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1 NO HAY QUE TEMER Temía estar solo, hasta ... - Cuaderno digital

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¿SOMOS RESPONSABLES DE NUESTRA FELICIDAD?<br />

A lo largo de la Historia, pocos han sido los momentos cronológicos que, debido<br />

a su aparente grandiosidad, hemos revestido con el misticismo y trascendencia<br />

con que hemos adornado el principio del nuevo milenio. Instantes como este<br />

suelen ofrecernos una ineludible oportunidad para hacer un alto en la<br />

estrepitosa carrera de la vida, y evaluar concienzudamente los avances,<br />

cambios o reveses que hayamos experimentado personalmente, como sociedad,<br />

o como parte de este hermoso y turbulento planeta. Haciendo uso de esta<br />

oportunidad, tan propicia para filosofar y profetizar, he decidido examinar un<br />

área a la cual he dedicado los últimos ocho años de mi vida: el éxito. Con el siglo<br />

XXI a la vuelta de la esquina, decidí analizar la historia de la humanidad en<br />

busca de la respuesta a uno de mis mayores interrogantes.<br />

Parece ser que en algún momento a lo largo de la línea del tiempo que conecta la<br />

aparición del hombre de las cavernas y el día de hoy, algo muy extraño ocurrió.<br />

Poco a poco las personas comenzaron a perder control de sus vidas. Es como si<br />

de repente hubiésemos olvidado el poder interior que toda persona posee para<br />

ejercer control sobre su propio destino. O es posible que lo que realmente ha<br />

sucedido es que por alguna razón, tal vez sin quererlo, o tal vez por encontrarlo<br />

fácil de hacer, comenzamos a ceder a fuentes externas gran parte de la<br />

responsabilidad por nuestro éxito personal. Es como si voluntariamente<br />

hubiésemos decidido renunciar a jugar nuestro papel en el logro de nuestros<br />

propios sueños, quizás por desesperanza, temor, pereza o simplemente por<br />

cobardía.<br />

Posiblemente todo comenzó cuando las civilizaciones antiguas comenzaron a<br />

creer y aceptar que su éxito, su bien<strong>estar</strong> personal y su felicidad individual<br />

dependían del rey, del emperador, del conquistador o del monarca de turno, y<br />

que si a él le rendían pleitesía y le pagaban tributos, él, a su vez, debía asumir<br />

la responsabilidad de responder a las necesidades de sus súbditos.<br />

No obstante, aún después de recobradas muchas de las libertades perdidas y<br />

los derechos básicos del ser humano, como el derecho a la libertad, a la<br />

felicidad, al libre albedrío, muchas personas continuaron permitiendo que dicha<br />

responsabilidad reposara fuera de ellos, con la esperanza de que algún día,<br />

alguien, en algún lugar y de alguna manera, propiciara las circunstancias que les<br />

permitiera ser felices y alcanzar el éxito.<br />

Edgardo Anichiárico Tejada. Calle 35 5 54 Teléfono 7823086. Montería. Celular 315 7491710.<br />

edante98@yahoo.com<br />

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