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eseconomía revista de estudios económicos, vol. VI núm. 31, tercer trimestre de 2011
3. El sistema financiero y monetario chino
El problema crucial que mantiene China hoy en día, reside en la complicada
tarea que implica para los burócratas chinos desmantelar en su totalidad los
controles de la planificación central que frenaron durante décadas y continúan
inhibiendo el crecimiento económico de mayor valor agregado, las principales
trabas son: las leyes que reprimen rigurosamente la libertad del ciudadano
para emigrar del campo a la ciudad, junto al fulminante orden constitucional
de no fecundar más de un hijo por familia y el régimen del tipo de cambio.
El sistema financiero y bancario chino constituye un enorme obstáculo
para que China adquiera un estatus de potencia económica global sostenible,
la ausencia de un banco central autónomo, un régimen bancario competitivo e
instituciones reguladoras, evaluadoras y calificadoras de valores consolidadas
hacen de China un gigante comercial con pies de barro, además la presencia
monopólica de bancos estatales explican que la inversión posee un objetivo
político y suprime propósitos económicos, el dominio bancario estatal impide
flexibilidad del ajuste económico, el desequilibrio económico en economías de
mercado se resuelve recurriendo a instrumentos efectivos como la tasa de interés,
tipo de cambio, ajuste de precios de bienes y activos; en cambio, en la
economía China estos mecanismos regulatorios de mercado son inexistentes,
es inadmisible que la tasa de interés flote con la oferta y demanda, únicamente
son permisibles las modificaciones burocráticas de las reservas bancarias, éstas
son sólo es ejecutable cuando el desajuste económico se vuelve irreversible,
es decir, demasiado tarde y cuando esto ocurre, la autoridad China emplea
el recurso autoritario del intervencionismo estatal.
El sistema financiero chino se encuentra en una encrucijada que le imposibilita
organizar empresas contables, aseguradoras, afianzadoras, factorajes,
almacenadoras, gestores de riesgos etc. Sencillamente porque el Estado intervencionista
tiene el objetivo fundamental de reducir la concentración de la
riqueza e ingreso, políticamente considera la pretensión de la riqueza como
no ético e inmoral, empleando la legislación y la regulación, suprime el riesgo
y golpea con impuestos al ingreso pecuniario producto del riesgo hasta nulificarlo.
Asumir riesgos en una economía de mercado constituye el cimiento
racional diverso y calculado de una gestión financiera, el riesgo se posibilita en
un contexto de libertad de actuación individual, esencia incontrovertible de la
rectoría gubernamental para negocios, proscribe la carga fiscal onerosa a empresas
exitosas porque inhibe la voluntad de actuar de agentes del mercado.
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