la necesidad de<br />
ir de A a B, occidente trazaría el camino, perfectamente reglado; primero el pie izquierdo, luego el<br />
derecho, certificado de primer y segundo paso, comprobaría la dirección cada 10 pasos y volvería a<br />
extender un certificado… así hasta llegar a B. China mira hacia B, respira hondo y comienza la marcha<br />
sin más preocupación. ¿El camino? Ya iremos viendo. Y lo que he andado, no necesito que nadie lo<br />
certifique. Lo he andado. Resultados frente a burocracia, según la percepción china. Dispersión frente a<br />
garantías, según la occidental. Dos modos distintos de eficacia.<br />
En lo relativo a la lengua escrita, no existen, como tal, reglas ortográficas que den sentido a la<br />
construcción del lenguaje chino. Los caracteres vienen a ocupar siempre un cuadrado del mismo tamaño,<br />
con indistinto número de trazos, siempre con dos sílabas y presentando distintas subdivisiones internas<br />
sin que tengan que ver ni con significado, ni con fonética. Es un sistema básicamente apoyado en el uso<br />
puro y duro de la memoria.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
En lo relativo a lo culinario, los platos presentados sobre la mesa son la tendencia del banquete. Más o<br />
menos pescado, más o menos picante, más o menos verdura, en más o menos platos… y a partir de ahí,<br />
cada comensal genera su propia combinación, su propia estructura del banquete. A pesar de que, como<br />
afirma Sol Madridejos, la composición en número de platos nunca sean números impares y tiendan a ser<br />
ocho, como confiesa Xiangning Li cuando se le pregunta al respecto de dicho número, “depende… los<br />
camareros van viendo cómo reacciona la mesa, si disminuye el ritmo o si se mantiene, y en función de<br />
eso van ajustando…”<br />
El paisaje urbano (al igual que el natural) es el resultado de unas fuerzas endógenas entrópicas<br />
(necesidades habitacionales, temporales y funcionales) y unas fuerzas exógenas isotrópicas (los agentes<br />
participantes en el proceso edilicio). Cada momento, cada desarrollo, cada materialidad tiene su<br />
intensidad correspondiente. El papel únicamente vale para definir ‘hacia dónde’ vamos. El “cómo” es cosa<br />
del presente, de la realidad y de los agentes que intervengan en su construcción en ese momento dado.<br />
A finales de la primavera de <strong>2.009</strong>, un bloque de viviendas entero volcó tras su finalización.<br />
La insuficiente cimentación (probablemente derivada de otro proyecto de otra escala) no<br />
pudo aguantar el momento generado en la base por los esfuerzos de viento. (4)<br />
Todos los procesos de definición de una realidad que en occidente entendemos propios del arranque<br />
planeado, en China se desarrollan a la vez que se construye esa realidad en adaptación al momento y<br />
lugar en el que se inserta. Como muy bien explica Juan Carlos Sancho “Se pasa de imágenes<br />
tridimensionales radioactivas y brillantes, directamente al masterplan y de ahí a su construcción(…) No<br />
hay procesos, ni proyectuales, ni reales; al menos, procesos entendidos desde una óptica tradicional. Así<br />
se pasa en la práctica de la imagen a su construcción por medio de grandes Institutos de Arquitectura, en<br />
donde ‘el proyecto’ se desvanece fragmentándose entre las cuarenta plantas del Instituto, y apareciendo<br />
finalmente en la obra.”<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
41
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
(1)<br />
2<br />
NO HAY ESTRUCTURAS, HAY TENDENCIAS<br />
diálogo visual<br />
(1)<br />
(4)<br />
escenario<br />
variable<br />
flexible<br />
local<br />
puntual<br />
superpuesto<br />
infrapuesto<br />
escalonado<br />
emergencia<br />
sistema<br />
esqueleto<br />
acción<br />
simultánear<br />
apelmazar<br />
variar<br />
desestabilizar<br />
elegir<br />
liberar<br />
asumir<br />
frecuentar<br />
signo<br />
suave<br />
variable<br />
corriente<br />
afilado<br />
cambiante<br />
grueso<br />
asistemático<br />
fino<br />
predilección<br />
querencia<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
3<br />
CAMBIO FRENTE A ETERNIDAD<br />
diálogo escrito<br />
“No obstante, China es un país de revoluciones, y en cada época ha conservado de la anterior únicamente aquello<br />
que parecía seguir siendo de utilidad. Desde el punto de vista de la conservación, esto supone un desastre de<br />
grandes proporciones, dado que comporta la destrucción de raíces culturales, históricas y urbanas. Pero esta es la<br />
manera como China ha ido configurándose a lo largo de los siglos: los cambios bruscos han hecho de China lo que<br />
es hoy.”<br />
Miguel Ruano, ‘Impresiones Urbanas’, AAVV, Revista Internacional de Arquitectura 2G, Instant China (notas sobre<br />
una transformación urbana), pg 27, vol II, nº 10, Editorial Gustavo Gili, ISSN: 1136-9647, Barcelona, 1.999.<br />
Muchas veces no reparamos en la importancia radical que tiene, en nuestros mecanismos cognoscitivos,<br />
en nuestra base de reacciones, el poso de influencia del entorno espiritual en el que nos formamos.<br />
Incluso en aglomerados urbanos contemporáneos, donde las liturgias religiosas se difuminan poco a<br />
poco, donde la individualidad reclama su importancia a costa de la ‘colectividad’ de lo espiritual, subyacen<br />
los remanentes heredados de nuestros periodos formativos, dónde la base era otra y, como tal base,<br />
generaba unas respuestas y unos mecanismos de comportamiento tipo por defecto. Estos mecanismos<br />
de base no operan en un primer plano, operan en un segundo, tercer plano, muchas veces sin que nos<br />
demos cuenta de una manera consciente. Trabajan silenciosamente, sin establecer ‘ruido’ lógico, y sin<br />
generar debate interno. Y establecen de manera clara la base de lo que, comúnmente, llamamos<br />
diferencias culturales.<br />
Tener en cuenta la observación de Manuel Ruano resulta especialmente interesante si contemplamos la<br />
natural tendencia a la eternidad de occidente (donde ‘nuestra’ fe y sus subproductos nos hablan desde<br />
hace siglos de una vida eterna a la diestra de El Señor, donde nuestras arquitecturas pretenden esa<br />
cualidad de lo imperecedero desde el discurso de lo tectónico, dónde realizar actos u objetos que queden<br />
para la posteridad ha sido, es y será un valor máximo de cara a la sociedad), frente a la natural capacidad<br />
del tejido social y cultural chino para absorber el impacto de cambios dramáticos a unas velocidades<br />
vertiginosas. Llegamos a los efectos últimos de la espiritualidad; a aquellas inercias conductuales que<br />
generan las creencias sobre el fin y el inicio de la vida, así como su propio sentido teleológico. La<br />
reencarnación 45 como fin y principio de la vida, es el máximo exponente del cambio constante. Y si es<br />
natural que la mente salte de un cuerpo a otro, qué cambio no lo será. La vida es cambio, y cuando toca<br />
cambiar, bienvenido sea.<br />
45 Aunque dentro de la amplia gama de confesiones que componen el mosaico religioso chino existen<br />
igualmente una vasta y variada concepción del significado de ‘reencarnación’, sin ser nunca tan simplista<br />
como asumimos en occidente, si subyace, como corresponde a una base espiritual de mayoría budista,<br />
la noción de que la vida que vivimos en la tierra ahora, en este momento, no es más que una parte más<br />
del trayecto físico‐evolutivo y que, al igual que hubo etapas previas, las habrá futuras.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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43
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
En occidente se aspira a la eternidad desde la permanencia, desde lo inamovible, desde lo fijo e<br />
inmutable. En China, la eternidad tiene que ver con el enlazar un cambio con otro, con el siguiente, con el<br />
siguiente del siguiente… Es un concepto dinámico de lo eterno, basado en lo mutable, lo natural… Y<br />
probablemente de aquellos polvos vengan estos lodos, probablemente por este motivo en occidente nos<br />
preocupe tanto la estructura, las reglas (lo inmutable) y, probablemente, por esto la mentalidad china esté<br />
tan extraordinariamente cómoda en cualquier situación de presente indefinido en proceso de definición,<br />
reformulación y cambio constante.<br />
Tras la vuelta de Shanghai, en un amistoso y relajado intercambio de emails, y preguntado sobre cómo<br />
iban las cosas por su estudio en la ciudad china, Pedro Pablo Arroyo, en un arranque de sagaz<br />
clarividencia responde “Las cosas… van como van, como iban y como irán. Es lo que tienen los países<br />
con tradicion budista, en los que la idea de reencarnación ha generado un mecanismo que produce<br />
bucles mentales insondables… Dónde esté un buen infierno que te obligue a espabilar en esta vida…”.<br />
Efectivamente. Probablemente el infierno haya sido el mejor invento del catolicismo. Y aunque de manera<br />
sistemática se culpe a esa práctica religiosa del paréntesis evolutivo que significó su primacía en la baja<br />
edad media, resulta inquietante pararse a pensar qué habría sido del desarrollo occidental sin las inercias<br />
conductuales y resultadistas (en esta vida) que provocó disponer de un premio o un castigo (fuera de esta<br />
vida) por toda la eternidad. El catolicismo pone fecha clara al juicio en el que se decidirá si somos<br />
castigados o salvados. Y a partir de ahí, depende de ti una cosa o la otra. Espabila. O arderás en el<br />
infierno.<br />
Tríptico en retablo de madera ‘El Jardín de las Delicias’, pintado por El Bosco (Hieronymus Bosch) entre 1.480 y<br />
1.490 por encargo de Enrique III de Nassau. Plasmación intrigante y surrealista de la triada cielo/realidad/infierno<br />
(premio/presente condicionado/castigo) puramente cristiana. (6)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
El caso chino es bien distinto. Frente a la palabra clave en occidente ‘juicio’ (para dictaminar lo bueno y lo<br />
malo) y su constitución como hecho puntual y definitivo a la hora de encarar la eternidad, la espiritualidad<br />
china opone la palabra ‘viaje’ y su constitución vital como trayecto, como cambio continuo. Desaparece la<br />
relación binaria actos/juicio. No hay premio ni castigo, no hay infierno. Tan solo cambio, evolución, fases<br />
distintas. Es, a todas luces, una invitación abierta a tomarte las cosas con mucha calma, paciencia y<br />
filosofía. Sabes que antes o después, cambiaran. Y si no cambian ellas, cambiarás tú.<br />
‘Monasterio en un Valle Profundo’, Chen Yun, 2.006. Gran<br />
parte de la pintura religiosa budista (aún en práctica) tiene<br />
que ver con las representaciones del templo en la<br />
naturaleza, explicitando el largo y sinuoso camino (el<br />
cambio continuo), necesario para llegar hasta el mismo(6)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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45
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
En el lenguaje escrito, este concepto puede entenderse fácilmente al observar la alta interpretatividad de<br />
la expresión conjunta. El no aportar un fuerte contenido en detalle (a la manera occidental -tiempo verbal,<br />
voz, la propia flexibilidad y adaptabilidad de las palabras/caracteres-) desvincula de la concreción<br />
occidental (el punto) y enfatiza el carácter disperso, de tendencia, con su consabido alto potencial de<br />
cambio.<br />
En el formato culinario, la estructura típica de orden fija por comensal (quiero esto de primero, esto otro<br />
de segundo, este postre y un café con leche), prefija, rigidiza (eterniza, en ese sentido de lo inmutable)<br />
cómo va a ser la comida. En china, el abanico de platos que se ponen a disposición del comensal<br />
posibilita su continuo cambio en texturas, sabores, contrastes, percepciones, ritmos, llenos y vacíos…<br />
En el ámbito de lo urbano, esta oposición conceptual se aprecia con la siguiente ilustración, a cargo, una<br />
vez más, de Pedro Pablo Arroyo: “el cambio de mentalidad en lo relativo a los costes de la construcción<br />
es clara: tienes que construir una cubierta y lo puedes hacer bien, con buenos materiales y que dure<br />
indefinidamente por X yuanes, o sensiblemente peor por la tercera parte de precio y que tengas que<br />
cambiarla dentro de dos años… el occidental tiende, indefectiblemente, a elegir la primera opción. Bueno<br />
y duradero. El chino elige, sin dudar, la segunda. Y lo que se ahorra lo invierte en bolsa, y con lo que<br />
gana en bolsa, cambia la cubierta a los dos años sin dejar de mover su dinero.”. Eternidad frente a<br />
cambio continuo.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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46
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
3<br />
CAMBIO FRENTE A ETERNIDAD<br />
diálogo visual<br />
(2)<br />
(4)<br />
(4)<br />
escenario<br />
cambiante<br />
actualizado<br />
convulso<br />
permuta<br />
canje<br />
fugacidad<br />
conservación<br />
efímero<br />
acción<br />
desbaratar<br />
mezclar<br />
alborotar<br />
variar<br />
centrifugar<br />
girar<br />
rodar<br />
customizar<br />
signo<br />
continuidad<br />
constante<br />
fluido<br />
perdurable<br />
finito<br />
contingente<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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47
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
4<br />
BELLEZA Y ARMONIA vs ORDEN Y JERARQUÍA<br />
diálogo escrito<br />
“What of beauty, then? Why beauty now? Now, at this late stage of the game? Alternatively, when was beauty? The<br />
question seems out of step (…) and a certain historicity might appear to be privileged over the punctum of the<br />
beautiful moment. (…) The idealist critique of the aesthetic invites a caveat –a supplement- in the shape that<br />
pedagogy that will engineer the improper anthropological subject toward the subject of aesthetics proper.”<br />
Arindam Dutta, ‘Unmaking Beauty: Aesthetics in the Shadow of History’; “The Bureaucracy of Beauty: Design in the<br />
Age of its Global Reproductibility”, pg 279, Routledge, ISBN 978-0-415-97920-7, New York, 2.007.<br />
En occidente, desde la base de ordenación que da la jerarquía, se establecen certezas, acotaciones y<br />
seguridades que favorecen la percepción positiva del hecho, suceso u objeto que tengamos delante. El<br />
orden y la jerarquía son valores que agradecemos porque anuncian lo siguiente, lo venidero, dan una<br />
pauta que poder interpretar y seguir, que poder estudiar y aprender. Son confiables (o al menos así lo<br />
entendemos). Es, digámoslo así, una estructura operativa sobre la que apoyarnos en nuestros<br />
movimientos por la realidad.<br />
El método chino, sin embargo, orienta su movimiento por la realidad desde la dupla belleza y armonía,<br />
siendo su consecución lo que puede llegar a dar sentido a un todo. La armonía implica orden, cierto, pero<br />
su naturaleza es cambiante, incluso convulsa. Ambos conceptos son básicamente subjetivos, muy<br />
dependientes de la sensibilidad y (quizá, esto sea lo que pueda intranquilizar más al neófito) del<br />
momentum.<br />
El chino únicamente es jerárquico en el ámbito de lo laboral, espacio social dónde durante décadas se ha<br />
cultivado el perfil de ‘el buen mandado’, que ejecuta estrictamente lo que le piden, sin cuestionar ni<br />
reflexionar la pertinencia de lo solicitado. Esta huella política 46 sobrevive a su natural tendencia hacia lo<br />
desestructurado, y de ahí parte del entusiasmo con el que se recibe al extranjero en las empresas chinas<br />
(el occidental, por el contrario, está habituado a la toma de decisiones, así como a la crítica reflexiva y a<br />
la proposición proactiva desde el análisis personal).<br />
En el lenguaje escrito este principio es fácilmente detectable en el poema analizado con anterioridad 47 ,<br />
donde la forma de expresarse no guarda una estructura perceptible y entendible, más bien los caracteres<br />
generan un paisaje sonoro de evocaciones con significado abierto que estimulan cierta captación estética<br />
del todo. No toda su escritura guarda estrictamente este sentido, pero mantiene ese espíritu.<br />
En el caso de la comida, esta contraposición con el orden y la jerarquía occidentales se observa en el<br />
propio formato de las comidas, donde si bien hay una seriación de alimentos (primero fríos, luego<br />
46 Martin Cohen, “Political Philosophy: From Plato to Mao”, Pluto Press, ISBN 978‐0745316031, 2.001<br />
47 Ver página 20<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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48
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
calientes y en algún momento disperso el arroz y las sopas), esas series son abiertas, no retirándose de<br />
la mesa, solapándose y pudiendo uno combinar todas de manera parcial y generando, de este modo, un<br />
paisaje de sabores construido, fundamentalmente, por el propio comensal y su propia percepción de lo<br />
bello y lo armónico.<br />
Observando este principio al respecto de Shanghai, resulta imposible establecer una jerarquía clara en su<br />
trazado urbano, no ya dimensional, si no puramente funcional (o incluso en lo representativo). Carece de<br />
la aplicación de los criterios de orden y jerarquía que demanda un plano bidimensional (dónde en<br />
occidente se piensan las situaciones), pero posee cierto sentido escénico, en la visita a pie, en la realidad<br />
tridimensional (dónde en china se piensan las soluciones). Quizá en esto resulte paradigmático el<br />
conocimiento de la ciudad de los taxistas. Por lo general, son incapaces de leer un plano, aún teniendo la<br />
ciudad entera en su cabeza (que la tienen). Poseen un conocimiento tridimensional de su ciudad, de pura<br />
navegación, de pura realidad. Y los conceptos abstractos de orden, jerarquía y conexiones codificados en<br />
un plano de su ciudad, esa que tan bien conocen, le son absolutamente desconocidos, misteriosos e<br />
incluso bloqueantes. Es por esto que, al igual que en los cascos históricos de las ciudades europeas<br />
(incluso en mayor medida, dada su brutal extensión), el conocimiento y la orientación en la ciudad tiene<br />
que ver con posiciones relativas, intuiciones y avistamientos de los iconos verticales que salpican la<br />
ciudad. El resto de pistas para averiguar la localización de una escena, son inservibles, confusas o en<br />
exceso comunes.<br />
Chongqing, 2.008, paradigma del crecimiento interior del megapueblo en progresiva desestructuración (4)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Mapa del centro de Shanghai en 1.982. La ciudad es una red de células ‘organizadas’ por yuxtaposición<br />
directa, sin espacios de intermediación, articulación o concatenación (plazas, bulevares, ensanches<br />
viales, etc). Únicamente existen los parques heredados por la tradición o que contienen algún cariz<br />
representativo de importancia política o espiritual. (5)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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50
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
4<br />
BELLEZA Y ARMONIA vs ORDEN Y JERARQUÍA<br />
diálogo visual<br />
(1)<br />
(4)<br />
escenario<br />
rango<br />
subordinación<br />
contraste<br />
dualidad<br />
enfrentamiento<br />
contraposición<br />
mezcla<br />
equilibrio<br />
desgobierno<br />
maridaje<br />
acción<br />
embellecer<br />
yuxtaponer<br />
aproximar<br />
combinar<br />
equilibrar<br />
coincidir<br />
disonar<br />
aludir<br />
eludir<br />
(4)<br />
signo<br />
esplendor<br />
matriz<br />
libertad<br />
enjaulada<br />
calma<br />
equilibrio<br />
concierto<br />
conformidad<br />
cadencia<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
5<br />
BELLEZA Y ARMONIA SON CONTRASTE Y VARIEDAD<br />
diálogo escrito<br />
“China is dreaming up parallel worlds, and building a globally connected fortress. Unwittingly, the new middle class<br />
may begin to unlock this fortress.”<br />
Nevil Mars, The Chinese City: A self-contained Utopia, Architectural Design, vol 78, nº5, New Urban China, pag. 43,<br />
ISBN 978-0470751220, 2.008<br />
En El Gran Salto Adelante (entre 1.958 y 1.962) murieron de hambruna, según estadísticas<br />
gubernamentales (y por lo tanto, probablemente maquilladas) cerca de 30 millones de personas 48 .<br />
Muchos de aquellos supervivientes viven hoy en día. Y la generación de jóvenes que habita China ha sido<br />
educada, directa o indirectamente, por aquellos supervivientes. Quizá teniendo en cuenta este hecho, sea<br />
más fácil entender por qué es bello tener todo tipo de alimentos en la mesa de una vez. Por qué es bello y<br />
armonioso poder elegir a voluntad de entre todos esos alimentos. Por qué el orden y la jerarquía no<br />
importa un carajo cuando no tienes nada en la mesa y, fundamentalmente, por qué la construcción de lo<br />
bello empieza por la abundancia y la variedad.<br />
Como ya vimos en el desarrollo de las bases lingüísticas del mandarín, una de las claves se encuentra<br />
en la ingente variedad de sus elementos básicos, aquellos con los que se comienza a componer<br />
significados (los 21 shengs y 38 yuns que son la unidad mínima elemental del mandarín). Su lengua se<br />
construye desde la combinatoria, no tanto desde la declinación y el matiz, si no desde la acumulación de<br />
significados enteros. La riqueza en el mandarín no radica en el dominio o el arte de la conjugación, de la<br />
flexión, de la derivación de palabras, si no del conocimiento cuantitativo de caracteres enteros y su<br />
combinatoria construyendo significados. Así mismo, en el chino tradicional escrito, al observar la<br />
globalidad de una sentencia, frase o enunciado, pesa en su percepción armónica en qué medida recorre<br />
la posible variedad fonética de la lengua, así como el ritmo melódico que la combinación elegida<br />
construya.<br />
El resultado de esta concepción de lo bello y lo armónico como confluencia de la variedad y el contraste<br />
en clave urbana, es el fondo de escena usual en Shanghai (hasta el punto de constituir uno de los<br />
principales valores escénicos de la ciudad: el contraste y la variedad de los elementos arquitectónicos<br />
que, directamente yuxtapuestos, la pueblan). Y este es, sin duda, el leitmotif definitivo de la ultraciudad,<br />
su máximo logro en la era de la transmisión de la imagen; ser capaz de generar infinidad de instantáneas<br />
contrastadas, contradictorias y rebosantes de variedad en dramático y vivo enfrentamiento. Como<br />
comenta Pedro Pablo “comienza a desarrollarse cierta inquietud por la conservación, pero es bastante<br />
reciente. Por un lado, la arquitectura del patrimonio artdeco está protegida. Por otro, hay áreas del tejido<br />
48<br />
Cabe recordar que el recuento de víctimas de la II Guerra Mundial, entre los dos bandos no llegó a los<br />
40 millones, incluyendo el genocidio judío.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
52
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
residencial (lilong) que también están protegidos. El catalogo de unos y otros está formado por zonas<br />
aisladas, sin conexión.”<br />
Y aquí es dónde comienza a ser inevitable reflexionar sobre el interés extremo de, en lugar de incidir en<br />
los errores de conservación occidentales, comenzar a plantear nuevos formatos de preservación de<br />
escenas, de escenarios urbanos, aunque esto implique la preservación de arquitecturas banales o<br />
sinsentido (o la extracción de sus características esenciales que hacen que esas arquitecturas fatuas<br />
entren en diálogo o en resonancia con su entorno y sus divergentes escalas). Es en este punto dónde<br />
Shanghai, basándose en la lapidación directa y sistemática de sus tradiciones arquitectónicas,<br />
sustituyéndolas por arquitecturas pastiche pretendidamente occidentalizadas, rebosantes de oquedad<br />
conceptual, rebosantes de pereza discursiva, halla su identidad más profunda y verdadera, su momento<br />
álgido y su imagen para la posteridad. Una imagen donde, de manera tiránica, contraste y variedad<br />
gobiernan con puño de hierro.<br />
Shanghai, <strong>2.009</strong>. La ciudad, desde numerosas localizaciones, parece compuesta como una suerte de bodegón<br />
urbano. En primer plano, el contraste de las manzanas de tejido residencial tradicional y los nuevos bloques<br />
residenciales en altura, presentando estados híbridos (así como demoliciones y nuevos levantamientos) en el plano<br />
medio, pudiendo observar en el plano de fondo la primacía paisajística de los iconos verticales del sector financiero:<br />
la torre Jin Mao y el SWFC –de capital japonés-. La zona donde habitan estos dos colosos (ambos superan los 450<br />
metros de altura), Pudong, se hunde anualmente 2 cms debido a la creciente masa que soporta (ya se han iniciado<br />
las obras para la construcción de otra torre, esta de capital enteramente chino, que supere en altura a las existentes)<br />
(4)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
5<br />
BELLEZA Y ARMONIA SON CONTRASTE Y VARIEDAD<br />
diálogo visual<br />
(4)<br />
(4)<br />
(4)<br />
escenario<br />
disparidad<br />
desemejanza<br />
oposición<br />
diversidad<br />
dejadez<br />
estridencia<br />
excitación<br />
estimulación<br />
incertidumbre<br />
acción<br />
multiplicar<br />
variar<br />
complejizar<br />
reiterar<br />
saturar<br />
llenar<br />
rebosar<br />
completar<br />
compactar<br />
signo<br />
pluralidad<br />
compatibilidad<br />
complementaridad<br />
diferenciador<br />
diferencial<br />
referencial<br />
desinhibido<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
54
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
6<br />
DISOLVER LO INDIVIDUAL PARA MAXIMIZAR EL CONJUNTO<br />
diálogo escrito<br />
“Efectivamente, constatada la velocidad con que los comunistas se han transformado en capitalistas, cabe<br />
interrogarse sobre la profundidad de las convicciones que infundió el maoísmo o sobre la capacidad que los chinos<br />
poseen para asumir los cambios y explotarlos de acuerdo con lo que ellos llaman ‘el natural sentido de la corriente’.<br />
Los Chinos, llega a pensarse tras conocer su historia reciente, no parecen haber sido ni grandes devotos del<br />
colectivismo, ni del liberalismo, ni siquiera de este pareado comunista-consumista. Son y han sido, antes, después y<br />
ahora, muy chinos. Orgullosamente chinos y, por si faltaba poco, una reciente oleada de fervoroso nacionalismo,<br />
manifestada en himnos, fiestas, cultos budistas y formas arquitectónicas está tratando de encubrir, por mano de la<br />
propaganda oficial, el caos ideológico y socioeconómico del país, consternado por la velocidad y la potencia de su<br />
formidable cambio.”<br />
Vicente Verdú, ‘El Castillo Chino’, Revista Internacional de Arquitectura 2G, Instant China (notas sobre una<br />
transformación urbana), pg 13, vol II, nº 10, Editorial Gustavo Gili, ISSN: 1136-9647, Barcelona, 1.999.<br />
China necesita crecer a un 8% en términos económicos. Ese percentil, sueño inalcanzable para cualquier<br />
país desarrollado (y para cualquier país en vías de desarrollo durante tantos años), no es un objetivo sin<br />
sentido, es el ratio de crecimiento necesario para poder ir incorporando al mercado laboral a los jóvenes y<br />
que, de esta manera, se pueda asegurar cierta tranquilidad social. Los años que no se ha conseguido,<br />
han comenzado a surgir tensiones sociales (más de lo habitual en un país en el que la percepción<br />
occidental es de absoluta tranquilidad y seguridad), especialmente en zonas geográficas donde la etnia<br />
Han no tiene una mayoría aplastante sobre el total de la población local. En esos momentos es cuando el<br />
gobierno, temiendo un efecto URSS dentro de sus propias fronteras, enfatiza el mensaje global de “juntos<br />
somos fuertes, juntos podemos”. Este mismo mensaje de unidad para la construcción nacional (incluso su<br />
sustentación en la actualidad), desde otros frentes, se percibe como consecución madura, automática e<br />
interiorizada de la civilización china.<br />
Hang Pu Bridge, Shnaghai, 2.008.(4)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Dado su disparatada relación con lo cuantitativo, todo lo chino parece disolver el concepto de lo<br />
individual para apoyarse en el conjunto, en la fuerza del grupo, del todo. De este modo podemos<br />
entender, en el sentido ya analizado al respecto de la estructura y la armonía, que no cuente tanto el<br />
significado exacto de un carácter si no el significado, la evocación conjunta de la frase completa, así<br />
como su propia sonoridad, cadencia y recorrido fonético.<br />
En la cocina, deja de ser relevante si gusta un plato o no, si tiene más o menos éxito, dado que se<br />
establece una clara relación de conjunto a través del contraste, la contraposición de colores, sabores,<br />
aromas y ritmos que adapta, remezcla y re-ensambla el propio comensal. No importa tanto el éxito de un<br />
plato en concreto si no el realce de todos y cada uno de los platos servidos a través de su propio diálogo.<br />
Shanghai, día nacional, <strong>2.009</strong> 49 (4)<br />
49 Capítulo aparte merecería el concepto de iluminación urbana. Igualmente, el desconcertante<br />
desorden de la iluminación de los edificios, su tremenda banalidad, su ingeniudad intencional genera, a<br />
partir de su omnipresencia, un espectáculo tridimensional de una potencia plástica difícil de calibrar,<br />
medir y, fundamentalmente, transmitir. En Hong Kong, todas las noches a las 20h se inicia un ‘diálogo’<br />
lumínico entre las costas de Hong Kong y Kowloon, compuesto por haces de luces, láseres y leds<br />
distribuidos por todos los edificios con presencia en el skyline costero. No comanda ningún orden, cada<br />
haz de luz parece ir a su ritmo, como si de un gigantesco y simultáneo jackpot se tratase, como si<br />
únicamente contase su acumulación, y como tal acumulación y despliegue, sorprende y desconcierta.<br />
Chinicidad en estado puro. Como dijo Harry S. Truman: “If you cannot convince them, confuse them.”<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
En las arquitecturas que pueblan la ultraciudad, con 7.600 torres erigidas, casi todas ellas de un interés<br />
arquitectónico bastante discutible, con una red de infraestructuras urbanas tan potente como agresiva<br />
(incluso invasiva para con todas aquellas viviendas enfrentadas en 2ª o 3ª planta con las autopistas<br />
elevadas), con un concepto del ‘espacio público’ bastante limitado (aunque el chino se lance a la calle con<br />
bastante facilidad –incluso en pijama a dar un paseo en las calurosas noches de primavera y verano-, el<br />
cuidado y mantenimiento por parte del gobierno de ese espacio público se limita a la construcción de<br />
carreteras, a veces aceras, alcantarillado, red eléctrica y demás dotaciones técnicas urbanas –cuando las<br />
hay-), con un sentido de la urbanidad absolutamente rural, queda en especial evidencia que, su<br />
espectacularidad, su potente plasticidad, radica en lo salvaje de su acumulación, en lo descomunal de su<br />
tamaño e intensidad, en la masa crítica de contrastes radicales por metro cuadrado, en definitiva… no por<br />
lo especial de ninguna de sus singularidades (que dejan de tener importancia como tales, mal que le pese<br />
al ego del la firma de arquitectura involucrada), si no por el conjunto, la amalgama que todas ellas<br />
generan al ser percibidas en el mismo punto del espacio-tiempo.<br />
Shanghai, <strong>2.009</strong>. Las autopistas elevadas, los cruces a nivel para transeúntes, las radicales variaciones de densidad<br />
y altura… construyen un paisaje vibrante y decadente, que disuelve cualquier singularidad en una imagen de<br />
conjunto potente y desconcertante. (2)<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
6<br />
DISOLVER LO INDIVIDUAL PARA MAXIMIZAR EL CONJUNTO<br />
diálogo visual<br />
(4)<br />
(4)<br />
(4)<br />
escenario<br />
propio<br />
homogeneización<br />
aumentado<br />
incrementado<br />
especial<br />
conglomerado<br />
cúmulo<br />
miscelánea<br />
vínculo<br />
esquilmar<br />
acciones<br />
componer<br />
agrupar<br />
amontonar<br />
apilar<br />
disolver<br />
desvincular<br />
liberar<br />
agigantar<br />
engrandecer<br />
amplificar<br />
signo<br />
cúmulo<br />
semejanza<br />
vibración<br />
singularidad<br />
ruptura<br />
fuga<br />
variedad<br />
uniformidad<br />
paisaje<br />
coordinado<br />
común<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
7<br />
TODO ES RELATIVO MENOS EL RITMO<br />
diálogo escrito<br />
“Una de las características de la actividad moderna, visible tanto en sus objetos como en el espacio, es la<br />
mutabilidad. Lo cual no significa inconsistencia. Al contrario. Su propia trabazón es la posibilidad de modificarse.<br />
Toda producción humana se encuentra en un estado de continua transformación. Es un proceso.”<br />
Federico Soriano, ‘Formas Dinámicas’, “100 Hipermínimos”, pg 4, Ed. Ricardo S. Lampreave,<br />
ISBN 978-84-613-1737-0, <strong>2.009</strong>.<br />
En todo este relato del gusto chino por la variabilidad, el seseo, la dispersión y la distracción, lo que<br />
nunca puede desfallecer es el ritmo. En caso de que así suceda, se cambia sin solución de continuidad.<br />
Hay numerosas anécdotas que ilustran este concepto, y que narran fielmente cómo la mentalidad china<br />
no deja que la intensidad decaiga y desaparezca un asunto por sí solo. Y los iremos repasando en cada<br />
apartado:<br />
Curiosamente, los caracteres ideográficos del chino (ya sea tradicional o simplificado) poseen, entre sí<br />
mismos, una complejidad semejante. Oscila levemente, sutilmente, pero andan en un rango de<br />
proximidad muy estrecho. La gran mayoría de las ‘palabras’ están compuestas por 2 caracteres, habiendo<br />
una base notable formadas por 1 carácter, pocas son las compuestas por 3, y muchas menos las<br />
compuestas por 4 (las compuestas por 5 son rarísimas excepciones, siendo en su totalidad voces<br />
modernas). Esa complejidad constante, esa intensidad mantenida, fuerza un ritmo continuo de escritura,<br />
manifestado en que los espacios entre caracteres que conforman una palabra y las palabras en sí<br />
mismas son idénticos. Únicamente el roce con occidente ha ido forzando en los últimos años la<br />
incorporación de los signos ortográficos que articulan, pausan y ayudan a la legibilidad del chino, aunque<br />
no son de uso absolutamente general.<br />
Al respecto de la intensidad en la comida en formato chino, y añadido a la reflexión de Xiangning Li 50 al<br />
respecto de su observación por los camareros y su readaptación en el servicio de la mesa, cabe destacar<br />
uno de los principales choques desde la cultura occidental (especialmente la latina) en estos asuntos,<br />
algo acostumbrada a la sobremesa: segundos después de que el ritmo de consumo haya bajado<br />
drásticamente con la fruta ya en la mesa, sin signo físico, sin miradas de afirmación, sin apenas tiempo a<br />
asimilar una conducta colectiva, el grupo sale disparado hacia la puerta. Antes en la calle que sin<br />
actividad en la mesa. Una vez más, no hay proceso, únicamente paso de un estado a otro sin mediación<br />
aparente.<br />
50 Ver página 15<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
Vista de la torre Jin Mao, desde Pudong con People’s Square al fondo. (2)<br />
Aunque pueda parecer desconcertante, la reflexión a propósito de los no-procesos en la definición de la<br />
arquitectura en Shanghai a cargo de Juan Carlos Sancho es muy ilustrativa: “Se pasa de imágenes<br />
tridimensionales radioactivas y brillantes, directamente al masterplan y de ahí a su construcción (…) No<br />
hay procesos, ni proyectuales, ni reales; al menos, procesos entendidos desde una óptica tradicional. Así<br />
se pasa en la práctica de la imagen a su construcción por medio de grandes Institutos de Arquitectura, en<br />
donde ‘el proyecto’ se desvanece fragmentándose entre las cuarenta plantas del Instituto, y apareciendo<br />
finalmente en la obra.” 51 . Este formato favorece la cadencia alta, estimula la continuidad de la intensidad,<br />
del ritmo de producción. Individualizar más el origen, la gestión creativa del proyecto a través de un<br />
agente vehicular y constructor de ‘el proceso’, aunque probablemente ayudase a elevar el nivel y la<br />
coherencia interna y externa de los proyectos, ralentizaría el devenir del proyecto y generaría alternancias<br />
de ritmo inevitablemente humanas en cualquier formato productivo.<br />
Y de la misma manera sucede en los ámbitos de negociación. Cualquier situación es posible y deseable<br />
menos el estancamiento, que se evita fácilmente avanzando despreocupadamente, volviendo atrás sin<br />
disimulo o cambiando radicalmente de tercio.<br />
51<br />
Juan Carlos Sancho Osinaga, “Tres ideas sobre una experiencia”, AV Monografías 109-110, China Boom, Growth<br />
Unlimited, ISSN: 0213-487X, 2.004.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
7<br />
TODO ES RELATIVO MENOS EL RITMO<br />
diálogo visual<br />
(1)<br />
(4)<br />
(4)<br />
escenario<br />
vibrante<br />
múltiple<br />
alusivo<br />
itinerante<br />
pulsante<br />
excitante<br />
desconcierto<br />
ordenado<br />
deriva<br />
fluctuante<br />
acciones<br />
mover<br />
desplazar<br />
generar<br />
aproximar<br />
alejar<br />
relajar<br />
tensar<br />
sonreir<br />
esquivar<br />
sesear<br />
signo<br />
métrica<br />
armonía<br />
proporción<br />
regularidad<br />
ciclo<br />
cadencia<br />
compás<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
61
EPÍLOGO<br />
reflexiones desde el filo de la maleta<br />
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE Y ARQUITECTURA<br />
<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“This new interest in the multiple forces that combine to form subjects, that condition our capacities to live and to call<br />
ourselves citizens in a world of increasingly cruel and encompassing sets of logics (media, economics, technology),<br />
is a realm that must today be occupied by both thought and practice. (…) Through (selective) memory the future<br />
becomes possible, a future that the past could not think and that the present –alone- dares not.”<br />
Sanford Kwinter, ‘Radical Anamnesis (Mourning the Future)’, “Far from Equilibrium, Essays on Technology and<br />
Design Culture”, pg 142, ed. Actar, ISBN 978-84-96540-64-4, Barcelona, 2.008<br />
A pesar de las evidentes contraindicaciones del método chino, a pesar de las extrañezas que pueda<br />
generar la natural rudeza de muchos de sus planteamientos, en contraste con la extremada sofisticación<br />
propia oriental en otros asuntos relativo a lo que todos pensamos que un día fueron, tras dos meses de<br />
inmersión en la chinicidad más directa, no dejan de resonar en la cabeza los potenciales creativos de<br />
ciertas actitudes convenientemente readaptadas. Resulta hilarante comprobar cómo, algunos años<br />
después, la operativa china, sus maneras (a veces inciertas, enajenantes o difíciles de decodificar) han<br />
construido un Pudong notablemente más atractivo que cualquiera de las propuestas presentadas a<br />
concurso en su momento por Foster, Ito, Perrault o Fuskas 52 …<br />
Vista sobre Pudong desde el Bund, 1.990 (5)<br />
52 Parte significativa de las propuestas aparecen en el artículo de Miguel Ruano, ‘Extraños en el…<br />
¿paraíso?, Revista Internacional de Arquitectura 2G, Instant China (notas sobre una transformación<br />
urbana) vol II, nº 10, pgs 67‐72, Editorial Gustavo Gili, ISSN: 1136‐9647, Barcelona, 1.999. Ninguna de las<br />
propuestas presentadas por los estudios de prestigio occidentales convenció al gobierno, que los<br />
percibió en su totalidad como excesivamente arriesgados. Y a partir de ahí configuraron una propuesta<br />
de centro financiero tradicional, con grandes torres ‘icónicas’ de oficinas que, en la actualidad,<br />
componen uno de los paisajes urbanos más espectaculares del planeta, confrontando a ambas orillas del<br />
río Hang Pu el decimonónico estilo imperial de la tectónica de las colonias europeas del lado de Puxi, y la<br />
radical insipidez del modelo torre objetual del apogeo del siglo XX.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
La ciudad es un hecho complejo, difícilmente abarcable por una única mente en comanda. Dos piensan<br />
una ciudad mejor que uno. Veinte mejor que dos (entendiendo mejor como más real en términos de<br />
ajuste con las necesidades reales de una complejidad multipersonal). Y en términos de número, ellos<br />
ganan y ganarán siempre. Y quizá sea digno de observar, analizar, entender y re-invertir esa habilidad<br />
para dejar que los asuntos fluyan hasta que su propio grado de caos permita el surgimiento de un orden<br />
resolutivo.<br />
Vista sobre Pudong desde el Bund, <strong>2.009</strong> (5)<br />
La desinhibición que presentan al generar ciertas situaciones de contraste, o de resolución de una<br />
necesidad por la vía dura (como el ejemplo de las autopistas elevadas), recuerda a las maneras<br />
impositivas de las familias nobles del renacimiento italiano, cuando hacían y deshacían en la ciudad a su<br />
antojo, y si mis dos propiedades hay que unirlas, para qué utilizar la calle… construyo un puente entre<br />
ambas y fin del asunto.<br />
La chinicidad, ya sea en su vertiente megapueblo o en su vertiente ultraciudad, es una inyección en vena<br />
de opuestos al paradigma occidental contemporáneo de desarrollo. Es un órdago al crecimiento industrial<br />
pesado, una bofetada a la razón que dicta que hay situaciones insostenibles, es un desafío cultural para<br />
sobreponerse al salvaje cambio contextual entre el sembrado y la devastadora urbe low cost en la que el<br />
habitante medio espera hacer realidad la última máxima de Den Xiaoping antes de morir: “enriquecerse<br />
es glorioso”. Y en todo este mar de contradicciones, absurdos y disonancias, flota la certeza de estar ante<br />
una estirpe de maestros en la negociación en tiempo real, dónde lo único prefabricado es la historia, y el<br />
resto es algo que se va decidiendo sobre la marcha. Así de crudo. Así de auténtico.<br />
Probablemente occidente necesite algo de ese oxígeno. Y este, no es más que un empeño en esa línea.<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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<strong>diciembre</strong> <strong>2.009</strong><br />
“De todas formas todo lo escrito anteriormente ya<br />
fue y en estos momentos todo es diferente y ya ha<br />
cambiado”<br />
Juan Carlos Sancho Osinaga<br />
doctor arquitecto, profesor titular de la ETSAM<br />
S-MAO, Sancho-Madridejos, Architecture Office<br />
Madrid, España<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
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Center, ISBN 978-0674002494, 2.000<br />
YUE, Gang, “The Mouth that Begs: Hunger, Cannibalism, and the politics of Eating in Modern<br />
China”, Duke University Press, ISBN 978-0822323419<br />
ZHANG, Longxi, “The Tao and the Logos: Literary Hermeneutics, East and West”, Duke University<br />
Press, ISBN 978-0822312185, 1.992<br />
ZHANG, Xudong, “Postsocialism and Cultural Politics: China in the Last Decade of the Twentieth<br />
Century”, Duke University Press, ISBN 978-0822342304, 2.008<br />
Entrevistas<br />
.ARROYO ALBA, Pedro Pablo, entrevista en formato email, 1 réplica, <strong>2.009</strong>.<br />
COLAS SANTAMARÍA, Marta, entrevista en formato email, 2 réplicas, <strong>2.009</strong>.<br />
LEONARDO PÉREZ, Álvaro, entrevista en formato email, 2 réplicas, <strong>2.009</strong>.<br />
MADRIDEJOS, Sol, entrevista en formato email, 1 réplica, <strong>2.009</strong>.<br />
NANG, Yan, entrevista en formato email, 3 réplicas, <strong>2.009</strong>.<br />
Créditos fotográficos<br />
(1) VOID_7 (Architecture&Thinking)<br />
(2) Daniel Gumpert<br />
(3) Marta Colas Santamaría<br />
(4) www.Flickr.com (diversos usuarios con cesión de derechos para usos no lucrativos)<br />
(5) Shanghai Urban Planning Exhibition Hall (localización del original, sin referenciar autoría)<br />
(6) Ciudad de la Pintura, http://pintura.aut.org/<br />
Álvaro Guinea Martín<br />
CHINESENESS<br />
de cómo lengua y cocina construyeron la überstadt que trascendió blade runner<br />
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