que el pueblo le pide: ¡Riegue aqufl: y yo riego un poquito de sentimiento. Los compositores somos una especie de patas de una gran mesa. En esa mesa están depositadas todas <strong>la</strong>s cosas y los intereses nacionales. Y entonces yo soy una de esas patas. Pero no estamos solos: este joven que me maneja también hace su tarea, y esta joven que me escucha igualmente realiza una tarea importante aquí; todos somos patas de una gran mesa y esa mesa es el pueblo. - Esta ent<strong>revista</strong> va a ser leída por muchos profesores y estu<strong>dia</strong>ntes de periodismo y de comunicación de América Latina. ¿Qué les podría decir usted a estos nuevos profesionales de <strong>la</strong> comunicación, a esa gente que trabaja en el mundo de <strong>la</strong> comunicación en América Latina? La comunicación hoy en día ha avanza
do muy rápidamente. La comunicación es peligrosísima si no somos capaces de usar adecuadamente sus instrumentos. Los profesionales de <strong>la</strong> comunicación no son todavía totalmente concientes de los enormes progresos tecnológicos y de <strong>la</strong>s implicancias que ello puede tener para el desarrollo social de nuestros pueblos. Si no veamos dos ejemplos producidos apenas con trés décadas de diferencia. En el primer caso, podemos presenciar ahora, gracias a <strong>la</strong> tecnología del satélite, sucesos que se producen en el mismo momento, pero en horarios totalmente opuestos. Una pelea de box en China o Japón <strong>la</strong> podemos estar observando en vivo y en directo a <strong>la</strong>s siete de <strong>la</strong> mañana en Caracas y, sin embargo, puede estarse realizando a <strong>la</strong>s nueve o diez de <strong>la</strong> noche en cualquiera de esos países asiáticos. La tecnología de <strong>la</strong> comunicación nos ha permitido mandar al traste <strong>la</strong>s diferencias horarias y eso es una revolución total. Treinta años atrás, había un hombrecito que era músico y lo contrataron para tocar en <strong>la</strong>s fiestas de un pueblito. Ese pueblito era ribereño del gran río Orino- co, uno de los más importantes de América. El tocó en <strong>la</strong> fiesta patronal de un santo del pueblo, y le pagaron su precio por lo que tocó. Yvaaltelégraló, que era un instrumento de comunicación, que entonces se esti<strong>la</strong>ba con <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve de Morse, y le pone un telegrama a su esposa, que quedó allí, en San Fernando de Apure, a 40 <strong>la</strong>ns. pero por agua es lejísimos, 50 kms., y le dice: "ya toqué, ya cobré, espérarne sancocho gallina. Salgo para esa. Tuyo hasta el capullo. Argenio Arrullo. "Qué así se l<strong>la</strong>maba aquel señor. Entonces sale él del telégrafo, donde le cobraron un bolívar por poner el telegrama. Eso fué hace treinta años. Y va a una cha<strong>la</strong>na que es una especie de barquichue<strong>la</strong>, que lo va a llevar a San Fernando, y en lo que está allí, esperando que carguen con queso, granos, cereales, <strong>la</strong> cha<strong>la</strong>na para arrancar, sale un muchachito con una bicicleta del telégrafo, corriendo, cortando el viento en diez pedazos, partiendo <strong>la</strong> bicicleta, casi quebrándo<strong>la</strong>, corriendo por <strong>la</strong>s callecitas y por los caminitos hasta llegar también a <strong>la</strong> cha<strong>la</strong>na a oril<strong>la</strong>s del río. Arrecuesta su bicicleta en un árbol y se va hac ¡a <strong>la</strong> cha<strong>la</strong>na, y ve al señor que puso el telegrama y le dice: ---Señor,¿usted va para San Fernando?". El viejo k dice: -Sí".---Hágame un favor, ¿me lleva este paquetico al telégrafo?. Y cuidado de botarlo que ahí va el suyo". De eso hace treinta años. La comunicación era así. El mismo llevó su propio telegrama. Esa era <strong>la</strong> comunicación de ayer aquí en Venezue<strong>la</strong>. Y hoy -repito- acabamos de ver una pelea de boxeo a <strong>la</strong>s siete de <strong>la</strong> mañana en Venezue<strong>la</strong>, pero realizada en China o Japón a <strong>la</strong>s nueve o diez de <strong>la</strong> noche. Les doy un m~je: que se apuren, que <strong>la</strong> comunicación es algo muy importante, que <strong>la</strong> utilicen bien utilizada. Que todos los medios sean lo mejor utilizados para que lleguemos a una etapa feliz. Ese es mi consejo, porque cada uno se va haciendo su propia historia, cada uno va haciendo su propio conocimiento. Lo que les ~a enviar aelloses unabrazo cariñoso de este hijo de Venezue<strong>la</strong> y que utilicen los medios de comunicación de <strong>la</strong> mejor manera. Muchas gracias. En un pueblito lindo de <strong>la</strong> ¡<strong>la</strong>nera región, hijo de padres humildes vino a este mundo Simón. En el pueblito que digo, que se l<strong>la</strong>ma Barbacoas, me acunó el río en su oril<strong>la</strong>, sin guanira y sin canoa. Trabajo con dignidad hicimos mi madre y yo el<strong>la</strong> <strong>la</strong>vó ropa ajena mientras yo serví de "pión". Fui muchacho de mandados y buscador de agua y leña, por <strong>la</strong>s tardes beceffero y en <strong>la</strong> mañana, <strong>la</strong> ordeña; Y me dieron un programa fui <strong>la</strong>---Quintade Simón" de allí empezaron mis triunfos por un mismo callejón LO demás ya por sabido contarlo es de presuntuoso, toda Venezue<strong>la</strong> sabe quien soy yo y me da gozo.