arquitectura_biblioteca_cast2

Sección
transversal
se de toda forma de ideología y, sobre todo, de
las más convencionalmente modernas, aceptando
que, en el límite, la biblioteca podía y
debía ser sólo un suelo y un techo. Porque es
esta extraña simultaneidad que sólo pertenece
a la figura la que permite tener la certeza de
que, dibujo sobre dibujo, pensamiento sobre
pensamiento, el proyecto se ha ido construyendo
en ese filo tan estrecho en el que la arquitectura
aún no es arquitectura, y a la vez, por
ser tanto, está ya a punto de dejar de serlo.
1989
1992. El resto de la arquitectura del proyecto,
la luz o las formas del espacio, por ejemplo,
siendo para nosotros algo capital, y siendo
aquello que realmente distingue lo que es de lo
que no es arquitectura, es, por personal y por
subjetivo, indiscutible. Algo que, más que
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hablar de ello, sólo puede ser mostrado. La
gran experiencia de este trabajo sigue siendo
el haber visto que la arquitectura de una biblioteca,
como la de otros proyectos, tendrá que
aceptar el carácter de provisionalidad y de
cambio de los programas que contiene. Y que
siempre nacerá con una gran dependencia de
los contenidos culturales de cada tiempo, e
incluso de los procesos de gestión del centro o
de los procedimientos y soportes de difusión de
los distintos tipos de información. Y el haber
entendido también, por paradójico que pueda
parecer, que es necesario ir más allá con ese
conocimiento y mostrar esos programas no
como contenedores, sino como arquitecturas, y
con esos materiales difíciles que han constituido
siempre la arquitectura: luz, espacio, forma
y dos o tres cosas más.
1992
1995. Puede que, hace seis años, cuando se
empezó la biblioteca, estuviera realmente incipiente
una arquitectura distinta, más rica, más
compleja, más completa, más multicultural,
más parlanchina. Ahora ya es una realidad, y
yo ahora que veo la biblioteca acabada, con
todo, con sus colores y con sus adornos y con
la radicalidad de un programa, que la biblioteca
contribuye incluso a esa corriente en la que la
arquitectura parte de experiencias reales para
ser una experiencia estética.
José M. TORRES NADAL, arq.