San Pío de Pietrelcina estigmatizado del Siglo XXI - Autores Catolicos
San Pío de Pietrelcina estigmatizado del Siglo XXI - Autores Catolicos
San Pío de Pietrelcina estigmatizado del Siglo XXI - Autores Catolicos
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
espiritual, pudo <strong>de</strong>cir: Estoy dispuesto a jurar que ha conservado hasta ahora su<br />
virginidad y no ha pecado contra esta angélica virtud ni siquiera venialmente 39 .<br />
El padre Adriano Leggieri, que lo conoció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño, aseguró que se<br />
transparentaba en toda su persona la virtud <strong>de</strong> la pureza. Su mirada, aunque<br />
estuviera con gente, parecía ausente, absorto en Dios 40 .<br />
El padre Miguel Colasanto dice que parecía un ángel <strong>de</strong> carne por su<br />
pureza. Su rostro parecía el <strong>de</strong> un niño inocente. El padre Rómulo Pennisi, que<br />
era <strong>de</strong> su edad, aseguraba que había conservado la inocencia bautismal 41 .<br />
El padre Honorato Marcucci afirma que era muy reservado y cuidadoso <strong>de</strong><br />
su pureza. Cuando era anciano y yo <strong>de</strong>bía hacerle la limpieza incluso <strong>de</strong> las<br />
partes más <strong>de</strong>licadas, él repetía constantemente jaculatorias como “Dios mío,<br />
ayúdame”, “Madre mía, ayúdame” 42 .<br />
El padre Ama<strong>de</strong>o Fabrocini refiere: Nunca he visto en él un gesto<br />
in<strong>de</strong>coroso. Sus modales estaban siempre llenos <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia. Jamás se ha<br />
arremangado los brazos o <strong>de</strong>scubierto parte <strong>de</strong> su cuerpo ni aun en los días más<br />
calurosos 43 .<br />
Él mismo <strong>de</strong>cía que no había besado nunca a una mujer ni siquiera a su<br />
propia madre.<br />
SU CARÁCTER<br />
El padre <strong>Pío</strong> medía 1.66 m. <strong>de</strong> estatura, pesaba unos 83 kilos y tenía unos<br />
ojos vivos y brillantes. Era muy sensible a las atenciones que le hacían los<br />
<strong>de</strong>más. Intuía a distancia sus <strong>de</strong>seos y trataba <strong>de</strong> darles contento en la medida <strong>de</strong><br />
sus posibilida<strong>de</strong>s. Hasta el perrito <strong>de</strong>l convento se sentía feliz a su lado.<br />
Si encontraba abierta la puerta que daba al huerto, entraba al convento y se<br />
iba a la celda <strong>de</strong>l padre <strong>Pío</strong>. Percibía perfectamente por el olfato si el padre estaba<br />
<strong>de</strong>ntro, raspaba entonces con sus patas la puerta, gruñía y no cesaba <strong>de</strong> llamar<br />
hasta que el padre <strong>Pío</strong> le abría. Y no se iba <strong>de</strong> allí hasta que lo acariciaba<br />
cariñosamente y le advertía: Bien, bien, ya basta, ahora vete.<br />
39 Positio III/1, p. 420.<br />
40 Positio I/1, p. 584.<br />
41 Positio I/1, p. 585.<br />
42 Positio II, p. 10.<br />
43 Positio II, p. 20.<br />
18